Mi primer video

Como mi amiga Alicia deja que su amante filme la primera vez que la penetra por el ano.

Fue mi primera locura sexual.

Mi amado Héctor. Sólo a él le he permitido jugar conmigo y juntos hemos experimentado de todo.

Ese día era especial para mí, hacia ya cinco años desde que le entregué mi cuerpo por vez primera. Recordaba cada detalle de aquella noche, de cómo me había convertido en su amante y como me había llevado al cielo.

Él no es de los que recuerdan esos detalles.

Me presenté en su casa en la mañana, había elegido la ropa que sabía le gustaba (Y excitaba) que llevara puesta.

Mi blusa era color blanco de tirantitos, me había puesto una faldita del mismo color con abertura para que pudiera apreciar mis piernas que tanto le gustan. Las medias eran blancas al igual que los zapatos.

Había elegido una tanguita de encaje que me encantaba, y a él también, y un sostén de encaje que hacía juego. En mi cuello llevaba una gargantilla que Héctor me regalara en mi cumpleaños y en mi mano un anillo de plata que me encantaba.

Mi cabello caía en mis hombros pues a él le encanta que una mujer llave el cabello suelto, me veía muy sexy pero sin perder seriedad pareciendo una cualquiera.

El abrió la puerta y me saludo con su acostumbrado beso y abrazo.

  • Hola niña – me examinó de pies a cabeza y sonrió – Tú siempre te ves bella y muy sensual -

  • Gracias – le respondí sonrojándome un poco – Siempre haces que me sienta apenada -

  • Que quieres hacer hoy?-

La verdad no sabía, sólo había tenido deseos de visitarlo y no tenía algo planeado.

  • Qué te parece si vamos a desayunar y luego rentamos una película?- No era un plan muy excitante pero valía la pena pasar al menos unas horas a su lado.

  • Me parece bien-

El desayuno fue sencillo, casi al mediodía rentamos una película y le pedí que fuéramos a verla a mi casa. Él accedió y nos dirigimos hacía allá.

Al llegar, mi hermano David, nos saludó antes de irse.

-Van a ver una película?-

  • Sí, gustas?- pregunté

  • No gracias- respondió- Tengo que salir y quizá regresé hasta la noche. Por favor te encargo que si viene mi amigo Carlos, le entregues su videocámara, me la prestó y quedó de recogerla hoy o mañana. OK?-

  • De acuerdo- le respondí antes de verlo subirse al taxi

Héctor y yo entramos a la casa y nos preparamos para ver la película. Resultó ser una mala elección y media hora después mejor la quitamos.

Yo estaba feliz con el hecho de estar a solas con Héctor, así que me acerqué a él y le dí un beso. Me observó y respondió de la misma forma, nos besamos durante un rato y el deseo empezó a hacer de las suyas.

Terminamos en mi cama haciendo un delicioso 69, tuve varios orgasmos y él terminó una vez en mi boca. Nos metimos a bañar y ahí continué con el sexo oral haciéndolo venirse dos veces más en mi boca.

Salí primero en lo que él terminaba de asearse y al pasar por la recámara de mi hermano una idea vino a mi mente. Entré a la habitación y tomé la cámara de video y varios cassettes en blanco que tenía para sus tareas y trabajos.

Preparé todo en mi habitación y cuando Héctor entró dije: ACCIÓN!!

Él estaba sorprendido por mi iniciativa y siguió con el juego. Tiró la toalla quedando sin nada y se acercó a la lente.

Yo me había puesto de nuevo las medias blancas y mis zapatillas de tacón alto, un liguero y la tanguita de encaje.

Al verme así tomó la cámara y me enfocó, empecé a bailar sensualmente y me quité la tanga.

Héctor se sentó en un pequeño sofá que tengo en mi recámara y siguió filmando, me acerqué a él y viendo hacia la cámara, tomé su pene entre mis manos y lo llevé hacia mi boquita.

Lo chupaba lentamente de arriba a bajo y tocaba la punta con mis labios, de un solo movimiento lo metí en mi boca hasta sentir que me llegaba a la garganta.

Seguí con el trabajo hasta que terminó en un orgasmo, recogí el semen en mi boca pero no lo tragué, abrí la boca para que lo tomara con la cámara, jugaba con la lengua y me lo tragué.

Héctor no perdió ningún momento de la acción y estaba aún excitado pues a pesar de haber tenido ya varios orgasmos aún tenia su pene erecto. Puso en pausa la cámara y la colocó en el tripié.

-Ahora vamos a filmar algo más interesante- su voz se oía claramente excitada y la emoción brillaba en sus lindos ojos.

-Hazme lo que quieras- le respondí- Desde este momento seré tu esclava-

Él sonrió y se acercó a mi closet.

Tomó unas corbatas que aún conservo de mi antiguo uniforme de preparatoriana y me llevó hasta la cama. Me acostó y separó mis brazos atándolos a la cabecera de la cama, acomodó dos almohadas detrás de mi cabeza para que quedara alzada un poco más arriba que mi cuerpo.

Colocó la cámara a un costado de la cama de tal manera que saliera mi cuerpo de perfil y él se acomodó sobre mí. Con su mano izquierda tomó mi rostro y lo volteó hacia la lente, quería filmar el gesto que haría en el momento en que me penetrara.

Se enfiló y sin piedad me clavó hasta el fondo de un solo empujón. El rictus de mi rostro quedó grabado como el quería pero no me soltó, seguía bombeando con todas sus fuerzas provocando grandes arcadas de mi espalda y disfrutando mi cara de placer y dolor.

Yo estaba enloquecida por sus embestidas y quería más. Con mis piernas abracé si cintura haciendo la penetración más profunda y no aguanté más, terminé en un orgasmo intenso y suculento.

De inmediato me desató las manos pero sólo para atarlas juntas justo al centro de la cabecera. Me levantó por las caderas y puso las almohadas en mi vientre dejándome el trasero en alto y separando mis piernas las ató a la base de la cama.

Indefensa como estaba me penetró con la misma fuerza desde atrás y embistió como si quisiera partirme en dos.

Cada empujón me lanzaba hacia delante y de no ser por que estaba atada a la base hubiese terminado con el cráneo partido contra la pared. Terminó con un orgasmo enorme en mi vagina y el semen caliente me producía una sensación de locura que me pedía aún más y más fuerte.

Se tiró encima mío y besó mi espalda, acariciaba mi cuerpo inmóvil mientras me besaba dando tiempo a recuperarse un poco para continuar con mi "debut" cinematográfico.

Pensé que me desataría para cambiar de posición pero se en lugar de eso, puso pausa a la cámara y se acercó a mi oído.

-Sabes que quiero hacer ahora?- susurró suavemente pero con una lujuria que aún no le conocía- Quiero ser el primero en poseer TODO tu cuerpo-

-A que te refieres?- pregunté un poco nerviosa

-Ya verás-

Se levantó y salió de la habitación, regresando poco después con algo en sus manos que no pude ver por la posición en la que estaba.

Yo ardía en deseo y realmente estaba dispuesta a dejar que me hiciera lo que él deseara, que me tomara como mejor le pareciera.

Tomó un par de calcetas limpias y las enrolló, se acercó a mí con las calcetas y las introdujo en mi boca.

-A ver, abre la boca- me dijo a lo que yo obedecí con gusto- las voy a sujetar con otra de tus corbatas... Vaya que fue bueno que las conservaras!- Dijo con una sonrisa pícara.

Sujetó bien las calcetas y de esa forma quedé no sólo inmóvil sino a su completa merced, podría hacerme lo que él quisiera y yo no podría siquiera quejarme. La lujuria se apoderó de mí.

Mi respiración era agitada y sólo quería que me empalara de nueva cuenta. Pero una vez más me tomó por sorpresa..

Se sentó en el borde del colchón y sacó lo que traía unos instantes antes: un frasco de crema lubricante que mi hermano tenía en el baño para su aseo personal.

Lo abrió y sentí como empezaba a untarme la crema en el ano, traté de resistir pero no pude, realmente eso era algo que no esperaba y no quería, pero estaba indefensa y me dí cuenta que no podría escapar de eso.

Usó uno de sus dedos para dilatar un poco la entrada y me embarró completamente el trasero y la entrada para facilitar su obra. Yo temblaba pues jamás pensé que me iban a coger por el ano en esa posición y menos que iba a ser filmada para la posteridad.

Una vez que estuvo listo, dejó el frasco y puso la cámara cerca de la cabecera para que captara como iba penetrándome y la cara que hacía.

Puso play y se colocó detrás de mí, yo me movía tratando de evitar la estocada pero Héctor se aferró con sus manos a mi cadera y sentí como la punta de su pene empezó a presionar la entrada.

Yo gemía y trataba de evitarlo pero al final no pude, se inclinó hacia delante y de un solo empellón me metió la mitad de su órgano.

  • MMMMMMMMMGGGHHHHGHH!!!-

El dolor fue inmediato e intenso, me revolvía con fuerza pero sólo hacía que Héctor se enardeciera más y más y en un segundo intento sentí como me dejaba completamente empalada.

Movía las caderas con fuerza y él sólo reía.

-AAHH! Así!! Muévete más pequeña pero no dejaré que te zafes de esta, ahora si no eres virgen por ningún lado-

Esas palabras tuvieron un efecto extraño en mí, parecía una burla pero sabía que era verdad, él me había penetrado por primera vez, fue su pene el primero que tuve en mi boca y su semen el primero que bebí.

Ahora él mismo me había roto el culo por vez primera y se aseguraría de que no lo olvidara nunca.

Se levantó un poco y sacó un poco su miembro, la cámara seguía filmando, sacó el resto de su miembro y se untó más crema, volvió a enfilarse y de un solo empujón me la metió hasta el fondo una vez más.

Indefensa sólo podía gemir y moverme al compás de sus embestidas, hizo movimientos circulares y sentía como mi ano se estaba dilatando lentamente. Metía y sacaba su pene a un ritmo increíble y yo sentía como iba quedando más grande mi culito. Para ser la primera vez me lo estaba destrozando, pero a mí me estaba encantando.

Terminó con un gritito apagado y un calor inundó mis entrañas.

Sacó su miembro y apagó la cámara.

Me desató y me dio un beso muy apasionado.

-Ha sido una de las mejores experiencias- su voz estaba calmada y sus ojos brillaban aún en deseo.

-Sí- respondí- Jamás imaginé lo que me ibas a hacer y menos que lo ibas a filmar-

  • Pues ya ves- sonrió- Ahora podremos recordar esta tarde cuando queramos-

Descansamos unas dos horas y volvimos a hacer el amor, estuvimos toda la tarde cogiendo y filmando, fue una de las mejores experiencias que hemos tenido juntos.

Aún hoy seguimos filmándonos cuando podemos y procuramos encontrarnos en otros sitos... pero eso es para otro relato.

Gracias por leer este relato y sobre todo, gracias a mi amiga por dejarme usar su espacio para publicar mis experiencias.

Estos relatos se lo dedico a mi muy querido amigo y amante Héctor... Talvez no estemos juntos pero el sexo siempre nos mantendrá unidos.

Espero sus comentarios.

Besos y bye.