Mi primer trío MHM

Como fue mi primer trío con una pareja del club al que voy en la actualidad.

Mi primer trío MHM

En una ocasión, estaba haciendo mi rutina cuando vi que llegó a una pareja a pedir informes en el deportivo a donde yo iba, al principio no les tome importancia y seguí con mis ejercicios.

Una semana después los volví a ver y ya iban preparados para comenzar a hacer ejercicio. Él era un chico alto como de 1.85 moreno, si bien no era muy guapo, tenía una linda sonrisa y tenía algo que llamaba la atención y tendría alrededor de 37 años. Ella era un poco más baja que él, pero si era alta, delgada, muy guapa, pelo largo y castaño. Tenía unos pechos no muy grandes como los míos, pero se marcaban en su blusa de algodón que llevaba tendría unos 30 años. Lo que si se le notaban mucho eran las nalgas ya que llevaba una licra ajustada y todos los hombres se le quedaban viendo sin disimular.

Como leyeron en mi relato con mi instructora, me considero bisexual, aunque no me he declarado abiertamente y por eso no me causa problema estar al lado de una chica guapa y con buen cuerpo, al contrario, hay veces que me excita al igual que los hombres ver a una verdadera hembra.

Todos los días los veía que hacían sus rutinas al igual que yo, (con el tiempo me enteré que eran novios), incluso algunas ocasiones les sonreía solo por cortesía, ya que como dije al principio, eran muy simpáticos, lo que me causó al principio incomodidad fue que el chico me miraba de una forma muy descarada y morbosa, de pies a cabeza (en el deportivo uso una licra muy pegada y un top que apenas tapan mis tetas).

Le sonreía muy tímidamente por temor a que su novia me viera que le estaba coqueteando a su novio, pero con el tiempo ya no me importó porque el chico estaba teniendo un cuerpo espectacular y ni decir de su novia, que cada vez más parecía que iba a reventar la licra de las nalgas que estaba formando. Todo iba bien y cada vez más les sonreía a ambos hasta que pasó lo siguiente:

Era viernes y ese día no fueron al deportivo, cosa que se me hizo extraña, ya que nunca faltaban y siempre iban a la hora que yo estaba; no le tomé importancia y seguí con mis rutinas (ese día me tocaba hacer pierna y culo), terminé y fui a darme un baño a las regaderas. Como era época de calor, me puse un vestido con un escote no muy pronunciado, pero sí dejaba ver el inicio de mis tetas y tampoco era corto, pero con mis tacones se me veían unas piernas de infarto (me lo dijo un amigo que también va al deportivo y que es gay).

Al salir escucho que claxon de un coche azul, yo no sabía que me hablaban a mí ya que siempre me regreso en uber a mi casa, hasta que bajaron el vidrio del conductor y vi que era el chico con su novia (después supe que se llamaban Marcelo y Jessica); me hablaron y me preguntaron hacia dónde iba, les dije que iba a mi casa y ellos me propusieron llevarme, al principio me negué, pero insistieron tanto que al final acepté y cancele el uber.

Marcelo: ¿hola cómo estás?  cómo te llamas?

Carolina: Bien gracias, carolina, mucho gusto

Jessica: Qué bonito nombre, caro, yo me llamo Jessica y mi novio Marcelo

Carolina: Gracias, por qué no vinieron hoy a hacer ejercicio, siempre vienen a la misma hora que yo

Marcelo: es que tuvimos algunas cosas que hacer y como nunca faltamos, quisimos descansar hoy, pero el lunes regresamos

Carolina: qué bueno, no hay que alejarse por qué luego es más difícil regresar a la rutina

Jessica: sí lo sé, por eso solo es hoy pero el lunes con todo

Marcelo propuso ir a tomar algo antes de dejarme en mi casa y Jessica inmediatamente le dijo que sí. Yo al principio dudé, pero al final acepté ya que como era viernes aún no tenía planes de salir con mis amigos.

Entramos a un bar cerca de una zona muy exclusiva de la ciudad donde vivo y pedimos una botella de whisky. Empecé a soltarme más, ya no estaba nerviosa y el alcohol estaba haciendo efecto. Marcelo me invitó a bailar y Jessica me animó diciendo que era un buen bailador, cosa que comprobé al aceptar la invitación. Inmediatamente me tomó de la cintura y empezamos a bailar (habían puesto reggaetón) y se pegó hacía mí, me gustó la forma en la que se movía y la manera tan sensual en que me tomaba.

Terminó la canción y nos fuimos a sentar con su novia, él aprovechó para ir al baño y su novia me dijo algo que me dejó perpleja:

Jessica: qué tal baila Marcelo

Carolina: se mueve muy bien

Jessica: y se mueve mejor en la cama

Yo me quedé callada porque en eso llegó Marcelo y Jessica tenía una sonrisa en la cara yo solo le sonreí nerviosa. Siguió la música y el baile y cada vez que Marcelo me pedía bailar con él lo hacía con más descaro, sin importar que su novia estuviera presente. Nos volvimos a sentar y yo estaba en medio de los dos, en eso siento una mano en mi pierna (como comenté anteriormente, me había puesto un vestido después de hacer ejercicio) pero me quedé en shock cuando vi que la mano no era de Marcelo, sino de Jessica. Al principio me incomodé un poco, pero me dejé llevar por el calor de las copas y lo cachonda que me había puesto con el baile con Marcelo

Vi que ellos se miraron y sonrieron, sabían lo que estaba pasando y lo que estaba a punto de pasar, cuando de pronto Jessica me tomá de la mejilla y voltea mi rostro hacía ella y me planta un beso. No lo podía creer, Marcelo solo estaba bebiendo de su vaso y yo no supe cómo reaccionar.

Jessica: perdón Caro, pero desde que te vimos en el deportivo nos gustaste demasiado y no veíamos la hora en invitarte a salir.

Marcelo; si Caro, somos una pareja liberal que no importa con quien lo hagamos con tal de satisfacer nuestros deseos, pero contigo nos obsesionamos por tu cuerpo, tus tetas, tus nalgas. Siempre que estamos cogiendo imaginamos que estás con nosotros y tenemos unos orgasmos increíbles.

Todavía no acababa de hablar Marcelo cuando noto ahora su mano subiendo lentamente por mis piernas, mientras Jessica acariciaba mi cabello y mi cara. A estas alturas mi tanga estaba escurriendo y mis pezones se marcaban por debajo de mi bra. Marcelo propuso irnos a otro lugar, cosa que no pude rechazar.

En el coche Jessica se fue atrás conmigo y empezamos a acariciarnos primero por encima de la ropa, pero después ella iba metiendo su mano por debajo de mi vestido, eso me hacía estremecer; Marcelo solo veía por el retrovisor, pero veía cómo se iba tocando por encima del pantalón.

Parecía que Jessica ya tenía experiencia con mujeres (cosa que comprobé después) ya que la manera de tocarme y de besarme hacía que me enloqueciera y quisiera más quería que me tomara y me hiciera su puta.

Llegamos al hotel y en el elevador quedé en medio de los dos. Jessica por delante, besándome y tocando mis tetas y Marcelo por detrás, que ya sentía el bulto que se notaba en medio de mis nalgas ya que me había levantado el vestido y me estaba frotando su verga entre mis nalgas y me jalaba la tanga hacia un lado.

Entramos a la habitación y Jessica no dejó ni un momento de besarme ni tocarme, mientras Marcelo preparaba los vasos con más alcohol. Jessica empezó a desnudarme, primero me bajó el cierre del vestido, pero lo hacía de manera tan sensual que quisiera que no acabara nunca, Marcelo solo nos veía sentado en el sofá que estaba en la habitación y ya se había quitado la playera y veía ese abdomen marcado por el ejercicio. Mientras tanto, Jessica seguía besando todo mi cuerpo, de pies a cabeza y no sé en qué momento ella también quedó en ropa interior, ahí me di cuenta del cuerpazo que tenía, unas tetas hermosas, abdomen plano y unas nalgas que quisieras estar ahí todo el día.

Marcelo se levantó y fue hacía nosotras. En ese momento me tomó de la cara y me besó de una manera muy pervertida, nuestras lenguas jugaban y nuestra respiración se agitaba cada vez más, Jessica mientras tanto iba despojando de la poca ropa que le quedaba a Marcelo y vi que salió como resorte una hermosa verga de unos 21 cm aproximadamente gorda y llena de venas. No lo dude ni un minuto y me aparté de Marcelo para ir directamente a ese trozo de carne que se me hacía agua la boca y mi panochita ya estaba a chorros.

Primero le di unos cuantos lengüetazos y escuché como Marcelo gimió de placer, después le di besitos en la puntita y finalmente me metí lo más que pude en mi boquita. Jessica también quería probar de su macho y se acercó hacía mí y entre las dos empezamos a darle una mamada que nunca va a olvidar. Primero ella luego yo, bajábamos a chupar sus huevos y volvíamos a subir; en ratitos la soltamos solo para volvernos a besar y regresábamos nuevamente a mamar tan hermosa verga.

Marcelo avisó que se iba a correr y aceleramos la mamada la cual recibimos chorros de lechita que tanto me encanta tragar, cayendo en mis mejillas, boca y pecho; Jessica no quiso desperdiciar nada de ese néctar y me besó completamente, recolectando lo más que se pudo para al final darme otro de los besos calientes que ella me daba y así compartir el semen de su novio.

Me sorprendía la potencia de Marcelo ya que en otras ocasiones tenía que esperar a que se recuperar para tener otra erección, cosa que no pasó con él, al contrario, parecía que le había crecido más si aún fuera posible.

Jessica me acostó en la cama y Marcelo la puso de perrito y empezó a penetrarla, primero empezó suavemente para después acelerar el sube y baja, mientras que Jessica empezaba a chuparme la panochita que a estas alturas estaba echa un mar de lo cachonda que estaba. Sabía muy bien donde besarme porque en ningún momento dejó de excitarme la manera en que lo hacía.

Marcelo: ¿Te gusta putita?

Carolina: hay me encanta, no pares Jessica

Marcelo: es como lo esperabas, amor

Jessica: es mucho mejor, esta zorrita está bien buena

Jessica se detuvo y le dio paso a Marcelo para que me penetrara sin ninguna consideración, en cuanto entró, tuve un orgasmo tan intenso que creo que se escuchó en todas las demás habitaciones, nunca había tenido un orgasmo tan rico como esa vez

Mientras Jessica se sentaba en mi cara para chuparle la panochita que tenía depilada, apenas se le veía los bellos que estaban creciendo. Marcelo no paraba de decirme lo puta que era, que desde hacía tiempo que deseaba tenerme, que era una zorra que podía estar cogiendo todo el día y yo me ponía cachonda cada vez más por las palabras que me decía.

Marcelo me levanto y me puso de perrito, separando mis nalgas, jugaba con su verga a la entrada de mi panocha y la movía hacia mi culito, yo no podía más y le grité que me la metiera, pero no me hacía caso, seguía jugando con su verga hasta que sentí un dedo en mi culito, no pude más y tuve otro orgasmo igual o más intenso que el anterior mientras Jessica me daba nalgadas y me tocaba las tetas.

Después vi como Jessica le decía a Marcelo que le dejara explorar mi culito, ahora siendo ella la que metiera no uno, sino dos dedos en mi estrecho hoyito, mientras Marcelo seguía solo frotando su verga en mi panocha. Cuando menos lo esperé sentí como Marcelo dirigía su verga hacía mi culito y con dificultades entró apenas la punta, yo sentía que me partían en dos, pero era un placer indescriptible, después de que se acostumbró al tamaño Marcelo empujó otro poco haciendo que cayeran lágrimas sobre mi rostro, Jessica por su parte escupía la verga y mi culito, para que estuviera lo más lubricado posible. En un abrir y cerrar de ojos, Marcelo metió su verga hasta el fondo, haciéndome gritar aún más fuerte y ahora no tuvo compasión, empezó el mete y saca tan violento que pensé que me iba a desmayar.

Jessica se recostó como en forma de 69 y empezó a chupar mi vagina y los huevos de Marcelo, al igual que yo empecé a lamer, chupar, morder la mojada panocha de Jessica. No sé si lo dioses del sexo estuvieran de acuerdo, pero en cuanto Marcelo dijo que se iba a correr, empezó el mete y saca más rápido al igual que Jessica con mi panocha y yo con la de ella y los tres tuvimos al mismo tiempo un orgasmo que creo que no hemos tenido otro igual. Sentí como Marcelo vacío todo su semen hasta el fondo de mi apretado culito y como iba disminuyendo el tamaño de su verga, se recostó sobre mí y me besó tan apasionado que hace que me corra otra vez. Jessica también estaba recostada junto a mí (quedé en medio de los dos) y se turnaban para besarme y tocarme. Me levanté y me di un baño rápido, al salir ellos también estaban vestidos y nos fuimos, no sin antes darnos otros besos y tocarnos por todas partes.

Salimos del hotel y me acercaron a mi casa, ya era casi media noche, nos despedimos, no sin antes besarnos y decirnos que teníamos que repetir a lo que los 3 aceptamos con gusto. Llegué y mis papás ya estaban acostados. Entré a mi cuarto y me quité la ropa, recordando lo que había pasado y esperando el día en que nos volviéramos a juntar los tres.

Espero les guste mi primer trío MHM

Si tienen ideas para relatos o me quieren ayudar mandenme un correo con ideas claras.

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