Mi primer trio en el sexshop tras el confinamiento

Me vi haciendo un trío en el sex-shop, comiéndome un pollón mientras estaba siendo enculado por un viejo, no dejando este de decirme… “Ve acostumbrándote al dolor, ¡pues cuando te la meta Alex veras lo que duele de verdad, te va a partir en dos el jodido colombiano… aaahhh!!”.

Mi primer trio en el sex shop tras el confinamiento

Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea mediamente al mismo portal de www.todorelatos.com como a mí email (jhosua1974@gmail.com), pues por vosotros me dais animo a continuar. Bueno, como dije en su momento soy una persona como tantas que disfruta del sexo, no me considero hetero a pesar de estar casado con una mujer, ni bisexual a pesar de mantener relaciones con hombres, pues de estos últimos solo me ponen los maduros (desde los cincuenta en adelante), aunque a veces haga excepciones.

Me considero persona de mente abierta… a veces demasiado, tengo experiencias a veces dicen que demasiado, cosa que yo siempre he mentado que nunca son demasiado. Pero como bien sabéis que me iniciaron a los 18 años, no voy a decir que me negué a ello pues fue mi curiosidad la que me hizo probar, bueno eso y el morbo que fui sintiendo. Pero debo decir que estaba en esa edad que debía de entrar en la pubertad, cosa como bien se nunca llegue a experimentar. Ya que por causa de mi síndrome me lo arrebato, no creciendo como un chico corriente, pues a pesar de considerarme normal, muchos me tomaron como afeminado por mi físico. Y muchos se aprovecharon precisamente de esta circunstancias, circunstancias que no dije no y menos basta, menos aun cuando de lunes a viernes me estaban ordeñando cada día… uuummm!!. Y cuando te vas satisfecho, poco reproche ponía, aunque estos en algún momento añadían algo nuevo, ya me entendéis… uuummm!!. Pero bueno, no quisiera enrollarme más de lo necesario, comenzare por contaros una experiencia más de mi vida, experiencia nueva que me ocurrió hace dos semanas…

Comenzare por decir que me ocurrió el pasado jueves, jueves veintitrés del mes de julio del presente año, día que tenía algunas tareas que hacer cerca de la calle Canalejas. Tareas que fui temprano a realizarlas y tras terminarla a eso de las diez y media, no supe la verdad que hacer, quizás más cuando mi responsable me dijo…

  • “Bueno, pues nada hasta mañana”.

En eso caí, pensé en acercarme al sex shop, ignoraba si estaría abierto o no, pues con esto del coronavirus y ahora más por el rebrote, piensas en las medidas higienicas. Pero a medida que caminaba por la calle San Eloy y tras torcer una calle y encontrarme en la Plaza de la Magdalena, pensé en acercarme y comprobar si estaba abierto. Pues camine por la calle Tetuán hasta el pasaje que se encuentra franqueado por las tiendas Zankos (zapateria) y la tienda Diza (vende abanicos y cosas folclóricas), me adentre en este hasta torcer a la derecha, encontrándome dos sex shop… ambos abiertos.

Pensé en entrar y comprarme algunas cosillas, no lo tenía del todo claro en que comprar, tampoco pensaba como dice antes que estuviera abierto, pero fue acercarme y en esos momentos salió un caballero. O sea que estaba en funcionamiento, como un local como uno cualquiera, pues nada... entre, debo decir que lo note algo cambiado, y no me refiero al ver una dependienta tras el mostrador en vez de un hombre, no es por ser machista ni nada por el estilo, sino que me extrañaba más por el tipo de negocio que es.

Bueno pues eso, nada entrar por la puerta divise al fondo del local a dos personas, personas que en un primer momento ignoraban como eran, quizás porque en esos momentos poco me importaron. Pero tras cerrar la puerta, hice aquello que solemos hacer todo los que entramos en este tipo de negocios, deambular por la tienda como es costumbre, merodee por la tienda ojeando las películas de DVD, la ropa sexy, juguetes de sexo y toda esa variedad a modo de que podía visualizar. Encontrándome precisamente en la calle de las duchas anales, vibradores y los plug anales a un hombre, hombre que tendría alrededor de los cincuenta y muchos, hombre que no dejaba de coger uno y otro, viéndose dudoso al cual escoger.

Entre en esa misma calle y pude ver los plug, pues había muchos y muy variados, quedándose hasta yo mismo dudoso de cual coger, acabando por escoger uno de ellos. Pero cuando me giré y comencé a mirar las muñecas hinchables, noté que me observaban, pero no pensé en este cincuentón. Pudiendo ver entre las baldas de las estanterías entre los diferentes vibradores, pude ver a dos hombres, hombres que uno de ellos me pareció ver que era un joven alrededor de los veinte muchos, y junto a este un sesentón con cara de salido.

Miré hacia detrás de mí a modo de cerciorarme que me miraban a mí y no al cincuentón, cosa que vi a este último dirigirse al mostrador con uno de los plung. Volviendo a mirar a estos, dándome cuenta como el chico me miraba fijamente y baje la vista, ¡dándome cuenta como el muy cabrón se estaba magreando con su mano izquierda su entrepierna… mmm!!, aquello era de lo más excitante. El nota no dejaba de marcarme como estaba, mientras el viejo no dejaba de mirarme también, aquello me tenía de lo más nervioso y al mismo tiempo excitado… uuummm!!. En un momento dado, me fije que el viejo acercándose al chico, comenzó a decirle algo al oído, algo que no pude claro esta escuchar, pero todo esto sin que ambos dejaran de mirarme… uuummm!!.

En eso intente disimular que no les había visto, pero estos de forma descarada me marcaban sus insinuaciones, ¡aquello me tenía… uuuffff!, como explicarlo. Miraba el reloj una y otra vez, mientras sentía el móvil vibrar en el interior de mi bolsillo de mi pantalón, móvil que tras ver de quien era, pude comprobar que era de mi mujer y poco después… una amiga, acabando por contestar a la segunda.

Y mientras hablaba con mi amiga, intentaba que la conversación con esta no se me alarga demasiado, pues mejor era haber hablado con mi mujer primero, ya que mi amiga no dejaba de contarme que estaba hasta los ovarios de su marido. Amiga que deseaba que la recogiera y que la llevara a mi piscina, donde nos bañaríamos desnudos para acabar por follar, cosa que no me importaba y que deseaba mucho. Amiga de cincuenta y cuatro años que aún estaba para mojar pan, no dejando de hablar con esta, camine hacia la calle donde estaban los objetos de perversiones, objetos de Sado y BDSM.

Había de todo, desde consoladores de todos los tamaños, formas y colores, como aquellos con forma de puños y brazos… mmm!!. Pero fue en ese momento en que me incliné para recoger unas esposas, cuando noté como iban a pasar por detrás de mí, no me dio por incorporarme pues pensé que pasarían de largo. Pero esa persona se me pego tanto que pude comprobar su masculinidad, este me restregó su miembro por mis nalgas, llegándose a detener y presionar… uuummm!!. Yo… claro esta no hice nada por evitarlo, simplemente me quede quieto, deseando por un lado que se marchar y por el otro que continuara… uuummm!!. Pero quizás al ver que no me inmute ni hice nada por alejarlo, note como cogió y coloco ambas manos una a cada lado de mi cintura… uuummm!!, comenzando a restregarse con más fuerza y hasta me dio un par de puntazos… ooohhh!!.

Me daba vergüenza mirar a modo de ver quien coño se había atrevido a tanto, pero finalmente armándome de valor lo hice, miré hacia atrás y hacia arriba. Descubriendo que era ese chico, chico que cuando me fije bien para nada era tan joven, sino que tendría los treinta y poco y parecía de aspecto latino… uuummm!!. Aun así… chico, ¡persona que no dejaba de restregar su duro miembro por mis nalgas… aaahhh!!, persona que se mantenía en este estado al tiempo que ese viejo se nos acercaba, diciéndome...

  • "Está un poco salido, esto es nuevo para él y no hay mejor placer que cogerse a un maricón hetero casado, uno de esos que tiene que tenerlo bien cerradito".

Viendo como el viejo me hace soltar de la mano el plung que cogí antes, y no las esposas, cuando veo como el viejo acerca su virilidad a mi rostro, posición que aprovecha por restregar su entrepierna, aquella que apestaba a orín. Soltándome este mismo…

  • “Vámonos dentro, creo que estaremos más cómodo dentro de una de las cabinas”.

Estos se separaron de mí, me puse derecho y cuando fui detrás de ellos, cogió el mismo viejo quien se giró y me soltó…

  • “Vete al mostrador, cambia monedas y compra vaselina y preservativos a no ser que prefieras a pelo, mientras nosotros vamos escogiendo una de las cabinas”.

Me vi una vez más como un sumiso a las órdenes de mi amo, cogí y haciendo caso a este, me acerque al mostrador, cambie un billete de 20€, y compre una caja de preservativos y vaselina, momentos en que me gire y cuando me fui a marchar. Cogió la chica del mostrador y me dijo…

  • “Espera… perdona, no quieres comprar Popper, creo que te servirá con el más joven”.

Qué vergüenza… Dios mío, me quede de lo más cortado, pues no esperaba que la chica me lo soltara así con todo descaro y encima a oídos de algunos que había, bueno puedo comprender que sea nueva, pero algo de tacto podría tener. Aunque viendo su aspecto tampoco me extrañe, pues está más me pareció un poco choni (manera de denominar a las chicas del sur que parecen más agitana, ya sea por su forma de vestir como hablar, sé que quizás la este discriminado).

Bueno sigo, me dirigí hacia las cabinas y el viejo me esperaba a la puerta de una de ellas, entre en esta ayudado por este mismo al posar su mano en mi culo. Tras cerrar la puerta y darme cuenta que no cerro el pestillo, me gire y vi al chico sentado en el butacón con su polla en mano… uuuffff!!. Pensé…

  • “Menuda verga”.

Como antes os mente, chico latino que tendría entre treinta y tantos, cuya polla le mediría al menos los veintitrés centímetros y gruesa, bueno no tanto. Este nada más verme hay de pie mirando, cogió y me soltó…

  • “Venga vamos… no pierdas el tiempo, echa ya monedas e híncate de rodillas”.

Nuevamente accedí y eché a la maquina dos euros, momento en que fui a arrodillarme para comenzar a comérmela, siendo detenido por el viejo que no dejaba de mandar. Pues tras palmear mis nalgas, cogió y me soltó…

  • “No sé tú, pero yo creo que si te desviste sería mejor, no por nosotros sino por ti, ya sea para estar más cómodo como para que no te manches y te ensucies”.

Cosa que tenía razón y no sé, si fuera porque estaba hipnotizado con esa polla o por el calor, que estaba como atontado, cosa no muy lógica en mí. Siendo verano la verdad es que no suelo llevar tanta ropa, comencé por descalzarme los mocasines, continúe por desabotonarme los botones de mi camisa y quitármela, proseguí por soltar el cinturón, quitar el botón y bajar la cremallera de mi pantalón, dejando este caer a mis pies por su propio peso. Viendo estos asombrados que me quede en un tanga, ropa interior que suelo llevar en verano más por lo ligera que es… je je je.

Pero cuando fui a quitarme estos, cogieron y me detuvieron pues decían que les ponía verme así. Y como que no quise perder más tiempo en vez de arrodillarme… me incline, comencé a coger ese pedazo de tronco, lamí desde su glande hasta sus pelotas depiladas… uuummm!!. No me dijo nada cuando me ayude con mis manos, mano que con la derecha pajeaba y con la izquierda magreaba sus genitales, chupe y me restregaba su glande por mis labios, mientras escuchaba como este gemía y suspiraba. Y en todo esto ese viejo no dejaba de acariciar y magrear mi cuerpo, chupando mis tetillas o pellizcándomelas… aaahhh!!. Palmeaba mis nalgas y me dolían, llego un momento por echar a un lado la tira de mi tanga para echar vaselina en mi orificio y comenzar a meter sus dedos… ooohhh!!.

  • “Uuummm!!... uuuffff!!... ooohhh!!”.

Era los únicos sonidos que salían de la cabina, pero puedo aseguraros que escuchaba de vez en cuando como escuchaba la puerta abrirse y cerrarse, ignoro que si los que entraban les gustaba lo que veían o no, o si se marchaban porque estos no querían compartir en esos momentos… uuummm!!.

Yo estaba en lo mío, ayudándome con ese bote de Popper del tipo “Ámsterdam” que me sirvió muchísimo, me dolía la mandíbula perro continuaba tragando, creo que hubo momentos en que me desencajaba esta y todo… uuuffff!!. Pero estando así y bastante puesto por el líquido, apenas note que el viejo me la introdujo… uuummm!!. Ignoro si era por el tamaño o como he dicho por ese fármaco, pero supe que estaba siendo follado por las nalgadas tan fuerte que estaba recibiendo. Este entre insultos y vejaciones, no dejo de decir…

  • “Ve acostumbrándote al dolor, ¡pues cuando te la meta Alex veras lo que duele de verdad, te va a partir en dos en puto colombiano… aaahhh!!”.

¡Cayendo en esos momentos en que el cabrón de ese viejo me estaba follando a pelo… ooohhh!!, pensar que no me quise gastar seis euros en una caja porque venían tres unidades, y me he gastado dieciocho en una caja de doce unidades y que lleva crema retardante, pues deseaba prolongar el placer… ooohhh!!. Viejo que entre gritos acabo por sacármela y tras tirar de mis escasos cabellos, acabo sacándome el pollón del colombiano de mi garganta e introducir su polla. Miembro que en apenas acabo descargando y hacerme tragar su corrida, semen líquido y agrio, mientras el colombiano me miraba sonriente. Siendo el viejo quien volvió a decirme…

  • “Te sugiero que te arrodilles sobre el asiento, una pierna flexionada y la otra apoyada en el suelo, sujetándote con las manos a la pared”.

Cosa que hice y obedecí, cogí y realice toda sus indicaciones, mientras esperaba al colombiano, cogía el viejo y untaba de vaselina mi orificio… uuummm!!. Espere su polla y aprovecho el viejo para darme de oler el Popper, sintiendo en esos momentos como el cabezón de su pollón presionaba mi entrada… aaahhh!!. Se llevó de esta manera al menos un cuarto de hora… uuuffff!!, me introducía un poco y esperaba, esperaba que me adaptara al grosor para volver a meter un poco más, entre gemido y sollozos llegue a pedir que dejara de metérmela, pues puedo aseguraros que dolía… ooohhh!!. Cogió el viejo y me metió en la boca mi mocasín, mientras entre insultos y humillaciones, me decía…

  • “Toma puta… muerde, abre la boca zorra y aguanta que te van a partir en dos mi chico”.

Acabando este con mi agonía, pues de una sola embestida me la acabo de introducir… ooohhh!!, me temblaban las piernas y todo, creí que me había partido en dos como tanto decía el viejo… uuummm!!. Aquel dolor fue pasando poco a poco, ¡disfrutando y poniéndome cada vez más cerda… uuuffff!!, tanto que comencé a comérsela al viejo y a la que salió de una puertecilla, saboree ambas e incluso ambas corridas cuando estos se vinieron… uuummm!!.

Comenzó a embestirme con fuerza, tanta que casi me tragaba de una la polla entera, presentía que este se correría en nada, quizás porque sus manos dejaron de sujetarme las caderas para que ahora me sujetaba por los hombros… ooohhh!!. Me dolía todo, ya no podía hacer excepciones, ¡no había parte de mi cuerpo que no estuviera dolorida, me da por mirarle y por su rostro pude saber que le faltaba poco para correrse… aaahhh!!. ¡En nada sentía entre gemidos de este como me preñaba… aaahhh!!, debo confesar que en un principio pensé que este haría lo mismo que el viejo… darme de beber, pero pude comprobar como que no… uuuffff!!. Joder que manera de correrse, más parecía que el chico llevara años sin hacerlo… ooohhh!!.

Pues fue venirse y hay acabo todo, este se quedó inmóvil con su pollón dentro de mí, pollón que fui sintiendo como perdía su erección, pollón que nada más sacarla… ooohhh!!. Salió de mi abierto orificio un hilo de semen, pero este era de color oscuro, pues me salió hasta un poco de sangre y todo… uuummm!!. Llegaron a pensar estos que yo era virgen, cosa que tampoco dije lo contrario, pues estaba destrozado.

Descansamos un poco mientras estos se me presentaban, nombres y donde vivían, pidiéndome ese mismo compromiso, deseaban intercambiar números para poder volver a repetirlo, cosa que me negué aludiendo que me iba de vacaciones, cosa que en el fondo es verdad. Y cuando nos marchamos, tuve otro detalle de la dependiente choni, detalle que no fue otro que un comentario, pues me soltó…

  • “A que tenía razón respecto al chico, ¡te vino bien el Popper… eeehhh!!, pues sino, no te hubiera cabido en la boca y menos donde tú sabes”.

Me quede sorprendido por su comentario, bueno, me quede sorprendido e incluso abochornado, me quede mirando a la niñata con cara de malos amigos, pensando quien coño le había dado vela en el entierro. Pero cuando salí, pude ver la infinidad de llamadas de mi mujer como de WhatsApp, como de mi amiga, llamando en esta ocasión a mi mujer y calmándola, contándole…

  • “Lo siento cielo, perdona, pero me cogiste en plena reunión y no te pude atender”.

Cosa que no sé si se lo creyó o no, pero al menos se quedó calladita y aunque esa noche, me quede castigado sin sexo con ella, tampoco puedo negar que no deseaba para nada que se me sentara encima, pues no tenía el trasero para mucho. Bueno, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email es… jhosua1974@gmail.com