Mi primer trío bisex IV, la playa
La noche había sido muy intensa, por la tarde al levantarnos nos fuimos a la playa pensando en descansar un poco para la noche, pero al final aún nos cansamos más, jugando con otra pareja.
A la mañana siguiente era sábado, así que cuando nos despertamos nos duchamos y bajamos a desayunar, solo con bañador y camiseta, con bromas sexuales continuas, a la vuelta en el ascensor a pesar del cansancio volvimos a comernos entre los tres, los dos con el pene fuera y ella mamandonos a los dos y ya sin su parte de abajo del bikini, y en el pasillo casi nos ven, porque antes de entrar de nuevo en la habitación ya estabamos los tres desnudos. Volvimos a repetir un orgasmo cada uno de trabajos orales, pero el cansancio pudo con nosotros y volvimos a quedarnos dormidos. Al mediodía despertamos, y ya no bajamos a comer, pero como la tarde se había puesto soleada, decidimos ir un rato a la playa. La tarde se quedó cálida y se estaba muy bien en la playa, una playa no muy grande y recogida, en verano siempre a tope, por la época que era estábamos casi solo los tres, sólo había otra pareja de jovencitos, no al lado pero tampoco muy lejos. Aunque no era una playa nudista, aprovechamos y nos desnudamos de todo y nos fuimos a bañar, y vimos que la chica de la parejita también se quedaba en topless. En el agua continuamos con nuestros juegos, abrazandonos y besándonos entre los tres, tanto con ella como entre nosotros dos, incluidos mucho meternos mano debajo del agua e incluso sumergir la cabeza a chupar algún pene y lamer el coñito. Con aquellos juegos ya pudimos ver las caras de sorpresa de la pareja al, y mucho más cuando volvimos del agua con nuestros penes en erección, se notaba que habíamos estado algo más que abrazandonos debajo del agua, a pesar de lo fría que estaba, y la verdad es que ya lo hicimos a propósito por el morbo que nos daba que nos vieran. Al chico de la parejita le gustaba nuestra compañera, porque mientras nos bañamos no pudo apartar la vista de ella, lo comentamos en el agua, y al volver del baño pasamos a propósito muy cerca, justo por delante de ellos, ella mostrando sus pechos grandes y redondos, ahora más erguidos por el frio del agua, y nosotros con nuestros penes en erección, y ambos nos miraron aunque intentando disimular. Mientras volvíamos del baño también pudimos verlos mejor, ambos parecían muy jóvenes, ella era muy delgada, menudita y con poquito pecho, morena y pelo corto, con poquitas curvas, era guapa pero no un cuerpazo, hay que reconocer que nuestra compañera estaba mucho mejor. El chico joven estaba cuidado, musculoso de gimnasio, todo depilado y por lo poco que le vimos, porque se tapó, parecía que muy bien armado en su entrepierna. Llegamos a las toallas y nos secamos un poco, de pie y aprovechamos a abrazarnos, besarnos y tocarnos entre los tres, ya mostrándonos hacia la pareja de forma descarada, a lo que ellos respondieron con miradas sin disimular hacia nosotros. Viendo que nos seguían el juego, ella comentó que les podíamos enseñar algo a esos jovencitos y nos reímos, así que adelante con ello... Nosotros dos ya nos habíamos acostado boca arriba en las toallas, masturbandonos de forma mutua, pero ella se tumba en medio, nos quita las manos y nos agarra a cada uno de nuestro pene y empieza ella a masturbarnos, entonces nosotros enpezamos a tocarla y besarla también a ella. Vemos que la pareja se nos queda mirando sin parar, y claramente con cara de excitación. Comentamos que aún se les veía muy flojos, así que decidimos que pasamos a darles un espectáculo más caliente. Nosotros nos ponemos juntos, y ella se pone a cuatro, con el culo hacia ellos, empieza a hacernos una mamada a los dos a la vez mientras separa la piernas y se toca el coño, para que se lo vieran bien abierto, en ese momento ya vemos que el espectáculo está causando efecto, porque ellos han bajado una mano a su sexo y cada uno ha empezado claramente a masturbarse, aunque se tapan con las toallas. Al verlos masturbarse, nos ponemos mas excitados, yo me muevo hasta quedar debajo de ella boca arriba en un 69, ella me sigue chupando, igual que a él, que ahora se puso de rodillas delante de ella, y yo le abro bien las nalgas con las manos y empiezo a comerle el coño, de forma que vieran un primer plano de su culo y coño y mi lengua jugando todo por allí. Vemos que la parejita también ha subido un poco la apuesta, él se ha sacado su pene en erección a la vista y ahora es ella quien lo masturba, mientras ella se ha tumbado y él le mete los dedos por debajo de la parte de abajo del bikini. Nuestros gemidos van en aumento, a propósito con volumen bastante alto dirigido hacia ellos, y vemos que la pareja se levanta y coge sus cosas. Que pena, pensamos los tres, los hemos asustado, pero seguimos a lo nuestro, ya excitados de todo. Ella también muy excitada nos pide que la follemos, yo me levanto y ella se pone a cuatro, él se pone detrás y empieza a follarla desde atrás, desde el principio ella se pone a gemir muy alto, mientras yo me pongo delante de ella de rodillas y le meto mi pene en la boca a ella, que lo chupa con mucho vicio. Cuando me colocaba más cómodo, sentado en vez de rodillas para que me chupara mejor, de repente veo que la parejita no se va, sino que vienen hacia nosotros, y los dos ahora desnudos de todo!! Yo estaba de frente y los vi venir, pero mis compañeros estaban de espalda y no los vieron, iba a decirles algo pero antes de que pudiera, llegaron a nuestro lado, pusieron sus toallas al lado de la nuestras, y se sentaron en ellas, de frente hacia nosotros tres. Los tres nos quedamos parados, y aunque nadie dijo ni una palabra, la situación era muy morbosa y excitante, nosotros nos habíamos quedado quietos por la sorpresa, pero ellos nos miraban, sonriendo, y al momento nuestra mujer toma la iniciativa, se levanta, se acerca al chico joven y empieza a chuparle el pene, el chico estaba totalmente en erección y aunque ya nos parecía grande desde lejos, ahora al verlo apreciamos que realmente tenía un pene muy grande, largo y grueso, quizás no tanto como nuestro consolador de la noche anterior, pero muy cerca. Ya sabiamos que ella estaba deseando probarlo, y al chico se notaba que le gustaba la mamada porque se tumbó y cerró los ojos, y al poco empieza a jadear. La chica jovencita se quedó sentada, mirando para nosotros dos, así que me acerco hacia su toalla, al lado de sus pies,, me agacho y empiezo a acariciarla por su pierna, primero por encima pero luego bajando por el interior, ella se sobresalta un poco, pero me mira, sonríe y separa de todo las piernas, yo entiendo la invitación y me acerco más y empiezo a comerle el coño. Tenía un coñito pequeñito, lo tenía ya muy mojado y solo con un poquito pelo muy arregladito en el pubis, y al empezar a lamerlo ya empieza a gemir. Al mismo tiempo mi compañero se levanta y se pone de rodillas a su lado, y acerca su pene hasta la cara de la chica joven, ella le agarra el pene con cuidado, incluso con un poco de miedo y lo aparta de su cara, y empieza a masturbarlo lentamente, él insiste y le dice con voz muy suave que lo pruebe. Ella asiente y empieza a pasarle la lengua por el glande, no lo hacía muy bien pero él no le dice nada y empieza a acercarselo otra vez, pasando el pene por su boca y su cara. Yo sigo besándola por el monte de venus y subo a besarla por la barriga y subo hasta lamerle los pezones, tenía unos pezones pequeños pero ya muy duritos, quedo pellizcandole los pezones con los dedos y bajo de nuevo a lamerle el coño, con especial intensidad en su clítoris, ella gime y se estira del placer, le suelta el pene y se acuesta, gimiendo con más intensidad y cerrando los ojos. Él le mete a la chica la punta de su pene en la boca, ella no protesta y sin abrir los ojos empieza a chupar el glande. Yo apuro a lamerle el clítoris con más ritmo, ella gime con más fuerza y él se pone encima y le mete el pene más adentro en su boca, hasta hacerla toser, yo sigo atacando su clítoris y tiene un intenso orgasmo, grita y saca el pene de la boca, cerrando las piernas y dándose la vuelta para evitar que le siga comiendo el coño, mientras le temblaban las piernas. Al oír su grito de orgasmo, su novio abre los ojos y nos mira, parece como si fuera a decirnos algo, pero nuestra compañera se da cuenta y le dice que quiere que le folle el culo, poniéndose encima de él, y dejando que su pene le entre todo en el culo, y empieza a cabalgarlo, mientras le deja los pechos a su alcance para que pueda lamerlos y sobarlos, cosa que empieza a hacer de inmediato. Al mismo tiempo, empieza a gritar y aullar, se notaba por sus gemidos que ese enorme pene le hacía daño en el culo, pero no paraba de decir lo buena que era esa polla en su culo, se masturba el coño con los dedos y le aprieta la cara contra sus tetas, mientras él chupa como puede los pezones y jadea sin parar al ritmo de cabalgar. La chica joven los ve, y por la cara que puso no parece que le gustara mucho que su novio esté disfrutando de esa forma en el culo y las tetas de nuestra compañera, porque se giró, se puso a cuatro patas, y empezó a chuparle la polla a mi compañero, que se había sentado delante de ella, pero esta vez no parecía ponerle asco, era por puro vicio, se la metía todo lo que podía en la boca y la chupaba con abundante saliva, incluso le pide que le chupe los testículos y ella lo hace sin protestar. Yo veo su culete en pompa, pequeño y redondito, y no me resisto a volver a comérselo, le vuelvo a lamer el coño y ella gime de nuevo, miro su culito y tenia un ojete precioso, estrechito y claramente aún virgen. Me pongo a lamerle el ano y ella tiembla mientras gime, pero no para de chuparle el pene. Sigo lamiendo su culo y empiezo a meterle dos dedos por la vagina con cuidado, y ella empieza a gemir aún más, retorciendo la espalda para no parar de chuparle el pene. Mientras, su joven novio sigue dándole leña anal a nuestra compañera, ella se cansa de cabalgar y se levanta, se tumba boca arriba y se abre bien las piernas, el chico se pone encima, se coloca sus piernas a sus hombros y vuelve a penetrarla por el culo, mientras le agarra y chupa los pechos, se besan con pasión y sigue bombeando con fuerza mientras jadean y gimen con intensidad. Estamos muy excitados y trato de meterle un dedo por el culo a la chica joven con mucho cuidado, pero esta vez ella se para, mira hacia mí y me dice, con una voz dulce y suave, -follame, pero no por ahí, por favor! Y se pone otra vez a chupar. Yo me pongo de rodillas detrás de ella y coloco mi pene en la entrada de su vagina, empujo un poco y va entrando sin problema, estaba muy húmeda pero como sospechaba era un coñito aún muy estrechito, delicioso!! Sigo empujando hasta que se la meto de todo y ella gime, para de chupar y se deja caer, yo paro y espero a que se recupere, ella vuelve a chupar y empiezo a bombear muy despacio, y ella gime al ritmo de mis penetraciones, la agarro de las caderas y voy aumentando el ritmo, al mismo tiempo que oigo sus gemidos, y como aumenta el ritmo de su mamada. Al poco oímos como el chico no aguanta más y se corre en el culo de nuestra compañera, ella también se ha corrido y quedan los dos abrazados, besándose, acariciándola, y chupando sus pechos. Al poco veo que mi compañero también se corre en la boca de nuestra chica joven, que recibe todo el semen sin protestar en la boca pero lo escupe, ya que tiene un orgasmo al mismo momento, se deja caer y el pene se me sale de su vagina y se queda tumbada con los ojos cerrados y jadeando sobre mi compañero. Yo me acerco, me masturbo hasta también correrme por toda su cara, quedando los dos frotando nuestros penes por su cara llena de semen, su chico estaba mirando con mucha atención, con un mezcla de celos y envidia. Nos recuperamos, nos lavamos bañandonos los cinco desnudos en el mar, y nos tumbamos desnudos en las toallas, y charlamos un ratito, ellos también estaban de vacaciones en otro hotel cercano, y les dio mucho morbo vernos jugar desnudos, y cuando nos vieron empezar a follar se acercaron pensando en hacerlo por separado, pero los acontecimientos los desbordaron. Eran novios, y ambos muy jovencitos, de 18 él y 19 ella, y reconocieron que era la primera vez que probaban algo así, ella nunca se habían corrido en su cara, y él tampoco nunca había follado un culo, ya que ella reconoció que el suyo era virgen, nos reímos y les decíamos que no nos extrañaba, con el tamaño que se gastaba su novio!! Les invitamos a cenar a nuestro hotel, suponiendo que no iban a venir, sobre todo después de decirles que éramos los tres bisexuales y que nos gustaba hacerlo entre todos, la cara que pusieron!!