Mi primer Trío
Un relato muy excitante
Mi primer Trío
Mi esposo me enseñó el gusto por leer relatos eróticos, me los leía o a veces me enviaba algunos y me pedía que los leyera; uno de los que más me impactó fue este porque me masturbé más de una vez leyéndolo: “Actualmente me considero una mujer muy liberal y desinhibida en todo sentido, especialmente en el aspecto sexual, desde muy pequeña tenía mucha curiosidad y desde temprana edad inicié mis experiencias; pero en realidad quien me inundó de nuevas posibilidades y me llevo a vivir varias experiencias nuevas que aún hoy, en algunas partes son poco aceptadas, fue Ricardo el novio que tenía hace cinco años, para esa época yo cumplía 22 años y él 27; como ya he dicho disfruté del sexo desde temprana edad, a esa edad ya tenía algunas experiencias con varios chicos y una experiencia con una amiga del barrio; cuando lo conocí a él, Ricardo, estaba en una fiesta de la universidad y cuando bailamos y sentí su gran paquete pegado a mi entrepierna, supe que ese hombre tenía que ser mío, nunca pensé que desde ese mismo momento; yo ese día estaba con una falda corta no ajustada pero de las que con el movimiento se pegan y muestran muy bien la figura, sabía que esas faldas le encantan a los hombres; llevaba una blusa de manga muy corta tampoco ajustada pero de material que se pega y marca la forma de los senos; no he querido describirme porque así cada cual me imagina como le parezca, solo diré que estoy muy bien y así me lo hacen saber repetidamente; como decía mis senos se marcaban claramente a través de la tela de la blusa, casi nunca uso sostén; mis nalgas y muslos con el movimiento al caminar o bailar se traslucen nítidamente, y claro Ricardo no dejaba de mirarme, cuando bailamos se me pego tanto que sentí claramente todo su pene, primero contra mi pierna y luego al ayudarlo un poco contra mi pubis, que delicia; se notaba que estaba muy excitado y aquel aparato parecía ser muy grande y grueso, lo quería; me pegué mucho a él y desde ese primer baile ya no quise bailar con nadie más, aunque el chico que me llevo a la fiesta insistió tanto que baile algunas piezas con él, le cogí descaradamente el pene para que lograra excitarse rápidamente, me llevo a una mesa de un rincón; le saque el pene, lo acaricié y chupe para que llegara rápido y me dejara en paz con Ricardo; no quería que se me escapara esa oportunidad; claro que Ricardo se dio cuenta de todo y en vez de disgustarse parecía que le agradaba; seguí bailando el resto de la noche solo con Ricardo y me empezó a hablar al oído procurando besarme el cuello, cosa que me encanta, sentía sus manos en mi espalda y como se dio cuenta que estaba muy receptiva metió la mano por debajo de la blusa y me acaricio la piel desnuda de mi espalda, hasta el nacimiento de mis nalgas; lo hacía tan bien que yo comencé a tocarlo todo, su espalda, su cuello, su pelo y lo apretaba más y más; de pronto llego a mis senos; después contaré como fue ese primer encuentro. Pero les diré que desde ese día hacíamos el amor de muchas maneras; pero mi relato de hoy tiene que ver con la primera vez que lo hice con dos chicos.
Cierto día para celebrar la terminación del semestre, me invito Ricardo a una taberna, yo me alisté para él; sabia de sus gustos, mismos que había empezado a apreciar yo; me puse un vestido negro sin mangas con una sola tira en los hombros y un gran escote en la espalda; los senos parecían que se salían, me llegaba apenas debajo de mis nalgas, muy corto y nada ajustado; como nos gusta a los dos; a mí porque siento que todos ven mi cuerpo y me excita, a él porque puede fácilmente tocarme toda y además gusta que lo vean tocándome; le encanta que nos vean calientes; además del vestido solo llevaba una micro tanga y sandalias bajitas, ni medias ni sostén; excitante.
Desde que llegamos a la taberna sentí que él estaba muy excitado, me tocaba toda e insistía en que me quitara la tanga; yo quería pero le decía que luego para excitarlo más; casi hacíamos el amor bailando; él siempre me lleva en el baile de una manera tan total que a me parece que me tiene alzada todo el tiempo; me dejo llevar y me dejo tocar toda; me gusta pegármele tanto que parece que me estuviera penetrando; cuando llegamos nos sentamos en una mesa que estaba en un área un poco más oscura; ya sabía claramente cuáles eran sus intenciones, me encanta que me toque toda en público que otros hombres me deseen y se exciten pensando en mí; casi enseguida que llegaron las bebidas inicio su toqueteo, nos besamos ansiosamente nos abrazamos con gran pasión y me acariciaba las piernas hasta llegar a mi pubis; yo estaba que ardía, como siempre que él me toca; luego bailamos y me tocaba los senos que con ese vestido quedaban al alcance de cualquier mano; yo sabiendo que algunos ojos nos observaban me excitaba más; él me pegaba el pene que ya estaba totalmente erecto, duro, caliente y palpitaba al lado de mi vulva que esta mojada anticipando lo que venía; él bajo las manos y agarro mis nalgas primero suave y luego más y más duro, cada vez nos pegábamos más si es que era posible, sentía como su pene seguía creciendo y como templaba el pantalón queriendo salir, yo lleve mi mano a su paquete y lo apreté bien duro como le gusta; me dijo, “sácalo”; yo miré a todos lados a ver quién nos veía y en realidad había algunos hombres que veían disimuladamente tratando que no se notara su curiosidad, eso me calentó más aun y le baje el cierre y metí la mano, pero el pene estaba muy duro y grande y casi no podía cogerlo; él se apartó un poco y se desabotonó el pantalón para que yo pudiera sacarlo del todo; al cogerlo allí casi me vengo de la excitación que me produjo; estaba tan caliente; lo acaricié de arriba abajo, metí la mano toda para cogerle los testículos estaban grandes y llenos, los acariciaba suave muy suave porque eso lo vuelve loco; luego le tomaba la base del pene y lo apretaba muy duro y comenzaba a recorrerlo todo; que rico como palpitaba en mi mano; tendré que resumir un poco porque es que cada recuerdo me trae todos los detalles y sería muy largo mi relato; él me acarició toda y cada vez que estábamos en la mesa yo le sacaba otra vez el pene y se lo besaba y chupaba con desenfreno; insistió en que me quitara la tanga, me fui al baño, me la quite y aproveche para examinarme; estaba tan excitada que toda mi vagina estaba húmeda y mi ano pedía atención; volví y Ricardo me saco a bailar y de una vez empezó a tocarme toda, me apretaba los senos metiendo la mano por un lado del escote era muy fácil sacarlos todos; me acariciaba las nalgas subiendo el vestido y me apretaba contra su gran paquete; esto me volvía loca y me pegaba más aun, sabiendo que cualquiera nos podría ver; él seguía pegándose y en repetidas ocasiones se sacaba el pene y me lo frotaba contra mi vagina tratando de entrar; me excitaba más aún, no paraba de meterme un dedo en el ano, estaba a mil igual que yo; me decía al oído que fuéramos al baño a hacerlo; esto me calentaba más; volvimos a la mesa cuando llegaron dos muchachos y se saludaron como si fueran amigos de toda la vida; vi que Ricardo aunque inicialmente se sintió desanimado por la interrupción luego comenzó a calmarse y se animó con la charla de ellos que se sentaron en nuestra mesa, claro yo me desilusioné porque Ricardo ya no me acariciaba con el mismo ímpetu de antes, aunque ocasionalmente lo hacía de una manera muy suave y disimulada que me empezó a calentar de nuevo; después de un rato de ponerse al día en chismes y demás seguimos bailando, el primero que me saco fue Gonzalo un tipo un poco más bajo que Ricardo era como de mi estatura pero bastante grueso y apuesto; bailamos muy discretamente pero yo estaba caliente y sentía un poco de vergüenza porque podría notar que estaba sin ropa interior; él me miraba fijamente y me hablaba suave al oído, de pronto la música cambio y me apartó suavemente, me tomo de la cintura y me pego a él; hummmmmmm, sentí tanta vergüenza al sentirlo tan cerca y yo sin sostén y sin tanga; me apretó más aun y bajo la mano, no me atrevía a moverme mucho pero sentía su cuerpo firme junto al mío, mis senos estaban completamente pegados a su pecho y lentamente fue pegando su entrepierna a mi muslo, le sentí que tenía un gran paquete, me separe un poco pero algo de la excitación que tenía me impidió alejarme mucho; el aprovecho este momento para pegarse más; pego su pubis contra el mío, sentí todo su pene caliente, grande contra mi vulva; que calor sentí; el bajó su mano por mi espalda y llego hasta el comienzo de mis nalgas y las paseo por todo el contorno de mi cintura, como tratando de descubrir el inicio de mi tanga; allí debió darse cuenta que no tenía y se éxito más porque se me pego más y más; yo estaba como idiotizada, no podía moverme sentía un impulso de salir corriendo pero también me calentaba mucho de sentirlo tan excitado; el bajó la mano y como mi vestido era tan corto no le costó ningún esfuerzo llegar al borde, subir un poco la mano y tocarme las nalgas desnudas que inmediatamente sintieron su mano tibia palpitaron involuntariamente yo sin darme cuenta lo apreté más y moví mis caderas tratando de soltarme lo que ocasiono que refregara mi vulva contra su pene y el creyó que era que quería que me cogiera más y trato de besarme el cuello, allí aproveche para soltarme bruscamente y me fui para la mesa donde Ricardo y el otro amigo estaban riéndose de algún chiste; Ricardo me hizo campo para que me sentara pero lo tome de la mano y le dije que bailáramos.
Tan pronto comenzamos a bailar yo empecé a temblar, él se dio cuenta y se puso serio y me preguntó que me pasaba, yo con un poco de temor por su genio le dije que Gonzalo me apretó más de la cuenta y que se me pego mucho; creí que se disgustaría pero me tranquilizó y me dijo que sabía que Gonzalo era un poco lanzado pero muy respetuoso que no me preocupara que yo podría manejarlo con suavidad pero con decisión; luego comenzó a preguntarme que me había hecho y me pedía que le contara con detalles; yo le conté todo y noté que igual que yo se excitaba y comenzó a tocarme nuevamente; esto me calentó tanto; me dijo que fresca, que siguiera bailando con Gonzalo si quería pero que no le permitiera hacer mucho, en todo caso que le contara lo que hacía; yo le dije que no me gustaba mucho seguir bailando con él, pero Ricardo me seguía acariciando tanto y sentí que su pene estaba que salía de su pantalón, que me calentó más aun; luego el me besaba todo el cuello y me acariciaba los senos apretando con sus labios mis pezones que estaban duros; volví a mirar a nuestra mesa y Gonzalo no nos quitaba los ojos de encima, entonces de pura mala para darle más envidia y de castigo por lo que me hizo comencé a tocar el bulto de Richi, lo acariciaba todo con más descaro y luego se lo saque del pantalón para que Gonzalo viera que mi novio tenía un gran pene, lo apretaba y lo soltaba suavemente le metía la mano para acariciar los testículos; Ricardo estaba como loco; me decía vamos al baño; yo le decía que no pero en el fondo quería que me poseyera en cualquier lugar; apenas volvimos a la mesa Gonzalo se paró y me invito a bailar; mire a Ricardo pero el apenas me miro.
Gonzalo me tomo en su brazos y trato de apretarme de una vez, yo lo separé un poco y comenzamos a bailar; era una salsa y el trataba en todo momento de apretarme, yo tratando de tenerlo a distancia entonces Gonzalo empezó a hacerme girar lo que ocasionaba que mi vestido se levantara y creo que se me veía claramente que estaba sin ropa interior miraba a la mesa y Ricardo estaba encantado viendo como yo bailaba con su amigo, estaba tan apenada de que algunos podrían ver mis nalgas y mi vulva, pero también me calentaba sentirme así excitando a mi novio y a Gonzalo; luego él aprovechó un descuido mío y me apretó tan fuerte que quede totalmente pegada a su pecho, a su pubis, le sentía toda la dimensión de su pene y la verdad lo sentí tan grande que me éxito mucho, además el me metió su mano atrás, dentro de vestido y me acaricio toda la espalda sacaba un poco la mano y luego la metía otra vez hasta el fondo bien abajo tratando de tocar todas mis nalgas desde arriba, la verdad yo estaba como loca de sentimientos encontrados, por un lado tenía un gran miedo y susto de que ese hombre que acababa de conocer me tocaba con descaro y frente a mi novio, pero por otro lado estaba tan excitada al ver que mi novio nos miraba, aunque estaba un poco lejos estoy segura que alcanzaba a darse cuenta de que me estaba tocando así; entonces me solté con fuerza de él y en el momento que me desprendí de su abrazo el saco la mano de mi espalda y me cogió un seno, lo abarcó completamente con su mano y me apretó toda la base y luego el pezón; sentí que al alejarme de él, mi vagina estaba completamente mojada por la excitación; no alcancé a llegar a la mesa, Ricardo se paró y tomándome de las dos manos me dijo, bailemos, llevándome nuevamente a la pista; empezó a besarme y me preguntó qué había pasado, que le contara todo; yo le decía lo que Gonzalo había intentado y él, lejos de disgustarse sé éxito mucho hasta el punto que me llevo casi a rastras hasta la sección de baños, nos metimos a uno de damas, el cerró la puerta y de una vez empezó a tocarme los senos y a besarlos, luego me subió el vestido y me empezó a besar la vagina que sintió gran alivio al sentir su lengua, Ricardo sabiendo lo que más me gusta me volteo y me pasaba la lengua por el ano, me la metía todo lo que más podía y yo no pude aguantar mucho me vine con un orgasmo como hacia bastante tiempo no me ocurría; él seguía dándome lengua por el ano y me metía dos dedos en mi vagina; luego yo lo tomé y le dije que quería sentirlo bien adentro, él me quito todo el vestido dejándome desnuda, se bajó los pantalones y los interiores, se acomodó semisentado en los lavamanos, me colocó frente a él, me tomó de las nalgas y me penetró salvajemente, duro fuerte y bien adentro, yo volví a venirme, el continuo bombeándome muy rápido estaba como loco de la excitación; cuando de repente se abrió la puerta que creí que él había cerrado; entró Gonzalo; tenía una cara de lujuria tal que me quede asustada; volví mi rostro a mirar a Ricardo a ver como reaccionaba pero se quedó quieto sin pronunciar palabra pero su pene que lo tenía bien adentro, empezó a palpitar mucho como si existiera por sí mismo, sentía que crecía más; yo esperaba que reaccionara, pero se quedó allí abrazándome con el pene clavado y aumentando dentro de mí; yo muy excitada; Gonzalo aprovecho la indecisión y dijo: “perdone hermano, pero es que su novia está muy buena” y diciendo esto empezó a tocarme la espalda y mis nalgas que estaba frente a él; al sentir sus manos me excita más pero no le quitaba los ojos de encima a mi novio que seguía quieto, pero lentamente comenzó a mover adentro y afuera su pene; sentí que Gonzalo se me pegaba más, ahora acariciaba mis senos desde atrás; sentí como me acercaba su bulto a mis nalgas desnudas; luego se separó y se bajó los pantalones; pudo más mi curiosidad que el miedo y volví a mirarlo; que pene tan grande, jamás había visto uno así; era formidable, grueso y largo; volví a mirar a mi novio para ver qué haría pero el comenzó a bombear más duro y en una única reacción me comenzó a besar apasionadamente, me penetraba con la lengua en mi boca igual que me penetraba con su pene en mi vagina con rudeza, era tan caliente; de pronto sentí que Gonzalo me acercó su monstruo a mis nalgas, pensé que quería que lo sintiera cerca, caliente pero estaba muy equivocada; me abrió las nalgas y sin ningún previo aviso me penetro; y por más que me sorprendió yo involuntariamente me abrí todo lo que pude porque lo quería adentro; mi novio me apretó fuertemente y Gonzalo insistió hasta que me la metió toda; que placer; nunca me había sentido tan llena, me quedé quieta unos instantes tratando de acoplarme a esa inmensa masa dentro de mí, mi novio explotó en un gran torrente de semen que me baño toda la vagina y desbordó hacia mis muslos, esto ayudó a excitarme más y empecé a moverme un poco para sentir ese gran pene en mi ano; que gustooooooooo; Gonzalo comenzó a moverse adentro, afuera, adentro, afuera; creí que Ricardo saldría de mi pero estaba equivocada, el continuo moviéndose y su pene seguía duro adentrándose más en mi vagina; empezamos a movernos los tres con un ritmo desenfrenado; cada vez sentía como esos penes dentro de mi crecían más si es posible creerlo; mis pezones estaba a punto de reventar; sentía mi clítoris apretado contra en pubis de mi novio; Gonzalo, sin sacar casi nada su enorme pene de mi ano, me acariciaba las nalgas duro, muy duro y me apretaba contra el para que le sintiera todo su tamaño; esto no pude aguantarlo por mucho tiempo; me vine como loca y ellos me besaban y me tocaban cada parte de mi piel haciendo que ese orgasmo fuera más y más largo; es hasta este momento el mejor orgasmo de mi vida; que delicia casi me desmayo de gusto.”
Le conté a mi esposo que este relato era el que más me gustaba y desde ese día cada vez que teníamos sexo, me invitaba a imaginarme que otro hombre me penetraba simultáneamente con él y llegaba a experimentar orgasmos muy intensos