Mi primer trago
Después de pasar unos días en Ibiza con mi novio y otra pareja para celebrar el final del bachiller y el selectivo, el desmadre de la última noche terminó en un rincón de una discoteca con un hombre de 50 años.
Era nuestra última noche en Ibiza, después de pasar tres días de tranquilidad con mi novio y una amiga que también trajo al suyo, decidimos desmadrarnos la última noche con un poco de fiesta. Recorrimos las mejores calas y nos bronceamos como nunca, pero nos faltaba por conocer una de las discotecas por excelencia de la isla: Pachá.
Después de hacer el botellón yo iba muy borracha y nos fuimos los 4 a la discoteca, con los bailes subidos de tono y con gogos desnudos, tanto tíos como tías, mostrando sus intimidades. La verdad que el ambiente está caldeado al máximo, cuando nuestros novios se despistaban un poco nos entraban a las 2, pero a pesar del tonteo no llegábamos a nada más que unas palabras y adiós. Había gente muy variopinta, pero nos llamó la atención un hombre de unos 50 años, con el pelo canoso, que no paraba de merodear a nuestro alrededor.
Tras varias rondas de chupitos, me entraron unas ganas de mear enormes y me fui corriendo, pues no sabía si me aguantaba Cual fue mi sorpresa al volver que no encontraba a mi novio ni a la otra pareja, así que decidí quedarme allí en el mismo sitio que estabamos esperando a que volvieran.
Un ratito por allí y volví a ver al hombre mayor que había, y al verme sola se me acercó y me dijo algo (que ni entendí por el ruido y mi borrachera) y me ofreció su vaso para beber. Era alguna bebida muy fuerte que ni conocía, pero con 2 tragos tuve suficiente para ir como una cuba Me fui a un rincón y apoyé la frente en la pared y en pleno mareo noté como unas manos acariciaban mi culo Empezaron a manoseármelo y me quedé apoyada y sin poder evitarlo empezó a gustarme ese manoseo. No me atreví a girarme, supuse que sería mi novio. Pero al cabo de unos instantes, en plena calentura, noté como me levantaba la minifalda y las manos ya estaban encima de mis bragas.
Era un rincón oscuro, justo detrás de unos altavoces grandes, y el hueco que había allí detrás era imposible de ver, y las manos fuertes que me acariciaban las nalgas me fueron empujando con fuerza y sin posibilidad de oposición hacia allí.
Estaba increíblemente excitada con la situación, y sus manos subieron por debajo de mi camisa y me alcanzaron los pechos, al tiempo que el sujeto me pegaba su bulto a mi trasero.
Mi calentón era más que evidente y cuando noté que las manos iban bajando buscando mi sexo, casi me desvanezco. Lo estaba deseando, estaba totalmente mojada y el cabrón este iba a notarlo con sólo un roce, y así fue, al notar mis bragas empapadas las apartó a un ladito y empezó a acariciar mi clítoris. No tardé en correrme como una loca, pero lo más morboso de la situación vino cuando el tío me dio un empujón, me sentó en el suelo y cuando menos lo esperaba tenía una polla delante de mi boca!
Levanté la cabeza y era el hombre de 50 años, el tio me habia hecho tener un orgasmo increible y ahora tenia su polla delante de mi cara. Me miró y casi con sólo mirarme no pude contenerme a tocarle la polla con un poco de reparo. Era de tamaño normal, estaba flácida, pero invitaba a comermela Sólo me paró el hecho de que nunca se la chupo a mi novio, pero ante esa situación me la puse dentro de la boca sin pensarlo. Estaba blandita, podía jugar con mi lengua, y poco a poco notaba como se iba poniendo dura.
Era impresionante notar como aquello que no era de un tamaño destacado, iba creciendo tanto hasta el punto de no caberme toda dentro de la boca. Era todo, su tamaño, su sabor Se notaba que era una polla madura y veterana. Nunca había hecho algo así y sin tocarme estaba a punto de correrme. Y decidí darle a aquel señor la mamada de su vida, y decidí que me lo iba a tragar todo por primera vez para recordar para siempre ese momento.
Noté su excitación y cuando más dura estaba aceleré el ritmo al mismo tiempo que le tocaba los huevos y noté como estaba a punto para explotar. Cuando menos lo esperaba, noté un chorro enorme de leche muy caliente y con un sabor entre repugnante y ácido, pero que por el calentón que llevaba me resultó tan placentero Tragué todo como pude, pero es que vinieron 3 chorros más de la misma intensidad, que hicieron imposible tragarlo todo. Parecía que me había bebido un cubata de un trago, y aun así se me escapó un poco de leche que cayó sobre mi escote.
El hombre se subió los pantalones y se marchó de allí rápidamente, y yo me levanté como pude, borracha y caliente todavía, y me fui a la barra donde estaba mi novio.
-Cariño, llevamos media hora buscándote!-Y me besó.- Has vomitado? Te huele muy mal la boca!
-Cariño, es que he bebido demasiado, vamos a dormir?-Respondí.
Mi novio como buen chaval que es aceptó, nos fuimos a dormir y aquella noche no tuvimos nada porque yo me quedé más que servida. El se durmió sobre mi pecho, oliendo el semen que se me había derramado de la boca, y yo soñé aquella noche con el hombre de 50 años y con su polla que me había dado su leche por primera vez en mi vida