Mi primer squirt
Una noche más de dedo se volvió en mi primer squirt
Pasé toda la noche masturbandome para al fin lograr hacer un squirt.
La historia empieza desde que me bañé para dormir, me pasé el jabón nuevo de avena por el coño y el culo para hacer espuma, le bailé a la pared como una completa puta, como si alguien pudiera verme. Bajé mi calentura con el agua fría, me peine y salí del baño para vestirme, una pijama holgada, porque si tenía intensiones de dormir, hasta que vi cierta publicación en Instagram.
Cerré la puerta con seguro, desenrede los audífonos, busqué porno de hombres grandes destrozando a chicas pequeñas, me deleite con vergas enormes entrando en vaginas diminutas, mujeres gritando de placer y corridas masivas.
Así seguí hasta que sentí mis dedos muy mojados, estaba mojando la sábana, puse la toalla bajo mi culo y seguí la diversión con mis dedos, mi vagina estaba caliente por dentro y por fuera. Entré a leer algunos relatos que me pusieran aún más caliente, y lo conseguí, una esclava siendo humillada en un parque a pleno sol del día.
Sentía que mis dedos ya se encalambraban y busqué a mi bebé, un dildo de 20 cm, era verde aquamarina, un poco duro pero de textura suave, le escupí y le pase por todo lo largo llevándolo hasta el fondo de mi garganta, lo bajé por entre mis tetas hasta mis labios, lo posicionaron mi ano, pero no tenía ganas de un anal ahora, al meterlo en mi vagina entró muy fácil hasta el fondo.
Me senté en la cama para hacer que el dildo saliera y tener que meterlo subiendo y bajando mi trasero, pero el dildo estaba tan ajustado que no se resbalaba. Así que me puse de rodillas y levanté las pompas hacia el borde de la cama, como si alguien más me estuviera cogiendo, ahí si sentí que mi bebé se movía, y comencé a hacer el mete y saca suavecito, como lo hacían en el vídeo, una pareja que había pasado de la puerta de entrada al sofá y ahora estaban en la habitación, para más placer mío, el hombre del video era muy parecido al chico que me gusta y me he querido coger los últimos dos meses. Un hombre de grandes brazos y muslos, con voz gruesa, ojos verdes y una polla grande.
El dildo y mis dedos estaban en armonía, por así decirlo, no gemia muy alto, de vez en cuando escondía la cabeza entre las almohadas cuando sentía que iba a salir por fin y aumenta la velocidad de mis manos, pero no sucedia. 3 horas, 3 horas llevaba ya dándole a mi vaginita
Seguía mojada? Claro que si. Cansada? Algo. En un momento cerré los ojos mientras seguía empujando el dildo en mi y tuve un microsueño, descanse un poco solo cerrando mis ojos, rozaba mis pezones y se me ocurrió usar las pinzas de la ropa que tenía guardadas. Me pare con el disco aún en mi, caminaba y lo sentía dentro, de lo más placentero. Puse las pinzas de plástico en cada uno de los pezones y dejé caer la blusa dle pijama, el roce las hacía moverse y eso templaba más mis botoncitos.
Volví al borde de la cama, ahora abierta de piernas boca arriba, con las pinzas rectas hacia arriba, con el dildo saliendose poco a poco y volviendolo a meter, el dedo en el clitoris infaltable, y seguí dándome duro con los gemidos de alguna mujer siendo destrozada, deseaba ser yo y ahí fue cuando esa sensación de no querer parar, moví ambas manos aún más rápido, las tetas se me movían de la agitación por lo que las pinzas de balanceaban de un lado a otro, y llegó la emoción del agua saliendo de mi, dildo adentro y afuera, haciendo ese sonido de chupa me parecía majestuoso, hasta lo sentí en mi culo escurriendo, fui bajando la velocidad y tiré de las pinzas dejando las tetas como un triángulo, los pezones parecían dos tiras de plastilina, dolían pero era un dolor placentero, cuando los liberé fue cuando sentí el verdadero dolor, el grito interno que hundí en la almohada me hizo querer hacerlo de nuevo, el dildo ya se había salido del todo, me levanté puse las pinzas y comencé a saltar, al quitarlos el dolor fue más intenso.
Después de eso quedé dormida. Me desperté casi una hora después para mamar a mi bebé que habia quedado a mi lado y volví a quedar dormida.