Mi primer relato TERCERA PARTE
Sigo pasando esa semana gloriosa, entregada al placer y la aventura...
Buenos días…
Mi despertador sonó a las 10 am, aunque yo ya llevaba varios minutos despierto, acariciando mi cuerpo desnudo y con una enorme sonrisa en mis labios… estaba lleno, completo y súper feliz recordando los placeres de la noche anterior y por lo que sabia que sería el día de hoy…
Mientras sonaba un tema de Puccini en mi despertador, vi como mi miembro estaba saludándome con un hermoso empalme mañanero, tomando un poco de pre-cum con mis dedos los llevé a mi boca y chupándolos volví a sonreír, acepté que, de nuevo, mi loca interior, llevara los controles y allí desnudo completamente, me entregué sumisa a las aventuras de hoy, despidiéndome de mi otro yo mientras seguía disfrutando del olor y el sabor que dejó en mi piel mi querido y divino “supervisor"…
Estiré mis brazos y mi cuerpo y me levanté viendo el sol poderoso que ya iluminaba todo mi cuarto y la terraza, me puse la hawaiana de anoche que estaba en el piso y fui a la cocina a preparar el café mientras ideaba como debía ser mi encuentro con Don Gustavo esta tarde a las 3 pm, ese macho que tanto me pone pero que se dió el tupé de ofrecerme como puta al Supervisor. No estaba molesta ni nada por el estilo, pero sabía que debía actuar de esa forma para que Don Gustavo tuviera que clamar por mi perdón, jajajaja soy definitivamente una loca traviesa.
Salí a la terraza con mi taza de café y coloqué la tumbona en el lugar donde siempre la colocó para tomar el sol, recostada veía la terraza del edificio que quedaba de frente a mi vista, recordé al mirón que ha estado allí estos días. Ahora no había nadie…
El sol estaba divino, así que decidí que luego de desayunar lo aprovecharía para colorear mi piel a placer, cuando me levanté, me acerqué al borde de la terraza y traté de descubrir cual era ese edificio, usé mi mapa mental para identificarlo y caí en cuenta que era en la calle de atrás de la mía y también me llamó la atención que estaba aun sin habitar, todo el edificio estaba vacío…
Me preparé algo de comer continuando con mi planificación para el día de hoy.
Me di una ducha rápida y me puse una tanga negra a media nalga con lazos a los lados los cuales ajusté para que el bronceado fuera el deseado tomé una toalla grande color naranja, mi aceite bronceador y me fui a la terraza.
Una vez allí me recosté en mi tumbona y encendí un cigarrillo y con mis lentes de sol protegiendo mis ojos y que escondían mi mirada comencé a disfrutar del calor del sol, eran ya las 12 del mediodía. El calor y el sol eran exquisitos.
Mientras fumaba y protegida por mis lentes de sol vi una especie de movimiento en la terraza del edificio del mirón, ¿sería él? Me pregunté… seguí fumándome mi cigarrillo y haciéndome la distraída traté de afinar mi vista aún mejor para descubrir si aquella sensación era verdad.
Era el, si, me estaba viendo como medio a cubierto, el muy granuja. Seguí haciéndome la distraída y apagué el cigarrillo en un cenicero que estaba en el piso debajo de la tumbona, normalmente tomo el cenicero y lo pongo en el descansa brazos de la tumbona y allí apago mis cigarrillos, pero el show recién comenzaba, así que tumbando sobre mi espalda me retorcí apagando el cigarro manteniendo el cenicero en el piso y tuve que levantar mi culito para su mejor vista… esto apenas comenzaba.
Al reincorporarme volví a mirar fijamente y era más obvia la presencia de mi admirador, tomé el aceite y comencé a ponerme bronceador en mis piernas, luego en mi pecho y brazos. Me levanté y dándole la espalda a mi admirador puse en mis manos bastante aceite, coloqué el bronceador en el piso y comencé a ponerme aceite en la parte baja de mi espalda, con mis brazos en jarra fui moviendo mis manos dejando que me llenarán de aceite lo que podía de mi espalda, tomé de nuevo el pomo y me volví a llenar las manos de aceite, continué con la ceremonia pero esta vez dejé que mis dos manos a la vez se introdujeran por debajo de mi pequeña tanga comenzando a llenar de aceite mis nalgas en una coreografía lenta y profunda, en una coreografía que regalaba mas desnudes de mi parte pero no obviamente.
Seguí suavemente con mis manos sabiendo y sintiéndome observada, saqué mis manos de allí y subí mi tanga haciendo que la tela se introdujera en mi raja, así seguí con mi masaje suave y continuo, me detuve y adentre un poco más mi mano derecha dejándola tocar mi tesoro al final de la raja. Acaricié mi ano de una manera distraída, pero con suficiente apertura como para que el supiera a cabalidad que me estaba tocando. Que me estaba llenando de aceite…
Me detuve y volteándome me volví a recostar en la tumbona, cuando lo hice y miré hacia donde estaba mí admirador, vi un reflejo que me llamó mucho la atención, ¿será posible que este hombre tuviera algún tipo de aparato para verme mejor?... esa posibilidad me trastornó de placer. El empalme que tenía hacía que mi glande se asomara de mí tanga haciéndome ocultarlo continuamente… estaba pasándolo de lo lindo. El simple hecho de la posibilidad que su visión fuera la de como si estuviera a mi lado, hacia mi performance no solo más excitante, sino que debía ser más certero, así que comencé a disfrutar como si fuera un hecho que mi admirador estuviera en primera fila a solo dos metros de mi piel…así todos lo pasaríamos mejor…
Seguí acariciando mis muslos llenándolos más de aceite mientras continuaba con mi actitud de distraída, nunca demostrando que sabia que me veían y mucho menos que sabia que esa visión era de cerca, yo simplemente era una belleza excitada y sola en su terraza, dejándose hacer por el sol, jajajaja ese era mi papel esa tarde.
Abrí mis muslos e introduje mi mano hacia mi ano comenzando a tocármelo y llenándolo más de aceite, poco a poco introduje un dedo mientras trataba de ver hacia mí admirador y ver si tenía alguna reacción. Sacaba y metía mi dedo una y otra vez lentamente dando un show espectacular y excitándome a tope, de repente vi como el se había puesto de pie, ya no estaba ocultándose y eso casi hizo que me corriera allí mismo, tuve que cerrar mis muslos con mi mano allí para evitar que eso pasara.
Decidí poner un poco de pausa y ya que mi admirador estaba más salido, me volteé lentamente poniéndome a tomar el sol de espaldas, lo único malo es que así no podía verle… pero sabía que estaba allí, así que pare mi colita más aun y con ambas manos volví a subirme la tanga para que mis nalgas se tragaran la tanga y el sol me pusiera color mientras dejé mis manos en ellas para acariciarlas suavemente. Así estuve unos 10 minutos hasta que me levanté entrando a la casa para poder gemir y gritar mi estado de excitación en paz y libertad, como loca….
Fui a la cocina a tomar agua y recordé que mi Mamá tenía una especie de larga vistas de un solo lente que usaba cuando iba a ver saltos ecuestres, una de sus pasiones.
Fui corriendo a su cuarto y lo busqué con ansias, lo encontré más rápido de lo que me imaginaba y desde allí mismo y a través de su ventana, pero sin ser vista, lo usé para ver de cerca a mi admirador… allí estaba él.
Era a simple vista un hombre muy moreno y con su pelo medio canoso, no sabía que edad podría tener, con los de su raza es muy difícil acertar, pero no era ningún niño, me inclinaba a pensar que quizá pasaba de los cincuenta. Tenía una especie de mono de trabajo de esos que llevan cierre completo al frente, el cual llevaba abierto hasta casi su cintura donde le colgaban los binoculares que habían hecho ese reflejo que antes vi. Podía verle el pecho liso y brillante por el sudor producto del calor que hacía, disfruté de ese pecho brillante y liso por unos segundos…
Que placer saber que lo podía ver, pero ahora este juego llegaba a una encrucijada… ¿qué hacer? ¿Seguir viéndolo acá a escondidas? Creo que eso seria inútil ya que él en cualquier momento perdería interés al no verme. La otra opción era salir afuera de nuevo pero esta vez con el larga vistas conmigo, esto era lo que más me moría por hacer, pero una vez le viera y el me viera a mi con sus binoculares estaríamos cerca gracias a nuestros instrumentos y ya no podría seguir haciéndome la distraída. Si finalmente decidía salir con mi larga vistas el argumento tendría que cambiar y bien podría llevarnos a algo más…
Pero por supuesto que decidí salir, jajajaja soy demasiado puta…
Antes de salir fui a la cocina, tomé bastante agua y me llevé un plátano para comérmelo afuera. Esa podría ser hasta una invitación.
Salí a la terraza de la misma forma que me fui, tranquila y lentamente. Pude percatarme que el se volvió a levantar, creo que se había sentado mientras no estuve en la terraza, me tumbé en la tumbona y coloqué mi larga vistas en el suelo, comencé a pelar el plátano mientras a través de mis lentes de sol a lo lejos veía y sentía como me estaban observando con mucho interés, sabía que el me veía de cerca, como si estuviera a un par de metros mío…
Abrí mi boca de la forma más erótica posible y me introduje el plátano lentamente abriendo mis labios pero metiéndome solo la punta, sin morderlo, solo lo introduje, lo volví a sacar y me lo pasé por los labios como si fuera un labial, volví a abrir la boca y me lo introduje más… Este hombre debe estar volviéndose loco. Yo ya estaba que no podía retroceder…
Lo mordí y me lo seguí comiendo, estaba buenísimo… Al terminarlo encendí un cigarrillo y me levanté tomando mi larga vistas conmigo y apuntándolo hacia él lo vi, nos vimos… desde lo lejos pero frente a frente, él ya había sido descubierto y yo con mi actitud lo aceptaba.
Me quedé fijamente observando a aquel hombre que me observaba y que ahora sabía que yo lo observaba a él… nos quedamos así por un momento, él se estaba tocando un muy prominente bulto entre sus piernas. Volví a tumbarme para de nuevo con los larga vistas seguir viéndolo de cerca… Mientras nos veíamos, con mi mano derecha apoyada en el descansa brazos de la tumbona le saludé con mis dedos de manera pícara mientras con mi otra mano acariciaba mi nalga de una forma exquisita. El definitivamente tenía una mano acariciándose ese majestuoso bulto, pero…
De repente el se levantó y se fue…
Allí quedé, sola, abandonada, super excitada y con mucha curiosidad de que pudo haber pasado con mi admirador, ya eran casi las 3 pm y yo súper cachonda y más cayendo en cuenta que estaba a punto de ver de nuevo a mi oso gentil… ya Don Gustavo estaría por llegar de un momento a otro y yo era un volcán de deseo en erupción…
El timbre me regresó a la realidad, estaba pensando en mi admirador y su fugaz escape…
Busqué una camisa de seda muy fina que es enorme y medio transparente de color blanco y que a veces uso como bata de casa, debajo solo estaba mi tanga negra y mi piel llena de aceite…Abrí la puerta…
-Yo: Holaaa, buenas tardes señor
Allí estaba él, con una mezcla en la cara de entre bestia excitada y mascota que la había cagado… viéndome de arriba abajo…
-Yo: pasa por favor…
Pasó y cerré la puerta tras de él, se detuvo y yo siendo distante pero educada le dije, estás en tu casa, le ofrecí tomar algo, una cerveza bien fría, por ejemplo.
El asintió y mientras yo buscaba la cerveza se quedó viéndome la espalda donde por supuesto se podía ver perfectamente mi desnudez y mi muy rica tanga a media nalga. Yo como siempre dediqué mis movimientos, sin ser exagerada, ni vulgar, pero eso sí, muy erótica mientras le buscaba su cerveza en el refrigerador tomando también una para mí.
-Gus: No sabes cómo lo siento, sé que no debí hacer lo que hice…
-Yo: ¿Y se puede saber exactamente qué fue lo que hiciste? Aparte de haberme dejado abandonada y a merced de otro.
-Gus: No, no es así, de verdad que me sentí muy mal y me tuve que ir.
Mientras hablaba, pase muy cerca a su lado dándole la cerveza e indicándole con un gesto me siguiera a la terraza. A este macho lo iba a hacer sufrir, mientras yo disfrutaría al máximo eso y solo hasta que yo no aguante más, ese plan debía seguir así.
Acerqué una silla a mi tumbona para que se sentara a mi lado y sentándome le invite a sentar, su silla la deje a solo centímetros de mi tumbona, el comenzó a hablar.
-Gus: la noche que estuvimos juntos fue sin lugar a dudas el momento más divino y erótico de mi vida y recuerda que no soy ningún niño, he vivido. Cuando te fuiste me quedé como colgado en tu olor, con tu piel en mi piel y sin cabeza, me quedé como tonto y al poco tiempo llegó el supervisor que me encontró con esa cara y sin darme cuenta, sintiendo solo la necesidad enorme de aliviarme, le conté todo lo que habíamos pasado.
-Gus: Nunca imaginé que el se pusiera como se puso, me comenzó a preguntar detalles y yo a contarle, lo siento… estaba como loco, lo que me hiciste me dejó como fuera de mí…
Mientras el me contaba yo me quité el camisón y encendí un cigarrillo viendo a través de mis lentes de sol como su bulto crecía a medida que hablaba y me veía de la cabeza a los pies.
Me volteé lentamente hacia el lado contrario para buscar el cenicero en el piso dándole una vista perfecta de mis nalgas. Cuando regresé tenía sus labios entreabiertos… jajajaja el pobre.
Me tomó la mano y llevándola a su cara comenzó a besarla mientras me pedía que le perdonará por lo que había hecho.
-Yo: Solo quiero saber, ¿por qué le dijiste al Supervisor que se “encargara" de mi? ¿No te das cuenta que me pusiste en una situación que pudo degenerar en algo hasta peligroso? ¿Se te olvidó que te dije que me gustaba ser discreto y que solo me abría a quien yo quería...?
-Gus: Tienes razón, lo siento, perdóname, haré lo que me pidas, pero perdóname.
Mientras lo veía a través de mis lentes de sol, vi que mi admirador a lo lejos había vuelto de nuevo, ahora sí que la cosa se ponía buena…
Me incorporé y acercándome a su cara le di un beso en su mejilla y le dije:
-Yo: ok si estas dispuesto a lo que sea, te perdono…
Me puse de rodillas en la tumbona dándole la espalda y me incliné para buscar el aceite debajo de ella, mis nalgas fueron protagonistas una vez más a solo dos palmos de su boca, comencé a tumbarme, pero esta vez de espaldas y le dije estando así en cuatro, que me pusiera aceite y que quería que fuera lento y largo. El sonrió como quien se salva de la horca por simple casualidad y en su último momento. Mientras le dije, “sé que tengo ese efecto en los hombres"… no te preocupes, pero que no se repita…
Viendo como su mirada había cambiado de bobo a lobo excitado y justo a espaldas de él y a lo lejos, mi admirador secreto nos veía. Dándole el aceite me terminé de tumbar y le dije:
-Yo: ponme aceite mientras te cuento exactamente lo que pasó anoche, con lujo de detalles y te ruego no te vayas a molestar, lo que pasó fue producto de lo que hiciste y el que te fueras malito del estómago, ¿porque eso sí fue verdad no? El asintió castigado, asegurando que su malestar había sido genuino.
Mientras le contaba como me había preparado para él esa noche, lo que me había puesto para él y después de bajar a buscarlo como se aprovechó el supervisor de la información que él mismo le había dado sobre mí, cazándome cual venadita, comencé a sentir las gotas de aceite en mi espalda.
Comenzó a esparcir el aceite mientras con sus movimientos se acercaba por debajo de mi rozándome los pezones con la punta de sus dedos y siguiendo hacia mi espalda de nuevo, volvió a poner más aceite, mientras yo continuaba con mi relato.
Siguió su masaje bajando lentamente hacia mí baja espalda y ganando centímetros de mi piel bajó más y yo lo interrumpí, pidiéndole que me pusiera aceite en mis piernas también… puso más aceite, esta vez en mis muslos y continuó con su masaje… cada vez se acercaba más y más al final de mis nalgas mientras yo con mis dos manos a la vez, me subí la tela de la tanga una vez más escondiéndola en mi raja y mostrando mi culo en todo su esplendor a “ambos” admiradores…
Sus manos luego de ese movimiento de mi parte y habiendo entendido que yo le concedía más piel se pusieron en mis nalgas, sus enormes, duras y ásperas manos, perfectas manos…una en cada nalga, mientras me masajeaba con sus dedos.
Con su pulgar atreviéndose aún más, comenzaba a rozar suavemente el principio de mi huequito… sentía como su sudor caía en mi espalda y recordando a mi admirador lejano pensé que se debía estar dando un banquete con sus binoculares… mi culo se empinaba de manera automática, yo estaba ya en estado crítico, explotaría en cualquier momento, debía parar para extender ese momento. Estaba demasiado bueno para que se terminara…
Justo cuando su pulgar se había colocado ya listo para comenzar a entrar en mi ano, me volteé y me levanté, preguntándole si quería otra cerveza, el solo asintió con una cara que era un poema al éxtasis. Levantándome tome el larga vista y lo llevé conmigo…
Fui rápido al cuarto de mi mamá para poder ver a mi admirador lejano, se estaba pajeando, se estaba pajeando como loco y pude ver que ese bulto era como era por una sola razón, mi admirador era dueño de una hermosa serpiente negra.
Al llegar a la cocina y apoyándome en la puerta del refrigerador exploté en un gemido sordo y largo, ahogado en suspiro y que tenía atrapado muy dentro, casi desde el primer momento en que le vi en la puerta de la casa esa tarde…mi respiración dio paso al mas absoluto sentimiento de entrega… estaba entregada a mi placer.
Regresé a la terraza con ambas cervezas en las manos y descubrí que mi oso se había quitado la camisa, dejando que a su panza hermosa la bañara el sol…le dije:
-Yo: mira pues, ¿el calor te está matando verdad? ¿Quieres quitarte los pantalones también, anda no seas malito, toma el sol conmigo, aun falta mucho para que comience tu turno y antes de irte a trabajar te puedes dar un baño aquí… conmigo…
Se le podía ver la baba saliendo de la comisura de sus labios y su respiración era fuerte pero entrecortada, el pobre estaba loco de excitación.
Me acerqué y poniéndome de rodillas en la tumbona le dije que se levantara, con un gesto lo acerque a mi quedando ese majestuoso bulto ya formado en su entrepierna a apenas centímetros de mi cara y comencé a desabrocharle el pantalón, se lo baje hasta los tobillos y me levante luego de quitárselos pidiendo que se sentara otra vez en la silla, el solo me veía como el hambriento que mira pollos rostizándose a través de una vidriera…
Cuando me levanté pude ver de reojo un resplandor de nuevo desde la otra azotea, mi admirador lejano seguro estaba de cerca viendo todo lo que hacíamos.
De pie al lado de Gus, le doblé sus pantalones y su camisa, como buena hembra hacendosa, entré a la casa y los dejé encima del sofá. Regresé a él que sentado me esperaba, me veía y me pasaba su lengua imaginaria por todo mi ser. Me acerqué y poniéndome justo frente a el me arrodillé abriendo sus piernas y dando libertad a ese enorme mástil que ya manchaba un poco su bóxer de lo excitado que estaba y cuando él pensaba que haría algo especial, simplemente le quité sus zapatos y medias, jajajaja, me levanté con una mirada super pícara y entré de nuevo para dejar los zapatos y las medias junto a su ropa.
Regresé a mi tumbona y de nuevo me puse boca abajo y parando mi culo hacia el cielo le dije que continuara con mi masaje… por favor.
Sus manos regresaron a mis nalgas de una, me apretaban fuerte y suave a la vez, no se atrevía a tocarme más allá, quizá pensando que eso me había hecho moverme antes, cuando su pulgar se acercó a mi ano. Esta vez fue diferente, esta vez yo tome sus dedos y los moví hacia mi huequito hambriento, incorporándome un poco me volví hacia el y mientras su maravilloso pulgar hizo a un lado mi tanga listo para entrar en mi, se acercó a mi cara y poniendo sus labios y su lengua en mis labios, introdujo su pulgar haciendo que de mi saliera un gemido sutil mientras yo ya me comía su boca…
Volví a mi posición y el siguió intercambiando dedos en mi culo y yo gimiendo y gimiendo, luego de casi 15 minutos de estar entregada a sus dedos y ya teniendo mi ano listo para lo que sea, me volteé y medio arrodillada en mi tumbona lo empujé por los hombros haciéndole recostar en su silla, me agache frente a su miembro enorme y bajándole el bóxer hasta quitárselo me lo comí completamente, él se dejó caer más hacia atrás y cerró sus ojos, lo que yo aproveché para ver hacia la otra azotea mientras me lo comía sabia que mi admirador me veía a lo lejos, pero de cerca con sus binoculares y así pícaramente viendo hacia el le guiñé el ojo a modo de despedida, para dedicarme de ahí en adelante y por completo solo a mi oso en celo…
Cuando sentí que ya venía la explosión me detuve y me levanté, tomándolo de la mano hice que se levantara y dándole la espalda me desanudé uno a uno los lacitos en mis caderas y mi tanga cayó al suelo, hice que su brazo me abrazara y así el se pegara a mi espalda y a dos pasos de eso me apoyé en una pared y sin decirle nada el protagonizó y con mucho ímpetu me metió su polla maravillosa hasta sus bolas, duro y seguro comenzó a hacerme el amor…lo había llevado muy lejos, estaba desbocado y salvajemente excitado…
Me estaba dando muy duro y muy rápido, entraba y salía de mi sin parar mientras sus brazos se aferraban a mi cuerpo, la velocidad de sus penetraciones era formidable casi como perro en celo mientras penetra a su perra entregada.
Mis piernas de repente comenzaron a temblar anticipando la llegada de un monumental orgasmo anal, el se percató de mis temblores y mi respiración casi preocupante y tomando mi miembro con su mano derecha lo comenzó a acariciar y de eso ya a tocarme para que acabara violentamente. Mientras el orgasmo comenzaba a nublar mi mente y el gruñendo y metiéndomela hasta las bolas en mi culo, en un poderoso grito ahogado de un oso salvaje, se entregó a su propio y más absoluto placer llenándome completamente con su magnífico y caliente néctar… de yo haber sido chica segura me habría preñado.
Al volver en mí, él me mantenía en su abrazo y seguía con sus poderosas embestidas, como queriendo exprimir su virilidad al máximo, me percaté que desde hacía mucho rato mis pies no tocaban el piso, estaba solo sostenida por él, en el paraíso magnífico que había construido para mi, allí estaba totalmente entregada y literalmente enganchada a su mástil que completamente duro en mi interior me tenía flotando a dos palmos del suelo, en otra galaxia, no se como describirlo, me sentía como “Druuna” la magnífica chica creación de Paolo Eleuteri Serpieri siendo poseída por alguno de los monstruos creación de este magnífico artista del cómic erótico.
Su abrazo, de salvaje cambió a dulce y protector, mientras manteniendo toda su carne dentro de mi me fue posando de nuevo en el piso, haciéndome aterrizar en nuestro plano, volviéndome a la realidad, su abrazo continuó…
Mientras sentía los latidos de su corazón a través de su pene palpitante en lo más profundo de mi cuerpo, tomando mi cara con sus manos me besó a la vez que salía de mi, permitiendo que de mi salieran litros de su líquido y que mientras más me vaciaba, más mi culito resentía su ausencia, casi podría decir que mi culo lloraba por la separación, por el vacío que sentía.
Me puso frente a él con mi espalda en la pared y me besó… y me dijo… Ven, te voy a bañar.
Gus había tomado el control, ese último orgasmo aún me tenía en las nubes y mi culo quería más, mucho más.
Al llegar al baño abrió el agua de la regadera y se encargó de que estuviera a la temperatura perfecta, tomándome por mi cintura me invitó a entrar y el junto a mi. Sentí como el agua caía sobre mí y el me abrazaba por detrás…
-Gus: Eres única, acá estoy como si fuera un jovencito despertando de nuevo.
Escuchándole sentí como su mástil comenzaba a endurecerse una vez más entre mis nalgas aún hambrientas, me moví permitiendo que mis nalgas se abrieran un poco ayudando a su pene a posarse mejor en mi ano.
Luego de unos minutos de ese baile erótico me volteé y me comí su boca, su lengua, sus labios, bajé hasta su pecho y le chupé sus pezones mientras con mis manos le recorría su espalda, seguí bajando y le pasé la lengua por toda su hermosa panza, el me acariciaba la espalda.
El baño tenía una especie de banco hecho del mismo material, cerámica italiana tipo baño romano, para poder sentarse, allí lo llevé mientras seguía comiéndomelo poco a poco… yo me arrodillé frente a el que sentado abría sus piernas para que yo pudiera degustar su carne a plenitud.
Comencé a darle una mamada que jamás debía olvidar, me comí su glande que ya estaba enorme, lo chupé como si fuera mi chupeta favorita, poco a poco, de arriba abajo recorriendo su venoso tronco con mi lengua y mis labios y metiéndome sus enormes bolas en la boca llenándolas de mi saliva. Fueron, no se… muchos minutos de ese festín, estábamos ajenos de cualquier realidad, mientras yo disfrutaba de él y el conmigo.
Me levanté y busque el gel de baño y la esponja y comencé a restregar su pecho y estómago y le pedí que se pusiera de pie y agachándome le pasé la esponja por sus piernas, dejando la esponja a un lado y tomando un poco más de gel en mis manos le limpie su hierro poderoso que ya comenzaba a dejar salir ese dulce néctar transparente que me fascina… le volví a hacer que se sentará y me di vuelta mientras me ponía un poco de espuma en mi ano para sentarme poco a poco sobre el y toda su hombría, me dejé penetrar una vez más por mi oso que me ayudó con sus brazos a estar más cómodo sobre en su regazo, con su miembro entrando poco a poco entre mis nalgas y haciendo que recostara mi espalda en su pecho, moviendo sus caderas hacia mi terminó de meterlo todo.
El me abrazaba y yo me dejaba penetrar suave y profundamente, era increíble la fuerza de mi oso, mientras me penetraba con un vaivén que más bien era una ópera y sus brazos recorriéndome toda. Me sobaba mi pecho, pellizcaba suavemente mis pezones hasta que tomó mi miembro y lo acarició ayudado por el gel, comencé a sentir que volvería a explotar, pero quería más, así que me levanté y con mucho amor y sin dejar de ser la puta que tanto le fascina a mi macho hice que se tumbara en el piso del baño para así yo cabalgarle, me senté en mi hermoso animal y me introduje su polla hasta el final y comencé a cabalgar y a gemir mientras el con sus dos enormes manos me tomaba de las nalgas, eso nos llevó al éxtasis, nuestras respiraciones parecían bufidos salvajes y nuestros sonidos eran de tiempos mitológicos.
Abrí mi boca y me fui a su boca donde nuestras lenguas se dejaban violar mutuamente mientras sentía como mi culo ya no podía abrirse más y que entregado permitía que sus movimientos dentro de mi me hicieran explotar.
Con un gruñido largo me llenó completamente una vez más, ¿de dónde sacaría tanta leche este animal hermoso? agarré mi falo con la mano derecha y mientras ese enorme trozo de carne bendita palpitaba dentro de mí, me di placer hasta llegar al cielo absoluto mientras él seguía llenando mi culo con toda su esencia.
Estaba absolutamente llena, absolutamente plena y satisfecha y me dejé caer sobre su pecho mientras el acariciaba toda mi espalda…
Por supuesto que continuará…