Mi primer relato SEGUNDA PARTE
Para leer este relato con coherencia debéis leer el primero, os lo recomiendo y a gozar!!!
Hola a todos, acá esta la continuación de mi primer relato, es un recuerdo divino que plasmo acá para compartir mi placer con todos, pero les recomiendo mucho que lean el capitulo anterior, así es mucho mejor y se entiende este a la perfección.
Espero les guste tanto como me gustó a mi vivirlo y recordarlo al escribirlo.
No duden comentar, así me ayudan a mejorar mi estilo y además así me siento más cerca a ustedes… besitos.
Esa noche…
Allí estaba yo, apoyada a esa pared con mis brazos estirados, mientras el manteniendo su erección dentro de mí me abrazaba y acariciaba con sus enormes brazos.
Manteniendo el abrazo, con mi mano, tomé una de sus manos y la acerque a mis labios para comenzar a besar sus dedos llenos de mi propio semen y al llegar a su pulgar lo introduje en mi boca y lo chupé íntegro, como si quisiera sacarle leche, mientras él, con un movimiento de caderas suave pero seguro, introdujo más aun su pene dentro de mi, como despidiéndose de su más reciente morada, haciendo que de mi muy entregado agujero se desbordara esa dulce leche con la que ya me había inundado...
Mis piernas comenzaron a temblar y él, de la forma más dulce movió mi cara y con un beso intenso, donde mi lengua se rindió a la suya, me dijo, ven… te voy a limpiar...
Así dentro de mi y manteniendo su divino abrazo de oso, casi levantándome, me acercó al baño donde tomó un poco de papel y con la dulzura más absoluta fue saliendo de mi mientras colocaba el papel para que no se me ensuciara el pantalón del chándal y mi tanga que estaban en mis tobillos.
Yo estaba literalmente hipnotizada y me dejaba hacer cual maniquí.
Él se agachó para retirar las prendas que descansaban en mis pies, yo moví mis piernas para ayudar con su maniobra y mientras me giraba para quedar yo de espaldas a él, me las acarició mientras las alababa y besaba. Una vez incorporado a mi lado me ayudo a colocar mi culo en el borde del lavabo, abrió el agua y después de llenar su mano con jabón comenzó a lavar suavemente mis nalgas con un masaje limpiador que me estaba llevando al cielo de nuevo. Manteniendo su masaje con sus dedos índice y pulgar enjabonaba mi hoyito, luego introdujo su pulgar haciéndome soltar un gemido muy sutil y luego de sacarlo me introdujo su índice haciendo que yo abriera mi boca tomando una gran bocanada de aire, aire lleno de placer...
Así estuvo limpiándome y haciéndome el amor con su mano de la forma más maravillosa... que fácil fue sentir el más absoluto amor por este inmenso oso gentil...
Me enjuagó con agua tibia y me secó con una pequeña toalla limpia, cuando terminó y se apartó de mi, me puse en puntillas para abrazarle y darle un beso tierno...
Al día siguiente…
No sé ni qué hora era, solo se que apenas sentí el calor del sol en mi piel sonreí súper satisfecha, si, acabo de descubrir que mi loca interior se había adueñado de mi, pocas veces en mi vida me despertaba ella en vez de Raúl.
Desnuda en la cama me acaricié mis piernas, mis pezones y mis nalgas recordando las manos de Don Gustavo, feliz y súper excitada recordé sus últimas palabras de anoche;
-Gus: anda a descansar, tengo que trabajar y el supervisor ha de llegar de un momento a otro, te espero mañana en la noche después de la 1 am, que ha esa hora él ya habrá pasado y podremos estar juntos y sin molestias...
Me levanté y vi que eran las 3 pm... dormí mucho y tengo poco tiempo para hacer todo lo que quiero hacer para la noche.
Comí algo y rápidamente salí al centro comercial a comprar mi diseño para la noche. Llamé a la estética y me dieron cita para mi depilación a las 7 pm.... no tenía mucho tiempo para todo.
Al llegar al centro comercial me dirigí a "FIFÍ" mi tienda favorita de ropa interior, compré varias “cositas” que luego en casa decidiría cual usar y corrí a la estética donde luego del tratamiento me dejaron muy bien... perfecta…
Al llegar a casa y estacionar el coche sabía que Don Gus ya había comenzado su turno, mientras sacaba las cosas del maletero del coche sentí su mirada...
Allí estaba ese enorme macho calentando cada centímetro de mi piel con solo su mirada, tomé mis bolsas y caminé hacia los ascensores, pasé por su lado saludando de manera muy normal, pero guiñándole el ojo con picardía y el murmurando me dijo; “espérame en el ascensor”. Así hice, entré y 5 segundos después el estaba dentro, al cerrarse las puertas me abrazó como un toro salvaje y nos besamos como si el mundo se fuera a acabar... levanté mi pierna rodeando la de él y su mano fue directo a mis nalgas y apretándolas me dijo;
-Gus: recuerda, debes bajar luego de la 1 am.… no antes.
-Gus : por cierto, hay alguien que quiere conocerte...
Al llegar al ático salí del ascensor y me quedé con cara de sorpresa y excitación por lo que me acababa de decir... y dije;
-Yo: ¿y quién será? ¿quién me quiere conocer?
-Gus: tranquilo, está noche te cuento
Las puertas del ascensor se cerraron con mi oso enorme dentro y quedé como si me hubieran quitado mi juguete favorito, pero feliz de saber que pronto estaría de nuevo "jugando con él".
Puse todo lo que compré en la cama, me serví un wiski y me comencé a desnudar, mi loca interior estaba en total control, mientras me desnudaba a través de la ventana vi al vigilante de un edificio cercano haciendo su ronda por la terraza superior y me fije que me observaba mientras estaba en lo mío.
Tenía unos jeans y una camiseta rosa, viéndole, me quité los jeans y quedé solo con la camiseta y un tanga cachetero rojo, desde lo lejos yo debía verme como un caramelo con esos colores... seguí disfrutando de mi “streap tease” y volví a pensar en Don Gus, mientras encendía un cigarrillo y salía a la terraza a fumármelo.
Allí estaba ese lejano mirón, que no se movía, me veía como águila que tiene fija a su presa.
Yo disfrutaba de la entrega de mi desnudez a ese lejano espectador, la entrega absoluta sumada al deseo de otro macho en celo hacia mí son la fórmula perfecta que me lleva al cielo, es la única llave que me abre de cuerpo y alma a un nuevo placer... sentirme deseada es la gasolina que me mueve...
Me termine el cigarrillo y muy coquetamente me quite la camiseta mientras entraba a la casa de nuevo, dejando a mi lejano observador con un precioso regalo de las vistas de mis nalgas y mis piernas mientras me contoneaba más allá de su visión...
De vuelta en lo mío y en la producción para mí noche, prepare la bañera para darme un baño de Reina y luego una ducha fría para que mi sangre circulara, llené mi cuerpo entero de crema y deje que mi piel la absorbiera mientras me terminaba el whisky y caminaba por el piso totalmente desnuda viéndome en cada espejo que cruzaba, disfrutaba lo bien que había quedado mi depilación, que divina va a ser la noche...
Me recosté en el sofá y me dormí por un rato, totalmente desnuda...
Desperté e inmediatamente me llegó la excitación, ya era la media noche pasada...
Busque en mi maleta a mi ayudante sexual, un dildo de 15 centímetros grueso y muy real que con su chupón se adhería a la pared, me puse un poco de la crema del cuerpo y de espaldas me acerque a él hasta ponérmelo en la entrada de mi ano lleno de crema, lo fui introduciendo poco a poco mientras gemía suavemente imaginando a Don Gustavo... entró todo y allí quedé por un rato inmóvil logrando que mi huequito se preparara para la noche que le esperaba.
A los minutos y al sentir que ya entraba y salía tan solo dándome placer lo dejé... ahora estaba lista para el verdadero.
Me cepillé los dientes, me peiné y me puse un poco de perfume. Luego viendo mi ropa me decidí por una tanga hilo color violeta de corte alto y que en su parte superior tenía una elástica ancha que repetía la palabra "loca" una y otra vez en un tono rosa.
Me quedaba genial, mis nalgas se la comían sin temor y la parte frontal por ser alta me ocultaba mi miembro sin problemas.
Me puse una camisa hawaiana muy fresca y ahora debía escoger que usar abajo... hacia calor así que podía ponerme algo pequeño y no levantar sospechas, aunque a esa hora no habría nadie salvo mi oso y yo...
Me puse un short de algodón color negro muy cortito, pero holgado y mis chanclas crocs color naranja...
Estaba lista, era la indumentaria que cualquier persona podría usaría en casa y poder bajar un momento al coche a buscar algo, esa era mi excusa en caso que me topara con algún vecino, aunque esa no era mi ruta, mi ruta era el cielo y el cielo quedaba dentro de la caceta de mi oso, su cueva.... no paraba de respirar con ansias... estaba que explotaba.
Llamé al ascensor y bajé a planta baja, fui hacia la caceta y vi que la puerta estaba abierta, como no se puede ver hacia adentro desde la ventana por el vidrio de seguridad decidí simplemente entrar, no había nadie…revisé la hora y pasaba ya de la una de la mañana, ¿dónde estaría mi oso?
Regresé a los ascensores y se me ocurrió bajar al sótano de los trasteros.
Tampoco había nadie, pero sentí como que estaba siendo observada... eso me calentó aún más, ese morbo, esa posibilidad...
Subí de nuevo a la planta principal y para no despertar sospechas me dirigí al coche haciendo como que buscaba algo, la sensación de estar siendo observada era genuina, así que parando muy bien mi culito me introduje de rodillas en el asiento trasero haciendo como que buscaba algo en el piso del coche, estuve así un rato y me reincorporé para dirigirme de nuevo a la caseta pero cuando cerré la puerta del coche escuché pasos... me mojé más aun, seguro que era él, viéndome todo el tiempo.
Me dirigí de nuevo a la caceta, la puerta estaba abierta y había luz que salía del pequeño cuarto al fondo.... entré saludando y cerré la puerta con llave tras de mí.
Yo: holaaaa, ¿hay alguien? Dije con voz suave y la luz del cuarto se apagó...
Caminé hacia el cuarto mientras mis ojos se acostumbraban a la penumbra esperando sentir sus enormes manos en cualquier momento.
De repente a mis espaldas sentí que alguien me rodeaba con sus brazos muy fuerte y que con una muy poderosa mano tapaba mi boca para que no pudiera hacer ruido.
Temblaba de los nervios y descubriendo más diferencias me dije a misma: “en que problema me habría metido” mientras este extraño se pegaba más a mí y fue entonces que sentí un enorme bulto, duro y palpitante que se apoyaba entre mis nalgas.
-Supervisor: ¡no vayas a gritar!, quédate tranquila que te estaba esperando, es más tengo rato viéndote pasear por acá y por el sótano... estas buenísima... mucho mejor que lo que me contó Gus.
Estaba súper ansiosa, molesta, sorprendida, nerviosa y excitadísima... quien es este hombre que me esta puntuando mis nalgas con su cosa y donde carajo estará Gus Me preguntaba mientras todo esto ocurría a cámara lenta...
Subí mi mano y tomando la suya se la quite de mi boca suavemente, el siguió rodeándome con sus brazos y punteándome mis nalgas con mucho deseo y yo pregunté;
-Yo: ¿qué te pasa loco, quien coño eres tu y donde esta Gus? ¿Me vas a soltar o que?
Le dije sonando realmente molesta pero mi excitación ya estaba ganándole a mis otras sensaciones.
-Supervisor: soy Alfredo el supervisor de la empresa, Gus se fue porque algo que comió lo puso muy mal y yo quedé en su lugar, el me habló de ti y me dijo que bajarías a verle, me pidió que le excusara y me dijo que te tratará bien si me llegabas a gustar y cuando te vi en el sótano no solo me gustaste, me volviste loco... tus nalgas y tu culo son algo que me comería a diario.
Te seguí desde el sótano y vi como fuiste al coche y me quedé viéndote y quería tirarme sobre ti allí mismo, pero no me atreví.
Yo: No se que decir, gracias por aclararlo, pero creo que mejor me voy.
Mientras decía eso me soltó y me voltee para poderle ver de frente.
Era un hombre tan alto como Gus pero muy fuerte, fuerte tipo gimnasio, de unos 45 años y con barba de un par de días, con un pecho enorme y peludo como se podía apreciar a través de los botones de la camisa de su uniforme.
- Supervisor: Siento haberte asustado, disculpa mis maneras, si quieres puedes irte, no pasa nada, te ruego me perdones.
-Supervisor: De verdad que estoy muy confundido, si sirve esto de excusa no esperaba que estuvieras como estás, tus piernas y tu culo me tienen mal... te ruego no te vayas, déjame tratar de enmendar lo que ha pasado.
Escuchaba yo sus palabras mientras acercaba mi mano al pomo de la puerta de la caseta para irme... mientras lo hacía, en silencio sentía como el me desnudaba con la mirada y eso, lo saben bien, me derrite, eso hace que me entregue...
Volteando hacia él y entregada a la aventura le dije:
- Yo: antes de irme, me podría enseñar donde estaba usted exactamente mientras me veía en el sótano con los trasteros... es por simple curiosidad.
- Supervisor: pero por supuesto, después de ti...
Abrí la puerta y caminé delante de él sabiendo y sintiendo su mirada, seguía usando esta sensación para excitarme más y más. Caminaba lentamente y de una manera sexy pero no exagerada y al llegar al ascensor el me indicó que por ahí no era la forma de ir.
-Supervisor: Ven, debemos bajar por esta escalera.
Me detuve para que el pasara primero y aproveché para ver el enorme bulto en su pantalón, el pobre estaba que explotaba, lo que no sabía es que yo también lo estaba.
Al llegar al sótano, me tomó de la mano y me llevó hacia una especie de muro que daba a la entrada a los trasteros y de allí se veían perfectamente las puertas de los ascensores desde donde el me vio minutos antes cuando yo baje buscando a Gus.
Y le dije;
- Yo: Oiga, pero cuando bajé antes y observé hacia este lugar no vi a nadie... ¿cómo estaba usted que no lo pude ver?
Él se puso detrás mío y tomándome suavemente por la cintura hizo que me agachara un poco, y mientras hacía eso, mi culo se acerco mucho a él y de una forma casual permití que su bulto me rozara. Este juego estaba muy caliente... él a mi oído y casi en susurro me dijo:
- Supervisor: ¿me vas a perdonar?... por favor...
Me levanté lentamente sabiendo que al hacerlo mi culo estaría a solo centímetros de su cara... Habiendo quedado el allí agachado le pedí que ahora me enseñará desde donde me vio mientras yo estaba en mi coche...
Se levantó y con una cara de mascota feliz me tomó de la mano y me indicó que subiera de nuevo por la escalera, otra vez esa mirada me violaba al yo caminar delante de él, pero de repente tomándome por los hombros me detuvo y pegándose totalmente a mi me dijo que no hiciera ruido, que así lo había hecho el, sin ruido…
Asentí como niña que entiende las reglas de un juego mientras sentí ese bulto duro y palpitante entre mis nalgas y trate de no hacer ruido, el esta vez no se separó, siguió bien cerca de mi hasta que me enseño una puerta de servicio y me dijo que desde allí me pudo ver durante todo el tiempo que estuve en el coche.
Descubrí que desde allí la vista de mi culo mientras estuve de rodillas en el coche debió ser majestuosa. El se acerco más aun y lo sentí aun más duro en mi culo, todo su cuerpo me deseaba, así que volteando la mirada le dije:
- Yo: ¿debió verse muy bien, cierto? El asintió.
- Yo: te calenté mucho, ¿verdad? El asintió de nuevo
Allí pegado a él le tome la mano y la moví aceptando que me abrazara y le dije: ¿quieres volver a la caseta? El asintió una vez más...
Caminamos hacía la caceta y descubrí una vez más lo perra que puedo llegar a ser y que hoy si disfrutaría mucho… mucho, mucho.
El abrió la puerta de la caceta y me dejó pasar cerrando tras de mí con llave... mientras yo caminé hacia el pequeño cuarto en la parte de atrás y me fui quitando el short lentamente hasta quedarme solo con mi tanga y mi hawaiana.
El perplejo me miraba como sin saber que hacer, me detuve en la puerta del cuarto dándole la espalda mientras levante mis brazos a cada lado del umbral esperándole ansiosa.
Caminó hacia mí y me abrazó lentamente haciéndome gemir... pegó su miembro a mi culo que lo recibió ansioso tan solo con esa hermosa tanga, el con sus brazos peludos comenzó a acariciarme toda desde mis axilas hasta mis nalgas, una y otra vez. Finalmente se detuvo con ambas manos en mis nalgas y luego de varios minutos de el manoseado mi culo y yo volando al cielo, me volteé hacia el y frente a frente comencé a desabrocharle uno a uno los botones de la camisa, mientras lo hacía descubría que este hombre era todo un adonis, sus músculos eran magníficos y su olor era el de un macho en celo.
Cuando le tuve la camisa abierta acerqué mis labios a los suyos, pero sin besarlo, mientras, con mis manos y sin dejar de mirarle fui soltando su cinturón, luego le abrí el botón del pantalón y le bajé el cierre... el pantalón cayó por su propio peso y fue a parar a sus tobillos y mi más maravillosa sorpresa fue que el no usaba ropa interior...
Allí estaba yo frente a este gigante peludo y poderosamente fuerte y con su precioso pene apuntando al cielo; brillante de tanto néctar que de él salía, invitándome a conocerle de cerca, eso hice, agachándome y comiéndomelo todo de una vez.
El suspiró y sentí como tembló su cuerpo mientras con sus ojos cerrados me acariciaba la cabeza.
Me comí cada pedazo de ese bello ejemplar que estaba rodeado de venas y su glande era rosado y grande, aunque acorde a su tamaño, era muy parecido al de Gus, pero sin el morbo que el de Gus me da, mientras mayores son mis amantes, más morbo me dan, además el de Gus es el de Gus... pero esta era mi cena y estaba divina… me lo comí todo.
Seguí lamiendo todo su tronco y llegue a sus bolas que engullí y llené totalmente de saliva... las olía y me fascinaba ese olor dulce, volvía al glande, me lo comía, lo lamia como chupete, estaba enloquecida disfrutando mi comida de arriba a abajo.
Me detuve y me incorporé, frente a el poniéndome un poco en puntillas y abriendo mi boca me comí sus labios, el reaccionó tomando con sus manotas mis nalgas y entregando su lengua en busca de la mía, la encontró, mientras yo con mi mano derecha le acariciaba su miembro que parecía de hierro de lo duro que se lo dejé con mi boca.
Dejé de besarle y recostando completamente mi cuerpo pegado al el, me puse de espaldas buscando que ese hierro llegara a mis nalgas.
Y levantando mis brazos me quité la hawaiana quedando solo con mi tanga, el me abrigó con sus brazos y yo se los besé y mordí suavemente mientras su animal me empapaba las nalgas y la tanga...
Me separé de ese abrazo y tomándolo por el brazo le indiqué que quería que se sentará en la orilla de la pequeña cama... se sentó.
Su cara quedó a la altura de mi ombligo y poco a poco me fui volteando para que su cara estuviera bien cerca mis nalgas, una vez allí y de una manera muy puta me comencé a bajar la tanga poco a poco mientras la respiración que sentía en mi culo era como la de un animal en celo mientras acariciaba mis muslos.
A medida que me terminaba de desnudar tuve que doblar mi espalda pegando mis nalgas a su cara, el con mucha delicadeza puso sus manos en mis nalgas haciendo que sus pulgares me abrieran cada nalga permitiendo así que su cara llegara hasta mi hoyo hambriento... sentí su lengua y luego sus pulgares nuevamente, luego otra vez su lengua y así continuó, fue intercambiando una y la otra mientras me daba el típico tratamiento de preparación para ser penetrada por toda su hombría.
Terminé de quitarme la tanga y me volteé y con mis manos en sus hombros le hice recostar boca arriba en la cama.
Me le fui a su miembro el cual me tragué por completo otra vez y mientras hacía eso sus manos tomaron mi nalga derecha y me introdujo su dedo índice haciéndome temblar de placer.
Luego de disfrutar un poco de ese dedo y con esa cosa divina en mi boca y tomándole los brazos por sus muñecas los subí a su cabeza mientras me subía a él como la amazona que se monta en un caballo, pase la pierna sobre su estomago y colocando mis manos en su pecho termine de quedar sobre él, acerque mi boca a la suya y le dije: métemela toda por favor.
El no me hizo esperar, en menos de nada su mano ayudo a la maniobra y sentí ese glande haciendo camino, adentrándose y una vez estuvo bien encaminado, apoye de nuevo mis manos en su pecho y me reincorpore metiéndomela con ese movimiento completamente y de un solo golpe, ambos gemimos, ambos estábamos en el cielo.
La sentía hasta lo más profundo y el se movía muy rico dentro de mí que incorporándose un poco comenzó a besarme los pezones y me abrazaba con fuerza, me mordía suavemente, me lamia y seguía abrazándome.
Yo subía y bajaba respirando y gimiendo como una loba en celo... estábamos haciéndonos el amor al unísono y en perfecta armonía.
De repente y de una manera brusca pero tan varonil que me derritió más aun tomándome por las axilas en peso me levanto y me puso abajo viendo hacia el techo quedando el sobre mí y frente a frente comenzamos a comernos la boca mutuamente mientras su delicioso pene entraba y salía de mi ano con el más sublime ritmo..., me estaba dando durísimo y divinooooo ohhhhh, que rico santo dios, que divino...
Yo: así papi, asiiiii, sigue dándome así que me corro y me tienes todaaaa, ahhhh que delicia... coño....
El solo gruñía como un gorila y me seguía besando y besando mientras yo subía mis caderas para recibirle aun más profundo.
Seguimos así, no se por cuanto tiempo hasta que de un fuerte gruñido sentí como explotaron dentro de mi varios chorros de su bien caliente leche en lo más profundo de mi ser.
Esta sensación me hizo explotar a mi también con el orgasmo anal más maravilloso y largo, de mi salió leche y más leche que nos pintó nuestros pechos mientras él seguía bombeándome dentro una y otra vez...
Con un último suspiro, se dejó caer sobre mi aun manteniendo su carne dentro y mientras me besaba dulcemente, estuvimos allí descansando por unos minutos y recordando el placer absoluto que sentimos me dijo:
-Supervisor: gracias, eres una Diosa, te deseo aun más ahora... quiero estar para ti por siempre.
Por cierto…
Gus me mando decirte, que mañana vendrá más temprano y pasará por tu casa antes de su turno, vendrá como a las 3 pm a explicarte que le pasó hoy...
Yo en silencio gemí y suspiré abrazándole más aun volviéndole a besar lentamente, luego en su oído le dije:
-Yo: de nada y siempre a la orden....
Continuará....