Mi primer relato erótico
Espero que os guste, es el primero... disfrutadlo.
Fue al revés de lo que dijiste pero en sentido contrario. Definitivamente, nunca entenderé a las mujeres. El se acercó a su compañera sentimental.
Billie Holiday cercaba el espacio sonoro, y la niebla imaginaria de su calenturienta mente se apoderaba del salón. Era su primera vez, en la realidad, jamás había tocado a una mujer, ni había estado en una situación como aquella. Todas las novelas de gángsteres que había leído se parecían a esto: una mujer fatal de largo y negro, fumando a su espalda, mientras él, de traje y corbata, soltaba su sombrero de ala ancha cerca del mostrador del minibar. Nunca imaginó que aquella noche de carnaval pudiese acabar así.
Tienes que mirarme a los ojos nena.- dijo con voz temblorosa el joven detective en sueños.- tienes que besarme o lo haré yo.- dijo ella con mirada penetrante sin separar el cigarrillo de sus labios.
No podía creerlo, ¿Quién era aquella mujer, que se le había acercado en el hall de aquel hotel sin nombre? Y aun mejor, ¿Por qué aquella atracción repentina por su aspecto? La verdad, es que ambos concordaban; él era alto, esbelto, de porte distinguido. Ella, rubia platino, más ata que Marilyn y mucho más atractiva que Gilda. El blanco y negro no le sentaban, mejor el color que acompañaba sus mejillas y sus rojísimos labios; sus medidas no eran de cine, eran de ciencia ficción, de perfección. Eran el uno para el otro, eso se vería en breve.
Cógeme, abrázame, quiero sentir tus brazos en mi espalda.- ella parecía suplicar lo que él siempre había soñado oír.- Seré tuyo, pero sólo esta noche- Se puso duro nuestro detective, sin saber, ni siquiera el mismo el porqué.
La tumbo suavemente sobre la gran cama que ocupaba la mayoría de su habitación. Ella gemía y aun no había comenzado a tocarla; el calor se hacía notar poco a poco
NO te voy a prometer amor eterno.- dijo él altivo.
NO te lo pido.- dijo ella con sorna y la respiración acelerada.-sólo te pido una cosa, que me hagas el amor hasta que amanezca.
Eso, dalo por hecho.- Ni el mismo sabía si se quedarían en promesas sus palabras.
La fue desnudando poco a poco, primero con la mirada, luego con su mano. Recorrió todo su cuerpo por encima del vestido de lentejuelas; y poco a poco su ego comenzó a despertarse, dándose cuenta nuestra bella protagonista.
-¿Te excito?- preguntó provocativa entreabriendo los labios.
-Sabes la respuesta, quiero saber la tuya.-Buena réplica, aun no se había ido toda la sangre hacía abajo, pensó.
Ella sonrío y abrió sus piernas lo suficiente para dejar ver unas ligas blancas que hicieron estallar el corazón del único hombre de la habitación. Dejó su cigarrillo en el cenicero de la cómoda y se volvió a tumbar en la cama; esta vez él se desquitó de su gabardina, de su chaqueta y de su corbata, quedándose en camisa y pantalón.
-¿te molesta algo?- preguntó picarona sabiendo que sus muslos le volvían loco.
- Me inquieta el no saber cuanto más podré contenerme.- Era verdad, pero lo decía por su bragueta, el cinturón lo estaba matando.
Ella notó su erección y decidió arreglar el entuerto; se acercó a el y le desabrochó el cinturón. Fue deslizándolo poco a poco hasta que el bulto pudo al fin salir por encima del pantalón; aquel hecho, ruborizó y calentó mas aun a la señora del vestido de gala.
¿Qué ocurre?, ¿No habías visto una así de grande nunca?- el se enorgullecía del tamaño de su pene;
Sabes donde estará esa carne dentro de poco Se acercó a su oído y tocándole el paquete sin ningún tipo de vergüenza le dijo: - En mi boca.
Sin esperar más respuesta del joven, ella tomó las riendas del acto; lo tumbó y fue despojándolo de su camisa, y pantalones, hasta por fin dejarlo en calzoncillos y calcetines.
(continuará si vosotros quereis claro! Sugerencias y criticas en mi correo electronico)