Mi primer partido de Baseball

Voy a mi primer parido de baseball... sin imaginar lo bien que terminaría ese día

Tal vez algunos o la mayoría no sepan quién soy ni me recuerden pero antes escribía y publiqué aquí algunos relatos sobre experiencias sexuales que he tenido. Me alejé por un tiempo, ya no publiqué más relatos por algunos motivos personales que ha sido de lo mejor que me ha pasado. A pesar del buen momento personal que estoy viviendo, el gusanito de publicar otro relato en esta página fue muy fuerte, mas luego de seguir leyendo tan buenas historias de distintos  (as) escritores (as). Ha pasado tiempo luego de mi última publicación y ahora vuelvo a publicar otra historia que a comparación de mis otras historias es mas largo pero eso sí, una experiencia real como mis demas relatos. Deseo sea de su agrado, deseando publicar otro relato más adelante Y aunque no sé en cuanto tiempo, espero que sea pronto.

De nuevo me presento, me llamo Celeste, mi edad… bueno, ando en los veintitantos años, soy blanca, cabello castaño oscuro lacio, poco mas debajo de mis hombros, ojos oscuros, delgada, 1.71 de estatura. Mi cuerpo, mmm, mis senos son mi principal atractivo, grandes y naturales, de talla 34 c, mi trasero normal, redondo y piernas torneadas. Me siento a gusto con mi cuerpo y cuando puedo me encanta lucirlo con ropa coqueta, femenina.

Estaba en ultimo semestre de la universidad en la carrera de Derecho, por lo que ya todo era mas estresante debido a exámenes, trabajos y por ser ya todo mas importante, estando a un paso de terminar la carrera. A mis 24 años ya me sentía realizada en ese aspecto, ya pronto terminaría y sería toda una profesionista, aunque en mi vida sentimental no tuviera en ese momento una pareja con quien compartir mi vida, mis logros o alegrías, si tenía muchas y muy buenas amistades.

A un par de semanas de iniciar los segundos exámenes parciales todos los chicos y chicas de la clase nos sentíamos un poco cansados, estresados, e inclusive nerviosos ya que solo faltaban dos exámenes mas para terminar la universidad, por lo que a Alejandra, una amiga de la clase que es la clásica chica fiestera y alegre de nuestro grupo de amistades, se le ocurrió la idea de que el siguiente fin de semana saliéramos en grupo a un lugar donde divertirnos, lo cual a todos nos pareció una buena idea. Para esas fechas el equipo de béisbol de la ciudad estaba en las finales, razón por la que uno de los chicos de nuestra clase comentó que fuéramos a un partido para ver a nuestro equipo; muchos aceptaron, y yo también acepté, ya que aunque no me gustaba mucho ese deporte ya con el hecho de que el equipo estuviera en las finales era muy bueno y según comentaban algunos había buen ambiente en esos partidos.

El sábado por la tarde nos vimos en la universidad todos los que íbamos ir al juego, ya que anteriormente quedamos en vernos ahí para irnos todos juntos. Éramos 4 chicas y 5 chicos, de los cuales solo conocía a uno, David, que era de la clase, y los otros 4 eran invitados de mis amigas. Yo me puse una minifalda de mezclilla hasta medio muslo, una blusa blanca de tirantes y un chaleco de mezclilla para tratar de esconder un poco con eso el tamaño de mis senos, aunque era difícil tapar bien unos senos de talla 34 c., también otra amiga, Jimena, iba de minifalda y blusa, y Alejandra y Gabriela, otra amiga, de jeans y blusas coquetas. Ya en la universidad nos fuimos en varios carros, en 4, yéndome yo con Alejandra que era mi mejor amiga y era la única que sabía que yo soy bisexual. Durante el trayecto Alejandra me comentó que antes de que yo llegara, ya que por algunos asuntos personales fui la última en llegar con ellos, se pusieron de acuerdo de que luego del partido iríamos a un antro para seguir de fiesta. Me gustó la idea de irnos a seguirla a bailar y tomar un poco, aunque no conocía a los demás chicos, lo único que quería era divertirme y distraerme un poco, olvidándome por una noche de las preocupaciones y del estrés de la universidad.

Llegamos al estadio luego de unos 25 minutos ya que está algo retirado y el estacionamiento estaba lleno, aunque como no iba seguido a ver juegos de béisbol no sabía si siempre se llenaba o no. Alejandra y yo bajamos del auto para unirnos con los demás, y para nuestra suerte 2 de los chicos tenían contactos con gente que trabaja en el estadio, por lo que les dieron boletos de cortesía, lo cual nos alegró a todos ya que no gastaríamos en eso. Entramos al estadio y fuimos a nuestros lugares, y realmente era buenos lugares, justo detrás de la banca de nuestro equipo en el segundo nivel, donde teníamos una buena vista; era la parte de la primera entrada cuando llegamos. Había muchos vendedores pasando por las gradas, vendiendo papitas, dulces, donas, tortas, cerveza, etc, prácticamente de todo, y de inmediato todos pedimos una cerveza para disfrutar mejor del béisbol. Pasaron algunas entradas del juego, las cuales fueron muy emocionantes, y aunque solo se hicieron pocas carreras todos estábamos contentos ya que nuestro equipo iba ganando en ese momento 2 carreras a 1.  Se sentía un buen y agradable ambiente en el estadio, ya que había muchos grupos de amigos, de familias, de todas las edades y apoyando todos a nuestro equipo, victoreándolo todos cada vez que metía una carrera o cuando sacaban a un rival con un out.

Terminó la parte baja de la tercera entrada, y mientras los equipos salían a la cancha nosotros platicábamos animadamente, de todo menos de la universidad, nadie se quería acordar de eso. Durante la plática escuchamos a la voz del estadio que decía que diéramos un fuerte aplauso para las “vaqueritas”, quienes eran las chicas de la porra del equipo. Siete chicas salieron a la cancha, parándose frente a la banca de nuestro equipo, y comenzaron a bailar al ritmo de la música reggeaton que se escuchaba del sonido del estadio. Lucían hermosas todas las porristas, vestidas con una blusita roja de mangas cortas y anudada al frente dejando ver sus vientres, un chaleco color crema con el logotipo de una cerveza en la espalda, una faldita roja tableada que dejaban ver que debajo tenían un pequeño short blanco, y abajo unas botas del mismo color que el chaleco.

Como dije, todas lucían muy bien, pero en especial me llamo la atención una chica delgada pero de cuerpo bien formado, de cabello castaño oscuro, lacio y brillante, aunque desde lejos no podía notar muy bien sus formas se notaba que tenia buen cuerpo y una cara preciosa; todas bailaban muy bien pero yo solo miraba a esa chica que realmente me parecía hermosa. Luego de unos segundos de más baile terminaron y entre aplausos se despedían ellas con las manos mientras salían por uno costado de la banca de nuestro equipo. El juego continuó y seguimos viéndolo animadamente, aunque la imagen de esa porrista me había gustado y esperaba verla mas adelante con otro baile. Casi para terminar esa entrada, para mi felicidad, veo a esa porrista junto con otras dos caminar por las gradas, sonrientes y animadas entregando regalos como llaveros y vasos a los aficionados. Mis compañeros se entusiasmaron al verlas, al igual que muchos otros hombres de por ahí, y no faltaron chiflidos para ellas quienes sonreían por sentirse tan halagados con todo eso. Yo solo veía a esa chica, realmente hermosa, pasar por entre la gente, viéndola apenas por la gente que me tapaba en frente, sin que nadie de mis acompañantes notara como esa chica me tenía hipnotizada sin poder apartar mi vista de ella.

Luego de regalar artículos del equipo las tres chicas se pararon a nuestro lado derecho sobre las escaleras, quedando esta chica que me había gustado a primera vista, a unos 7 metros de donde me encontraba y sin que nadie me tapara esa bella imagen. Pude ver que tenia una bella piel blanca,  unas piernas espectaculares, bien torneadas, y bajo esa blusita roda se notaban unos senos bien desarrollados, grandes para su edad, ya que parecía tener unos 20 años cuando mucho, y una cara muy bella, como de niña aunque desde algunos ángulos unas facciones de hermosa adolecente, sonriendo y platicando con sus amigas. Trataba de ver el juego, al igual que mis amigas que no perdían detalle de lo que pasaba en la cancha, pero esa chica era como un imán para mí y no podía dejar de mirarla, hasta que de seguro sintió mi mirada y volteó hacia mí, tomándome por sorpresa su mirada. Al verme solo me sonrió tiernamente, era una sonrisa tan hermosa que mi corazón parecía detenerse de gusto, de emoción, para luego ella volver a la plática con sus amigas. Escuchaba gritos animados de la gente  que de seguro por el juego, pero en ese momento no me importaba eso, solo ver a esa hermosa chica que estaba a unos metros de mi y luego de unos segundos de nuevo voltea hacia mí, sonriéndome esta vez de forma más tímida, como si le incomodara que la estuviera mirando con mucha atención; yo solo pude sonreírle, no sabia que hacer, solo sonreírle, y ella sonrió un poco mas cuando vio mi sonrisa para de nuevo seguir con sus amigas en su plática.

Esta chica me hacía sentir algo inexplicable, me provocaba verla y conocerla, hablar con ella, enamorarla, hacer todo para que se fijara en mí, pero no me animaba ya que temía ser rechazada porque no todas son lesbianas o bisexuales como yo. Luego de unos minutos vi como ella junto con las otras dos chicas comenzaron a caminar alejándose de ahí ya que un hombre que tenía la camisa de la cerveza patrocinadora del equipo las había llamado, se seguro era su jefe. Las tres se fueron caminando por las gradas pero esta chica volvió a voltear hacia mi, un poco tímida, sonriéndole yo contenta por ese detalle y volteándose ella de inmediato al verme sonreírle. Estaba segura de que la había asustado con mi insistencia de verla y de que ya no se pondría cercas de mi; afortunadamente ninguna de mis amigas y demás  con quienes estaba se dio cuenta de lo que había hecho.

Pasaron otras entradas, el juego siguió su marcha y ya nuestro equipo iba ganando 5 a 3, entre gritos de apoyo de toda la gente del estadio, aunque los chicos que venían con nosotras ya estaban un poco pasados de cerveza y ya gritaban de mas, lo cual me incomodaba aunque parecía que a mis amigas no, de seguro era algo normal que la gente en los estadios se animara mas con  la cerveza para apoyar al equipo.

Llegó el fin de la parte baja de la 6ta entrada y tras unos segundos la voz del estadio vuelve anunciar a las “vaqueritas”, escuchándose aplausos y chiflidos para ellas. De nuevo se acomodan las siete chicas frente a la banca de nuestro equipo y comienzan su baile, mirando yo de nuevo a aquella chica que me había impresionado con su belleza y su cara de aun niña pero de tremendo cuerpo, y para mi sorpresa, aun bailando, aquella chica miraba hacia donde yo me encontraba, sonriendo al igual que todas las demás veces, tierna y tímidamente. Al notar que yo también la miraba cambio su vista hacia otra parte dejando de sonreír un poco, lo cual me preocupo porque de seguro no le gustaba que la estuviera mirando tanto una mujer, por lo que decidí mejor no seguir mirándola aunque para mi sería muy difícil no mirarla más.

Las chicas terminaron su pequeño baile y de nuevo se despiden entre aplausos y chiflidos para luego desaparecer por la entrada de donde salieron antes. Un poco confundida por la situación le dije a Alejandra, que estaba a mi lado, que iba a buscar algo de comida en los puestos que estaban fuera del estadio ya que la mayoría de mis amistades estaban ya comiendo algo, a excepción de Gabriela que no le gusta comer comida de la calle, de Alejandra quien estaba comiendo de las palomitas de un chico que estaba su lado, y yo. Alejandra se ofreció acompañarme para que no fuera sola pero no quise, le dije que se perdería el juego, que mejor se quedara para que me platicara lo que pasara mientras yo no estaba, lo cual aceptó.

Me paré y baje por las escaleras para salir del lugar y buscar los puestos de comida del estadio que estaban fuera, entre algunos chiflidos de hombres hacia mí, acompañados de bonitos piropos aunque algunos pasados de tono aunque de igual forma me hicieron sonreír. Luego de la indiferencia de aquella bella chica de las “vaqueritas” pues me sentía mal por haberla hecho sentir incomoda con mis miradas, y ya si por algún motivo se acercara un chico conmigo sería algo bueno para olvidarme de seguir mirando a la chica cada vez que la viera.

Caminé buscando algo de comer hasta que encontré un puesto de nachos, los cuales se veían ricos ya que les ponían queso amarillo derretido, rajas, elote, y como me gustan mucho pues decidí comprar unos aunque me tenía que formar en la fila que estaba un poco larga. Mientras avanzaba la fila no faltaba quien me mirara con ojos que parecían comerme o me dijera cosas o me chiflara; no me molestaba ya que lo tomaba como bonitos halagos pero no había alguno que me interesara. Ya faltaban unas 4 personas más para llegar hasta el encargado del local y comprar mis nachos cuando a espaldas mías escucho la suave voz de una mujer.

-Oye, sshh… sshh… -escucho detrás de mí.

Volteo y para mi sorpresa era le porrista que me había enloquecido, la chica que no podía dejar de mirarla, me estaba llamando con un gesto tímido y una pequeña sonrisa, vestida con ese coqueto uniforme que dejaba a la vista su buen físico y flotándose las manos pegadas a su vientre, viendo al resto de sus compañeras alejarse, quedándose solo ella ahí, hablándome. Sentí que mi corazón latía rápidamente y un nerviosismo como pocas veces lo había sentido por alguien. En ese momento solo me salí de la fila para acercarme a ella tratando de calmar mis nervios mientras ella me miraba con timidez y cierto nerviosismo también.

-Hola –le digo sonriendo.

-Hola –contesta algo tímida.

-¿Qué pasa?

-Disculpa, pero es que tengo algo que preguntarte –dice mordiéndose su labio inferior

-¿Si?

-Lo que pasa es que hace rato que estaba arriba en la gradas note que me mirabas mucho y me sonreías.

-¿Ah si? –digo apenada- disculpa, supongo que te molestó o te incomodó eso ¿no?

-No, no… para nada… -dice nerviosa tratando de sonreír- solo que… bueno, quería saber por qué me mirabas tanto.

-¿En serio? –pregunto menos nerviosa.

-Aja… si… ¿te interesé… por algo… de cierta forma? –me pregunta directamente pero nerviosa.

-Jajaja, ¿eso crees?

-No, disculpa si te ofendí –trata de disculparse- pero eso pensé y…

-No te preocupes –la interrumpo para tranquilizarla- no me molesta. Y mira, si te miraba tanto es que bueno, me pareces una niña muy bonita e interesante, y para mi gusto eres la mejor y más bella de las porristas.

-¿En serio? –pregunta mas calmada.

-Claro, y bueno, como te digo, me pareces una niña muy interesante, y también lo serías para cualquiera que te trate. Ha de ser algo bueno conocerte.

¿Tú crees? –pregunta con un gesto de sorpresa

-Claro, me parece que tienes algo que llama mucho la atención, y te aseguro que no solo a mí.

-Ah… gracias –dice apenada con una pequeña sonrisa.

A pesar de decirle todo eso directamente, escondiendo mis nervios, no quería decirle que me encantaba, que me parecía hermosa y sensual, no quería asustarla ahora que ya me estaba teniendo confianza y que no se incomodaba por mis palabras.

-No vienes seguido al béisbol ¿verdad? –pegunta con más confianza, rompiendo ese pequeño silencio.

-No, en realidad no, es la primera vez que vengo –digo sonriéndole.

-Bueno, pues espero que vengas mas seguido –dice con una tímida sonrisa, lo cual me gusta.

-Mmm –digo mordiéndome el labio inferior tiernamente- ¿te gustaría que viniera con frecuencia?

-Sí, digo… eres agradable… y si te gusta este deporte no veo por qué no vengas –me dice con cierta pena.

-Pues lo haré, ya me veras más seguido aquí y prometo ya no mirarte mas.

Aquella bella chica ríe divertida por mis palabras y me gustaba verla así conmigo, mostrándose de una forma alegre, sin sentirse incomoda por mis palabras o mis miradas. Pero para mi mala suerte se acerca uno de los guardias a nosotras, en especial a ella.

-Te buscan para repartir más artículos –le dice el guardia a ella.

-Ah OK, gracias, ya voy –contesta ella rápidamente.

El guardia se aleja, no sin antes barrerme con la vista de pies a cabeza, mirándome con malicia. Yo apenas le sonreí para seguir con la bella porrista.

-Bueno, me tengo que ir –dice sonriendo- gracias por contestar sin problema mi curiosidad.

-De nada, me dio gusto platicar contigo.

-Gracias, bueno… bye. –dice alejándose rápidamente.

Me quedo ahí parada mirando cómo se aleja, sin saber por qué no le pregunte ni siquiera su nombre; tal vez me puse tan nerviosa que no se me ocurrió ni preguntarle eso. Volví en mí cuando el señor de los nachos me pregunto que si quería un platillo, contestándole trabadamente que si. Aquel señor de más de 70 años muy amable y atento me sirvió mis nachos, sacándome plática del juego; yo le respondía apenas ya que aún seguía pensando en esa chica y enojada conmigo misma por no haberle sacado más platica. Ya cuando el señor me dio mi platillo y le pagué por el mismo me despedí atentamente de aquel hombre que me trato educadamente, por lo que di meda vuelta y me dirigí hacia las escaleras para subir al estadio y buscar a mis amigos. Cuando subí apenas los primeros 5 escalones escuche una voz conocida detrás mí.

-Hey, hey, espera…

Sentí felicidad y una emoción cuando al voltear veo que era la hermosa porrista quien llego corriendo para alcanzarme, viendo desde el escalón su escote y sin poder evitar ver como aquellos senos de buen tamaño se sacudían con sus movimientos. Ella me miraba sin mostrar pena o molestia por mirarle rápidamente sus atributos.

-Disculpa, espero no haberte asustado –me dice sonriendo.

-No te apures, está bien ¿Qué pasa? –digo tratando de ocultar mi gusto.

  • Regrese para darte esto –dice entregándome una pequeña servilleta.

Al ver la servilleta una sonrisa se dibujo en mi rostro, ya que venía anotado en pluma azul y con una bella letra un número de celular y un hermoso nombre: Marlene

-¿Y esto que es? –pregunto sin poder creer mi buena suerte.

-Bueno, dijiste que yo te parecía interesante –dice sonriendo un poco nerviosa- y que sería bueno conocerme, así es que… bueno, te dejo mi numero de celular y mi nombre, por si algún día quieres que nos tratemos o platiquemos pues me llames. Así podremos conocernos mejor.

-Wow, pues gracias –digo emocionada viéndola a los ojos- Tienes un bello nombre, era de esperarse siendo tu muy linda

-Gracias –contesta con esa timidez que me gustaba en ella, sonrojándose un poco- estoy segura que tú también has de tener un bello nombre.

-Me llamo Celeste –le digo dándole la mano- y tengo 24 años.

-Pues muchos gusto Celeste –dice tomando suavemente mi mano con una suya- Soy Marlene, un poco mas chica que tu ya que tengo 19 años, y pues ya comprobé que tienes un bello nombre… al igual que tu.

-Gracias –le digo sonriendo.

-Y también espero no dejar de parecerte interesante por mi edad, por ser mas chica que tu.

-Para nada, me pareces más interesante con esa edad.

-¿En serio?

-Claro.

-Jejeje, pues gracias, eres muy amable –dice sonriendo mientras se muerde suavemente su labio inferior- Bueno, te dejo para que vayas con tus amigos, además de que tengo que ir a hacer unas cosas

-Está bien, y gracias por esto –digo moviendo la servilleta.

-De nada, ya sabes, cuando quieras. Bye.

-Bye.

No pude evitar sentir un deseo por ella, verla alejarse con esa pequeña minifalda mostrando sus bellas y torneadas piernas, su trasero moviéndose sensualmente al compás de sus pasos y su pequeña blusa y chaleco mostrando su estrecha cintura. No pude aguantar no hablarle luego de verla así, por lo que corrí hacia ella.

-Hey Marlene –le digo haciéndola voltear hacia mí.

-¿Si? –gira con un gesto de sopresa.

-Bueno, perdón por el atrevimiento, pero vengo con unos amigos y ellos quieren ir a un bar luego de que termine el partido y la verdad no me interesa mucho ir con ellos, así es que si gustas terminando el juego puedo invitarte a ir a un lado para conocerte, claro si tu quieres.

-Vaya –dice sorprendida- la verdad me gustaría, eres muy agradable y linda conmigo pero no traigo otra ropa. Se me hizo tarde al salir de casa que ya no tomé otra ropa y ni modo que vaya a otro lado vestida así, imagínate lo que pensarían.

-Jajaja, pues si, tienes razón, igual iluminarías el lugar con tu presencia. Pues si quieres podemos ir a mi casa a tomarnos una cerveza, vivo sola, así podríamos conocernos mejor.

-¿A tu casa? –pregunta mas sorprendida, abriendo mas sus preciosos ojos.

-Si.

-Ahh, es que, no se…

-¿Me tienes miedo? -pregunto sonriendo coquetamente.

-No, para nada ¿Cómo crees?, lo que pasa es que me gustaría… no se… ir a otro lado… a platicar… -decía sin saber muy bien que decir.

-No te preocupes –digo sabiendo que aun no me tenia mucha confianza- no hay problema, te entiendo y esta bien. Entonces prometo llamarte pronto para ponernos de acuerdo en salir después ¿OK? A donde tú gustes.

-Gracias, te agradezco que no te molestaras por esto –dice con un gesto de alivio.

-Para nada –digo sonriendo- como te dije, no hay problema. Te dejo para que vayas con tus amigas.

-Gracias, y bueno, tienes mi numero de celular ya, llámame cuando quieras para ponernos de acuerdo.

-Eso haré. Bueno, bye.

-Bye Celeste –dice mi nombre con su bella sonrisa.

La veo alejarse en busca de sus amigas, sintiéndome un poco frustrada por no haber podido salir con ella luego del juego para estar a solas con ella y ver que podía pasar, pero no quería forzar las cosas, no quería que se sintiera presionada y que por ello ya no quisiera verme luego de haberme ganado un poco su confianza. Y sin mas que hacer ni decir subo de nuevos las escaleras, pasando entre gente y vendedores por las gradas hasta que logro llegar con mis acompañantes.

-¿Por qué tardaste tanto? –me pregunta Alejandra con gesto preocupado.

-Es que no encontraba nada bueno, y ya cuando encontré los nacho había mucha fila ¿Gustas?

-Ah, no gracias. Creí que estabas platicando y ligando con alguien.

-Jajaja para nada –reí divertida sabiendo que si había ligado, y que parecía que si había funcionado con Marlene.

Ya haciéndome a la idea de que llamaría a Marlene para invitarla a salir lo más pronto posible, me dispuse a disfrutar del juego con mis amigas y sus amigos, viendo que afortunadamente el marcador seguía igual que cuando salí por mi comida. Pasaron las entradas hasta que acabo la parte baja de la 8va, el marcador se movió un poco, 6 a 3 aun ganando nuestro equipo. Antes de iniciar la 9na entrada de nuevo salieron las “vaqueritas” para animar aun más a la afición pero me desilusioné cuando vi que no estaba Marlene, era la única que faltaba; mis amigos no notaron su ausencia, mucho menos mis amigas, solo yo. De seguro su novio había venido y estaba con él, por lo que me sentí un poco frustrada, aunque sabia que por su belleza era difícil que estuviera sola; trate de resignarme a que tenia novio o algún pretendiente y tenía que aceptarlo, no me quedaba de otra.

Luego de su baile comenzó la novena entrada, y luego de unos 10 minutos, entre gritos de felicidad y aplausos de todo el estadio, nuestro equipo ganó el juego con el marcador de 6 a 3, lo cual hizo que hubiera un buen ambiente en el estadio. Al acabar el juego todos esperamos a que mas gente saliera para no batallar en salir entre la multitud, esperando a que hubiera menos gente, hasta que luego de unos minutos ya las gradas comenzaron a vaciarse y fue ahí cuando decidimos ya salir.

Alberto, uno de los chicos que venia con una de mis amigas, dijo que ya nos fuéramos a un bar para seguir la noche de fiesta, mientras bajamos de las gradas rumbo a la salida. Todos estuvieron de acuerdo menos yo, ya que por una parte, desde antes ya no se me antojaba mucho ir por el estado en que se encontraban esos chicos, ya algo alocados y sobretodo muy confianzudos, y por otra parte pues no me sentía con ánimos luego de lo de Marlene, no haberla visto en el último baile porque de seguro estaba con su novio me desilusionó un poco. Mientras íbamos hacia la salida trataba de buscar algún pretexto para no ir, no quería verme tan grosera diciendo que no quería ir por ellos, y cuando estaba pensando y pensando que decirle a mis amigas para no ir escuche una voz a unos metros que hizo que hizo que mí corazón se me acelerara.

-¡Celeste! –gritaron mi nombre.

Volteo a mi derecha y ahí estaba Marlene, parada junto a una de las columnas de acero del estadio con su uniforme puesto y un pequeño bolso blanco, moviendo su mano derecha para poder ubicarla. Sonreí al verla y le dije a Alejandra que me disculpara, que en seguida volvía, dejándola con el resto del grupo. Sin poder ocultar una sonrisa de gusto caminé hacia Marlene.

-Hola Marlene ¿Qué pasa? –le pregunto sonriente.

-Hola, mmm,  quería saber si la invitación de ir a tu casa sigue en pie –pregunta con timidez.

-Claro que si, sigue en pie –respondo de lo más contenta- ¿y esa sorpresa por aceptar al final?

-Es que pensé que no tiene nada de malo en ir a tu casa, además de que si nos vamos a conocer un día, pues no veo por qué alargar el momento –contesta sonriente.

-Me parece bien, muchas gracias.

En ese momento vi que traía su cabello algo húmedo.

-¿Qué te paso en el cabello? –le pregunto con sorpresa.

-Nada, solo que si voy a  tener una cita contigo esta noche quise darme un baño en los vestidores, por eso no salí en el ultimo baile. Si no puedo cambiarme de ropa al menos me baño ¿no crees? Lucir presentable.

-Jajaja, no te preocupes por tu ropa, te aseguro que te ves muy guapa así.

-Gracias… tu también te ves guapa vestida así –dice con su linda timidez.

Sentí que el animo y los deseos por ella regresaban con fuerza a mi, por lo que le dije que me dejara despedirme de mis amigas para poder irnos, lo cual acepto animadamente. Fui hacia Alejandra, ya que siendo la única del grupo en saber mi bisexualidad podía confiar en ella; le dije que conocí a una chica que me gustó y que queríamos irnos nosotras solas para conocernos. No se con que gesto o en que tono se lo dije, pero solo con verme y escucharme sonrió, diciéndome que estaba bien, que me entendía y que no había problema. Y cuando vio quien era mi cita sonrió y me miró sorprenda, tal vez no se esperaba que mi cita fuera una de las porristas. Me dio un beso en la mejilla y me deseo suerte, diciéndome que ella me disculparía con los demás; le di las gracias y yéndome con Marlene le dije que ya nos podíamos ir. Ya fuera en los estacionamientos me dijo que ella traía auto, así que primero fuimos por el suyo y ya después buscamos el mío para luego ella seguirme hasta mi casa, sintiéndome emocionada y feliz mientras conducía, no sabia que pasaría con ella esa noche, pero ya con el hecho de estar a solas podríamos conocernos mas y quizás mis esperanzas de estar con ella podrían aumentar.

Como hubo mucho trafico en la salida por todos los que salían del estadio, hizo que tardáramos en llegar a mi casa unos 20 minutos, ya casi era la media noche. Llegamos y ella se estacionó detrás de mí para luego bajar y sonreírme cuando me ve acercarme ella.

-Ven –le dije animándome a tomar su mano izquierda esperando un rechazo, pero solo me sonrió y se dejó que la llevara a la casa.

Mi casa era mediana, de una planta, con dos recamaras y todo lo demás, la cual pude comprarla gracias a mi padre pero aun así le abonaba mensualmente una cantidad de dinero para írsela pagando poco a poco, aunque él al principio no quería termino aceptando que le pagaría, ya que sabe que soy bastante necia y que cuando me propongo algo lo hago.

Entramos a casa, yendo hacia la sala, diciéndole a Marlene que se sintiera en casa y que se pusiera cómoda. Le pregunté que si quería una cerveza y comer algo y dijo de inmediato que si a la cerveza pero que de comer no, ya que antes de salir del estadio cenó con las demás chicas en los vestidores, que solo le apetecía una cerveza. Me agradó la idea y tomando 2 latas de cerveza me fui a sentarme con ella.

-Mira, la misma cerveza de tu chaleco –le digo dándole su lata.

-Jajaja. Me parece bien –ríe divertida- ya me agradas más, de lo contrario hubiéramos tenido problemas

-Jajaja, que suerte que tenía esta  cerveza entonces. Bueno, pues salud, por habernos conocido.

-Me gusta eso, salud.

Hicimos una especie de brindis, y tras darle un trago Marlene me pidió que le hablara de mí, por lo que sin problema lo hice: le dije que estaba a punto de terminar la carrera de derecho, le platique de mis gustos, mis hobbies, que no me gusta, etc, prácticamente todo de mi, y siempre mostró Marlene entusiasmo en todo lo que le decía. Luego le toco su turno de hablarme sobre ella: estaba estudiando administración de empresas, estaba en 3er semestre, me platicó que era porrista porque le gustaba el béisbol gracias a su padre y a su abuelo ya que ellos siempre han sido fanáticos de ese deporte y que le contagiaron ese gusto, y que la idea de ser porrista le gustaba ya que también le gustaba bailar. Vivía con sus padres y tenia otra hermana menor de 17 años, siendo solo dos hijas.

Seguimos platicando más, cuando decidí poner algo de música en el equipo modular, música de reggeatón y pop, combinado. Me senté a unos metros de ella y la notaba algo rara.

-¿Qué tienes? -le pregunto intrigada por su comportamiento.

-Mira, no te molestes –dice algo nerviosa, mirándome a los ojos- pero ya te conocía de antes, ya te había visto una vez.

-¿En serio? –pregunto sorprendida ¿y de donde me conoces?

-Hace como 1 mes te vi en el “Venus” (bar antro para chicas lesbianas y bisexuales) y te recuerdo porque me pareciste una chica muy atractiva.

-¿Has ido tu al “Venus”?

-Si, un par de veces, y cuando te vi estabas con otras amigas y pues me pareciste muy bella, por eso te recuerdo muy bien.

Me quedé helada, de una pieza, no podía creer lo que había dicho, sobretodo que le parecía bella y no me había olvidado.

-¿Eso quiere decir que tu eres… lesbiana? –me anime a preguntarle.

-No, soy bisexual… ¿y tu?

-Igual, también soy bisexual… no puedo creer que seas bisexual…

-¿Por qué no? –pregunta intrigada.

-Bueno, más bien nunca me lo hubiera imaginado, siendo tan hermosa…

-Gracias, tu también eres muy hermosa.

-¿Por eso te decidiste a aceptar venir aquí conmigo?

-Si Celeste, digo, no perdía nada con conocerte, de tratarte, y de que me conocieras.

-Wow, pues que bien, la verdad eres muy linda.

-Lo mismo digo de ti.

Hicimos otro brindis, dando un trago a nuestra tercera lata de cerveza, luego de varios minutos de platica ya habíamos tomado un poco mas. Sentía que con esas confesiones la barrera entre nosotras se había ido y que habría mas confianza entre nosotras, y note en ella mas calma, se sentía mas relajada al igual que yo. Me miraba ella a los ojos mientras tomaba su cerveza, con una pequeña sonrisa en sus labios, lo cual me gustaba verla tan relaja ya gusto conmigo, para después dejar su lata sobre la pequeña mesa de centro que estaba frente a nosotras.

-Bueno Celeste, sabes que me gusta bailar ¿a ti te gusta?

-Si, un poco, no bailo tan seguido ni tan sensual como tu pero si.

-Jajaja –ríe divertida- ¿te parece que bailo sensual?

-Mucho, me gusta como bailas con tus amigas, aunque para mí eres la mejor.

Sonriendo se pone de pie, quitándose su pequeño chaleco y me extiende la mano.

-Ven, vamos a bailar.

-Me gusta la idea –le dije sin poder evitar negarme ante su sonrisa.

También me quito mi chaleco para que no me estorbara y tomo su mano, acomodándonos entre la mesa y la sala, comenzando a bailar la música de reggeaton que estaba escuchándose en el equipo modular. Realmente su forma de bailar era única, muy sensual, hacia movimientos de sus caderas, de sus piernas, todo ella me volvía loca. Yo no me quise quedar atrás y mostré mis mejores movimientos, provocando que ella me sonriera de forma coqueta mientras seguía bailando, y poco a poco nos fuimos acercando mas una a la otra rozándose nuestras piernas una con la otra, y sintiendo la piel de sus muslos en los míos, lo cual me provocaba mucha excitación, aunque trataba de esconderlo. Luego de unos minutos de baile Marlene pone sus manos en mi cintura, levantando un poco mi blusa para ponerlas sobre mi piel, gustándome esa actitud suya y me animó para pasar mis manos sobre sus hombros y abrazarme de su cuello. Ella no me rechaza, solo sonríe y sigue con sus bailes cada vez más eróticos, rozando mis piernas con las suyas, sin poder evitar desearla más con cada segundo que pasaba.

-Deseo besarte –le dije en voz baja.

Marlene deja de bailar para separarse un poco de mí, mirándome sorprendida.

-Realmente deseo besarte –insisto de nuevo -¿es malo que sienta eso?

-No… -dice moviendo su cabeza a los lados lentamente- no lo es.

-Y si lo hago ¿lo seria? –pregunto con mucho deseo.

-No… no se… -contesta entre confundida y temerosa.

Sin perder mas el tiempo acerco mis labios a los suyos, besándola con mas ternura que algo mas, sintiendo como ella un poco temerosa me correspondía el beso; abro mis ojos y la veo a ella con los ojos cerrados mientras ella misma comienza a besarme más apasionada. Me siento satisfecha y de nuevo cierro los ojos, entregándome s sus besos, abrazándome más a su cuello y ella tomándome con más firmeza de la cintura. Su lengua masajea suavemente la mía, disfrutando de su suavidad y su sabor, provocándome ganas de pasar mis manos por todo su cuerpo, pero no quería asustarla por lo que preferí preguntarle.

-¿Quieres que vayamos a mi cuarto? –le digo separándome de ella.

-Si… -contesta notándose en su rostro y en su voz que realmente quería seguir hasta el final.

De nuevo la beso, metiendo un poco mas mi lengua en su boca y ella chupándomela como si fuera un caramelo, y como un par de enamoradas nos fuimos así hasta mi cuarto por el pasillo, entre besos y caricias en la cintura que en mas de una ocasión nos hacían tropezar lo cual nos provocaba pequeñas risas mientras nos seguíamos besando.

Entremos a mi cuarto, prendiendo de inmediatamente la luz para no estar a oscuras, viendo a Marlene ver mi cuarto donde había una cama matrimonial, alfombra beige, paredes blancas, tocador y burós de madera clara, un closet de madera blanca, y ventanas que llegaban de media pared hasta el techo.

-Que bonita recamara –dice sonriente sin soltarse de mi mano derecha.

-Gracias, ven.

Tomándola de la mano la atraigo hasta la cama, subiéndonos las dos hasta quedar hincadas una frente a la otra.

-¿Estas segura de que quieres seguir? –le pregunto con sinceridad, dispuestas a aceptar cualquier respuesta.

-Si, lo he deseado desde que vi como me mirabas en las gradas. Deseo estar contigo.

La vuelvo a besar con pasión, y ahora si mis manos bajan hasta sus nalgas, tomándolas y apretándolas suavemente, sintiendo sus formidables formas, escuchándola a ella gemir y tomándome con sus manos mi rostro para no dejar de besarme. Mis manos masajean suavemente sus nalgas por varios segundos mientras se escuchaban nuestros apasionados y tronados besos, y luego lentamente la recuesto boca arriba sobre mi cama, besándola por unos segundos para luego separarme un poco de ella.

-Eres realmente muy bella –le digo acariciando su rostro con mi mano derecha.

-Tú también lo eres –me dice sonriendo.

-¿Sabes?, desde que te vi me encantaron sus pechos, los tienes muy bellos –le digo bajando mi mano hasta ponerla sobre su seno derecho.

-¿Ah si?

-En serio.

Marlene lleva sus manos hacia el nudo de blusa para deshacerla, y abrírsela, y tal como lo imagine y sentí en mi mano, no traía brasiere, quedando sus bellos y de buen tamaño pechos al aire, con una aureola y pezón rosados, algo erectos que apuntaban con firmeza hacia arriba. No puedo evitar mirarlos, mirándome ella con una leve sonrisa, como si le gustara que sus pechos me volvieran loca.

-Ahora los ves mejor –dice con mucha sensualidad.

Sonriendo por sus palabras bajo mi cabeza, llevando mis labios a su tierno y bello cuello, dándole suaves besos y lamidas; Marlene se excita notoriamente, arqueando su cuello un poco para ofrecérmelo, viendo en sus labios una pequeña sonrisa. Lamo su cuello a mi antojo, pasando mi lengua de arriba hacia abajo moviéndola rápidamente, escuchando como suspira y gime suavemente.

-Ahh… que rico… -decía suspirando.

-¿Te gusta? –le pregunto sin dejar de lamérselo.

-Si… se siente tan bien…

Me gustaba que lo disfrutara, por lo que seguí lamiéndole su suave cuello varios segundos mas, llenándoselo de mi saliva mientras seguía ella gimiendo suavemente, con su cuello arqueado.

Luego seguí con el descenso de mis labios y de mi lengua por su cuerpo, por la tersa y suave piel de su pecho, dejando hilos de mi saliva por mi paso, viéndola excitarse mas mientras levantaba un poco su espalda para poder quitarse ya su blusa, quedando a la vista su hermoso cuerpo semidesnudo, arrojando su prenda al suelo. Baja los brazos pero sube los antebrazos sobre la cama, tomando con sus manos la sabana blanca, mirándome a la expectativa. Mi lengua pasa por entre sus pechos, lamiendo parte de ellos, haciendo que cierre sus ojos y otro suave gemido salga de sus labios. Ya sin poder aguantar más mis deseos por sus bellos y perfectos pechos, tomo cada uno con mis manos, sintiendo su suavidad mientras se los acaricio con cuidado, estremeciéndose ella un poco. Veía en su rostro excitación y que disfrutaba de lo que le hacia, y yo ya estaba que la deseaba por completo, por lo que ya no quise esperar mas y lleve mi boca a su pecho izquierdo, pasando mi lengua por la parte baja de su pecho, sintiendo su cuerpo se estremecer al contacto de mi lengua, que luego sube a su pezón, lamiéndoselo rápidamente y dándole suaves succiones. Marlene comienza a gemir con placer, viendo como disfruto con mi lengua de su pezón, para luego cerrar sus ojos y gemir más cuando se lo lamo y chupo más rápido y con más deseo.

-Ahhh… mmm… que rico… aahh… que… rico… aaahh… -decía ella gimiendo.

La verdad me di gusto lamiendo y chupando ese pezón por varios segundos para luego pasar al otro pezón que ya estaba tan duro como el que deje bañado por mi saliva. Tampoco me apiade de ese pezón, al cual lamí y chupe con ansias, con deseo, estirándolo con mis dientes para luego succionarlo y lamérselo a mi antojo por segundos.

-Aahh… si… que… rico… aahh… así… aahhh… -seguía gimiendo con placer.

Marlene arqueaba su espalda y sus manos jalaban con fuerza la sabana por los costados de sus hombros, gimiendo y sobresaltándose con cada succión y las rápidas  lamidas a su pezón y a sus aureolas a la vez que masajeaba su otro pecho con mi otra mano y mis dedos flotaban y estiraban su húmedo pezón.

Ya satisfecha de haber disfrutado de sus pechos, sigo descendiendo con mi boca por su cuerpo, llegando a su vientre, lamiéndolo suavemente para llegar a su ombligo, donde tenía un lindo piercing. Meto mi lengua como puedo y se lo lamo mientras mis manos toman su pequeña falda y short blanco y se las bajo por sus piernas. Entre suaves gemidos, ella me ayuda moviendo sus piernas para poder quitarle sus prendas, quedando solo con sus botas puestas, las cuales no quise quitárselas ya que así se veía mas excitante su cuerpo.

Seguí después descendiendo por su bella anatomía, abriendo sus piernas para acomodarme entre ellas, quitándome mis zapatos que caen en el suelo. Acomodada entre sus piernas, beso y lamo sus muslos, haciendo que suspira y que su cuerpo se retuerza un poco, disfrutando de mi lengua.

-Que cuerpo tan bello y perfecto tienes –le digo excitada, sin que ella conteste, solo sonríe con gesto excitado.

Lamo y beso sus muslos, subiendo mas hasta que ante mis ojos aparece su vagina, cubierto por un apequeña línea de vellos castaños, notándose que hacia poco se acababa de depilar. Me parece tan hermosa y exquisita esa vagina ya un poco húmeda que mis deseos vuelven a despertar con mas fuerza y sin contenerme mas llevo mi boca a ese bello tesoro, pasando mi lengua por sus labios vaginales, subiendo lentamente hasta que mi lengua encuentra su hinchado y húmedo clítoris entre su vulva. Abrazándome de sus muslos comienzo a lamerle su clítoris con suaves movimientos, dándole pequeñas succiones , haciendo que su cuerpo tiemble de placer y que de su boca salgan gemidos mas fuertes y excitantes, arqueándose su espalda y con sus manos tomar con mas fuerza la sabana. Disfruto su sabor con cada lamida, sin darle descanso a su clítoris al cual le sigo dando unas cuantas aspiradas con mis labios, lo que la hace estremecer más.

-Aaahh… aah… oh dios… que bien… aahh… se siente… aahh…. aahh….mmm… aahh…

Sus gemidos me enloquecían, me gustaba verla disfrutar así por mi, y decido no dejar de lamerle ni por un segundo su clítoris, y mi mano derecha acariciando con las yemas de  mis dedos y con las uñas su vientre, que se agitaba de placer al igual que todo su cuerpo, que se retorcía y se arqueaba mas. Su mano derecha suelta la sabana para con ella tomar su pecho izquierdo, apretándolo mientras seguía gimiendo cada vez mas, apretando suavemente mi cabeza con sus muslos, pero no evitaba que moviera mi cabeza para poder lamerle mejor su jugoso clítoris.

Aahh…. aaahhhhh… dios… aahh…. aaahhh… -gemía Marlene cada vez con mas placer.

Sus caderas se levantaban de excitación, restregando su vulva y clítoris en mis labios, lamiéndole y chupándole mejor su clítoris con más deseo, viéndola estremecerse por completo. Estaba disfrutando de lamerle su clítoris, pero no quería dejarla ir sin antes de disfrutar de ese trasero que también me había encantado, por lo que en una de esas veces que ella levantó sus caderas por la excitación, tomo sus nalgas con mi mano izquierda y la levanto, haciendo girar su cuerpo hacia su lado izquierdo y quedando casi boca abajo, con su pierna izquierda estirada y la derecha flexionada,  son su nalga derecha mas elevada que la otra, y quedando a mi vista su fantástico trasero. Aun excitada y agitada Marlene, quise darle unos segundos de descanso por lo que aproveche para quitarme rápidamente mi minifalda, quedando abajo solo con mi pequeña tanga negra y con el hilo entre mis nalgas, sin darse cuenta ella de que me la había quitado, pues seguía respirando muy agitada.

Nuevamente me acomodo entre sus piernas, acariciando con mis dedos sus pantorrillas, subiéndolas hasta la parte trasera de sus muslos, para luego besarlas y lamérselas, haciéndola suspirar más; no quise decirle nada, quería que disfrutara del momento, que se dejara llevar con mis caricias. Subo mi lengua por su pierna derecha mientras mis manos toman sus nalgas y las aprietan con deseo, abriéndolas lo más que podía, escuchándola gemir un poco. Abiertas, podía ver un ano color café, el cual me pareció de lo mas excitante y eso provocó que lamiera sus nalgas rápidamente, dándole suaves mordidas a cada una de ellas que hicieron estremecer su cuerpo.

-Tienes un perfecto trasero, dios que cuerpo tienes –no pude evitar decirle.

Pero Marlene no contesto, realmente estaba dejándose llevar por mis caricias, demostrando su gozo con suaves gemidos. Si esperar mas, abro sus nalgas y con ello su ano se abrió un poco y ya muy excitada por eso llevo mi lengua ahí, lamiéndole todo el divisor de sus nalgas un par de veces para luego concentrarme en su tibio ano. Podía sentir la punta de mi lengua meterse un poco en ese agujero, y con mis manos en sus nalgas, sentir también su cuerpo estremecerse a la vez que la escuchaba gemir con placer. Mi lengua se movía rápidamente sobre su ano y mis manos apretaban sus nalgas, separándolas hasta el tope, gimiendo ella con más placer y su trasero moverse con cada lamida en su ano.

-Aaahh… aahh… mmm… que… rico…. aahh… uumm… -gemía con excitación.

Sin dejar de lamerle su ano, llevo ahora el pulgar de mi mano derecha a su clítoris, acariciándolo rápidamente lo cual le provoca mas placer, agitándose mas su cuerpo y su respiración mas fuerte, al igual que sus gemidos, sintiendo en mi dedo la humedad que salía de su vagina y mi lengua taladrando más a su ano, moviendo con rapidez mi lengua para saborear ese rico sabor y causarle el placer mas intento que se pudiera, sin dejar de estimularle ni un segundo su clítoris con mi dedo, sacudiéndose más su trasero contra mi rostro, lo cual me gustaba.

Termino de lamerle su ano, dejando buena cantidad de mi saliva en él, y me enderezo para quitarme mi blusita, siguiendo con mi sostén hasta que dar con mis senos al aire, viendo  a Marlene ahí recostada boca abajo aun, agitada y excitada. Gateo sobre ella hasta que mis labios encuentran su oído derecho, lamiéndolo con ternura y metiendo mi lengua hasta dentro, sintiendo su cuerpo estremecerse y saliendo de su boca un suave gemido.

-¿Cómo te sientes? –le pregunto en tono suave.

-Muy bien, ha sido de maravilloso.

-Que bueno, se noto que lo disfrutaste –digo lamiéndole su oreja.

-Mucho, pero creo que ya me toca a mi ¿no?

-Mmm, traviesa la niña.

Marlene se gira debajo de mí, quedando boca arriba, para darme un tierno beso en los labios.

-Espero estar a tu nivel –dice son sonrisa traviesa.

-Eres hermosa –solo pude decirle al ver de nuevo ese rostro tan bello.

Marlene vuelve a darme otro beso para luego, estando yo en 4 sobre ella, irse deslizando por debajo de mí, hasta detenerse cuando mis pechos quedan sobre su rostro, tomándolas con sus manos para masajearles suavemente.

-Nunca vi unos pechos grandes y hermosos como los tuyos.

-¿En serio? -contesto con los ojos cerrados, disfrutando de sus masajes.

-Si, y que bueno que los primeros que voy a probar sean los tuyos.

Me sorprendieron sus palabras, no sabia que yo era la primer chica con la que estaba, pero la sorpresa se convirtió en la placer cuando siento sus boca en mi pecho derecho, comenzando a chupar y a lamer mi pezón con muchas ganas, moviendo su lengua por toda mi aureola para luego concentrarse en la puntita que ya estaba dura, dándolo suaves succiones. Con la cabeza levantada, salían de mi boca gemidos, desapareciendo la sonrisa ya que aunque se notaba un poco inexperta sus lamidas y succiones me estaban provocando un buen placer.

-Mmmm… asi… está bien… aahh… que rico… mmm… -le decía excitada.

La escuche reír un poco, contenta de que lo estaba haciendo realmente muy bien, y ahora chupa y lame mi otro pezón, chupándolo con mas fuerza y estirándolo a los lados para luego darle rápidas lamidas. Mi mano derecha acariciaba su cabello, gimiendo por lo rico que me hacia sentir con sus lamidas en mis pezones, disfrutando también de las tronadas succiones que me daba; mi espalda comenzaba a arquearse de gusto, sin evitar excitarme por esa lengua aparentemente inexperta ya que lo que hacía… lo hacía bastante bien.

Luego de saciarse con mis pechos, dejándomelos sensibles y húmedos, continua bajando su cuerpo hasta que su cabeza queda entre mi muslos, excitándome ya con solo sentir su aliento y respiración por mi vagina cubierta apenas por unos vellos castaños también, luego de hacer a un lado mi tanga con su mano derecha. Rápidamente me enderezo para quedar hincada sobre su rostro, cerrando mis cerrar los ojos cuando siento sus primeras lamidas en mi vagina para luego subir esa húmeda y rápida lengua y de inmediato concentrarse en mi clítoris. Su lengua se movía bastante bien para ser su primera vez, dando suaves lamidas circulares a mi clítoris, moviendo suavemente su cabeza hacia los lados. Ya comenzaba yo a gemir con mi cabeza hacia atrás, moviendo un poco mis caderas hacia adelante y atrás, disfrutando de su maravillosa lengua que lamía y lamía mi vulva y clítoris sin descanso, escuchándola gemir muy poco de gusto, y con sus manos tomando mis nalgas, apretándolas un poco.

-Aahh… que bien… lo haces… aah… así… así mero… aahh… -le decía con placer.

Marlene seguía lamiendo y chupando mi clítoris bastante bien, sintiéndolo cubierto por su calida saliva, moviendo mas mis caderas para restregarle mi vagina en su boca. Sus manos comenzaban a masajear mis nalgas con suavidad y sus lamidas eran más rápidas y con más presión, provocando un gran placer que hacia que mi cabeza cayera hacia atrás y mi espalda se arqueara, tomando mis pechos con mis manos y estremeciéndose mi cuerpo con mis caderas moviéndose más. Mis gemidos eran más placenteros y más fuertes gracias a la habilidosa lengua de Marlene que me estaba dando demasiado placer.

-Aahh… ohh dios… que rico… aaahh… mmm… así… aahhh… aaaah…

Seguí disfrutando de sus lamidas y succiones en mi clítoris por unos segundos mas, hasta que su lengua se fue mas hacia atrás, sintiendo su punta lamer ahora en mi ano, haciéndome sobresaltar de gusto y de excitación. Su lengua seguía moviéndose rápidamente, dándome ricos lengüetazos en mi ano con toda la lengua, estremeciéndome un poco más y mis caderas se sobresaltaran varias veces de gozo. Sus manos separaban mis nalgas para que pudiera entrar mejor su lengua, y la verdad que eso me excitaba demasiado, sentir su lengua de lleno lamer mi ano y parte de mis nalgas era excitante,

-Ufff… aahhh…. –gemía con excitación- que rica… lengua… aaahh… mmm… aahh…

Excitada y ya con algunos brotes de sudor por tan maravilloso y placentero momento, me sorprendía esa inexperta lengua moverse muy bien entre mis nalgas, sobre mi ano, sin dejar de lamérmelo por nada, y parecía disfrutarlo por los ricos gemiditos y sonidos que hacia ella mientras me lo lamía con ansias y rapidez, haciéndome gemir mas fuerte y sentirme en la gloria, con mi cuerpo temblando cada vez mas de la excitación que sentía.

Pasaron unos segundos mas cuando ya sentía que me venia, pero un no quería terminar, así que me deje caer a un lado, excitada y exhausta, aun gimiendo por el buen trabajo que había hecho Marlene, quien lentamente se endereza y sonríe al ver en mi rostro un gesto de satisfacción.

-¿Te gustó?, ¿estuve bien? –me pregunta con un gesto de inquietud,

-Wow ¿en serio soy la primera chica con quien has tesado? –le pregunto agitada.

-Si ¿por?

-Dios, estuviste maravillosa, me encanto –digo poniendo mi mano derecha sobre mi frente.

-¿En serio? –pregunta emocionada.

-Te lo juro, eres una maravilla con tu lengua.

-Jejeje, gracias.

-Si, pero ahora vamos hacerlo las dos ¿ok?

-¿Las dos?

-Si, mira híncate en mi cabeza y échate hacia adelante.

-Ahh… OK –dice con una bella sonrisa.

Acostada boca arriba veo esos bellos y fuertes muslos ponerse a los costados de mi cabeza, con su húmeda y muy rica vagina sobre mi rostro, para luego dejar caer su cuerpo sobre el mío. Su vagina olía muy rico, a una mujer excitada, y eso me prendió como lumbre por lo que de nuevo comienzo a lamerle su clítoris. Ella gime pero no tarda en corresponderme y también comienza a lamer y achurar mi clítoris con deseo, abrazándose de mi muslo derecho. Mis manos aprietan esas nalgas tan redondas y bien formadas, y mi dedo índice acaricia su ano sin metérselo; su cuerpo se estremece con ese contacto y me lame con más rapidez, entre gemidos. Haciéndome gemir más. Sigo lamiendo y chupando su clítoris mientras mi dedo acaricia rápidamente su ano, y ella gimiendo lame y acaricia mi clítoris con un dedo, haciéndome estremecer también. Era un fantástico 69 el que estábamos haciendo, dándonos mucho placer mutuamente, entre lamidas y caricias, escuchándose solo nuestros gemidos y los ruidos de las lamidas fuertes que nos dábamos, temblando nuestros cuerpos por el placer que nos envolvía en ese momento. Continuamos unos segundos más hasta que no aguantamos y tuvimos nuestros orgasmos, primero ella y luego de unos segundos yo, absorbiendo ruidosamente nuestros jugos, salpicándonos nuestros muslos pero saboreando nuestros sabores entre caricias, temblando nuestros cuerpos por lo sensibles que estábamos.

Marlene respiraba agitadamente,  se endereza y se sienta a mi lado derecho, mirándome con su sonrisa mientras se limpiaba su cara con sus dedos, limitándome yo a solo mirarla con mucho cariño.

-Jejeje nos empapamos un poco –dice sonriendo.

-Si, pero estuvo bien ¿no?

-Mucho, y sinceramente espero no sea la ultima vez.

-Yo también lo deseo.

Se agacha ella hacia mí y me da un tierno beso en los labios, acariciándome el rostro.

-Ha sido una buena noche, pero tengo que irme ya.

-¿Por qué?

-Antes de buscarte en el estadio llamé a mis padres para decirles que a lo mejor mi iría con las chicas de las porristas a dar una vuelta, pero que regresaría temprano, y ve, ya pasan de la 1 de la mañana.

-Yo creí que te quedarías esta noche conmigo.

-No puedo Celeste, pero te prometo que pronto pasara eso.

-Me parece muy bien –le dije contenta.

Me vuelve a besar de una forma apasionada, con su lengua en mi boca, jugando con la mía en medio de caricias y suaves gemidos por varios segundos. Ya después se levanta para comenzar a vestirse, contemplando el perfecto y escultural cuerpo que poseía, sus curvas, su piel, sintiéndome feliz y orgullosa por haberla tenido esa noche. No dejaba de decirle cuanto me gustaba ella y su cuerpo, aunque prefería verla sin ropa, lo cual la hacía sonreír al escucharme decirle eso con mucha alegría, acomodándose al último su cabello para no verse tan despeinada, lográndolo sin problema

Me levanto y me pongo una bata para acompañarla a la salida y despedirnos amorosamente, con otro tierno beso en los labios.

A raíz de esa noche vivimos muchos otros encuentros sexuales intensos, y aunque nunca ha surgido la idea de formar una pareja forma, nos queremos mucho y disfrutamos de cada momento que estamos juntas hasta el día de hoy como simples amigas con derecho, y espero irles contando más adelante de otros encuentros con mi amada y bella porrista.

Mi msn es: tatu_celeste20@hotmail.com por si gustan escribirme para lo que deseen. Antes no tenía tiempo para contestar los email como deseaba, ahora trataré de hacerlo lo mas pronto posible.