Mi primer paciente

Como inicio mi trabajo de médico de un colegio masculino.

MI PRIMER PACIENTE

Soy un médico recién egresado. En realidad me falta poco para graduarme, tengo 25 años, pero la urgencia económica me obligó a buscar trabajo.

Después de varios intentos por conseguirlo, afortunadamente obtuve uno, gracias a la oportuna intervención de un amigo de un familiar, el mismo que era muy amigo del rector de un colegio de la ciudad. Con esa ayudita, conseguí que me dieran el puesto de replazo del doctor titular de la Institución, quien por problemas en su saludad (ya que era muy viejito) tendría que dejar el trabajo.

Bien, como al colegio le urgía tener un médico y a mi trabajar, se hicieron todos los tramites y un día miércoles entré a mi primer día como doctor del colegio.

Luego de las formalidades de bienvenida, el rector del colegio me presentó a todos en la formación de la mañana. Era un colegio solo de varones y con principios religiosos. Luego el Rector me llevó al consultorio y me dijo: aquí trabajarás, tenemos una enfermera, pero vendrá la próxima semana en razón de que está con permiso, en fin lo único que tienes que hacer es atender a los alumnos que lo requieran y a los que los maestros los envíen por cualquier circunstancia, tienes la potestad médica de otorgar permisos para salir fuera del colegio, si el caso lo ameritase, claro con mi autorización y si es más grabe puedes contactarse con el hospital que tiene convenio con el colegio para enviar allá al alumno si así lo requiere. Dicho esto, el rector se retiró y me deseo mucha suerte en mi labor.

La mañana transcurría sin novedad, me puse a revisar el consultorio y sus implementos, me estaba aburriendo, cuando tocaron la puerta. Yo me puse un poco nervioso, pero solo dije siga... abrieron la puerta y tímidamente entró un alumno, yo pesé. He aquí mi primer paciente.

Yo dije: por favor pasa, el muchacho entró y me dijo con permiso, buenos días. Este alumno era cautivador, poseía una voz entre gruesa y fina, típico de un adolescente, era delgado un poco alto, moreno, llevaba puesto el uniforme de deportes del colegio (camiseta blanca, pantalón de calentador azul, zapatos de deportes blancos), Su rostro era divido, tenía las facciones finas que empezaban a engrosarse y una sonrisa que le provocaba unos pequeños hoyos en sus mejillas. Su cabello lo llevaba con gel, y ligeramente parado (como está de moda actualmente en los chicos). Lo que más me gustó es que llevaba el pantalón del calentador debajo de la cintura (como también está de moda), lo que provocó en mi una sensación de admiración y morbo.

El chico terminó de ingresar al consultorio, pero dejó la puerta ligeramente abierta y me dijo: disculpe que lo moleste lo que pasa es que..... Tranquilo le dije, pasa y toma asiento, fui y serré la puerta con seguro, me senté en el escritorio frete a él y le dije cuéntame por favor por qué has venido.

Bueno en realidad no tengo nada, dijo el alumno, lo que pasa es que mi profesor de gimnasia me ordenó venir aquí porque según él yo estoy enfermo, y me pidió que traiga un certificado de usted, para dejarme reintegrar a las clases y si no estoy enfermo me amenazó con llamar a mis padres...

Ha, entiendo, le dije. Y porqué el profesor cree que estás enfermo?

Agachó la cabeza y respondió: es que a veces me da pereza hacer educación física y prefiero quedarme en las gradas o decir que me siento mal...Pero en realidad solo es pereza...

Muy bien, se como son esas cosas, mencioné. El dijo, por favor solo diga que he venido pero que es cosa simple, que en pocos días estaré mejor.

Haaa, bueno para eso tendré que revisarte, pueda ser que el Profe tenga razón. Hasta que hora tienes clases de gimnasia, le pegunté: me respondió que hasta las 10 y 30, y que luego salían recreo hasta las 11:00 (eran aproximadamente las 9:40).

Esta bien, tomaremos el tiempo de las clases de gimnasia para hacerte un chequeo... El alumno dijo: pero doctor, no tengo nada, no es necesario....Yo le dije: es necesario, así que no pongas objeción.

Bueno empecemos: veía en su rostro la mala cara que tenía, ya que el no esperaba que se le hiciera un chequeo médico.

Por favor dime tu nombre: Francisco

Paralelo: 4to b

Edad: 14años

Bien, por favor pasa a la báscula:

Así lo hizo

Pesaba 50 Kls. Y medía un metro cincuenta y cinco.

Empecé examinándole los ojos, los oídos, garganta. Luego le pedí que pasara a la camilla, así lo hizo. Levanté su camiseta y empecé ha revisarlo con el estetoscopio, hasta llegar a su obligo, donde podía ver la pantaloneta, ya que el pantalón lo llevaba a la altura de la pelvis, y podía ver que se dibujaba un bulto muy apetecible.

Me dijo, ya puedo levantarme? Yo le contesté que estaba bien. Pero yo no podía perder la oportunidad.

Una vez de pie, le pedí: por favor sácate la camiseta, así lo hizo. Puede ver un torso adolescente, que empezaba a formarse, eso me prendía cada vez más. Empecé nuevamente a revisarlo con el estetoscopio.

Bien, mencioné, ahora por favor sácate el pantalón. Por un momento el muchacho dudó, pero al fin y al cabo, como tenía por debajo la pantaloneta lo hizo.

Ahora lo tenía frente mío solo con la pantaloneta y medias. Pude ver unas piernas sensacionales, eran delgadas pero bien formaditas. Apenes empezaba a mostrar los inicios de unas pequeños bellos.

Esto me empezó a excitar más, mientras yo me hacía el que anotaba en su historia clínica.

Comencé a realizarle preguntas como estas:

Tomas algún medicamento? Respondió que no.

Alguna vitamina? No

Comes bien, desayuno, almuerzo, merienda...? dijo que sí.

Realizas ejercicio. Solo juego fútbol, pero no muy frecuentemente.

Yo, poniendo cara incertidumbre le dije: no entiendo porqué tu desánimo y falta de ganas...

Empecé con las preguntas fuertes,

Debe haber algo en que ocupes y gastes tus energías

Así que le pregunté de forma directa:

¿te masturbas?

El muchacho se quedó pálido y se puso rojo como un tomate.

Tranquilo le dije, eso es muy normal en muchachos de tu edad, todos hemos pasado por eso.

El dijo si lo hago... ¿Con que frecuencia?, volví a preguntar, dos o tres veces por semana, respondió

Esta bien, tranquilo...empecé a ver como en medio de su pantaloneta crecía un bulto que mi paciente no podía disimular, y que le hacía sonrojar más.

Era mi primer paciente, y me había hecho poner a mil, ha esta altura ya no podía parar, pero debía hacer parecer que todo lo que hacía era necesario para seguir adelante.

Bueno Francisco, cuando fue la última vez que te hicieron un chequeo médico..

Cuando era chiquito, creo, para entrar a la escuela.

Vaya, eso ya fue hace tiempo, es necesario hacerte una revisión más detenida, por favor pasa a la camilla, pero sácate el resto de ropa...el muchacho me quedó mirando como con asombro, pero inmediatamente me hice el desentendido y me fui para el baño a lavarme las manos, no le di tiempo para que reaccionara u objetara mi petición.

Al regresar el muchacho estaba tendido en la camilla, pero aún llevaba puesto unos bóxer ajustados color grises y a los costados con unas franjas amarillas y las medias.

Esto me existo más, pero muy seriamente le dije: medias y bóxer también tienes que quitártelos, el joven paciente me dijo: pero, esto no es necesario, yo no tengo nada, mejor ya no le quito más tiempo...

Haber Francisco, tranquilízate y obedece, caso contrario tendré que informar a tus padres que no colaboraste con el profesor de gimnasia ni con el médico del colegio.

Francisco pensó un momento y se reincorporó de la camilla, se sentó y empezó a sacarse las medias, luego sin más remedio y poniendo cara de resignación se sacó los bóxer, y se quedó completamente desnudo en frete mío.

Puede ver su miembro semi erecto, era divino, el vello apenas empezaba a hacerse notar, toda la parte que cubre el interior era ligeramente más blanca que el resto del cuerpo. Yo comenté: se ve que te has quemado. Si, dijo Francisco, en el verano me fui a la playa...

Rápidamente empecé a examinar su pene, este era delgado, enseguida tomó cuerpo y en pocos segundos estaba duro, en todo su esplendor. Era un pene, grande para un chico de 14 años, aproximadamente de unos 14 cm.

Luego le pedí que se ponga de pie, puede admirar su hermoso cuerpo juvenil, con un trasero formidable bien paradito, le pedí que baje su prepucio, y pude ver un glande rozadito, me acerqué a su pene, y lo veía detenidamente. El tiempo estaba concluyendo, incluso nos habíamos tomado el tiempo del receso. Así que le dije: Francisco, no es por asustarte pero parece que tu glande no baja bien. Necesitaré que vengas en la tarde después de clases para examinarte, luego de eso te daré un certificado medico para las clases de gimnasia. (claro eso era un pretexto).

EL muchacho se vistió rápidamente, y nuevamente pude ver a ese adolescente angelical bajo el uniforme que le hacía parecer más atractivo.

Me dijo, esta bien doctor, hoy en la tarde vengo...

Así fue, en la tarde vino Francisco al consultorio, esta vez ya no estaba tímido pero lo que me sorprendió es que vino con otro compañero. Eso será motivo de la segunda parte.

Si les interesa saber la continuación por favor escríbanme.

Saludos.