Mi primer orgasmo

Mi vida después de casada tiene otro rumbo, el camino a la felicidad es largo pero por el momento la gozaré con un moreno que me vuelve loca. Una historia sobre mi vagina lubricando y una verga negra tan dura como el hierro.

Mi primer orgasmo

Desde que me divorcie mi vida ha dado un vuelco increíble, a veces las jaulas no son solo para las aves, muchas relaciones encierran a las personas y llega un punto en donde sino tienes los suficientes ovarios te quedas de por vida como he visto a mi madre y muchas amistades. Yo decidí ser libre.

Soy Ana y esta es mi historia.

Estuve casada por 5 años con William de 45 años, un hombre que ame con todo y sus defectos, al final odie hasta sus virtudes. Mi gran sueño fue hacer una familia pero él nunca pudo dármela, ya él tenía 2 hijos de otra relación pero conmigo solo eran excusas sobre excusas que alargaron todo esto demasiado tiempo sumado al mal sexo.

La felicidad en la relación se disipo, nuestras personalidades empezaron a chocar y por el bien de ambos, decidimos  terminarlo antes que todo saliera verdaderamente mal.

Yo solo tengo 25 años, lo sé, demasiada joven pero es que lo ame como nunca había amado a alguien se que el amor es lo más fuerte que puede sentir un ser humano.

Ya no era la chica seria en la universidad bastante centrada, que muy poco salía y si por locuras era, simplemente no era lo mío casi no salía. William con él había la vida llego a tener el sentido que no esperaba. El fue mi primer novio, amante y esposo, actualmente solo un recuerdo.

Desde hace un tiempo atrás me sentía vacía, no había podido vivir mi juventud del todo por estar con William, no termine mi licenciatura de recursos humanos y tampoco pude concretar una familia como la soñaba desde pequeña así que a mi edad decidí romper cadenas para disfrutar más la vida y ser libre. Un día me senté a planificar que necesitaba, que quería ser y desde allí empezó todo.

Un cambio de look que me permitió pasar de divorciada triste a soltera sexy, me volví rubia y ligado a mi test blanca me hizo ver más joven de lo que ya era. Ropa sexy para aprovechar lo que había hecho el gimnasio conmigo estos años aunque admito que soy caderona y delgada de cintura, de senos medianos aunque paraditos.

Empecé a trabajar en una heladería de mi papá lo que me permitía estar gran parte del día libre ya que se centraban más en las noches y sumado a esto, gracias a unos ahorros monte una agencia de lotería en sociedad con una amiga en un buen punto de la ciudad lo que de una permitió tener dinero, no para ser rica pero me bastaba.

Me fui a vivir sola a una casa a unos cuantos minutos de la ciudad, del divorcio me quedo el carro ya que estaba a mi nombre así que no podía pedir más aunque… Me seguía sintiendo vacía.


Un jueves como a las 5 de la tarde, llega a la heladería un espécimen de macho treintañero moreno alto de 1,90 m, delgado de ojos marrones y una dentadura blanca. Me llamo la atención aunque no se lo hice notar pero como hombre no es gente pude notar cierto interés hacia mí y eso que estaba con lo que parecía su novia.

-El efecto escote-Pensé-Ese día me veía bastante sexy.


El sábado en la mañana estaba de compras en el Xpress mall, cuando distraída me encuentro con el moreno.

-Hola mi heladera favorita, ¿Cómo estás?-Pregunto el moreno siendo simpático.

-Chévere amor, aunque no soy heladera, solamente cobro-Dije riéndome y sacando la chica coqueta en mí-Aunque uno de estos días probare a ver qué tal me va con los helados.

-Avísame entonces para irte a comprar unos helados, yo te brindo uno-Dijo el moreno picando el ojo.

No sé porque me reía así y esa soltura que me dominaba, tal vez era el tiempo sin hacer nada de nada o las hormonas de ese chico, quería tirármelo.

-Tranquilo yo te doy el 50% de descuento de lo que quieras-Puse mi cara de ejecutiva.

-Suena bien, entonces lo prometido es deuda.

Le pique un ojo, y acabamos de conversar. Un abrazo donde pude percibir una colonia que me mato, un beso en el cachete y listo, me sentía excitada.

Seguí dando vueltas en el supermercado, y lo espié sacándole fiesta a la cajera.


El jueves apareció solo, alrededor de las 5 todo estaba vacío.

-Hola lo prometido es deuda, ¿Cómo estás?, aunque hoy te veo mejor-Lanzaba sus piropos mientras recorría mi cuerpo “disimuladamente”.

-Gracias vale, hoy te veo más alegre también.

-Eso es que hoy vine a comerte un helado, véndeme dos, uno para ti y otro para mí. Eso si me cobras los dos.

-Está bien no sabes cuánto me gusta el helado y el de chocolate aun mas-Dije riéndome mientras lo veía de arriba abajo también.

Hablamos un rato mientras el local seguía sin clientes y nuestros helados se terminaban, me dio su número así que lo tenía donde quería. Él como novio no me cuadra pero para otras cosas si, así que lo agregue a mis contactos como José moreno. No duro más de 45 minutos en el local pero fue fructífero el encuentro.

-Esoo Ana estas hecha un avión-Decía Gaby una de las que servía el helado.

-No podemos negar que el chico tiene lo suyo.

-Por lo menos labia tiene-Soltó Mari, haciéndonos reír a todas.

A las 9 recibí un whatsapp de José y al día siguiente salimos en su camioneta a dar vueltas por Cumaná.

-No se supone que tienes novia.

-Ehmmm terminamos hace unos días así que no hay problema-Dijo algo nervioso.

-Bueno José, quiero serte sincera yo ahorita no quiero compromisos, me gustaría disfrutar la vida.

-Entonces mi amiga Ana estamos en lo mismo, ¿Cómo disfrutas la vida?-Mintió pero fingí demencia.

-Con respeto, discreción y mucho placer- Le dije mientras colocaba mi mano en su paquete.

-Suena bien, pero la que me prende me apaga ¿me entiendes?-Soltó con total seguridad.

-Está bien, aplica para mí-Desabroche su pantalón y empecé a sentir la dureza de su miembro bajo la tela de un ropa interior.

-Para, para aquí no, vámonos para un hotel-Dijo el moreno.

-Vámonos para mi casa, allá estaremos tranquilos.


20 minutos después…

José estacionaba el carro en mi garaje, y como desesperados entramos a la casa excitados.

Un primer beso me excito un poco más, José metía su mano por debajo de mi falda y con la otra acariciaba mis senos. Yo iba directo al grano, cuando baje sus pantalones para disfrutar de lo tan esperado, mentiría si no se me humedeció la boca quería saborear ese pedazo de carne y sin esperar mucho lo masturbe, era un miembro enorme como 7 dedos más que el de mi ex esposo.

Bese sus bolas negras como el carbón y bastantes grandes totalmente afeitadas, sintiendo su olor que no hizo sino excitarme más. Lamí su tronco humedeciéndolo de mi saliva y repasando sus potentes venas que lo hacia ver más imponente y como una profesional, sin manos me metí media verga en mi boca.

-Mierda perra, que bien la mamas-Solto José.

Me levante y lo agarre de mi mano, el cómo hipnotizado me siguió.

Yo estaba caliente, los besos de José me tenían excitada, húmeda hasta más no poder. Nos fuimos a mi cuarto y en la cama agarre su miembro de nuevo y empecé a lamerlo disfrutando de su olor y textura, era una verga tan negra como la noche, larga y gruesa con una cabeza morada, lo que me asustaba y excitaba a la vez.

Yo sentía gula, quería tragármelo todo pero no podía era demasiado gruesa aunque igual mi boca estaba haciendo el trabajo, su cara era indescriptible. Dos de sus dedos se perdían entre mi rajita que estaba mojada lista para ser penetrada.

-Te gusta así verdad, eres una perra caliente.

Había pasado un año sin relaciones sexuales, tenía un vibrador pero eso no contaba ahora tengo un macho aquí que me va a quitar este fuego que siento adentro.

Aprovechando la posición, el boca arriba me situé encima de él poniendo una pierna a cada lado de su cuerpo, sintiendo su dureza acariciando mi entrada al cielo. Con una mano dirigí, con otra hice el soporte en su pecho y baje mi cuerpo para llenarme de su verga grande y gruesa. Estaba desesperada.

-Clávatela hasta el fondo- Susurro.

Sentí que desfallecía y apenas había pasado la cabeza, iba sintiendo cada vena que tenía su verga hasta que llego al fondo. Me quede inmóvil.

-¿Le das tu o le doy yo?-José llevaba unos cuantos minutos esperando a que me acostumbrara a su grosor.

No respondí, solo sentí cuando esa verga salía y entraba de mí. Primera vez que me sentía tan llena.

-Ay papi así, dale así-José alzaba su pelvis clavándomela hasta le fondo.

Empecé a moverme, llevando el ritmo entre los dos haciéndolo más excitante. Su cara de placer, sus abdominales, sus brazos eran la combinación perfecta, este era el macho que quería tirarme.

No dure mucho en esa posición, enseguida estaba boca arriba con las piernas abiertas y con el coño dispuesto a que José, mi moreno, traspasara las barreras.

Me beso la boca, luego bajo al cuello y después a mis tetas, sin tregua alguna volvió al ataque haciéndome gemir por todo lo alto, había clavado toda su verga en mi coño, me sentía llena era una nueva sensación. No sé cuánto tiempo había pasado, pero cada vez me sentía más eufórica, gritaba más, le pedía más y sentí ganas de ir al baño.

-Para, necesito ir al baño, ya va, ay, así, así, me estoy orinando, ya va-Le susurraba pero me tenia apresada.

-Tranquila, disfrútalo, no te pasara nada malo.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH-Un grito ahogado había salido de mi garganta, estaba en otro mundo donde la energía fluía desde mi vagina hasta cada punta de las hebras de mi cabello no sé cómo explicarlo. Mis brazos, mi espalda, mi pelvis se contraían involuntariamente no sabía lo que me pasaba.

No sé cuánto tiempo duro solo sé que me sentía al borde del desmayo era demasiado para mí y José seguía dándome, no le importo que lo mojara un poco, estaba muerto de la risa supongo que con mi cara. Bajo la velocidad y nos dimos un beso de esos que te quitan la respiración luego siguió aumentando el ritmo, cosa que hizo volverme loca de nuevo, bendito sea el día que lo conocí.

Yo estaba en la cama con ese macho que se saciaba de mi, su cuerpo sudado le daba más énfasis a sus músculos y a su color, cada detalle de su cuerpo, sus caricias, su sonrisa, su verga abriéndome el coño hasta el fondo me tenían a su merced.

-Matate sola de nuevo-Dijo José.

-¿Cómo?

-Cabálgame de nuevo-Dijo riéndose.

Lo mire fijamente y me clave la verga de nuevo, mis movimientos eran cada vez mas rápidos, sentían que en algún punto era más rico y me volví loca, simplemente perdí la cabeza. Cerré los ojos, mis movimientos de cinturas fueron más concisos y me olvide del mundo, era yo y esa verga negra el universo.

Cada vez estaba más cerca al igual que José, di el todo por el todo para llegar a ese punto. Escuche a José gritar pero me olvide de él y seguí en lo mío hasta que un par de minutos después llegue al ansiado orgasmo, cayendo sobre mi amante.

Descansamos un rato, y caí en cuenta que algo húmedo salía de mi vagina y nos tenía chamuscado a los dos, su semen. José había terminado dentro de mí.

Salimos un rato después a comprar la pastilla del día después por la locura que habíamos cometido aunque no puedo negar que antes de eso habíamos tenido sexo dos veces más.

Que relajante es el sexo y más con mi nuevo amigo ;)

xoxo

Espero que te haya gustado. Las valoraciones y sugerencias son bienvenidas. Soy nuevo en esta categoría así que espero que no los haya defraudado.