Mi primer orgasmo

Este es un relato corto sobre mi primer orgasmo. Una mano cálida e inexperta me produjo el mayor de los placeres.

Este es mi primer relato y que mejor que iniciar con mi primera experiencia sexual. Espero sus comentarios y sugerencias.

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Cierro los ojos y recuerdo ese día como si fuese hoy. Mi cuerpo se estremece y deseo regresar el tiempo, verla de nuevo y volver a sentir ese huracán de sensaciones que despertó en mí. No recuerdo su nombre, solo sus profundos ojos negros ya la tibieza de su mano.

Ese día hacia un calor insoportable, lo rayos del sol se colaban a través de la puerta de nuestro salón de clases, compartíamos pupitre, una mesa y banca de madera rustica en la que se acomodaban dos alumnos y a menudo hasta tres.

No me podía concentrar, me sentía inquieta, mi compañera prestaba atención a la clase y de vez en cuando tomaba apuntes, no éramos amigas, raras veces cruzábamos palabra. Ese día me sentía diferente, eran sensaciones hasta entonces desconocidas, sabía que de alguna forma debía calmar lo que sentía, pero no sabía como.

Mi inquietud fue en aumento, sentía un cosquilleo y dolor intenso en mi conchita, me removía en el pupitre tratando de encontrar alivio, lo único que conseguí fue querer algo mas que no sabia que era y humedecer mi panty.

Mi agitación iba en aumento y sin pensarlo tomé la tibia y hermosa mano de mi compañera, la introduje bajo mi falda, hice a un lado el panty y puse su mano sobre mi conchita y empecé a guiarla con la mía por aquellos húmedos y calientes rincones que necesitaban del contacto y tibieza de su piel.

Supe en ese momento que era eso lo que necesitaba y guie con mas rapidez su mano para aumentar esa sensación tan deliciosa que estaba experimentando, mi respiración era cada vez mas fuerte y mi cuerpo se estremecía, solo éramos ella y yo y esa sensación que me llenaba de un placer hasta ese momento desconocido.

La tibieza, humedad y fricción hizo que alcanzara mi primer orgasmo (ahora lo sé) , luego caí en un estado de felicidad interna profunda, lentamente retire su mano y nuestras miradas se cruzaron, jamás olvidaré esos ojos negros y su mirada penetrante, nunca hablamos de lo sucedido y al poco tiempo deje de verla. Aun recuerdo la tibieza de su mano y todo lo que me hizo sentir. Me gustaría verla de nuevo y si ella quiere, terminar lo que un día empezamos.