Mi primer novio, parte IV

Al poco rato sentí como iba a correrse, el también tenía muchas ganas de verme por lo que parecía. Me cogió e hizo que me pusiera de rodillas en el suelo y empezó a correrse en mi cara. Me encantaba ver como su polla escupía semen para mi. Los 2 primeros chorros me llenaron la cara, luego la metió e

El lunes me desperté tarde. No entraba a trabajar hasta las 4 pero no me apetecía mucho ir a la playa ese día. Me preparé para ir al gimnasio, luego comí y fui a trabajar. Allí el supervisor me dijo que este sábado me tocaría librar, era sin duda la mejor noticia que me podía dar, tendría mucho más tiempo para estar con Cesar.

El martes fue un día igual de rutinario pero yo estaba feliz pensando en el fin de semana. Por la noche Cesar me llamó.

  • ¿Qué tal guapa?, ¿ya cenaste? - eran más de las 11 y media y yo estaba sola en el salón.

  • Hola. Si, ya cené y estoy aquí sola viendo la TV, las chicas ya se han ido a dormir, ellas tienen que madrugar más.

  • Bueno, alguna ventaja tendrá que tener trabajar de tarde.

  • No muchas, jajaja. Tengo una buena noticia.

  • ¿Si? dime

  • Este sábado no trabajo y podemos estar más tiempo juntos. Si te dan permiso tus amigos, puedes venir el viernes a dormir.

  • Genial, que suerte tienes. Intentaré organizarme para poder llegar el viernes, ¿vale?

  • Vale.

Seguimos hablando un rato y después colgamos.

El miércoles fue de lo más aburrido, la semana se me estaba haciendo muy larga por las ganas que tenía de ver a Cesar y encima esos días estábamos teniendo mucho trabajo.

El jueves por la mañana estaba en casa cuando llamaron al timbre. Era un repartidor que me traía un paquete. Yo no había pedido nada pero abrí. El repartidos era un hombre gordo que cuando llegó al tercero me miró con cara de pocos amigos. Me dio el paquete y yo sonreí para intentar alegrarle un poco el día.

  • Siento que esté el ascensor roto - le dije en broma.

  • Que graciosa - contestó. Se giró y se marchó. Creo que aunque le hubiera abierto la puerta desnuda, ese hombre no hubiera cambiado su gesto desagradable por haber subido 3 pisos por las escaleras.

Cerré la puerta y abrí el paquete. Era un conjunto de ropa interior blanco, un tanga con un sujetador a juego, un liguero y unas medias que llegaban algo por encima de la rodilla. Imaginé que Cesar me lo había mandado y me lo probé excitada. Me quedaba perfecto, estaba muy sexy y viéndome en el espejo y pensando en como Cesar me follaría así vestida, empecé a mojarme. Tenía prohibido masturbarme esa semana y me estaba costando cumplirlo. Decidí quitármelo y guardarlo, y alejar esos pensamientos de mi cabeza para no seguir calentándome. Cuando esa noche me llamó me cortó la excitación y me dejo un poco triste.

  • ¿Qué tal peque?

  • Muy bien, la semana ha sido larga pero ya llega el viernes y vendrás a dormir conmigo. Y me ha llegado un paquete con algo que seguro te va a gustar.

  • Jejeje, ¿te lo has probado?

  • Si, me queda perfecto.

  • Me alegro, no sabes las ganas que tengo de vertelo puesto, pero no tengo buenas noticias. Lo siento peque pero al final mañana no podré ir.

  • Nooo.

  • Lo siento pero mañana llegan unos tíos que se van a quedar a dormir por la noche en Denia, y mis padres quieren invitarles a cenar a casa y que estemos todos.

  • ¿No puedes faltar?

  • No, es el hermano de mi madre y hace tiempo que yo tampoco les veo. El sábado antes de la hora de comer me escapo para llegar lo antes posible, ¿vale?

  • Haz lo que quieras, pero ya sabes lo que te pierdes - le dije un poco enfadada pero poniendo un tono sexy para disimular.

  • Vaya si lo sé, y te aseguro que me encantaría estar mañana contigo, pero no te preocupes que el sábado te compensaré.

  • Bueno, se que lo harás - eso no me compensaba en absoluto pero las cosas eran así y tenía que conformarme.

Nos despedimos y después de ver un rato la TV me fui a dormir. El viernes por la mañana quedé con Maika para tomar un café e ir de tiendas. Me estuvo contando lo bien que estaba con Rodrigo, y yo me alegré mucho por los 2. Me dijo que me veía triste, si tenía algún problema con Cesar y le dije que no, que solamente era que yo esperaba que esta noche viniera y que lo había tenido que suspender. Le estuve explicando la historia y ella se rió “estás demasiado enamorada, jajaja”. Yo le iba a contestar que si, pero que también estaba muy excitada y que llevaba toda la semana sin correrme, pero decidí callarme.

Después fui a casa a comer y al trabajo. Por la noche cuando salí a las 10 fui directa a casa, cené y me quedé viendo la TV. Estaba triste porque Cesar no hubiera venido al final, todavía tenía ciertas esperanzas, y aunque las chicas me llamaron para salir un rato, no me apeteció.

Llegó el sábado por la mañana. Me desperté temprano, desayuné y viendo que tenía mucho tiempo libre hasta que llegara Cesar, decidí prepararme y bajar un rato a la playa, quería aprovechar al máximo mi día libre. Cuando llegué todavía no había mucha gente. Coloqué la toalla y me tumbé. Al principio estuve un rato dormitando pero la playa empezó a llenarse y el ruido me despertó. Me giré de repente con la sensación de que alguien estaba detrás de mi espiando, pero no era así. Llevar toda la semana sin correrme estaba empezando a hacer efecto en mi cabeza, donde venían sin parar ideas de lo que Cesar me haría cuando llegara. No sabía que sería, si tendría tantas ganas de mi como yo de él. También recordaba el domingo pasado en la playa, como decía que muchos chicos me miraban, y eso me excitó. Tiré de mi bikini hacia arriba, introduciendo la tela entre mis nalgas como si fuera un tanga, luego recogí la tela de los laterales lo máximo posible, quería que la mayor parte posible de mi cuerpo quedara visible. Separé un poco las piernas y me quedé así, tomando el sol y exhibiendo mi cuerpo todo lo que era posible La idea hacía que mi coño comenzara a humedecerse.

Eran casi las 12 cuando recogí mis cosas y fui para casa. Al llegar me duché despacio, quitando la arena de mi cuerpo y refrescándome, a esa hora ya hacía bastante calor. Después me puse algo cómodo y me preparé una ensalada y algo de pollo para comer. Luego me tumbé en el salón a esperar que César llegara. Eran algo más de las 2 cuando sonó el teléfono.

  • Buenos días peque.

  • Hola. ¿Ha pasado algo? - me extrañó que me llamara a esa hora, cuando ya debía de estar de camino a verme. Como volviera a decir que no venía, me iba a dar un ataque.

  • No, voy en el coche y quería oír a mi putita - me excité un poco cuando dijo eso.

  • ¿Ya estás viniendo? Tengo muchas ganas de que llegues.

  • SI, ya voy de camino. Yo también tengo ganas de verte. ¿Me has obedecido esta semana? Te había prohibido correrte.

  • Si, he hecho lo que me dijiste.

  • Bien, me alegro. Este fin de semana va a ser especial y te voy a compensar por eso. Quiero que cuando llegue lleves puesto el regalo que te envié, la liga con las medias, el tanga y el sujetador. Ponte unos zapatos de tacón.

  • Vale, estaré lista para ti.

  • Bien. ¿Te has preparado el culo hoy?

  • Si, he hecho lo que me dijiste - la verdad es que se me había olvidado cuando me duché, iría ahora al baño a limpiarlo y prepararlo para él.

  • Muy bien putita, tengo ganas de llegar y follarte. En media hora estoy ahí.

  • Vale. Un beso.

Me levanté para ir al baño, me senté en el bidet e hice lo que me dijo. Luego en la habitación me vestí con el conjunto que me había enviado y me peine con 2 coletas, una a cada lado, me gustaba el aspecto que tenía. Recogí el salón y cuando estaba terminando sonó el timbre de la puerta de casa, no del portal. No habían pasado ni 20 minutos así que pensaba que Cesar no podría ser, y no podía abrir la puerta así vestida. Me acerqué nerviosa y miré por la mirilla, si era él. La puerta del portal estaría abierta y subió sin llamar. Abrí la puerta, el me miró un segundo, se lanzó sobre mi y nos besamos en el pasillo como locos. Después se separó un poco de mi para verme otra vez.

  • Gírate despacio - yo hice lo que me decía con una sonrisa y de la manera más sexy posible.

  • ¿Te gusta como me queda?

  • Veo que acerté con la talla, te queda de miedo. Camina a la habitación, muy despacio, quiero verte bien - yo hice lo que decía, despacio y moviendo el culo de la forma más sensual posible, caminé hacia la habitación para excitarle al máximo. Sentí como cerraba la puerta de casa e imaginé que venía unos pasos detrás de mi para verme entera. Al llegar a la puerta de mi cuarto me giré, quería ver su cara de excitación, pero quedé paralizada con lo que vi. Detrás de Cesar había otro chico, un poco más alto que él y más joven, pero con unos rasgos muy parecidos a los suyos. Los ojos se le salían de las órbitas mientras que Cesar sonreía.

  • Pero Cesar... - me encogí instintivamente intentado taparme.

  • Peque, te presento a mi hermano Pau. Pau, ella es Azucena. Dale 2 besos.

  • Pero Cesar, mira como estoy.

  • Venga - dijo con tono serio - No es el primero que te ve el culo, y tampoco eres la primera chica que ve Pau, aunque seguro que nunca había visto un culo como este, no hagas un drama. Pero bueno, al final es como si fueras en bañador - no sabía como reaccionar pero pensé que en el fondo tenía razón.

  • Hola Pau - le saludé, y el se acercó a darme 2 besos.

  • Hola, encantado. Cesar habla mucho de ti - era un chico muy guapo y que se veía muy tímido.

  • Y de ti también. Encantada de conocerte.

  • Bien. Pau, deja la maleta en esa habitación de ahí, luego Azu te preparará la cama. Vamos al salón - Pau dejó la maleta en la habitación de Carmen y luego entramos en el salón - Vale, espera aquí, yo voy un rato con Azu a la habitación a que me descargue - me cogió del brazo y me metió en la habitación donde empezó a besarme. Yo le detuve.

  • Cesar, tu hermano está ahí al lado, nos va a oír.

  • ¿No quieres que follemos?

  • Claro que quiero, pero me da vergüenza con tu hermano al lado. Lo has traído sin avisar.

  • Mis padres me dijeron esta mañana que se iban unos días con mis tíos y que no querían que Pau quedara todo el fin de semana solo. Pero como quieras, si no vas a obedecerme, pasaremos la tarde dando una vuelta por Gandía y luego nos iremos a casa.

  • No por favor, perdona. Haré lo que quieras, claro que voy a obedecerte.

  • ¿Segura?

  • Si, perdona. No me lo esperaba y me he puesto algo nerviosa.

  • Vale peque - y se lanzó a besarme y a sobarme el culo- Estás espectacular. ¿dónde está la mordaza?

  • ¿La mordaza?

  • Si, no me importa que mi hermano oiga gemir a una puta, pero si gritas demasiado te la pondré para que no se asuste - yo la saqué del cajón, se la dí y él la posó encima de la mesita. Luego volvió a mi lado y volvió a besarme con pasión - Me encantan tus labios - me hizo agacharme. Yo le quité los pantalones. Su polla saltó y casi me da en la cara. Noté como sonreía - Espera - Me agarró entonces la cabeza con una mano y con la otra cogió su pene y empezó a golpearme la cara, yo intentaba atraparla con mi boca. Frenó los golpes para que pudiera hacerlo y empecé a chupársela - Muy bien peque, has aprendido bien.

Me lanzó en la cama y acabó de desnudarse. Apartó el tanga al lado y me chupó el coño, buscando mi clítoris con sus labios.

  • Estás empapada.

  • Tenía muchas ganas de verte.

  • Y yo a ti - estuvo un rato chupándome de arriba a a abajo hasta que notó que estaba a punto de correrme. Después me giró, me puso a cuatro patas encima de la cama y me clavó su polla mientras apartaba el tanga a un lado con la mano. Yo gemía, ya no me podía controlar y me corrí - No grites tanto zorra, o te pondré la mordaza - y siguió con un rápido mete y saca agarrado a mi cadera.

Al poco rato sentí como iba a correrse, el también tenía muchas ganas de verme por lo que parecía. Me cogió e hizo que me pusiera de rodillas en el suelo y empezó a correrse en mi cara. Me encantaba ver como su polla escupía semen para mi. Los 2 primeros chorros me llenaron la cara, luego la metió en mi boca y empezó a follármela, intentado meterla entera, estaba muy excitado. Cuando acabó de correrse, me mandó limpiarle bien la polla con mi lengua. Yo lo hice y se la dejé reluciente, me encantaba su leche. Cuando acabé se tumbó en la cama.

  • Has estado muy bien putita. Vete a limpiarte un poco y ven a la cama.

  • Tu hermano está en el salón.

  • No te preocupes, no va a salir a verte. Ve así a lavarte y ven a dormir un poco conmigo, que espere.

Fui al baño casi corriendo para no encontrarme con Pau. Me quité el semen de la cara y me lavé la boca. Volví a la habitación y allí seguía Cesar, tumbado boca arriba con su polla tiesa apuntando al techo. Cerré la puerta de la habitación y me acerqué a la cama.

  • Mira como estoy todavía peque, me pones muchísimo, y más así vestida de zorrita - le acaricié la polla poniendo la cara más excitante posible.

  • ¿Qué quieres que te haga está zorrita?

  • Siéntate encima de mi - me quité los zapatos de tacón que todavía llevaba, me subí a la cama y me senté sobre él, apartando la tira del tanga me volví a meter su polla casi hasta el fondo. Empecé a moverme despacio, subiendo y bajando y haciendo círculos encima de él - Muy bien, sigue así.

De repente sonaron 2 golpes en la puerta y se abrió.

  • Uy, perdonar - era la voz de Pau - Oí que habíais ido al baño y pensé que ya habíais acabado - yo super avergonzada de que me viera así, solo puede que agachar la cabeza y fijar mi mirada en el pecho de Cesar.

  • Tienes mucho que aprender hermanito. A una tía así de buena no la puedes tener contenta solo con un polvo rápido, hay que follarla bien y dejarla satisfecha.

  • Perdonar, os dejo.

  • No, ¿qué querías?

  • Nada, era solo para preguntar que planes teníamos para esta tarde - noté como Cesar me soltaba un cachete en el culo. Luego puso las manos en mis nalgas y me las apretó.

  • ¿Qué mejor plan que este?

  • Ya, tienes razón. Os dejo.

  • No, ven un momento - yo levanté la mirada para ver a Cesar que me miró a los ojos y yo volví a agachar la cabeza - Ven - noté como Pau se acercaba.

  • Quítate la ropa para que Azu te la chupe.

  • ¿Qué? - dijimos Pau y yo al mismo tiempo.

  • Tu cállate - dijo mirándome - ¿Quieres que nos vayamos?

  • No - le contesté - Perdona.

  • Bien. Y tú, bájate los pantalones - Pau hizo lo que su hermano le decía, su polla saltó como un resorte al bajarse los calzoncillos. Imagino que la visión que tenía de mi culo desde la puerta de la habitación, con el tanga, la liga y las medias puestas, debía de ser de los más excitante. Era un poco más pequeña que la de Cesar pero seguía siendo de muy buen tamaño - Venga putita, que no tenga que decírtelo todo.

Yo sabía que aquello no estaba bien, pero no quería que Cesar se enfadara y se fuera, y tengo que reconocer que también estaba muy excitada, el tener 2 pollas para mi me tenía a 100. Empecé a acariciar a Pau y metí su pene en la boca. Estaba duro y caliente. Pronto empecé a llenárselo de saliva. Cesar me soltó un azote fuerte.

  • Venga putita, que yo también estoy aquí. Has empezado a chupar y te has olvidado de mi, sigue - yo volví a moverme de nuevo, subir y bajar y trazar círculos sobre Cesar, que ahora ya tenía la polla entera dentro de mi, mientras me tragaba la polla de Pau - Quítate el sujetador - yo hice lo que dijo y empezó a pellizcarme los pezones. Gemía de placer mientras no paraba de chupar el miembro de Pau. De repente empezó a gemir y Cesar me ordenó - Haz que se corra en tus tetas.

Me saqué aquella polla de la boca, la cogí con la mano y empecé a masturbarle mientras no paraba de saltar sobre Cesar. Empezó a correrse y yo apunté para que me llenara las tetas con su leche. Seguí hasta que se la escurrí del todo, me había dejado cubierta de semen.

  • Vete al salón - ordenó Cesar a su hermano - Ahora me toca acabar a mi - Pau se fue, dejando la puerta abierta. Yo seguí saltando sobre mi novio hasta que me cogió y me tumbó sobre la cama. Se puso sobre mí y se corrió también el llenándome las tetas de leche - Estás preciosa, eres la mejor - me besó y se tumbó a mi lado. No me dio tiempo ni a pensar en lo que había pensado, estaba tan exhausta que me dormí boca arriba.

Cuando me desperté Cesar no estaba. Me sentía llena de semen, así que me desnudé, fui al baño y me duché. Luego volví a la habitación. No sabía lo que tenía que hacer, como tenía que actuar. Decidí vestirme como le gustaba a Cesar, un tanga de hilo y una camiseta corta de tirantes, y fui al salón.

Los 2 hermanos estaban en calzoncillos sentados en el sofá con los pies sobre la mesa. Cesar era el que estaba más cerca de la puerta. Me acerqué y al oírme los 2 me miraron.

  • ¿Qué cojones haces? - dijo Cesar mirándome muy serio.

  • No sé - respondí agachando la cabeza.No sabía a que se refería.

  • ¿Andas en tanga delante de cualquiera que viene a tu casa?

  • No, es que no sabía... - acababa de chupar la polla de aquel chico, no tenía ni idea de como debía de actuar ahora.

  • ¿Puedes andar por casa así delante de cualquiera para ponerlo cachondo? ¿ahora cualquiera te puede follar?

  • No, lo siento.

  • ¿Quién te puede follar?

  • Tú.

  • ¿Quién es tu novio?

  • ¿Y quién te puede follar?

  • Tú y quien tu digas - contesté sin saber por que. Cesar sonrió, por lo visto era la contestación que esperaba. Yo seguí quieta con la cabeza agachada hasta que pregunté - ¿Puedo ir a vestirme?

  • Si, trae 2 cervezas de la nevera y luego puedes ir a vestirte.

Con el tanga fui a la cocina, cogí 2 cervezas y se las dí, primero a Cesar y luego a Pau. Me fijé en sus paquetes y me pareció que la de Cesar estaba creciendo y la de Pau ya volvía a estar a tope. Después fui a la habitación, me puse unas mallas por encima del tanga y arriba me puse un top de deporte y una camiseta de manga corta por encima. Volví al salón y casi estaba llegando al sofá cuando Cesar me habló.

  • Muy bien putita. Me gustó mucho lo que dijiste antes.

  • ¿El qué?

  • Cuando me pediste permiso para ir a vestirte. Te estás volviendo una putita muy sumisa sin ni siquiera darte cuenta. Vete a la habitación y quítate la ropa. Ven solo con el tanga, sin la camiseta de arriba.

  • Pero si acabas de mandarme...

  • ¿Qué?

  • Perdona.

  • Bien. Vete a la habitación y haz lo que te he dicho.

  • Vale.

Fui a la habitación, me desvestí y me quedé solo con el tanga. Cesar me estaba poniendo nerviosa, pero al mismo tiempo la situación me tenía muy excitada. Cuando volví al salón los 2 seguían sentados, pero Cesar había vuelto a apartar la mesa, que ahora estaba a un lado del salón, con las cervezas encima.

  • Mi hermano tiene que aprender muchas cosas sobre como tratar a una putita, y tu también quieres que aprenda, así que me vas a ayudar - se levantó y me mandó acercame - Voy a enseñarte como se tratan unas tetas - dijo mirando a Pau. Luego me miró a mi - Los 2 queremos que lo sepa hacer, ¿verdad?

  • Si - sabía que se refería a las tetas de Ana y eso hizo que me mojara todavía más.

  • Pau me dice que es imposible hace que una chica se corra solo con tocarle las tetas, así que vamos a demostrarle como se hace, ven.

Me situó delante de Pau, de frente a él. Cesar se quitó el canzoncillo y se puso detrás de mi, muy pegado, apretando su polla entre mis glúteos. Luego comenzó a acariciarme las tetas, suavemente.

  • Quítate los calzoncillos, la polla te va a reventar- le dijo a Pau que le hizo caso - A algunas chicas les gusta que les acaricien suavemente, pero así no vas a conseguir que se corran - y de repente me soltó un cachete en la teta. Empezó entonces a pellizcarme fuerte los pezones - Los pezones hay que tratárselos bien, darles caña, que se les pongan bien duros - y apretándolos con su dedos, tiraba de mis tetas hacia arriba. Cuando los soltaba, repetía de nuevo la operación. Después de 3 o 4 veces empezó a darme cachetes en las tetas haciéndolas votar, y a darme también en los pezones. Yo gemía - ¿Ves como le gusta? - se movió poniéndose a mi lado y empezó a chuparme las tetas y a morder mis pezones - También se los puedes chupar y morder, eso les encanta - siguió un rato así y volvió aponerse detrás de mi. Agarró con fuerza mis tetas y empezó a magrearlas fuerte, apretándolas y volviendo de nuevo a mis pezones. Yo estaba a punto de estallar - ¿Ves como se hace? Está a punto de correrse. Muchas mujeres quieren que las trates así, quieren que saques la puta que llevan dentro, tienes que llevarlas al climax - seguía diciendo Cesar sin parar de sobarme y palmear mis tetas - Ahora hazlo tú.

Su hermano se levantó y se puso detrás de mi, apretando su pene contra mi culo, donde Cesar le dijo. El se sentó en el sofá donde antes estaba Pau.

  • Venga, ahora te toca a ti. La tienes casi a punto, tienes que conseguir que se corra - Pau empezó con los magreos, pellizcándome los pezones y dándome también cachetes, pero se notaba que no tenía le experiencia de su hermano - Pon la polla entre sus piernas, así estarás mejor.

Pau bajo las las manos, cogió su polla y la puso entre mis piernas, que abrí un poco para facilitarle la tarea. La tenía durísima. El desde atrás hacía fuerza para que subiera apretándola contra mi coño a través de mis bragas. Volvió a subir las manos para sobarme las tetas mientras movía las caderas despacio masturbando su polla entre mis piernas y mi chochito. Yo estaba quieta, a punto de estallar. Cesar me había puesto muy caliente, le veía sentado con la polla tiesa y ojos de salido viendo como me sobaban, y su hermano no paraba de tocarme las tetas y frotar mi coño con su polla. No tardamos mucho hasta que Pau y yo nos corrimos al mismo tiempo, el llenando el suelo de leche y yo temblando entre sus brazos. Eché la cabeza hacia atrás y Pau me besó y me chupó el cuello.

  • Jajaja, muy bien. Has hecho un poco de trampas pero también se trata de eso, de ver que quiera ella en cada momento - se levantó y me cogió de la mano, yo estaba casi en trance - Voy a follarme a Azu a la habitación, me ha puesto a tope. Luego ya vendrá ella a limpiar la corrida del suelo, no te preocupes.

Fuimos a la habitación y me mandó quitarme las bragas.

  • Las tienes tan mojadas que ya estaban pegadas a tu coño. Apóyate en la pared - puse las manos en la pared y saqué el culo para el. Me puso la mordaza por detrás - No quiero que asustes a mi hermano - dijo mientras metió su polla hasta el fondo de mi coño de una solo vez y consiguiendo que me volviera a correr.  Si no hubiera tenido la mordaza puesta, mis gritos los hubieran oído hasta en la calle - Estás chorreando, por lo que veo mi hermano no lo hace mal, y tú estás hecha toda una puta. Me vas a ayudar a entrenarle, para que sepa complacer bien a una mujer, para que haga gozar a tu amiga Ana - mientras decía esto no paraba de darme azotes y de follarme con fuerza. Se había puesto muy cachondo viendo como me frotaban y no tardo en correrse llenado por primera vez mi coño. Mis piernas me temblaban y casi no me tenía en pie. Notaba su leche caliente dentro de mi y el morbo hizo que me volviera a correr y Cesar me tuviera que agarrar con sus brazos - Me encanta verte disfrutar así - dijo mientras me besaba. Me dejó tumbada en la cama y se fue al baño.

Ahora que estaba relajada, mi cabeza le daba vueltas a lo que había pasado. No tenía nada claro que estuviera bien y tenía que hablarlo con el. Cesar volvió del baño y se tumbó a mi lado.

  • No se si esto está bien.

  • ¿El qué?

  • Lo que he hecho, chuparle la polla a otro chico y dejarle que me magreara las tetas y se corriera frotándose contra mi. Y encima siendo tu hermano.

  • ¿Te ha gustado?

  • Si, pero eso no quiere decir que este bien.

  • Peque, me gustas muchísimo y quiero estar contigo. Decidas lo que decidas quiero que sigamos, pero tengo algo más de experiencia que tu, y por eso te digo que lo que más puede matar una pareja, es cuando tienes que dejar de hacer cosas que te apetecen solo por complacer al otro o por pensar que para los demás es lo que hay que hacer. Hasta ahora, ¿has tenido que hacer algo que no disfrutaras?

  • No, pero creo que hay un límite.

  • Si, lo hay. Ese límite es hacer algo que no te apetece o cuando haces algo que daña a otras personas. Pero si lo que haces lo disfrutas, y no molestas a nadie ¿qué problema hay?

  • No sé, tengo la cabeza hecha un lío.

  • Bueno. Imagina que un día quedas con tus amigas, bebéis un poco de más y os ponéis contentas - el empezó a acariciarme el vientre y a veces subía las manos y me tocaba las tetas suavemente, con mucho cariño - Una de ellas te pregunta si puede dormir en tu casa porque no le apetece dormir esa noche en casa de sus padres. Tu le dices que si, venís a casa y seguís con las bromas, habláis de chicos y ves que se pone cariñosa, os dais un pico y tu crees que esa noche si quieres puedes hacer de ella una buena perrita. Le dices que vas un momento a la cocina y me mandas un mensaje contándomelo. Si creo que es importante que el otro lo sepa, no hacer cosas por la espalda, que no haya secretos. ¿Qué te gustaría que te contestara?

  • No se, es un poco trampa. Me cuentas esa historia y empiezas a tocarme para ponerme cachonda, es este momento te diría que me gustaría que me dieras permiso.

  • Bueno, en la historia que te cuento estarías más cachonda todavía que ahora.

  • Me gustaría que me dijeras que hiciera de ella una buena perrita.

  • Bien. Pues piensa que te digo que no, que como te vas a liar con una amiga. Tu me dices que tengo razón y enfrías la cosa con tu amiga. Al día siguiente pensarías que has dejado de hacer algo que no molestaba a nadie, que te apetecía mucho y todo por mi. Yo tendría la culpa de haberte quitado de disfrutar de una experiencia que te apetecía mucho. La próxima vez que me vieras, me seguirías queriendo pero también verías en mi un freno para disfrutar de cosas nuevas. ¿Entiendes lo que te digo? - seguía con sus toqueteos y yo me había vuelto a poner cachonda.

  • Si, creo que tienes razón.

  • Como te dije para mi los límites tienen que ser no hacer daño a la otra persona ni engañarla, nos debemos contar todo lo que nos apetece hacer, eso nos hará disfrutar y que tengamos más ganas de estar siempre juntos - lo pensé y creí que de verdad tenía razón. Era cierto que desde que estaba con Cesar había hecho muchas cosas que antes no me habían sucedido, algunas ni las había imaginado, y todas las disfruté mucho, así que decidí seguir con nuestra relación sin límites y abierta a disfrutar de todo lo que Cesar me proponía. Así que me puse encima de él y mientras le besaba empecé a tocarle la polla.

  • Creo que tienes razón.

  • Jajaja, así me gusta. De todas formas, si alguna vez hay algo que no te apetezca, tendremos una palabra clave. Si dices esa palabra, pararemos de hacer lo que sea.

  • ¿Una palabra clave?

  • Si, una palabra que no tenga nada que ver. Calabaza, si hacemos algo que no nos gusta y uno de los 2 dice calabaza, dejaremos de hacerlo - me pareció buena idea, una forma de parar cuando no nos sintiéramos a gusto, cuando no disfrutáramos, que era a fin de cuentas de lo que se trataba.

  • Me parece bien.

  • Vale, y ahora te propongo un juego - a mi me apetecía más que me follara en ese momento, pero sabía que con sus juegos, yo siempre acababa teniendo varios orgasmos, así que le pregunté de que se trataba - Vamos a ir al salón. Quiero que lleves un tanguita y una camiseta, la más corta que tengas. Quiero que tontees con Pau, a ver si consigues que se vuelva a poner cachondo después de correrse 2 veces esta tarde.

  • ¿Y si lo consigo?

  • Dejaré que tu dirijas la situación. Si cuando veas que está cachondo te apetece dejarle con las ganas y que te folle yo, pues haremos eso. Si te apetece que el te folle y que seas tu la que le mande y le diga en todo momento lo que te apetece que te haga, adelante. Así le entrenaremos y sabrá lo que le gusta a las mujeres.

  • ¿Y tu estarás allí mirando?

  • Lo que tu quieras, y participando si te apetece.

  • Quiero que estés siempre. Si estás tú, me siento muy tranquila y disfruto mucho más de todo.

  • Será como tu quieras, te dejaré el mando un rato. ¿Te apetece? - bajo su mano de mi vientre a mi coño y metió uno de sus dedos.

  • Me muero de ganas.

  • Si, ya lo noto - nos besamos y nos preparamos para jugar un rato con Pau. Cesar se puso solamente unos boxer y una camiseta de tirantes. Yo cogí una camiseta vieja y con unas tijeras corte la parte de abajo. Cuando me la puse solo me tapaba la parte superior de mis tetas estando de pie, la parte debajo de mis pezones se podía ver. Abajo me puse mi tanga con las 3 tiras a cada lado - Vaya, el que ya tengo ganas de follarte soy yo, no te entretengas mucho seduciendo a mi hermano.

  • Ahora te esperas, perdiste tu oportunidad - le besé pasando mi lengua por sus labios y luego fuimos al salón.

Pau, que estaba sentado en un sillón, se quedó con la boca abierta mirándome. Cesar se sentó en una esquina del sofá y yo me tumbé de lado, apoyando mi cabeza en sus piernas y dejando que su hermano tuviera una visión perfecta de mi raja y de mis tetas que asomaban por debajo de la camiseta. Cesar estiró su mano y comenzó a acariciarme la cadera.

  • ¿Qué estás viendo?

  • Nada, una película que había en la TV. Un rato casi me quedo dormido.

  • Vale. Cuando acabe nos podemos preparar y bajar a tomar algo y cenar por Gandía.

  • Vale, como vosotros hagáis normalmente.

Yo podía ver como Pau no me quitaba el ojo de encima, así que me animé con el juego y empecé a intentar calentarle. La idea también me tenía a mi muy excitada.

  • ¿Te gusta mi culo Pau? - Cesar siguió acariciándome y mirando la TV como si no hubiera oído nada.

  • No, bueno si. Quiero decir que tienes un culo muy bonito pero que casi no me he fijado - este chico era demasiado tímido, le había chupado la polla y se había corrido mientras se frotaba con mi coño, y aún así negaba que me hubiera mirado el culo.

  • Pensé que cuando entraste antes en la habitación y me viste follando encima de tu hermano, habrías tenido una buena vista de él.

  • Si, pero tampoco os quería molestar y no quise mirar mucho.

  • Ya. ¿Y ahora? ¿tienes una buena vista?

  • Si, casi no me había fijado.

  • Ya, pues tu polla dice lo contrario - se podía notar en su calzoncillo que tenía un buen empalme.

  • Bendita juventud - por fin Cesar habló - Te has corrido esta tarde 2 veces y ya vuelves a estar preparado para más. ¿Quieres follarte a mi novia?

  • No, es solo que verla así vestida, no lo he podido evitar.

  • No pasa nada - quise volver a llevar yo la conversación - Tengo una amiga que podeis hacer buena pareja. Se llama Ana - yo seguía hablando sin cambiar de posición, que pudiera ver lo máximo posible de mi anatomía.

  • Si, Cesar me ha hablado de ella.

  • ¿Crees que sabrías contentarla?

  • No se, imagino que si.

  • Me refiero en la cama, ¿sabrías tenerla satisfecha?

  • Bueno, imagino que si.

  • Pues yo no estoy tan segura. Antes no me has tocado mal las tetas, pero las de Ana son más grandes, tendrás que practicar más para hacerla gozar. Además, tampoco has aguantado mucho las ganas de correrte.

  • Lo siento. Llevaba unos días sin correrme. Imagino que Ana me podría enseñar lo que le gusta.

  • No, eso no va así. Ana está harta de niñatos, lo que quiere es un tío que sepa hacerla disfrutar. Yo por mi amiga haría muchas cosas. Si quieres, puedo enseñarte para que la tengas contenta.

  • Bueno, no se. ¿Enseñarme a qué?

  • Enseñarte lo que nos gusta a algunas mujeres.

  • Tienes mucho que aprender hermanito.

Yo me levante y fui gateando hasta el sillón de Pau. El no podía quitar sus ojos de mi.

  • Quítate los calzoncillos, te tiene que doler hay apretada - el se movió para quitarselos, como parecía ya la tenía a tope - Que bonita. No es tan grande como la de tu hermano pero seguro que con ella puedes hacer gozar a las mujeres. ¿Te gusta que te la chupen?

  • Si - contesto después de tragar saliva. Yo le pasé la lengua por la polla desde los huevos hasta la punta, luego se la besé.

  • Muy bonita. A nosotras también nos gusta que nos chupen - entonces me levanté, me subí al sillón y coloqué mi coño en su cara. El no dudo el apartar el tanga y comenzó a chuparme desde la raja hasta el clítoris, no se le daba nada mal y empecé a gemir. Se fue animando y pronto empezó a meter uno de sus dedos y luego otro más mientras no paraba de jugar con su lengua - Uffff, lo haces muy bien - Me bajé del sillón y me quedé de pie frente a él - Mis tetas se han puesto celosas - el se incorporó un poco, me subió la camiseta y empezó a besar y chupar mis pezones. Me estaba gustando pero no era eso lo que queríamos - Así no, ya sabes como me gusta, más fuerte - entonces empezó a morderme suave, a pellizcarme con los dedos y a darme cachetes en las tetas como antes había hecho Cesar. Me estaba llevando al límite del orgasmo, así que con mucho esfuerzo le mandé parar - Espera, vas aprendiendo, lo has hecho muy bien. ¿Te gustaría follarme?

  • Me encantaría, estás buenísima - parecía que se había olvidado ya de que su hermano estaba allí.

  • Bien, vamos a la habitación - miré a Cesar y le dije guiñándole un ojo - es mejor que tú también vengas, por si la polla de tu hermano no me deja satisfecha.

Cesar me levantó y me besó mientras me sobaba. Notaba 4 manos recorriendo todo mi cuerpo. Cuando nos separamos caminé hacia la habitación y ellos me siguieron sin quitar la vista de mi.

Al llegar a la cama me giré y me dirigí a Pau.

  • Ven aquí - el se acercó y empezamos a besarnos. El me acariciaba el culo con suavidad así que le tuve que corregir - Así no, apriétalo más fuerte, como si de verdad lo desearas.

  • Lo deseo - y empezó a apretarme con más fuerza, amasando mis nalgas y separándolas.

  • Sabes, tu hermano me folla el culo el muy cabrón, y a mi me encanta. A ti no te voy a dejar que me lo folles, mi culo va a ser solo para él, pero podrás hacerte pajas pensado en que si lo haces - creo que lo que le dije le puso todavía más cachondo que si le hubiera dejado follarme el culo, así que empezó a comerme la boca con ansía mientras me quitaba la camiseta. Volvió a morder mis pezones, ahora si lo estaba disfrutando. Se agachó para quitarme el tanga y pasó su lengua por mi chocho, ahora parecía que era él quien tomaba la iniciativa. Me tumbó en la cama y acercó su polla a mi entrada, se le notaba con muchas ganas de meterla, y yo quería hacerle sufrir un poco - Espera, quiero chuparla - el se subió a la cama poniendo su polla en mi boca. Yo empecé a chuparla con ansia, llenándola de saliva e intentando meterla en mi boca lo máximo posible mientras le miraba a los ojos. Su rostro no podía transmitir más excitación - Tienes que hacer que te la chupen así, que te la llenen bien de babas, así luego me la meterás mejor, y que las chicas se metan tu polla en la boca la máximo posible.

  • Vale - contestó jadeando.

  • Ahora fóllame - se volvió a colocar entre mis piernas y la fue metiendo despacio, muy poco a poco hasta tenerla toda dentro. Se me escaparon varios gemidos, no era como la de Cesar pero no estaba nada mal y yo me sentía llena - Muy bien, ahora empieza poco a poco y luego acelera en ritmo - esto lo hacía mejor y pronto llegué al orgasmo. El pareció frenar un poco el ritmo y le tuve que gritar - No pares, sigue, y no se te ocurra correrte antes de que yo lo vuelva a hacer - él empezó de nuevo a meter y sacar su pene de mi interior. De pronto noté como Cesar se ponía junto a mi cara y me empezaba a pegar con la polla en mis labios. Los abrí y empezó a meterme primero la punta, con la que estuve un rato jugando con mi lengua, y luego empezó hasta meter más de la mitad. Me tapó la nariz con la mano y le dijo a su hermano.

  • Si haces esto, te llenarán la polla de saliva - me soltó la nariz y sacó su polla de mi boca, estaba empapada y chorreando - Túmbate en la cama, que Azucena se ponga encima de ti.

Cambiamos de posición, Pau se tumbo y yo me senté encima de él, despacio, introduciéndome su miembro poco a poco. Me estaba sorprendiendo lo que estaba aguantando sin correrse esta vez. Empecé a moverme en círculos sobre él.

  • Tocame el clítoris y el culo - una de sus manos, que antes estaban en mis piernas, se movió para rozar mi rajita, mientras con la otra empezó a acariciarme las nalgas - No me acaricies, aprétalas y dame azotes - comenzó a hacer lo que le dije y pude notar su falta de experiencia. Después de un rato hoy la voz de Cesar, casi me había olvidado de él.

  • Sepárale las nalgas, haz que abra bien ese culito - Pau hizo lo que le decía su hermano, que empezó a echar aceite en mi culo. Imagine lo que iba a pasar, igual que a la chica de la película del otro día, me iban a meter 2 pollas al mismo tiempo y pensando eso me volví a correr. Cesar empezó a meter un dedo y luego noté como presionaba con algo más grande, poco a poco su polla fue entrando. En ese momento yo estaba quieta, no me podía mover, solo me concentraba en respirar. Nunca me había sentido tan llena en mi vida. Cuando ya tenía una buena parte de la polla de Cesar dentro, me empezó a azotar el culo con fuerza - Venga, muévete - empecé a moverme, notando como esas 2 pollas entraban y salían de mi, frotando con mis tetas el pecho del hermano pequeño mientras el mayor me estaba empezando a dejar el culo rojo. Pau no tardo en decir que se iba a correr, así que Cesar tirando de mi, me tumbo de lado en la cama, el a mi espalda siguió follando mi culo. Cogí con mi mano la polla de Pau que se corrió de nuevo en mis tetas, empezaba a hacerse costumbre y luego quedo boca arriba en la cama mientras Cesar seguía sin parar rompiéndome el culito. Estuvo un buen rato hasta que se corrió dentro. No se cuantas veces yo me correría en ese rato, pero tenía el culo dolorido. Cesar me tumbó en la cama boca abajo y le dijo a su hermano:

  • Ves, así hay que dejar un culo, bien rojo y bien abierto. ¿Has sentido las veces que se corría?

  • Si.

  • Si quieres que estén contigo, hay que hacerlas disfrutar.

Luego los 3 nos quedamos tumbados en la cama, yo en medio de los 2 hermanos. Paso un rato y Cesar dijo que era hora de ducharnos y prepararnos para salir. Pau fue el primero que se levantó y fue al baño. Cuando empezó el ruido de la ducha, Cesar me besó.

  • Gracias peque. Espero que disfrutaras tanto como yo.

  • Gracias a ti - y le besé completamente exhausta.

Cuando oí que Pau terminaba de ducharse, me levanté a darle un juego de sabanas y toallas. Vernle desnudo se había vuelto casi normal en solo unas horas. Luego llegó mi turno de ducharme que me vino bastante bien para espabilarme, de buena gana me hubiera quedado en la cama toda la noche, los 2 hermanos habían acabado con mis fuerzas. Después de que los 3 nos ducharamos, nos preparamos para salir a dar una vuelta, tomar unas cervezas y picar algo. Yo me puse un vestido de verano bastante corto y sexy con unas sandalias con algo de tacón, quería estar guapa para acompañar a mis 2 chicos y que estuvieran orgullosos de mi.

Llegamos a una terraza donde a Cesar y a mi nos gustaba ir, y nos sentamos.

  • Mañana si os apetece podemos ir a la playa, a alguna que haya cerca de aquí. Hemos traído los bañadores y las cosas por si querías ir - me dijo Cesar. A mi me gustó la idea.

  • Perfecto, esta semana casi no he ido nada y me encanta la playa.

  • Vale. Si quieres puedes llamar a tus amigos a ver si se apuntan y pasamos un rato con ellos. Yo casi no les conozco y así nos presentas.

  • Claro - el plan cada vez me gustaba más.

Llamé primero a Maika ya que supuse que estaría con Rodrigo por lo menos y puede que con alguna de las chicas también. Me contestó que solo estaban ellos 2 y que les parecía muy buena idea. Después llamé a Lu que también se apuntó y por último a Ana.

  • ¿Qué tal Azu? ¿hoy no tienes a Cesar por aquí?

  • Buenas. Si, estamos tomando algo y haciendo planes para mañana. ¿Estás en casa?

  • Si, acabo de llegar de trabajar, no veas que día hoy, no hemos parado y estoy muy cansada.

  • Bueno, te llamaba para invitarte mañana a venir a la playa con nosotros. Maika, Rodrigo y Lu se han apuntado.

  • Vale, me parece buena idea. Así conocemos un poco a Cesar.

  • Perfecto. También estamos con su hermano pequeño, ya te lo presentaré, seguro que te gusta.

  • No tengo ganas de niños.

  • Bueno, es bastante guapo, tu le conoces y luego ya decides.

  • Vale, mañana veremos. Un beso.

  • Perfecto. Sobre las 10 pasarán a buscarte. Un beso.

Nos despedimos y volví con los chicos. Mirando a Cesar, les dije que todos se habían apuntado y el me devolvió una sonrisa guiñándome el ojo.

Estuvimos un buen rato hablando mientras bebíamos y cenábamos algo. Pau tenía 26 años y llevaba 3 trabajando en una asesoría después de haber estudiado empresariales. Le gustaba el deporte como a su hermano pero el era más de salir a correr, hacer bicicleta o jugar a baloncesto y menos de ir al gimnasio. Se le notaba, estaba más delgado y fibroso que Cesar, pero no tan fuerte. Los 3 estábamos algo cansados y al día siguiente teníamos que despertarnos pronto para quedar con mis amigos, así que no eran casi ni las 12 cuando fuimos a casa.

Subí las escaleras delante de ellos, quería ver las ganas de jugar que les quedaban. Cesar desde atrás me levantó el vestido, seguro que Pau estaba viendo mi culo perfectamente cuando su hermano le dijo.

  • Fijate bien, no verás muchas veces un culo como este en tu vida.

  • Es precioso - dijo Pau. Me excitaba oír como Cesar decía ciertas cosas pero cuando las decía Pau sentía más ternura que excitación. Cesar empezó a apretarme las nalgas mientras subíamos. Al entrar en casa me hizo apoyarme contra la pared. Yo me sujete con las manos mientras Cesar me subía el vestido.

  • Es un culo muy bonito, ¿pero tu crees que vas a poner a una chica cachonda diciéndole que tiene un culo precioso? Métele el dedo en el coño - le ordenó a su hermano. Cesar de pronto se había vuelto a poner al mando. Pau metió uno de sus dedos en mi rajita apartando la tira del tanga - ¿Está mojada?

  • No mucho.

  • Claro. Sácale el dedo - Pau retiró su dedo dejando mi coño vacío - Si no calientas a la chica, nos hubiéramos ido a la cama a dormir y ya está. Pero si quieres aprovechar de tener un culo así cerca, tienes que ponerla cachonda, que tenga ganas de que la folles - Cesar acercó su boca a mi oreja. Yo había oído todo lo que decía sin apartar la vista de la pared - ¿Tengo razón putita? - me susurró de forma que pudiera oírlo su hermano.

  • Si - en la misma posición y en el mismo tono, Cesar siguió hablando.

  • A Azu y a muchas chicas como ella le gustan que le piropeen, pero lo que les pone cachondas es cuando se imaginan todas las guarradas que tienes en la cabeza. A mi ya me conoce, pero a ti todavía no. Dile que te gustaría hacerle.

  • Me gustaría que me chupara la polla.

  • ¿Si? ¿crees que eso la pone cachonda?

  • Me gustaría meter la polla en su boca y hacer que me la comiera entera, ver como toda mi polla entra en su boca.

  • Vale, sigue.

  • Luego la colocaría como está ahora y le metería la polla hasta el fondo de una sola vez sin quitarle el tanga. Se la metería sin parar mientras no pararía de sobar ese culazo que tiene hasta llenarla con mi leche - mientras Pau hablaba yo me imaginaba todas esas cosas y me ponía cachonda.

  • ¿Sigues creyendo que tiene un culo precioso?

  • Tiene un culo de puta, seguro que le encantaría que se lo reventara y le metiera mi polla - notaba por su tono como Pau se estaba poniendo muy caliente.

  • Muy bien. Mete ahora un dedo en su coño - el obedeció y pronto noté como metía un segundo dedo - ¿Está mojada?

  • Si, está encharcada.

  • Bien, gracias por calentármela Pau. Así hay que tratar a las putitas si quieres tenerlas calientes - me dio un fuerte azote en el culo - Vete a la habitación y agárrate el vestido que no se te baje, queremos verte el culo - yo hice lo que me ordenaba mientras les seguía oyendo hablar - Buenas noches. Voy a follarme a mi novia como Dios manda. No te hagas muchas pajas que mañana igual necesitas energía - note como Cesar me seguía y entraba en la habitación detrás de mi. Rápidamente me quitó el vestido y me desabrochó el sujetador empezando a comer mis pezones que ya estaban duros como piedras - Estás muy cachonda. Por lo visto te ha calentado imaginar como mi hermano te follaba.

  • Aprende rápido.

  • Si, hay que pensar en algún plan para poner mañana muy cachonda a la zorrita de tu amiga, algo se nos acurrirá, pero ahora lo primero es que me bajes la polla, que me la has puesto como una viga - me arrodillé delante de él, le baje el pantalón y agarré su verga con mi mano. Empecé a masturbarle y a chupar su polla, pasándomela por toda la cara, era verdad que la tenía dura como una piedra. Después de un rato me levantó agarrándome del pelo, me tiró en la cama boca abajo y me quitó las bragas. Se puso sobre mi y metió su polla casi hasta el fondo - Ufff, como estás de mojada, estás hecha toda una puta, te pones cachonda en seguida.

  • Me pongo cachonda imaginando como me follas con esa polla.

  • Si, y también te pones cachonda imaginando como se la chupas a otros y como te revientan el culo. Pero no pasa nada, me gusta saber eso y que luego quien te folle sea yo - decía mientras me azotaba con una mano mientras sus dedos de la otra abrían mi culo - Tienes el culo rojo todavía, te lo he follado bien por la tarde. Tienes que haber disfrutado mucho con 2 pollas dentro de ti, pero menos de lo que he disfrutado yo rompiendo este culito que tienes.

  • Me ha encantado, y me encanta saber que te gustó tanto.

  • Claro que me gustas, estás buenísima y eres la mejor puta del mundo, ¿que más podía pedir? - de repente y sin dejarme hablar, sacó los dedos de mi culo y me los metió en la boca, jugando con mi lengua - Chupa puta, quiero que sepas como sabe una puta como tú, como sabe un coño y como sabe el culito de una guarra. Mañana quiero que calentemos a tu amiga, pero a parte de eso, esta semana quiero que tu también la calientes, que le hables de como te follo para que se ponga muy cachonda y le dé un buen revolcón a mi hermano - estaba tan cansada y excitada al mismo tiempo que casi no oía a Cesar, tenía la mente en blanco solo concentrada en esa polla que entraba y salía de mi dándome tanto placer. Entonces Cesar sin sacar los dedos de mi boca empezó a correrse llenándome de leche y haciendo que yo me corriera con él. Se dejó caer sobre mi y me besó en el cuello - Eres irresistible princesa - luego se movió saliendo de mi y poniéndose boca arriba. Yo me quedé agotada en la misma posición, y cerrando los ojos me dormí hasta el día siguiente mientras el semen de mi novio se deslizaba por mis piernas.

Estaba completamente dormida cuando un azote me despertó.

  • Vamos peque, van a ser las 9.

Bien a gusto me hubiera quedado durmiendo hasta las 12, pero el plan que se presentaba ese día era de lo más excitante, así que me levanté y me fui a la ducha mientras los chicos preparaban el desayuno. Cuando acabe de lavarme bien y de quitarme la leche de Cesar que tenía pegada a mis piernas, me fui a la habitación donde me puse el bañador que Cesar me había regalado y un vestido playero por encima. Luego fui a la cocina donde los 2 chicos me esperaban sentados a la mesa solo vestidos con un calzoncillo.

  • Que rápida eres peque, ya estás preparada.

  • Vosotros, que sois muy perezosos. Pensé que mientras me duchaba os habríais vestido por lo menos.

  • No hemos tenido tiempo, queríamos prepararte un desayuno de lujo, ayer te lo ganaste -habían hecho creps, zumo natural y café, todo riquísimo. Ver la mesa tan completa había abierto mi apetito y devoramos todo rápidamente, untando las creps con mermelada y crema de chocolate. Cesar untaba su dedo con la crema y me lo metía en la boca jugando para que yo lo chupara de la forma más lasciva posible mientras miraba a Pau. Estábamos poniendo al chico cachondo de nuevo. Después de un rato tuve que parar el juego y les mandé a vestirse mientras yo recogía un poco la cocina. Preparamos las mochilas con las toallas, el protector solar y el aceite hidratante. Antes de las 10 ya estábamos en camino. Llamé desde el coche a Lu y me dijo que ellos también estaban en ruta. Al final habíamos decidido que iríamos otra vez a Cullera, no sabía si me encontraría de nuevo con mis admiradores.

En el viaje fuimos hablando a Pau de mis amigos, de lo simpáticos que eran y de lo guapa que era Ana. Mis comentarios al principio iban más enfocados en alabar su forma de ser, pero con las continuas interrupciones de Cesar, pronto empezamos a destacar principalmente sus atributos físicos.

  • Ya verás que bien te van a caer todos Pau. Maika y Rodrigo son pareja, pero Lu y Ana están solteras y son super divertidas.

  • Bien, ya las conoceré.

  • Seguro que te caen genial y si al final te haces amigo de alguna, Gandía y Denia no están tan lejos, puedes venir los fines de semana con Cesar.

  • Bueno, también tengo que gustarles yo a ellas.

  • Ya verás como si.

  • Sobre todo si nos haces caso de alguna de las cosas que te enseñamos ayer - añadió Cesar - Es importante que les caigas bien, pero también que se sientan atraídas por ti. Pueden pensar de ti que vas a ser un chico super amoroso con ellas y que las vas a tratar como a princesas, eso seguro que las encanta, pero como no piensen también que en la cama les vas a dar lo suyo, te verán más como un amigo que como un novio y no queremos eso.

  • No - añadí yo - Hasta ahora solo han estado con niñatos y ya va siendo hora de que estén con un tio que le haga disfrutar como se merecen.

  • Seguro que cuando las vea en bikini, sus instintos brotan y sabrá como tratarlas.

  • Bueno - contesto Pau - tampoco empecéis a agobiarme.

  • No - le contestó Cesar - Solo te avisamos que cuando veas las tetas de sus amigas como no te pongas cachondo y sepas actuar, te voy a dar una colleja que te voy a dejar KO.

Al poco rato llegamos a la playa y aparcamos. Llamé de nuevo a Lu y me dijo que ellos ya habían llegado y que estaban muy cerca de donde habíamos aparcado. Nos acercamos a la playa y pronto la vi como nos saludaba. Caminamos hacia ellos y cuando casi habíamos llegado, se levantaron para saludarnos.

Rodrigo llevaba un bañador corto. Tenía bastante buen cuerpo, muy parecido al de Pau, altos y fibrosos de hacer bastante deporte, aunque era algo más delgado. Mis 3 amigas estaban guapísimas, parecía que ninguna había perdido la oportunidad de lucirse y todas llevaban bikinis que les sentaban estupendamente, aunque ninguna se había atrevido con ningún modelo excesivamente sexy. A simple vista quien más llamaba la atención era Ana y sus tetas, pero el cuerpo de gimnasio de Lu también resultaba muy atractivo, y más con su piercing en el ombligo y su tatuaje de mariposas a un lado de su cadera.

  • Que guapas estáis - les dije mientras les daba 2 besos a los 4 - Este es Cesar, no se si os acordareis de él.

  • Muy poco - contesto Lu - Casi no nos lo dejas ver - todos nos reímos.

  • Un placer conoceros por fin, Azu habla mucho de vosotros, a ver si este verano podemos hacer cosas juntos.

  • Sería genial - contestó Ana mientras se acercaba para darle 2 besos. Luego fue besando a Maika y a Lu y le dio la mano a Rodrigo.

  • Este es mi hermano Pau, es la primera vez que quedaba con nosotros en Gandía y nos apetecía que os conociera.

  • Un placer - dijo Pau mientras saludaba a los 4.

  • Colocar las toallas por ahí - dijo Maika - hemos llegado pronto y hemos cogido un sitio perfecto, cerca del agua y del chiringuito.

  • Tu si que sabes - le dije mientras la abrazaba.

Estiramos las toallas junto a las de ellos y luego tanto Cesar como Pau se quitaron las camisetas. Los ojos de mis amigas se centraron más en Cesar que en su hermano, estaba más fuerte y musculado y tenía un cuerpo más desarrollado. Luego yo me quité el vestido y todos los ojos se posaron en mi.

  • Vaya, que bikini más bonito - dijo Lu.

  • Me lo regaló Cesar - le contesté.

  • Yo también tengo uno parecido, con tanga, pero muchas veces no me atrevo a ponerlo.

  • Haber aprovechado que aquí no te conoce nadie - dijo Cesar - Seguro que a nosotros no nos hubiera importado.

  • A mi desde luego no - contestó Rodrigo.

  • Ni a mi - dijo Pau en tono muy bajo.

  • Bueno, tal vez para la próxima - contestó Lu alagada.

Nos sentamos en las toallas y empezamos a hablar un poco de nuestras vidas, presentándonos aunque la mayoría de las cosas ya las sabíamos los unos de los otros. Al rato empezamos con las anécdotas y las bromas. Pasó más de una hora cuando las chicas nos empezamos a tumbar a tomar el sol. Yo me quité la parte de arriba del bikini y de nuevo todos me miraron.

  • ¿Qué pasa? - les dije - Normalmente con vosotros no hago topless porque en Gandía me da algo de vergüenza pero aquí no me conoce nadie, y a Cesar no le molesta.

  • Que va - dijo- A mi me encanta.

  • Ya imagino - contesto Lu - No creo que te quejes de ver unas bonitas tetas.

  • Bueno, a mi me gusta verlas y tampoco me molesta que los demás lo hagan - Rodrigo y Pau no decían nada pero no me quitaban los ojos de encima - Si os da vergüenza lo entiendo, pero a mi me gusta mucho más que Azucena no tenga las marcas del bikini.

  • A mi no me importa tampoco hacer topless - dijo Lu quitándose la parte de arriba. Tenía unas tetas muy parecidas a las mías aunque algo más pequeñas. En general su cuerpo se parecía al mio aunque ella era más delgada y fibrosa, sus tetas algo más pequeñas y su culo también.

  • Bueno, que no se diga - dijo Maika mientras también dejaba sus tetas libres. Rodrigo no dijo nada, sus ojos estaban más concentrados en las tetas de Lu y en las mías - Venga Ana, anímate, que no se diga.

  • Bueno, no voy a ser la única que no haga topless - Ana se quitó la parte de arriba del bikini y todos nos quedamos embobados mirando sus tetas. Eran perfectas, no solo por el tamaño, sino porque parecía casi imposible que se mantuvieran tan firmes siendo así de grandes.

  • Amiga - dijo Lu - Nunca te las habías visto pero tienes unas tetas preciosas.

  • Gracias - contestó Ana que ahora parecía que se sentía más avergonzada.

  • Si quieres puedo darte yo crema para que no se te quemen - dijo Cesar y todos reímos.

  • Tu con darme crema a mi tienes suficiente - le contesté, aunque por la cara de Ana parecía que no le hubiera importado - Si quiere que le den crema, que se la de Pau.

  • Bueno, yo también me ofrezco voluntario - dijo Rodrigo justo antes de que Maika le diera una colleja.

  • Casi que hasta yo me ofrezco - dijo Lu y todos nos reímos.

A todos les costaba apartar la vista de las tetas de Ana, parecía que mi culo pesé al tanga que llavaba puesto, no les resultaba tan llamativo, pero yo lejos de sentirme celosa entendía la situación. A mi también me costaba no mirar esos pechos tan firmes.

Nos tumbamos a que nos diera un rato el sol pero podía notar como la mirada de los chicos saltaba de una a otra. De las tetas de Ana a mi culo que con el tanga se me podía ver casi todo, a los cuerpos de Maika y Lu. Lu se había tumbado boca a bajo y aunque llevaba un bikini normal, se lo había recogido haciendo que pareciera un tanga para alegría seguro de Cesar, Pau y Rodrigo. Al rato Cesar se acercó a mi, casi todos estaban dormitando mientras tomaban el sol. Me beso el cuello y luego se sentó en mis piernas.

  • Te daré aceite para hidratarte.

  • Ummm, me encanta - contesté.

El comenzó a echar aceite en mi espalda y a frotarla suavemente. Bajo las manos por los lados hasta alcanzar el lateral de mis pechos, luego volvió a mi espalda, acariciándome muy despacio. Poco a poco bajo sus manos hasta esparcir el aceite totalmente. Luego cogió el bote de nuevo y echo un buen chorro en mis nalgas y volvió a empezar sus tocamientos, acariciando y apretando mis nalgas. Yo giré la cabeza a un lado y vi como las chicas, unas boca arriba y otras de espalda, seguían descansando con los ojos cerrados, pero Pau y Rodrigo se habían espabilado y no quitaban los ojos de el trabajo que hacía Cesar. Este desplazo sus manos acercando sus dedos a mis agujeritos, frotando sus pulgares en mi raja que ya empezaba a gotear. Separó mis glúteos con sus manos, lo cual estaba segura que le brindaba una vista privilegiada de mi ano y de los labios de mi vagina. Me quedé mirando a Rodrigo que no apartaba la vista de mi culo mientras mi novio no paraba de sobármelo al mismo tiempo.

Vi como Rodrigo se metía la mano bajo el bañador para colocarse su polla, que seguramente ya estuviera bien tiesa. En ese momento desvió su mirada a mi cara y pudo ver como yo había estado todo el tiempo mirando sus reacciones. El muerto de vergüenza aparto la vista y se movió despertando a Maika, que estaba su lado.

  • Vamos al agua - dijo Rodrigo al mismo tiempo que se levantaba y caminaba hacia el mar sin esperarnos para que nadie notara su empalme. Giré la cabeza hacia Pau que ya de pie siguió rápidamente a Rodrigo. Las chicas se levantaron y Ana hizo el amago de ponerse la parte de arriba del bikini y Lu la paró.

  • No seas tonta, a ver si ahora te va a quedar marca. Además, deja que la gente disfrute del espectáculo.

Yo miré a Cesar que tenía la polla tiesa bajo el bañador. Me acerqué a él hasta casi pegar mis tetas a su cuerpo, le besé y metiendo la mano por debajo de la goma le coloque su verga hacia arriba.

  • Tenía que estar doliéndote.

  • No paras de ponerme cachondo.

Caminamos los 5 hacia el agua, donde ya esperaban Rodrigo y Pau. Nos acercamos y pronto empezamos a jugar y a salpicarnos. Después de un rato empezamos una guerra de caballitos, yo subida en los hombros de Cesar, Maika en los de Rodrigo y encima de Pau se subirían Ana y Lu alternándose. Cuando Ana estaba encima, todos ibamos contra ella para intentar tirarla, seguro que al igual que a mi, a todos nos encantaba ver como se movían y botaban esas tetas y nos encantaba cuando se caía al agua y la veíamos a salir toda mojada. Aprovechando el juego no pude resistir la tentación de tocarselas. Después de un rato Rodrigo y Maika dijeron que se iban a las toallas.

  • Deberíamos reservar en algún bar si queremos comer sin esperar 3 horas - dijo Cesar.

  • Voy yo - contestó Pau - El año pasado estuve en uno que comimos muy bien.

  • De acuerdo - le respondí.

Pau salió del agua y nos quedamos Ana, Lu, Cesar y yo solos en al mar hablando y jugando. Al poco rato Lu y Ana se pusieron a hablar y Cesar se puso detrás de mi y empezó a acariciarme el estomago. Podía sentir como su polla seguía dura apretada contra mi espalda. Sus manos subieron y empezaron a tocarme las tetas y luego a pellizcarme los pezones. Yo tenía la cabeza agachada, mirando al mar y a las manos de Cesar. Después de un rato levanté la mirada y vi como Ana y Lu ya no hablaban sino que miraban como Cesar me sobaba. Pasaron varios minutos hasta que Lu habló.

  • Pobrecita Azu, yo me he puesto cachonda solo de veros así que imagino que tu debes estar subiéndote por la paredes a no ser que Cesar te la tenga metida y no lo veamos.

  • Pero que burra eres - contestó Ana.

  • Ya, me dirás que tu no estás cachonda, pues tus pezones te delatan - y los 3 pudimos ver como Ana se ponía colorada y como sus pezones estaban como piedras tal y como había dicho Lu.

  • No seáis mal pensadas, solo estábamos jugando un poco - dijo Cesar separándose de mi para demostrar que no me la tenía metida. Lo que no pudo fue ocultar su erección, aunque creo que no le importaba.

  • Joder - dijeron al mismo tiempo Ana y Lu al intuir el tamaño del miembro de mi novio, y los 4 nos echamos a reír.

Seguimos un rato hablando, Cesar más alejado de mi, ahora la mayoría de las miradas se volvían a centrar en las tetas de Ana, que nerviosa no sabía muy bien donde mirar, aunque la mayoría del tiempo lo hacía al paquete de mi novio.

  • Pau ya ha vuelto - dijo Ana y todos salimos del agua.

Lu se me acercó y me dijo al oído:

  • Vaya suerte que tienes cabrona - luego me besó la mejilla y las 2 nos reímos.

  • Tenemos reserva para dentro de una hora - dijo Pau, que nos dió unas latas de cerveza - He comprado esto mientras esperamos.

  • Eres un cielo - dijo Lu que se acercó para besarle en la cara y de paso frotarse contra él, por lo visto seguía caliente después de ver como mi novio me sobaba.

Pensé que Pau y Lu podrían hacer buena pareja y disfrutar bastante los 2, pero Cesar y yo nos habíamos propuesto que tenía que complacer a Ana y yo quería que nos saliéramos con la nuestra, así que me puse entre los 2 y empecé a hablar con Lu de tonterías. Nos volvimos a tumbar y cuando llegaba la hora de comer, nos levantamos y recogimos las toallas y todas las cosas. Yo me puse el vestido playero y después metí mis manos por debajo quitándome el tanga y metiéndolo en mi mochila. Ana se quedó perpleja mirándome, estaba claro que debajo del vestido no llevaba absolutamente nada. Me quedé algo cortada con la mirada de Ana así que para quitar hierro a la situación, dije:

  • Estaba mojado.

  • Ya me imagino - dijo Lu y sonrió guiñandome un ojo.

Fuimos al restaurante que Pau conocía y la verdad es que comimos muy bien. Durante ese rato los juegos pararon y la conversación fue más normal. Pagamos y luego Maika propuso dar una vuelta por Cullera para tomar algo en alguna terraza.

  • Lo siento - dijo Cesar - Nosotros nos tenemos que ir, tenemos que llevar a Azu y luego un viaje todavía hasta nuestra casa y no queremos llegar muy tarde..

Así que nos despedimos y mientras Rodrigo, Maika, Ana y Lu se quedaron dando un paseo por el pueblo, que ya empezaba a tener bastante ambiente, Cesar, Pau y yo nos fuimos a por el coche para volver a Gandía. Colocamos todas las cosas en el maletero y montamos en el coche, yo en el asiento de atrás, igual que cuando vinimos. En cuanto nos pusimos en marcha Cesar me ordenó.

  • Súbete el vestido, quiero poder verte el coño y que no te haces ningún dedo por el camino - Yo hice lo que me decía, le gustaba verme así en el coche. Me subí el vestido y lo deje recogido justo debajo de mis tetas, apretando con los brazos para que no se bajara. El pobre Pau no sabía muy bien que hacer aunque seguro que se moría de ganas de volverse y mirarme - ¿Qué te ha parecido Ana? - le preguntó Cesar a su hermano.

  • Esta muy bien, es muy guapa.

  • ¿Y sus tetas?

  • Son una pasada.

  • Ya lo creo. Seguro que si se las tocas como te enseñamos ayer, no querrá que pares. ¿A ti te gustaron Azu?

  • Si, eran perfectas.

  • Fuiste la única de los 3 que pudiste tocárselas.

  • Ya, jajaja, no pude resistirme.

  • A mi me costó aguantarme las ganas. ¿Te gustó Lourdes?

  • Si, la verdad es que también está muy buena.

  • Vale. Yo creo que si quisieras a esa te las podías follar pronto, pero Azu y yo queremos que primero te lo montes bien con Ana y la hagas disfrutar, por eso te estamos enseñando. Si después de que la des un buen repaso y sepamos nosotros que ha quedado satisfecha, no seguís, ya es cosa tuya si también te quieres follar a Lourdes o no - Cesar había dicho justo lo mismo que pensaba yo - De todas formas todavía te quedan cosas que aprender sobre como tratar a una mujer y hacer algo de repaso de lo que aprendiste ayer. ¿Crees que cuando lleguemos a Gandía se te levantará para darle caña a la putita que va sentada ahí detrás?

  • Ya la tengo dura.

  • Jajaja, bendita juventud. A ver si hoy aguantas más. Y tu putita ¿te apetece que juguemos cuando lleguemos a tu casa?

  • Lo estoy deseando.

  • Bien. Dime Pau, ¿qué opinas de Azu? Y recuerda lo que te dije ayer. Diciéndole que es muy guapa y esas cosas no vas a conseguirla poner cachonda, y si no la pones cachonda, no te la follas.

  • Esta muy buena. Tiene un cuerpazo y lo sabe, y le gusta enseñarlo. Sus tetas no son muy grandes pero me encanta jugar con ellas y ver como se calienta. Me encanta verla cachonda y como se convierte en una guarra - yo le oía y tenía que juntar todas mis fuerzas para no comenzar a pajearme en ese momento - Me encanta el culo que tiene y me gustaría follármela a lo perrito mientras se lo azoto.

  • ¿Te ha calentado putita?

  • Si - contesté en un susurro.

  • Vale, creo que cuando lleguemos dejaré que te la folles. ¿Ayer por la noche te masturbaste?

  • Si.

  • Dile a Azu en que pensabas mientras lo hacías.

  • Pensaba en ella. En que me comía la polla y en que por la tarde me había dicho que nunca me dejaría follarla el culo, pero yo imaginaba que me lo pedía de rodillas, que sacaba mi polla de su boca y arrodillada me pedía que la perdonara, que le follara el culo ahora mismo y siempre que quisiera.

  • Jajaja, estás hecho un buen cabrón. De todas formas lo que dijo ayer es cierto, ese culo solo es para mi, pero con el resto puedes experimentar lo que quieras.

Al rato llegamos a casa y yo no podía ya de las ganas que tenía de follar. Subí delante y los chicos detrás de mi cargaban con las bolsas y no podían tocarme. En cuanto entramos en la casa soltaron las mochilas y yo salté sobre Cesar, que me cogió en brazos y empezamos a besarnos.

  • Eres irresistible peque. Pero no quiero llegar muy tarde a casa, así que nosotros nos vamos.

  • ¿Queeeeeé? - no podía creer lo que oían mis oídos - No puedes, necesito que me folles ahora mismo.

  • Jajajaja, ¿ves Pau lo que te decía? Si calientas a una chica lo suficiente, te suplicará que la folles y podrás hacer con ella lo que quieras - me miró a la cara y sonriendo me ordenó - Desnúdate - yo me quité el vestido por la cabeza y quedé completamente desnuda - Arrodíllate y chupámela.

Yo me puse de rodillas frente a el. Le baje el bañador y empecé a comer esa polla que tanto me apetecía. Ya la tenía casi a tope de su tamaño y me encantaba sentirla así de grande intentando entrar entera en mi boca.

  • Sigue, yo no te voy a follar, solo quiero correrme en tu boca - me dijo Cesar - Si lo haces bien, consigues comértela entera y te tomas toda mi lechita, dejare que Pau te folle y te quite algo la calentura - necesitaba una polla en mi coño como fuera, así que allí de rodillas en el pasillo y con los ojos de Pau que no se perdían detalle, me esforcé en hacer la mejor mamada de mi vida. Hacía que la saliva recorriera todo su miembro antes de caer al suelo, apretaba su glande con mis labios todo lo que podía y luego intentaba metérmela lo más hasta el fondo de mi boca como era posible. Repetí lo mismo varias veces, introduciendo su polla cada vez más dentro de mi boca y de mi garganta. Me estaba produciendo arcadas y mis lagrimas me caían por la cara pero quería que estuviera orgulloso de mi así que pese a ello, puse mis manos en su culo para tener la fuerza suficiente y hacer que toda su polla entrara en mi boca. Me costó un gran esfuerzo, su verga estaba enorme, pero cuando por fin note como mi nariz rozaba su cuerpo, supe que lo había conseguido, toda su polla estaba en mi boca, y me hizo feliz. En ese momento me tapo la nariz con una de sus manos mientras con la otra apretaba mi cabeza contra el. Durante un momento mantuve la posición, pero note que empezaba a faltarme el aire y con mis manos intenté separarme de él y coger aire.

  • Suéltala, la vas a ahogar - dijo Pau.

  • Tranquilo, las putitas aguantan más de lo que crees. Ahora me está apretando la polla con su garganta, el placer es enorme.

Yo seguía intentando que me soltara mientras que notaba como mi boca se cerraba cada vez con más fuerza sobre su polla. No supe cuanto tiempo estuve así, pero justo en el momento en que pensé que me desmayaba, me soltó y pude sacar por fin su polla de mi. Empecé a coger aire como pude, por la nariz y por la boca y a escupir saliva. Cuando parecía que ya me había recuperado, Cesar me cogió por un brazo y tiro de mi haciendo que me sentara en el suelo y apoyara mi espalda y mi cabeza contra la pared, volvió a meter su polla dentro de mi doblando un poco sus piernas y empezó a meterla y sacarla follando mi boca como si fuera un coño. Después de un rato que a mi me pareció muy largo volvió a poner sus manos en mi cabeza para introducir su pene lo máximo posible y descargo su leche directamente en mi garganta. Estuvo un rato con su polla en mi boca mientras yo la recorría con mi lengua para dejársela lo más limpia posible. Cuando al final quedó satisfecho, fue sacándola poco a poco.

  • Has sido una buena puta, has aprendido muy bien como me gusta que me chupes la polla y te has ganado el derecho a que te echen un buen polvo - después miró a Pau, que permanecía quieto de pie en la misma posición que estaba la última vez que yo le había visto. Me había olvidado completamente de que estaba allí - Ahora Pau tu eliges, si te apetece follártela puedes hacer con ella lo que quieras, ayer por la tarde te mandaba ella, hoy si quieres mandarás tú. O si te da pena, recoger las cosas e irnos - mi aspecto debía ser de lo mas lamentable, el pelo embarullado y con mi cara llena de lágrimas y babas, que también cubrían parte de mis tetas.

Pau no lo dudó, se acercó y cogiéndome del brazo me levantó y me llevó a mi habitación. Una vez allí me lanzó encima de la cama boca abajo y empezó a darme azotes en el culo sin parar, con bastante fuerza.

  • Me encanta el culo que tienes y ponértelo bien rojo - después de un rato separó mis piernas y metió de golpe 2 dedos en mi coño - Estás encharcada, vaya pasada - tirando de mis caderas hizo que me pusiera a 4 patas encima de la cama y sin más preámbulos me la metió de golpe entera, hasta que sus huevos golpearon mi rajita. Empezó un rápido mete y saca mientras se aferraba con fuerza a mis caderas, sin decir palabra de lo excitado que estaba. Follaba bastante bien, pero se excitaba mucho al principio e iba demasiado rápido al grano, no se preocupaba tanto de jugar conmigo antes. Pese a eso yo venía cachonda del viaje y de la mamada que acababa de dar a Cesar, así que consiguió sacarme varios orgasmos, estaba durando mucho más que el día antes y eso me estaba haciendo morir de placer. De repente clavó sus dedos en mi carne, sacó su polla colocándola entre mis nalgas y noté como se corría llenando mi espalda de leche, hasta que agotado se cayó sobre mi haciendo que los 2 quedáramos tumbados.

Cesar aplaudió y se rió.

  • Muy bien. Podías haberte corrido en su coño y llenarla de leche.

  • Me hubiera encantado pero me da algo de apuro.

  • Tranquilo, tienes que perder el miedo a hacer las cosas que te apetecen - Se acercó a mi y me colocó boca arriba. Empezó a meterme 2 dedos en mi coño, con fuerza y rápido - Tienes que ir más despacio, te pueden las ganas de metérsela, pero si le chupas un poco el coño y la sobas bien primero, verás como se derriten antes si quiera de que se la metas - siguió con el mete y saca hasta que notó como otro orgasmo estaba por venir. Entonces sacó sus dedos y empezó a darme cachetes fuerte en mi raja y en mi clítoris haciéndome estallar de placer - Ves, así tienes que calentarlas bien antes de follarlas.

Pau no quitaba los ojos de mi coño y del trato que le daba su hermano.

  • Esto si lo haces bien les da mucho placer. Te he enseñado bien, estoy orgulloso de ti pequeña. Ahora venga, a preparar las cosas y vamos a dejar a mi princesa descansar, ha estado todo el fin de semana estupenda y se lo merece.

Pau se levantó y se fue, imagino que a su habitación a recoger. Cesar me besó en la mejilla y luego me volvió a besar en la boca.

  • Has estado estupenda.

  • Gracias.

  • ¿Has disfrutado?

  • Muchísimo - se volvió a acercar para besarme.

  • Te quiero peque. Descansa.

Empezó a recoger las cosas mientras yo me iba a la ducha. Cuando acabé me envolví en una toalla y salí del baño. Allí estaban los 2 hermanos esperándome para despedirse. Me dí 2 besos con Pau.

  • Ha sido un placer - me dijo.

  • Lo mismo digo - le contesté sonriendo.

  • Os creo a los 2 pillines - dijo Cesar sonriendo. Se acercó a mi y se despidió con un buen beso con lengua - Mañana te llamo peque, descansa.

Los 2 chicos se fueron y yo me tumbe en el sofá donde me quedé dormida hasta casi las 2 de la mañana. Cuando me desperté, me fui a la cama y seguí durmiendo de un tirón hasta que sonó el despertador.