Mi primer novio, parte III

Saltando sobre la polla de Cesar clavada en mi culo, viendo como a esa chica le llenaban todos sus agujeros, y contando la escena o lo que fuera que estaba haciendo, me volví a correr. Estaba segura de que ese estaba siendo el mejor polvo de mi vida, de que nunca había disfrutado tanto

El lunes me desperté pronto para ir a trabajar. Hacía muy buen día, así que cuando acabe el trabajo, fui a casa y preparé las cosas de la playa para ir a tomar el sol. Mi primer día de playa del año, tenía muchas ganas. Me encantaba tumbarme al sol, relajarme con el ruido del mar. Creo que había momentos en los que me quedaba dormida. Me dí un poco de crema por ser el primer día, pero lo normal es que no lo hiciera porque no me quemaba casi nunca al sol.

Por la noche se lo comenté a mis amigos y Ana y Maika se apuntaron para volver conmigo a la playa al día siguiente.

El martes cuando salí del trabajo estaban a buscarme en el coche de Maika, y fuimos las 3 a tomar el sol. Mis amigas son bastante atractivas, con buen cuerpo y muy guapas, seguro que las 3 llamábamos la atención en la playa. Además, para ellas era su primer día de playa y su piel era mucho más blanca que la mía, casi brillaban cuando llegamos y cuando nos fuimos estaban algo rojas. Pasamos la tarde sin para de reírnos, haciendo comentarios de toda la gente que veíamos.

Por la noche, cerca de las 10 y media, me llamó Cesar.

  • ¿Qué tal preciosa?

  • Muy bien, me pillas cenando.

  • ¿Tan tarde? ¿esta semana no estás en el turno de mañana?

  • Si, pero he aprovechado para pasar toda la tarde en la playa con las chicas, he llegado hace poco.

  • Me alegra que estés contenta. Imagino que el sábado podré llegar a las 4 a buscarte, aprovechar para estar más tiempo contigo. Este fin de semana se me ha hecho muy corto.

  • Y a mi, ya tengo ganas de verte y de ir a la playa contigo.

  • Venga, te dejo que cenes tranquila. Un beso.

  • Un beso.

El miércoles fue un día normal, tenía que ir a hacer compras y al gimnasio, así que me quedé sin mi capricho de playa. El jueves pude volver, otra vez sola para relajarme.

Por la noche Cesar me volvió a llamar.

  • ¿Qué tal guapísima? ¿cenando?

  • No, hoy he ido a la playa pero yo sola. Me ha dado tiempo incluso de ir un rato al gimnasio y ya he cenado y todo.

  • Llevas una semana de lo más activa.

  • Que va, una semana rutinaria, aunque me ha alegrado ir a la playa algún rato. Mi actividad empieza el fin de semana contigo.

  • Jajaja, me gusta oír eso. Mañana quedaré un rato con los amigos pero el sábado a las 4 estaré puntual.

  • ¿Me alegro. Has hablado algo con tu hermano de Ana?

  • No, mañana le haré algún comentario, a ver si le veo dispuesto.

  • Perfecto. Y sino te mando una foto de Ana para que la vea, eso seguro que le anima, jajaja.

  • Si, seguro. ¿Le sacaste alguna en la playa?

  • Si, nos hicimos algún selfi el martes.

  • Bueno, no se si esas fotos le motivarán demasiado. Pensaba que igual le habías sacado alguna disimuladamente.

  • No, no se me ocurrió. Lo mejor de todas formas será que la conozca, es una chica muy divertida.

  • Bueno, déjalo de mi parte, a ver si consigo espabilarle algo. Voy a preparar las cosas para mañana, un besazo peque.

  • Otro para ti. Hasta el sábado.

El viernes por la tarde me quedé en casa para limpiar y dar un repaso a la casa, quería tener el fin de semana todo perfecto y dedicarle mi tiempo solo a César.

Llego el sábado. Cesar estaba como siempre puntual a buscarme, paseando alrededor de su coche. Cuando me vio llegar a su lado, se acercó y nos besamos.

  • Que ganas tenía de verte peque.

  • Menos que yo de verte a ti - a veces también eramos un poco ñoños.

  • Que morena te has puesto.

  • Si, ya te dije que el sol me cogía muy rápido.

  • Bueno, no te fíes y date mucha crema que no quiero que te quemes.

  • Si mama - le dije y el me pellizcó la mejilla.

Montamos en su coche y nos pusimos a hablar de nuestra semana.

  • Estoy muy cansado. Ayer llegué a las 9 de trabajar, me duché y salí con los amigos hasta las 2 y media, y hoy a las 9 en pie que había quedado con Pau para salir a andar en bici. Se me cierran los ojos.

  • Yo no tengo queja, pero el día que te vea sin gasolina, tendré que hablar con tus amigos para que te dejen descansar - le dije mientras me reía.

  • No te preocupes, para ti siempre tengo energía.

  • Más te vale. ¿Qué tal con tu hermano? ¿habéis hablado algo de Ana?

  • Más o menos, tengo que empezar a meterle presión porque es demasiado echado para atrás con las chicas.

  • Yo ayer salí un rato con Ana y Lu, fuimos a la playa por la tarde y por la noche tomamos algo hasta las 12.

  • Que formal es mi peque.

Al llegar a casa como siempre dejo que subiera delante. Hoy me había puesto una falda fina con vuelo y el iba 4 o 5 escalones detrás de mi a ver que se me veía.

  • ¿No llevas bragas? - preguntó entre sorprendido y excitado.

  • Si, pero igual desde ahí no las ves.

  • Voy a tener que inspeccionarte cuando montes en el coche. Como algún día no lleves bragas puestas, creo que te follaré antes de llegar a casa.

  • Jajaja, ¿qué pasa?, ¿qué ayer te pusiste cachondo viendo a alguna por la noche y vienes a descargar conmigo?

  • Ninguna chica me pone como tu.

Entramos en casa y fuimos hasta mi habitación donde empezamos a comernos la boca como 2 amantes que llevaran meses sin verse. Nos desnudamos el uno al otro despacio, intentado alargar el momento. Me desabrocho la falda que cayo al suelo, luego me quitó la camiseta entre beso y beso. Me subió el sostén y comenzó a morderme los pezones. Eso me volvía loca. Me desabroché el sujetador y me lo quité, y el me levantó para llevarme a la cama. Me dejó en el borde, me descalzó y me quitó el tanga de hilo que llevaba.

  • Pues era verdad que llevabas bragas.

  • ¿Decepcionado?

  • No, pero de ahora en adelante lo comprobaré en el coche por si acaso, mi novia es muy zorrita. Estás muy morena, es increíble en solo una semana.

  • Y más que me pongo.

  • Bueno, mañana te dejaré hacer topless para quitar esas marcas, me gustarán tus tetas todas morenas.

Su lengua rápidamente se lanzó sobre mi chocho, desde mi entrada hasta el clítoris, mientras un dedo y luego 2 comenzaban a entrar en mi coño. Consiguió que me corriera en menos de 5 minutos. Como siempre, a nuestro primer encuentro llegábamos demasiado calientes y con una semana de ayuno.

Cuando me corrí me mandó colocarme en el centro de la cama. Me incorporé un poco y me tumbé como me había pedido. Acercó su polla a mi boca y empezó a meterla, yo intentaba llenársela de saliva como a él le gustaba. Al poco rato se puso sobre mi y me penetró, volvió a morder mis pezones, le encantaban mis gemidos cuando hacía eso. Después fue subiendo su cuerpo sin sacar el pene. Llegó un momento que al sacarla conseguía que todo su tronco estuviera en contacto con mi raja, presionando muy fuerte, hasta estar casi a punto de salirse. En ese momento volvía a metérmela despacio hasta que su pelvis presionaba mi clítoris y el resto de su polla recorría toda mi raja hasta llenarme.

Empezó a moverse, puso sus manos en mi culo y nos giró, situándose el debajo y yo encima, sin que se saliera en ningún momento de mi interior. Yo me puse de rodillas y comencé a subir y bajar despacio mientras él acariciaba mis tetas y mi clítoris.

  • Ufffff, me voy a correr. Cuando te avise, coge mi polla con tu mano y masturbarme hasta que me corra en tus tetas. Vamos, ahora - yo me levanté, cogí su polla con mi mano y empecé un rápido sube y baja. No tardé nada en notar como iba a estallar y apunté su polla contra mi pecho. Por fin pude ver como se corría, como su leche salía a presión y me llenaba las tetas. Me encantó verle y sentirle, había llegado a salpicarme en la barbilla. Seguí un suave masaje en su miembro que no dejaba de expulsar gotas de leche que se posaban en mi mano - Muy bien peque. Límpiala con tu boquita - Yo lo hice sin dejar que ni una solo gota se desperdiciara. Luego me lamí la mano mirándole a los ojos mientras el sonreía - Genial. Vete y lávate un poco, vamos a descansar.

Me levante y fui a lavarme rápido bajo la ducha. En menos de 5 minutos estaba de vuelta y él ya me esperaba con los ojos cerrados. Me tumbé a su lado, con mi cabeza apoyada en su pecho y también me dormí. Abrí los ojos y vi en el reloj de la mesita que eran las 6. Empecé a acariciar su polla que comenzó a crecer, pero después de 5 minutos el seguía dormido, así que viendo que yo no iba a recibir ningún premio, le dejé para que luego tuviera más ganas. Eran casi las 7 cuando se despertó.

  • Estoy cansado de verdad, si me dejas duermo hasta mañana.

  • Duerme si quieres - le dije, aunque en el fondo yo no quería.

  • No, vamos un rato al salón. Hoy no saldremos de casa, mañana pasaremos casi todo el día fuera en la playa, así que hoy descansaremos un poco, ¿te parece?

  • Claro. Miraré a ver si hay algo para cenar y sino podemos ir a comprar.

  • No te preocupes, luego pedimos una pizza o unas hamburguesas.

  • Vale, buena idea.

  • ¿Te has preparado el culo para mi?

  • No, bueno, no me has dado tiempo.

  • Vete a preparártelo, pero ya sabes que si voy a venir, ya lo tienes que haber hecho.

  • Vale, lo siento.

  • Venga, te espero en el sofá.

Fui al baño y me senté en el bidet para hacer lo que el me había explicado. Limpiar mi culo para él y abrirlo un poco para que no me doliera tanto. Cuando acabé, me sequé y fui al salón. Allí estaba él, sentado en el sofá desnudo del todo. Había vuelto a apartar la mesa del café de enfrente del sofá, dejando la alfombra vacía. Entré en el salón, yo también estaba completamente desnuda.

  • Trae un paquete que hay en mi maleta.

Fui a la habitación y vi en su maleta un paquete envuelto en papel de regalo. No sabía que era pero me hizo mucha ilusión. Fui al salón, le besé y le di el regalo. El me hizo con la mano un gesto para que me lo quedara.

  • Es para ti, ábrelo - lo abrí y vi un bikini color plata, era muy bonito. La parte de abajo era un tanga que se ataba a los lados, la parte superior eran también plateada. 2 triángulos que se unían por una tira.

  • Es precioso, gracias.

  • Pruébalo - fui a la habitación y me lo puse. Era algo pequeño, lo justo para que no hubiera que cambiarlo y que no dejara nada a la imaginación. La parte de arriba me quedaba mejor, no tapaba mucho pero eso era porque el bikini era así. Volví al salón para que me viera - Preciosa. Un poco pequeño por lo que veo.

  • Si, me aprieta un poco.

  • Bueno, puedes aflojar un poco los nudos, a mi me encanta como te queda.

  • Y a mi, gracias - y le volví a besar sentándome encima de él.

  • Vete a quitarlo, mañana lo estrenaremos - yo le obedecí. Fui a la habitación para guardarlo y volví al salón de nuevo desnuda. - Cuando estés por casa prefiero que andes con un tanga y una camiseta, ya te lo he dicho. Me pone más cachondo.

  • Perdona, voy a vestirme.

  • No, ahora déjalo, no nos va a hacer falta - me senté a su lado en el sofá.

  • ¿Ya has pensado que película quieres ver?

  • No, te toca a ti elegirla. Trae los DVD que hay al lado de la TV - yo no me había fijado, pero al lado de la TV había 4 o 5 cajas de DVD. Antes no estaban ahí, los había traído Cesar seguro. Me levanté a cogerlos y al mirar el de arriba, vi que eran películas porno.

  • ¿Son películas porno?

  • Si, el otro día me dijiste que nunca habías visto ninguna.

  • Es verdad, nunca las he visto.

  • Bueno, pues la primera la vas a ver conmigo. Elige la que quieras.

  • No se, a mi me da igual.

  • Elige una - me repitió mas serio. Comencé a ojear las caratulas, todas me parecían muy parecidas, mujeres casi desnudas y en alguna se veía también chicos. Al final elegí una por el título, algo de mirón. Me llamó la atención.

  • Esta.

  • Vale, ponla en el DVD - yo lo hice. Dejé las otras donde estaban y me senté de nuevo con él.

  • Son algo antiguas, ahora hay todo el porno que quieras en internet, pero antes no lo había tanto y guardo una pequeña colección.

  • ¿Ya las has visto?

  • Si, llevan varios años en mi casa, te puedes imaginar. Tuve una vez una novia con la que también vi alguna - yo estaba callada sin decir palabra - Bueno, te voy a explicar el juego.

  • ¿Vamos a hacer lo mismo que en la película?

  • Jajaja, si pero no. Eso igual otro día. Vamos a hacer lo mismo que en la película pero sin imitar sus posiciones.

  • Vale - le conteste sin estar muy segura de a que se refería.

  • Verás, si la chica le hace una mamada, tu me chuparas la polla. Si a la chica se la están follando, yo te follaré, y si le están follando el culo, yo te haré lo mismo.

  • Vale.

  • Bien, pero la gracia es que yo no estaré viendo la película. Tu te pondrás encima de mi y me taparás la TV, serás tu la que me irás diciendo lo que ves - estaba un poco intrigada con el juego y al mismo tiempo bastante caliente - Venga, siéntate a mi lado y empecemos.

Puso la película y después de adelantar las letras, aparecieron 2 chicos en la puerta de una mansión.

  • ¿Qué ves? - me preguntó mirándome.

  • Hay 2 chicos en la puerta de una casa.

  • Venga, sigue - le cogí la polla con la mano y el me la aparto - Lo que hagan en la película.

  • Los chicos llaman a la puerta y no les abren, así que dan la vuelta y van al jardín. En el jardín hay una chica tomando el sol. Se acercan a ella.

  • ¿Está desnuda?

  • No.

  • Cuéntame todo.

  • Bueno, está vestida con unas medias y un liguero blanco. También lleva un tanga y un sujetador a juego, no es un traje muy normal para tomar el sol - le dije. La chica era despampanante, más rellena que yo, más maciza por decirlo de alguna forma. Imagine que sería de mi altura, pero tenía muchas más curvas. Tenía unas tetas redondas, las piernas fuertes y carnosas. Su culo se parecía al mio aunque también un poco más grande.

  • Descríbemela.

  • Tiene unas buenas tetas, tiene muchas curvas.

  • ¿Tiene buenas tetas?

  • Si, parecen muy bonitas.

  • Bueno, a la chica llámala Ana de ahora en adelante, ¿vale?

  • Vale.

  • Sigue.

  • Los chicos se acercan a ella.

  • ¿A quén?

  • A Ana.

  • Muy bien.

Yo me callé y oíamos los diálogos de la película “Oye, no podéis estar aquí” “¿Dónde está tu padre? nos debe dinero” “Mi padre no está” “ Pues tendrás que pagarnos una parte de la deuda, un anticipo”

  • Sigue contándome que pasa.

  • Uno de los chicos coge a la chica por un brazo y la levanta.

  • ¿De qué chica?

  • De Ana.

  • Bien. Venga sigue, parece que te empieza a gustar - dijo pellizcándome un pezón que ya estaba como una piedra. El cuerpo de la chica y pensar que le iban a hacer, me había excitado muchísimo.

  • Caminan hacia la casa, ella delante y ellos detrás.

  • ¿Qué te parece el culo de la chica?

  • Uffff, Ana tiene un culo precioso. Fuerte, se ve grande y duro.

  • Jajaja, muy bien, sigue.

  • Entran en la casa, están en una escalera y los tíos empiezan a sobar a la chica. Ella les manda parar pero ellos siguen tocándole el culo. Uno de ellos empieza a besarla mientras no deja de meterle mano, el otro se está desnudando. Uffff, vaya polla, es casi como la tuya. Se acerca a la chica y esta empieza a tocársela.

  • Ahora puedes tocármela - mi mano empezó a subir y bajar por su polla que estaba como el hierro de dura.

  • Ahora se está desnudando el otro, que es negro. Tiene la polla igual de grande que su amigo. Le quitan el sujetador a Ana, vaya tetas más bonitas. Empiezan a acariciarlas. La ponen de rodillas entre los 2 y empieza a chupársela, ufff - yo empecé a tocarme mi rajita. El me agarro del pelo y me llevo la cabeza a su polla. Yo empecé a chupársela mientras oía de fondo como a la chica le llamaban de todo.

  • No te toques el coño si ella no lo hace - haciendo un esfuerzo enorme me detuve, me moría de ganas de seguir y de correrme. Estuve un rato metiendo su polla en la boca y llenándola de saliva, hasta que tiró de mi pelo hacia arriba.

  • Sigue - yo miré para la TV y tragué toda la saliva que había en mi boca.

  • Ana coge a los chicos de la mano y suben las escaleras.

  • ¿Crees que a Ana le gustaría ser esa chica?

  • SIiiii.

  • ¿Y a ti? ¿te gustaría?

  • Ufffff, siiii.

  • Bien. Sigue contándome.

  • Entran en la habitación, uno de los chicos se tumba en la cama. El otro le quita el tanga a Ana y ella se sienta encima, se está clavando esa pedazo polla en el coño.

  • Siéntate encima de mi, mirando a la TV, y sigue contándome - él estaba casi tumbado, recostado en el sofá. Me senté encima de él, con los pies en el suelo, me introduje su polla y empecé un suave sube y baja.

  • El otro chico se pone a la altura de su boca y le mete la polla. Uffff. Ahora tiene una polla en el coño y otra en la boca. Le agarra la cabeza e intenta metérsela entera, uffff - me estaba imaginando que esa chica era yo cuando le chupaba la polla a Cesar, me parecería mucho a ella. Tenía razón Cesar cuando decía que era una puta - Ella salta encima del la polla del chico, mueve el culo haciendo círculos. Ahora están cambiando, el chico que tenía la polla en su boca, la coge de un brazo y la lleva con él. Se sienta en un sillón y ella se pone encima, clavándose su polla. El otro chico se pone a su lado y le empieza a chupar su polla - en ese momento me corrí. Me parecía imposible que con lo cachonda que estaba todavía no me hubiera corrido, y Cesar me dio un fuerte cachete.

  • Sigue.

  • El chico que está de pie le quita la polla de la boca y se pone detrás de ella. Se la pone en el culo, ufffff, se la está metiendo mientras el otro se la tiene en el coño, uffff - ahora no sabía si yo me estaba volviendo a correr o era el orgasmo de antes que todavía me seguía. Otro cachete.

  • Venga, si se la está metiendo en el culo ya sabes lo que tienes que hacer - me levanté sacándome la polla de Cesar que estaba empapada y baje poco a poco, metiéndola en el culo.

  • La chica esta cabalgando encima del chico mientras el otro no para de darle por el culo, él se mueve muy rápido, la están reventando. Ana grita como una loca, no se cuantas veces se habrá corrido - yo tampoco sabía las veces que me había corrido, ni sabía si estaba hablando normal contándole lo que veía o estaba gritando y gimiendo y no se me entendía lo que estaba diciendo. Saltando sobre la polla de Cesar clavada en mi culo, viendo como a esa chica le llenaban todos sus agujeros, y contando la escena o lo que fuera que estaba haciendo, me volví a correr. Estaba segura de que ese estaba siendo el mejor polvo de mi vida, de que nunca había disfrutado tanto. Cesar también lo estaba disfrutando porque en ese momento me apretó las nalgas con fuerza y se corrió dentro de mi culo. Yo empecé a moverlo en círculos, sacándole hasta la última gota. Cuando no pude más me caí hacia atrás en el sofá, y me quedé tumbada. Cesar me dio un fuerte azote.

  • Vete a lavarte, vas a llenar el sofá de lefa. Corre - me levante medio sonámbula, en shock. Fui al baño a lavarme en el bidet, el culo me ardía. Después volví al sofá, me tumbe y se me cerraron los ojos. Lo último que vi fue como Cesar me miraba y sonreía.

Al rato me espabilé. Miré a Cesar que veía una película de la TV.

  • ¿Qué tal estás?

  • Agotada.

  • ¿Te ha gustado?

  • Me ha encantado.

  • Seguro que si. Vamos a ver un rato la TV. Antes de acostarnos, si tienes fuerzas podemos ver otra película, y cambiar un poco el juego, a ver que se nos ocurre. ¿Te apetece?

  • Si, por favor.

  • Jejeje, ven, acércate. Eres la mejor - nos besamos y nos quedamos tumbados descansando.

Cuando acabó la película Cesar llamó para que nos trajeran la cena. Nos dimos una ducha mientras llegaba, luego cenamos y volvimos al sofá. Yo me vestí como a él le gustaba, un tanga y una camiseta corta.

  • Te toca elegir otra, si tienes fuerzas. Casi te has desmayado.

  • No, jajaja, no te preocupes, fue que me quedé demasiado relajada.

  • Tenías que haber ido tu a recoger las hamburguesas. Seguro que si el chico te llega a ver así, nos las invita. Jajaja.

  • La próxima vez, pero entonces también pediremos unos helados.

  • Vaya peligro tienes. Venga, elige una película.

Me levanté y volví a ojearlas. Escogí una, “Historias morbosas” o algo así. Me senté junto a Cesar.

  • Vale, te explico el juego o te inventas tu uno.

  • No, el que hayas pensado.

  • Bien. Este juego va a ser justo lo contrario que el que hicimos antes. Veremos una escena entera, pero no podremos tocarnos, ni el uno al otro ni a nosotros mismos. Cuando acabe la escena iremos a la cama y nos desahogaremos.

  • Vaya, me gusto más el de por la tarde.

  • Veremos. Venga, empieza. Prohibido tocarse.

En la TV apareció una chica rubia duchándose. Llamó a su criada y se vio como una chica china o asiática vestida muy sexy subía las escaleras. Cuando entró al baño le mandó frotarla y lavarla, y luego comprobar con la lengua si estaba limpia. La criada le chupo los pezones, la rajita y el agujero del culo. Luego le dijo que estaba muy limpia.

La rubia le obligó a chuparle los pies, y luego comenzó a sobarla el coño con uno de ellos. Se calzó y bajaron al piso de abajo. La rubia cogió un plumero, hizo que la china se apoyara contra la pared y se lo introdujo en el culo “venga, mueve el culo y limpia el polvo”. La criada se acerco a una mesa y moviendo el culo hacía como que limpiaba.

Menuda cabrona la rubia. En la película todavía no había pasado prácticamente nada, alguna lamida y poco más, era casi lo contrario de la película de por la tarde, pero yo estaba ardiendo. Agarré la polla de Cesar y la apreté fuerte, mis dedos no consiguieron hundirse ni un poco, la tenía como el hierro. Me mandó quitar la mano y seguir viendo la película. La rubia seguí dando ordenes cuando Cesar metió su mano por debajo de las bragas y me toco el clítoris, desplazó su mano por mi raja y metió 2 de sus dedos en mi coño. Por fin, estaba a punto de explotar y necesitaba aliviarme. Entonces Cesar sacó los dedos y me los metió en la boca. Yo los chupaba como si llevará meses sin comer ni beber.

  • ¿Te gusta como saben? Saben a tu coño, saben a puta - tenía razón, los dedos estaban impregnados de mis jugos y a mi me estaban encantando - ¿Te gusta el sabor?

  • Si - la verdad es que me estaba gustando, pero lo que más quería era que me follara ya.

  • Seguro que serías una buena come coños, te estás volviendo una mamadora profesional - sacó su dedos de mi boca y me frotó el coño sobre el tanga - ¿Te gustaría ser la rubia o la criada?

  • Ufff, no se, contigo la criada.

  • ¿Conmigo? Jajaja, eres peor de lo que yo pensaba. ¿Te gustaría ser la rubia y tener una perrita así para ti? - casi ni rozaba mi coño sobre las bragas pero yo estaba a punto de correrme. Tenía razón, me gustaría tener una chica como esa, y que hiciera lo que yo le mandara, quería una perrita para mi - ¿Te imaginas que una de tus amigas fuera tu perrita? Que bien lo pasarías - dejo de acariciarme - ¿Ves porque te digo que lleves tanga puesto? Si estuvieras desnuda habrías dejado el sofá perdido con tus jugos. Vamos a seguir viendo la película.

  • Fóllame ya por favor.

  • Si quieres que te coman el coño, llama a una de tus perritas, si no, espera.

Me daban ganas de lanzarme sobre su polla, la tenía enorme, no se como se podía aguantar y no follarme. La rubia salió al patio y volvió con el jardinero, un tío muy grande que cuando se desnudó tenía una polla de igual tamaño. El jardinero se folló a las 2 por todos sus agujeros, hizo que se la chuparan y luego las lleno hasta el fondo. Acabó corriéndose en la cara de las chicas. Le escena debió ser larga, más de 40 minutos, que a mi me parecieron 40 horas. Cuando acabó la escena salté sobre Cesar y comencé a besarle. Luego baje pasando mi lengua por su pecho hasta que llegué a su polla que me tragué casi entera. En la TV comenzó otra escena pero a nosotros ya nos daba igual.

  • Tenía pensado llegar a la habitación, pero da igual te reventaré aquí - ahora parecía que no se preocupaba tanto del sofá.

Me cogió el cuerpo y me colocó, mi boca seguía en su polla y el me tenía levantada. Me quitó las bragas y comenzó a chuparme el coño. En cuanto su lengua me rozó, yo me corrí, no podía aguantar más. Al rato me colocó boca abajo en el sofá, metió su polla de golpe y comenzó a follarme como un loco, tardó muy poco en correrse. La película a él también le había puesto a tope. Sacó su polla para llenarme la espalda y las nalgas de su semen.

  • Puedes correrte dentro si quieres.

  • Si, mañana te llenaré, pero me encanta ver tu culo manchado de mi - me dio una nalgada muy fuerte y me dijo - Venga, lávate rápido y vamos a dormir, mañana podemos levantarnos algo pronto y aprovechar más el día en Cullera.

Fui a la ducha y me limpié su leche. El entró y me mandó limpiarle a el también. Me agaché y con agua y mi boca, le deje la polla reluciente. Después fuimos a la habitación, me puse otro tanga y una camiseta para dormir, y nos quedamos abrazados como 2 enamorados.

El se levantó temprano y me despertó con un cachete.

  • Venga perezosa, son las 9 y media. A ver si aprovechamos el día - yo sonreí. Un día de playa con Cesar era el plan perfecto.

  • ¿Desayunamos en casa?

  • Vale - él se puso el bañador y fuimos a la cocina. Preparamos unas tostadas y el hizo zumo de naranja y desayunamos hablando tranquilamente. Luego fuimos a la habitación, yo me puse el bikini que me había regalado, apretando los nudos laterales para que mis labios se notaran, y preparamos la bolsa de playa. El metió tan solo una toalla, yo una toalla, mis cremas, una gorra, gomas para el pelo...

  • Venga, date prisa. ¿No ves que con ese bikini se me está poniendo dura y voy a tener que follarte antes de irnos? - me fijé y era verdad que se le marcaba la polla en el bañador. Yo moví el culo para él.

  • Por mi perfecto - entonces me dió un azote bien fuerte y se puso serio.

  • Te follaré cuando yo quiera, y para esta mañana tengo otros planes para ti. Ayer te expliqué el juego, veríamos la película y luego follaríamos, pero no paraste de querer tocarte y de decirme que te follara. Te gusta hacer trampas así que hoy te tengo que castigar.

  • ¿Castigar?

  • Si. Tengo que enseñarte a que te controles, no puedes lanzarte sobre una polla siempre que estés caliente, no podría fiarme de ti. Así que hoy te calentaré un poquito pero no follaremos hasta que yo lo diga. Y como se te ocurre pedírmelo antes de que lleguemos a casa, te quedarás sin follar. ¿Entendido? - yo miré al suelo y asentí - Venga, pues date prisa en preparar la bolsa.

Acabé lo más rápido que pude y luego me puse un vestido playero por encima. Era un vestido viejo que tenía y que solo usaba para ir a la playa o a la piscina. Era de tirantes y de una tela muy fina, Quedaba algo ajustado a la altura de mis pechos, no mucho, y luego era más amplio y me llegaba por debajo de la rodilla.

  • ¿Dónde está la mordaza?

  • ¿La mordaza?

  • Si, échala en la bolsa. Como me pidas que te folle antes de tiempo o te vea tocarte sin mi permiso, te pondré la mordaza en la playa. Vamos - yo hice lo que me dijo, Me dio un poco de miedo que lo hiciera pero también me excitó muchísimo.

Bajamos y montamos en su coche, al final quería ir a Cullera.

  • ¿Qué te parecieron las películas de ayer? - quería ponerme cachonda desde primera hora de la mañana.

  • Me gustaron.

  • Si, ya lo note. Dime, ¿qué harías si consiguieras una perrita como la criada de ayer?

  • Le haría que me chupara todo el cuerpo, que me comiera las tetas y el coño todo el día.

  • ¿Crees que a alguna de tus amigas la podrías domar?

  • No sé, hablamos mucho y nunca me han dicho nada de que les gusten las chicas.

  • Ya. Creo que a ti antes de ayer tampoco te gustaban mucho, o no habías pensado en ello.

  • Tienes razón.

  • Me gustaría verlo, solo para ver como usas tu imaginación. Pero me gustas más de putita obediente.

Llegamos a Cullera. Aparcó cerca de la playa y fuimos andando más o menos hasta estar a unos 30 metros de un chiringuito. Estiramos las toallas y colocamos las cosas. El se quitó su camiseta y yo me quité el vestido.

  • Quítate la parte de arriba, quiero ver esas tetas igual de morenas que el resto

Yo hice lo que decía. Había más chicas en topless en la playa, así que pronto perdí la vergüenza.

Nos tumbamos boca abajo y al rato me levanté.

  • Voy a darte crema para que no te quemes.

  • Vale.

Me senté en su culo y empecé a frotarle crema por su espalda, me encantaba tocarle. Al rato me tumbe sobre él y empecé a restregar mis tetas por su espalda.

  • ¿Te gusta como te doy crema?

  • Mucho. También me va a gustar mucho cuando lleguemos a casa y te de crema por la cara con mi polla - comencé a frotar mi pelvis contra su culo.

  • Entonces ya tengo ganas de llegar a casa.

  • Pues todavía te queda bastante, ya verás que dentro de un rato tienes más ganas todavía. Y deja de frotarte sin mi permiso, o tendré que ponerte la mordaza - no se había olvidado, así que por si acaso lo decía en serio, deje de frotarme y me volví a mi toalla.

Al rato el sol calentaba de verdad y Cesar dijo que fuéramos al agua. Iba a ponerme la parte de arriba cuando él me agarró la mano.

  • No, así podré jugar mejor con tus tetas en el agua.

Nos metimos en el mar y pronto empezamos a besarnos. Empezó a tocarme el culo y a pellizcarme los pezones, yo ya estaba ardiendo. Me mandó levantar las manos. Entonces el me daba cachetes en las tetas a no ser que yo fuera más rápida y las bajara antes que él. Ganaba siempre el y me empezó a poner las tetas coloradas, mis pezones estaban como un roca de duros. Luego fuimos a las toallas, me puse roja pensando en que la gente me viera con los pezones tan excitados, así que corrí a la toalla.

Cuando llegó a mi lado me mandó ponerme boca arriba, se sentó encima de mi y empezó a untarme las tetas y la barriga de aceite hidratante, pellizcando mis pezones cada poco. Después se levantó y se puso al lado mio y me dio aceite por mis piernas y se tumbo boca arriba también.

Después de un rato me mandó ponerme boca abajo y se sentó en mis piernas. Cogió otra vez el bote de aceite y empezó a expandirlo por mi espalda y por mis nalgas. La gente no podía ver todo lo que hacía, así que aprovechaba para apartar un poco la tira del tanga y frotarme el dedo lleno de aceite por mi culete, metiendo una falange dentro. De pronto paró y se volvió a tumbar a mi lado.

Llevaríamos casi 2 horas en la playa cuando dijo que iba al chiringuito por una cerveza. Yo me quedé tumbada boca abajo, relajada, casi dormida. En la playa había mucha gente y se oía mucho ruido. Al rato me sonó el teléfono. Me incorporé un poco y pude ver un mensaje de Cesar.

  • Hay un hombre detrás de ti sacando fotos de tu culo - me giré y ví como en ese momento un hombre de unos 50 años disimulaba que leía algo en el móvil y empezaba a caminar.

  • Vaya hijo de puta - en otras circunstancias eso me habría puesto muy nerviosa, pero saber que Cesar estaba cerca y que era un juego, me tranquilizaba.

  • Jajaja, tranquila, con un culo como el tuyo normal que quisiera aprovechar. Ya sabemos seguro de alguien que hoy se va a correr pensando en ti.

  • Que malo eres. ¿Dónde estás? ¿por qué no vienes?

  • No, me lo estoy pasando muy bien en el chiringuito viendo como un montón de chicos se quedan embobados con tu culo. Sigue así tumbada.

Al rato el móvil sonó de nuevo.

  • No te gires.

  • Vale.

  • Tienes a 2 chavales embobados con tu culo detrás de ti mirándote, no tendrán ni 20 años. Date la vuelta mirando para ellos y deja que te vean las tetas, habla un rato con ellos, que te vean bien.

  • ¿Hablar de qué?

  • Invéntate lo que quieras.

Yo me giré y vi a los chicos. Como decía Cesar tendrían unos 18 o 19 años, algo menos que yo. Eran altos y delgados, uno de ellos más fibroso, tenía cuerpo de hacer más deporte. Cuando me vieron girarme se quedaron callados, antes hablaban entre ellos para disimular mientras me miraban. Sus ojos se posaron en mis tetas.

  • Hola - les dije para romper el hielo.

  • Hola, ¿vaya calor hace verdad?

  • Si - les conteste y me sequé la frente con las manos. Puse las manos en el suelo, a mi espalda y arqueé e cuerpo para apoyarme en mis brazos y levantar mis tetas - Me encanta venir a la playa.

  • Y a nosotros. ¿Eres de Cullera?

  • No, vine a vivir aquí hace poco, trabajo en el Carrefour.

  • Vaya, tendremos que ir más a comprar a partir de ahora.

  • Si, a nuestras madres les extrañará, jajaja - eran simpáticos y los 2 bastante habladores. Imagino que mientras siguieran hablando podrían seguir viéndome las tetas, y eso les motivaba.

  • ¿Cuántos años tienes?

  • 24 - mentí, seguro pensar que era bastante mayor que ellos, les ponía todavía más cachondos. Sus pollas empezaban a notarse bajo su bañador.

  • Yo soy Fran, tengo 19, y mi amigo Sergio 19 también.

  • Parecéis mayores - otra mentira que les sacó una enorme sonrisa - Yo soy Azucena - mi nombre me salió automáticamente.

  • Un placer conocerte - si, eso seguro pensé.

  • Igualmente.

  • ¿Por dónde sales aquí en Cullera?

  • Bueno, mi novio me tiene muy ocupada, no salgo mucho - sonreí y les guiñé un ojo - el móvil me volvió a sonar.

  • Diles que te están escribiendo tus amigas, que te perdonen un momento y ponte de nuevo como antes, que te vean el culo.

  • Perdonar chicos, son mis amigas. Les contesto y enseguida estoy con vosotros.

  • Claro, sin problema - me giré y oí como uno de ellos le decía al otro en voz baja “vaya culo”.

  • Muy bien. ¿Crees que les gustas?

  • Yo diría que si.

  • Les notas la polla tiesa.

  • Si.

  • Jajaja, claro, eres irresistible. Separa un poco las piernas, deja que se diviertan - yo hice la que Cesar decía. Estaba muy cachonda, seguro que los chicos podría ver me raja e incluso mi humedad mojando mis piernas - Muy bien. Mueve el culo un poco, como si bailaras, de lado a lado. Así, puedo verte desde aquí. En cualquier momento cualquiera de ellos se te tira encima.

  • ¿No se han ido?

  • ¿Cómo se van a ir? Es el mejor día de sus vidas. Otros 2 que hoy se van a masturbar pensado en ti. ¿Estás caliente?

  • Si, mucho.

  • ¿Crees que estos 2 podrían ser buenos perritos para ti? - la idea no estaba nada mal, había pensado en una perrita como la criada de la película o como mis amigas, pero que fueran chicos también me gustaba.

  • Si, seguro que serían muy obedientes.

  • Claro, como que si les mandas que te den aceite no iban a meterte mano por todas partes sin pedirte permiso. No es fácil domar una perrita complaciente y obediente - yo estaba con unas ganas locas de tocarme.

  • Seguro que a estos chicos les podría enseñar.

  • Jajaja, ya veremos. Ahora vamos a comer. Levántate y diles que lo sientes pero que tienes que irte, que te acaba de escribirte tu novio que está en casa esperándote para romperte el culo.

  • ¿Cómo les voy a decir eso?

  • Tal cual. Estaré aquí viéndolo, así que por sus caras sabré si se lo has dicho o no

  • Bueno chicos, lo siento - dije mientras me giraba - .Me acaba de escribir mi novio, que quiere que vaya para casa que me está esperando para romperme el culo - no se como me había atrevido a decir aquello, uno de los chicos se quedo blanco del todo, el otro habló aunque con mucho esfuerzo después de tragar saliva..

  • Suerte que tienen algunos.

  • Gracias - me puse a recoger las toallas y eché todo a la bolsa. Seguro que a ellos les hubiera encantado verme el culo mientras me iba caminando pero el espectáculo se había acabado, así que me puse el vestido y me despedí - Hasta la próxima chicos, me alegro de haberos conocido.

  • Y nosotros, nos veremos por Carrefour.

  • Si, hasta luego.

Fui caminando hasta salir de la playa. Miré hacia atrás y los 2 seguían sin quitarme el ojo de encima. Me despedí con la mano y ellos me devolvieron el saludo. Luego fui hacia el coche y monté, Cesar ya estaba dentro.

  • Bien hecho, has hecho feliz a esos 2 chavales.

Arrancó y paró un kilómetro más adelante en otro chiringuito donde había una encargado una paella para comer.

  • Quítate la parte de abajo del bikini, solo con el vestido estarás más fresca - hice lo que me decía - Seguramente cuando te levantes de la silla tengas una mancha en el vestido de tus jugos, los camareros se van a quedar helados - lo pensé y por un sentí excitación,por lo visto Cesar quería que todo el pueblo supiera lo guarra que era y lo cachonda que estaba.

La comida fue tranquila, notaba la mirada de los camareros en mis pezones cada vez que se acercaban a la mesa, los tenía tiesos y al llevar solo un vestido tan fino, se notaban una barbaridad. Comimos una paella riquísima. Cuando acabamos de comer y tomar el postre Cesar me preguntó:

  • ¿Tomamos un poco más el sol o vamos para casa?

  • Vamos para casa por favor - el se rió y asintió. Mi coño estaba empapado.

Al entrar en la autovía Cesar me mandó subirme el vestido. Yo levanté un poco el culo del asiento y me lo subí.

  • Me vas a dejar el asiento todo mojado. Luego tendrás que limpiarlo.

  • Como quieras.

  • Con esa lengua tan bonita que tienes - empezó a pasar un dedo por mi rajita. Luego lo metió en mi coño, primero uno 2 y luego otro más. Jugo un rato con ellos y luego los sacó y los metió en mi boca. Yo los chupaba con entusiasmo - ¿Te gustan?

  • Ummmmm, si.

  • ¿Crees que tienes el coño lo suficiente mojado para que te entre toda mi polla de una vez?

  • Si, estoy empapada.

  • Mejor, te aviso que ver como todos esos chicos te miraban esta mañana me ha puesto muy cachondo, te voy a dar bastante caña cuando lleguemos a casa.

  • Puedes hacer lo que quieras, sabes que me encanta.

  • Dejarme ver las tetas - yo me subí el vestido del todo, casi a punto de sacarlo. Me pellizco un pezón y sonrió.

  • Muy bonitas, se ha igualado bastante el color, no se te notan tanto las marcas. Seguro que en el culo al llevar tanga, también se te habrán quitado.

Llegamos a casa y en tramos en el portal. Me hizo subir delante y en medio de las escaleras me mandó parar. Me subió el vestido, me separó las nalgas y comenzó a chuparme el coño y el ojete, yo estaba en la gloria. Noté como se escupía en la mano y empezaba a frotarme. De repente se levantó y metió un dedo en mi coño.

  • Vamos, sigue subiendo.

Llegué arriba con su dedo en mi coño. Al entrar en casa comenzamos a besarnos. De pronto el se agachó, cogió mi vestido y me lo subió por encima de la cabeza, pero sin legar a quitarlo. Tenía la cabeza tapada y veía muy poco a través de la tela del vestido. Note como Cesar ataba el vestido por encima de mi cabeza, me tenía como envuelta. Con una mano agarraba el vestido cuando se hecho, sobre mis tetas y empezó a morderme con fuerza las tetas y a darme cachetes en ellas con su mano libre.

  • Camina.

Yo empecé a andar mientras el me dirigía, pero no llegamos muy lejos, seguíamos en el pasillo cuando me empujo contra la pared. Yo me apoyé en mis brazos como pude. Seguía agarrando mis vestido por encima cuando noté como con una mano dirigía su polla a mi coño. La metió entera de una solo vez. Y estaba húmeda pero aún así noté un calambre al sentirme llena tan rápido. Siguió por un rato hasta que me mandó agarrarme el vestido. Cuando lo hice sacó su pene y se fue. Volvió rápido y otra vez metió su polla en mi coño. Yo tenía un brazo por encima de mi cabeza sujetando el vestido y el otro contra la pared, donde apoyaba mi cabeza. Empezó a echar algo en mi ojete, rápido no te que era aceite, y comenzó a meterme un dedo mientras me seguía follando.

De repente me levantó con su polla dentro y me llevó en brazos hasta una cama, sacó su polla de mi y me tiró encima. No parecía mi habitación aunque a esas alturas estaba algo desorientada. Se puso encima de mi y empezó a meter su polla en mi culo.

  • Voy a hacer lo que la mitad de los chicos de esa playa se morían de ganas de hacer - me la metió de golpe casi entera. Yo gemía mezcla de dolor y placer - Seguro que tus perritos no te follarían así.

  • Ya se que no.

  • En la playa estabas empapada, y no era por mi, era porque te gusta poner calientes a los chicos, pero has sido buena y te has aguantado hasta llegar a casa. Buena chica - decía mientras seguía abriendo mi culo y dándome azotes sin parar - Tienes el culo casi del mismo color, muy moreno. Yo te lo voy a dejar todo rojo - y siguió taladrándome. No sé como consiguió aguantar tanto, yo me corrí 3 veces antes de que por fin me llenara el culo de leche.

Luego me ayudó a levantarme y me llevó al baño, seguía llevándome agarrada con el vestido sobre mi cabeza. Me metió en la ducha y me mandó sentarme. Cogió la ducha y la abrió y empezó a mojarme, con el vestido y todo. Cuando por fin soltó el vestido cayó empapado sobre mi cuerpo. Acercó su polla a mi boca sin dejar de mojarme con la ducha “límpiame la polla, ha estado en tu culo, ya verás que rica está”. Yo se la limpié hasta que estaba reluciente. Me dio la ducha y me dijo “lávate bien, estás llena de arena y el culo lo tienes lleno de leche. Te espero en la cama”.

Me quité el vestido y me duche, quitándome bien la arena y limpiando mi culo que estaba bastante escocido. Me había echado aceite pero también me había follado con mucha fuerza y lo tenía algo dolorido. Cuando acabé fui con él. Pasé por la habitación de Carmen y vi la puerta abierta y el desorden en su cama, así que imaginé que allí me había estado follando. Me tumbé a su lado y le abracé.

  • Vamos a dormir un rato, me tienes agotado.

Cuando nos despertamos eran más de las 7 y media. Cesar recogió sus cosas, recogió las películas y dijo que se tenía que ir “esto me lo llevo. Esta semana prohibido tocarte, quiero que el finde que viene estés con muchas ganas”. Nos besamos y nos despedimos. Yo recogí el baño, mi ropa que estaba tirada por el suelo y arreglé la habitación de Carmen. Luego me tumbe a ver un rato la TV y recordando las películas del día antes me puse cachonda otra vez. Cesar me había prohibido masturbarme, así que cené algo rápido y me acosté para no pensar más en sexo.