Mi primer hombre

Cuenta sobre la efectiva pérdida de mi virginidad

VERANO DEL 77

Diciembre se acababa... y en él, casi todas las noches acababa yo, porque a pesar que los días corrían, los recuerdos de mi Baile de Graduación se multiplicaban y repetían.-

Empezó el verano y se aproximaban las fiestas de fin de año, con todo el alboroto que suponen los preparativos familiares para los festejos tradicionales.-

A poco andar, ya llegado el nuevo año, seguían dominando mis noches de insomnio, los recuerdos ya comentados... y mis días estaban dedicados a la actividad ganadera: Es el verano la época mas febril, pues se incentivan y multiplican las ferias y remates por la hacienda que nacida en primavera, sale del destete y se ofrece para la cría y el engorde.- Epoca de intensa actividad para quienes como yo, nos dedicamos a la compra y venta y para los chacareros que necesitan hacienda chica para rastrojear sus campos y abonarlos naturalmente, preparándolos para las siembras de invierno.-

Talvés puedan imaginarse, sin necesidad que abunde en detalles escabrosos, recordándoles lo antes comentado, el verdadero suplicio que me significó estar cerca del hombre al que deseaba, sin poder apropiarme, de lo que de él me importaba.-

Comenzado marzo, comenzó también mi "tiempo de descuento"..., marcaba día a día en el calendario, la decena que faltaban transcurrir para alcanzar, si no mi mayoría de edad, la etapa de mi libre albedrío, pues en Argentina es a los 18 años, cuando las leyes nos consideran responsables únicos de nuestros propios actos, sin necesidad de tutelaje de padres o mayores.-

Y ese día llegó..., estaba ya en condiciones de decidir, sin comprometer a terceros en lo absoluto, sobre mi propia vida... y así lo hice : Tome la decisión de iniciar mis estudios universitarios, abocándome a la carrera de abogacía..., el lunes posterior a mi cumpleaños, munida con toda la documentación necesaria y en compañía de mi Padrino, viajé a Buenos Aires, entre otras cosas, a inscribirme en la Facultad de Derecho de la U.B.A.(Univ. de Bs. As.), abrir mi propia cuenta bancaria y elegir la vivienda que ocuparía mientras desarrollara mis estudios.-

Instalarme en la Gran Ciudad, no implicaba el abandono de mis ocupaciones habituales, pero sí alcanzar la independencia tan deseada, visto que la relación y convivencia con mi madre era, si no imposible, al menos muy dificil.-

En la oportunidad, mi tío y padrino, transfirió a mi nombre y a mi tutela, depositándolos en mi cuenta bancaria recién abierta, las acreencias que, del producido por mis manejos de los negocios familiares, eran de mi exclusiva propiedad.-

Concluídos todos estos trámites y con un capital inicial de alrededor de u$s 60.000.-, me dispuse a cimentar mi independencia emocional y económica.-

Regresamos al pueblo el viernes y el sábado, lo primero que hice fue dirigirme al campo de los ORDOÑEZ, una familia amiga, que estaba realizando trámites de sucesión, por el fallecimiento de la cabeza (esposo de doña Teresa y padre de Rául, Ernesto-mi primer amante-y Carlota-compañera de curso del Normal-), les hice oferta de compra por la sucesión, jugando en ella todas mis acreencias y algo mas, la que aceptaron de inmediato.-

Solo me restaba formalizar el papelerío de rigor y pasaba a ser propietaria única y absoluta de las mejores 700 héctareas de campo de la zona, que lo eran por estar muy bien trabajadas por el difunto padre de mi primer "amor".-

Con la alegría del caso, por estar cimentando con tanta fortuna mi independencia económica, corrí a las oficinas de nuestro representante (Don Carlos), para informarle la novedad, instruírlo en la confección de la documentación necesaria y... "sacarme las ganas".-

MI PRIMER HOMBRE

Pretendí pasar por alto un episodio, pero releyendo mis historias, caí en la cuenta que no era posible continuar sin comentar lo ocurrido en Buenos Aires.- Por eso, como agregado, paso a relatárselos ahora lo mas suscintamente posible.-

Les comenté que en la Gran Ciudad, habia inciado los trámites para, inscribirme en la Facultad de Derecho, elegido el departamento donde iba a residir y abierto mi propia cuenta bancaria.-

Concluído todo el jueves y con la perspectiva de regresar a ntro. pueblo el viernes, cenamos en el restaurante del Hotel Plaza, donde siempre nos alojabamos.- Finalizada la cena, Padrino fue convidado por unos amigos suyos, que casualmente estaban alojados en el mismo hotel, a compartir un café en algún bar de las cercanías..., yo me excuse de ir con ellos, alegando cansancio -que en verdad sentía- y me retiré a la habitación, (es oportuno señalar, que compartíamos con tío un petit-departamento de dos habitaciones con baño compartido, que el hotel acondiciona y ofrece a los pasajeros que concurren en familia).-

Ya en la habitación y ante la perspectiva de partir temprano al día siguiente, decidí ducharme para descansar mas relajada.-

Luego, opté por un baño de inmersión y llené la bañera sumergiéndome con verdadera satisfacción en el agua templada a la que había adicionado unas sales jabonosas que proporcionaban abundante espuma (como suele verse en las películas yanquis, en las escenas donde las divas se bañan).-

En verdad se produjo bastante espuma, pero nunca en la cantidad que se ve en el cine; no obstante, les decía que me sumergí en esas aguas jabonosas y espumosas y en un rapto de pudor (¿pudor yo?, raro pero...), extendí la cortina que separaba la bañera del resto del recinto.- Luego, comencé a jabonarme morosamente, disfrutando de la caricia y la suavidad conque el jabón del tocador, guiado por mis manos, recorría y acariciaba mi cuerpo..., fue talvés esa caricia la que encendió mi livído, al punto que, como ya lo deben estar imaginando, me esmeré en "higienizar" concienzudamente mis zonas erógenas, imaginando (cuando no) las escenas que viviría al día siguiente, en la visita que ya habia decidido le haría a don Carlos.- Fue así que me entregué plácidamente, a disfrutar del placer jabonoso que estaba yo misma proporcionándome y tras alcanzarlo con una pequeña exclamación, dormité en la bañera, sumergida en el agua tibia, por un buen rato.-

Me desperté sobresaltada, por algo que me pareció un estrépito y asustada, descorrí la cortina que me ocultaba... y grande fue mi sorpresa, al ver que Padrino estaba en el retrete orinando...-

Si yo me sorprendí..., ¡ni les digo él...!: Al verme, no sabía que hacer, ni que decir..., balbuceaba, trataba de ocultar a mi vista la desnudez de su miembro, evitaba mirar hacia donde yo estaba... y yo quería desviar mi vista, pero algo mas fuerte a mi voluntad consciente, me obligaba a posarla sobre ese miembro, que expelía un líquido amarillento, fluído y cálido...; la vista de lo que se presentaba ante mis ojos, me turbaba y talvés por los deseos íntimos que antes traté de calmar ayudada por el jabón, no podía apartarlos y terminé incorporándome sobre mis rodillas, exponiéndome completamente mojada y jabonosa, desnuda y absorta en la fascinación de lo que se presentaba a mi vista...-

Padrino, en su turbación, terminó de orinar y se dispuso a esconder su pene dentro de su pantalón...- Y yo, sin dejar de observar su bragueta, le dije: "No tío, lávese, que si no, tendrá olor a orínes y será desagradable".- Parecía que no me escuchaba, estaba absorto, lelo..., mirando mi cuerpo desnudo...-

Nuevamente hablé yo: " Venga tío, acérquese"....; extendí mi mano, tomé las suya y lo atraje hasta el borde de la bañera..., él aceptaba obediente, solo mirándome, como navegando en otro mundo...-

Ya cerca mío, desprendí el cinturón que ceñía el pantalón a su cintura, lo obligué a caer sobre los tobillos de mi tío y procedí de igual forma, con el slip bajo el cual, había pretendido esconder su "hombría", dejando expuesto así, en toda su magnifica presencia ese miembro hermoso, miembro de hombre,.., me era imposible retirar de él mi mirada, lo contuve sobre la palma de mi mano izquierda, mientras que con la derecha, pasaba la esponja sobre todo su tronco y su capullo...- Padrino me miraba absorto y me dejaba hacer..., tensioné la piel que lo recubría hacia atrás y froté la esponja sobre toda la cabeza de su pene, enseguida noté que comenzaba a agrandarse y lo sentí también, caldearse; estaba todo extendido sobre la palma de mi mano..., la yema de mi dedo mayor estaba en la confluencia de su tronco con sus testículos y su capullo, desbordaba por sobre mi mano y descansaba sobre mi muñeca..., fascinante, era una vista fascinante, erotizante..., sentí la inmediata necesidad de depositar sobre esa belleza un beso y lo hice..., suave..., tiernamante.-

Y fua asi que mi tio, como impelido por un resorte, me toma con las palmas de sus manos por los codos de mis brazos, me alza con vigor y con premura y sacándome de la bañera, me deposita sobre un banquito de mediana altura que estaba sobre el estante de mampostería que cerraba el espacio entre el borde de la bañera y la pared sobre la que se ubicaba el portatoallas...-

Con un leve empujarme hacia atrás, me obliga a recostarme sobre la pared a mis espaldas, dejándome casi tan extendida cuan larga yo era...- Mi pierna izquierda descansaba en puntillas sobre el borde de la bañera y presintiendo lo que se venía, alcé mi pierna derecha apoyándola flexionada sobre el portatoallas, desde la rodilla hasta el tobillo, colgando hacia afuera mi pie.-

Y lo presentido, se hizo realidad...: Mi tío, en cuclillas ante mi, hunde su rostro entre mis piernas y comienza a regalarme el mejor disfrute de sexo oral recibido hasta ese momento por mí.-

El calor que emanaba de mi cuerpo todo, hicieron que desaparecieran de él, los vestigios del agua de mi baño de inmersión y comenzarán a asomar los reflejos del sudor erótico, por el placer que transmitía la lengua de mi tío a mi sexo y a mi cuerpo todo..., comenzar a gemir... y comenzar a sentir que desde el interior de mi vagina emanaba ese líquido cálido, viscoso que preanunciaba mi orgasmo, fue todo a un tiempo..., siendo que segundos después, los gemidos se tradujeron en un estertor ahogado, que culminó con un grito a media voz..., intenso y prolongado.-

No obstante haberme tío propiciado uno de mis mejores orgasmos..., no cejó en su intento, que solo él sabría cual era y siguió torturándome de placer...-

MI SEGUNDA INICIACIÓN

Les decía que tío, me había regalado el mejor orgasmo de mi vida, disfrutado hasta ese momento de mi corta, pero por demás intensa vida sexual.-

Les contaba también, que a pesar de haber sido éste muy notorio, por mis ayes de placer y mis gritos de culminación..., tío no se dió por enterado y siguió con su lengua y su boca clavados en mi sexo...-

Seguía sintiendo su lengua dentro de mi vagina..., recorriéndola..., hurgando cual pala elástica todo mi interior..., mientras, sus dientes posaban sobre mi clitoris..., sobre mi monte de Venus..., sobre la pelambre que estaba sobre él... y volvían a mi clitoris, para contenerlo contra el embate de su lengua que en espontánea subida lo empujaba contra los dientes de su boca...-

Me retorcía de placer... y empezaba a sentir otra vez, la necesidad de expresarlo en lo físico..., sentía que, otra vez, me arremetía una oleada de calor erótico, preanunciando, otra vez, el logro del climax sexual femenino...; acababa de nuevo.-

Pero mi tío no cejaba en su intención, seguía con su lengua en mi vagina..., volvía a revolver todo su interior, como pretendiendo apoderarse de todos mis jugos.... y lo lograba; yo no sentía que nada saliera de mi interior...- Enloquecía..., estaba allegando a mi tercer orgasmo..., mi tío cambió entonces su ritmo y su estilo: Comenzó a entrar y sacar de mi concha torturada su lengua..., a la que sentía como un estilete clavándose en ella, en los momentos en que penetraba en mi...; entrar y salir..., esperar y jadear..., entrar y salir..., esperar y emitir grititos agudos y cortos de placer, al compás del ritmo que esa lengua me imponía...-

Jadear y gritar cortito, chiquito, por cada intromisión de ese estilete carneo..., gritar y jadear, al ritmo que ella pretendía... y un día, después de un siglo de torturas placenteras, arribé al tercer orgasmo...: Intenso..., cálido..., profundo.-

No podía mas..., no quería mas torturas..., mas placer..., salí de la reclinación contra la pared con esfuerzo..., mi pierna izquierda estaba sobre el hombro derecho del hombre..., bajé la pierna derecha del toallero y la puse sobre el hombro izquiero de mi tío...- Él, pasó sus manos por debajo de mi espalda, atrayéndome hacia su cuerpo..., cedí a esa presión y me enrosque sobre su cabeza, abrazándole la nuca..., sentía en mis senos el roce de su cabello y como si fuera poisible, mis pezones se erizaban mas todavía y se extendían como dos cilindros rojos, buscando donde contenerse..., en esa posición, tío se incorporó, alzándome con él..., estaba parado, con todo mi cuerpo enroscado sobre su cabeza..., abrazándola hasta con mis brazos... ¿y su lengua?...: Su lengua seguía clavada en mi concha..., sus dientes roían mi clitoris..., sus labios, comprimían los labios de mi sexo y así me llevó al dormitorio, agachándose al traspasar el marco de las puertas, para que yo no me golpeara contra ellos...-

LLegados al borde de la cama inmensa, se arrodilla y me deposita suavemente sobre ella...-

Me suelto de su cabeza y me recuesto hacia atrás, sobre el mullido y nuevo alojamiento, levanto mis piernas al aire, liberando los hombros de mi tío y separándolas, como invitando al hombre a que depositara su cuerpo sobre el mío...-

Él se incorpora..., viene hacia mí, aceptando el mudo convite y acerca su pene enhiesto a mi sexo..., lo busco con mis manos..., me son necesarias las dos para doblegarlo y guiarlo hacia su futuro alojamiento...; quería sentirlo..., quería gozar..., quería ser cojida por ese hombre que tanto placer me habia dado con su lengua..., queria ahora ser yo, la que lo satisfaciera a él...- Por eso me entregaba docilmente..., por eso lo ayudaba a someterme..., por eso y porque lo deseaba..., lo deseaba tanto, que no cruzó por mi mente jamás que él y yo, éramos familia..., éramos de la misma sangre..., era hermano de mi padre muerto, esposo de la hermana melliza de mi madre..., era mi tío.-

No me importaban en ese momento los parentescos, no me amilanaban los pruritos..., solo quería sexo..., queria cojer..., quería pija..., mucha pija... y la tenía ahí, en las puertas de mi sexo...; solo faltaba que lo animara y así lo hice: "Siga padrino..., no se contenga...-"

"Mi niña, no quiero lastimarte..., aún eres virgen.-"

"No tío, siga, que ya otros me han cogido..., hágalo Ud. ahora..., lo quiero..., lo deseo tanto..., hágalo..., cójame..., ¡por favor...!, ¡cójame!.-

Y comencé a sentir la presión que la cabeza de esa pìja de hombre ejercía sobre los labios de mi sexo... y seguí luego sintiendo como éstos, se iban abriendo al paso de ese intruso..., empecé a jadear... y con mis jadeos, aumentaba el deseo y la excitación de mi Padrino, quien siguió introduciéndome su pija sin prisa pero sin pausa...- Todo su capullo ya había traspasado las puertas de mi sexo..., estaba en mi interior... y al sentirse allí, con un golpe certero, rotundo, contundente..., lo introdujo todo..., integro..., completo y lo sentí golpear contra el cuello de mi útero.-

Sentir el embate y proferir un fuerte grito, fue solo uno..., mi cuerpo se arqueó hacia arriba, separándose del plano de la cama...; solo mis talones y mis hombros sostenían mi cuerpo, que a su vez soportaba al del hombre que me habia poseído...-

Fue un grito intenso, agudo, de dolor..., porque me había dolido, me dolía ahora, segundos después del embate, el dolor  era insoportable..., era como que una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, desde mi concha hasta mis pies y mi cabeza..., me sentía turbada, conmocionada... y a poco sentía también que algo viscoso y caliente se desprendía de mi interior y corría hacia las puertas de mi sexo..., mientras, la pija de mi tio permanecía inmóvil, clavada en mi.-

Intento retirarla y no se lo permiti diciendole :"¡No...!, dejala, me duele pero me gusta que esté en mi...,¡dejámela!".- En tanto lo rodeaba con mis piernas por la cintura, para impedir que se retirara.- Fue en ese momento, que lo que sentí correr dentro mío sale al exterior y era sangre... y empezaba a manchar profusamente las sábanas sobre las que estabamos...-

Padrino al verla decía: "¡Me mentiste...!, ¡eras virgen...!, ¡me mentiste...!"

"No tío, le juro que no..., le juro que ya me han cojido..., ya me han desvirgado..., ¡¡¡creame, se lo juro...!!!"

"Mi niña, eso es sangre... y es producto del desgarro de tu virginidad..., no es porque te he lastimado al ponértela, es porque te he vuelto a desvirgar, ya que talvés antes no lo hicieron bien...." Y diciendo esto me besó..., me besó tan apasionadamente, tan tiernamente..., que fue como un bálsamo para mi dolor, el que de a poco fue desapareciendo... y junto con su ausencia, empezaba mi necesidad volver al placer... y comencé a moverme debajo del cuerpo de ese hombre..., de mi hombre..., de mi primer hombre; porque antes habia estado solo con chicos, los que ni siquiera supieron convertirme en mujer con eficiencia...-

Seguía contoneando mis caderas debajo de mi tío..., sentía su pija recorrer con su cabeza, el interior de mi concha, como si fuera un círculo que dibujara con ella..., sentía que algo caliente y viscoso escapaba de esa barra de carne y hierro que estaba en mi interior y sentía que mis jugos se mezclaban con ese liquido que emanaba de mi hombre...- Me excité mas..., aceleré mis movimientos..., empecé a contraer los músculos de mi vagina, aprisionando con fuerza la pija de mi hombre...- Y sentí como su eyaculación llenaba todo mi interior y me convulsionaba de tal manera que lograba sacarme el quinto orgasmo del momento, porque al desvirgarme habia logrado ya el cuarto a pesar (o talvés por) el dolor provocado.-

"Mi niña..., mi niña..., ¡mirá lo que hemos hecho...!, ¡es una locura!.-"

"Tío, ya no soy su niña..., ahora soy su mujer... y quiero serlo por toda la vida".-                                                                                                     Y fundidos en un beso, unidos por nuestros sexos, dormimos hasta que el reloj nos anunció que era hora de volver a nuestras realidades y partir.- Una sueño hermoso, de una noche de pasión sublime.-