Mi primer Gang Bang
Depués de un tiempo sin encontrar alguien que nos resultara atractivo a nuestros fines, llegó Leandro: hablamos mucho de nuestros intereses, de las dificultades con las que nos topamos, y el desgaste que conlleva la búsqueda de personas comunes, sinceras y respetuosas con las que compartir...
Depués de un tiempo sin encontrar alguien que nos resultara atractivo a nuestros fines, llegó Leandro: hablamos mucho de nuestros intereses, de las dificultades con las que nos topamos, y el desgaste que conlleva la búsqueda de personas comunes, sinceras y respetuosas con las que compartir momentos de placer.
Nos conocimos en un chat y quedamos en tomar algo para vernos frente a frente. Él, como nosotros, no tenía mucha experiencia y se había encontrado con muchos perfiles falsos, que lo habían llevado a desistir la idea de cumplir sus fantasías. Las parejas siempre terminaban siendo conflictivas… nos contó que las veces que mejor lo había pasado era en fiestas grupales en las que nadie se conocía… ahí había hecho buenos amigos, incondicionales. Si él los llamaba ahí estaban, listos para la acción.
Asi conocimos a Leandro… como una lámpara mágica en medio de nuestro camino. Después de horas de charla quedamos en encontrarnos el fin de semana siguiente “accidentalmente” en un pub. Él estaría con sus amigos, sin contarles los planes y nosotros llegaríamos por separado.
Llegó el día; yo estaba más nerviosa que siempre. Me sentía radiante, aunque tenía un nudo en el estómago. Decidimos que vos ibas primero; yo me tomé un taxi para llegar un poco después. Había pasado toda la semana deseosa de que llegase el sábado. Me vestí con mi pollerita de cuero negra, medias con encaje; camisa de seda blanca con un buen escote y botas negras. No llevaba ropa interior... quería sentirme una puta, dispuesta a todo
Llegué al pub y te vi con un grupo de hombres jugando al pool, charlando y riendo. Me viste entrar pero no miraste demasiado; Leandro me sonrió y codeó a uno de sus amigos. Me senté en una mesa cerca, y pedí un gancia con limón. En unos minutos el juego había terminado y todos charlaban alrededor de su mesa. Yo miraba el reloj, como si estuviera esperando a alguien que nunca iba a llegar. Me levanté para ir al baño, y pasé justo por delante de ustedes… las miradas no se hicieron esperar. Por el tajo de mi pollera asomaba el portaligas; caminé despacio, moviendo mis caderas al tiempo que alguien me dedicó un silbido. Demoré unos minutos en el baño, pensando en lo que seguiría. Pinté mis labios de un rojo furioso y retoqué el maquillaje de mis ojos. Al volver me detuve en la barra, en puntas de pie me recliné sobre ella para pedirle al barman otro trago, conciente de que así dejaba ver mis muslos desnudos. Todos me siguieron con la mirada hasta sentarme de nuevo en mi mesa. Cuando el mozo trajo mi trago dijo que invitaba la mesa contigua, los miré e hice un gesto de agradecimiento con la cabeza. Descrucé las piernas haciendo que la minifalda se me suba aun mas, dejando a la vista de todos –por unos segundos- mi conchita íntegramente depilada, sentía todas las miradas clavadas en cada uno de mis movimientos… me gustaba ser el centro de atención. Volví a cruzarme de piernas y no tardó en acercarse DARIO un chico joven, de unos 25 años, delgado y rubio- después de presentarse y preguntarme si esperaba a alguien me dijo que a sus amigos les gustaría conocerme, invitándome a su mesa. Acepté. Un cosquilleo recorría todo mi cuerpo, mezcla de ansiedad y temor. Me incliné ante cada uno para darles un beso en la mejilla, dejando ver mis pechos a través de la camisa: CARLOS; era un hombre de unos 45, de contextura normal y con el pelo canoso. VICTOR; era un chico muy alto, de unos 30 años, de piel mulata oscura tirando a negro. Y por último Edu y Leandro. Conversamos un rato, de cualquier cosa. Ya había pasado una hora desde que llegué al pub, las luces habían bajado y sonaba música lenta cuando Carlos me invitó a bailar; nos levantamos y sin alejarnos mucho de la mesa rodeó mi cintura con sus brazos para llevarme contra su cuerpo. Mi corazón iba a mil, podía sentir a través de sus jeans como iba creciendo su pija y eso me excitaba muchísimo! Sus manos se deslizaron hasta mi cola y viendo que yo no objetaba nada, me susurró al oído “nos tenes a todos así”. Nos interrumpió Víctor que traía unos tragos en la mano, se los dió a Carlos y tomó la posta en el baile. Me preguntó cómo lo estaba pasando, dijo que todos estaban muy emocionados con mi presencia, que mi figura los había atrapado… y que querían conocerme más íntimamente. “Quién” pregunté yo. “TODOS” respondió. “Mmmmmm, cinco hombres para mi? Se me hace agua la boca” Volvimos a la mesa, y vi que Víctor les guiñaba un ojo, como diciendo “está todo bien”. La conversación ya estaba caliente cuando nos sumamos nosotros… hablaban de las mejores posiciones. “Y vos que decis?” todos me miraron. “Me gusta que me cojan perrito mientras chupo otra pija” les dije. Se hizo un segundo de silencio, seguido de risotadas. “Ah, si? Y te gustaría chupar cinco?”
-“Me vuelven loca, me encanta chuparlas, soy así de putita” dije mirándote mientras apoyaba mi mano en la entrepierna de Darío y Víctor que estaban sentados a mi lado.
“Bueno muchachos… vamos a otro lugar, esta nena quiere fiesta y le vamos a dar la mejor de su vida” dijo Leandro. Nos fuimos en nuestro auto. Leandro se sentó adelante, los otros tres atrás y yo encima de Carlos. Yo estaba muy excitada, hacía calor, y sentía mi ropa pegada al cuerpo, tenía los pezones duros, Víctor estiró una mano hacia mis piernas y empezó a acariciarme hasta acercarse a mi sexo, comprobando que estaba empapada; Darío –el más joven- no resistió tener mis pechos tan cerca de su cara, desabrochó mi camisa y rodeó con la punta de la lengua mis pezones, para después abrir su boca y comerme las tetas con una voracidad increíble, se zambullía entre mis pechos, lamiéndolos y besándolos una y otra vez, cosa que me enloqueció. Carlos veía todo el espectáculo pero tenía sus manos aprisionadas y no podía tocarme, yo a upa suyo sentía su pija durísima y más ganas me daban de chuparla. Vos mirabas por el espejo y cada tanto girabas la cabeza disfrutando con mi goce.
Llegamos a la casa de Leandro, acomodé un poco mi ropa y bajamos del auto como pudimos. Leandro preparó algo para tomar, mientras los demás nos acomodábamos en los sillones. Carlos y Darío siempre al lado mío, Víctor y vos en sillones individuales frente al nuestro. Te miré directo a los ojos -“qué pasa que estas tan callado” dije acercándome como gateando por el piso “quiero ver este paquete”, te bajé con dificultad el cierre del pantalón y salió tu pija, al palo, las venas gruesas, como más me gusta, recorrí la cabeza con la punta de la lengua y cuando estuvo bien mojada me la meti entera a la boca, estaba deliciosa! Segui lamiendo y saboreando tu pija mientras Víctor levantaba mi pollera –no hacía falta levantarla mucho más: en la posición que yo estaba quedaba casi todo la vista. Pasó su lengua por todos mis agujeritos, de arriba abajo, los demás se acercaron masajeando sus paquetes y esperando ansiosos su turno de disfrutar de mi boca y mi cuerpo entero. Uno a uno fui conociendo y chupando sus vergas bien duras, mientras ellos amasaban mis tetas. “cómo te gusta chupar! Me encanta! Que buena chupapijas que sos!” los oía decir…. Yo no respondía, estaba muy ocupada saboreando, y mojándome más y más con cada lamida.
Víctor decide que es hora de que esta putita le hiciera una buena chupada a él también: levantándose me agarra de los hombros haciéndome girar hasta que mi cara queda a la altura del bulto que hay bajo su pantalón. Desabrocho su jeans y asoma una pija negra y grande como nunca había visto, él se inclina y me dice al oído: “ahora me vas a chupar tan rico como yo lo hice con vos, y como sos tan golosa te va a encantar, porque seguro nunca viste una como ésta, y la vas a dejar bien mojada asi después te cojo la colita” Sus palabras me pusieron más cachonda aún, asi que me puse a trabajar con mi lengua, paseándola de arriba abajo desde los huevos hasta la punta de su pija… mmmm que sabrosa! Era cierto, nunca había tenido una así delante mío, se me hizo agua la boca y quise ver hasta dónde llegaba. De a poco fui metiendo toda su carne en mi boca, con movimientos suaves primero, envolviéndola con la lengua, mas fuerte después, hasta casi darme arcadas… pero era un placer tan intenso que no me importaba. Cada tanto te miraba, sabía que disfrutabas al verme asi, tan puta, entregada a todo lo que pudiera ocurrir, dispuesta a dar y recibir todo el placer de aquella noche fantástica.
Leandro se pone detrás mío y me mete toda su verga de un sola vez, los tres restantes se acomodan a mi alrededor meneando su pijas delante de mi cara y masajeándome las tetas. Yo les correspondo pajeándolos mientras Leandro me coje salvajemente haciendo que me atragante con la verga de Víctor. Cuando ve que está a punto de acabar me la saca y deja que me la meta Darío. Su pija entra y sale de mi cuerpo a un ritmo muy acelerado que me lleva al primer orgasmo de la noche, olvidándome de todas las demás vergas que ocupaban mis manos y mi boca. Las contracciones de mi conchita enloquecen a Darío que no puede contenerse y avisa que se va; de un salto me doy vuelta y empiezo a chupársela con fuerza hasta que un chorro caliente me inunda la boca, la leche rebalsaba por la comisura de mis labios, tragué todo y seguí chupando su pija hasta sacarle la última gota, mientras Víctor se tumba boca arriba en el suelo y me sienta encima suyo para poder cogerme bien al tiempo que Carlos y Leandro se ponen delante mío ofreciéndome sus vergas, yo chupo ansiosamente aún con restos de semen en mis labios.
Vos te pones detrás mío y ves cómo ese enorme pedazo de carne negra entra y sale de mi conchita sin ninguna dificultad. Te pido que me cojas vos también, quiero sentir dos pijas adentro! Por momentos siento que no cabe más placer en mi cuerpo, pero cuando acomodas la cabezita en mi agujero mas pequeño, me doy cuenta que el placer aumenta a cada instante…Con movimientos suaves vas entrando de a poco en mi colita, y tengo un orgasmo en el justo momento en que metes tu verga por completo, mientras sigo lamiendo y pajeando a Carlos y a Leandro, pero el instinto me hace soltarlos para disfrutar de haber llegado al cielo por segunda vez… les pido que no dejen de cogerme, que no dejen de manosear mis tetas, y vuelvo a besar, a chupar, a lamer esas dos pijas que tengo delante de mi cara. Darío que ya quedó fuera del show, toma un trago sin dejar de mirarnos ni un minuto.
Víctor y vos se mueven acompasados, el aire está caliente, hay olor a sexo… A mucho sexo… Ahora es Víctor el que avisa que esta por explotar, nos “desatamos” por un momento para que pueda salir de ahí abajo, quedan todos como en una ronda, conmigo en el medio, de rodillas. Agarro dos pijas y me las meto juntas a la boca, las saco, agarro las otras dos, las pongo punta con punta y paso la lengua de un extremo a otro, todas parecen a punto de estallar. Mmmmm rico…
Alguien sugiere que vayamos al sillón. Carlos se recuesta y yo encima suyo dándole la espalda preparo mi culito para meterme su pija; me siento de repente clavándomela entera; Vos pasas un dedo por mi sexo empapado, acaricias mi clítoris y después pones tu mano en mi boca dejándome saborear tus dedos, vos te acomodas para cogerme la conchita y ver mi cara de disfrute, “te gusta esto?” me decís… no puedo hablar, se entrecortan mis palabras, y solo se escabulle un “si… me encanta”, sacudida por tus embestidas coordinadas con Carlos. Víctor dice que no puede más, me pide que abra la boca y saque la lengua, quiere echarme toda su leche en la cara. Así, con la cara cubierta de sus jugos, me dedico a pasarle la lengua a su pija hasta dejarla limpita. Sólo quedamos 3, Alguien me alcanza un pañuelo para limpiarme la cara, mientras cambiamos las posiciones: Leandro su ubica abajo, me siento encima suyo de espaldas y vos arriba, él me penetra la concha por la que ya pasaron todos, y está más que lubricada, se queda quieto un momento y te hace señas “tu turno” dice. “Cómo estás?” me preguntas, te digo que MUY bien, MUY caliente. “Así me gusta; ahora vas a estar mejor” me aseguras, y metes tu pija junto con la de Leandro. Los dos empiezan a moverse, lentamente, me preguntan si estoy bien, yo asiento con la cabeza… se siente todo tan caliente, húmedo, y excitante que no puedo parar de gemir, no puedo creer que tengo dos pijas metidas en mi conchita! Carlos se para a mi lado después de un pequeño descanso, y amasa mis tetas, las besa, las devora, mientras yo lo pajeo. Leandro y vos aceleran el ritmo, la sensación es indescriptible, a esta altura Víctor y Darío que miraban la escena desde el sillón, estaban listos para entrar en acción de nuevo. Cuando los veo acercarse tengo mi tercer orgasmo de la noche. Es uno interminable, cada contracción me hace sentir aún más esas dos pijas que tengo adentro y siguen moviéndose. Irresistible! Veo que está llegando el final y ustedes me lo confirman… Carlos dice que no le queda mucho mas tiempo : quiere acabar en mi cola. Nos levantamos para darle lugar, me siento encima suyo y empiezo a cogérmelo con la colita. Tengo cuatro vergas bien duras y a punto de estallar frente a mi, recorro con mi lengua cada una de ellas, las saboreo, las disfruto, agarro una sola y la meto de golpe hasta el fondo de mi garganta, no queda nada afuera, la chupo con fuerza y la suelto, agarro otra, paso la punta de la lengua por su cabeza que está a full, mientras sigo tocando a los otros, como puedo, una pija en la boca, dos en las manos y Carlos que me sigue cogiendo… tantas pijas para mi sola! Me voy por cuarta vez al tiempo que Carlos inunda mi culo con su leche… suelto la pija que tengo en la boca para gritar tanto placer... Carlos me agarra las tetas para maniatarme y sentir como bombea su leche en mi interior, me abraza y después me hace a un lado. Salgo de encima de Carlos y me arrodillo, él se recuesta en el piso y empieza a lamer mi concha que todavía late. Leandro anuncia que va a acabar, yo excitadísima de estar en medio de una ronda con cuatro pijas y un tipo que me esta chupando a mas no poder. Las manos tocan todo mi cuerpo, Leandro frota su verga en mi cara y salta un chorro de leche, cae en mis ojos, en mi frente, en las mejillas, él sigue restregando su carne para llevar la mayor cantidad posible de leche a mi boca… no demoraron en hacer lo suyo Darío y vos, meti las cabezas de sus pijas, juntas, en mi boca y pasaba la lengua alternadamente…. Los volvió locos y el primer chorro se mezcló en mis labios… apuntaron después a mis tetas, yo quería terminar la noche bañada en semen, como una verdadera putita. Abrí la boca para mostrarles que tenia la boca llena de leche, la tragué y pasé la lengua por la comisura de mis labios para no dejar que escape nada Creí que era mi último orgasmo, ver acabar a tantos hombres por mí me ponía mas y mas cachonda y Carlos tenía una lengua maravillosamente juguetona!
Víctor Tuvo doble fortuna… ya había acabado antes en mi cara, y ahí estaba de nuevo: ese enorme pedazo de carne negra frente a mis labios. Y yo dedicada sólo a él. El ambiente estaba muy caliente y ya no le quedaba mucho tiempo mas. Recostado sobre el sillón y yo encima suyo frotando mis tetas en su cara, para bajar después a su pelvis…. Parando el culito para que vean como rebalsaba de leche. Puse su enorme verga entre mis tetas y empecé a moverlas hacia arriba y abajo, en círculos; cuando su pija asomaba entre mis tetas, la metía en mi boca saboreando cada centímetro. No pudo resistir los encantos de mi lengua y de mis tetas, en una perfecta combinación y avisó con un grito que se estaba viniendo. Llenó de leche mi pecho y mi cara… hasta el pelo. Yo masajeaba mis tetas empapadas en semen, porque me encanta enchastrarme… sentía correr los jugos por todo mi cuerpo, desde la cara hasta la panza… limpié suavemente la pija de Víctor como había limpiado cada una de las otras… hasta la última gota.
Fue una noche inolvidable… Espero repetirla pronto!