Mi primer encuentro con un gigolo- Cuarta parte

Vi como Alan se arrodillaba quedando su cara a la altura de mi conejito, me miro a los ojos y le dio un pequeño beso a mi monte Venus totalmente depilado, cerró los ojos y froto su cara contra mi conejito, con una mano hiso que separara más las piernas y abrió mis labios, de un solo lametazo recorrió toda mi intimidad haciendo que mi cuerpo temblara como gelatina

Lo primero es decir que este relato es cien por cien real, lo único que he cambiado son los nombres de algunas personas y los lugares de los sucesos como mi trabajo  o mi casa por privacidad

Hola está es la cuarta parte del relato encuentro con un gigoló, para entender este relato tendréis que leer los tres anteriores.

Una gran sensación de seguridad gobernaba mi cuerpo cuando abrí los ojos, por dios que ricura quien me había tapado estaba en el cielo, no me di cuenta de la realidad hasta que tope con el pedazo de cuerpo que me acompañaba en la cama, joder como coño me había quedado dormida teniendo a Alan allí, de la sorpresa me di la vuelta bruscamente intentando focalizar su cara en la oscuridad y hay estaba él, mirándome con esos enormes ojos verdes, notaba la boca pastosa cuando intente hablar  y la verdad es que me daba un poco de vergüenza,  no sé qué pinta tendría con el pelo enredado.

-Yo- Hola, lo siento me quede dormida.

-Alan-Tranquila, ha sido fascinante verte dormir, sabes que hablas y gimes mientras duermes? Hasta en un par de ocasiones me pellizcaste y tuve que separarte de mi pecho por que intentaste darme un par de mordiscos en el pezón eres una fiera hasta cuando duermes.

Yo no savia donde meterme, me estaba sonrojando por momentos así que la mejor opción que vi  fue escurrirme y tapar mi cara con las sabanas y musitar un lo siento,  Alan tardo unos segundos en reunirse conmigo hay debajo.

-Alan- La verdad es que ha sido muy gracioso, ¿tú nunca dejaras de sorprenderme?

-Yo- Se hace lo que se puede, por cierto que hora es, tengo reserva en un restaurante.

-Alan- Son cerca de las nueve te has pasado durmiendo como dos horas.

-Yo- Tengo reserva para las diez, es mejor que me levante ya y me dé una ducha no quiero llegar tarde.

Alan asintió y yo me levante mirando por primera vez el desastre que habíamos creado, la ropas de ambos esparcida por el piso, mis medias hecha añicos en la puerta de la habitación, recogí un poco por encima y cogí la ropa que me iba a poner, bajo la atenta supervisión de Alan.

-Alan- ¿Me dejas escoger la ropa interior que te vas a poner? (Lo mire a los ojos buscando una chispa de humor, pero no apareció)

-Yo-Mi ropa interior está en la cómoda a tú derecha.

Y dicho esto Alan se puso a rebuscar en el cajón mientras yo elegía lo que me iba a poner, un elegante vestido de tubo negro que dejaba bien marcadas todas mis curvas, con unas medias y unos tacones negros de unos doce centímetros. Que se iría a poner Alan, por dios solo pensarlo volví a notar humedad entre mis mulos, lo mire y me di cuenta que me observaba con aire tranquilo.

-Alan- Ya tengo la ropa que quiero que te pongas.

-Yo-Vale dámela me voy a la ducha.

-Alan- Espera que me ducho contigo. (Cuando dijo esas palabras todo mi cuerpo se echo a temblar  y hasta ese mismo momento no me había dado cuenta que estábamos totalmente desnudos y dando vueltas por mi cuarto con total naturalidad).

-Yo- Te quieres bañar conmigo ¿?

-Alan- Tú no quieres? Te aseguro que te gustara cariño (Un pequeño gemido de placer se escapo de mi boca ante la expectativa).

-Yo- jajajajajajajaja vale vamos.

-Alan- Oye bebe donde tienes los consoladores quiero probar algo nuevo.

Yo- Están el baúl a los pies de la cama.

-Alan-jajajajajajajaja madre mía necesitas todo un baúl para guardarlos?, ya savia yo que eras una fiera, ve al baño y espérame en la ducha.

Esta últimas palabras las dijo en un tono de autoridad y yo salí como una bala hacía el  baño y encendí el agua caliente, algo bueno que tiene mi casa es que el agua caliente nunca termina, creo que esa es una de las cosas por la que nunca me mudare, entre en  la ducha a esperarlo mientras las gotas de agua caliente caían por mi cuerpo y se fundían en mi piel, era tal la expectación que me gire  hacia la pare y mis manos empezaron acariciar con mucha tranquilidad las partes más sensibles de mi cuerpo, me frotaba los pezones recordando como Alan los había tocado y  lamido ,con la delicadeza que sus labios los rodearon y chuparon, tanta era la distracción que no note cuando Alan entro en el  baño, se metió en la ducha y me rodeo con sus brazos por la espalda y me susurraba.

-Alan- Tan necesita te tengo que no has podido esperar por mí.

Me gire para encontrarme con un Alan que radiaba felicidad y pasión desenfrenada, era tan extraordinariamente bello con las gotas de agua acariciando todo su musculoso cuerpo, que sentí como mi estomago daba brincos al contemplarlo, en la mano tenía un pequeño consolador rosado que había capturado del baúl, sus feroces ojos verdes estaban clavados en mi sexo.

-Alan- Te puedo devorarte ¿?. (Yo roja como un tomate asentí).

Vi  como Alan se arrodillaba quedando su cara a la altura de mi conejito, me miro a los ojos y le dio un pequeño beso a mi monte Venus totalmente depilado, cerró los ojos y froto su cara contra mi conejito, con una mano hiso que separara más las piernas  y abrió mis labios, de un solo lametazo recorrió toda mi intimidad haciendo que mi cuerpo temblara como gelatina y hay empezó el vaivén de su lengua juguetona que devoraba cada parte de mi ser, sentía que mi cuerpo ardía más que el agua que se derramaba por mi espalda, su nariz se frotaba contra mi clítoris volviéndome loca y como la vez anterior sus dientes capturaron mi botoncito haciéndome estallas de placer, pero él no quiso que la cosa acabara pego su boca a mi sexo para absorber hasta la última gota que yo le regalaba y con un movimiento brusco me hiso ponerme de espaldas a él, apoyando mis manos contra el frío azulejo de la pare, con bastante fuerza separado mis nalgas.

-Alan- Quiero que me mires mientras lo hago, esto es lo que querías.

Gire la cabeza y contemple a Alan, con sus manos en mis nalgas manteniéndolas separadas y su mirada fija entre ellas, su polla estaba totalmente empalmada  y daba pequeñas sacudidas, sentí como su lengua recorrida la entra, era un placer tan distingo pero me encantaba, en pocos minutos me encontraba sumida en el orgasmo más fuerte de mi vida, cuando mis piernas estuvieron a punto de fallar Alan se levanto y me sujeto contra la mampara dejado todo el largo de su polla entre mis piernas, la cogió con una mano y acaricio todas la entradas de mis agujeritos con ella, mientras que con la otra mano agarraba con mucha fuerza una de mis tetas, de mi boca se escapaban fuertes gemidos de placer, se posiciono en la entrada de mi conejito y muy despacio metió la punta.

-Alan- Estas preparada ¿?

-Yo- Siiii por favor  hazlo ya.

Y con una sola estocada me lleno por completo, ahogue un grito de dolor y unas lagrimas se deslizaron por mi mejilla, sentía como latía su corazón atreves de toda su dureza, me dolía y ardía parecía que me iba a partir en dos.

-Alan- Relájate y espera a que tú cuerpo se acostumbre a mi tamaño, lo tenias mucho más estrecho de lo que yo pensaba.

Me besaba desde la oreja hasta el hombro y vuelta a subir, las caricias en mis pechos se habían vuelto más tiernas y pausadas, poco a poco empezó a remitir el dolor y cuando note que estaba preparada moví un poco el culo, Alan rápidamente pillo la indirecta y con mucha suavidad la saco un poco y la volvió a meter, todavía me ardía pero era mucho mayor el placer que sentía, nunca en mi vida que había sentido tan llena ni a gusto con un hombre, en poco tiempo lo que había sido un movimiento suave empezó a convertirse en un huracán, me agarre como pude a la mampara para aguantar sus envistes y separe un poco más las piernas para que tuviera un fácil acceso, dios me estaba taladrando literalmente, yo no podía parar de gemir, cuando me vino el primer orgasmo grite su nombre y el acelero un como más la locomotora, después del primero el restos de orgasmos no pararon de venir llego un momento que creo que perdí la conciencia me sentía flotar fuera de mi cuerpo, creo que no me caí y me partí la crisma porque Alan me tenia agarrada por las caderas tan fuerte que seguramente al día siguiente me saldrían moratones, cuando no aguante más se lo dije.

-Yo- Alan por favor no puedo más, me matas mi amor.

-Alan- Aguanta solo un poco más.

Y diciendo esto doblo el ritmo, yo no me aguantaba en pie y él lo noto,  la saco y me dio la vuelta, sus labios se encontraron con los míos y me devoro literalmente, me agarro con fuerzas las nalgas y me levanto en el aire volviéndome a empalar en él, nuestros gemidos se mesclaban al igual que nuestras salivas.

-Alan- Me corro cielo me corro, lo quieres dentro ¿? (yo no podía pronunciar palabra así que me agarre más fuerte a su espalda para que no se pudiera alejarse de mi)

La última clavada fue la más fuerte, hundiéndose en mí hasta que note el chocar de sus huevos.

No recuerdo cuanto tiempo nos quedamos abrasados en esa posición, Alan me apretaba tan fuerte contra él que sentía que mis huesos se desintegrarían, nos duchamos y nos empezamos a preparar, la ropa interior que había elegido Alan para mi consistía en un tanga negro con una mariposa  y un sencillo sujetador negro, su ropa al igual que la mía predominaba el negro, unos pantalones negros muy bonitos, con una camisa blanca de interior y un suéter de rayas negro y azul marino de Lacoste, estaba para comérselo parecía tan sofisticado y sexi a la vez, que si no fuera por la reserva a la que ya llegaba tarde lo hubiera metido en la cama otra vez.

Cuando llegamos al restaurante hubiera querido tener una cámara de fotos para inmortalizar la cara de Alan cuando lo vio, él sitio es una maravilla, había luchado todo un infierno para conseguir reversa un sábado por la noche, el restaurante es totalmente de cristal y con una enorme terraza, está diseñado así por las vistas, situado en la cima de una montaña se puede ver las dos ciudades de la isla con el mar de fondo por cada lado.

-Alan- Dios mío es precioso.

-Yo- Si que lo es (En ese momento yo no miraba al restaurante ni a las vistas, lo miraba a él).

Aquí acaba esta parte del relato, al igual que en el anterior lo retomare desde el punto final para que no se quede ningún detalle en el aire, esta parte a sido la más caliente de las que he narrado hasta ahora y la verdad que me doy cuenta de detalles que en ese momento pase por alto o no quise ver.

Espero que os guste, aunque me cuesta mucho plasmar lo que de verdad quiero expresar, nunca podre definiros el verdadero brillo de sus miradas o lo amada que me sentí hasta en los momentos que se portaba con tanta violencia, pero que puedo decir contra más brutal se comportaba más me gustaba. Tengo que crearme un MSN para la gente que quiera ponerse en contacto conmigo, estaré dispuesta a contestar preguntas o cualquier duda.

Un beso y un abraso