Mi primer encuentro con Mercedes

Esta experiencia me toco vivirla cuando yo me fui a vivir solo y con mi primer sueldo decidí ir a comprarme un jean en un barrio comercial de la capital. Llegue casi sobre el cierre del mediodía y la chica que me atendió cerro la puerta de entrada argumentado que luego se debía retirar a almorzar.

Mi primer encuentro con Mercedes

Esta experiencia me toco vivirla cuando yo me fui a vivir solo y con mi primer sueldo decidí ir a comprarme un jean en un barrio comercial de la capital.

Llegue casi sobre el cierre del mediodía y la chica que me atendió cerro la puerta de entrada argumentado que luego se debía retirar a almorzar.

Me fue mostrando los distintos modelos de pantalones y me lleve dos o tres al probador que se encontraba hacia el fondo del negocio.

Ella se mostraba muy amable y opinaba sobre cual me quedaba mejor y que al tener una cola redonda lo llenaba muy bien en su parte trasera.

Note como algo extraño en su figura y sus manos me parecían un poco grandes para ser de mujer, pero en general todo su aspecto era muy femenino.

Yo me estaba quitando el pantalón cuando corrió la cortina del probador y al verme agachado con mi cola hacia volvió a elogiar mi trasero, lo que me hizo un tanto

orgulloso por un lado pero a su vez también nervioso a la vez.

Si bien yo había tenido unas experiencias sexuales con mi amigo Enrique y el profesor de matemáticas, era muy discreto en mi proceder.

Ella se puso a acomodar los pantalones mientras yo me decidía con cual me quedaba y escuchando su apreciación elegí uno que me quedaba justo a mi talle.

Luego de acomodar las prendas se me acerco y me acaricio la cola elogiándola nuevamente. Me sorprendí ante su actitud y me dijo no soy una dama en su totalidad y me sonrió y se agarro por encima de su ropa el bulto que le crecía debajo a la altura de sus ingles. Soy travestí y me hiciste calentar con ese hermoso culo que tenes agrego, y sin ningún pudor se levanto la pollera y extrajo por el costado de su tanga una soberbia verga que se veía a simple vista que era de temer.

Yo entre mi sorpresa por lo que observaba y la tacita invitación que me hacia Mecha (Mercedes) a que chupara su pija, que crecía a medida que más la sobaba. Ella se sentó en el escritorio al lado del probador y avance hacia ella tome su poronga por el tronco de la base y me arrodille sobre la alfombra yo había quedado tan solo en slip de la cintura para abajo. La bese en la cabeza morada y le pase la lengua por debajo acariciando el frenillo y ella lanzo su primer suspiro. A continuación la absorbí entre mis labios y comencé a degustar su rica verga.

Mecha me alentaba diciendo mamala bebe, mamala chiquito así te doy toda mi leche.

Yo la observaba como gemía a medida que mis labios aprisionaban el grueso tronco y también me preocupaba por otra parte el cómo me entraría semejante tranca en el culo.

Así mi amor que puto que sos bebe, me decía Mecha cada vez más ansiosa y excitada a la vez.

Mi esmero y dedicación puesta en la tarea muy pronto se vio recompensada su gruesa pija apenas cabía hasta la mitad en mi boca y ella se fue poniendo mas tensa y rígida anunciando el momento de su culminación.

Me tomo con fuerza de mi cuello acercándome mas hasta hacerme casi atragantar con su pedazo, al momento que empezaba a escupir sus espesos chorros de leche tibia que fui tragando lo mas pausado que pude para no ahogarme porque fue abundante la cantidad de leche que lanzo y que pude tragar absolutamente toda sin desperdiciar nada y absorber hasta la ultima gota que le salio.

Luego de un descanso ella me invito a quitarnos toda la ropa para estar más cómodos y de su figura femenina me llamaba la atención su pedazo colgante entre sus piernas que se bamboleaba de un lado al otro.

Besos y caricias muy pronto hicieron reanudar nuestra calentura sus chupones me enardecían y me hacían que le manoseara su poronga hasta ponerla bien dura como un garrote.

Mientras yo me entretenía chupando sus dos lindas tetas con pezones endurecidos Mecha no dejaba de acariciar mis nalgas y hurgaba con su dedo índice mi apretado ojete tratando de entreabrirlo.

Luego nos fuimos acomodando sobre la alfombra del local y quede en cuatro patas y ella detrás de mí besando y lamiendo mi culo a mas no poder cosa que me hizo enloquecer de placer y de ganas de sentir su tremenda tranca.

Dos dedos y luego tres hicieron su trabajo de ablande previo y suspire entre temeroso y ansioso a la vez cuando Mecha se ubicó entre mis piernas y apoyo la cabeza de su gruesa verga en mi agujero.

Respire hondo ante sus primeros empujes hasta que logro posicionarse con apenas la punta dentro del orificio y enseguida presiono mas para poner toda la cabeza haciéndome saltar las lagrimas, ella se detuvo ante mí corcoveo por escapar, dejando que me acostumbre a su tamaño.

Ella me acariciaba tratando de calmarme y me prodigaba besos y lamidas en mis orejas, cuello y hombros logrando que me relajara y entregara por completo a su penetración, que fue lenta y constante sin retroceso alguno hasta tener insertado dentro de mi hoyo su inmensa pija.

Al sentir sus huevos rozar mis nalgas note que mi agujero se había expandido como nunca antes y se ceñía alrededor del grueso tronco que albergaba, y fui yo quien comenzó con los movimientos de avance y retroceso de mi culo, mientras Mecha con las manos apoyadas en sus caderas observaba como me tragaba su poronga. Esto lo pude comprobar al girar mi rostro y ver en el espejo del probador nuestras imágenes, como si fuese una película de pornografía.

A medida que fue incrementándose el ritmo de la culeada Mecha comenzó a empujar su grueso pedazo que ahora ya se deslizaba con total facilidad, me la sacaba hasta la punta y me la volvía a enterrar con fiereza y luego proseguía con movimientos circulares distendiendo aun más las paredes internas de mi ojete.

Fueron largos minutos de traqueteo hasta que me pidió cambiar de posición y rápidamente me la saco y me hizo colocar de espaldas sobre la alfombra y coloco mis pies sobre sus hombros y así con culo totalmente expuesto me volvió a ensartar. Al estar frente a frente nos prodigamos besos y chupones de lengua.

Con mis manos le acariciaba sus huevos cada vez que chocaban en mis nalgas y Mecha aumentaba sus movimientos y me pregunto si quería beber su leche. Acepte su proposición y ella se posicionó sobre mi pecho dejando al alcance de mi boca su verga totalmente inflamada y pronta a escupir su carga.

Su mano derecha dirigió con precisión los chorros que expulso y que fueron dentro de mi boca impregnando mi lengua y paladar con la espesa crema que deguste con alegría antes de tragar su eyaculación y sorber directamente de la cabeza su ultima gota de leche.

Como aun yo no había terminado ella se puso a chuparme la pija con ansiedad y entusiasmo a la vez que sostenía mis huevos dándole pellizcos con sus largas uñas, hasta que en medio de gemidos acabe en su boca y ella sorbió todo el liquido que saco de mi verga, hasta que la dejo limpia y blanda sobre mi pelvis.

Luego de unos minutos de reposo nos dirigimos al baño a darnos una ducha y allí entre besos y caricias nos confesamos lo bien que lo habíamos pasado y me invitó a su casa para estar solos y tranquilos y que yo le gustaba mucho y me quería seguir gozando y como a mi me gusto mucho su poronga enseguida nos pusimos de acuerdo para encontrarnos ese próximo fin de semana.