Mi primer encuentro

Llevaba todo el día trabajando y aun así mi traje estaba impecable, no había mucho trabajo esos días de Febrero.

Llevaba todo el día trabajando y aun así mi traje estaba impecable, no había mucho trabajo esos días de Febrero.

Estaba deseando llegar a casa, había enviado por correo mis llaves a mi nueva sumisa y me esperaba como le había pedido, por fin llegaba el momento después de meses.

Había podido usarla y prepararla muchas veces por escrito, cam  y teléfono. Era de mi misma ciudad y mi primer castigo había sido no poder tocarme en meses.

Recuerdo el día que pudimos vernos estaba debajo de su casa, la hice asomar a su ventana con las pinzas puestas en sus hermosos pezones y limpiar su gran ventanal con sus pechos y sus pezones duros mirándome a través de él. Solo yo sabia que el dildo rojo nuevo llevaba en su interior 1 hora sin que pudiera tocarlo mientras limpiaba el ventanal, sus suspiros eran grandes mientras nos mirábamos en la distancia de esos 2 pisos de altura.

Cogí el coche y me dirigí a mi domicilio con una sorpresa en una maleta que ella no sabia.

Toque el timbre sabiendo como me esperaba, con su tanga rojo que tantas veces había visto por cam,  de rodillas y con la cabeza agachada. Abrí la puerta y la vi, su collar asomaba por su nuca y la correa reposaba a su lado esperándome. Sin mediar palabra cerré la puerta, con mi maleta en la mano y en la otra la correa, la pasee hasta el baño.

Levante su cabeza y la deje de rodillas para que pudiera ver como quitaba mi traje y me duchaba ante sus ojos. Estos brillaban cada vez mas, mi jabón resbalaba  por todo mi cuerpo y ella se relamía como la buena perra que es. Mientras seguía duchándome la mande ir a recoger el didldo nuevo de 30 cm que le había mandado comprar.

Ella lo trajo en la boca como le había ordenado  y su saliva empezaba a caer por los lados babeando ante su imponente amo. Salí de la ducha delante de ella, con mi mano empuje el dildo los 5 cm que le faltaban para entrar completamente en su boca. Me secaba mirándola y con mi polla rozaba su cara ella movía su culo  y poniéndome detrás la azote para que estuviera quieta con contundencia.

El dildo volvió a salir de su boca 5 cm y le chille indicando que fuera la ultima vez,  me vestí y la pasee hasta el salón, me senté y le ordene ponerse de espaldas para poder ver mejor  su atractivo culo y coño.

Le hice abrir sus nalgas apoyar su cabeza en el suelo, la visión era perfecta, su coño estaba muy mojado y su ano quedaba un poco abierto, escupí en el y volví a sentarme para ver como mi saliva caía.

Me quite los pantalones y el bóxer, con mi polla bien erecta después de tanto tiempo esperando ese momento.

Saque el dildo de su boca y agarrando su pelo dejaba mi polla a 3 cm de ella.

Ella intentaba tocarla con su boca pero yo no la dejaba, mientras con el dildo golpeaba fuertemente sus nalgas. Lo acerque a su ano y puse su punta apoyado en el, ella no podía evitar querer acercarse a mi polla cada vez movía mas la cabeza, acerque el dildo a su coño y lo metí entero de golpe,  arañando un grito de dolor y placer. En ese instante metí mi polla en su boca y moví las caderas fuertemente hasta que mis huevos chocaron en su barbilla, con el dildo entrando y saliendo.

Ella empezaba a contraerse con diversos orgasmos, deseando que decidiera darle mi leche. Yo estaba a punto de correrme  y saque la polla de su boca, hice que la cerrara,  saque el dildo de su coño y lo metí en su culo sin moverlo.

  • Así vas a empezar ya después de tanto tiempo a sentir la leche de tu Sr.-

-Si mi Señor.- Respondió ella  con gestos de su cabeza por el dolor de su ano.

Me corrí en su cara y la gran cantidad de semen la llenaba  por completo, cayendo un poco en el suelo y en mi pie derecho.

  • lámelo perra.-  y ella deseosa y sin pensárselo mucho lamio mi pie y el suelo recogiéndolo.

En mis pensamientos solo veía el gran fin de semana que nos esperaba. Mi maleta seguía allí sin abrir y pensaba entregarle luego su sorpresa.