Mi primer día en la mansión de las chicas malas 2

Por fin llega mi "entrevista" y descubro de primera mano como se las gastas estas diosas

La espera se hizo eterna, desde nuestra jaula podría escuchar gritos pero sobretodo risas muchas risas, estaba claro que había más de una de esas espectaculares diosas y que por supuesto se lo estaban pasando muy bien.

Al cabo de unos 30 minutos, apareció de nuevo la princesa Carmela con Steve, seguía a 4 patas pero esta vez estaba totalmente desnudo llevaba un collar enganchado a una correa que Carmela llevaba de la mano caminando delante suya y tenía varias marcas por el cuerpo, especialmente el culo lo tenía totalmente destrozado.

Sin decir nada abrió la jaula y le indicó a James con la fusta que saliera para fuera y metió dentro a Steve desenganchando antes la correa.

-          A ver qué tal el segundo, el primero no creo que pase el corte, es un llorica- dijo con sorna mientras miraba a Steve.

Repitió movimiento, entró caminando  en la puerta que daba a la habitación continua mientras Kevin le seguía a 4 patas. Cuando cerró la puerta, no pude contenerme, la curiosidad me estaba matando y aunque hacía todo el esfuerzo posible para en una jaula tan pequeña no pegarme al cuerpo desnudo de mi compañero, decidí preguntarle qué había vivido allí dentro.

-          Ho..Hola, ¿qué tal? ¿Cómo ha ido? ¿Qué te han preguntado?

-          Pues…-

No dio tiempo a que dijera nada más, se abrió la puerta de repente con la princesa Carmela echa una furia con fusta en mano. Parece que lo estaba esperando.

-          He dicho que silencio absoluto!- Se acercó a la jaula y empezó a pegar fustazos contra los barrotes por lo que nos tuvimos que pegar mucho los dos en medio huyendo de los golpes.

-          Por vuestro bien, no volváis a interrumpir la entrevista- Se acercó a la jaula y mirándonos desde arriba con todo su poder nos escupió y se volvió hacia la otra habitación.

No me atreví a volver a abrir la boca en los siguientes 40 minutos que es lo que tardaría en salir de nuevo Carmela con mí otro compañero. Éste salía llorando, ¿qué le habrían hecho para que se hubiese desplomado así?

-          Veamos el tercero si nos vale porque este otro inútil que se quiere ir con su mamá jajaja- abrió la jaula y me hizo salir, mientras encerró al otro cerdito quedando los dos desnudos en la jaula.

-          No os preocupéis luego haremos un juego todos juntos para acabar el casting, jajaja, venga sígueme a ver de qué nos sirves tú- seguí a Carmela a 4 patas temblando por miedo pero sobretodo por excitación hasta la siguiente habitación.

Se cerró la puerta a mi espalda, levanté la vista y pude ver una habitación muy grande.  Había un espejo en una de las paredes y al otro lado había varias cámaras más una móvil. Había una cama muy grande muy lujosa en ella estaban sentadas dos mujeres impresionantes que por supuesto conocía de sus videos eran la Princesa Beverly y la Princesa Bella.

La Princesa Bella llevaba una blusa negra y una falda blanca muy ceñida, a parte unos zapatos de tacón muy monos. Bella era morena con el pelo largo y fino y sobretodo tenía una sonrisa que enamoraba, lo cual era un arma de doble filo porque nunca te imaginas que una chica que parece tan dulce luego pueda ser tan malvada.

Beberly era muy alta, la más alta de las 3, estaría cerca del metro ochenta, tenía unas piernas de infarto por las que un cerdito como yo moriría, a ser posible si se puede entre ellas. Era castaña con el pelo largo muy guapa, siempre me había dado imagen de niña guapa y rica y así era, tenía esa pinta de niña bien consentida que estaba acostumbrada a que todos hicieran lo que ella quisiera y yo sin duda sería uno de esos. Llevaba un traje de noche rojo muy elegante, ninguna de las dos podía competir con los pechos de Carmela pero tenían una figura más elegante, más de modelo que les hacía por lo menos igual de deseables.

Carmela me ordenó desnudarme y lo hice a 4 patas como pude, otro esclavo desnudo se acercó para darle un collar a Carmela para que me lo pudiera colocar y después recargó las bebidas de todas las damas. Debía ser un esclavo personal pensé.

Una vez desnudo, Carmela me colocó el collar al cuello, enganchó la correa a él y se subió a mi espalda  ordenándome que caminara a 4 patas llevándole hasta donde estaban las otras princesas para empezar la entrevista.

Mi excitación había crecido al sentir el cuerpo de Carmela sobre el mío y esa vista desde abajo, donde podía ver a esas dos diosas sentadas con las piernas cruzadas encima de la cama, superaba todas mis fantasías.

Bella llevaba una tablilla con un formulario y empezó con el cuestionario.

Primero me empezaron preguntando cosas generales, de donde era, en que trabajaba, si conducía y que coche tenía, cuanto cobraba, sí tenía pareja, sí sabía limpiar… Las respuestas les agradaron bastante,  durante la entrevista iban haciendo comentarios despectivos sobre mí y algún golpe de Carmela, que estuvo montada encima de mí durante toda la entrevista, me fui llevando pero lo bueno estaba por llegar.

Bella- Bueno, vayamos con lo que más nos gusta, aquí pone límites prácticamente ninguno, es así?-  me dijo con una sonrisa picara

-Bu..Bueno… yo-

  • ¡Contesta inútil!- Me dijo Carmela mientras me daba una bofetada desde arriba

-ay… Perdón, perdón, lo que quería decir es que claro hay muchas cosas que no he probado entonces no sé…

-Bueno pero las probarías por nosotras ¿no? Cerdito bonito - me dijo Beverly con una voz muy melosa

Cla..claro- dije con voz de bobalicón, las 3 se rieron.

-          Muy bien pues a que esperamos chicas- Carmela se levantó de mi espalda y fue al sofá de al lado donde habían varias fustas y látigos. Le dio un latigo a Bella y otro a Beverly que se levantaron de la cama y se quedo ella con una fusta.

-          Besa mis zapatos esclavo!- me indicó Beverly señalándome los zapatos con el látigo

Me acerqué a 4 patas llegué a darle el primer beso en sus zapatos, cuando empecé a recibir golpes en la espalda y en el culo que me dificultaban mi labor. Lo cual enfadaba a Beverly

-          Que te he dicho que lamas mis zapatos cerdo!- me cogió del pelo para acercarme a sus pies y mientras seguía recibiendo azotes y latigazos sin piedad

-          Ayy ayy es que no me dejan- dije retorciéndome de dolor

-          ¿¿Nos echas la culpa a nosotras?? ¡Cómo te atreves cerdo!- Dijo Bella furiosa y subieron la velocidad de los golpes que me estaban propinando

-          - ayy perdón perdón- dije yo con alguna lágrima en los ojos, sabían azotar y parece que dejarme todas las marcas posibles era su objetivo.

-          Date la vuelta, vamos!- como pude me puse boca arriba, a veces por instinto mis manos intentaban parar alguno de los golpes, lo cual las enfurecía más.

Beverly empezó a poner sus suelas y su divino tacón de aguja en mi boca para que fuera lamiendo, Bella se había subido sobre mi pecho y estomago y estaba haciendo una especie de baile mientras se reía, no pesaba mucho pero el tacón de aguja era una tortura a cada saltito que daba. Por su parte Carmela había ordenado a uno de sus esclavos que le rellenara la bebida y le trajera algo más.

Le pegó un par de palmadas a mi pene y me apretó los huevos con las uñas, era increíble pero pese a la paliza mi pene tenía cierta erección. Noté como me empezó a colocar algo en los testículos. Lo notaba muy abajo para ser un cinturón de castidad pero no podía mirar, bastante ocupado estaba con el tacón de Beverly y el bailecito de Bella sobre mi dolorido cuerpo.

Bella se sentó en mi pecho, y me escupió a la cara restregándomelo con su mano por toda la cara. Beverly que aún no había hecho uso de su látigo no quiso perder oportunidad y me dio un par de golpes en el costado. Después se fue hacia el sofá donde Carmela ya se había sentado y a continuación Bella me llevaría allí a patadas.

Fui como pude arrastrándome soportando las patadas que me iba dando Bella mientras las otras dos se morían de la risa. Al llegar Bella también se sentó en el sofá y pude ver que Carmela llevaba un pequeño mando a distancia en la mano.

-          No lo estás haciendo mal cerdito, pero has de agradecernos que nos tomemos este tiempo en evaluarte, quiero que nos lo agradezcas – me dijo Carmela tiernamente, parece que también tiene un lado dulce.

Me acerqué como buen esclavo a besar uno por  uno los pies de las 3 diosas, y después de hacerlo le daba las gracias a cada una. Al acabar me quedé a 4 patas contemplando a esas 3 modelos con sonrisa maliciosa

Carmela me devolvió a la realidad enseñándome el pequeño mando a distancia.

-¿Sabes lo que es esto pequeño?-

  • No princesa Carmela…

  • Jajaja, ya no te acuerdas de lo que te he puesto en tus bolitas? Ese pequeño cinturón que llevas atado es un ballshocker y si pulso este botón (lo pulsó) recibes una descarga

-ayyyy- (me pilló por sorpresa pero tampoco había sido muy doloroso)

-y con esta rueda ajustamos la intensidad de la descarga- dijo Beverly subiéndola un poco hacia la derecha y pulsando el botón a continuación.

-ahhhhh- esto había sido otra cosa y no sabía cuánto más lo podían subir.

Las 3 no paraban de reírse, se iban pasando el mando de una a otra yse reían de cómo me retorcía de dolor y de cómo les suplicaba que por favor parasen. Estuvieron así durante 5 minutos, Bella estaba a punto de llorar de la risa. EL dolor era insoportable, empecé a temer por si podría volver a eyacular después de esto.

-          Jajaja ayy jajaja bueno cerdito ahora mismo vas en cabeza si la prueba grupal la haces bien, podríamos aceptarte en nuestra pocilga jajaja- dijo Beverly con una sonrisa.

Carmela se levantó y vino hacia mí, el mando se lo había quedado Bella.

-          Vamos cerdo, vamos a buscar a los otros para el juego final- me dijo mientras se volvía subir a mi espalda.

Llevaba a Carmela hacia la puerta, cuando Bella volvió a pulsar el botón a la máxima potencia, pegué un alarido tremendo pero lo peor que fue que del dolor me retorcí y tiré a Carmela al suelo.

Bella y Beverly no podían parar de reírse en el sofá.

-          Jaja sois unas cabronas- les dijo Carmela con una sonrisa desde el suelo, afortunadamente no se había hecho daño.

-          En cuanto a ti, vas a pagar por esto-

-          Pe..pero ha sido sin querer… perdón princesa Carmela perdón…

Dio igual mis disculpas, cogió su látigo y se desahogó a base de bien con mi cuerpo ya dolorido, dejándome nuevas marcas mientras yo suplicaba en el suelo.

Después de eso se volvió a subir encima de mí y me indicó que fuera a abrir la puerta.

-          Y vosotras dos coger las cosas y veniros para que les expliquemos el juego a todos y no me seas mala Bella que te conozco-

Se levantaron, cogieron algo y vinieron con nosotros mientras continuaban riéndose, ¿Qué clase de prueba faltará? ¿Podré resistir los juegos sádicos de estas 3 diosas?

Continuará…

(Tanto el capítulo 1 como este y el siguiente están basados en la experiencia real que tuve con las chicas de esta página web)