Mi primer cuento

De que manera una mujer busca saldar su cuenta sexual con el pasado buscando al hombre con el que quiso hacerlo.

Hace unos años, conocí un hombre que aunque no era del tipo que a mi me agrada, no me era del todo indiferente, y al parecer yo tampoco, pues en uno de los momentos en los que compartimos me manifestó su deseo de acostarse conmigo pero en el momento no accedí y ahora me he pregunto por qué.

Ahora estoy casada con un hombre insuperable en la cama, sin embargo en mi cabeza aun rondaba la curiosidad de estar con ese otro hombre, con mi pareja en nuestros apasionados y deliciosos encuentros sexuales expresamos nuestro deseo de acostarnos con otras personas y a partir de ese momento fantaseábamos con esos encuentros que la verdad no estaban tan lejanos y a mi parecer no fue una experiencia desagradable pues disfruté estar con otro hombre. En uno de esos momentos le expresé a mi esposo el deseo que tenía de saldar mi deuda sexual con el pasado, estar con ese hombre que ahora debería estar mucho mejor que cuando yo lo conocí y el quiso hacerme suya.

Inexplicablemente un día tomé el teléfono y al escuchar su voz al otro lado de la línea, vacile en hacerle la propuesta que tenia en mi mente, pero al mismo tiempo sentí un calor y una sensación de cosquilleo que invadieron mi cuerpo, los cuales me tenían de por si muy excitada, pero a pesar de todo logre controlarme. Lo cierto fue que el hecho de hablar con el y contarle la fantasía que me perseguía desde los instantes en que estaba apasionadamente entregada a mi esposo y me transportaba a otro lugar y con el objeto de mi deseo, me había puesto muy caliente, no dejaba de pensar como iba a concretar un encuentro que ya me hacia delirar y pensar en mi esposo para calmar ese deseo incontrolable que a esa altura de la conversación me tenia húmeda. Eso fue lo que hice después, tuve una noche de deliciosas cogidas con ese hombre que me acompaña y que solo se puede describir como un verdadero toro bajo las sábanas.

Al fin, quedamos de encontrarnos tres días más tarde con la intención de conversar un rato y pasarla bien. Cuando llego ese día el nerviosismo y la ansiedad se apoderaron de mi, no podía creer que estuviera esperando a otro hombre para acostarme con él y saber que yo era quien había hecho la propuesta para tal encuentro, esta situación me asustaba y me excitaba aun mas, poco a poco me tranquilice pero la humedad no se detenía. Para esta ocasión buscamos con mi esposo algo que fuera sensual, pero al mismo tiempo que conservara mi deseo de mostrarme pura y virginal, elegimos un conjunto blanco unas medias del mismo tono, esto acompañado de una minifalda que dejaba muy poco de mis piernas a la imaginación y una blusa con un profundo escote.

Habíamos acordado encontrarnos en un sitio poco concurrido, con poca luz. Fue tanta mi ansiedad que llegue media hora antes de la cita, mientras tanto me tome un café para calmarme, y por fin ¡llego!. Al verlo tuve la pretensión correr a sus brazos y en ese mismo instante terminar con la tentación que me carcomía hasta lo mas profundo de mi coñito. Nos saludamos después de comentar lo usual, nos dirigimos a un sitio mas intimo, lo primero que observe cuando entramos fue el cuadro de una mujer desnuda y el mismo tiempo me sentí asaltada por la espalda, me abrazo muy fuerte y me dijo que estaba muy buena para lo que íbamos a hacer.

Mauricio sirvió unos tragos y nos pusimos a tomar y conversar de lo que estábamos a punto de hacer. Yo le pregunte el porque de su respuesta positiva si el tenia novia a lo cual el respondió que yo le atraía y desde aquel día no había dejado de pensar en mi. Sin perder mas tiempo llegaron las caricias, empezó tocando mi espalda con movimientos suaves, cuando me comenzó a pasar sus uñas me ponia en un estado de excitación tremendo. El se fue al baño y yo me puse cómoda en la cama y me acosté boca abajo, el llego y se volvió a acostar y me empezó a coger nuevamente la espalda, me pasaba las manos por debajo de la blusa, me acariciaba. Yo mientras estaba mirando el cuadro de la pared y de un momento a otro me jalo y me empezó a besar en la boca, me dieron unas cosquillas en el estomago, sentía algo distinto a lo que siento con mi esposo, porque la forma de besar era muy apasionada pero al mismo tiempo inocente. Mientras me besaba, no dejo de tocarme con sus manos, de un momento a otro sus manos se deslizaron y me empezó a meter la mano por debajo de la falda, me acaricio y sintió mi humedad, me dijo: ¡Como esta de mojada. Que rico!. Inesperadamente llevo sus manos y su boca a mi pecho, me besaba en medio del escote. Me volteo boca arriba, me levanto un poco la blusa y el brasier, empezó a besar mi seno derecho, me cogía como si se los quisiera comer, yo mientras tanto le decía que siguiera que no parara que estaba muy rico, lo apretaba del cuello y ahogaba mis gritos para que no se me notara lo caliente que me traía. Luego me sentó y el me quiso quitar la blusa a lo cual yo replique que me la quitaba. Y empecé a quitármela muy despacio con cierto toque de sensualidad, el me decía que mas rápido, pero yo le contestaba que no. Una vez fuera la blusa continuo besándome y yo mientras tanto me comenzaba a retorcer producto del estremecimiento al que me veía sometida.

Me pare y comencé a quitarme la falda moviendo mis caderas y tocando todo mi cuerpo, me tocaba la cintura, las piernas, la espalda. Me quite dos botones y se cayo del todo. Quede únicamente en ropa interior, me miraba con cara de bobo, me bajo de la cama, me sentó, se hizo por detrás y empezó a besarme el cuello, eso me gustaba mucho, mientras sus manos se centraba en mis senos, me los apretaba bajo hasta mi vientre.

Luego me acostó, continuo besando mis senos y con sus manos comenzó a tocar mi conchita, con sus dedos subía y baja por mis labios, sentía la suavidad de sus dedos y una sensación de un calorcito, de gusto que no puedo describir. Empezó a meterme un dedo por la vagina, me pregunto que a que se debía tanta humedad a lo que yo conteste que a las ganas de tener su polla en mi coño. Su dedo lo movía hacia dentro y hacia fuera, me tocaba con la punta de sus dedos la pared superior de mi vagina, esto me hacia sentir en las nubes, yo cerraba los ojos y me estremecía de placer y de deseos.

Después de un rato subio a mis senos me quito el brasier y me empezó a pellizcar mis pezones y me masajeaba los senos, de un momento a otros se fue nuevamente para abajo y comenzó a darme lamidas en mi coño que me hacían temblar de placer, yo pedía mas y mas anhelando que ese momento no terminara para continuar disfrutando, luego abrió mis labios y se tomo mi clítoris para no soltarlo por en un buen rato, se dedos llegaron hasta este punto y me toco de una forma deliciosa, su lengua era incansable, mi cuerpo no podía más y en un momento sentí la deliciosa llegada de mi primer orgasmo de la noche, sentía cosquilleo por todo mi cuerpo, pero allí no paro todo, en unos minutos sentí como sus dedos entraban a mi humedecido y hambriento coño, inicio unos movimientos que me transportaban de nuevo a la excitación, los besos tampoco hacían esperar y yo le impedía que se quitara y dejara de darle semejantes muestras de placer a mi calenturiento clítoris que daba palpitos pidiendo más y más la mano y la boca de aquel hombre hasta terminar en segundo orgasmo mas intenso que el anterior que me hacia decir: asiiiiiii, masssss, mmmmmm, culminando en sensaciones realmente indescriptibles.

No dejo de besarme y de tocarme y de un momento a otro empezó a buscar su polla mi vagina, y por fin de un salto estuvo sobre mi coño, inicio con una metida de su punta pero yo quería mas y de un empujón con mis piernas sentí todo su palo dentro de mi, sus movimientos iban muy despacio pero eran momentos deliciosos, poco a poco fue aumentando su ritmo mientras mis brazos y mis piernas lo aprisionaban mas contra mi cuerpo, después de un rato me sentó, yo me movía muy despacio y ese movimiento hacia que apretara sus labios debido al placer que estaba sintiendo.

Mi compañero no quiso quedarse en una única posición por lo cual me tomo y me llevo al borde de la cama donde me puso en cuatro y me volvió a meter su palo se movía como animal en celo a mi me empezó a gustar mucho y ese placer hacia que me tomara con fuerza de las sabanas para controlar todo lo que estaba sintiendo pero los gemidos de placer nunca dejaron de aparecer. Inesperadamente comenzó a moverse durísimo, su miembro estaba al máximo y no se pudo controlar, aumentó sus movimientos hasta que su leche salió y lo dejo en un estado de éxtasis, en ese momento me di cuenta que había dejado un pequeño charco en el piso producto de mi enorme excitación, algo que nunca me había sucedido.