Mi primer contacto con un gigolo- Tercera parte
Abrió la puerta y nos encontramos de frente con la gigantesca cama de 2 por 2, él no tardo en llevarme hacia ella y depositarme sin muchos miramientos, de mi vestuario inicial apenas quedaba los tacones las medias hechas trozos entre mis piernas y mi ropa interior
Lo primero es decir que este relato es cien por cien real, lo único que he cambiado son los nombres de algunas personas y los lugares de los sucesos como mi trabajo o mi casa por privacidad
Hola está es la tercera parte del relato encuentro con un gigoló, para entender este relato tendréis que leer los dos anteriores.
No hacia ni cinco minutos que nos conocíamos y ya tenía a Alan encima mía con la polla fuera y uno de sus largos dedos dentro de mi boca compartiendo conmigo mis propios jugos, lo mire a los ojos e hice un intento por coger su polla ya que yo me había corrido pero el pene de Alan seguida con toda su envergadura entre nuestros cuerpos y me estaba presionando la pelvis de mala manera hasta el punto de hacerme daño por lo dura que la tenia, con cuidado alargue la mano hacia ella y la rodee con mis dedos eran tan suave y caliente hacía que todas las partes de mi cuerpo la anhelaran , Alan al darse cuenta de mis intenciones agarro mi mano obligándome a soltarle la polla se llevo mi mano hacia su boca y me beso los nudillos.
Alan- Ya esta bebe, seguiremos en casa vale. (Y diciendo esto se incorporo y se traslado a su asiento, dejándome en el mío con las piernas abiertas la falta subida hasta la cintura y jadeando como si hubiera corrido un maratón completo).
Alan- Como te encuentras?
Yo- Estoy bien y tú ¿?
Alan- Con hambre la verdad has almorzado? (Y haciendo un gesto negativo con la cabeza me levante en mi asiento y ajuste mi ropa)
Yo- Te apetece ir a picar algo fuera antes de ir a casa?
Alan- Si tú quieres claro, lo que no se si te importara, con eso de que tengas pareja y nos vean juntos en lugares públicos.
-Yo- jajajajaajajajaja tranquilo puedo tener amigos con los que ir a comer algo no crees.
Mire a mi alrededor esperando ver alguna persona con cara alucinada mirando al coche, siento testigo de lo que había pasado dentro hacia unos minutos pero estábamos solos para mi alivio, arranque el coche y me dirigí a un restaurante mexicano de la costa donde sirven comida muy buena y margaritas aun mejores, el almuerzo transcurrió con calma, como ya había dicho antes Alan es una persona con la que te sientes muy a gusto hablando, de vez en cuando alguna caricia se escapaba por debajo de la mesa, frotaba mi muslo y me regalaba muchas de esas sonrisas picaras cargadas de maravillosos hoyuelos que solo él podía tener, me miraba con tal intensidad con sus grandes ojos verdes, mentiría si dijera que en esos momentos no me sentía la mujer más maravillosa y afortunada del planeta, sus ojos me trasladaban a otro lugar a un mundo donde solo existíamos nosotros, terminamos de comer y caminamos un rato por el paseo marítimo, en las esquinas que quedábamos ocultos de las miradas Alan aprovechaba para besarme y recorrer mi cuerpo con sus grandes manos en muchos momentos también vi la cara que ponían algunas chicas cuando pasaban a nuestro lado y se daban cuenta del pedazo de monumento que me acompañaba, cuando nos dispusimos a ir a mi casa mis nervios estaban disparados casi no logre meter la llave en el cierre de la puerta del coche, Alan con gran sutileza se me acerco por detrás y sujetándome la mano me ayudo abrirla.
-Alan- Cariño relájate iremos con tranquilidad vale si te pones nerviosa o de da miedo algo me lo dices y paramos.
Yo solo pude mirarlo a los ojos y asentir, al igual que me había pasado antes el camino para llegar a casa se me paso como una exhalación, en un momento estaba arrancando el coche y el otro estaba aparcándolo en la entrada de casa. Alan me regalo una de sus magnificas sonrisas mientras se bajaba y abría la puerta de mi lado del coche me tendió la mano y yo la agarre, tiro de mí para rodearme la cintura con sus enormes brazos, sentía toda su esencia a mi alrededor, ese olor dulce el calor que me transmitía era maravilloso me sentía tan protegida con él.
-Alan- Bonito lugar, es una zona residencial?
-Yo- No, iba hacer una villa turística pero con eso de la crisis se ve que no arranco y acabo siendo lo que ves, una zona de casas con lugares comunitarios tiene piscina jacuzzi y sauna si quieres después te lo enseño.
-Alan- Claro, pero vamos ya a tú casa. (En esos momentos me miro con mucha intensidad).
Lo guíe hasta mi casa una zona de apartamentos pero como había dicho antes el lugar no cogido mucha fama y solo vivía yo en el bloque lo que para mí era una suerte, entramos en mi piso, él coloco su maleta sobre la mesa del salón y vino a dar conmigo a la puerta mientras yo cerraba con llave, se coloco a mi espalda y me rodeo la cintura con sus fuertes brazos me dio un casto beso en la coronilla y me giro sobre mis pies como si fuera una pequeña bailarina, cuando estuvimos frente a frente se desato la fiera, su boca se vino sobre la mía con un ansia brutal me besaba me mordía los labios, sus manos seguían una danza de perfecta sintonía mientras me quitaba la ropa, separo nuestras bocas para sacarme la camisa, se agacho y me arranco las medias literalmente, no me dio tiempo ni de levantar los pies para que me quitara los zapatos cuando él me levanto en volandas del suelo.
-Alan- Donde está la habitación. (Su vos sonaba desde el fondo de su garganta era casi un gruñido, le hice señales con la mano hacia la puerta que tenía a su izquierda y él me llevo en brazos hacia el cuarto como si fuera un peso pluma cosa que me sorprendió).
Abrió la puerta y nos encontramos de frente con la gigantesca cama de 2 por 2, él no tardo en llevarme hacia ella y depositarme sin muchos miramientos, de mi vestuario inicial apenas quedaba los tacones las medias hechas trozos entre mis piernas y mi ropa interior, Alan cerró la puerta y me miro a los ojos yo no sé si en mi cara se reflejaba el miedo que tenia por dentro después de ver su comportamiento brutal en el salón, pero a él le importo bien poco, yo estaba de rodillas sobre la cama Alan se acerco a mí como una bala, y como había hecho antes siguió desvistiéndome, me quito los tacones y arranco los poco trozos que quedaban de medía, acaricio mis piernas hacia arriba hasta llegar a la parte interna de mis muslos, me miro a los ojos y agarro mi short tiro de él hasta que estuvo fuera de mis piernas, dejando mi conejito ante su hambrienta mirada, yo abrí bien las piernas para que tuviera una buena panorámica de lo que le pertenecía desde la primera vez que nos conocimos.
-Alan- Dios eres como un caramelo en la puerta de un colegio nunca me cansare de decírtelo.
Dicho esto subió besando mis piernas y la parte interna de mis muslos, el ancho de sus hombros me hacia abrir tanto las piernas que parecía que se iban a romper, cada vez que hacia un intento de cerrarlas un poco Alan gruñía y con sus manos me obligaba abrirlas incluso un poco más, me dolía bastante pero notarlo entre mis mulos con mi sexo totalmente expuesto a él me excitaba de sobre manera, paro su acenso a pocos centímetros de la entrada de mi cueva froto su nariz contra mi clítoris haciendo que un millar de descargas eléctricas sacudieran mi cuerpo, mire hacia abajo y me encontré con su mirada de pantera clavada en mis ojos y sin previo aviso empezó a devorarme por dentro, su lengua chupaba y degustaba todo mi ser, con una de sus manos abría mi sexo para poder meter la lengua más profundamente, subía y bajaba sin parar, atrapo entre sus dientes mi clítoris ya muy inflamado y no pude aguantar más, agarre su cabeza y la apreté contra mi conejito mientras me corría a chorros en su boca.
-Yo- Por dios Alan me matas me matas.
Entre espasmo Alan se subió encima de mí acoplando perfectamente nuestros cuerpo, mientras los últimos impulsos cesaban Alan me regalaba un reguero de besos desde cuello hasta los hombros y aprovechaba para desprenderse se su ropa, cuando estuve más tranquila Alan me quito el sujetador con una habilidad digna de un profesional y se dedico a juguetear con mis pezones.
-Alan- Lo ves parecen pétalos de rosas.
Yo lo miraba y me reía, mientras él jugaba con ellos cual niño pequeño, los lamia, los mordisqueaba y algunas veces miraba haber cuanta porción de pecho le cabía dentro de la boca. Lo cual no era mucha dado el tamaño enorme de mis tetas, cuando note que mi excitación volvía aumentar agarre la mano de Alan y la dirigí a mi sexo. Alan me miro con ojos risueños y se puso de rodillas en la cama yo instintivamente me coloque entre sus piernas y empecé a tocar esa enorme polla anhelante de carisias, al principio lo masturbe suave quería disfrutar de la suavidad de su piel del calor que me trasmitía ya había empezado a soltar liquido y no aguante más quería saborearlo tontamente, así que me metí la punta extremadamente mojada en mi boca, dios su sabor era el néctar de los dioses empecé a chupar con el ansia que jamás había sentido con otros hombres, al principio solo la punta al final me la intentaba meter hasta la misma base, de la boca de Alan salían gemidos muy fuertes y se aferraba a mi pelo con ambas manos, de vez en cuando abandonaba su polla para comerle los huevos que tanto había yo deseado, después de unos cuantos minutos así Alan se puso en tensión y me acaricio la cara e hizo señas para que me apartara.
-Alan- Cuidado que me corro ya.
Me agarre a su cadera con más fuerza y enterré su polla hasta el fondo de mi garganta, en pocos segundos Alan descargaba dentro de mi boca toda su caliente esencia entre gemidos y espasmos, cuando termino me trague todo lo que me había dado no quería desperdiciar ni gota de lo que él me ofrecía, se dejo caer en la cama y yo me arrastre sobre su pecho ahora me tocaba a mi jugar con el cuerpo que tanto tiempo había deseado, él se acomodo en la mitad de la cama mientras yo me posicionaba entre sus piernas, me dedique a pasar la mano por cada musculo de su cuerpo con extrema suavidad bajo la atenta mirada de Alan, descubrí que era muy sensible y tenia muchísimas cosquillas, cada vez que le pasaba la mano por el lateral de las costillas se erizaba su vello, quise explorar más su cuerpo era tan perfecto su piel era súper suave del color del caramelo líquido no sé cómo había llegado a pensar que era hosco y brutal cuando en ese momento entre mis brazos era lo más parecido a un ángel que haya visto, después de un tiempo que a mí me pareció segundos Alan intento incorporarse.
-Yo- Relájate estas en buenas manos. (Cuando hablo su vos apenas era un susurro pero los sentimientos que transmitía me hizo temblar)
- Alan- Acuéstate a mi lado por favor, te necesito.
Con cuidado salí del hueco de sus piernas y me coloque en un lateral, el se giro y me miro a la cara y por primera vez vi la dulzura que en muchos momentos me había demostrado, me cogió la mano y tiro para que me acostara junto a él en posición cucharita se irguió un poco y empezó a dejar un reguero de besos por todo el lateral de mi cuerpo sus mano me acariciaban como si fuera la flor más delicada del jardín.
-Alan- Alguna vez te he dicho que me fascina tú piel es tan blanca y pura, para mi eres como una pequeña muñeca de porcelana y cuando te toco me da miedo partirte.
-Yo-Pues con la furia que me agarraste antes no lo parecía.
-Alan- Lo se lo siento, llevaba mucho tiempo esperando poder tenerte entre mis brazos y no puede aguantar, espero que no haberte asustado.
-Yo- Pues te mentiría si te dijera que no.
-Alan- Lo siento bebe.
Me deslice de su lado y me levante quería ponerle una canción para que supiera lo que él significaba para mí (My Love- Sia), cuando la puse volví al calor de sus fuertes brazos y apoye mi cabeza sobre su pecho y hay acostada sobre un gigoló descubrí que había un millar de mariposas bailando en mi estomago al ritmo de la música con el retumbar de nuestros corazones de fondo.
Aquí acaba esta parte del relato, al igual que en el anterior lo retomare desde el punto final para que no se quede ningún detalle en el aire, esta parte de la historia ha sido un poco más caliente y en ella descubro facetas diferentes de Alan que hacen saltar varias dudas en mi cabeza, espero que lo hayan disfrutado un abraso.