Mi primer amor terminó siendo mi cuñado
Una historia de amor que parece de telenovela, en fin esas cosas pasan.
Mi nombre es Michelle y esta es la historia de mi primer amor. Pasó por el 2006-2010. Una hermana mayor que mi vivía en el exterior. Su novio había regresado al país y fue a casa a conocernos y entregarnos algunas cosas que enviaba mi hermana.
Desde entonces siempre estaba pendiente de nosotras por lo que de tiempo en tiempo llegaba a casa a visitarnos, especialmente cuando mi hermana retornaba al país por vacaciones, nos hicimos buenos amigos. Se notaba que estaba enamorado de mi hermana y por otra parte en ese entonces aún era una niña pero tenía un gran parecido a mi hermana.
Pasaron los años y ya en último año de secundaria nos pidieron realizar pasantías en alguna empresa. Entonces me ocurrió que el novio de mi hermana podría ayudarme, él trabajaba para el gobierno, hice las gestiones con mi hermana, lo contacté y fui a visitarlo.
Me ayudó a realizar la pasantía sin ningún problema. En el tiempo que realice la pasantía siempre era muy atento conmigo, me llevaba a comer, me preguntaba si tenía dinero en fin siempre pendiente de mi. Hablábamos de muchas cosas, la confianza era tan grande que una vez se me ocurrió pedir que me cuente cómo había conocido a mi hermana, cómo fue su primera vez, cosas así; haciendo que mi imaginación volara.
Ya para ese entonces tenía un cuerpo bien formado, contextura delgada, 1.50 de estatura, cabellos largos, pechos pequeños, bonita cintura… etc tenía muchos pretendientes en el colegio, pero nunca me habían interesado alguien para algo más que una amistad.
Por su tipo de trabajo el novio de mi hermana tenía muchas salidas al campo. En el tiempo que realicé las pasantías de hecho nos llevó a mi hermana menor y a mi a inspeccionar algunos proyectos de infraestructura fuera de la ciudad.
Siempre me decía te vez igualita a tu hermana; lástima que ella no esté aqui, te vez muy hermosa, estas guapa y cosas así, yo siempre lo miraba, cada vez que se cruzaban nuestras miradas se sonreía y la verdad a mí también empezó a gustarme algo de él y me sentía atraída.
En una de esas salidas de campo en la que la acompañé sola, nos mojó la lluvia el me dio su abrigo y me abrazó. Sentía mi corazón latir fuerte al igual que el suyo. Ese calorcito de su cuerpo junto al mío se sintió muy rico a lo que pegué más mi cuerpo en el suyo y sin darnos cuenta nuestros labios se encontraron en dulces besos. De regreso en el auto él venía junto a mí, sus manos traviesas me abrazaban y se metían en mi blusa acariciando suavemente mis pequeños pechos.
En las siguientes salidas los besos y abrazos subían de tono, sus manos curiosas tocaban suavemente mis partes íntimas. Eso le gustaba y me gustaba a mí también, y aunque a veces sentía miedo; mi cuerpo lo deseaba más y más.
En uno de aquellos viajes fuimos a una localidad cercana a la casa de su padre. Durante el viaje como siempre me abrazaba, tocaba mis piernas y de poco sentía que sus dedos se deslizaban en mi conchita haciendo que se humedezca, yo me sentía nerviosa pero a su vez sentía una sensación que recorría mi cuerpo.
Luego del recorrido y como aún era temprano me invitó a casa de su padre que estaba de camino, a lo cual acepté, quería conocer a su familia. Cuando llegamos no había nadie, llamo a su padre quien le dijo que había salido a la ciudad y que regresaría bastante tarde así que estábamos solos.
Me preguntó y ahora qué hacemos… yo toda nerviosa le contesté lo que tú quieras, al parecer incoscientemente mi cuerpo quería estar con el suyo.
Ingresamos y me indicó su casa y luego de eso me besó, me tomo en sus brazos y me llevó a su habitación.
Mientras nos comíamos a besos me quito el abrigo, luego la blusa, me quede en braziers, me acostó en su cama. Sus besos bajaban por mi cuerpo mientras sus manos acariciaban mi conchita y me quitaba los jeans hasta quedarme en ropa interior.
El también se quitó su ropa a esas alturas yo estaba perdida, toda temblorosa de los nervios. Sus besos continuaban por mi cuello hasta mis pechos y luego a mi vientre y las piernas. Mi cuerpo suspiraba con el calor de su cuerpo y sus caricias. Estaba excitada al sentir un cuerpo extraño recorriendo el mío, un calorcito invadía mi cuerpo pero también sentía un poco de vergüenza al exponer por primera vez mi cuerpo a un hombre.
Al rato empezó a chupar mi vagina por encima de las bragas poco a poco fue metiendo su lengua en mi vagina haciendo que mi cuerpo se retorciera de tantas sensaciones nunca antes sentidas.
El se había quitado toda su ropa y veía su pene totalmente erecto lo cual me invitó a acariciarlo llevando mi mano hacia él, fue una sensación inexplicable sentir eso tan duro y grande y super caliente.
Al rato estaba toda desnuda exponiendo mi conchita virgen, a esa edad aún sin bellos expuesta a sus caricias y lengua juguetona, de alguna manera él me tenía dominada, quería detenerlo, pero no podía, sentía que él era el dueño de mi cuerpo, me dejaba llevar, mi cuerpo quemaba, mi corazón latía a mil.
Se puso encima y automáticamente abrí mis piernas como invitándolo a recorrer mis entrañas inexploradas y con la punta de su pene empezó a masajear mi vagina... en ese momento aunque sentía miedo me gustaba … quería sentir esa cosa dentro de mí.
Cuando sintió que estaba lubricada colocó su pene en mi vagina y empezó a introducirlo suavemente, cerré los ojos y con un suspirante nooooooooooooooo me penetró hasta el fondo sin ninguna resistencia. Sentí un fuerte dolor y se lo dije un par de veces le dije… me duele, ayyy me duele… él me dijo tranquila amor no te dolerá mucho… quedó ahí por un buen rato mientras nuestros ojos se conectaron perdidos en el tiempo.
Después de algunos minutos sentí que el dolor fue desapareciendo pero aún así me sentía atravesada por algo, esa cosa extraña dentro de mi entraba y salía, luego solo lo abracé fuerte, lágrimas brotaban de mis ojos; entre abrazos y besos estaba entregado mi más preciado tesoro mi virginidad a él.
Sentía ardor en cada movimiento, mis entrañas lo recibían con una calurosa bienvenida era como si mi cuerpo me la partía en dos y luego fue como si conchita explotara… fue entonces que mi di cuenta que de mis entrañas sangraba.
Sacó su pene erecto, manchado de sangre me lo mostró como si hubiese alcanzado su trofeo, luego continuó por algunos minutos mientras sus labios chupaban mis senos. Llegó a un momento en que mi vagina palpitaba y tenía una especie de contracciones, no sabía qué hacer, mis movimientos eran como si apretaran su pene, con mis piernas lo apretaba como queriendo que no lo sacara nunca, con mis manos apretaba fuerte las sábanas, estaba teniendo las sensaciones de mi primer orgasmo.
Nuestros cuerpos se fundían en calor y sudor mientras suavemente me decía te amo… Al rato él empezó a retorcerse y a gemir fuerte, me di cuenta de lo que iba a pasar pero aún asi no quería que lo saque en eso sentí torrentes de semen calientito llenando mi cuevita y recorrían mis entrañas, estaba eyaculando dentro de mi, lo miré fijamente y èl también me miró con cara de gran satisfacción… aún después de terminar seguía con su mete y saca y yo veía como brotaba su semen de mi vagina y su pene se ponía flácido recostado encima de mis piernas. Luego de eso estábamos exhaustos que quedamos dormidos unos minutos.
Más tarde nos levantamos lavamos las sábanas y regresamos a casa. Aquella noche no podía dormir, el cuerpo me dolía y mi cabeza llena de recuerdos de lo que había hecho y como había entregado mi virginidad, los recuerdos me ponían nerviosa, me sentía diferente, pero tenía esa sensación de que él era parte de mi o de que tenía algo de él dentro de mí.
Al día siguiente fue a verme en el colegio fuimos caminando a mi casa, en el camino nos besamos; me preguntaba si estaba bien… me decía que me deseaba tanto y que anoche no había podido dormir pensando en mí.
En mi casa a esa hora no había nadie así que apenas entrando fuimos a mi habitación, no me dio tiempo ni a quitarme el uniforme, no hablamos, parecía que nuestros cuerpos se entendían, me acostó al filo de mi cama, levantó mi falda, bajo mi braguita, abrió mis piernas y empezó a penetrarme; con el miedo de que lleguen mis hermanas no dije nada, solo corresponderle, había aun algo de dolor, me puso de lado y empezó a penetrarme fuerte, mientras sus manos estrujaban mis senos, esta vez daba fuertes embestidas que notaba como sus bolas golpeaban mis nalgas. Terminó haciéndome suya por segunda vez fue rápido no más de 10 minutos, y hecho sus torrentes de semen por afuera de mi vagina, sentí su semen caliente correr por mis entrepiernas manchando mi uniforme. Apenas terminamos salimos a la sala y como 3 minutos después llegaba mi hermana.
A la siguiente semana fui a verlo en el trabajo y esta vez en la oficina y me dio una cogida sobre su escritorio.
El siguiente fin de semana fuimos a casa de su amigo, le pedimos que fuera por comida y nuevamente cogimos en la cama de su amigo, no le importó que estaba con inicios de mi regla y sangraba igual me la metía.
Ya luego de esto se volvió una costumbre, yo estaba locamente enamorada de él, lo buscaba en el trabajo o a veces iba a mi casa. Tenía miedo de que mis hermanas descubrieran pero el deseo era mayor que el miedo.
Cogíamos donde sea, en casa de sus amigos, en hoteles, en el sillón, coger se había convertido en nuestro vicio. No le importaba si estaba con regla, la mayoría de veces se corría adentro de mí, hasta hubo momentos en que pensé que me había quedado embarazada, aunque lo deseaba.
Luego de algunos meses lo trasladaron de trabajo hacia otra ciudad como a 3 horas de donde estábamos, pensé en que así nos alejaríamos, pero no., nada cambió igual seguíamos viéndonos los fines de semana. Un hotel en la plaza Sto. Domingo se había vuelto nuestro punto de encuentro.
Una vez llegó a mi casa en la noche un poco pasado de tragos y preguntó si podía quedarse. Como mi hermana mayor sabía que era novio de mi hermana lo aceptó con gusto. Bueno cuando llegó estábamos cenando con mis hermanas, luego de comer un poco lo lleve a una habitación que usaba mi hermano apenas entramos me puso contra la pared para darme una rica cogida, por poco nos pilla mi hermana.
Aquella noche tenía tantas ganas de quedarme a su lado pero como mi hermana menor dormía conmigo pues no podía.
En la mañana como era habitual me despertaba a las 6 de la mañana para irme a la Universidad, aquella mañana me desperté a las 4 de la mañana y fui a la habitación donde él dormía y me metí en su cama, él me dijo que había esperado toda la noche así que completamente desnudos hicimos el amor en varias posiciones hasta las 6 de la mañana, luego me duche dejando mi braga en la ducha para que lo viera.
A lo que salí de la ducha me pegó otra cogida y fui a clases con esa sensación de tener su semen dentro mío.
Luego los fines de semana nos íbamos para algún hotel y nos quedábamos todo el día haciendo el amor, solo quería estar con él no me interesaba mucho salir. Él por su parte era insaciable en la cama, le encantaba tener su pene metido en mi vagina todo el tiempo, cogíamos 4-5 veces seguidas. No sé cómo su gran pene cabía en mí.
Ya lo habíamos hecho de muchas formas y llegó la hora de penetrarme por el ano, otra experiencia muy doloroso y espectacular como si fuera la primera vez, yo para entonces era una experta cogiendo, me gustaba gemir como loca mientras me daba sus embestidas, solo me agachaba y mostrar mi vagina para que mi hombre se diera un festín. Le encantaba escuchar palabras lujuriosas como… sigue papi, que rico papi, mi amooor lo tienes muy grande, soy toda tuya, me gusta… y cosas así, lo ponían más caliente. Y a mí me encantaba que me ponga en cuatro y me agarre el cabello.
De vez en cuando me compraba bragas sexys y los estrenábamos y así me había vuelto su mujer, le pertenecía en cuerpo y alma.
Finalmente en el matrimonio de uno de mis hermanos fue como la última vez que hicimos el amor, mientras realizaban los preparativos para el matrimonio aprovechábamos y cogíamos. Luego de la ceremonia baje a dejar a Luis para que se vaya a su casa y nuevamente cogimos yo aún con vestido de dama.
Parece cuento pero esta historia fue real y duró casi 3 años, él fue mi primer y único amor solo que de por medio estaba mi hermana y como en el 2010 decidió volver al país dispuesta a convivir con su novio y para evitar un rollo muy grande en la familia tuve que alejarme, aunque él me pedía que sigamos juntos y lo enfrentemos.
El miedo a mi familia fue más fuerte, para evitar sospechas me casé con un chico que me pretendía en la U, hoy tengo 2 niños, y aunque con mi esposo tenemos una buena relación siempre que estoy en la cama pienso en él es inevitable.
Al ver que me casé, él se casó con mi hermana, hoy es mi cuñado y siempre que nos encontramos cruzamos miradas y quedan los recuerdos como si hubiesen ocurrido ayer, aún existe esa chispa y quien sabe con el tiempo puede que pase nuevamente ya que mi cuerpo y mi mente no dejan de pensar en él.