Mi primer amor 3a parte
La historia continua y hay decisiones que tomar....
Con el paso de los meses nuestras costumbres se mantenían y ella para mi suerte continuaba soltera. Nuestra amistad se fue estrechando día con día al punto que todo el tiempo que teníamos libre lo aprovechábamos para estar juntas y conocernos más. Con ella compartía mis sueños mis temores pero nunca lograba reunir el valor para confesarle mi amor todo por miedo a perderla. Hasta que un día tartamudeando de los nervios intente confesarme con ella.
- Vane nunca te ha pasado que sientes algo en tu interior pero que por situaciones ajenas a ti sientes miedo de exponerlo a los demás?
Ella solo me veía con curiosidad, porque la entiendo a veces tratarme es como sacar la información por partes, porque me cuesta horriblemente hablar cuando tengo miedo.
- Ari sino sientes la confianza de decirme que es lo que sientes, lo único que puedo decirte es que te quiero y conmigo cuenta siempre porque mientras tenga vida sabes que cuentas conmigo.
Esa frase me toco y poco a poco trate de comportarme con ella más cariñosa y detallista para ver si ella sola se daba cuenta de mis sentimientos. Trataba de irla a recoger a su trabajo ayudarle en todo lo que podía ya sea académico o económico. De repente pasábamos las noches escribiéndonos mensajes y aunque la cuenta de celular era grande no me importaba con tal de estar en comunicación con ella puesto eso me hacía sentir plena y dichosa.
Una noche estábamos escribiéndonos acerca de las parejas y las relaciones que habíamos tenido.
- Sabes los últimos meses que estuve con Luis habían tantas cosas que no me hacían sentirme conforme con él, siempre sentía que faltaba algo entre nosotros. A veces quisiera conocer a alguien que me conozca tanto como tú y que a pesar de conocer toda mi historia me haga sentir segura.
En ese momento cuando leí ese mensaje mi corazón se aceleró y decidí que debía arriesgarme pasará lo que pasará yo no podía seguir viviendo pensando el que hubiera pasado si le hubiera confesado mi amor, así que empecé a escribir ese SMS que cambiaría mi vida.
- Vane si yo te lo pidiera tú me darías un beso?
Le di enviar al mensaje y sentí como mi destino podía cambiar con esa respuesta, después de varios minutos que no tenía respuesta de ella, mil pensamientos cruzaron por mi cabeza como que por mí supuesta “valentía” había perdido a mi mejor amiga. Ya sin tanta paciencia decidí escribirle de nuevo.
- Sabes no necesitas contestar la pregunta que te hice ya entendí lo que no quisiste decir.
Ya con mi corazón destrozado pensé bueno hoy si ya todo se acabó, pero no terminaba de cruzar ese pensamiento en mi cabeza cuando escuche un nuevo mensaje de ella.
- De que pregunta me estás hablando? No te entiendo no me ha llegado ninguna pregunta tuya.
Creo mi expresión era de película ahora me encontraba en una disyuntiva completa o le confesaba la verdad y le reenviaba el mensaje o seguía con mi cobardía y le escribía una mentira. Mi corazón estaba que no cabía en mi pecho, pero después de meditarlo solo cruzó por mi cabeza esta frase “El que no arriesga no gana…”. Así que le reenvíe de nuevo la pregunta y esperé pacientemente que el destino no confabulará de nuevo en contra mía y con la esperanza de que respondiera algo positivo espere. Varios minutos después el celular sonó y vi la notificación de un nuevo mensaje creo que las manos me temblaban con el temor de una respuesta de asco o rechazo, así que con el corazón en la mano abrí el mensaje.
- Para que te quede claro mi respuesta es NO. No te daría UN BESO, sino todos los que me pidieras… no entiendo cómo te has tardado tanto en pedírmelo.
Con ese mensaje creo que estuve en el infierno y de golpe fui al cielo, leí ese mensaje una 100 veces jajaja creo que estoy exagerando pero sí lo releí varias veces y hasta que mi cerebro asimiló lo que decía, logre ordenar mis pensamiento y contestarle.
- No sabes cuánto miedo tenía que me rechazarás pero de verdad Vane yo te amo más de lo que imaginas y me muero no solo por besarte sino por demostrarte que puedo hacerte feliz.
- Ari te conozco más de lo que vos crees y tus ojos me lo decían todo, perdóname tú a mí por haber tardado tanto en darme cuenta.
- No me pidas disculpas por nada yo soy una gallina literalmente pero en este momento no hay persona más dichosa que yo en este momento.
Seguimos un buen rato escribiéndonos de cómo sin darnos cuenta nos fuimos enamorando y bueno entre el cansancio y la emoción nos tuvimos que despedir no sin antes prometernos que ese beso sucedería pronto.
En la mañana creo que la cara de tonta no me la podía quitar, pero me moría de ansiedad porque llegará ese día en la tarde y poderla ver. La tarde llegó y como siempre lo hago fui a buscarla a su trabajo.
No crean que ese beso iba a suceder tipo novela que en el momento que nos viéramos correríamos a besarnos porque ambas teníamos miedo vivimos en una sociedad sumamente tradicional donde tener diferentes gustos sexuales es altamente condenado. Así que simplemente seguíamos disfrutando de nuestra compañía y tratábamos de tomar nuestras manos de vez en cuando, no sé si fue el tiempo o la situación pero pasamos así un par de días.
Hasta que un día por la mañana la vi a ella demasiado unida a un amigo que tenemos en común, vi que como ella le pedía a Alex un anillo y parecían tener un secreto entre ellos. Esa actitud no hizo nada más que sacar al Hulk que llevo dentro y le reclame (sé que suena loco pero entiendan uno de joven es demasiado impulsivo y más cuando estás enamorada)
- Ya Vane ahora entiendo porque nunca encontramos ni el momento ni el lugar para cumplir la promesa que nos hicimos aquel día por mensajes. Si todo fue un juego ok, pero podrías haber sido más clara así yo me alejó y no arruino tu “amistad” con Alex.
Ella solo me volvió a ver con una expresión de enojo (porque esta mujer de verdad tiene su carácter) y sin tanto titubear me miró fijamente.
- Sabes Ari piensa lo que quieras, yo en ningún momento le voy a estar dando explicaciones sin sentido a alguien. De verdad me decepcionas pareciera que no me conoces.
Y pues simplemente me dejó con la palabra en la boca, se dio la vuelta y la vi desaparecer de mi vista. Claro yo me quede ahí parada como tonta con mis estúpidos celos, que ahora que lo pienso bien solo se generaron por el miedo que tenía en mi cabeza pues no creía aún que ella de verdad me pudiera amar.
Como la conozco tanto sabía que ella no me hablaría, la conozco hace más de dos años y sé que ella jamás va a dar su brazo a torcer y menos si sabía que mi actitud no tenía fundamento. Así que después de un par días mi corazón no pudo más y decidí escribirle empezando con una excusa para que no me mandara por un tubo al leer mi mensaje.
- Vane sé que la he regado y me comporté como una tonta, como te conozco entiendo que si empiezo a explicarte simplemente me estaría justificando y no es eso lo que quiero. Solo quiero que sepas que te amo y que fui una tonta.
- Sabes que odio que te maltrates y te pongas adjetivos malos. Así que simplemente te equivocaste y ya no hay nada más que decir.
Leí el mensaje y tenía razón yo a veces tenía ese problema decía cosas malas de mí y a ella le molestaban horriblemente, así que trate de buscar mi excusa para poderla ver.
- Ok de verdad lo siento y no quiero molestarte. Pero sabes ando cerca de tu casa y ya tengo el disco duro que me pediste que le comprará a tu computadora. No sé si puedes salir cerca de tu casa para poder dártelo, te prometo que no tardarás ni 2 minutos.
- Sabes que estoy enojada y no quiero verte ahorita….
- Por eso te digo no serán más de dos minutos solo te entrego tu disco y te doy el dinero que me dieron de cambio y después yo me voy.
Esperé un par de minutos su respuesta, claro yo ya estaba cerca de su casa porque en el fondo la conozco y sabía que ella aunque estuviera enojada no me despreciaría.
- Ok, está bien pero solo me lo entregas y ya. Dentro de cuánto tiempo estarás aquí?
Tuve que mentir porque no le podía decir que estaba prácticamente ya frente a tu casa. Así que opte por una pequeña mentira piadosa.
- Creo que no tardo más de 15 minutos aún voy en el transporte público.
- Ok, yo te espero dentro de 15 minutos en la esquina cerca de mi casa.
Tuve que buscar un lugar para matar el tiempo y bueno la acera que estaba a un par de calles cerca de su casa fue un buen lugar para sentarme y pensar lo que le diría para que me perdonara. El tiempo transcurrió y empecé a caminar donde habíamos acordado.
Ella ya estaba esperándome bajo un árbol ya que se acerca la hora del mediodía, cuando la vi con su pelo suelto, unos jeans ajustados que dejaban entrever la bellísima figura que tenía y una camisa un poco floja pero que no dejaba de marcar la silueta de sus senos que no eran tan grandes pero si turgentes lo que me provocaban el deseo de tocarlos. Ella aún no había notado que me acercaba pues pude observar que tenía la mirada pérdida, al estar lo suficientemente cerca con mi única neurona en funcionamiento solo le pude decir.
- Hola que tal estas?
Sentí su mirada llena de ternura como siempre y aunque también sentía su enojo, sabía que estaba tan nerviosa como yo.
- La verdad es que no estoy tan bien, sabes que no me gusta enojarme contigo.
- Yo sé que actué sin fundamento pero de verdad Vane yo te amo y no quiero perderte.
En ese momento mis ojos se llenaron de lágrimas y de repente sentí como sus brazos me envolvieron. Nos fundimos en un gran abrazo de esos que sientes que la otra persona te sostiene y no importa lo que pase pues simplemente te sientes segura y plena.
- Ari sabes que vamos a mi casa, ahí podemos hablar más tranquilas y resolver este mal entendido.
- Si tú quieres está bien, pero de verdad yo no te quiero incomodar
- Sabes que nunca me incomodas aunque a veces te comportes como una niña pequeña, pero vamos así me entregas el disco también.
Caminamos juntas sin mayor contacto entre nosotras, cuando entre a su casa pude notar que estaba sola, la verdad eso solo contribuyo a incrementar mis nervios pues no sabía ni que decir o cómo actuar. Pero en el fondo de mi corazón solo deseaba hacer mi sueño realidad y probar sus labios que al verlos parecían un manjar prohibido de los dioses.
- Ari siéntate por favor, dame unos minutos que estoy terminando de cocinar el almuerzo. Y dime ya comiste?
- Heee no, no he comido pero la verdad no tengo hambre.
- Jajaja sino te conociera te creyera que no tienes hambre, así que se paciente que ya casi esta la comida vamos a almorzar y después hablamos.
Dicho y hecho yo con esa mujer no podía discutir, tenía un efecto sobre mí voluntad que sus palabras a mis oídos eran ordenes así que después de comer (ella cocina delicioso y en serio no es el amor es la verdad) .
-Sabes sentémonos un rato a ver tele y así descansamos un poco para que hagamos la digestión.
Solo pude asentir con mi cabeza y me senté en el sillón más grande de su sala, ella aún estaba de pie y después de unos minutos apareció con ropa más cómoda se había puesto unos shorts cortos que dejaban ver sus torneadas piernas en las cuales mis ojos no podía dejar de perderse y una camiseta bastante transparente que no dejaba nada a mi pobre imaginación.
Sentí mi pulso acelerarse tanto que creí que me iba a desmayar, pero con la poca fuerza de voluntad que me quedaba fingí continuar viendo el programa (que honestamente no tengo ni la menor idea de cuál era).
Ella se sentó en el mismo sillón pero a una distancia prudente, creo que entre el sube y baja de emociones y el ver que ella no me daba ninguna señal, empecé a cabecear (suena absurdo lo sé pero entiendan había pasado noches pensando en cómo contentarla que el tenerla ya conmigo ella tenía ese efecto de paz en mí).
Al notar mi cansancio ella me miró fijamente y me indicó que colocará mi cabeza en sus piernas para que estuviera más cómoda. Aunque yo estaba cansada tampoco era tonta para perder la oportunidad de estar en sus piernas (entiéndase solo recostar mi cabeza no piensen mal….)
Sentí como ella acariciaba mi pelo y le dedicaba un par de segundos a tocar mis orejas, esta situación me estaba encendiendo pero no quería enojarla de nuevo y actuar impulsivamente, así que decidí ser paciente y esperar aunque sentía un calor en mi entrepierna.
Después de un rato ella hizo que me girará boca arriba y me miró fijamente y como si hubiera sido ayer aún recuerdo su pregunta.
- Hoy si tienes que decidirte, respóndeme SI o NO?