Mi primer amante, mi primer amor
Despues de algun tiempo sin los juegos y tocamientos de niños, nos reencontramos de nuevo y todo se vuelve muy placentero.
MI PRIMER AMANTE, MI PRIMER AMOR
Hola, mi nombre verdadero no lo diré ya que la historia que voy a contar es 100% real, el nombre del chico con quien compartí esta experiencia tampoco será el verdadero, ya que él en este momento se encuentra felizmente casado. El nombre que tomaré será el de Antonio, el de él será Rodrigo.
Nuestra historia empieza desde que éramos muy niños ambos, aunque cabe hacer mención que le llevo tres años. Recuerdo que todo era un juego entre nosotros, existían tocamientos, y a nuestra corta edad intentábamos ya penetrarnos mutuamente.
La relación real y completamente erótica empezó cuando yo tenía 16 años y el trece, ¡Como recuerdo esa nuestra primera vez! la cual dejó de ser un simple juego. Para esto teníamos como unos dos años que no teníamos ningún contacto de tipo sexual. Todavía recuerdo la fecha "15 de septiembre de 1989", esa tarde recuerdo que con mis amigos habíamos planeado una noche mexicana, ya que como muchos sabrán y lo s que no lo saben se los digo, en esa fecha celebramos acá en México el inicio de nuestra independencia. Bueno la cuestión es que yo me encontraba preparando lo que me tocaba llevar a la fiesta, unas deliciosas quesadillas de papa con chorizo.
Ese día llegó Rodrigo buscando a mi hermano menor, entró a la casa y estuvieron en la recamara de mi hermano, recuerdo que en el momento que lo vi entrar un calor muy especial recorrió todo mi cuerpo al tiempo que se estremecía por completo, por mi mente pasaron una y mil fantasías recordando lo que unos años atrás siendo niños disfrutábamos juntos, pero no me imaginaba lo que me esperaba y estuve maquinando la forma de acercarme a él y proponerle que volviéramos a jugar como lo hacíamos antes, de repente llegaron otros amigos de mi hermano y este salió de la casa dejando a Rodrigo solo en la recamara, esta es mi oportunidad me dije y sin pensarlo dos veces deje de hace lo que estaba haciendo y me fui directamente hasta la recamara donde estaba él, sin decir nada me le acerque y lo abrace por la espalda, no puso ninguna resistencia, creo que él también estaba esperando esta oportunidad, sin pensarlo dos veces nos tumbamos sobre la cama, el llevaba un pantalón deportivo el cual fácilmente pude bajar para poder tocar sus nalgas, esa nalgas de adolescente, sin nada de vello y hermosas a sus 13 años, las toque solo un instante e inmediatamente lo penetre, aunque solo fue por unos segundos ya que corríamos el riesgo de que mi hermano regresara y nos descubriera, así que, nos levantamos de la cama y arreglamos nuestras ropas al tiempo que nos poníamos de acuerdo para poder continuar con esto que acabábamos de empezar. Total que llegamos a un acuerdo, detrás de mi casa había un sembradío de maíz, quedamos de vernos ahí en unos minutos, salimos de la casa cada quien por su lado hacia el punto de nuestro encuentro sin que nadie notara nada raro en nuestra actitud.
Con una gran emoción y mi corazón latiendo aceleradamente llegue al lugar donde quedamos, él ya estaba ahí, sonriente, recuerdo esa mirada brillante viéndome directamente a los ojos como anunciándome lo que iba a suceder. Nuestra inexperiencia en el arte de amar nos hacía cometer infinidad de torpezas, recuerdo que no sabíamos como o por donde empezar, pero en un momento de decisión optamos primero por tumbarnos sobre las hiervas del sembradío, lentamente empezamos a acariciarnos primero y sin quitarnos la ropa recorrimos lentamente cada parte de nuestro cuerpo, nos acariciamos ahora ya de una forma muy diferente a cuando éramos niños, mi corazón y su corazón latían a ritmos muy acelerados. La excitación tan tremenda que sentí es algo que no había experimentado hasta ese momento de mi vida, mi pene estaba erecto como nunca lo había estado y mi cuerpo ardía como si estuviera cerca del fuego, y vaya que lo estaba, pues el también ardía como nunca imagine que alguien pudiera arder por tanto deseo.
Lentamente baje la cremallera de su pantalón, fui introduciendo poco a poco mi mano derecha, pude sentir su pene que ya no era el de un niño, ahora tenía un tamaño y un grosor mucho mayor, pude palpar que no había mucho vello pubico, metí un poco más mi mano y pude sentir sus testículos eran muy suaves. Mientras yo hacía todo esto el sólo hacia gestos de placer, cerraba sus ojos y abría la boca dejando escapar ligeros quejidos de placer, por fin me decidí a desabrochar su pantalón y bajarlo para poder contemplar la belleza que se escondía debajo de la tela, no lo podía creer, estaba inmensamente cambiado, nada que ver con el niño con el que jugábamos a tocarnos, su cuerpo era perfecto, sus nalgas muy bien formadas, sus piernas fuertes y marcadas ya que desde niño practicó mucho el fútbol, su pena ahora coronado con una mata de vellos que lo hacían verse realmente hermoso, yo estaba extasiado con tanta belleza.
De repente el se incorporo y me dijo que ahora él quería tocarme, yo sin ningún miramiento y con las ganas que tenía ya de que Rodrigo me tocara, de una forma acelerada me quite toda la ropa quedando completamente desnudo ante él, el empezó a acariciarme lentamente, eso era la gloria, creía que no iba a soportar tanto placer, deje que recorriera mi cuerpo palmo a palmo casi gritando en ratos de placer, y me preguntaba donde este niño había aprendido a tocar con tanta maestría.
Con la sesión de caricias que no habíamos otorgado mutuamente estábamos en el paraíso, pero nuestro cuerpos ya pedían más para ese momento. Así que empecé a besarle el cuello, a principio se resistió un poco ya que besarnos es algo que no habíamos hecho nunca, pero pudo mas el calor de la pasión que sentíamos en ese momento y después de besarnos cada parte del cuerpo por fin pudimos unir nuestras bocas en un beso que nunca imagine, era nuestro primer beso, primer beso que hizo rugir los volcanes que estaban a punto de hacer erupción, por largo rato nos acariciamos, nos besamos, dimos maromas sobre la hierva sin importarnos nada que no fuera disfrutar de ese momento glorioso, después y sin pensarlo al estar tumbados sobre la hierba yo sobre Rodrigo, mi pene quedo muy cerca de su ano, empecé a rozarlo lentamente con la cabeza de mi pene, el liquido que fluía de este empezó a untarse por todo su esfínter, haciendo que mi pene se resbalara de vez en cuando sobre toda su raya, lentamente fui haciendo presión para que mi pene pudiera penetrar es ano que latía ansioso por ser desvirgado, por fin pude penetrarlo, la sensación que sentí es inexplicable, no cabía en mi ya de tanto goce, por minutos estuve dentro de él, su rostro reflejaba dolor y placer al mismo tiempo, yo trate de ser lo más delicado que se pudiera para no lastimarlo, en esa ocasión solo estuvimos en una sola posición ya que no conocíamos de otras pero fue algo maravilloso, recuerdo que después de esos minutos penetrándolo de repente sentí un cosquilleo por toda mi espalda, ya sabía lo que venía pero nunca imagine que el orgasmo que sentí al mismo tiempo que eyaculaba dentro de Rodrigo fuera tan grande, ni en la mejor de mis masturbadas lo había sentido.
Después de tan grande placer mis piernas ya no resistieron mas y caí tumbado sobre de él, dejando salir mi pene de su ano y con él parte de la gran cantidad de semen que había depositado dentro de Rodrigo; mi amigo de juegos, ahora mi gran amante estaba sorprendido por lo que había pasado al parecer que nunca había tenido todavía un orgasmo, pero eso no era problema yo me encargue en ese momento de procurárselo, así que me dedique a acariciar su miembro, masturbándole de una manera lenta y procurando tocar cada parte de su miembro, acaricie sus testículos con mi mano izquierda ya que la derecha estaba sumamente dedicada a su tarea en el miembro viril de Rodrigo, toque la parte que hay entre el ano y el escroto, intente penetrar con mis dedos de nuevo el esfínter de mi amante, y lo logré, el placer que Rodrigo empezó a sentir fue enorme, no pudo más y por primera vez se retorcía de placer al sentir su primer gran orgasmo, yo quede sorprendido de ver la cantidad de semen que Rodrigo expulso al momento de contraer su cuerpo.
Después de esto permanecimos tumbados en la hierba por unos minutos hasta que creímos oportuno regresar a casa, igual que como nos salimos de la casa regresamos cada quien por su lado para no provocar alguna sospecha. Después de esa maravillosa tarde ya no nos separamos, nuestros encuentros se volvieron más constantes, estuvimos así por más de 7 años hasta que tuvimos que separarnos. Durante este tiempo aprendimos mucho sobre el sexo y sobre el amor, creo que es una de las experiencias de las cuales jamás me podría arrepentir de haberla vivido.
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