Mi primer alumno
Al enseñar a mi amigo, me sorprendí de lo que le hice.
EL PRIMER ALUMNO
Por este medio he escrito otras historias en "Primera Vez" y esta al igual que las anteriores sucedió a mediados de la década de los 50´s, motivo por el cual, algunas cosas les parecerán muy cándidas, pero recuerden, en ese tiempo el tema sexual era prohibido y ningún adulto platicaba con jóvenes y menos con niños sobre temas sexuales tan abiertamente como ahora se hace, además los medios de comunicación también estaban cerrados a estos temas.
Debido a que yo siempre he sido muy caliente, a los 6 años un compañero de la escuela a donde yo asistía para cursar el primer año de primaria me comentó que le habían dicho de una forma muy sabrosa de jugar con el pajarito y yo le pregunté que como y el me dijo, "páratelo y después lo pones entre tus dos manos y te lo frotas como si tuvieras frío en tu manos, es decir como si tomaras un molinillo y trataras de agitarlo" y así lo hicimos un día en el patio de mi casa, mientras se suponía que estábamos haciendo la tarea, claro que conforme le movía a mis manos las sensaciones eran para mi indescriptibles, hasta que llegó el momento en que vi a mi amigo Lorenzo reírse y retorcerse con una cara de satisfacción tremenda y al poco rato yo sentía como que una descarga eléctrica me llegaba a la verga y una sensación de gusto que nunca la había vivido, al terminar de hacerlo mi amigo me dijo, no le vayas a comentar nada a nadie y ni se te ocurra hacerlo cuando te vayan a ver tus papás.
Estos juegos los seguí con Lorenzo por espacio de unos 3 meses, pues por cuestiones del trabajo de mi papá, tuvimos que mudarnos a otra ciudad y el juego con Lorenzo se suspendió, pero yo continúe solo. Cuando llegué a la ciudad en donde instalamos nuestra nueva residencia, me inscribieron en una escuela de monjas en donde yo era de los más chicos y ahí empecé a oír a unos compañeros más grandes cuando hablaban de la puñeta y como yo nunca había escuchado ese término, siempre me quedaba la duda sobre lo que querían decir con eso, hasta que un día, la monjita nos dejó un rato solos en el salón de clases y Joaquín, un compañero como de 9 años se sacó la verga en el salón y empezó a pelársela mientras decía, me voy a hacer una puñeta mientras viene la pinche monja, así fue como ese día entendí que era la puñeta, pero sobre todo comprendí que existían diferentes tamaños de verga, pues el cabrón de Joaquín tenía una herramienta que a mi me pareció enorme y la verdad que al ver como manipulaba su miembro delante de todos y del tamaño me calenté tanto que cuando llegué a mi casa, me fui directo al baño e intenté hacerle a mi verga lo mismo que Joaquín le hacía a la suya y finalmente después de un buen rato terminé y me di cuenta que así también podía sentir bonito.
Dentro de todos los compañeros que tenía en el salón, estaba Jorge un niño muy estudioso e inteligente, del cual todos decían era jotito y poco a poco se empezó a acercar conmigo y a tratar de entablar una buena amistad, cosa que al paso de los días ocurrió, cuando esto sucedió empezó a preguntarme si yo me hacía la puñeta, pero siempre le contestaba que no, así pasó el tiempo y aunque yo seguía satisfaciéndome solo y Jorge siempre me preguntaba si me la hacía yo siempre le contestaba lo mismo, no, hasta que un día me preguntó en la mañana lo mismo y yo le contesté que si y él abrió los ojos tremendamente y me volvió a preguntar ¿En serio te la haces? y yo le dije, claro y él me preguntó ¿desde cuándo? y yo le dije hace mucho y él me volvió a preguntar ¿me enseñas? y yo le dije, a la tarde te espero en mi casa para hacer la tarea y ahí te digo como hacerle al pajarito, con esa plática yo anduve caliente todo el día y a las 5 de la tarde que salimos de la escuela nos fuimos directo a mi casa, la cual era muy grande y con mucho jardín, por lo cual era fácil encontrar en donde esconderse para que mi mamá no nos fuera a ver, así que cuando terminamos la tarea, nos fuimos a jugar y de inmediato Jorge me dijo, enséñame y yo le contesté, lo primero que tienes que hacer es sacar el pajarito y hacer que se pare y para que captara bien lo que yo le decía, me abrí la bragueta del pantalón y me saque mi pajarito, lo empecé a acariciar y de inmediato se levantó, y Jorge empezó a hacer lo mismo, cuando ambos pajaritos estaban bien parados, yo tomé mi miembro y lo empecé a pelar poco a poco y le dije haz lo mismo y aunque en una forma muy torpe empezó a seguir mis instrucciones, claro que como yo ya tenía mucha práctica y ya sabía lo que se sentía al terminar, empecé a acelerar el paso y a los pocos minutos cuando ya estaba a punto de terminar, Jorge me pregunta ¿hasta cuando dejo de pelarla? y yo solo le contesté, sigue pelándotela y no me estés chingando ahora que ya mero termino yo, él sin entender lo que yo estaba sintiendo empezó a verme muy extrañado, pues yo me reía, jadeaba y me retorcía pues estaba terminando, cuando terminé me guarde mi pajarito y me puse a observarlo y claramente vi que era muy torpe y aunque quería no podía pelarla bien, pero aún así el seguía haciendo su tarea, hasta que empecé a ver que presentaba síntomas de estar terminando, así que en ese momento yo le dije, ya párale ya te la hiciste y él me contestó, estás pendejo, estoy sintiendo a toda madre y no le puedo parar y así fue como mi amigo terminó su primera puñeta. Claro que como consecuencia de ver como se la hacía, también vi que él tenía una verga muy diferente a la mía, pues mientras la mía era chica pero un poco gordita y con cabeza grande, la de él era demasiado gruesa en el tronco pero la cabeza era muy pequeña y más delgada que todo el cuerpo o sea que aparentaba una pirámide, gruesa abajo y delgada arriba y eso me llamó la atención y además me predispuso a intentar verla en otra ocasión.
Cuando ambos terminamos eran como las 6 de la tarde y jugamos un rato y ya como a las 8 de la noche cuando el sol empezaba a ocultarse, Jorge me dijo, yo me quedé con ganas y me gustaría hacerme otra puñeta y yo le dije, vamos otra vez a la parte de atrás de la casa y ahí te la jalas, al llegar yo me senté en la banqueta y él se sacó el pajarito y se lo empezó a parar y me preguntó ¿tu no te la vas a hacer? y yo le contesté, no, mejor te veo y él empezó a pelársela poco a poco y eso hizo que a mi se me parara y me empecé a sacar yo también mi pajarito para hacer lo mismo, pero antes de que empezara yo, Jorge me dijo, tu te la haces muy rápido y yo le contesté, es que tengo mucha práctica, dentro de poco tu también vas a poder y en ese momento por razones que ni yo mismo comprendo me acerque a él y le dije, mira así se hace y le agarre su pajarito y se la empecé a hacer yo y como es de suponer él empezó a gozar de que su amigo y maestro le estuviera haciendo una rica puñeta y la verdad que el tocar su miembro me causó una extraña fascinación y no pude dejarla, sino que por el contrario, le dije que se bajara los pantalones y los calzones para agarrarla mejor y él de inmediato se bajo todo y yo le agarré a plenitud su miembro y lo hice que gozara de una rica puñeta, pero lo más insólito para mi fue que yo también goce y cuando él termino yo continué con mi pajarito hasta que también yo acabe.
Cuando ambos terminamos y nos guardamos nuestros miembros, Jorge me dijo que sabroso la pelas, me gustó mucho como me la hiciste, de ahora en adelante te voy a pedir que siempre me la hagas y yo no pude contestar otra cosa que si.
También estuvimos platicando de lo diferente que eran nuestros miembros y él me dijo, a mi me gusta mucho la cabeza de tu pajarito, pues esta muy grande en cambio el mí casi no tiene cabeza y yo le contesté, pero tiene mucho cuerpo y el me dijo, eso si.
Ese fue el primer episodio de mi vida sexual con Jorge, después vinieron otros mucho más candentes, los cuales serán motivo de otros relatos.