Mi prima y su amiga

Nunca imagine lo que iba a vivir con mi prima y su amiga Romina. Fue una experiencia tan fuerte como inolvidable.

MI PRIMA Y SU AMIGA por Marina

Lo que voy a contar ocurrió el verano del año pasado en Bariloche. Todavía no se bien por qué me decidí a hacerlo, porque a veces pienso que sería mejor guardarlo en mi memoria, atesorarlo solo para mi.

Además me da mucha vergüenza pensar que alguna vez se sepa que la protagonista de esta historia fui yo y mi prima Candela. Pero desde chica me gustaba escribir, o al menos en el colegio me decían que era buena para eso. Y bueno, esta es la primera vez que me decido a hacerlo contando una historia que me sucedió a mi.

Me llamo Marina – aunque todo el mundo me dice Piki, y tengo 27 años. Si tuviera que describirme diría que soy una persona tranquila y algo tímida. En lo físico, podría decirse no me falta ni me sobra nada, tal vez tengo algo mas de cola de lo que quisiera, pero para los chicos parece que eso está muy bien. Soy bastante alta y tengo ojos marrones.

Estudié turismo, - no importa donde- porque no quiero dar mucho datos, y hace dos años que trabajo como coordinadora de viajes de una empresa de turismo estudiantil de la ciudad de La Plata.

En enero del año pasado tuve que coordinar el viaje a Bariloche del quinto año de un colegio religioso de la ciudad, al que asistía mi prima Candela. Eran todas chicas, por lo que la empresa nos eligió a mi y a otra chica como coordinadoras.

Mi prima candela es la hija menor de uno de los hermanos de mi papá. Ella si que es una chica muy hermosa. Es rubia como mi tía y si bien tiene 16 años, tiene un cuerpo de mujer impactante. Se viste con ropa muy provocativa, y aunque es mas bien bajita, tiene mucho de todo, y es verdaderamente preciosa de cara.

Siempre fue la rebelde de la familia, la oveja negra para decirlo de alguna manera. Se relacionaba con chicos más grandes que ella, fumaba a escondidas desde los 14, volvía a cualquier hora cuando salía a bailar. A mis tíos los llevaba locos y no tenían forma de controlarla. En definitiva, una chica terrible y desinhibida; al menos, por las cosas que ella misma me contaba. Pero qué lejos estaba yo en ese momento de saber la verdad de lo que era capaz mi prima!

Sin embargo ella y yo teníamos una excelente relación desde que éramos chicas, aunque tiene tres hermanas mayores. Es como que siempre hubo una buena sintonía entre nosotras, y nos reíamos mucho juntas.

Los días previos al viaje fueron terribles. Al final terminé pensando que hubiese sido más fácil coordinar a un grupo de varones que a estas chicas. Estaban muy excitadas con el viaje que sin dudas era la culminación de todo un ciclo del mismo grupo de amigas que venían juntas desde primer grado. Y por otro lado, en el colegio las monjas son muy exigentes con las chicas, así que todo estaba dispuesto para que dieran rienda suelta a su entusiasmo y se divirtieran.

El viaje fue terrible, todo el tiempo las chicas cantando y gritando. No se cansaron en ningún momento. Yo cada tanto la miraba a Cande, y era obvio que ella era líder en el grupo.

Cuando llegamos al hotel hubo un problema con las habitaciones y faltaba lugar para dos de las chicas. Mi compañera de la empresa tenía una tía en Bariloche, así que paraba en su casa. Entonces pusimos esos dos lugares en mi habitación, que tenía una cama matrimonial y una simple. Yo le pregunté a Candela si no quería venir a dormir conmigo a la habitación, y de paso la podía observar un poco mas de cerca, ya que tuve mil recomendaciones de mi tío Fernando para que la vigile. Ella aceptó encantada, y vino con su amiga Romina.

Romina y Cande eran tal para cual. Una mas vaga que la otra. Eran amigas desde muy chicas y compañeras de salidas y aventuras.

Verlas juntas era lindo, porque son muy distintas. Romina tiene el cabello negro y unos ojazos celestes que le resaltan sus facciones delicadas. Tiene un cuerpo muy bonito, y es bien alta.

Las dos primeros días pasaron tranquis, con las excursiones de rigor en la ciudad, al cerro Catedral. Lo de siempre.

A la noche las chicas salían a bailar los boliches, y como a la otra coordinadora le encantaba salir, yo prefería quedarme a dormir y levantarme muy temprano al otro día para organizar las actividades y controlar que todo estuviese en orden.

Candela y Romina me cargaban mucho, me decían "la tía cuida" y me insistían que salga con ellas. Pero yo aprovechaba para hablar por teléfono con el chico con el que salía en aquella época, que se llamaba Alejandro; y estar dormida para cuando llegaban las chicas porque hacían un ruido terrible.

Al tercer día, todo fue la misma rutina. Yo me quedé en el hotel y el grupo salió a bailar. Me dormí profundamente.

En un momento en la noche algo me despertó. Sentí ruidos en el baño y vi el haz de luz por debajo de la puerta.

Abrí los ojos y me quede escuchando.

Sentía el cuchicheo de voces y un sonido raro, como suspiros cortados. Y enseguida un ruidito como a algo metálico. No le hice caso, y trate de seguir durmiendo.

Pero después siguieron risas y más ruidos, y ya me desperté del todo. Me levanté y fui al baño.

"Chicas, que hacen ahí?", pregunté todavía un poco dormida.

Los ruidos cesaron. Escuche un cuchicheo de voces y Cande dijo:

-" Nada Piki, todo bien, nos estamos arreglando".

"Bueno che!, pero no hagan tanto quilombo, que yo me levanto a las seis!"

"Si, si, dijo Cande", conteniendo una risita.

Volví a la cama. Pero ni bien me metí y me tapé, se escucho grito que identifiqué claramente de Romina:

  • "pero que hacés pelotuda, se te cayó la mitad!!!?".

Ahí nomás me levanté molesta y fui hacia el baño. Además miré el reloj y eran las cuatro de la mañana, por lo que no era hora para estar arreglándose para salir. Abrí la puerta y lo que vi me dejó muda.

Estaba Candela en bombachas y corpiños sentada en el bidet con un plato en la mano, un plato de cocina. Y Romina estaba solamente con una remerita pero completamente desnuda de la cintura para abajo, arrodillada en el piso y apoyada en sus codos. Tenía un sorbete de gaseosa puesto en su nariz y aspiraba del piso. Su cola estaba desnuda estaba frente a mi, y no le importó que yo me apareciera. Siguió en lo suyo y dejó que yo viera su cuerpo arqueado así, con todo expuesto.

En el plato que tenía Candela había largas líneas de cocaína. Ella se quedó inmóvil mirándome, y como implorando me dijo:

  • "Piki, please, no me mandés al frente!!"

Yo no sabía que hacer.

  • "Pero que haces Candela, sos loca vos!!!??", alcancé a decir.

En eso se paró Romina y se puso frente a mí, muy cerca y mirándome fijo a los ojos. Me tomó de la cintura y me llevó hacia ella. Tenía toda la nariz llena de polvo blanco. Así sin decir nada me besó en la boca. Sentí su lengua que hacía fuerza por meterse en mi boca. Yo me fui para atrás instintivamente. Ella buscaba abrir mi boca con ganas, y no sé que me pasó. Lo confieso. No sé si fue porque estaba dormida o porque vi el cuerpo de Romina, ahí abajo, tan abierto hacia mi que en esa fracción de segundo me dio como calor. No pude reaccionar y cedí.

Ojo!, yo nunca tuve inclinaciones raras, ni me gustó nunca ninguna mujer. Ni se me había cruzado por la cabeza. Pero algo me pasó en ese momento.

Así que me dejé llevar, y casi sin saber lo que estaba haciendo le respondí el beso a Romi.

Vi que Candela sonrió como aliviada y volvió su atención al plato. Con el canutito que tenía en la mano aspiró una línea larga de merca, como le dicen las chicas.

Romina me seguía besando cada vez más fuerte y con ganas; y yo arrinconada contra la puerta del baño estaba como boba. La deje hacer y nuestras lenguas se unieron en un largo beso, que se me hizo eterno.

En eso Romina se separó de mi, y me dijo:

"Vení, proba esto, que te va a encantar!".

"Pero, estas en pedo vos?, qué te pasa?", alcancé a decir.

Sentía que mis defensas se iban debilitando. Las mejillas me ardían y mi corazón latía a mil por hora. Nunca se me había ocurrido probar alguna de esas cosas. Es más, ni siquiera fumaba.

"Si, vení y proba" insistió Romina casi ordenándome.

En ese momento se paró Candela y se puso frente a mi; y mirándome a los ojos con una sonrisa picara dijo:

  • "Prima, no te había imaginado así!. Dale vení probá. No seas boluda, tomate una línea".

Yo estaba como en otro mundo, entre dormida y alucinada por el espectáculo deshinibido que me daban las chicas. No podía creer que Cande consumiera cocaína. Me podría haber imaginado que se fumaba un porro de vez en cuando, pero esto jamás.

Me acercó el plato a la cara y me dio el sorbete cortado al medio.

  • "Sabés como se hace, no?". Me sentía una tonta, sin saber qué hacer o cómo actuar. La situación me había desbordado por completo.

"Mira, agarrás al canutito, te lo pones en la nariz, pero sin soplar eh!. Elegís una y aspiras así, ves?", dijo Candela mientras tomaba otra gruesa línea. "Tomá, dale vos ahora, pero tomate estas dos de entrada, así te pega más!"

Y aspiré dos largas y finitas. Al principio no sentí nada, solo una picazón en la nariz. Después me hicieron sentar en el inodoro y me pidieron que siga tomando para entrar en clima. En el plato había unas quince líneas que prolijamente había armado Candela con una tarjetita de plástico, mientras yo me besaba con Romina.

En ese momento Romi se paró frente al lavatorio. Separó las piernas y arqueó su espalda inclinándose un poco y mostrando su cola. Sus piernas eran largas y muy bien formadas. Jugaba al voley en el equipo del colegio y hacía gimnasia desde chica. Su piel era bien blanca. Yo no podía dejar de mirarla porque se veía muy sexy en esa pose.

  • "Dale Peti, vení acá. Vamos a mostrarle a Piki lo que hacemos", le dijo a Candela. Ella obedeció al instante y se arrodilló detrás. Le apoyó las dos manos en la cola y Romi se arqueó todavía más. Pude ver el agujerito y su vagina, totalmente sin vello. Candela comenzó a pasarle la lengua suavemente. Después le apoyó los labios y comenzó a succionarla con ganas. Podía ver la cara de placer Romina reflejada en el espejo del botiquín. Gemía suavemente. Yo seguía aspirando cocaína y comencé a acelerarme. La visión de las chicas me excitó terriblemente.

"Dale pasáme la lengua por el orto" le dijo Romina.

"Te gusta eso guacha, eh!. Bueno, arrodilláte sobre el piso así llego mejor", le respondió Candela.

Romina se puso en cuatro patas sobre el piso y Candela se ubicó atrás en la misma posición. Con las dos manos le abrió los cachetes de la cola y comenzó a pasarle la lengua de arriba abajo por el ano. Ahora Romi gemía con más fuerza. El espectáculo era impresionante. Yo jamás hubiera pensado que me podían excitar dos chicas haciendo eso. Pero era así, me estaba mojando como loca. Siguieron así un rato, mientras yo seguía aspirando, línea tras línea. La verdad que me encantó la sensación. El corazón me latía con fuerza y me sentía muy acelerada. Sentía que podía hacer cualquier cosa.

Veía la cola de Candela con la bombacha muy metida, ganada como dicen; y me gustó. No podía creer que estaba observando con otros ojos a mi propia prima. Tenía un físico hermoso. Eran nuevas sensaciones que me venían al cuerpo, todas juntas.

Romina miró hacia el plato, que ya estaba casi limpio y dijo:

"Pero mirála a la guacha de Piki, se tomó todo!. Peti, sacá más!.

Y Candela abrió su mochila y sacó un manojo de bolsitas.

  • "Hay mucho más?", pregunté ansiosa a esa altura. Quería seguir aspirando.

"No te hagás drama que tenemos una bocha, para todo el día y de la buena. Ni siquiera hay que pisarla", dijo Romina. Candela tomó el plato, abrió cinco bolsitas y desparramó todo el contenido. Era un montón.

"Dame, dejá que yo las arme", dijo.

Romina me agarró la mano y me hizo parar. Me sacó la remera y me quedé en lolas y en bombachas.

  • "A ver, dejáme verte". Yo estaba impresionada por cómo ella daba órdenes y nosotras cumplíamos. Ya estaba entregada.

Me agarró las lolas con ambas manos y comenzó a pasarme la lengua y a chuparme los pezones. Me acariciaba la cola y me tocaba por sobre el calzón. Me sentía rara, pero la sensación me encantaba.

Luego me sacó la bombacha y se acostó en el piso.

  • "Vení, quiero probarte. Sentaté acá", dijo sacando la lengua. Me paré con las piernas a ambos lados de su cabeza y me fui sentando en cuclillas sobre su cara. Fue impresionante. Sentía que su lengua se metía adentro mío furiosamente. Sin darme cuenta me corrí y le puse mi cola sobre su boca. Ella me lamió con más ganas aún. Me pasaba la lengua por mi cola, con las manos me abría los cachetes y la metía con fuerza.

  • "Mmm, ésta es de las mías. Le encanta que le chupen el culo", dijo desde abajo.

Seguimos así un rato, mientras nos pasábamos el plato con Candela y tomábamos más líneas. Bien gruesas esta vez. Ya no me importaba. Le sensación de la merca en la cabeza y la boca de Romina ahí abajo me enloquecían. Tomábamos increíbles cantidades de agua por que la cocaína te da una sed terrible.

"Ya es hora de que la pruebes a tu prima y pasen ese plato, que se van a tomar todo ustedes!" dijo Romina.

Candela se puso en cuatro patas sobre la tapa del inodoro, ofreciendome su cola. Yo la miré y me gustó mas aún la visión. Acaricié su espalda y su cola con las dos manos, y el contacto de su piel me excitó más. De repente me vi corriéndole la bombacha y acercando mi boca a su vagina. Le pasé la lengua y el gusto era exquisito. Candela gemía como loca.

  • "Si, si, así dale, mas adentro". "Viste que rica concha que tiene tu primita?", dijo Romina.

Era la primera vez en mi vida que hacia algo así con una chica, y nada menos que con mi propia prima!. Pero no me importaba nada. Estaba super sacada y excitada. Romina miraba sentada en el bidet mientras aspiraba directamente del montón porque las líneas que había armado Candela ya las había tomado.

  • "Chupale el culo, que eso la pone loca!" dijo Romina. Obedecí y comencé a besarle la cola. El agujerito era rosadito y muy suave. Me encantó la sensación. Me detuve ahí un largo rato.

Seguimos durante un tiempo que hoy lo recuerdo y me parece una eternidad. Nos turnábamos para besarnos, acariciarnos y para seguir aspirando. Las chicas sacaron más y más bolsas de cocaína que ya ni las armábamos en líneas. No podíamos esperar ni un segundo para seguir tomando. Así como caía el polvito sobre el plato una de nosotras, o a veces dos, nos lanzábamos como desesperadas con los canutos a aspirar.

Pasaron las horas y se hizo de día. Yo tenía que trabajar y la idea de salir así sacada me atormentaba.

"Chicas, me tengo que ir".

"Qué?, estás loca vos?, dijo Romina.

" Te vas a ir ahora, justo en lo mejor!?. Además nos seas pelotuda, nos vas a salir así, sacada. Vos te crees que nadie se va a dar cuenta?. Dejáte de joder inventáte algo, que se yo, decí que te sentís mal o algo así". Tenía razón. No podía presentarme en ese estado.

La llame a mi compañera y le dije que estaba descompuesta, que había comido algo que me cayó mal; y que me iba quedar en la habitación hasta la tarde. También le dije que las chicas iban a ir a visitar a un primo de Romina que vive en Villa La Angostura y que yo me hacía responsable. El chico las iba a pasar a buscar por el hotel, porque trabaja en Bariloche.

Se creyó la historia y me sentí feliz y aliviada de saber que podíamos seguir con lo nuestro tranquilas sin que nadie nos molestara.

"Bueno, tenés sed?", le preguntó Romina a Candela.

"Sii, ya es hora del matased, no? respondió ella. Yo no entendía de qué hablaban.

Romina se paró con las piernas a ambos lados del inodoro y Candela se arrodillo delante de ella. Abrió la boca bien grande y Romina comenzó a hacer pis. Yo no lo podía creer!. Le caía justo dentro de la boca y le salía un chorro grueso. Candela tragaba como podía. Con sus ojos cerrados gemía de placer mientras tomaba el pis de su mejor amiga. Era un cosa de locos lo que estaba pasando.

Cuando paró un poco el chorro, Candela agarró el vaso que había en el baño y lo apoyó en la vagina de Romina. Siguió saliendo y llenó el vaso en un segundo. El pis era casi transparente por la mucha agua que veníamos tomando. Cande lo bebió de un solo trago. Y así lo hizo tres veces.

-"Y vos no te animás?", me preguntó Romina.

"Es que no se si me va a salir", respondí con timidez. Yo ya era un juguete de estas dos degeneradas; pero me gustaba.

-"Dale vení sentáte acá, yo te ayudo". Me senté en el inodoro y Romina metió la mano justo abajo mío y puso el vaso.

-"Concentrate y hace fuerza y vas a ver como sale", dijo ella. Y así fue, primero salió apenas un chorrito y después comenzó a fluir. Sentía el ruido del vaso como se iba llenando.

  • "Pará, pará que lo vas a rebalsar, aguantá un cachito!" dijo Romina. Sacó el vaso debajo mío que estaba bien lleno y ahí nomás comenzó a tomar mi pis mientras me miraba fijo a los ojos.

Yo estaba extasiada. Nunca pensé que alguien podría hacer algo así. Me sentía un poco estúpida por no haber imaginado esas cosas antes y que ahora me parecían alucinantes. Repetimos lo mismo como cuatro veces. Ella ponía el vaso, yo lo llenaba, después aguantaba mientras se lo tomaba rápidamente, y lo volvía a colocar justo debajo mío. Cuando lo llené por última vez, Romina se lo dio a Candela.

  • "Tomá, el premio es para vos". Candela se bebió el vaso con mi pis sin dudarlo. Yo estaba en el cielo con lo que hacía y veía. A esa altura no me importaba nada. Las tres estábamos sacadas y como locas.

-"Yo quiero probar, pero no quiero del vaso", dije. Estaba fuera de mí.

  • "Dale vos Peti, yo tengo que tomar mas líquido", ordenó nuevamente Romina. Ella manejaba la situación como quería y a nosotras nos fascinaba que así fuera.

Me acosté en el piso y Candela se puso en cuclillas sobre mi cara.

  • "Abrí la boca grande y apoya los labios en mi concha, así no se escapa nada", me dijo.

Ni bien lo hice, Candela comenzó a hacer pis en mi boca. Salía a grandes chorros, y me lo iba tragando. En un momento casi me ahogué porque era mucha. Pero me encantó sentirlo entrar a mi estómago, bien caliente. Prácticamente no tenía gusto y me tomé absolutamente toda, no se me escapó una gota. Y mientras Candela descargaba una cantidad impresionante de pis dentro mío, sentí la boca de Romina en mi vagina y tuve un orgasmo fuertísimo. Fue inolvidable.

Después de esa sesión alucinante de tomarnos nuestros pis, seguimos aspirando mas cocaína. Ya había perdido la cuenta de las veces que las chicas metían la mano en la mochila y sacaban un nuevo puñado de bolsas. Debimos haber tomado hasta entonces mas de treinta bolsitas.

Era ya cerca del mediodía y las tres estabamos increíblemente excitadas y sacadas. Todo lo que existía en ese momento era ese pequeño baño y nosotras tres. No había nada más importante el mundo.

Pero aún faltaba lo mejor, lo más increíble estaba por venir.

"Che Peti, estás con hambre?" dijo Romina con una sonrisa traviesa.

"Y a vos qué te parece?. Estaba esperando el momento del plato fuerte" dijo mi prima.

Yo me imaginé inmediatamente de lo que estaban hablando, y me parecía increíble de lo que eran capaces estas chicas.

"Ahora la vas a ver comer a tu primita" dijo Romina.

Yo no podía creer que estuvieran pensando en algo así, pero en ese momento nada me parecía raro o asqueroso. Sentía que mi cuerpo hervía y quería más, más cocaína y más cosas, quería ver y hacer más. No podía parar.

Candela se acostó en el piso boca arriba. Romina se puso en cuclillas con la cola cerca de la cara de mi prima y se agarró del lavatorio para mantener el equilibrio. Romina quedó de espaldas a mí, o sea que tenía una visión perfecta de lo que iba a pasar.

Todo quedó así, en silencio por un momento.

"Y?", dijo Candela.

"Espera boluda, ya va, ya vas a comer!. Tenés hambre guachita?, querés comer lo que te de, como siempre?.

"Si, porfi, no aguanto más, cagáme de una vez!, quiero comer tu mierda", decía como desesperada Candelita.

Después las chicas me contaron que hacían estas cosas desde hacía mucho tiempo. En primer año, cuando tenían trece años lo hicieron con una profesora de ingles, que las inició en estas cosas de tomarse el pis y comerse la caca. Luego se les hizo como un vicio, querían probar más y más cosas nuevas y ahí apareció la hermana mayor de Romina, que es una todo un caso también; y empezaron con lo de la cocaína. Era una locura todo lo que hacían estas chicas y todo a escondidas. Si sus padres supieran lo que hacen sus nenas!. Y mi tío Fernando!; de solo pensarlo se me pone la piel de gallina. Y ahora yo, la prima responsable metida en todo esto!.

"Ahí sale, ahí va" dijo por fin Romina con un gemido de esfuerzo.

Yo no podía quitar la vista de la cola de Romi y de la boca de Candela que estaba abierta esperando con ansiedad lo que le iba a dar su amiga.

"Sii, lo quiero ya, dame ese sorete de una vez!, hace un montón que no me das", decía Candela.

Comenzaron a caer chorritos de pis de Romina y pude ver que el ano se le iba abriendo, y que comenzaba a salir lentamente la punta de la caca.

"Ahí te lo mando Peti, sabes que es tuyo, disfrutálo", dijo Romina.

Y vi como salía la caca del ano de Romina, ahora bien abierto. El coso era de color marroncito, como dulce de leche, bien ancho y sólido, pero bien liso. Cuando hubo salido casi la mitad, Candela estiró el cuello y lo tomó en la boca con un profundo gemido de placer. Y siguió saliendo, parecía interminable. Debió haber medido unos treinta centímetros como mínimo.

Cuando terminó de salir, le llenaba toda la boca a Candela. Vi como ella mordió y saco con la mano el pedazo que salía de fuera de su boca; y comenzó a masticarlo lentamente y lo fue tragando. Después tomo el otro pedazo y lo empezó a chupar como una banana, sin morderlo.

"Mmm, que rico, hija de puta, no podés cagar asi!".

Era un momento mágico, imposible describir ahora con palabras. Estaba como extasiada viendo el espectáculo de mi prima comiendo con tanto placer la caca de Romina.

Yo pensé que me iba a dar asco, pero no fue lo que sentí. Hasta me pareció lindo y tentador lo que salió de la cola de Romina; pero aún así no sabía se me animaría a hacer algo así.

Romina se acercó a Candela, mordió un pedazo de lo que aún tenía en la mano y comenzó a comerlo. Las dos estaban comiendo la caca con verdadero placer.

Cuando Romina terminó de comer, me dijo:

  • "Ahora vos, veni probá!. Limpiame el culo con la lengua. Quiero que me lamas bien".

"-Es que no sé , no me animo, no se si me va a gustar"

"Dale boluda, veni que te va encantar. No te pido que comas, solo que me chupes un poco el culo y pruebes el sabor apenas.

"Dale proba Piki, te va gustar. Además esta guacha caga de diez", dijo Candela.

"Bueno". Yo ya estaba completamente en sus manos. No me podía resistir a nada.

" Tomate unas líneas así agarrás valor", me dijo Romina. Entonces zambullí mi nariz en la cocaína y me aspiré en un minuto todo lo que había, que era mucho. Después de acabarla seguía recorriendo el plato con el canuto frenéticamente buscando más.

"Mirala vos a la Piki, tan santita que parecía!. Toma merca como una yegua", dijo Romina y las dos se rieron.

"Bueno dale, veni a probar" dijo Romina mientras se ponía sobre la tapa del inodoro y me ofrecía la cola.

La verdad que Romina tiene una cola hermosa, grande pero bien formada y dura. Es perfecta. Nunca antes había reparado en ella, pero ahora se presentaba un mundo de nuevas sensaciones y placeres para mí.

Me acerque a ella y la mire de cerca. Tenia la espalda bien arqueada y se la veía fatal en esa posición.

Tenia un poco de caca alrededor de su ano, no mucha porque había sacado todo muy prolijamente. Impecable diría.

Sin dudar puse mi lengua en su cola, y comencé a pasarla de arriba abajo, hasta que quedo completamente mojada con mi saliva y limpia, como ella me había ordenado. El sabor no estaba para nada mal. Un poco salado pero rico. Un sabor nuevo y diferente que nunca más quise dejar de probar desde ese entonces.

"Y, que te pareció?", preguntaron las dos.

"La verdad que nada mal. Quiero comer y quiero comer mucho, como vos Cande".

No era yo la que decía esas cosas. No me podía creer hablando así. No sé si era toda la droga que había tomado o la situación con estas dos chicas varios años menores que yo, que con total inhibición y sus chanchadas me estaban volviendo loca.

"Cande, sacá mas merca, necesito más", dije nuevamente desconocida para mi misma.

Al instante Candela había puesto una cantidad impresionante de cocaína en ese plato. Creo que fueron diez bolsitas. Eran una montaña blanca, que ella desparramó así nomás con la extensión de la tarjeta de crédito que le había dado mi tío. Eso era tan loco!.

Esta vez nos lanzamos las tres, cada una con su canutito a aspirar con locura y desesperación. Ya comenzábamos a sentir que en algún momento se iba a acabar y ninguna quería dejar de aspirar lo más que pudiera. Estábamos complemente sacadas, fuera de sí; más de lo que cualquiera que lea esto fríamente pueda imaginar.

"Bueno Peti, te toca a vos. Tenés ganas de cagar o no?, dijo Romina entre suspiros de su respiración acelerada. En ese momento pensé por primera vez que toda la cocaína que estabamos tomando nos podía llegar a hacer mal. Candela temblaba y respiraba agitada. Eran las cuatro de la tarde y hacía doce horas que estábamos así en esta orgía de locura.

  • "No, todavía no, dejáme tomar un poco más de merca y me van a dar ganas seguro".

"Bueno, vení entonces vos Piki, yo todavía creo que tengo algo adentro. No te voy dejar con las ganas.", dijo Romina como siempre manejando la cosa.

"Y que hago?", pregunté

"Bueno meteme el dedo bien adentro en el orto y movelo, revolvé bien".

Metí con fuerza mi dedo y lo saqué, moviéndolo hasta sentir las paredes duras de su cola. Salió lleno de caca y me alucinó. Sin decir nada ni pedir permiso lo llevé a mi boca y lo saboreé. Estaba riquísima. Quería mas con desesperación. Volví a meter, pero esta vez dos dedos dentro de la cola de Romina.

Boluda, me hacés doler, mete despacio!, grito ella.

"Ya estoy, ya me viene, dijo Romina con el plato en la mano. Totalmente sacada. Estaba toda transpirada y aceitosa.

"Dame ya, quiero tu mierda ya, no puedo más!, grite como una loca.

"Pará pajera que nos va a escuchar todo el hotel!", dijo Romina siempre bajo control.

Peti pará, ponete en cuatro, dale así. Lo va a disfrutar mas. Y vos acostáte boca abajo, así lo hice yo la primera vez y no me olvido más", me dijo Romi.

Me acosté en el piso del baño y Candela se puso en cuatro patas sobre mi, como si nos fuéramos a besar la una a la otra nuestras vaginas. Arqueó bien su espalda, bajo la cabeza y comenzó a hacer fuerza.

Yo volaba, estaba en otro planeta. Romina se paró arriba de Candela y le abrió las nalgas. Desde abajo yo venia el ano de mi prima, bien rosado y abierto. Y esperé jadeando del acelere que tenía.

Dale dame, por favor Cande, lo quiero, me muero, quiero ver salir tu mierda, no aguanto más, quiero comer, dame lo tuyo, sacálo ya!".

Esa era yo, o no era, no se… Ahora que recuerdo todo me parece tan loco pero tan real.

Ahí va Piki, esperá, ya te lo doy", decía Candela con ternura.

Y finalmente vi que su ano se abría y asomaba "eso", que era de un color más claro que el de Romina. Lo esperé, lo dejé salir mientras lo miraba salir totalmente loca de placer, porque sabía que iba a ser mío y que en unos segundos estaría dentro de mi estómago. Era terriblemente excitante verla en esa posición tan sexual, con su espalda arqueada y su cola expuesta en toda su belleza

Cuando hubo salido unos cinco centímetros de la cola de Candela no aguanté mas y lo mordí, lo corté y me lo comencé a comer desesperadamente. Ni lo mastiqué, así como estuvo en mi boca lo tragué. Y me encantó la textura, el sabor, el aroma. Lo sentía caliente en mi estomago. Fue algo increíble!.

"Yo te dije Peti, es una hija de puta esta. Sabía que se iba a re prender!". Pero no te lo comas todo eh! dejáme algo para mí", escuché que decía Romina, mientras yo masticaba y tragaba sin parar la caca que me daba Cande en mi boca.

En ese momento Romina me puso la mano en la frente y me empujo para que me aleje de la cola de mi prima. Tuvo que hacer fuerza porque la caca seguía saliendo larga, parejita y hermosa, y yo no quería perderme nada. Parecía interminable, no dejaba de salir. Y me quedé masticando y tragando lo ultimo que con desesperación pude tomar de Candela. Enseguida Romina puso la mano debajo de la cola de mi prima y recibió el largo pedazo que salió por último, que en ese momento me pareció la cosa mas linda y deseable del mundo. Yo solo quería devorar eso. Estaba frenética.

  • "Forra, esta es la mejor parte!. Te pensas que la vas a disfrutar vos sola?".

Y tomo el trozo de mi prima y se lo llevo a la boca. Lo chupaba y lo lamía como lo había hecho Cande con la caca de ella. Era algo indescriptible ver eso desde donde yo estaba. Después Romina se paso la caca por la cara como pintándose. Terminó con todo su rostro todo embardunado, los pómulos, la frente, sus manos. Luego lo pasó por el plato lleno de cocaína, como haciéndolo una milanesa y se lo dio a Cande en la boca para que lo coma.

"Y ahora te toca a vos, nos tenés que dar a nosotras y mas vale que vayas haciendo fuerza", dijo Romina.

Si!, quiero cagarlas, quiero que coman mi mierda las dos, pendejas hijas de putas, me re calientan, quiero que se la traguen, que se mueran por comerla!

Obvio pelotuda, nos vas a dar todo lo que tenés guardado ahí adentro de tu orto, guacha hija de puta!. Yo sabía, yo le decía a Cande que eras una puta mal, yo sabia que esto te iba a encantar, viste como te lo tenías guardado?, o acaso no lo pensabas, eh!?: No me jodas, yo sabia. Yo te veía como le mirabas el culo a tu prima, o te pensas que soy ciega!?. Te lo querías comer, lo querías, o no perrita de mierda!!?.

Esa era Romina a esa altura. Estaba totalmente sacada. Había puesto más cocaína en el plato, esta vez la cantidad fue infernal, creo que las últimas diez bolsas. Era una montaña, y de nuevo las tres nos arrojamos al plato a aspirar sin parar. Eso era un absoluto descontrol. Estabamos desesperadas tomando y tomando. La mano de Candela que sostenía el plato temblaba como loca, pero no importaba. Ya nada importaba a las nueve de la noche

No pude mas y me paré.

  • "Loca, me cago!, coman ya, por favor!"

Y así como estaba comencé a darles todo, ni me acuerdo como salió, solo se que mucho, y las dos se desesperaron para ponerse bajo mi cola. Yo largué toda la caca que tenia adentro. Y ellas se pelearon por comerla. Estaba feliz, me sentía loca, estaba en otro mundo. En un momento Romina puso el plato debajo de mi cola y descargué ahí lo ultimo que tenia sobre esa pila de cocaína. Y ellas lo lamieron, lo comieron, aspiraron lo mío mezclado con la merca. Y morí de placer.

Nos quedamos besándonos en la boca las tres, pasándonos los últimos pedazos de caca de una boca a la otra y eso fue definitivamente inolvidable. Eran las 12 de la noche de la noche

Si les gusto mi relato, que por otra parte es totalmente cierto, me pueden escribir a: marinita1976@hotmail.com