Mi prima Vanesa
Ella llego de España y se encontro que estaba sola en la ciudad, yo solo le di compañia.
Cuando esa mañana me sonó el celular yo no imagine que la vida me estaba por regalar semejante sorpresa.
Era Vanesa, una prima lejana que acababa de llegar de España donde se encuentra trabajando. Ella había venido sin avisarle a nadie para darles una sorpresa a sus padres y la sorpresa se la llevo ella, mis tíos y mis padres se habían ido de viaje hacia ya un par de días y tardarían otros cuatro en volver.
Había ido hasta su casa y al no encontrar a nadie llamo por teléfono a la mia y la señora que hace la limpieza le dijo que no había quedado nadie en la ciudad que el único que estaba era yo y le dio mi número. Me dijo que si no tenia problemas en que se quedara en mi casa hasta que sus padres regresaran por supuesto que le dije que no había inconvenientes y que ya mismo llamaría a la casa para avisarle a la señora que le permitiera pasar y que le preparara una habitación.
Como era el día de más trabajo en la oficina le avise a mi prima que iba a llegar tarde y continué con mi trabajo.
Cuando llegue a mi casa me encontré con Vanesa que estaba viendo un programa por televisión.
Nos saludamos muy efusivamente porque siempre fuimos muy apegados el uno al otro, se podría decir que mas que primos éramos amigos.
Me contó que había llamado a sus amigos para encontrarse esa noche y que le gustaría que la acompañara ya que muchos de esos amigos también eran amigos míos. Quedamos en que me bañaría para despejarme un poco del día terrible que había tenido en la oficina y nos iríamos con sus amigos.
Cuando salí de bañarme la encontré esperándome ya lista para salir para el Púb. en donde nos estaban esperando. Ella se había puesto un vestido corto con flores que le quedaba muy bien, yo me puse un Jean y una camisa para descansar de la ropa más formal que tengo que usar por el trabajo.
Llegamos al lugar de encuentro y estuvimos hablando un largo rato con los amigos hasta que a uno se le ocurrió ir a un boliche bailable que quedaba cerca de donde estábamos y donde se juntaba toda la movida nocturna de la ciudad. Al boliche fuimos 8 personas, 4 mujeres y 4 hombres el dato que me faltaba era que los otros eran parejas entre ellos por lo que los únicos que estábamos solos éramos Vanesa y yo.
Salimos los ocho a la pista de baile y comenzaron a aparecer los tragos, la verdad es que la estábamos pasando muy bien. Como a las 3 horas de haber llegado y a los muchos tragos que habíamos tomado pusieron música lenta. Los otros del grupo se fundieron en un abrazo con sus respectivas parejas. Con Vanesa nos miramos y tímidamente nos abrazamos para bailar esos temas lentos. Me decía que se sentía rara por la situación, llegar al país después de varios años no encontrar a nadie de su familia, salir a bailar y enterarse que todos sus amigos están saliendo con sus amigas y encima de todo bailar lento con su primo.
Yo le pregunte si decía eso porque era tan mal bailarín, ella se reía de mis comentarios pero después de sus palabras algo cambio entre nosotros su abrazo se hizo mas apretado, el contacto de nuestros cuerpos más profundo y su respiración más entrecortada.
Nuestros amigos de a poco se fueron marchando y quedamos solos bailando muy pegaditos en el medio de la pista. Vanesa se recostaba sobre mi hombro, jugaba con sus dedos con mi pelo y lo más importante era que acomodaba sus piernas sobre mi pija.
Las palabras que no pronunciábamos eran más importantes que las pavadas que nos decíamos, el sueño se estaba apoderando de nosotros pero quizás ninguno de los dos quería que el momento terminara. Ya al amanecer éramos los únicos que quedábamos en la pista, de golpe la música se apago y se encendieron todas las luces, ya había gente haciendo la limpieza del lugar. Abrazados como estábamos nos fuimos hasta mi auto que era el último que quedaba en el estacionamiento del lugar. Ninguno de los dos quería que ese momento terminara por lo que caminábamos muy lentamente hasta el coche, cuando estábamos ya en la puerta del vehículo nos miramos y una corriente nos atravesó el cuerpo y nos fundimos en un beso que no terminaba más. Apenas llegamos a la casa desde la cochera hasta mi habitación nos fuimos besando y tocando cada rincón del cuerpo, Vanesa había despertado en mi toda la lujuria que se puede despertar, a ninguno de los dos nos importaba para nada la relación de parentesco que teníamos, éramos simplemente una mujer y un hombre entregados a la pasión.
Apenas llegamos a la habitación nos quitamos las ropas y nos devoramos el cuerpo terminando en un 69 que nos llevo a los dos al orgasmo sostenido e interminable que parecía que nos iba a dejar sin fuerzas para lo que venia.
Vanesa me cabalgo un largo rato corriéndose en varias oportunidades, yo por la acabada que había tenido antes más el alcohol que llevaba encima parecía que nunca iba a terminar. Pero al final me corrí en un largo orgasmo que me dejo completamente agotado, ella se acostó a mi lado y así nos quedamos dormidos los dos, desperté a la mañana siguiente cuando Vanesa me chupaba la pija como un condenada, cuando acabe me dijo que había estado muy rico su desayuno, después se puso en posición de perrito y le perfore el culo. Cuando acabamos nos duchamos juntos y salimos a pasear por la ciudad. Cuando mis padres llamaron a pedido de ella no les dije nada de su presencia y seguimos cogiendo como locos los días que pasaron hasta que ellos regresaron, al año siguiente me tome tres meses de licencia y me fui a España donde vivimos como marido y mujer durante todo ese tiempo.