Mi prima Sara, un cincuentón y yo, en un cine.

Aquella tarde, en plena oscuridad y a pesar de que el cine estaba casi vacío, vi como un hombre de unos 50 años se sentaba junto a mi prima y que al poco y sin cortarse un pelo la empezaba a meter mano, mientras ante mi sorpresa ella, sonriendo, se dejaba hacer.

Hola amigos y amigas de todorelatos. Aqui estoy de nuevo con ustedes en mi segundo relato, una nueva aventura junto a mi prima Sara, la cual les recuerdo que en realidad es sobrina segunda mia, que actualmente acaba de cumplir 38 años y que es toda una preciosidad, realmente bonita, de cara aniñada, con 1'70 de altura y delgadita, pero bastante rotunda físicamente, con unas caderas y un culo de locura y unas curvas espectaculares, pero con una cintura de avispa y unos preciosos ojazos verdes, con unos gordos, redondeados y duros pechos y con una preciosa melena rubia, lisa y muy, muy larga. Que mi nombre es Chuismi, de Chuis Miquel, que soy y vivo en Zaragoza, España, que actualmente tengo 49 años y que soy rubio de ojos azules, de 1'74 de altura, 68 kilos de peso, complexión media y según la mayoria de las mujeres muy guapo, bastante atractivo y muy, muy bien parecido.

Lo que voy a contarles ocurrió a mediados de Julio del 2004, o sea, hace unos catorce años, cuando yo tenia 35 y Sara 24 y que aún hoy, al recordarlo, todavía me excita.

Les diré que en aquel entonces, los martes por la tarde mi prima Sara y yo los pasabamos en un cine clásico de nuestro barrio, cine que durante los martes de los meses de verano proyectaban dos películas en sesión continua. Ambos pasábamos allí unas tardes divertidas, comiendo palomitas y viendo películas de reposicion, unas buenas, otras malas, pero siempre, siempre, entretenidas y ya luego, sobre las ocho y media, a la salida del cine y recien salida de trabajar nos esperaba mi prima Ana, la madre de Sara, para tomarnos algo en alguna terraza y volvernos los tres juntos a casa.

Y aquí empieza el relato:

Aquella tarde, en plena oscuridad y a pesar de que el cine estaba casi vacío, vi como un hombre de unos 50 años se sentaba junto a mi prima y que al poco y sin cortarse un pelo la empezaba a meter mano, mientras ante mi sorpresa ella, sonriendo, se dejaba hacer.

El viejo introdujo su mano por debajo de la falda de Sara y empezó a refrotarla contra su coñito. Mi prima se había echado un poco hacia delante y había abierto ligeramente las piernas. El hombre la estaba masturbando a conciencia y ella empezaba a respirar nerviosamente apoyando su mano izquierda sobre la cara para que yo no me percatara. Sara debió tener un orgasmo enorme porque se arqueó involuntariamente y gimiendo como si le faltara el aire, empezó a temblar jadeando sin control.

Al poco, el desconocido cogió la mano derecha de mi prima y se la llevó sobre el paquete. Se notaba que el viejo estaba muy excitado porque tenía un bulto grande y considerable. Sara empezó a presionárselo por encima del pantalón y él echó la cabeza hacía atrás, disfrutando de aquellos tocamientos. Así estubo un rato hasta que de repente el hombre se levantó de la butaca y desapareció sin más.

Unos diez minutos más tarde mi prima me dijo que iba al bar a comprar más chuches, que le esperase aquí, que no tardaría. Pasó un tiempo y yo empezé a imaginar que allí pasaba algo raro y salí en su busca. En el bar no estaba, en el vestíbulo tampoco... Solo restaba buscar en el WC de señoras, pero allí yo no podía entrar.

Entre lo preocupado por su ausencia y lo nervioso que ya estaba, me entraron ganas de mear y fui al servicio de hombres. Entrando me saqué la polla y descargué una larga meada en un urinario y fué al terminar, cuando escuché que en uno de los retretes había dos personas trajinando.

Puse un ojo en el agujero de la cerradura y entonces vi a Sara de frente a mí, empalada de espaldas sobre la verga de aquel viejo de 50 años que con los pantalones y calzoncillos bajados estaba sentado en el inodoro con mi prima, excitadisima, cabalgandolo a pelo gimiendo enloquecida, con su faldita por la cintura, sus tetas colgando como dos globos por encima del sueter y sus braguitas dentro de la boca, intentando así aminorar algo de sus enormes alaridos y gemidos de placer.

Entonces y para que mí prima supiera que yo estaba justo ahí fuera, viendola follar, golpeé fuertemente con el puño tres veces contra la puerta gritandole:

-¿Sara?... ¿Sara?... ¿Estas aqui dentro, Sara?- Nadie contestó.

Mientras de dentro se seguian escuchando los jadeos y gemidos que lanzaban los dos entre frases entrecortadas:

-¡Toma zorra!... ¡Tomaaa!... ¡Toma Verga!... ¡Goza!... ¡Goza Putita!...- Le decia el viejo a mi prima.

-¡Si!... ¡Siiii!... ¡Dame!... ¡Dame!... ¡Dame más!... ¡Dameeeee!... ¡Aaaahhhhhhh que gusto!... ¡Que gustooo, viejooo de mierdaaa!... ¡Follame!... ¡Follameeee duro y dame toda tu leche!... ¡Damelaaa viejooo!... ¡Damelaaa dentro del coñoooo!... ¡Diosssss, que gustoooooo!...-

Sara lo cabalgaba con desesperación cuando en un estallido, el viejo se corrió dentro de su coño.

-¡Siii!... ¡Siiiiiii!... ¡Asiiiiiiiiiii!... Toda la leche dentroooo!... ¡Arrrgggggg!... ¡Aaaarrrrrgggggggñññññññ!... ¡Me corroooo!... ¡Me corroooooooooo, Diossssss!... ¡Immmmmmññññññññ!...- Gritó Sara corriendose emputecida.

Yo, como hipnotizado, seguia mirando por el agujero, viendo como ambos se estremecían entre temblores, mientras la enorme verga del viejo seguia dentro de ella, taladrandola y taladrandola con fuerza el coño, penetrandola duro hasta el fondo. Entonces Sara sintió que de nuevo el viejo estaba a punto de correrse y de un salto se puso de rodillas, abrió la boca de par en par y gimiendo loquita se tragó gustosa toda la leche de la segunda corrida de aquel desconocido.

Mientras ellos se besaban recomponiendose, yo volví a la sala. Al poco tiempo llegó Sara con una bolsa de cacahuetes y me la ofreció. Yo se la desprecié y permanecí callado. Fue entonces cuando se dio cuenta de que yo me había enterado de todo.

En la pantalla ya estaban proyectando la otra película de la tarde, una romanticona, de las que le gustaban a Sara.

Mi prima me miraba de reojo para ver mi estado de ánimo, hasta que la muy puta quiso comprar mi complicidad... y mi silencio, y dirigiendo su mano hacia mi bragueta empezó a tocarme por encima del pantalón. Pronto notó que estaba empalmado y que me dejaba hacer.

Con cierta ansiedad me bajó la cremallera, buscó la abertura del calzoncillo y me sacó la polla, que rapidamente descapulló, mojó sus dedos en saliva y empezó a masturbarme suavemente. Yo arqueé el cuerpo para facilitarle la tarea, cuando al poco, Sara se agachó llevando su boca hasta mí verga, la cual, se fue deslizando lentamente entre sus carnosos labios mientras con su lengua me la acariciaba golosamente.

Así estubo un ratito, hasta que de golpe se la tragó toda entera y jadeando como una perra en celo, empezó a mover la cabeza de arriba abajo, de arriba abajo, de arriba abajo, tragando y engullendomela con voracidad, mientras yo gemia y gemia de placer y con una mano le dirigía la cabeza apretandosela con fuerza hacia abajo, penetrandosela así hasta el fondo de su garganta y dominando de paso el ritmo, velocidad e intensidad de la mamada.

Hasta que al poco, atragantandose y tosiendo con los ojos llenos de lagrimas, Sara se la sacó de golpe vomitando liquidos al intentar respirar.

Entonces, y tras conseguir cojer un par de bocanadas de aire, mientras gemia cachonda perdida, me empezó a lamer los huevos excitadisima a la vez que con una mano me los masajeaba, apretandomelos suavemente, mientras que con la otra mano me pajeaba la polla con rabia, moviendomela con todas sus fuerzas a toda velocidad.

-¡Dame la leche primo!... ¡Damela!... ¿Si?... ¡Anda porfi!... ¡Dale la leche a tú sedienta primita!... ¡Damela porfi!... ¡Ummmmmmmmmm!... ¡Porfi primo!... ¡Porfi!...¡Dame tú lechita!... ¡Damelaaa!... ¡Ahhhhhhgggggggggg!... ¡Correte primo!... ¡Correte en mi boca!...¡Correteeeeeeee!...- Gemia suplicandome Sara, mientras sin parar, seguia machacandome la polla bien pegada a su boca a toda velocidad, que abriendola de par en par, excitadisima, me la ofrecida ansiosa como recipiente para mí lechada.

Y así fué, cuando al poco, de repente, un rayo me atravesó el cuerpo entero y con un grito ahogado me corrí a chorros dentro de su boca, llenandosela en una abundante y caliente lefada que Sara, sonriendome feliz, se trago entera relamiendose gustosa.

-¡Que rica corrida primo!... ¡Ummmmmmmmm!...- Gimió golosa ella.

Entonces Sara sacó sus bragas del bolso, mojadas aún de sus anteriores corridas con el viejo y con ellas, más o menos, secó algo su cara y algo mi verga, recomponiendonos tras ello la ropa, tras lo cual, metiendolas dentro del bolsillo de mi pantalón, me regaló sus braguitas como un trofeo para mí, mientras gimiendo llenita de deseo me besaba profundamente en la boca con pasión, devorandomela hambrienta, a la vez que muy excitada me sobaba el paquete diciendome al oido:

-¡Mmmmmmmmm, cariñoooo!... ¡Que verga tienes primito!... ¡Uffffffff!... El proximo jueves ésta, la quiero dentro de mí coño reventandomelo y reventandomelo de placer... ¡Mmmmmmmmmm!... ¿Querras follarte bien duro a la puta de tú prima como la has visto hacer hoy con ese viejo?... Si ¿Verdad?... ¡Mmmmmmmmmm!... ¡Mi primito guapoooo y lindoooo!... ¡Mmmmmmmmmmmm!... ¡Que placer me vas a dar... Mmmmmmmmm... Follandome y follandome toda loquita!... ¡Ufffffff que calor, mi neneeeeee!... Aunque... ¡Aunque no se primo!... ¡Ufffffffff!... Estoy chorreando y no se si podré esperar tanto hasta el jueves que viene... ¡Mmmmmmmmm, primooooo!... ¡No sé si seré capaz de aguantar tanto!... ¡Mmmmmmmmmmmm!... ¡No lo sé primooooo!... ¡Mmmmmmmmmmm!... ¡No lo... Ahhhhggggggggg... Seeeee... Immmmmmñññññññññ!... ¡Pri... moooooo, me co... rrooooo, primoooo... Me corrooooooooo... Arrrggggggg... Solo de iii... maaa... ginarrr... ¡Mmmmmmm!... ¡melooooooooo!... ¡Uuuuuuffffffffff!... ¡Siii!... ¡Siiiiiiiiiiiiiii!... ¡Ufffffff!...-

-Me corrí!... ¡Mmmmmmmmmmmmmm!... Jejejeee... ¡Diossss!... ¡Que puta soy primoooo!... ¡Que putaaaaaa!...-

A la salida del cine nos estaba aguardando mi prima Ana, su madre, la cual poco podia imaginar que su preciosa hija, a la que en ese momento estaba dando dos besos, me acababa de hacer en pleno cine una mamada de campeonato tragandose enterita toda mi lechada, despues de eso sí, follarse puta perdida a un cincuenton en los aseos. Poco podia imaginarse mi prima Ana que en esos precisos intantes, que su hija, bajo su falda iba sin braguitas y que de su coño perforado le iban chorreando jugos y jugos de semen aún caliente, que como rios le escurrian por entre los muslos mientras ella disimulaba sonriendo como una niña buena. Poco podia imaginar mi guapa y en esos momentos ingenua prima Ana, lo puta, pero puta, puta, puta, que en realidad tenia como hija.

-¿Qué tal la película?- Nos preguntó Ana.

-Estupenda.- Le dijimos sonriendonos casi al unísono mientras Sara, divertida, me guiñaba un ojo lleno de complicidad.

FIN.