Mi prima Sabrina
Jamas pensaría que la prima mas buena que tengo se lo acabaría montando conmigo.
Desde hacía escaso un mes que vivía con mi prima Sabrina. Sabrina era un chica alta, morena con el pelo muy largo, negro y lacio, ojos verdes, muy buen cuerpo, tetas bastante grandes y firmes. Aunque fuera mi prima a veces su precioso cuerpo, sus tetas y su hermoso culo me ponían cachondo.
Ella necesitaba un piso y yo le ofrecí a vivir conmigo, como teníamos bastante confianza no se lo pensó dos veces y aceptó.
Ya llevábamos un mes escaso viviendo juntos, y la verdad que ver a Sabrina en toalla, en poquita ropa y verla a todas horas eso me encantaba y cada vez mas deseaba verle el coñito y penetrárselo.
Un dia que ella acababa de ducharse se fue a la habitación, dejó la puerta mal cerrada, pasé por allí, me asomé un poquito y vi como la muy viciosa estaba abierta de piernas con dos dedos metidos en su coño, su cara mostraba gran placer, eso me puso a 100 y fui al lavabo a pajearme. Cuando volví estaba estirada en su cama jadeando y acariciándose las tetas.
Era un tarde de verano, era agosto y hacía mucho calor. Sabrina vestía un pequeño playero de color azul, de tirantes y bastante corto y ajustado, no llevaba sujetador solo un diminuto tanga.
Yo decidí irme a dar una ducha rápida para refrescarme. Cuando acabé fui para la sala de estar donde sabía que estaba Sabrina, la encontré estirada boca a bajo con el playero subido hasta la cintura, podía ver todo su culito y parte de su coño, aquella escena hizo que mi tranca aumentara de tamaño y se pusiera durísima. Me acerqué a ella y me fijé que su tanga estaba húmedo, se había masturbado la muy guarra, aquello me puso mas cachondo aun, solté la toalla, me había quedado en pelota picada, me acerqué a su culito y se lo empecé a acariciar luego le aparté mas el tanga, ahora ya podía ver su coñito... mmm se lo empecé a acariciar, ella de vez en cuando se movía, pero no me asustaba a que me encontrara en aquella situación, al contrario. Al cabo de unos minutos ella ya se estaba mordiendo el labio, supongo que por el placer que le producían mis caricias, decidí empezar a lamer su culito y su clítoris, ella se había despertado pero no me di cuenta, se dio la vuelta y se quedó boca a arriba con las piernas abiertas, alcé la vista y vi como me miraba con una cara muy cachonda.
Dejé de comerle el coñito, ella se incorporo y sin mediar palabra se agachó y me empezó a mamar la polla, cuando ya estaba sufuciente dura me estiré y ella se sentó encima de mi tranca se metio la polla en su húmedo coño y empezo a saltar. No paraba de gemir y yo no soltaba sus tetas. Después de unos minutos de tanto bote, se levantó y me dijo: quiero que me rompas el culito... quiero que seas el primero. Sabrina se puso a 4 patas y empecé a chuparle el ojete, lo tenía muy cerradito se notaba que no le habían metido la polla por aquel agujero. Me mamó un poco la polla para lubricarla bien.
Puse mi capullo en el principio de su ojete, ella estaba bastante nerviosa aunque deseosa de sentir toda mi verga dentro de ella. Poco a poco se la fui introduciendo ella gritaba de dolor, aunque poco después gritaba de placer... empecé a bombearle el culito sin pausa... hasta que me corrí en todo su culo...
Después de aquel polvo hemos follado alguna vez mas, aunque ella tenga novio y yo novia.