Mi prima Rosita

Mi prima Rosita siempre era muy cariñosa conmigo hasta que llegamos a una relación muy especial.

Mi prima Rosita.

La historia que les voy a contar sucedió hace muchos años, pero la recuerdo con agrado ya que fue mi primera experiencia sexual. A muchos de ustedes les habrá pasado algo parecido. Tenia yo 12 años y me llamaban la atención con mas intensidad mis primitas y mis compañeras de colegio.

Rosita, se llama Ana Rosa, era una niñita regordeta hija de un hermano de mi padre y en ese tiempo tenia 7 años, nos gustaba jugar en compañía de otros primos y primas. Una noche que jugábamos a las escondidas nos escondimos juntos en la cocina de la casa de mi abuela que en ese momento se encontraba oscura y quedamos muy juntitos para que no nos vieran y al sentir el contacto cercano le empece a tocar sus nalguitas y ella aprecia que lo disfrutaba, metí mi mano un poco mas y le toque su puchita que estaba calientita, así seguimos hasta que nos encontraron los demás primos. Después nos escondimos en un cuarto donde guardaban las cosas que no se usaban y que también carecía de iluminación, por lo que seguimos con nuestros jueguitos, ahí la puse delante de mi y le acerque mi bulto a sus nalgas y se lo empece a frotar, ella solo respiraba con agitación y no me decía nada, también movía sus nalguitas y se me repegaba mas, le levante la faldita que traía y le acerque mas mi pito, yo lo disfrutaba mucho y ella también.

Así paso el tiempo y cada vez que podíamos nos ocultábamos y continuábamos con nuestros toqueteos, un día que fui a su casa nos quedamos solos en la planta alta y por primera vez le mostré mi pene, me dijo que le gustaba mucho y se la paso acariciándolo con gran placer para los dos, mientras yo le bajaba sus pantaletitas y le tocaba su puchita libremente, la tenia muy caliente y sin ningún vellito, sus labios vaginales eran rosaditos y estaban muy dilatados, estuvimos como una hora acariciándonos mutuamente hasta que nos hablo su padre que ya había que salir, ese día acordamos que algún día ella me iba a dejar que me la cogiera ya que en ese tiempo tenia miedo.

Nuestros encuentros continuaron hasta que un día que estabamos en casa, al estar jugando un primo la derribo y se lastimo un poco, me dijo que le dolía la pierna, yo empece a darle masaje y fui subiendo las manos hasta llegar a su pubis, le metí un dedo y ella empezó a gemir muy suavecito pidiéndome que no parara, ella me acariciaba con mucha suavidad mi verga, ya en ese momento yo tenia 15 años y ella 10, le gustaba mucho jalar mi vello pubico, ella seguía sin ningún vellito, nos pusimos muy calientes y le dije que entráramos a la casa y se acostara en la cama de mi hermana, ya era de noche, y que aparentara que estaba dormida para que al retirarse sus padres le permitieran pasar la noche en casa, Mi hermana era muy pequeña y dormía en la misma habitación que yo, así que acordamos que ya que todos estuvieran dormidos yo me iba a acercar a la cama de mi hermana y me iba a acostar junto a ella y ahora si le iba a meter mi verga, ella hizo lo que acordamos y al momento de retirarse sus padres la "despertaron" para que se fuera con ellos, ella se negó a acompañarlos y por fin decidieron permitirle que se quedara.

Llego el momento de que yo también me acosté a dormir y espere con ansia que mis padres se durmieran, no quería que nos fueran a encontrar en acción, cuando todo quedo en calma me acerque a la cama de mi hermana y comencé a tocar la pucha de mi primita aun con su braguita puesta, empezó a moverse y me pidió que le quitara sus braguitas, se las fui bajando lentamente acariciándola por todas partes, era muy suavecita su piel y estaba muy caliente, cuando quedo desnuda me pidió que me pusiera encima de ella, me monte sobre ella y le frote mi verga en su pubis sin penetrarla, creo que debí haber estado frotándole el clítoris porque estaba disfrutándolo mucho, temblaba y me pedía con gran agitación que siguiera, que le estaba gustando mucho lo que sentia.

Perdimos la nocion del tiempo, debimos haber estado una hora o mas frotandonos, de repente ella tomo mi cabeza y la acerco a la suya y me empezo a besar de una manera que nos hizo casi enloquecer, su lengua entraba a mi boca y despues la mia entraba a la de ella en un juego que nos hacia estremecer de placer, los dos sudabamos abundantemente haciendo mas caliente aun el ambiente, ella abrio sus piernas aun mas y tomo mi pene colocandolo en la entrada de su puchita que se encontraba muy calida y me empezo a decir con gran deseo que me la cogiera, que ya se lo metiera, que no aguantaba mas, que hace mucho deseaba esto.