Mi Prima Raquel III
Nos vamos a valencia pero antes de salir nos preparamos bien y de igual manera en el tren nos divertimos un rato
Poco después de salir Sofia por la puerta de la casa de mi prima, Raquel y yo tomábamos conciencia de lo que acababa de pasar.
Mientras permanecíamos tumbados el uno al lado de otro, desnudos no dijimos ni palabra y simplemente nos dedicamos a mirarnos, me encantaba perderme por la desnudez de mi prima. Poco después mi prima se levantó y tendiéndome la mano me animo a incorporarme. – Vamos primo - me dijo mientras nos encaminábamos a la ducha. Al llegar al cuarto de baño del pasillo ella abrió la puerta y pensé que me iba a dejar allí para que me duchase mientras ella se iba al otro baño. Pero una vez mas me equivoque con ella. Entro al baño y directa se dirigió a la ducha. Mientras abría el grifo dejaba caer el agua esperando a que se adaptase a la temperatura adecuada.
Una vez que así fue ella se introdujo en la ducha mientras yo me quedaba embobado mirando como el agua resbalaba por sus pechos. Ver aquel espectáculo era una maravilla. Mi prima estaba preciosa desnuda. Su cuerpo moreno, aquellas curvas de infarto en aquel metro sesenta la hacían espectacular. – Joder que guapa estas, prima – le dije desde fuera de la ducha. – Venga entras conmigo que no te voy a morder – me dijo mientras alargaba su mano en busca de la mía.
Me metí en la ducha con mi prima que me recibió dentro de la misma abrazándose a mí. Notar su cuerpo pegado al mío me hizo sentir un escalofrió de los pies a la cabeza. Sus manos anudadas a mi cintura mientras su cabeza reposaba en mi pecho y sus pezones se clavaban a la altura de mi estómago. Sentir aquellas redondeces contra mí me hizo sentir en el cielo y no querer moverme lo más mínimo a fin de prolongar aquel momento todo lo posible. El agua caía sobre nosotros y recorría nuestros cuerpos. Estábamos allí los dos el uno abrazado a otro. – Primo me ha encantado – me dijo bastante ambigua. Yo la estreche entre mis brazos mientras la abrazaba contra mí. Sentí como sus pechos se movían por mi torso acomodándose al hacerla acercarse aún más a mí.
En ese momento mi prima levanto su cara y su mirada se clavo en la mía. – Siempre has sido mi primo favorito – me dijo mientras cortaba el agua y cogiendo la esponja la llenaba de jabón y empezaba a recorrer mi cuerpo con ella. Empezó pidiéndome que me girase para quedar de espaldas a ella que empezó a enjabonarme la espalda. Con cariño y mimo fue frotándome desde los hombros pasando de camino a mis costillas hasta mi cadera. Yo me limite a disfrutar del lavado que me estaba regalando mi prima. – Gírate – me pidió mientras ahora de igual manera empezaba desde mis hombros y subía a mi cara para llenarla de jabón haciéndome quedar con los ojos cerrados. En ese momento al percatarse de que no podría verla creo que se sintió más cómoda y abandonando la esponja continuó lavándome directamente con las manos. Sentí como sus manos se desplazaban por mi abdomen y al llegar a mi cadera saltaban a mis piernas. Rodeándolas con sus manos para cubrirlas por completo me enjabono ambas y por fin llego el momento que mas esperaba.
Sujetando mi glande lo cubrió por completo por la mano que permanecía llena de jabón y con sumo cuidado fue frotando todo mi tronco mientras se esmeraba en limpiarlo. Pensé que me mareaba del placer que me provocaba sentir la mano de mi prima en mi miembro y me sujeté a su cadera. Bueno eso pensé yo ya que al rodearla con mi brazo derecho para sujetarme a su costado izquierdo mi mano no fue a parar a su cadera si no bastantes centímetros mas por encima yendo a apoyarse directamente a la zona baja de su pecho derecho mientras pensaba que si me movía me resbalaría en la ducha por el jabón. – Vaya lo siento – le dije mientras retiraba la mano. Ella por un momento sin saber que hacia ya que no poda verla al tener los ojos llenos de la espuma del jabón agudicé mi oído todo lo que puede, pero no oí nada. Solo sentí como la mano de ella cogía la mía y de nuevo la depositaba sobre su pecho. Noté la redondez y la suavidad del mismo y no pude evitar moverla para sentir su piel resbalando entre mis dedos. – Me encanta sentirla ahí – le respondí mientras buscaba sin mucho empeño su pezón y me deleitaba con el tacto de su pecho. – Y a mi me encanta que las tengas ahí me dijo mientras a la vez que la notaba girarse para abrir el grifo de la ducha llevaba mi mano izquierda a su otro pecho.
Aquello si que fue la gloria y al sentir el agua caer sobre mi cabeza por respuesta no pude evitar acercarme a ella que ahora mientras mantenía mis dos manos agarrando sus pechos mi cadera tomaba vida propia y se pegaba a su grupa. Sentir como la parte baja de mis caderas hacia contacto con sus nalgas y como mi pene encajaba desde su coxis hasta el final de su culo mientras se hundía en la raja de su hermoso culo fue para mí el clímax y mi respuesta fue apretarme contra ella. – Uuuuuuuum primo como me gusta sentirte – me dijo mientras movía sus caderas alrededor de mi pene que empezaba a endurecerse entre sus nalgas.
Por fin el agua ya había empezado a quitar el jabón de mi cara. Y por fin pude abrir los ojos. Me encontré a mi prima delante de mí de espaldas mientras mis manos empezaban a tomar vida y se movían por los pechos de mi prima sintiendo su suavidad, su peso y su tacto. Lleve mis manos a la zona baja de los pechos de mi prima y como si mis manos fuesen un sujetador elevaron sus pechos mientras mi cadera se empezaba a mover suavemente y recorrían las nalgas de mi prima haciendo que mi polla empezase a tomár vida propia haciendo que se irguiese detrás de ella.
– ¿Prima, ves como estoy poniendo? – le dije mientras muy tranquilamente seguía rebozando mi extensión por las nalgas de mi prima. – Si primo lo estoy sintiendo perfectamente – me dijo a la vez que su mano izquierda hacia contacto con mi polla para inclinar mi erección y colocarla entre sus piernas. En ese momento mi polla quedo entre sus piernas rozando y abriendo sus labios vaginales mientras se desplazaba por su clítoris haciéndola sentir estremecerse. – Si que lo veo y no sabes cómo lo noto – me dijo mientras se inclinaba suavemente hacia adelante haciendo que su clítoris se rozase por todo el largo de mi polla – gimió. – No sabes cómo lo siento – me dijo mientras haciendo el movimiento contrario ahora sus nalgas se abrían al presionar contra mis caderas hasta llegar a clavarse en ellas todo lo que le permitía su cuerpo. – Prima siento tu ano contra mi pubis – le dije mientras ahora era yo el que hacía que mi polla recorriese su clítoris hacia delante. -Jooooooooooooder primo – dijo ella mientras presionaba más su cuerpo contra mí y sentía como su ano se estampaba directamente como la parte superior de mi pubis y sentía como mi prima se corría. De nuevo sentí como mi prima aliviaba la tensión de su cuerpo sobre el mío y tras moverse un par de veces más adelante y atrás de nuevo se estampo contra mi pubis haciendo que sus nalgas se abriesen para sentir como su ano de nuevo volvía a hacer contacto contra la parte superior de mi pubis. – Primo dímelo – me dijo mientras mantenía su cuerpo presionando contra mí. Yo por respuesta pegue mi cuerpo por completo a su espalda y le dije – Que quieres que te diga – respondí. – Que te mueres de ganas de clavarte en mi culo – gimoteo. – Prima me muero de ganas de clavar mi polla en tu culo – le dije mientras aumentaba la presión entre nosotros.
– Joooooooooooooooooooooder – dijo ella mientras se corría. Notaba como esta vez de nuevo se corría y se meaba sobre mi polla que estaba aprisionada entre su mano y su clítoris. – Prima tu mano ha recogido tus calditos – le dije mientras moviéndome, hacia desplazar, mi polla entre su coño y su mano. – No sabes de qué manera – me dijo mientras se dejaba caer en la bañera y poniendo el tapón dejaba que esta empezase a llenarse.
Ahora mi prima estaba de rodillas justo delante de mí polla que dura como había puesto mi prima se encontraba a la altura de su cara. Mi prima me miro mientras yo tenía mi mirada clavada en la suya. Me quede delante de ella con mi polla a la altura de su boca por lo menos durante un minuto. Mi prima me miraba y al ver que pasaba el tiempo y no decía nada, finalmente me dijo – ¿Es que no me vas a pedir que te coma la polla? –. Yo la mire y sonreí para a continuación responderle – Prima no te quiero obligar a hacer nada que no quieras, llevas toda la vida aguantando gilipollas, tu misma lo has dicho y si quieres hacer algo quiero que salga de ti hacerlo, no porque yo te lo pida –sentencie. – O sea que si te pido ahora que salgas que me quiero duchar, ¿te vas? – me pregunto contrariada. Yo hice ademán de salir de la ducha y puse un pie fuera de la bañera. Ella por respuesta me cogió de la mano y me dijo –Por favor no te vayas – mientras me cogía la mano para que volviese a entrar en la bañera con ella. Así lo hice. –Solo quiero que hagas lo que desees hacer – le dije mientras de nuevo la observaba. –Está bien así será – me dijo mientras acomodándose en la bañera me invitaba a tumbarme delante de ella.
Yo entre de nuevo en la bañera que a estas alturas ya se encontraba llena por algo más de la mitad al meter nuestros dos cuerpos dentro de la misma. La línea de agua llegaba casi a cubrir sus tetas que ahora usaba para apoyar mi cabeza. La mitad de mi polla salía por encima del agua y la mano derecha de mi prima se dirigió a ella. – Que ganas de tenerla para mi solita – dijo mientras pasaba la palma de su mano por el glande y envolviéndola me empezaba a masturbar. Mi prima empezó una paja lenta y suave que me hizo suspirar de placer. – Joder prima que gusto – le dije mientras intentaba que mis manos o mi lengua tocasen alguna parte de su cuerpo sin ningún éxito. Mi prima, continuó durante un rato más frotando mi polla aquella posición y la falta de contacto con su cuerpo me hizo perder el morbo de la situación.
Decidimos salirnos de la bañera y delante del tocador mi prima se quedó a mi espalda mientras en el espejo me veía en primer plano a mi desnudo mientras apareciendo la mano de mi prima se apoderaba de mi polla y empezaba de nuevo a pajearme. – Me encanta ver mi mano en tu polla – me dijo mi prima detrás de mí. – Y a mi sentir tus tetas en mi espalda – le respondí yo. Mi prima continuó por un rato más con la paja mientras sin abandonar mi polla se puso delante de mí y dejando caer su saliva desde su boca la dejo llegar a mi glande. Ahora ella poniéndose delante de mí dándome la espalda se miró en el espejo y mirándome directamente a través del mismo me dijo – Fóllame la raja del culo –. - Me encanta la idea – le dije mientras separando los cachetes de su culo insertaba mi polla en medio de los dos e introducía mi polla.
Empecé a moverme adelante y atrás mientras agarraba el culo de mi prima para que mi polla no escapase. Mi prima sentía y se movía por los embates de mi cadera contra ella y al ver como cimbreaba todo su cuerpo ante mis embates realmente parecía que la estaba penetrando. – Te gusta sentirme así primo – decía ella mientras de nuevo su cuerpo cimbreaba hacia delante. – Me encanta prima – le decía yo mientras nuestras miradas se cruzaban a través del espejo. – Que gustazo sentir tu polla por todo mi culo – me dijo mi prima mientras su mano derecha desde su estómago recorría el camino hasta su omoplato pasando por su pecho que se rozó con gran calentura para volver al mismo pecho y sobárselo mientras su mirada no se apartaba de la mía. Mi prima en ese momento llevo su brazo izquierdo a mi cuello y atrajo mi boca a su hombro. Sus labios empezaron a besar el dorso de mi cara mientras me decía – Disfrútalo primo, disfruta de mi cuerpo – me decía mientras ahora su mano izquierda iba en busca de mi mano derecha para llevarla a su pecho. – Disfrútame primo como yo te estoy disfrutando – me decía buscando mi excitación mostrándome ella la suya.
– Primo, primo, primo – me dijo mientras sin entender como mi prima se estaba corriendo de nuevo. Por un momento nos quedamos quietos con la punta de mi polla punteando en su ano, mi mano en su pecho. – Joder ya me corro sin tocarme – me dijo dándome a entender que se acababa de correr sin haberse tocado. – Si, así me pones de cachonda, para que dudes – me dijo mientras llevaba la mano a su coño. – Tengo orgasmos contigo solo con sentir tu aliento en mi nuca – me dijo. – Primo no sabes cómo me pones el coño – me dijo mientras se sentaba en el tocador.
Esto va a tener que ser rápido porque se nos hecha el tiempo encima – me dijo mientras de nuevo su mano agarraba mi polla. – Pero te prometo que me harás tuya antes de lo que imaginas – me dijo mientras su boca envolvía mi glande y su lengua empezaba a hacer círculos por todo el contorno. Aquella sensación, ver a mi prima sentada delante de mí, sentir su lengua, ver las pequeñas oscilaciones de sus pechos mientras su boca se movía milímetros entorno a mi polla con solo mi glande dentro de su boca mientras su lengua palmoteaba mi glande fue para mí el principio del fin.
Primaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – dije mientras el primer estallido de semen tenía lugar en su boca – me corroooooooooooooo – le dije mientras me derramaba dentro de su boca. No pude decir nada y mi prima se comportó de la manera posible dejándome no solo correrme dentro de su boca si no que espero no solo a que mi polla perdiese su vigorosidad, espero a que me saliese de ella. – “Joer plimo meuda corrida te has peado en mi boca” – me dijo mientras aun con la boca llena de mi corrida me miraba.
Yo estaba de pie delante de ella sin moverme. Ella me miro y abriendo la boca me mostro mi simiente dentro de su boca. A continuación, la cerró y vi como movía su garganta haciéndome entender que se lo estaba tragando. – No sabes las ganas que tenia del plato principal – me dijo mientras abría la boca y me la mostraba vacía. Que lo de antes ha sido un aperitivo muy sabroso – me dijo mientras de nuevo me llevaba a la ducha y mientras se vaciaba la bañera nos duchábamos los dos. Terminamos de ducharnos y mi prima no paraba de mirarme a través del reflejo del espejo mientras se secaba. – Primo eres un cielo – me dijo mientras se empezaba a vestir poniéndose su ropa interior. – Joder prima lo guapa que estas- le dije mientras no podía evitar que mi mirada se perdiese en su canalillo y mi mano fuese directa a hacer contacto con sus nalgas. – Acompáñame a la habitación y me dices que me pongo – me dijo mientras de la mano me llevaba a la habitación para hacerme sentar en su cama.
Mi prima me llevo como un torbellino a su habitación me sentó en la cama y abriendo el armario me empezó a preguntar que ropa quería se pusiese. Fue sacando varios vestidos, faldas y pantalones, pero nada me convencía. Desnudo como estaba me levante y la ayude a buscar en su armario. Finalmente encontré las prendas perfectas. Para la parte de abajo unas medias con corchetes que hacían juego con el tanga negro que llevaba puesto. Y sobre esto una falda rosa de tablas que le caía hasta unos diez centímetros por encima de la rodilla. Mi prima en sujetador me miraba esperando que le sugiriese que se ponía finalmente me decante por una camisa blanca con un escote en uve precioso. Mi prima se fue a poner la camisa, pero yo negué con la cabeza. Ella me miro sin entender y yo le pedí que se quitase el sujetador. La camisa era ancha en la axila y mi prima me dijo que se le verían las tetas enteras. – Eso es lo que quiero – le dije mientras le pedía de nuevo que se quitase el sujetador. Ella hecho las manos hacia atrás y de nuevo ante mi vista aparecieron aquellas dos preciosidades. Espera un segundo no puedo ser tan malo - le dije mientras buscaba algo que me gustase en el cajón de su ropa interior. Busqué y rebusqué por toda su ropa y finalmente encontré un sujetador de Victoria Secret color carme en el que la copa estaba hecha con tela transparente que dejaba ver toda su piel. Mi prima termino de vestirse delante de mí mientras yo desnudo aun sentado en la cama la observaba. Mi polla estaba morcillona, no podía ni quería evitarlo.
Mi prima se miró en el espejo de la puerta del armario. – Me veo muy bien – me dijo mientras levantaba la falda y la veía espectacular con sus medias con corchetes a su cintura. – Una señora en la mesa y debajo de la falda una puta para mi primo favorito – me dijo mientras se giraba y me abrazaba. – Te ves guapísima – le dije mientras me acercaba a ella por su espalda. – Ahora hay algo que te quiero pedir para mí – le dije. Ella me miro dudando el tiempo se nos echaba encima para pasar aun por mi casa y de allí ir a Chamartín para coger el tren dirección a Valencia. – Quiero que me vistas tu – le dije mientras desde atrás besaba su cuello. – Te pone cachondo – me pregunto. – Nunca ninguna mujer me ha vestido y quiero que tu seas la primera – le dije mientras mi lengua jugueteaba con su lóbulo y mi mano se colaba por la sisa de su camisa y agarraba desde el lado su pecho. Mi prima echo la cabeza hacia atrás y me dejo palpar. Mi prima suspiro y a continuación me dijo – nunca he vestido a ningún hombre –. Me dijo mientras llevándome al salón me empezaba a ayudar a ponerme los gayumbos. Tal y como estaba mi prima de rodillas y con mi pequeño problema de siempre al ponerme los gayumbos mi polla apareció morcillona por la pernera izquierda del mismo quedando a la vista de mi prima mi glande y unos cuatro centímetros más de polla. Mi prima se sonrió. – Anda que te sirven de mucho a ti los gayumbos – me dijo mi prima mientras colocaba el pantalón a mis pies. Según coloque los dos pies mi prima se fue incorporando y teniendo agarrada la cintura del pantalón fue subiendo por mis piernas hasta que busco la manera de que al pasar sus manos a la altura de mi glande su dedo pulgar rozo por completo toda mi hombría mientras su mano terminaba de llegar a la altura de mi cintura para cerrar el pantalón y el cinturón después. Me ayudo a ponerme la camisa y de igual manera desde el cuello fue abotonando las misma hasta mi cintura. Al llegar de nuevo a la zona baja de mi cintura no disimulo lo más mínimo y paso la palma de su mano por todo mi paquete. A continuación, me dio un pico y cogiendo su maleta salimos de su casa volados a la mía. Hicimos la maleta con cuatro tonterías y de ahí volados de nuevo a la estación de tren. Mi prima se empezaba a preocupar porque decía que no llegábamos. – Bueno pues nos vamos en coche – le dije yo. Total, solo eran tres horas de viaje y tampoco pasaba nada. Pero la suerte estuvo de nuestro lado y justo en frente de la entrada a andenes dejamos el coche. Corre que te corre llegamos al control de pasaje y no había gente tampoco. Y en poco más dos minutos estábamos subidos en el tren. Dudamos un poco por que el vagón iba vacío.
- Joder este sujetador no es para correr – me dijo mi prima mientras colocaba la maleta. – Me duelen las tetas de tanto bote y la derecha se me ha salido del sujetador – me dijo mientras se sentaba a mi lado. Eso lo soluciono yo – le dije mientras metía la mano por la sisa de la camisa y acariciaba su pecho para después colocarlo dentro de la copa del sujetador, primero uno y luego el otro. Mi prima no decía palabra ninguna. Tan solo me observaba mientras mi mano pasaba de tener forma de cuenco a regodearse en sus pezones. Mi prima deposito su mano entre mis piernas y la dejo allí apoyada mientras yo apaciguaba su dolor.
– Prima te puedo preguntar algo – le dije mientras mis dedos recorrían su pezón. – Si claro – me dijo ella. – Veras desde anoche algo me da vueltas en la cabeza – le dije mientras mi mano abandonaba sus pechos y se dirigía a su rodilla para desde allí ascender en busca de su entre pierna. – Dime que te ronda la cabeza – me dijo mientras su mano apretaba mi polla. – Veras, me pregunto qué parte de la historia que me contaste anoche era verdad hay algunas cosas que me sorprendieron bastante y me gustaría saber que parte es producto de tu imaginación y que parte no. – Lo dices por lo de la prima Gema, ¿no? – me dijo mientras clavaba su mirada en la mía. – Si, y a partir de ahí todo lo demás – le respondí mientras mis dedos apartaban su tanga a un lado y empezaba a presionar sobre su vulva. Quería excitarla. Sabía que si se ponía cachonda la situación le daría morbo y me confesaría todo.
– Pues veras primo lo de la Prima Gema es verdad, a pesar de que tiene cuarenta y cinco años, está casada y tiene tres niños te sigue recordando como el mejor y más morboso polvo de su vida y ya sabes que ella y yo tenemos mucha confianza y nos lo contamos todo – me dijo y un primer momento mientras la mitad de mis falanges entraban dentro de ella y veía como se arqueaba su espalda en el asiento del tren.
– Y lo de que andaba cachonda perdida y me refregaba contigo para encenderme también es verdad. Es verdad que buscaba el contacto de mi cuerpo contigo a la mínima oportunidad – me confeso.
- Que soñaba con follarte cada vez que venias a casa también es verdad – me dijo mientras ahora resoplaba excitada entre las imágenes que venían a su cabeza, estar contándome toda la verdad y el trabajo que hacían mis dedos en su vulva.
– Que cada vez que te liabas con alguna de mis amigas me contaban como eras en la cama y con todos los detalles posibles aumentaban mi morbo por ti. También es verdad – matizo ella.
– Y que ya que estamos – dijo mientras su mano acariciaba mi entrepierna del encima del pantalón -que esta noche quiero que me hagas tuya, también lo estoy deseando y espero que esta vez no me raje como todas las anteriores– me dijo justo antes de posar sus labios en los míos y sentir como su lengua se abría paso a través de mi boca para empezar a buscar mi lengua mientras un nuevo orgasmo se apoderaba de todo su cuerpo.
– Primo sé que no vamos a tener nada serio, te saco cinco años y una hija que nos cambia mucho la perspectiva a los dos de lo que queremos de la vida, pero siempre nos encontraremos para divertirnos – me dijo justo antes de volver a besarme de nuevo.
En ese momento el revisor nos cortó ya que apareció por la cabecera del vagón y vino en busca nuestra para comprobar los billetes. Mi prima se los enseño en el móvil y pude ver como la mirada del revisor se perdía en el hueco que dejaba su camisa y por tanto daba vista directa a su sujetador transparente. Este remoloneo todo lo que pudo y una vez que hubo realizado todas las comprobaciones que le fueron posibles y después de darse un buen banquete viendo las tetas de mi prima contino su camino al siguiente vagón. – Vaya hartón de mirarte las tetas que se ha dado – le susurre a mi prima viendo que al meter de nuevo la mano debajo de la falda de mi prima estaba encharcada. – Te has dado cuenta ¿eh? - le dije mientras de nuevo la volvía a follar. – Joder si, como para no darme cuenta si se le salían los ojos – me dijo mi prima. – Primo para – me dijo mientras me hacía sacar las manos de entre sus piernas. – Quiero que el próximo orgasmo que me provoques sea como lo tengo en mi cabeza – me dijo mientras su móvil empezaba a sonar.
Vi que la que llamaba era su madre.
- Hola mami – dijo nada más descolgar. Mi prima Raquel estaba muy unida a su madre. De hecho, estaban tan unidas que cuando el padre de Raquel la puso de patitas en la calle por quedarse embarazada la madre apenas aguanto un par de meses más casada con él. La madre durante los dos primeros años de la niña había vivido con su hija pero cuando esta empezó a ir al cole y hacer vida la madre de Raquel se buscó su propia casa más o menos cerca de esta pero la dejo vivir su vida. – Si mami voy con el primo camino de Valencia – le dijo a algo que le pregunto la madre. – Si claro mami te lo paso – le dijo Raquel antes de pasarme el teléfono. – Si tía que tal estas – le dije mientras Raquel dejaba clavada su mirada en la mía. – Si tía, Raquel me cuida mucho en el trabajo – le respondí cuando mi tía me preguntaba como llevaba trabajar con mi prima. – Dile a mi hija que no me entere yo de que se porta mal contigo que si no le daré dos azotes – me dijo su madre muerta de risa. – Que dice tu madre que si te portas mal conmigo que te va a dar dos azotes en el culo – le dije siguiendo la broma.
Mi prima en ese momento agudizo la mirada y llevo su mano directa a mi bragueta. – Dile a mi madre – me dijo mientras me bajaba la cremallera del pantalón. – Que nunca podría portarme mal con mi primo favorito- me dijo mientras sacando mi polla del pantalón se dejaba caer sobre mí y hundía mi polla en su boca. – Joder – salió de mi alma. – Que pasa cariño – me pregunto mi tía al otro lado del teléfono. – Nada tía – le respondí. – Es que acabamos de entrar en un túnel – le dije mientras mi polla hacia tope en la garganta de mi prima. – Pues nada dile a tu prima que os espero poder invitar a comer a casa cuando volváis de Valencia – me dijo mi tía. – Puedo hablar con mi hija – me pregunto mi tía. – Si claro un beso tía- le dije yo mientras le pasaba el teléfono a mi prima que dejando salir mi polla de su boca continuó hablando con su madre. – Si claro mami, perfecto – le decía esta. – Si claro Mami se lo digo – volvía a decir ella. – Perfecto Mami pues nos vemos el viernes un beso – dijo justo cuando colgaba.
- Mi madre que nos invita a que nos la comamos el viernes – me dijo mientras de nuevo su boca volvía a engullir mi polla en mitad del vagón. Mientras terminaba de decir la frase no puedo evitar escucharse y lejos de ruborizarse su mirada se llenó de lujuria. –¿Te imaginas? – me dijo. – La verdad es que desde que se divorció de mi padre anda tan falta de rabo como yo – me dijo mientras de nuevo se amorraba a mi polla y no paraba hasta que me corría en su boca.
Me corrí en su boca como había llegado a correrme esa misma mañana, pero desde que empezó la mamada no pude apartar la imagen de mi tía. – Has imaginado que te la chupaba mi madre, ¿verdad? – me dijo mientras me ayudaba a guardarla de nuevo en el pantalón después de dejármela ben limpia.
Me quede callado y avergonzado. – La verdad es que no me parece nada mal que seduzcas a tu tía y le la folles bien follada como se merece – siseo mi prima en mi oído – Seguro que eres capaz de llenar su coño de pollazos y su estómago de lefa como estas llenando el mío hoy que ya llevo dos dosis , y bien ricas –. En aquel momento la imagen de mi tía en bikini como la había vito todos los veranos en la playa de Cádiz sobre mi se hizo presente y no pude evitar que la idea de hacerla mía apareciese en mi cabeza.
Mi tía Laura era un pibón, apenas llegaba a los cincuenta años y toda un milf, guapísima que se cuidaba en el gimnasio todos los días para mantener todo en su sitio, además de guapa y simpática tenía un desparpajo que nos hacía a todos los que estábamos a su lado convertirla en nuestro centro de atención. Y por supuesto su hija era digna heredera de la belleza de su madre. Un rostro fino, una nariz chata, un cutis cuidado y unos grandes y almendrados ojos marrones enmarcaban un rostro perfecto y por supuesto mi prima había heredado el mismo pecho de mi tía.