Mi prima, mi primera vez
Es difícil que olvidemos la primera vez que mojamos, mucho menos aún si esa primera vez fue con la mujer que nos paraba la verga con su sola presencia, incluso, con su voz, y cuando los planetas se alinean y las ganas se juntan, pues se aprovecha el momento para vivir lo que será inolvidable
Siempre me he preguntado: ¿Quién no tuvo su primera vez con una prima o una pariente cercana, o acaso quien no ha tenido sexo con una familiar; como resultado de las circunstancias o del lugar?
Sucedió un martes luego del almuerzo, se encontraba mi prima en casa de visita ya que mi madre, días antes había estado algo enferma.
Yo sentía cierta atracción por mi prima, tal vez porque ella era algo mayor; 23 años ella y yo 18, o tal vez porque la veía muy buena, grandes pechos, cintura estrecha y unas nalgas que me hacían tener mil fantasías sobre la forma en que me la cogería, en fin, que me excitaba a tal punto que la había espiado en varias oportunidades mientras ella se bañaba.
Tenía unos senos preciosos, grandes y redondos, con unos pezones grandes y que casi siempre estaban parados, además de que tenía cierta fama de caliente y fácil, decían que se iba a la cama con el que le gustaba.
En aquellos días me habían celebrado mi cumpleaños y por aquellas cosas de la adolescencia me masturbaba; cuantas veces se presentaba la oportunidad o en cada ocasión donde se pudiera ver algo que me excitara.
Total, que ese día, luego de almorzar fuimos a ver la televisión y a conversar un poco, cosas a lo pendejo, ya que ni atención le ponía por estar al pendiente de sus chiches, o de sus piernas, que de vez en cuando se abrían un poco, esos muslos bien torneados eran mi delirio, no sé cuantas veces soñé con ellos, lamiéndolos, chupándolos, besándolos.
En fin, que después de un rato de hablar pendejadas, empecé a acariciarle el cabello, la cabeza y aprovechando que mi madre había salido un momento a la calle y que no quedaba nadie en casa.
Decidí lanzarme a fondo y en una de esas, le acaricié las ricas chiches, de manera directa, piel con piel, no fue nada difícil esto por una blusa muy escotada que tenía mi prima.
Yo esperaba que la hiciera de bronca o me mandara a la chingada, pero a ella no le disgustó, aunque se mostró precavida diciendo que mi madre no tardaba en llegar, lo cual me detuvo un poco y me sentí frustrado mientras ella se fue para el baño a acomodar bien su blusa.
Volvió unos minutos después y se quedó viendo unos adornos, en un mueble, así como unos candelabros que tenía mi mamá en una repisa en el salón donde veíamos la televisión.
Mientras ella veía concentrada todo aquello, me le acerque por la espalda le besé el cuello, desabroché su blusa, y ya lanzado, le toque y le lamí sus enormes senos, luego desabroché y bajé el pantalón que llevaba.
Todo esto sin dejar de mamar aquellos pezones que parecían felices de estar entre mis labios y sobre todo de que mi lengua los recorrieran, con mi mano derecha, le acaricié la vagina, grande y muy peluda, sólo que, por encima de su ropa interior.
Ella aunque no decía nada lo disfrutaba y se movía cachondamente sobre mi mano, mi miembro ya estaba a punto de estallar, le quité sus calzones blancos y comencé a besarle y a jugar con mi lengua en su vagina.
Al tiempo que ella respiraba de forma acelerada, la acosté en el suelo, me bajé mis pantalones y comencé a tratar de penetrarla por su culo, pero no fui capaz de clavarle la verga en su apretado culito, tal vez por mis nervios, tal vez porque ella se fruncía, o tal vez porque no tocaba.
Luego de ese fallido intento; traté de penetrarla por la vagina, al principio ella se resistió un poco, como incitándome a convencerla, o para dejar en claro que no era tan fácil, de una o de otra forma, yo no la dejé.
Mamaba sus pechos, acariciaba aquella araña peluda que tenía entre sus sabrosos muslos y ella gemía de placer con mis besos, chupadas y caricias, así que lo intenté nuevamente y su vagina estaba que chorreaba.
Estaba tan caliente, aquel delicioso túnel, que mi tranca se fue hasta el fondo con un solo empujón, ella me abrazó y me besó dándome a probar su lengua, mientras movía sus caderas de manera circular.
Mis caderas comenzaron a moverse, ella subió sus piernas y me atrapó entre sus sabrosos muslos, yo entraba y salía de aquella panocha que parecía querer devorarme por completo, ese momento era delicioso, tanto que lo comencé a disfrutar más y más.
Hubo un momento en el que sentí que se había detenido el tiempo, mi prima abrazada a mí con brazos y piernas, su boca prendida a la mía chupando y mamando mi lengua, mis manos apretando y acariciando sus sabrosas nalgas, y mis caderas empujando y retrocediendo para que mi camote entrara y saliera de aquella sabrosa pucha.
No sé cuánto tiempo seguí disfrutando de todo ese placer tan delicioso, pero comencé a sentir la sensación de que estaba por venirme, así que saqué rápidamente mi miembro de su vagina y en el preciso instante que lo terminé de hacer, salió de mi pene toda la leche, que bañó de inmediato los pelos de la vagina de mi prima; en el instante que ella tenía su tercer orgasmo, nunca la había visto estremecerse y vibrar así.
Todo su cuerpo se contorsionó y por un momento no supe que hacer, pero aquel placer, aquella satisfacción que sentía se encontraba por encima de todo, y al ver el rostro de satisfacción de mi prima me di cuenta y me convencí que todo había salido bien.
Comencé a lamer y a besar las chichotas que tanto me gustaban, hasta que unos minutos después me dirigí al baño, con una toalla limpié mi chile y le llevé otra toalla para limpiarle la vagina.
Encontré a mi prima con sus manos temblorosas y un rostro de satisfacción indescriptible, me dijo que era tal vez la mejor cogida que le habían dado en su vida y me agradeció.
Nos besamos, ya no tan pasionalmente, sino con cariños, le apreté las nalgas y los pechos, luego nos vestimos y organizamos rápidamente ya que presentía que mi madre estaba por llegar y continuamos viendo la televisión como si nada hubiera pasado.
Deseando en mi interior que aquella experiencia maravillosa se volviera a repetir, lastimosamente ella conoció a un joven un poco mayor que ella, se hicieron novios y yo solo me conformaba con chupar y lamer sus chichotas, incluso llegué a mamarle el culo y a penetrárselo en un par de ocasiones, haciéndola gozar mucho, pero jamás se volvió a abrir de piernas para que se la metiera, ya que ella me decía que su vagina sólo la podía tener su novio y yo me quedé como estaba al principio masturbándome cada que tenía oportunidad.
Aunque todo lo que gocé con ella, no lo he olvidado, los años pasaron y en cuanto a mi prima, ella ahora tiene una niña, no quiere saber nada del novio con el que después se casó, y a mí de vez en cuando me habla por teléfono para ver qué día podemos salir.
Estoy seguro que quiere que me la coja… aún no sé si lo haré, aunque sigue estando buena, con sus chichotas y sus nalgotas bien puestas, yo creo que ya no será lo mismo… en fin… todo puede suceder… y si eso llegara a pasar… no duden que se los contaré…