Mi prima mi martirio Capítulo 1

Claudio un estudiante universitario por fin vivía una vida tranquila... pero todo cambió con el reencuentro de mi "Martirio"

MI PRIMA MI MARTIRIO

Definición de Martirio: Del latín martyrĭum, el martirio son

los sufrimientos, tormentos

y/o muerte

que una p

ersona

padece a causa de

su religión o

ideales

. El concepto comenzó a utilizarse para hacer referencia a los padecimientos sufridos por los cristianos a causa de sus creencias religiosas.

La persona que muere por defender una causa recibe el nombre de mártir. Su fallecimiento es visto como un sacrificio que permite dar testimonio sobre su fe o ideal. Por ejemplo: “El disidente vivió un verdadero martirio durante su encarcelamiento”, o “El enamorado fue torturado sentimentalmente por su novia y sufrió un largo martirio antes de su muerte al ser abandonado por ella”. ¿Por qué cito esta definición?, simplemente porque sin ser realmente un mártir, hay momentos en que así me he sentido y “no estoy dispuesto a experimentar un martirio por causa de mi prima”.

Perdón no me he presentado, me llamo Claudio, soy un chico que estudia cuarto año de arquitectura en una prestigiosa universidad en la zona costera del país. Pese a que a veces me he sentido un mártir, creo que mi vida hubiese sido perfecta sin tener a una de mis primas… ya que nací en una familia bastante acomodada, la cual, sin ser ricos en lo material, no nos faltaba nada de lo razonable de poseer; en lo sentimental, fui amado por mis padres y hermanos, por lo que siempre quise que mi vida fuese armoniosa con respecto a mis seres queridos.

Pero esa felicidad potencial no fue tal… ¡Sí!, como les dije esa supuesta armonía y felicidad me fue arrebatada por una persona muy cercana… una que me ha mortificado desde la más tierna edad… no se trata de abuso de menores ni nada tan macabro, pero indudablemente mi vida sería mucho mejor si no fuera por… ¡ mi prima !... ¡Sí por ella!, ya que desde que tengo uso de razón o desde que tengo recuerdos,… ella ha sido la causante de mi martirio… no es que sea realmente perversa o la hija del demonio en la tierra… pero casi, el estar con ella quiebra toda armonía y felicidad con mi entorno.

Nuevamente perdón… debo aclarar en defensa de mis otras primas que solo ella es la causante de mis padecimientos…. Pero regresando a mi presentación les digo que soy un tipo normal, aun cuando soy más alto que el promedio, pues mido un poco más de 1,9 metros, bastante atlético, me gustan varios deportes los cuales practico con cierta pasión, aún así no me mato por vencer… pero por motivos ajenos a mis deseos eso de que “vale más el competir que ganar”, en mi caso no se dio.

Desde pequeño tuve una feroz competencia en parte de la familia, a la que solo le importaba la victoria... ¡Sí han adivinado!... mi prima… perdón una vez más -es que “Mi Martirio”- o sea mi prima me desenfoca… Ella es un pensamiento recurrente en todas las actividades de la familia la que incluye a todos mis tíos y en especial a ella y sus padres, los que siempre estuvieron y están presente en toda actividad del núcleo familiar que se aglutina en mis abuelos…. Esto se ve incluso en las competencias más triviales.

Bueno volviendo a como soy, puedo decirles que mis ojos son como un revoltijo de café y verde, en invierno café y en verano verdes, al parecer dependiendo del tono de mi piel se produce un contraste que resalta uno u otro color, tengo el pelo castaño, mi piel es muy blanca en invierno algo más oscura en verano, ya que no me gusta mucho el sol (me quemo muy fácil), y sin ser un “guaperas”, tengo bastante éxito con las chicas. Esto último creo que es más por mi personalidad que por mi aspecto… Ellas por algún motivo o designio de Dios me encuentran simpático.

¡Ah! Se me olvidaba actualmente tengo 21 años recién cumplidos, tengo dos hermanos mayores, uno de 25 y otro de 23, como también una hermana menor de 17 o 18 años (se me olvida su edad, jejeje), todos ellos viven con mis padres en la capital donde los mayores aún estudian en la Universidad, el mayor un magister, el otro el último año de leyes y la menor está en último grado de secundaria… a ellos los quiero mucho… nada más, jejeje.

Volviendo a la causa de mis tribulaciones o sea a mi prima; bueno les puedo contar que ella para todo el mundo es la chica perfecta… muy inteligente, simpática cuando lo quiere ser, y bella… ¡no!... no es bella… en realidad es ¡bellísima!… ¡Sí que lo es!, ¡y ella lo sabe muy bien! Mi tormento o sea mi prima, es un año  y seis meses mayor que yo, tiene casi la misma edad que mi hermano inmediatamente mayor que yo, su cercanía de edad hizo que al principio de nuestras vidas ellos hicieran muy buenas migas. Su cercanía hacía que pasaran siempre juntos y yo siempre pardillo detrás de ellos dos… ¡Oh pobre de mí!

Pero en la medida que ellos crecían, mi prima se volvía más y más… ¿traviesa o más cruel?, no sé si son exactamente las palabras adecuadas, tal vez aplicaría mejor a su forma de ser las palabras… ¿veleidosa, consentida, caprichosa, envidiosa, dominante?… todo lo contrario a mis hermanos y a mí.

Dadas estas cualidades y su gran capacidad de hacer travesuras que rayaban en lo perverso (y de paso manipular a los demás), Fer nos metía en líos a mi hermano y a mí con cotidianeidad… por cierto ella siempre liberando de los castigos a nuestras expensas. Para que me crean les puedo señalar que eso sucedió muchas veces, como la vez que jugando a los indios me ataron a un árbol y pasé toda la tarde a la intemperie casi muriendo de hipotermia, o como la vez que jugando a las escondidas ella me encerró con llave en un ropero viejo del sótano de la casa de los abuelos, afortunadamente mi hermano tras mucho tiempo de búsqueda me encontró.

Esta mala actitud hacia nosotros y sus ansias desmedidas de controlar a los demás nos distanció, pues mi hermano que es como el pan de bueno, en un principio aceptaba con cierta naturalidad de como era la pérfida de su prima, pero finalmente como es muy inteligente (por lo menos más inteligente que yo), se dio cuenta de que ella era la perfidia hecha mujer y dejó de juntarse con ella, a mí me costó algo más de tiempo.

Mi prima Fernanda o Fer como le gusta que le digan, tiene otra hermana dos años menor que yo, es igual de hermosa, pero al igual que mi hermana pequeña, desafortunadamente nacieron después de Fer, por lo que la atención de nuestros abuelos siempre fue para Fer, la bendita Fer, la chica diez, la niña perfecta para todos excepto para mí, y creo que también para mis hermanos, ellos siempre me han dicho que me mantenga alejado de ella y les juro que lo trato.

Es más Fer siempre fue y ha sido el punto de comparación para todos los de la familia, ya sean próximos a su edad o menores que ella (la Diosa entre los mortales). En esta comparación simplemente siempre perdemos. ¡Sí! sea que fuesen los abuelos, sus padres, mis tíos, o cuanto ser que la conocía; todos coincidían en que ella era la perfecta…  inteligente, simpática y muy bella. De alguna manera todos caían en su embrujo, manipulándolos con su encanto… según decía mi hermano mayor esto venía ¡desde que ella estaba en la cuna! Y no es que él le tuviera envidia…

No les miento si les menciono junto a todo lo dicho, que ella además es muy atlética, por lo que jugara a lo que jugara, lo hacía bien; practicó karate, atletismo, natación, esgrima y voleibol, en todo descollaba… si a eso le sumamos una mentalidad súper competitiva fomentada con insistencia por sus padres, la hacían casi invencible… en especial cuando lo hacía conmigo. Lógicamente al ser menor que ella, cuando jugábamos o competíamos en algo siempre me derrotaba (¡hasta mis 13 años me ganaba en todo!). Fer no tenía ninguna consideración con nadie, incluso con sus padres, y de ser posible se burlaba con su maldito baile de la victoria, el que era muy celebrado por todos los otros que no eran derrotados por ella, ya que era simplemente gracioso.

Como les dije ella era… perdón, ¡es!... la perfección hecha mujer… aunque suene repetitivo Fer es pérfidamente bella, graciosa, atlética e inteligente como ninguna, ella me recuerda una canción de Dolly Parton titulada Jolen. Aun que puedan pensar que yo tengo un encono raya en lo obsesivo hacia ella y puede ser puede ser para el psiquiatra o simplemente para la risa… creo que ella es la mejor de las mentes maquiavélicas que conozco, como esas de las películas (algo así como el “Doctor Evil o Malito”). Lo que digo lo respalda su rendimiento académico, ya que promedio de notas siempre fue siempre superior al mío dos o tres décimas, y de que, por todas sus travesuras, maldades o trampas, nunca pagó por alguna de ellas. Es así que naturalmente todos los que nos conocían, nos comparaban con ella (excepto mamá, papá o hermanos).

Para más remate, como a sus ocho años de edad, surgió una cualidad en ella aún desconocida por todos, cualidad que solo contribuyó en ahondar la separación que existía entre un mortal como yo y ella. Estando en unas clases de música la profesora descubrió que cantaba como un ruiseñor o un canario (lo que ustedes prefieran) … la verdad es que su voz era y es mágica, de ahí estaba en cada acto y fiesta donde se necesitara alguien como ella, ahí estaba impresionando a todos. Demás está decir que al resto de la familia con suerte nos dejarían para hacerle el coro a tan linda voz; pero toda esa perfección se contraponía a su pérfido afán de ser la mejor en todo, en especial a su insuperable deseo de prevalecer por sobre sus primos, en especial estar por sobre mí, pues a las más chicas no las tomaba en cuenta.

Podrán pensar que es envidia de mi parte, pero les aseguro que no lo es; ya que desde pequeña se encargó de no solo ganarme en todo, si no de hacerme sufrir. Un día era quitándome mis juguetes, otro comiéndose mi comida, los sábados botándome el helado que comprábamos en el paseo familiar, y tantas cosas más; ¡tantas que sería cansador enumerar! Estas acciones o actitudes que en la medida que íbamos creciendo se agrandaban (o agravaban), hacían que buscara evitarla.

Pero para desgracia mía fuimos al mismo colegio, pues nuestras respectivas casas quedaban una cerca de la otra, y estas a su vez cerca de la de nuestros abuelos, así como el colegio que íbamos. Por lo que debí sufrir durante toda mi niñez estar demasiado cerca de tanta perfección.

Su mala actitud para conmigo y sus continuas humillaciones o ataques nunca acababan. ¡Si aún no me creen!,  durante un entrenamiento de natación previo a una competencia inter-escolar, me bajó el bañador frente a los 30 o 40 chicos que estaban en el sector esperando el turno para rendir en el proceso clasificatorio; o la vez que me vio hablando con una chica que me gustaba,  y no encontró nada más creativo que  circular el rumor que yo era gay, lo que se masificó rápidamente en las primeras redes sociales que existían y que por ende la chica no se juntara más conmigo.

Esto último lo contó algún tiempo después, entre risas y ante la presencia de sus padres y los míos con lujo y detalles… contrario a lo que yo esperaría de un adulto, ¡mis tíos se reían! y los míos quedaban mudos. Debo señalar que mi tío, o sea su padre, es de igual corte, o sea lo que se hereda  no se hurta… para botón de muestra, mi tío se auto declara un guaperas muy inteligente… claro que cuenta con un carácter similar a su hija, por lo que encontró de lo más gracioso.

No exagero al decir que sus bromas se fueron incrementando en “cantidad y calidad”, es decir muchas de ellas, eran muy pesadas, incluso algunas llegaban a ser dañinas. Como la que me hizo en unas vacaciones de invierno, según recuerdo  estábamos con la familia en la montaña, para ser preciso en un centro de esquí, disfrutando los primeros días de la temporada… era todo perfecto, la nieve, el clima… todo, pero un día como siempre estábamos deslizándonos en una vertiginosa carrera cuesta abajo, en la que la superaba por algo más de un metro, cuando metió un bastón entre mis esquíes para hacerme caer por la ladera… solo les puedo decirles que terminé escayolado por un mes, según ella fue un accidente… así suma y sigue.

Afortunadamente desde hace unos dos años que solo la veo para las fiestas de fin de año, o los cumpleaños de los abuelos, por lo que la tranquilidad, armonía y felicidad, me volvía a sonreír; tanto que tengo buenas notas, muchos amigos y hasta me encontré una novia en mi curso. Ella es guapa, inteligente y cariñosa. Al principio solo estudiamos juntos, pero día a día hacía mi mejor esfuerzo por convencerla que yo debía ser su chico, por lo que después de un año me aceptó como novio (no fue fácil convencerla), pero esa historia la dejaré para más adelante.

¡Sí era feliz!, especialmente porque me iba bien en mi vida de Universitario, la armonía reinaba en mi vida lejos de la sombra de Fer. Todo era bueno, en especial en la familia, los estudios y el amor. Además, el solo hecho de no tener la energía maligna de Fer, dando vueltas cerca de mí, me traía mucha paz y tranquilidad…

Pero eso cambió de un momento a otro y ¡de que manera!... ¿Cómo cambió?... ¡Caí en las redes de mi pérfida primita!…  ¿Cómo volví a ser subyugado por mi maligna prima?...

La verdad es que no me es fácil contarlo, pero les puedo decir que todo recomenzó un día que regresaba de la facultad tras arreglar los pagos e inscribir ramos para un nuevo semestre. Fue cuando llegué a mi casa, o sea al departamento de veraneo de mis abuelos, donde residía desde que llegué a estudiar a la Universidad. Hasta ese instante bastante lejos de Fer (uno de los motivos de elección de mi universidad). En ese aciago momento, me encontré con la sorpresa de que estaba mi abuelo y Fer en la sala…

  • ¿Abuelo, que sorpresa que haces aquí?
  • Abuelo: Hola Claudito, como verás, vine a dejar a tu prima al departamento.
  • Fer: Hola Pardillo, ¡vine a cambiarte la vida!, jajaja
  • Yo: ¿Es broma?... Abuelo ella estudia cerca de su casa en la capital.
  • Fer: Ya  no Pardillo, este semestre inicio en tú Uni… ¡¡me cambié!!…
  • Yo: ¿Pero por qué?
  • Fer: Ay tontuelo, tú Uni en la parte ingeniería es de las mejores….
  • Yo: La tuya también lo es… ¿Por qué cambiarse?
  • Abuelo: Es que Fernandita tuvo algunos problemas con el Decano de Ingeniería a raíz de unas protestas…
  • Yo: Pero Fer, hay muchas otras Universidades, incluso en la capital hay otras que son buenas en ingeniería (¿por qué la mía?, pensé)…
  • Abuelo: Pero la tuya es una de las mejores a nivel continental, y para mí es muy importante que Fer supere el trauma que sufrió con el Decano, y tú siempre has sido una buena influencia para ella.
  • Yo: (¿¡Buena influencia!? ¿Desde cuándo? Pensé atónito)… ¿Pero quedarse aquí conmigo?... ¿No será mejor que vaya a una residencia Universitaria cercana de su sede?
  • Fer: No, aquí el abuelo no nos cobra y nos podemos cuidar mutuamente, jejeje.
  • Yo: Pero el comer y los gasto básicos cuestan dinero (¿y quién me cuidará de ti?)
  • Abuelo: Para tu tranquilidad yo les pagaré lo que gasten en lo que has dicho, con la sola condición de que cuides a Fer y que no hagan fiestas en el departamento, no quiero recibir quejas.
  • Claudio: Nunca he hecho una fiesta abuelo…
  • Fer: ¿Pero podré traer amigos?
  • Abuelo: Amigas cuando quieras y compañeros de curso solo para hacer los trabajos que mande la Universidad, si no, ¡no hay trato!, lo mismo vale para ti Claudio.
  • Claudio: Sí abuelo (¡¡maldición, justo cuando comenzaba a follar con mi novia!!)

El verla nuevamente me causó un profundo impacto, hacía casi un año que no la veía, ahora estaba más mujer, más voluptuosa, si la recordaba bella, mis recuerdos habían quedado cortos, la verdad es que… parecía una diosa… por algún motivo desconocido por mí, antes no me había causado tal impacto. Intenté que no lo notara, esperaba haber tenido suerte y así me pareció.

Almorzamos con nuestro abuelo en un local de comida para oficinistas que quedaba debajo de nuestro edificio, luego mi abuelo me sacó del cuarto que yo ocupaba, para que su preciosa nieta estuviera más cerca del baño que compartiríamos, y también tuviera a su disposición el closet más grande, pues según ella tenía más ropa que yo (era cierto, pero ¿por qué?); después nos dejó para regresar a su casa.

Aún con mi ira acumulada, comencé a ordenar mis cosas en el cuarto pequeño, luego sin hablarle para nada, tomé mis libros que ocupaban gran parte del anaquel de la sala, y me dediqué a ver los que me servirían para el semestre que comenzaría en unos días más y los que debía vender a otros alumnos. Por su parte Fer estaba sentada en el sofá de la sala y se dedicaba a escuchar música cantando a dúo con Taylor Swift (creo lo hace mejor que ella).

Luego de terminar mi cometido, me detuve un momento a mirarla, la verdad es que mi maléfica y muy bella prima ahora es una rubia de ojos verdes preciosa; más alta que la media de las chicas mortales, diría que, de 1,75 metros a lo menos, curvas de reloj de arena, Mmm… ¿sus medidas?... pienso que son unos buenos 94-62-94, copa DD, todo sostenido por unas lindas y tonificadas piernas… todos se preguntarán como lo calculo… simple mucha internet, curiosidad y algunas pajas con las más voluptuosas modelos que allí aparecen…

Según yo, se parece de cara mucho a Scarlett Johansson, y de cuerpo casi igual o mejor que la playmate Megan Moor. Físicamente es tal vez todo un calco de la mujer -que según el abuelo era la mujer más bella de su época- y que a su vez era la chica más sexy que él hubiese visto alguna vez toda su vida, la incomparable Dorothy Stratten (que en paz descanse y a la única que mi abuelo mencionaba como digna de pecado, y con la que hubiese engañado a mi abuela, jejeje), la verdad es que no lo sé.

¡Tanto admiraba mi abuelo a Dorothy!, que apenas entré a la Universidad, me regaló el afiche de una antigua película donde ella actuó, llamada “Galaxina”, en el afiche Dorothy luce sus atributos en un traje de viajera espacial o similar al que usa 7 de 9 en “Star Trek” (para ser justo yo diría que Fer tiene mejor culo).

Tal es el fanatismo de mi abuelo que en esa oportunidad me dijo “si no tienes una novia como ella en la Universidad, era mejor que no me la presentes”. Por ser como soy, busqué una chica distinta a el ideal de mi abuelo y diferente a Fer… creo que mi actual novia es muy linda, se parece a Elizabeth Pipko, ¡solo le falta algo más de tetas!

No sé cuánto tiempo pasé embobado mirando a la “pérfida arpía” de mi prima, pero cuando ya casi terminaba mi análisis, ella me miró a los ojos y me dijo:

  • ¿Qué me miras tanto pardillo, será que te gusto?
  • Yo: ¡Eh! ...no… no nada, solo pensaba…
  • Fer: ¿Piensas?, jajaja
  • Yo: (No sabía que decir) … por lo que rápidamente dije… ¡Sí pienso que debemos establecer unas reglas de convivencia! …
  • Fer: ¿Para qué?, no te han enseñado en tu casa a vivir como un ser humano, jajaja
  • Yo: Sí, pero a ti no, por lo que debemos dejar las cosas claras.
  • Fer: Mira pardillo estúpido, soy muy educada, tanto que no te parto la cara por insolente con tus mayores, dijo entre furiosa y sarcástica.
  • Yo: Mira Fer, ya no hay nadie que te defienda o te proteja de tus “cagadas” y quiero dejar las cosas claras desde un inicio; tú siempre me has molestado y abusado, cosa que ya no aceptaré, ya no soy el pardillo que tú crees… Ahora las cosas las haremos con una división clara de responsabilidades y trabajo…

La discusión tardó más de una hora en la cual finalmente llegamos a un acuerdo de convivencia con la princesa de las arpías. No les relataré cada cosa, pero en resumen cada uno se hacía cargo de su cuarto y de sus cosas de la Universidad; el anaquel de libros lo dividimos a partes iguales, la mesa para efectos de estudio igual, en cuanto al aseo general, un día yo, un día ella, si el que tenía la obligación de hacerlo no cumplía, el turno se repetía al día siguiente. Para efectos de cocinar se repetía el tema de los turnos, claro que de forma alternada con el aseo. Finalmente discutimos lo de la diversión, quedamos en que nada de sexo en casa y nada de fiestas… el primero no me pareció para nada de bien, en el segundo a ella no le pareció para nada bien, pero lo aceptamos el acuerdo después de varios minutos de pelea y amenazas con el abuelo.

El inicio del día siguiente comenzó con una sorpresa, no sé si agradable o no para mí, pues cuando estaba saliendo del baño después de la ducha, ella entró sin ningún aviso, por lo que chocamos a la entrada del reducido cuarto -¡ella como la Diosa que es, estaba preciosa!- incluso con el notorio sueño que le afectaba. Su hermosura con sueño y todo, podía infartar al corazón más duro (en este caso el mío); más si se toma en cuenta que lucía un pijama de verano que sugería toda la belleza de cuerpo aún con la poca imaginación que yo tenía a esa hora…

  • Yo: ¡Oye cuidado!… debes llamar a la puerta…
  • Fer: No seas melindroso, ni que verte sea una novedad, jajaja
  • Yo: ¿¡Cuando me has visto!?
  • Fer: Recuerda que después de la piscina en casa de los abuelos nos bañaban juntos a ti y a mí con Marcelo (mi hermano de su edad).
  • Yo: Pero he cambiado, ahora soy un hombre.
  • Fer: Pero debes tener la “cosita” del mismo tamaño, jajaja
  • Yo: ¡Joder, he crecido!…
  • Fer: No creo que lo suficiente, jajaja
  • Yo: Más de lo que te puedes imaginar, pero no tendrás el placer de verme…
  • Fer: Yo también he crecido y tampoco tendrás el placer de verme, jajaja
  • Yo: Estup…. Eres imposible
  • Fer: Se enojó el bebé, jajaja

Me fui indignado a mi cuarto a pasar mi rabia y vestirme, afortunadamente gracias a mi carácter mi ira a los pocos minutos se había ido a otro mundo… luego de hacer mi cama y preparar algunas cosas que debía llevar a la Universidad antes de comenzar las clases, fui a la cocina a desayunar. A los pocos minutos llegó Fer y sin preguntar tomó una de mis tostadas dándole un mordisco.

  • Fer: Mmm, está buena pardillo ¿me das otra?
  • Yo: Fer, esa era mi tostada, ¿Qué hablamos ayer?
  • Fer: Algo así de un día tú un día yo, ¿oh no?
  • Yo: Okey, mañana tú… por lo que le hice un café con tostadas, y le pasé un yogurt con cereales.
  • Fer: No eres un mal anfitrión pardillo, nada de malo tu desayuno, jejeje

Pese a todo, comenzamos a conversar de la Universidad y como yo iba a ella (ómnibus o bicicleta, esto último cuando tenía tiempo), ella dijo que lo pensaría y de forma muy sospechosa sonrió … creo incluso que con malicia…. Algo más tarde y nuevamente de muy buen humor, y dado que ella iría a la misma sede Universitaria que yo, le propuse ir juntos a reconocer la ruta, pues arquitectura estaba junto con las ingenierías.

Pese a mi natural reticencia y como todo el caballero que soy, me ofrecí enseñarle el trayecto y en el lugar hacerle un pequeño tour por ella.

Sí soy un quijote o algo así… mi invitación fue con el loable propósito de que no estuviera perdida en sus primeros días en esta nueva Universidad. Milagrosamente ella aceptó de buena gana y después de desayunar y hacer el aseo salimos.

Cuando llegamos a la planta baja y antes de salir me detiene y me dice que vayamos por su coche (¿¡tiene coche!?... ¿cómo?). En ese instante y para mi sorpresa, supe que la abuela le había regalado hacía unas semanas un lindo coche, de esos compactos pequeños, y en ese minuto también supe que el abuelo la había escoltado en su viaje por carretera para que no tuviera problemas en el camino. Increíble, si bien yo sabía manejar, nunca me dejaban hacerlo, ni siquiera mis padres y menos regalarme un coche.

Es por eso que aprendí con el coche de uno de mis amigos del colegio, aptitud que perfeccioné con el coche de uno de mis camaradas de Universidad… pero a ella le pagaron un curso y le regalan un coche… a nadie más de la familia le habían dado tal consideración.

Admiré el coche con algo de envidia (aún que no era mi tipo de coche), y la felicité por su suerte, ella no dijo nada, pero me tiró las llaves del coche pidiéndome que yo condujera, cosa que me alegró y esbocé una sonrisa a ella que extrañamente me correspondió y me dijo:

  • Fer: De nada…
  • Yo: ¿De nada de qué?
  • Fer: Por dejarte conducir mi coche, se te nota a un kilómetro que te hace feliz… De nada.
  • Yo. Sí me gusta conducir, pero como para agradecerte, ¿no será mucho?
  • Fer: De nada nuevamente… ¡vamos! y conduce con cuidado.

Conduje con mucho cuidado, miraba el camino, a los otros coches, pero inevitablemente mis ojos se iban a sus torneadas piernas que quedaban al descubierto por lo breve de su minifalda, la verdad es que me estaba excitando y mi verga se endurecía metro a metro de camino, hasta que en un momento ella me dijo:

  • Mira al frente y no mis piernas pardillo descarado, que soy tu prima, jajaja
  • Yo: (¡Maldición me había descubierto!), por lo que solo atiné a decir… Yo, no estaba….
  • Fer: ¿¡¡Mirando mis piernas!!?... además de pardillo, te estas convirtiendo en un mentiroso, ya al desayuno me mirabas el canalillo de las tetas.
  • Yo: No, ¡eso sí que es mentira!…
  • Fer: O sea reconoces que me miraste las piernas y no las tetas… bueno eso es un progreso… ¡vamos conduce!

La verdad es que no le había mirado las tetas al desayuno (hasta ahora ni siquiera lo había pensado)… además vestía una blusa veraniega que no enseñaba mucho; pero había sacado verdad de mentiras, lo cual demostraba una vez más que la princesa arpía era una manipuladora de primer nivel.

Al llegar a la Universidad aparcamos cómodamente, pues aún no partían las clases, cosa que en un día académico normal era muy distinto, tanto que creía que sería mejor manejar una motocicleta. Esto último era lo que yo pretendía hacer una vez que terminara de reparar en uno de los talleres de mecánica de la Universidad, una moto Honda NC 750 del año 2012, la que había tenido años salvajes y una estrepitosa caída a su haber (su dueño me la vendió como chatarra y aún se recuperaba de sus heridas).

Entrando a la sede, el portero de toda la vida me saludó y guiñó el ojo, como diciendo que linda chica, luego me encontré con un compañero de carrera que se acercó so pretexto de preguntarme algo que era del todo obvio, y no tardó en llegar uno de los profesores que estaba por ahí para preguntarme como me había ido en las vacaciones (extraño interés de un docente). La verdad es que mi prima era como miel para las moscas.

El recorrido que hicimos contempló lo básico, oficinas administrativas, biblioteca donde aprovechamos de pedir su credencial para retirar libros, casinos, salas de estudio, enfermería, salas de clases y oficina de decanos, como también, oficinas de profesores y orientadores de carreras, patios, piscina y gimnasio, en ese recorrido llegaron más “moscas”, como también muchas miradas algunas del todo indiscretas.

Terminado el recorrido hice mis trámites en secretaría, ella aprovechó de hacer los suyos terminando a eso de las 12:30, y como era casi a la hora de almuerzo, decidimos de hacerlo en uno de los casinos de la sede, aprovechando que ya estaban en actividad. Todo iba bien hasta que al sentarnos de pronto apareció mi novia María José, alias “Coté”. La que había llegado de su casa situada en un pueblo a las afueras de la capital. Ella con las mismas intenciones que yo, concurrió para hacer algunos trámites e inscribir ramos. Claro que me sorprendió verla, pues yo creía que aún estaba disfrutando de sus vacaciones con sus padres en Grecia.

No la alcancé ni a saludarla cuando ella ya tomaba asiento frente a mí, al lado de Fer, y sin disimular su molestia por verme con una chica desconocida, que por lo demás es muy, pero muy atractiva, me dice:

  • Coté: Hola Claudio, ¿me presentas a tu amiga?
  • Yo: Hola Coté ¡qué sorpresa!, ella es mi prima Fer…
  • Fer: Hola Coté, ¿eres la novia del pardillo?
  • Coté: Sí … ¿¿¡prima!??
  • Fer: Sí, aún cuando no nos parecemos, él tiene la fortuna de ser mi primo, jejeje

Así se inició la conversación, ¡no sé cómo!, pero me parecía que ellas tenían algo así como una disputa territorial; es como cuando dos perros orinan en un árbol, luego del primero viene otro y orina encima del mismo árbol, ¡era alucinante!

En este tiempo, en que casi no articulé palabra alguna, me dediqué a analizar a las contendientes  “Coté versus Fer”, la verdad es que son el “yin y el yan” o como se diga.

Una es rubia de ojos claros, con todos sus atributos perfectamente repartido en su 1,75 metros, así como la forma de reloj de arena de su cuerpo, más parece una Valkiria recién llegada del Valhala muy diferente a la típica hispana o latina.

La otra una morena de piel pálida (¿¡cómo no se doró en Grecia!?), con unos grandes ojos de un café profundo, como dice una afamada canción ¡realmente posee el embrujo de los ojos moros! Con sus 1,68 metros despide una sensualidad atípica en una chica con cara de niña. Por otra parte su mejor atributo además de su inteligencia y simpatía, es su culo; que como me decía un colega de facultad, “alcanza para dos pascuas y varias noches buenas”.

Es de esos culos hechos a mano por el mejor escultor enviado por Dios a la tierra; la verdad es que Coté tiene un culo nunca antes visto, aún cuando en lo que respecta a tetas, si bien son bonitas, son algo pequeñas para mi gusto… diría que son medianas, tal vez de una copa B, pero con unos pezones muy apetecibles (ella me confesó que la acompleja tener poco busto y mucho culo, por lo que está decidida a que un día cuando tenga mucho dinero se lo operaría).

Sin dudas Coté es bella, aún cuando su cara de niña destaca demasiado en el conjunto y si a eso sumamos su apetecible cuerpo… todos piensan en ella con lujuria morbosa, está casi para película porno, de esas donde las adolescentes son seducidas por viejos. Por algún motivo que no comprendo, muchos la confunden con mi hermana menor… hecho que en realidad no me importa (mucho), total sé que tenemos la misma edad y que en 10 o 20 años ella seguirá luciendo joven. En fin, tiene todo lo que quiero de una chica,

en especial que es bastante distinta a Fer

... ¡

eso es más que suficiente para mí

!

Estaba en medio de mi análisis, divagando en las cualidades de cada una de ellas, cuando me detuve por primera vez en el canalillo de mi prima, el mismo que había negado hacía solo un rato. Puedo decir que apenas se notaba y pese a no ser exagerado, llama la atención de todos los mortales entre los cuales me incluyo. Estaba en eso cuando ella me dice:

  • Claudio, deja de mirarme las tetas que estamos con tu novia…
  • Yo: Eh, yo… yo no estaba…
  • Fer: No sea mentiroso, las mirabas… es segunda vez que te sorprendo…
  • Coté: ¿En serio?...
  • Yo: ¡Por supuesto que no!... ella siempre hace ese tipo de bromas, ya la conocerás.

Afortunadamente Coté dejó pasar el tema, pero nuevamente mi primita me la jugaba y me dejaba en ridículo, ¡maldita sea, engendro del demonio!, no sé si es Ángel o Diablo, pero al igual que el demonio, su exterior es tentador…

Terminado el almuerzo decidimos regresar a casa llevando a Coté con nosotros para dejarla a la pasada en su casa (apartamento que comparte con una amiga). Dado que mi prima nunca quiere ser relegada a un segundo plano, ella se fue manejando con Coté a su lado y conmigo atrás casi doblado en el pequeño habitáculo trasero del coche; en que por mi estatura me quedaba muy incómodo.

En el camino Coté decidió que quería pasar a mi departamento cosa que a Fer no le cayó para nada bien, dando a entender que al Abuelo no le gustaría y que contravenía el acuerdo de convivencia, al principio intentamos convencerla, pero su negativa con argumentos infantiles solo nos exasperaba, sea como sea, no logramos hacerla cambiar de opinión, por lo que tanto Coté como yo la ignoramos el resto del viaje, pero nada podíamos hacer pues ella manejaba.

Finalmente una vez en el domicilio de Coté, ella dijo que igual pasaría unas horas más tarde a casa a dejarme unos libros y material para un ramo que ella ya había aprobado y que yo recién tomaría. Nos bajamos del coche y mi novia se despidió con un acalorado beso (otra marca de territorio supongo). Terminada la fogosa despedida me subí para ir de copiloto, pues ir atrás es incomodo para mí, apenas me subí, mi primita me dijo:

  • ¿Por qué querían tanto ir al departamento del abuelo?, ¿quieren follar?
  • Yo: No seas borde, solo queríamos vernos, nada más.
  • Fer: Al respecto de ver… ¿No crees que es incómodo para tu novia que me veas tanto?
  • Yo: ¿¡Pero qué dices mujer!?
  • Fer: Lo obvio, me has mirado constantemente como si quisieras aprenderte de memoria mi culo y tetas…
  • Yo: Estás delirando… además de ser mi prima no eres mi tipo…
  • Fer: Pero parece que no tienes muy claro que sea tu prima y créeme cuando te digo que soy el tipo de todos, jejeje
  • Yo: La excepción confirma la regla….
  • Fer: Solo con los gays, jejeje

Al llegar al departamento, cada uno se fue a hacer sus cosas hasta que un par de horas después llegó mi novia y nos sentamos a tomar un café, todo esto ante la atenta vigilancia de Fer que se paseaba por la sala que está junto al comedor. Mi primita nos interrumpía cada vez que podía, la verdad es que no sabía lo que realmente quería o pretendía, solo sospechaba que era para molestarme o no sé qué, pero revoloteaba por ahí. Después de un rato Coté también cansada de la poca privacidad me dijo al oído:

  • ¿Vamos a tu cuarto mi Pardillo Lindo?
  • Yo: ¿Pardillo?, ¡tú también!
  • Coté: ¿Quieres o no?
  • Yo: ¿En serio?... es que está mi prima…
  • Coté: Por eso mismo, se pasea tanto que no nos deja tranquilos, y como no te he visto hace tanto tiempo….
  • Yo: Bueno, la verdad es que yo también te he extrañado…

Para ser sincero, como dicen los yanquis, con Coté la mayoría de las veces no he pasado de segunda base, o sea le he tocado un poco las tetas y nos hemos besado hasta quedar agotados de calientes, pero ella es un poco chapada a la antigua. En efecto, tan solo unos días antes de salir de vacaciones hicimos el amor por primera vez… si bien ella no era virgen, solo lo había hecho con su anterior novio con el cual salían desde secundaria… Bueno yo tampoco tenía mucha experiencia, por lo que, en resumen, ambos no teníamos mucha experiencia; pues mi primera vez fue con una puta pagada por mis hermanos, y después de eso solo lo había hecho con algunos ligues de verano en las vacaciones.

Entramos a mi nuevo cuarto, cosa que extraño a mi amada y me preguntó a que se debía el cambio, pero luego de unas breves aclaraciones y unos más breves comentarios de mi amada sobre lo “perra maldita” de mi prima, comenzamos a abrazamos; primero de pie y luego sentados en la cama, no pasó mucho tiempo en que después de simples besos pasamos a acalorados magrearnos con caricias por nuestros cuerpos, yo le sobaba y amasaba las tetas a Coté por sobre su ropa, notaba como sus pezones se endurecían y mi libido se elevaba tanto como la de mi chica… al poco rato nuestras caricias eran febriles, pero no habíamos pasado de prodigarnos las fogosas caricias por sobre la ropa, cuando sentimos llamar a la puerta….

  • Fer: ¿Puedo pasar?
  • Yo: ¿Para qué?
  • Fer: Es para decirte algo….
  • Yo: Pasa…. ¿Qué es lo que quieres decirme?
  • Fer: En realidad yo nada, es el abuelo el que quiere decirte algo, dijo extendiéndome su teléfono y mirándome con malicia
  • Yo: Hola abuelo… ¿Qué pasa? (respondí nervioso)
  • Abuelo: Nada es que se me ocurrió preguntar por ti mientras hablaba con Fer, te felicito, debo decir que me habló que eres muy amable y responsable con ella ¿necesitas apoyo en algo?, ¿dinero tal vez?
  • Yo: No nada por ahora abuelo…. ¡adiós abuelo!

Coté presenciaba esta conversación de mi abuelo con cara de pregunta, mientras mi pérfida prima sonreía con aires de superioridad… Estaba claro que no quería que estuviera en plan de morreo con mi novia y el pretexto para impedirlo era el llamado del abuelo, por lo que tanto Coté y yo dejamos nuestras caricias para una mejor ocasión, la malévola Fer había triunfado en este “primer set” … pero yo estaba lejos de perder el partido o simplemente darme por vencido, en esta guerra de voluntades ahora me sentía más fuerte.

Al cabo de un rato Coté se marcho a su casa quedándonos solos Fer y yo… como la detestaba en ese minuto no le hablé ni la miré… por lo que no teniendo nada más constructivo o destructivo que hacer, me puse a ver tv, la verdad es que el cable básico no me entusiasmaba, pero era lo único que me permitía tener mi exigua mesada. Sin saber que ver, de pronto estaba viendo la serie “Como conocí a tu madre”, cuando apareció Fer por la sala, la verdad es que verla me causó un tremendo impacto, se había “cambiado de indumentaria” … estaba realmente infartante…

Ella estaba vestida con unos pantaloncillos ajustados que destacaban cada poro de ese precioso culo y dibujaba su coñito con lo que muchos en especial los gringos llaman un verdadero “Camel Toe”, se dirigió a la cocina y comentando al pasar que tenía mucha sed… escuché como se servía agua de la jarra que tengo como costumbre tener en el refrigerador y tarareaba una canción. Haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad me centré en el programa que estaba viendo, ¡pero me fue imposible!, pues ella apareció con su vaso sentándose en el sillón próximo a mí. Durante el corto proceso de tomar asiento acomodó los cojines enseñándome ese culo de infarto, luego se giró para mostrar un espectacular canalillo de tetas… ¡No pude evitar mirarla!, luego se sentó y me preguntó:

  • ¿Qué estás viendo Claudito?...
  • Yo: “Como conocí a tu madre” fue mi lacónica respuesta, pese a que en realidad la miraba a ella

Ahora pude ver con “más calma” su también diminuto peto, el que apenas dejaba sus enormes tetas ocultas a mi vista… pero no menos impresionante fue, es que podía ver su deliciosa barriguita marcada por las horas de gimnasio y deportes que practicaba… la verdad es que era una chica para delirar o morir mirándola, ¡pero no!, no me iba a vencer, y continúe mirando mi serie.

  • Fer: Este capítulo ya lo vi…
  • Yo: Lo lamento yo no, voy a terminarlo…
  • Fer: Entonces me voy a mi cuarto…
  • Yo: Bueno contesté sin levantar mi vista de la pantalla.

Fer se sonrió levantándose para volver a su habitación, caminó por el pasillo bamboleando su hermoso culo, sabiendo que yo no resistiría mirarla desde mi asiento, la verdad es que sabía mover muy bien la enorme y perfecta cola que la naturaleza y los deportes le habían dado… Obviamente la miré mientras caminaba…  yo estaba mirando ese portento cuando se da vuelta… sorprendiéndome nuevamente con mis ojos pegados a su precioso culo

  • ¿Qué miras pardillo degenerado? Me preguntó sonriendo.
  • Yo: Eh… nada, solo como te marchabas… en todo caso esto está por terminar…
  • Fer: ¡Ah en ese caso te acompaño!, luego podemos ver algo juntos, dijo regresando

Caminó los pocos pasos de regresos con la misma cadencia que sabía muy bien imprimir… sus grandes tetas se mecían suavemente dejándome adivinar que no llevaba sujetador. Mi bella prima arpía, sabía cómo manejar sus dotes físicas, tan bien como su maquiavélica inteligencia para dominar a los incautos como yo. Esta vez no era la excepción, nuevamente había capturado mis sentidos… en definitiva, una vez más caía en su embrujo y por no decir en sus manos. Me quedé embobado viéndole esas tetas que me traían loco, mientras ella ahora se sentaba junto a mí en el sofá.

Yo de reojo la miraba sus tetas, las que eran como dice una popular canción… como el imán y yo el metal… joder con esta furcia, me tenía loco de caliente, mi verga pugnaba por salir de su encierro… ¡Pero había más!… no contenta con saberse admirada y de tener toda mi atención, pese a mis vanos intentos de disimular que ella no me importaba, se inclinó sobre mí para alcanzar una revista que estaba sobre la mesita aledaña al sofá…

El tibio roce de su brazo en el mío, su rubio cabello sobre mi cara, el profundo canalillo que delimitaban sus tetas, su suave fragancia a diosa y su cola maravillosa que estaba a solo centímetros de mi mano me idiotizaron, solo atiné a afirmarla de su suave cintura diciéndole:

  • Oye no me tapes, que estoy viendo
  • Fer: ¿Qué?...
  • Yo: La tele obvio…
  • Fer: Entonces puedes soltarme para que me siente, ya tengo lo que quería…

La solté, en cuanto a tener lo que quería, no sé si era la revista o a mí, pero sin dudas tenía lo que quería. Mi prima era una pérfida y maquiavélica furcia descarada, una cosa era mostrarle las tetas y el culo forrados en telas diminutas a los chicos en la calle, ¡pero enseñármelo a mí!, sin siquiera tener una excusa para hacerlo, lo encontré de máxima crueldad.

Finalmente pudimos ver una serie juntos, o en realidad ella la vio pero yo creo que sería incapaz de relatar algún fragmento de lo exhibido, toda vez, que no podía desviar mi vista de esas firmes piernas de seda, las mismas que puso sobre mi falda al tenderse apoyando su dorada cabeza en uno de los brazos del sofá… que ganas de tocarlas pero dejé quietas mis manos a los costados.

Cuando terminó el programa fue un alivio tanto que se me escapó un apagado ¡¡uff por fin terminó!!... Ella me miró y sonrió con malicia, pensé ¿terminó esta deliciosa tortura?... nos levantamos del sofá, ella fue a su cuarto, y yo al baño a hacerme una paja urgente a su salud… mi verga escupió litros y litros de leche (en realidad fue harto, pero nunca litros). Creo que salí aliviado, por lo menos sin la erección que intenté disimular en la sala.

Ella al poco rato llegó “fresca como una lechuga” y nos sentamos a cenar lo que habíamos preparado al almuerzo, para después de algunas conversaciones triviales ir a acostarnos. Durante la cena, ella se esmeró en poner sus tetas casi sobre el plato, acción que no sé cómo no le ensució su linda blusa. Afortunadamente su exhibición no me alteró lo suficiente como para que mi libido volviese a apoderarse de mi mente… por eso ya cansado de la misma tontería tomé mis platos los lavé sin mirarla… luego me fui a la cama después de un escueto buenas noches.

Al día siguientes aún sin nada que hacer me levanté algo más tarde a preparar mi desayuno, ya que no quería ir a correr por la costanera como era mi costumbre… quería “flojear” las últimas horas sin clases. Estaba en eso cuando la “princesa de las arpías” apareció… ¿¡¡cómo no mirarla!!?... se veía endemoniadamente espectacular… Venía saliendo de la ducha envuelta en una toalla de baño que le cubría lo justo de su anatomía, aún se notaba humedad en su cuerpo. Envolvía su cabello con otra toalla (como un turbante), ¡se veía preciosa!… de pronto parándose frente a mí, me dice:

  • ¿Primito lindo, me puedes regalonear haciéndome unas tostadas con dulce de leche?... Porfa… es que tengo que salir de compras…
  • Yo: Pero aún no estás vestida te vas a demorar…
  • Fer: Seré muy rápida… ¡en serio muy rápida!, dijo nuevamente y se fue como corriendo dejando rebotar sus tetas e impresionante culo mientras lo hacía en dirección a su cuarto otrora mío.

Quedé estupefacto al notar cómo podía ver parcialmente sus nalgas asomando bajo la toalla que flameaba al compas de su trotecito, incluso creí notar que le vi parte del coño, no puedo asegurarlo… No pasaron ni cinco minutos y yo acababa de terminar de calentar el pan cuando ella salió de su cuarto… Pese a salir sin maquillaje era linda, tanto que puedo decir que si al salir de la ducha estaba ¡infartante!, ahora estaba para tomarla entre los brazos y olvidar que es mi prima… ¡joder con la niña!

Vestía solo un conjunto como de lencería fina, que sin ser muy osado o candente, podría derretir a un Iceberg. Mientras caminaba hacia mí sonreía triunfadora, sabiendo que había capturado toda mi atención, pero no dijo nada, sentándose de frente como si fuera lo más normal…

  • Yo: Pe… pero que fachas son esas… es que ni siquiera estas vestida.
  • Fer: No sea así… hace calor, es como andar en bikini, no muestro nada y tú estás apurado.
  • Yo: Pero no tanto, podría haber esperado un par de minutos…
  • Fer: Tranquilo… así podrás mirarme con detenimiento sin que sea tan evidente, jajaja
  • Yo: ¿Quién te dijo que deseo mirarte?...
  • Fer: Nadie y no necesitan decírmelo para saberlo, siempre has sido un libro abierto para mí, pardillo de mi corazón, jajaja.

Después de eso no le dije nada… Fer desayunó, mientras lo hacía… por mi parte intenté no mirarla pese a los movimientos poco naturales que hacía para mostrar su voluptuoso cuerpo. Es así como de pronto, se paró a lavar su plato en el fregadero, dejando ver un infartante colaless que yo no había percibido cuando llegó… debo confesar que mi verga se endureció casi instantáneamente, sobre todo cuando ella restregó su plato (no creo que estuviese tan sucio y el dulce de leche tan pegado)… esos movimientos y esos cachetes de la hermosa cola hacían que mi imaginación volase al “infinito y más allá”.

Terminado su furibundo lavado de platos, dejó las cosas en el secador y caminó por el pasillo hasta su habitación con una cadencia digna de una modelo de París o Milán… indudablemente sabiendo que yo la miraba desde la cocina. La malvada arpía me tenía loco… estaba claro que me estaba restregando en la cara lo maravillosa que era y lo imposible que era para mí no mirarla. ¡Sí!... le estaba viendo el culo mientras caminaba...

Como ven estaba embobado mirándole ese cadencioso y precioso culo, mientras ella caminaba por el breve pasillo, y cuando llegó a la puerta de su cuarto, volteo sonriéndome en forma pícara… que caliente se veía… ¡¡Oh, imbécil de mí!!... como me atrapaba

No sé cuánto tiempo paso en su habitación, pero quedé asombrado cuando salió de ella… ¿¿¡¡vestida para ir de compras!!??... Nuevamente me sorprendió embobado y mirándome con sus aires de triunfo me pregunto:

  • ¿Cómo me veo?
  • Yo: Bien, pero esa falda es algo corta (parecía un cinturón ancho) y la blusa transparenta demasiado (se le notaban claramente los pezones bajo el sujetador).
  • Fer: ¿En serio lo crees?
  • Yo: Sí, más pareces una fulana que una chica decente.
  • Fer: No debes ser grosero, basta con decirme que no me queda bien… No te invitaré a salir de compras…
  • Yo: No te preocupes, saldré con Coté, en todo caso te digo la verdad, no vaya a ser que pases un mal rato.

Salí con mi chica a un centro comercial, según ella necesitaba algunas cosas para enfrentar el nuevo semestre, por lo que resignado la seguí. Caminamos tomados de la mano hasta la parada de buses que llevan a dicho lugar, me fijé como mi chica captaba la mirada de otros individuos, por un lado me sentía orgulloso de que fuese “mi chica” y por otro lado me molestaba la insolente mirada de algunos.

Todo marchaba bien hasta que llegamos al bendito lugar… no habíamos caminado ni dos minutos cuando nos encontramos con Fer… intenté hacerme el que no la veía, pero mi primita nos saludó y tras una breve conversación, sin disimulo se colgó de nosotros, aduciendo que ella necesitaba lo mismo que Coté. Si antes los hombres me miraban con envidia, ahora eran más que descarados en ver a las dos preciosidades que me acompañaban.

Mi malestar pasaba en la medida que visitábamos tiendas y ellas compraban cosas, como blusas faldas pantalones, cuadernos lápices, tinta para impresoras… estas últimas eran cosas que efectivamente necesitarían para la universidad, lo único que me molestaba era que yo oficiaba del “nativo” usado como “porteador” en esta expedición de compras… pero en fin ellas lo están pasando muy bien y yo no tan mal, especialmente al poder recrear mi vista con estas dos bellezas.

Como dije, todo marchaba bien pese a que el “Yin y el Yan” andaban juntos… Casi a la hora de almorzar, como por encanto a las dos se les ocurrió pasar a una tienda de lencería… pues según ellas les faltaban algunas prendas… entre ellas unos “calzones” y “sujetadores” … ¡No lo podía creer!, si el solo mirarlas me tenía lujurioso y con malos pensamientos, el entrar a ese lugar no contribuía a calmarme.

Mientras buscaban lo que querían y conversaban entre ellas, yo me dediqué a mirar a través de la vidriera a la gente que pasaba frente a la tienda. Eso me calmó y mi mente comenzó a divagar en pensamientos intrascendentes, casi estaba ensimismado en mis pensamientos más livianos cuando sentí como a lo lejos me llamaban… miré y entonces la dependienta me dijo:

  • Lo llama una de las chicas…
  • Yo: Gracias le respondí y fui a las inmediaciones de los vestidores.
  • Fer: ¡Claudio!...  ¡ven!… ¡necesito tu ayuda!
  • Yo: ¡Ehh!… ¿para qué?
  • Fer: ¡De tu opinión de cómo me queda lo que elegí!

Giré mi cara hacia los vestidores que se encontraban en un rincón medio oculto de la tienda cuando veo asomarse a Fer a través de las cortinas colocando cara de “necesitar mi ayuda”. Caminé unos pasos y la pérfida arpía abrió la cortina para mostrar su “selección”, la verdad es que quedé mudo de emoción ¿o sería de calentura?... Era como ver a una modelo de “Victoria Secrets”, estaba vestida con una tanga de encajes semi transparentes y un sujetador a juego… era verla y desearla… ¿Por qué me hacía esto estando mi novia?

  • Yo: Te ves… muy… muy bien,
  • Fer: ¿Solo bien?
  • Yo: …. Ehhhh….

Quedé mudo de la impresión cuando ella se giró mostrando su perfecto culo vestido solo con una tira que afirmaba su colaless, se veía divina, unas curvas perfectas tal como las recordaba e imaginaba en mis últimas pajas. Estaba atónito mirando a mi primita cuando sentí un llamado que me volvió a la realidad. Giré mi cabeza y Coté vestía un juego similar sin ser tan osado… si ya estaba a mil con la visual de Fer, ahora con Coté deliraba y mi verga pujaba por salir del encierro… mi buen comportamiento estaba al borde del colapso:

  • Coté: ¿Y yo cómo me veo?
  • Yo: ¡Preciosa!... al ser mi chica bastante recatada le pregunté: ¿Pero ¿quién eres tú y que hiciste con Coté?
  • Coté: Ay ridículo, soy yo, pero quiero tu opinión también, ¿o solo se la das a tu prima?, dijo con un tono sarcástico.
  • Yo: A quien me la pida, pero a ti con especial placer.
  • Fer: ¡Sí!... ¿¡No digo yo que mi primito es un salido!?, jajaja

Lo único que me retenía para no entrar en los vestidores y partirle el culo a las dos era la dependienta que traía unos conjuntos para ellas y me pidió permiso un poco cortada por el espectáculo que me daban sus dos clientas.

Fer segura aún de tener el control de la situación no tardó en volver a girarse y enseñarme su precioso culo… mi novia captó el movimiento y lo imitó, no estaba dispuesta a ceder ni un centímetro de sus dominios y ¿¡¡qué les puedo decir!!?... la vista era infartante… tenía a dos culos perfectos frente a mí… el de mi chica un poco más grande, lo suficiente para poder decir que era suculento, pero el de Fer no desmerecía en nada, la verdad es que las tangas no les tapaban nada, eran como dicen los brasileños un “hilo dental”, por lo que se les introducía sin remedio entre los cachetes… ante eso solo pude decir

  • ¡Guau!... Están las dos están muy bien
  • Fer: Gracias primito, jajaja
  • Coté: Gracias corazón, se atrevió a decir casi sin habla.
  • Dependienta: Si, las dos se ven muy bien, aquí tengo las prendas deportivas…
  • Yo: Gra… gracias
  • Dependienta: Eres un chico con suerte, dijo en voz baja y fingiendo una sonrisa que fue mas bien una mueca.

Ambas se siguieron probando y enseñándome otras prendas que para mi fortuna, también me enseñaban. Yo por mi parte me calentaba más y más, hasta que ya satisfechas de lo que “buscaban”, terminaron el espectáculo que me brindaron. ¡A esas alturas yo era un remolino de hormonas que luchaban por tomar el control de mi cuerpo! Las “pérfidas, sonrientes y ufanas ninfas”, luego de pagar me dijeron que fuésemos a almorzar, yo las seguí como un “perro fiel”... claro que era un perro fiel… como también muy caliente.

Terminado el “festín” de hamburguesas en un local de comida rápida, Fer nos dijo que podía llevarnos de regreso. Eso sí, ahora ella me llevó adelante y a Coté atrás, en un principio lo agradecí a mis adentros, ya que en la parte de atrás del habitáculo apenas entro… pero al poco andar, me di cuenta que mi pérfida prima lo había hecho para continuar con su espectáculo y mantenerme caliente, pues casi indisimuladamente me mostraba las piernas, además misteriosamente el escote de su blusa se había abierto más de lo conveniente. Juro que traté de mira el paisaje pero mis ojos me traicionaban y se desviaban al canalillo de esa bella arpía.

Pensé en quedarme con Coté y de hecho se lo propuse, pero lamentablemente no pude, pues los padres de su compañera estaban con ella, y mi presencia sería del todo inconveniente, por lo que la dejamos en la puerta de su casa y nos marchamos. Tan solo al llegar al apartamento me encerré en mi habitación y me pajeé de lo lindo, espero no quedarme ciego como me decían de pequeño.

El resto de la semana nos vimos con Coté todo lo que pudimos y nos acariciamos otro tanto, pero dadas múltiples circunstancias y presencia de otros, no podíamos hacer el amor, por lo que al llegar a casa, mi libido estaba que estallaba por alta presión y temperatura. En cuanto a mi primita, su actitud y vestimentas no contribuía en aliviar mis pesares, de alguna forma se vestía como si fuera a un concurso de camisetas mojadas o lista para ir de juega, por lo que las pajas estaban a la orden del día, me había convertido en un “mono pajero”, jajaja

Pronto llegó el fin de semana previo a la entrada a clases, cosa que debiese calmar mi ambiente, pues todos debíamos enfrentar los intensos estudios de la universidad. El viernes por la tarde después de todos los problemas y dificultades que tuvimos para vernos, por fin me encontré con mi chica.

Pasé por ella a su casa ansioso de tenerla entre mis brazos… llamé a su a puerta la que rápidamente se abrió, quedé sorprendido de como se veía, estaba increíblemente linda y  súper sexy, con su pelo negro ensortijado cayendo sobre sus hombros (un cambio de look dejando atrás su pelo lacio), un peto que enseñaba su barriguita y el ombligo con un arete que invitaba a jugar con él; además calzaba unos jeans a las caderas que enseñaban las tiras de una tanga negra, lo que dejaba adivinar o insinuaba muy bien de como estaría el resto… Por mi mente pasó una imagen que recordé de la jornada de compras y me dije que sin dudas “el hilo dental” debía de estar ensartado entre los descomunales cachetes que se gasta.

La verdad es que se veía espectacularmente bella y sexy. Estaba tan “divina” que quedé anonadado, parecía la encarnación de afrodita y todo en ella era para que la deseara, y como imaginarán si ya que si había estado excitado toda la semana, ahora de solo verla estaba sobreexcitado… ¡Mmm diría que muy caliente!… Tanto que cuando ella me dijo que fuéramos al cine, yo decididamente me negué, quería tenerla para mí, por lo que le sugerí que fuésemos  a un lugar donde estuviésemos a solas, ella al principio me daba algunas alternativas que no cumplían con lo que yo quería pues eran algo inocentes. Claro que como la conocía me parecía que ella era más que conservadora y aún no me atrevía a decirle con claridad que quería ir a un lugar para que hiciésemos el amor.

Finalmente al no entender mis indirectas, no me quedó más que ser del todo claro y me atreví a decirle exactamente lo que quería… ella al principio se avergonzó y me dijo que ella era una señorita y no una cualquiera… pero le expliqué que mi propuesta era para estar solos y no por que pensara que fuese una cualquiera. Su inquietud y reticencia tuve que vencerla, por lo que después de muchos besos y caricias no muy santas pude por fin convencerla.

Casi sin decirle a donde nos dirigíamos la lleve a un motel de parejas, cosa que no fue fácil, pues íbamos a pie, afortunadamente quedaba relativamente cerca (lo busqué en internet). Ella al principio caminaba por delante como si no fuese conmigo, en eso se me ocurrió hablarle para tranquilizarla, al principio hablamos del clima y la universidad, lentamente se fue colocando a mi lado y me tomó la mano, entonces me dijo:

  • Nunca había venido a uno de estos…
  • Yo: ¿En serio? ¿Y con tu ex?…
  • Coté: Éramos casi niños, no teníamos dinero y apenas la edad para esto…
  • Yo: ¡Ahh, comprendo!
  • Coté: ¿Y tu primera vez?
  • Yo: No me gustaría contarlo…
  • Coté: Pero yo te dije todo…
  • Yo: Es que no es para estar orgulloso…
  • Coté: ¡Ahh!… fue con una prostituta.
  • Yo: Sí, pagada por mis hermanos…
  • Coté: ¿Fue muy malo?
  • Yo: La verdad es que a pesar de mis nervios, ella se portó muy bien y me “educó”.
  • Coté: ¿En serio?
  • Yo: Sí, logró calmarme y que me excitara.
  • Coté: ¿¡No se te paraba!?
  • Yo: Pese a que lo puedes encontrar increíble, al principio no.
  • Coté: O sea le debo a una puta que seas tan caliente conmigo, jejeje
  • Yo: Contigo no necesito la ayuda de nadie para que me pase eso, jejeje

Al llegar al hotel Coté que venía súper relajada y mofándose un poco de mi primera vez volvió a cohibirse, y prácticamente se escondió detrás de mí, no se asomó hasta que paramos frente a la habitación… Solo en ese instante me miró algo nerviosa y ruborizada para sonreírme la tomé en brazos y la entré igual que una novia, ella me sonrió nuevamente y nos besamos.

Si bien estaba nerviosa como les dije, también estaba deseosa de mí, como yo de ella… Por lo que tan solo al bajarla la abracé por detrás apoyando toda mi incandescente hombría en su portentoso culo, ella tomó mis manos y las puso sobre su busto, sus pezones estaban endurecidos de pasión, sin mediar más palabras comencé a amasarle las tetas… tal vez con demasiada pasión… tanto que ella me dijo:

  • Oye cuidado que no son de goma….
  • Yo: Perdón, contesté y seguí un poco más controlado

Mientras me besaba como podía por estar yo detrás, no le dejaba de restregar mi verga en su culo, le desabroché sus jeans y los bajé… efectivamente tenía uno de los cola-less recién comprados… apoyando mi aún cautiva verga en su culo, sentí el calor de su cuerpo que transmitían esos cachetes perfectos.

Comenzamos a tener sexo simulado, la verdad es que estábamos muy calientes… sin dejar de besarnos dejé de amasar sus tetas y con mis manos busqué el acceso a esos manjares por debajo del peto, no fue fácil pues su sujetador tenía un armazón metálico que no me permitía el libre acceso, pero mi empecinamiento pudo más, venciendo la resistencia del sujetador, con lo que finalmente logré por fin “agarrar” sus tetas….

Coté se asustó un poco y me dio un empujón con su culo y nuevamente me llamó al orden, por lo que me despegué un poco y nos enfrentamos cara tratando de dulcificar nuestro encuentro, los delicado besos que nos dimos en un nuevo inicio,  fueron de pronto cambiado por otros muchos más pasionales, dejando escapar descontrolados nuestro mutuo deseo...

Solo pasaron unos instantes y ya la tenía desnuda al igual que yo, la empujé sobre la cama, y ella al mirarme me esperó con sus piernas abiertas dejando libre la entrada a su delicioso coño. Al contrario de lo que probablemente esperaba, fui lentamente y puse mi cabeza entre sus piernas metiéndome en ese delicioso monte de Venus, el cual no solo besé, si no que casi literalmente comí. Mi chica deliraba extasiada, yo bramaba de calentura y deseo, tanto que me dijo con una voz difícil de describir

  • ¡Métemela!... dale que ya no resisto más… y yo solo le contesté con un ademán.

Me moví rápidamente para metérsela lo más adentro posible, pero su coño pese a lo mojado que estaba era muy  apretado, por lo que hice un esfuerzo entre bruto y delicado… empujando logré metérsela hasta la mitad, ella gimió pero su mirada de deseo indicaba que quería más y con una segunda estocada logré que nuestras ingles se unieran a fuego, para luego continuar con un frenético mete saca.

No sé, pero cada embate que tenía sobre mi Coté, me recordaba mi deseo de partirle el coño a Fer… y así lo intentaba, mientras mi novia gritaba a los cuatro vientos su goce y se amasaba su tetas con pasión y lujuria desbordante. Follamos como si el mundo se fuese a acabar… De pronto ella abrió bien grande sus oscuros ojos como si algo le fuera pasar y gritando me dijo:

  • ¡¡Me Corrooo, me córroo amor… ahhhh!!

No alcancé a decir nada, pues increíblemente yo aún no lo hacía, tal vez por las innumerables pajas que me había hecho a la salud de mi prima… pensándolo bien la verdad es que en las últimas pajas solo había pensado en la malévola princesa de las arpías… por un instante me sentí como si estuviera engañando a Coté.

Por otra parte mi calentura estaba desatada y no me iba a quedar así, por lo que tan pronto como Coté se recuperó, la puse en cuatro con toda la intención de culearla. La verdad es que mi afiebrada mente solo pensaba en cómo sería partirle el culo a Fer… sí ese culo que me mostró en la tienda de lencería. Además el culo que tenía en frente era tan o más portentoso que el de mi prima, con él me bastaría pensé… estaba como alienado.

  • Coté: ¡Un momento! ¿¡qué tramas!?
  • Yo: Metértela por…
  • Coté: Por mi culo no, aún no estoy lista… si quieres repetimos, ¡pero por ahí no!
  • Yo: Bueno, pero quédate así y lo haremos a lo perrito, siempre lo he querido…
  • Coté: Bueno, si eso te gusta, porque no, ya que me llevaste al cielo y tu aún no llegas.

Con la autorización concedida, simplemente me puso tras de ella, bajé mi amiguito todo lo que pude, le abrí sus enormes cachetes para ver bien donde metería mi verga y si bien dudé, con la latente tentación de culearla sin consentimiento, finalmente dirigí a mi amiguito a la rajita del coñito medio abierto por la reciente follada… se la puse completa, ¡de un solo golpe! Esta vez entró sin problemas pese a que aún era un coñito apretado, creo que ya estaba tomando la medida de mi verga.

Aprovechando el envión la tomé de las caderas y comencé un rápido mete y saca golpeando los duros cachetes de su culo con mi ingle.  Este golpeteo sonaba como música para mis oídos. Si antes estuve caliente, ahora deliraba de solo pensar que podría ser el culo de Fer, era tremendamente excitante. Me la cogía a mi novia como perrita mientras pensaba como follarme a mi pérfida prima, era una locura.

Mientras pensaba en ello mi Coté deliraba por cada uno de mis embates, hasta que sentí como se volvía a inundar de flujo vaginal y apretaba mi verga con su coño, esto fue demasiado para mí y me comencé a correr como “mico”. La verdad es que mi verga escupía una y otra vez mi leche, cosa que desato un ya anunciado orgasmo en mi chica, ambos caímos derrengados sobre la cama ella en el colchón y yo sobre ella...

Después de mutuos arrumacos y juegos decidimos regresar a nuestras casas, la calentura de ambos se había apaciguado. Nos duchamos entre caricias y besos, debíamos sacarnos el sudor y el pringado de nuestros flujos, al mirar a mi chica, pude ver lo que no había visto solo instantes antes, ella era todo un bombón deseable, tentador y dulce, en cambio Fer era… ¡no sé lo que era… pero no era un bombón!

Salimos del lugar de forma muy parecida a la que entramos, o sea Coté casi oculta detrás de mí… caminamos así un buen trecho y solo se relajo a unas dos cuadras del lugar, donde tomamos un bus y nos fuimos a casa… bueno dejé a Coté en la de ella y yo me fui a la mía, pensando que con la tremenda follada que nos habíamos dado, podría controlar los deseos que tenía por mi prima…. ¿Dije deseos por mi prima?.... ¡Aghg!, ¡qué horror!, no puede ser….

Amanecí de lo más relajado, por lo que tomé un café con leche, y una barra de cereal energético y calzando una tenida deportiva.

Continuará…