Mi prima, mi manía y su ropa interior.

De como va creciendo el amor por mi prima y sus pertenencias, en esta ocasión su maleta llena de ropa y su cepillo dental... Contiene: Fetichismo y Amor Filial.

Me seria

difícil

recordar un

día

que hubiese pasado tan lentamente como aquel lunes, el colegio fue una tortura, no recuerdo absolutamente nada de lo que dijeron los profesores,

no

veía

la hora de poder llegar a casa, no veía la hora de seguir explorando las intimidades de mi prima

*

**

Antes de iniciar el relato te

recomiendo

leer las precuelas,

las

cua*

les puedes ubicar en mi perfil o en estos enlaces:

1)

http://todorelatos.com/relato/131408/

2

)

http://todorelatos.com/relato/131426

Primero fue la piscina y sus

bragas, luego verla dormir y descargarme con

sus zapatillas, no paraba de pensar cual de sus

pertenenci

as

ser

í

a la siguiente en ser

poseída

por m

í

, las posibilidades

ahora

eran infinitas.

A

ntes de que pasara todo esto no consideraba posible el que me caliente un conjunto de baño, menos unas zapatillas, pero ahora yo ya no era el mismo y

Kristina

no tenia ni

la menor

idea de ello.

Cuando finalmente concluyó

la jornada del colegio llegue a casa lleno de ansias, y con algo de temor, si bien durante el desayuno mi prima no

d

io

la mas

mínima

señal de sospecha de mis actos

, tenia que seguir atento a cualquier señal, y al menos durante el almuerzo no sucedió nada.

Si bien los fines de semana mi prima pasaba todo el

día

con nosotros los

días

de semana

debía

dejar la casa por la

tarde

y noche

para asistir a la universidad, como quien no quiere la cosa le pregunte a que hora

dejaría

la casa aquel

día

y me dijo que no

estaría

desde las 6pm hasta aproximadamente las 9pm pero que

intentaría

llegar mas temprano... por m

í

,

podía

pasar fuera toda la noche.

Antes de abandonar la casa para ir a sus clases mi prima dejo una

película

para mis hermanas en el DVD, y me encargo que este pendiente de ellas.

Kristina

se

despidió

y me

pidió

adem

ás

que en lo posible

me quede junto a mis hermanas en su cuarto mientras ellas veían la

película

. Aquella tarde

Kristina

vestía

una blusa escotada color pistacho,

note que llevaba el

bra

que mejor le lucía porque

sus pequeños

senos

iban

bien parados y unidos,

además

llevaba un jean color negro muy apretado

el

cual marcaba bien sus gruesas piernas,

sus prominentes caderas y su gran trasero. Ni bien dio media vuelta me quede observando semejante figura.

No

hab

ían

transcurrido ni

10 minutos de

película

y

de

la partida de mi prima

pero

mi mente ya estaba volando por los cielos

. M

is hermanas

estaban acostadas en su cama

y

no

podían

despegar la mirada de los dibujitos de la peli, yo que

en cambio estaba acostado en la cama en que dormía

mi prima

. N

ormalmente mis hermanas

dormían

separadas, pero la presencia de mi prima hacia que durmieran juntas dejando una cama libre para ella.

M

ientras ellas

seguían

distraídas

en lo suyo,

yo

no

podía

bajar de la nube de placer a la que el

olor de mi prima impregnado a la cama me

había

llevado.

Recorría

la cama con mi olfato, con mis dedos, con mis piernas

,

incluso note que en la sabana aun estaban los rasgos de mi faena

masturbatoria

de la noche anterior, mis hermanas ni sospechaban que mientras ellas

veían

su

película

yo estaba completamente

abstraído

por la excitación que mi prima me generaba.

El placer era tal que el animal salvaje

empezó

a salir de a poco, el olor de su cama ya no me alcanzaba, necesitaba mas, necesitaba llevar todo a otro nivel.

E

ntonces el

corazón

me dio un vuelco al notar que esta vez la maleta de mi prima no tenía mas el candado, estaba cerrada

pero solo bastaba abrir el cierre

para encontrarme con los

divinos tesoros

que esa maleta guardaba.

Pero no

podía

hacerlo con mis hermanas all

í, si bien estaban

distraídas

iba a ser muy complejo que pudiera disfrutar de esa maleta como se

merecía con ellas

allí

.

Entonces ingenie un plan,

desobedecí

a mi prima y deje a mis hermanas solas durante un rato y

fui a la

heladería

que estaba

a solo

unas cuadras de mi casa y

compre un litro de helado

.

Volví

rápidamente,

p

repar

é

un vaso de helado con galletas

para cada una de mis hermanas y las

invite a la cocina para comer. En cuanto les dije corrieron a la cocina a por la comida. E

n ese momento l

a peli quedo en pausa, el cuarto abandonado y la maleta a solas.

Sab

ía

que me h

ab

ía

comprado unos minutos nada mas, las chicas

devorarían

el helado al toque y

volverían

pronto,

sin embargo

para mi era tiempo suficiente, tuve la

visión

clara

y la virtud de la paciencia para tomar la maleta de mi prima y llevarla hasta mi cuarto, y la deje oculta junto a mi

escritorio

. A

l volver

,

mis hermanas no notaron que la maleta

no estaba, ni

tampoco

notaron como abandon

é

el cuarto minutos

después

.

Silentemente

cerré

con seguro la puerta de mi cuarto. Tome la maleta y la coloque sobre mi cama.

Empecé

a desnudarme lentamente, como si lo que estaba en mi cama fuese mi prima en cuerpo presente y no una inerte maleta. Primero mi camiseta, luego mi

pantalón, mi

bóxer... y

allí

estábamos

,

por fin a solas,

la maleta, mi verga chorreando

líquidos

sin parar y yo, el animal.

Al abrir la maleta mis manos temblaban, desplace los cierres hacia un costado y

abrí

la tapa, todo estaba

perfecto, todo doblado, todo organizado, todo apilado, en una pila los pantalones y shorts, en

otra

pila las blusas, en otra

los

sostenes

, en otra

las bragas, en el espacio sobrante

que dejaba la repartición había

un pequeño bolsito con maquillaje,

j

abón

, pasta dental y su cepillo. La otra

porción

del pequeño espacio estaba ocupada por una secadora de cabello.

En la tapa

había

un bolsillo de mallitas en el cual estaba su conjunto de baño verde

neón

, el cual

había

despertado toda esta locura,

y además

una funda

pl

ástica

.

Me resultaba

irónico

, la maleta era un retrato del orden y yo era un garabato del caos.

E

mpecé

a sacar una a una las piezas de mi prima y me

sumergí

en sus olores, toda la ropa estaba limpia

así que tenia un leve rastro de olor a detergente

,

pero la

imaginación

de un hombre excitado puede inventar cualquier cosa, las blusas eran las que

tenían

menor olor,

no

así

los pantalones que

olían

de una forma mas intensa.

Habiendo gastado el olor de sus blusas, pantalones y short

s

, pase a la siguiente pila, en la que h

abía

tres

brasieres

, uno negro de encajes, que se

convirtió

en mi favorito, uno de color blanco, y otro con un estampado de burbujas

en color purpura y rosa.

Tome el negro y pase el tronco de mi verga en la mitad del mism

o

y

me excito un

montón

.

Una copa del

brasier

a cada lado de mi tranca.

P

árrafo

aparte merecen sus bragas.

La verdad,

n

unca

había

olido nada tan sabroso, si bien se

percibía

el olor a detergente

en

las bragas de mi prima

Kristina

, estas

también

tenían

un delicioso

olor salobre, el cual me excitaba sobremanera. De la misma forma, uno a uno me fui sumergiendo en su olor, primero el rosa, luego el celeste, luego el

del estampado

floreado, luego el azul oscuro.

M

i verga no paraba de bombear sangre a tope, cada vez se

ponía

mas roja, mas gruesa y a la vez mas

líquidos

chorreaban de mi glande en forma de hilos.

Estaba viviendo un momento inolvidable, nunca

había

sentido tanto placer a

través

del olfato como

sentía

aquell

a

ocasión.

Sin embargo

aun no

había

descubierto nada, una vez que requis

é

cada una de las piezas dentro de la maleta

abrí

la funda que estaba en el bolsillo de la tapa

, y si yo pensaba que el tesoro

de

la maleta

se estaba agotando

, me

había

equivocado, el verdadero

botín

estaba

allí

.

Un fuerte olor

salía

de esa funda, en su interior

había

2 bragas, una era de color blanco con adornos de ositos celestes

en la parte frontal y trasera,

además

tenia

un bonito lazo

del mismo color

en la parte frontal del

el

ástico

. L

a otra braga era mucho mas atrevida, era mucho mas pequeña, era de un intenso color negro en la parte posterior y encajes floreados en la parte delantera.

Seguramente ven

ía en conjunto con el

bra

que me habí

a gustado.

E

l olor

delataba

esas tangas

comprendí entonces que

en esa funda

apartada de todo el orden,

mi prima guardaba sus bragas usadas.

La brag

a

blanca tenia un color amarillento en la zona de la entrepierna, una especie de

secreción

,

la acaricié

con mi lengua y

comprobé

que

tení

a un sabor que me

pareció

muy dulce, como si de manjar se tratase

la

metí

a mi boca y deguste su sabor,

también

di

lengüetazos

en la zona de su raja del culo,

que

tenia un sabor entre dulce y amargo

que me

era muy sabroso

también

, una vez que extraje todo de esa braga la

envolví

en mi verga de manera que el orificio del glande quedo justo en el lugar donde se acumulaba el color amarillento

producto de los jugos de mi prima.

Ya

había

probado la entrada, pero faltaba el plato

principal

, la brag

uita

negra no

permitía

comprobar rastro de

secreción

ni nada, sin embargo el olor

de esta

era mucho mas fuerte que el olor de la blanca, la forma en que olía

hizo que en un instante una mancha de humedad se dibuje sobre la tanga que estaba alrededor de mi verga y mi glande

. E

l sabor del interior negro era mucho mas intenso

también, cada

lengüetazo

me daba mas y mas placer.

Sentía

mi cuerpo levitar ante tal nivel de excitación, ahí estaba nuevamente esa sed que me

producía

este placer, sed que no se calmaba sino bebiendo los jugos que

de

es

a ropa

interior

emanaba

, tome la entrepierna del interior negro y la

metí

a mi boca y

me dedique

a succionar

con fuerza

ese

néctar

, hasta ese punto de mi vida no recuerdo haber probado nada mas sabroso que el liquido que aquella tanga negra me estaba dando.

Mi cuerpo

empezó

a temblar, mi mano derecha masturbaba mi verga envuelta en el amarillento interior de mi prima

Kristina

.

E

ntonces eyacul

é

,

cerré

fuerte los ojos, no repare en lo absoluto en apuntar mi leche hacia

algún

lugar, solo me deje llevar,

sentí

al menos 5 disparos bien cargados y un par mas

débiles

.

Al abrir los ojos note que

como el

tanga

estaba pegado a mi glande, el semen no pudo salir a chorros en todo su esplendor, en cambio este se derramo por los costados del interior, dejando una enorme mancha de humedad en la entrepierna de

la braga

y en parte del exterior de la maleta de mi prima, sin contar que

había

salpicaduras de leche en la cama y

una viscosa laguna de semen en el

suelo.

De todos mis orgasmos este

había

sido el mejor.

Sin dudas. E

sta vez no hubo culpa, no hubo remordimiento, estaba

prácticamente

solo, tenia tiempo para limpiar las evidencias, y

había

tenido la mejor experiencia de mi vida. R

etir

e

la braga blanca

de mi verga, y saque la negra de mi boca, d

eje todo en la cama y me fui a duchar

.

Me duche con calma, con paz, me

sentía

bien,

sentía

poder,

sentía

placer,

sentía

que me

pertenecía

toda la intimidad de

Kr

istina

, me

sentía

el dueño del mundo. Una vez dejé

la ducha, me sequé

y me dispuse a lavar la ropa interior de mi prima, aun desnudo tome ambas bragas de la cama

para llevarlas al lavabo pero una perversa idea me cruz

ó

la mente.

El piso

estaba

sucio

de semen

todavía

, si bien se

había

secado un poco,

debía

limpiarlo,

así

que tome las bragas negras de mi prima y limpie el semen del suelo con ellas,

también

limpie la parte exterior de su maleta, a pesar de que la tela de la misma ya

había

absorbido gran parte de los

líquidos

.

Mi

perversión

no acababa

allí

, me lleve a

demás

de las bragas negras, su secadora y su cepillo dental.

Decidí

no lavar las bragas blancas dado que si mi prima no

había

notado mi semen en su pijama, menos notaria mi leche en sus bragas, que de cualquier forma ya

estaban

sucias anterior

mente.

Ya en el baño lave

únicamente

el

interior negro, me

pareció

muy sexy lavarlo y retirar los restos de semen

usando el cepillo dental de mi prima, me excitaba mucho imaginar

a

Kristina

lavándose

los

dientes esa misma noche e impregnando su boca

, sus labios y su lengua

con mi leche.

El solo pensar eso me la puso muy dura nuevamente.

Interrumpí

el proceso de limpieza para regalarme una nueva paja, esta vez la victima fue su cepillo dental,

recorrí

toda la

extensión

de mi glande con el

. El proceso m

e lastimaba un poco

,

dado que las cerdas eran duras

y

además

debido

a

lo sensible que se

ponía

mi glande

, el frotarme me

produ

c

ía

una

leve

incomodi

dad

. Sin embargo el placer pudo mas y

no tarde en impregnar

el cepillo dental

de

líquidos

pre seminales

para posteriormente

eyacular sobre el mismo, un grueso chorro de leche se filtro por las cerdas del cepillo. Y otros dos chorros fueron a parar al lavabo.

Ya mas calmado

volví

a lavar el interior negro, para asegurarme que todo estuviera en orden. A

demás

enjuague

el cepillo dental, pero lo hice muy brevemente, sin

limpiar

lo mas profundo de las cerdas,

quería

procurar que algo de

m

í

quedase en el.

Utilice

la secadora para dejar seco el interior negr

o,

como si nada hubiera pasado.

Volví

a la cama, guarde todo en el exacto orden en que mi prima lo

había

dejado,

cerré

la maleta y ya vestido

volví

al cuarto de mis hermanas. La

película

que

veían

aun no

había

concluido.

All

í

las

convencí

de que se bañaran antes de que llegue

Kristina

para que no le hicieran perder tiempo y pudieran dormir temprano. Una vez ellas entraron a bañarse yo aproveche y

devolví

la maleta a su sitio.

Cuando llego

Kristina

la salud

é

brevemente,

lucí

a algo cansada por la universidad

así

que abandone

rápidamente

el cuarto de mis hermanas, primero para que duerman temprano y segundo porque junto a

Kristina

también

llegaron

mi vergüenza y conciencia, una vez mas el remordimiento se hacia presente, pero ya era tarde, si no

apareció

antes, el que apareciera ahora

no significaba nada. De hecho, aquella noche la coron

é imaginando a mi prima

llevándose

mi semen a su boca a

través

de su cepillo dental.

Al

día

siguiente

desperté

con la curiosidad de saber si finalmente mi prima

descubriría

algo, pero todo

volvió

a fluir con normalidad.

N

i una mirada rara, ni un comentario, ni un rastro de sospecha. Cada vez me

sentía

mas poderoso, el placer y el riesgo aumentaban, pero yo segu

ía impune. La semana

seguía

entera, y de ninguna manera planeaba parar. En ese momento me

parecía

increíble

pensar que

la verdadera

diversión apenas estaba por empezar.


Este

ha sido mi tercer relato

, espero les haya gustado. Consider

é

prudente que mis

primeros relatos cuenten una historia basada en hechos reales para luego animarme a intentar con la

ficción

.

Me

haría

muy feliz y me

motivaría

un

montón

a seguir escribiendo mis experiencias,

el recibir sus opiniones, criticas y sugerencias sean positivas o negativas.

-

vladimirtrach@outlook.com