Mi Prima Leticia I

Una rocambolesca e incestuosa historia de amor.

Capítulo I Begoña

-Hoy es el gran dia Bego.

-Si, hoy tu prima cumple los 18 años.

-¿Mi prima?

-Si, si, tu prima. (Cuando Begoña dijo esto ambos nos reimos, mas adelante entendeis por que)

-¿Y se lo vas a contar todo?

-Si cielo, se lo diremos en cuanto que llegue del instituto.

-¿Y no serán demasiadas emociones para un mismo día?

-Tal vez Sergio, pero creo que será el mejor regalo por su mayoria de edad.

-No sabes cuanto tiempo llevo esperando este momento.

-Mas vale que te portes bien y cumplas.

-No te preocupes tía, llevo una semana a dos velas, tengo los huevos llenos de leche para darsela a Leticia, bueno y también a ti. (Diciendola esto la besé en los labios)

-Eso espero. (Ella me besó a mi)

-¿Y estás segura de que sigue siendo virgen?

-Si Sergio. He ido manteniendo conversaciones con ella sobre este tema en los últimos años y ella me ha asegurado que sigue siendolo. La última hace una semana. No creo que lo haya hecho estos dias, sería mucha casualidad.

-Perfecto, estoy deseando que empiece la fiesta.

-Paciencia mi amor, ya queda menos.

Para entender mejor esta historia, hay que ir al principio y para ello debemos remontarnos muchos años atrás.

Corría el verano de 1996, por aquel entonces yo era un adolescente imberbe que aún no había llegado a la mayoria de edad. Provengo de una familia adinerada pues mi abuelo era un importante empresario del sector cárnico con muchos trabajadores a sus ordenes, incluidos mis padres, de hecho papá ocupó el puesto del abuelo cuando este se jubiló. Desde muy pequeño siempre fui un niño mimado y por que no decirlo, mal criado. Cuando quería algo, antes de terminar de cerrar la boca ya lo tenía entre mis manos. Juguetes, bicicletas, chandals, videojuegos, y un largo etcétera de regalos, cuando no me lo compraban mis padres lo hacían mis abuelos.

Ese verano las notas fueron especialmente malas y mi padre me castigó para  que aprendiese que para ganarse algo había que trabajarselo. Ellos se marcharon como todos los años al chalet que tenían mis abuelos en Oropesa de Mar, mientras que yo por el contrario me quedé todo el verano en el pueblo cargando y descargando jamones  en la empresa familiar. De hecho mi padre le pidió a su mano derecha en la empresa que no tuvieran la mas mínima consideración conmigo y que trabajara igual que un empleado mas.

Me quedé en casa de mis abuelos con mi tía Begoña, quien estaba preparando las oposiciones de magisterio y en lugar de irse a la playa con mis abuelos y mis padres se quedó en el pueblo estudiando. Begoña era muy joven, solo nos llevamos 12 años. De hecho cuando ella nació, mi padre dejó de ser hijo único con casi 15 años, supongo que fue un dsscuido o acciddnte y que mis abuelos ya no la buscaban.

Un viernes por la noche mi tia salió a tomar algo con su pandilla. Yo por mi parte estaba muy cansado de estar toda la semana trabajando y no salí. Por el contrario me quedé viendo la tele. Primero competiciones de los Juegos Olímpicos de Atlanta que se celebraban ese verano y después la película porno que emitían todos los viernes por la noche en canal plus. En aquella época no era normal que la gente tuviera ese canal de pago, pero mi padre y mi abuelo se lo podían permitir y eran los dos abonados.

La verdad es que la peli no la vi entera, estube viendo la primera escena. Y en la segunda empecé a machacarmela, mientras veía a un joven alumno, follarse a su profesora madura encima de la mesa del aula. La profesora era interpretada por la espectacular Christy Canyon. Justo cuando terminó la escena, me corrí como un bendito y me marché a la cama pues los párpados comenzaban a pesarme. Mientras cogía el sueño no podía dejar de pensar en el polvazo que el alumno le habia echado a la maestra y me la volvi a cascar. A esas edades con las hormonas por las nubes, los chicos somos máquinas de la masturbación y nos hacemos mas pajas que un mono todos los dias, por mucho que nos dijeran, que nos salían granos, nos quedaramos ciegos o se nos cayeran las manos jeje. Después de esa segunda paja ya me dormí.

Llevaría una hora mas o menos durmiendo cuando unos ruidos me despertaron. Los ruidos provenían del baño. Me acerqué, la puerta estaba abierta y la luz del espejo encendida. Cuando entré me encontré a mi tia Begoña, semi desnuda, solo llevaba unas braguitas blancas y nada en la parte de arriba, estaba de rodillas, agarrada a la taza del vater y vomitando y llorando sin parar. Me acerqué por detrás y la ayudé a sujetarse el pelo que la caía en la cara.

-¿Qué te pasa Begoña?

-Nada Sergio cielo, solo que estoy un poco borracha.

-Ya si ya veo que llevas un pedo de muerte, pero... ¿Por que  lloras?

-No es nada, no te preocupes tesoro.

-Tia, sabes que sea lo que sea me lo puedes contar.

-¡Pues que todos los tíos son unos cabrones!

-¿Has discutido con Pablo?

-Si, es un capullo y lo he dejado.

-No te preocupes tia, tios hay muchos, además era un empanao.

-¿Un empanao?

-Si, parece el típico idiota al que le dan todas en el mismo lao. Seguro que en el insti y en la mili le hacían muchas putadas. (La saqué unas carcajadas y los dos nos reímos)

-Jajaja que bueno eres.

-Venga anda tia, vamos a limpiarte un poco esto y después a la cama.

-Rectifico, todos los tios no soys unos cabrones. Tu eres un cielo.(Me dio un beso en la mejilla, muy cerca de mis labios)

La ayudé a limpiarse la cara y el pelo, tanto de sus lágrimas como de sus vómitos y la acerqué hasta su habitación.  Se quitó las bragas pues las tenía empapadas de agua de limpiarse y sacó otras de su mesita de noche, me daba la espalda, y pude ver su culo. Dios, era precioso, no muy grande, se le marcaba la raya del bikini y tenía una cintura de avispa preciosa. Entonces y debido a su estado de embriaguez, dio un pequeño trastabillón, yo me apresuré a sujetarla. En ese instante mis manos tocaron sus pechos y mi paquete se pegó a su culo, dios, la sensación era indescriptible. La ayudé a subirse las bragas, y entonces desde detrás pude observar su coñito de respabilón, pero lo vi perfectamente. No tenía los pelos tan negros como los de mi madre, que era el único coño que había visto de cerca cuando se cambiaba o duchaba. Los pelos del coño de mi tia Begoña eran mucho mas claros que los de mi madre, y a diferencia de mi madre Bego los tenía mas recortados, a mi madre se le salen por los lados de las bragas.

Ayudé a Begoña a meterse en la cama y me fui para mi habitación, pero entonces mi tia me dijo que me quedara un rato charlando con ella. Estaba embobado mirando su cuerpo. Por aquel entonces mi tia Begoña era una chica mona que no llegaba a la treintena, no era muy alta, era rubia y con el pelo rizado. Tenía unas tetas preciosas, no muy grandes, pero de morfología perfecta y con dos pezoncitos muy apetecibles, por mas que lo intentaba no podía dejar de mirarlas. Esa visión de mi tia en bragas sentada en la cama, con las piernas cruzadas igual que los indios y mostrándome esas bonitas tetas hizo que me empalmara inevitablemente, y ella se dio cuenta, además yo solo llevaba puestos los calzoncillos y tengo un tamaño de polla considerable, lo que hacía que me fuera imposible ocultar mi erección.

Estuvimos charlando durante una hora mas o menos, nos fumamos unos cuantos cigarros, de hecho fue mi tia la que me enganchó a este absurdo vicio. Ella me contó sus problemas con Pablo, como en tantas parejas las relaciones se rompen por las infidelidades. Poco a poco mi tía se fue despejando de su borrachera y su conversación era mas profunda. Esa noche se enteró que Pablo la había sido infiel, pero eso no es lo que mas le dolió. Lo peor fue que se enteró que el cerdo estaba con ella por dinero. El muy cabrón pensó que si se casaba con la hija de un importante empresario tendría la vida resuelta. La conversación fue derivando en otros temas, como por ejemplo mi vida amorosa y sentimental.

-Bueno Sergio, ya hemos hablado mucho de mi, ahora toca de ti.

-,¿De mi?

-Si de ti.

-¿Y que quieres saber?

-¿Tienes novia?

-No, ahora no.

-Ahora no, o sea que deduzco que antes si.

-Si claro.

-¿Y quien era la afortunada? Si se puede saber.

-Mi amiga Bea.

-¿Bea?...¿La sobrina de mi amiga Yoli?

-Si esa.

-Pues no había oido nada, ¿Estuvisteis mucho tiempo?

-No que va, no llegó al año.

-¿Y alguna mas?

-Novia no, algún rollete. Nada serio ya sabes.

-Ya, un polvete tonto y punto.

-¿Un polvete?...¡Ojalá!

-No me digas que...

-¿Qué?

-Que bueno... ¿Que aún eres virgen?

-Pues si aún soy virgen... ¡Dios que vergüenza!

-No te avergüences cielo. Lo que pasa es que estás bastante bien, has tenido pareja y me parece raro que aún lo seas.

-Pues si. Aún lo soy... ¡Y no sabes las ganas que tengo de dejar de serlo!

-Bueno mi vida, eso se puede remediar.

De repente, mi tia se avalanzó sobre mi y comenzó a besarme en los labios, yo me quedé inmovil, y me dejaba hacer, ella llevaba la voz cantante hasta que por fin y después de no se cuanto tiempo reaccioné y la devolví el beso. Estaba en una nube, mi tia Bego, la mujer que me dio mis primeros cigarros, y me invitó a mis primeras cervezas, iba a ser también la mujer que me iba a iniciar en mi vida sexual.

Estaba tumbado boca arriba y Begoña encima de mi, nuestras lenguas se encontraron y mezclaron, mientras yo la agarraba de su culo. Tras un buen rato morreandinos, mi tia sacó su lengua de mi boca y continuó besándome, lo hizo en mi frente, mis mejillas, mi cuello y fue bajando por mi pecho y mi torso desnudo. Se entretuvo en mi ombligo y continuó bajando hasta que se detuvo en mis calzoncillos. Me besaba por encima de ellos y me daba mordisquitos muy pequeños, mi polla ya empezaba a asomar por encima de estos. Entonces los agarró con su mano y me los quitó. Ante ella apareció mi enorme polla, ya estaba completamente dura, lamió mi glande descubierto, tipo casco alemán, pues me operaron de fimosis cuando era un niño. Tras un buen rato lamiendo mi glande con su lengua, dando pequeñas lengüetaditas, se lo metió entero en la boca y comenzó a bajar su boca hasta la mitad de mi estaca, después bajó la cabeza mas y sus labios hiieron tope en mi pubis, esto la hizo dar alguna que otra arcada, continuó con su felación y su lengua recorrió cada centímetro de mi rabo y también de mis huevos.

Volvió a besarme en los labios y entonces fui yo quien tomó la iniciativa, intercambiamos nuestras posiciones, ella se tumbó boca arriba y yo encima. Después de volver a besarnos apasionadamente, llegué hasta sus preciosas tetitas y comencé a chuparlas, mordisqueé sus pezones y ella se retorcia de placer. Gemía y suspiraba del gusto a la que le estaba sometiendo mi lengua. Metí mi mano por debajo de sus bragas y busqué con mis dedos su coño estaba muy mojada. Torpemente itenté meter mi dedo corazón dentro de su vagina, sin embargo ella agarró mi mano con la suya y me la acercó al clítoris indicándome que se lo estimulara, como buen alumno hice lo que ella me indicó. Cuando me cansé de chupar sus tetas la quité las bragas y me bajé al pilón. Me quedé embobado mirando su precioso monte de venus y metí mi cabeza entre sus piernas. Lamí su clítoris como ella me indicaba y ahora ya si que le introduje el dedo dentro del coño, estaba chorreando, en mi lengua notaba un sabor peculiar que no sabria descrubir, un poco salado, o tal vez un poco ácido, pero la verdad es que estaba ríquísimo.

Mi tia me susurró al oido que se la metiera. Acerqué la punta de mi polla hasta su coño, empujé, pero sin embargo no entraba. Otra vez volví a intentarlo y otra vez erré. Finalmente ante mi torpeza, fue Bego quien agarró mi polla y la acercó esta vez si a la entrada de su rajita. Empuja ahora me dijo, y mi polla se fue deslizando por toda la cabidad de su gruta. No sabría explicar la sensación que sentí en aquel momento. Solo que estaba en el cielo. Mis embestidas eran torpes y mi tia me fue marcando el ritmo. Finalmente fue ella quien tomó la inicuativa. Me indicó que me tumbara yo boca arriba y fue ella quien se subió encima de mi y comenzó a cabalgarme. Mientras lo hacía, busqué con mi boca la suya y nos fundimos en un apasionado beso, también volví a chupar sus pezones, de repente noté como el ritmo de mi tía se hacía mas enérgico, su respiración era mas profunda, enseguida comprendi que se estaba corriendo. Yo por mi parte aún aguantaba, las dos pajas que me había hecho pensando en Christy Canyon follando con su alumno, hacian que por el momento pudiera seguir dusfrutando del primer polvo de mi vida.

Volvimos a cambiar y me volví a poner yo encima haciendo otra vez el misionero. Volvi a agarrar mi polla y a acercarla hasta su rajita, y esta vez si que di en el clavo, mi estaca se hundió entera en el empapado coño de Begoña. Comencé a moverme energicamente, mientras ella me agarraba y empujaba de mis gluteos hacia abajo, haciendo que mi penetración fuera cada vez mas profunda. La besaba y saboreaba al mismo tiempo que me la follaba, no estabamos follando, estábamos haciendo el amor, cuando mi tia notó que me iba a correr me suplicó que no lo huciera dentro, entonces la saqué de su interior, la agarré con mi mano derecha y tras unas cuantas sacudidas hacia arriba y abajo, de mi circuncidada polla comenzaron a salir enormes chorros de leche caliente y espesa que fueron a parar a los pelos de su chochito, como lo habían hecho de la polla del alumno de la peli, sobre el chocho de la profesora Christy Canyon. Finalmente el sueño se apoderó de nosotros y dormimos abrazados.

Después de aquella noche de verano, mi tia Begoña y yo comenzamos una incestuosa historia de amor prohibido que llevamos en secreto y que duró mas o menos un año. Como aquello era imposible mi tia se echó un novio y después se casó. Dejó de lado las oposiciones y se puso a trabajar en la empresa familiar. Yo por mi parte me centré en mis estudios y también empecé una relación con una chica, Elena mi actual pareja. Mi tia y yo no volvimos a hablar de lo sucedido, por el momento claro.

Pasaron cuatro años desde que se casó y seis desde que pusimos punto y final a nuestra historia de amor. Por aquel entonces nuestra relación era fantástica, era otro tipo de relación. Con el recuerdo de aquella bonita historia de amor, y que fue la mujer de mi primera vez, y basicamente mi primer gran amor. Ahora trabajábamos juntos en la empresa, su despacho estaba al lado del mio y teníamos mucha química y complicidad. Una mañana a la hora del almuerzo me llamó a su despacho.

-Sergio... ¿Puedes venir?

-Si Bego voy ahora mismo.

-No tardes.

Y bien... ¿Que quieres?

-Pasa anda.

-Dime.

-Sientate porfa.

-Tu me dirás.

-¿Estamos solos?

-Creo que si, mi padre está de viaje y su secretaria y los administrativos se han ido ya a comer.

-Perfecto... Verás... Alejandro y yo llevamos intentando tener un hijo mas de un año y no hay manera.

-Vaya lo siento tia.

-El problema es que creo que el culpable es el.

-Entiendo.

-Había pensado que tu podrías ayudarnos.

-¿Ayudaros?...¿Pero como?

-Verás es un asunto un tanto peliagudo.

-¿Peliagudo?...¿Por donde vas Bego?

-Está bien ire directa al grano.... ¡Quiero que seas tu quien me preñe!

-¿Yo?

-Si Sergio si, tu.

-Pero tia hace ya seis años de aquello, tu estás casada, yo tengo novia...

-Ya lo se. Y bien sabe dios que no te lo pediría si no fueras la mejor opción.

-¿La mejor opción?

-Vamos realmente la única opción.

-¿Yo?...¿Pero por qué?

-Porque si tu me dejas embarazada, Alejandro no se entetará, se pensará que el es el padre y todos contentos. El aun no se imagina que es estéril.

-Pero...¡No será su hijo!

-No hay problema. Verás tu te pareces mucho a mi, por tanto no sospecharia jamás si el bebé se pareciera a ti.

Era cierto, mi tia y yo nos parecemos mucho, tenemos los mismos rasgos, los ojos marrones, la misma forma de las narices, hasta un lunar en la mejilla. Solo que a diferencia de que ella es rubia y baja, yo soy moreno y alto, pero mi tio Alejandro también, o sea que el asunto de la genética del bebé no era un problema.

Parece una buena idea, solo que...

-¿Solo qué?

-Pues que con lo que me costó olvidarte, bueno de hecho aún no he podido hacerlo, si me acuesto otra vez contigo...

-Sergio cariño, tu también has sido el himbre mas importante de mi vida. Por eso quiero que tu seas el padre de mi hijo. Yo tampoco he podido olvidarte, aquel año juntos fue de lo mejor de mi vida. (Me besó en los labios)

-Está bien... ¿Y como quieres que lo hagamos)

-Verás lo tengo todo pensado. Dentro de dos semanas es el congreso anual del ibérico en Salamanca y tu padre nos mandará ir a los dos allí como siempre, porque el odia ir. Estaremos allí tres dias los dos solos. Además tengo calculado con mi ciclo, que esos dias coinciden con mis dias mas fértiles... ¡Es un plan genial!

-¿Y si no te quedas?

-Creemé me quedaré.

-Jajaja te veo muy segura.

-Yo soy perfectamente fértil, me lo dijo mi ginecólogo. Además será revivir antiguas experiencias.

-¿Antiguas experiencias?

-Claro estaremos todo el follando, como hicimos aquel año que estuvimos juntos.

-Jajaja creo que este año me va a gustar mas el congreso anual del ibérico.

-Y si no, pués habrá que seguir intentándolo.

-Hay otra cosa... ¿,Y Elena?

-No te preocupes por Elena. Piensa que no la vas a poner los cuernos, solo que me vas a hacer un favor.

-¡Y que favor!... Madre mia menudos lios me busco.

Dos semanas después mi tia y yo nos fuimos a Salamanca. Los congresos eran un rollo, empezaban a las diez de la mañana y terminaban a las seis de la tarde, solo parabamos una hora para comer. Normal que mi padre no quisiera ir. Llegamos a Salamanca la noche antes de comenzar las jornadas, salimos a cenar y volvimos pronto al hotel, pues teníamos que cumplir con el morboso plan que había preparado mi tía.

Nada mas llegar a la habitación nos desnudamos y nos tumbamos sobre la cama. Mi tia no había cambiado mucho en  estos años, quizás había cogido algún kilito mas, pero prácticamente estába igual. Yo por mi parte ahora estaba mas musculado y depilado por completo pues había empezado mi afición por el gimnasio.

Comenzamos a besarnos recordando nuestros antiguos encuentros, cuando comencé a comerle el coño, me venían a la mente imagenes de aquella primera vez en casa de mis abuelos. Continuamos haciendo un delicioso sesenta y nueve. Ella engullía mi polla a la vez que yo lamía su coño. Aquel torpe muchacho se había convertido en un amante excepcional. Cuando mi tía decidió oportuno, se sentó encima de mi polla y se la clavó de golpe. Comenzó a cabalgarme muy despacio, subía y bajaba acompasadamente y su cuetpo se contoneaba. Yo por mi parte la agarraba de las caderas, y con mis musculados brazos la ayudaba a subir y a bajar, cuando bajana hacia abajo, la apretaba fuertemente contra mi cuerpo y ella gemía al insertaese por completo en mi polla.

Pasados unos minutos mi tia me dijo que cambiaramos, quería follar en la postura del misionero, para que la penetración fuera mas profunda y así cuando me corriera lo hiciera en lo mas hondo de sus entrañas y así multiplicar las opciones de éxito de quedarse embarazada. Se abrió de piernas, yo me acomodé encima de ella, acerqué la punta de mi sable, a su rajita, froté mi glande con su clítoris y eso la puso a cien, y cuando menos lo esperaba, se la clavé de un solo empujón. Begoña dio un fuerte gemido al sentir la totalidad de mis cerca de veinte centímetros en su interior. Comencé un mete saca muy suave, y mientras la bombeaba, la besaba en los labios y acariciaba sus tetas. Poco a poco fui ganando velocidad y cada vez la iba empotrando mas fuerte, nuestras respiraciones cada vez eran mas entrecortadas, Bego, rodeó con sus piernas mi cuerpo, apretó sus talones en mis gluteos y comenzó a arañarme en los hombros,  metió su lengua hasta mi campanilla, y solo la sacó para empezar a gritar que le diera mi leche, que la queria en lo mas profundo de su ser, estaba extasiada, los dos llegamos al mismo tiempo al orgasmo, un orgasmo descomunal, inundé su útero con enormes chorros de semen que notaba salir de mi interior, me quedé rendido un rato encima de ella, con mi polla dentro de su chochito, solo salió cuando se me bajó la erección. Begoña me besó y me dió las gracias, nos acomodamod haciendo la cuchara y nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente volvimos a hacerlo cuando nos despertamos. De hecho durante esos tres dias lo hicimos infinidad de veces, para conseguir el objetivo de fecundar a mi tia. Lo hacíamos todas las noches un par de veces, otra al levantarnos y el último dia que el congreso terminó a mediodia, lo hicimos también incluso a la hora de la siesta. La verdad es que durante esos tres dias, además de follar con el objetivo de dejar embarazada a mi tia, también lo hicimos dejándonos llevar y fruto del morbo, recordándo la bonita aventura que vivimos años atrás. Realmente no me acordé de Elena para nada.

A las pocas semnas de regresar de Salamanca, mi tia se hizo un test de embarazo y dio positivo. Misión cumplida, se había quedado embarazada.

CONTINUARÁ.......