Mi prima... la Flaca (2)
continuación...
La tarde ya se venía encima y volvimos a la casa de mi tía, parando a veces entre los árboles a besarnos y a tocarnos.
Mi tía nos esperaba con la once preparada, conversamos un rato con ella y luego cayo la noche.
Ya mi tía se iba a acostar y yo mencione que saldría afuera a fumar un cigarro. Mi prima me dijo que acostaría a la tía, y saldría a acompañarme a fumarse uno.
Mi tía no sospecharía nada, ya que era habitual que lo hiciéramos.
Me senté en una mesa que había en el patio de atrás, bajo un parrón. La oscuridad era casi total. Al rato siento que se cierra la puerta y sale mi prima hacia donde yo estaba. Se sentó en la misma mesa y le pase un cigarro. Hablamos de cualquier cosa, pero ambos sabíamos lo que queríamos.
Ella sentada en la mesa, me metí entre su piernas y la bese. Mis manos se apoyaron en sus delgadas piernas, acariciándolas suavemente, hasta que la hice bajarse y quedando los dos ed frente, comenzamos a besarnos.
Mis manos se metieron bajo se falda y acariciaron sus delgadas nalgas, mientras que mi otra mano avanzaba por debajo de la blusa, buscando sus pequeñas tetas.
Comencé a masturbarla de pie. Mis manos acariciaban los abundantes pelos de su vagína , mientras ella poyada con sus manos sobre la mesa, echaba la cabeza para atrás y me dejaba masturbarla.
Me arrodille delante de ella y con ambas manos baje su calzón. Le puse un pie sobre una silla y comencé a deleitarme metiendo mi lengua en su mojada cosita. Ella gemía en silencio.
Ahora me tocaba mi turno, por lo que me levante y nuevamente los dos de pie, la bese, haciéndole sentir el sabor de sus jugos en su labio. Fue ella la que ahora bajo. Me apoye en la mesa y me baje los pantalones hasta la rodilla. Sus manos me bajaron mis slips también hasta la rodilla y corriendo su larga y negra cabellera hacia un lado comenzó a chuparme fuertemente mientras yo la afirmaba de sus cabellos, para que el pelo no se le fuera a la cara.
Paso un rato en esta posición, luego subió y me beso. Ambos con nuestra ropa interior en nuestros tobillos, nos masturbábamos mutuamente. La tome y la coloque con las manos sobre la mesa, con la intención de penetrarla.
Sin embargo, aunque se notaba muy caliente, me detuvo, diciendo que no estaba tomando anticonceptivos y podía salir embarazada. La verdad tenía razón, y como yo no traía condones solo le restregué mi verga en sus partes íntimas. Ambos estábamos enfermos de caliente, pero nada podíamos hacer, incluso las veces que mi verga frotaba su clítoris, ella se volvía loca y estiraba todo su culo hacia atrás como si estuviésemos follando.
En esa misma posición, en 90° con sus manos apoyadas en la mesa, yo por detrás, baje y comencé a comerme con mi lengua su mojada concha una y otra vez. Avance hasta la entrada de su culo y le metí la lengua lo mas adentro que pude. Eso le encantó y se acostó completamente sobre la mesa, dejando solo sus pies en el piso y sus piernas separadas, para dejarme completamente libre el paso. Le moje lo mas que pude el culo con mi lengua, incluso metiéndole el dedo mas pequeño, como para ayudar a dilatarla. A ella eso no le gusto y tato de pararme, pero una y otra vez, mi dedo se metía en su culo.
Cuando me pare detrás de ella, y apunte mi verga a la entrada de su culo, ella me detuvo pidiéndome que no lo hiciera, pero a esa altura, mi calentura estaba por las nubes y no le hice mucho caso. Trate de metérsela, pero a ella le dolía y mi verga no entraba. A las finales tuve que desistir.
Ella me pidió perdón, pero me dijo que era mucho el dolor y que siempre había sido estrecha de culo. Pero para no dejarme con las ganas se volvió a arrodillar y me dio un fabulosa mamada, hasta que termine dentro de su boca.
Nos fuimos a acostar
Cerca de cómo una hora, me desperté y me fui al baño. Al pasar por la puerta de mi tía, note como se escuchaban sus ronquidos. Mientras estaba orinando en el baño, me acorde de mi prima y mi verga se endureció otra vez.
Fui a mi habitación y cerré la puerta con mucho cuidado. Me dirijo a la habitación de mi prima y sin meter el mínimo sonido, me metí y cerré la puerta tras de mi.
Solo la luz de la luna entraba un poco por la ventana. Ahí se encontraba mi prima, durmiendo boca abajo, tapada solo con la sabana. Suavemente fui retirando esta sabana , hasta que apareció el delgado cuerpo de mi prima. La mire una y otra vez. Como era posible que una mujer tan delgada me causara tanto morbo. Usaba solo una pequeña camisa de dormir, que dejaba casi al descubierto su nalguitas, cubierta por un pequeño y diminuto calzón. Mire sus piernas . Muy flacas, casi sin formas, su largo cuerpo ..sus pequeñas nalgas, que en otro lugar jamás me hubiesen excitado, una espalda pequeña y su larga y negra cabellera.
Con mucho cuidado le levante su camisa dejando al descubierto su pequeño y delgado culo. Sus piernas estaban un poco abiertas. Me metí por la parte de debajo de mi cama, hasta que mi cara quedó a la altura de su culo. Sentí su olor y suavemente comencé a besar sus glúteos. Ella no despertó si no solo hasta que le di un pequeño mordico sobre una de sus nalgas.
Ella supo que era yo y me dijo que era un loco, pero sin moverse de esa posición. Comencé a besarle sus nalgas, apretarlas con mis manos, a mordérselas. Ella se dejo llevar. Luego me incorpore y le saque los calzones, y abriendo sus piernas nuevamente mi lengua tuvo el sabor de su culo en mi boca nuevamente.
Ahogando sus gemidos mientras mordía la almohada, recibió todo el placer que su primo le entregaba. Jamás en su vida había sentido el placer del sexo oral, y debido a las escasez de preservativos, era todo lo que el le podía entregar.
La di vuelta y colocando mi verga en su cara, comenzamos hacer un fantástico 69. Como siempre me ha gustado ir abajo, me di vuelta dejándola a ella arriba. Las mamadas de mi prima eran espectaculares y no demore mucho en vaciar toda mi leche en su boca. Ella aun con su boca llena de semen no paro ni un segundo y continuó chupándome con las mismas ganas. Yo igual que ella continué chupando su concha hasta que mis cara quedó completamente mojada con un monstruoso orgasmo que ella me entregó.