Mi Prima Gemma VIII
La historia continúa...
Perdon por la demora en escribir pero he estado un tiempo out... Espero ir volvendo poco a poco. Gracias a todos y todas las personas que os habeis puesto en contacto conmigo. Un saludo!!!!
De camino a mi casa todo había cambiado y se empezaban a descubrir los roles que cada uno nosotros habíamos ido teniendo ese verano tan loco hacia unos años.
– Me encantaría poder volver atrás y hablar conmigo mismo – dije cuando arrancando el coche salíamos del parking. – La verdad es que hubiese sido fantástico haber podido saber todo lo que se ahora – confesé.
Mi prima Gemma en ese momento me miro y sentí como su mirada a través del retrovisor interior se clavaba en mí. – ¿Qué pasa que conmigo no tenías suficiente? – me pregunto ella llena de morbo recordando el momento.
– Claro que si prima – le respondí. – Pero no me digas que no hubiese sido morboso haberme corrido dentro de ti y en ese momento haber visto como Pirsa entraba por la puerta de la habitación a comerse tu coñito lleno de mi corrida – le respondí yo. – A mí me hubiese encantado entrar – respondió casi en un susurro Pirsa en ese momento mientras llevaba su mano entre las piernas de Gemma mientras yo observaba la escena a través del retrovisor. – Pues nunca es tarde para comerme el coño si tanto lo deseas – le respondió Gemma mientras empezaba a sentir como la mano de ambas primas empezaban a tocar sus labios vaginales.
– Que yo, os recuerdo que también soñaba con follarme al primo – nos confeso en ese momento a todos Raquel. – Y si no que os lo cuente mi madre – respondió ella. – ¡Caya hija!, que menudos dedos me hacía después de hablar contigo – nos confeso sentada a mi lado en el asiento del copiloto. – No sabéis que manera de follarme con los dedos en la cama cuando mi hija se iba a su habitación y yo en mi imaginación nos ponía a las dos de rodillas chupando tu miembro sobrino – nos confesó ella mientras yo llevaba su mano a mi entre pierna para que fuese consciente de como me estaba poniendo.
– Pues yo encantada de que hagamos todos esos sueños realidad – nos confeso Gemma en ese momento mientras yo por el espejo retrovisor veía como las manos de Raquel y de Pirsa se habían colado una por la cintura del pantalón de Gemma y la otra habiendo bajado la cremallera del pantalón se veía perfectamente como estaba follando sin piedad a Gemma. – Eso es lo que quieres, putita – le susurraba ahora Pirsa.
– ¿Quieres que hagamos realidad todas nuestras fantasías? – le respondió en ese momento Raquel antes de lanzarse a besar a Gemma. – Zorra, tú sabías perfectamente que nosotras dos bebíamos los vientos por ti, que eras la mas popular y que nosotras te seguíamos ciegas – le confeso Pirsa ahora. – Sabias que eras nuestra diosa y te adorábamos – le gimió ahora Pirsa mientras sentía como la mano de Raquel agarrando la de Gemma la llevaban a abrir las piernas de Pirsa para poder empezar a follarla también. – Si putas ambas lo sabéis – chillo Pirsa en el momento en el que sintió como la mano de Raquel y la de Gemma se colaban dentro de su pantalón y de igual manera que a Gemma empezaban a follarla sin piedad.
Gemma por un momento miro a Pirsa y le susurro – Cuéntanos como fue tu primera vez con Montero – le susurro Gemma. – Cuéntanos como fue la primera vez que te clavo toda su polla dentro de tu estrecho coñito de putita – le susurro Gemma antes de mordisquear su lóbulo.
– Joooooooooooder que buenas sois coñooooooooooooo – aulló Pirsa mientras sentía por primera vez como se corría en la mano de las dos. – Venga, estas chorreando de gusto, puta, cuéntamelo, quiero saber, como fue tu primera vez con Montero – le susurro Gemma. – Esta bien – gimió Pirsa – sigue así y te lo cuento – aulló ella.
– Me tuve que poner en una situación límite para que, me violase – confeso ella. – Lo necesitaba ya – gimió ella. – Ya no podía esperar más tiempo a que se fijase en mi – aulló Pirsa. – Y menos ya como estaba con la tía y con la prima Raquel todo el dia con él – confeso Pirsa parando un momento a tomar aire. – Sabia que yo no sería tan buena puta follándolo como lo eran ellas – susurro Pirsa de nuevo. – Por lo que solo me quedo una salida – sentencio ella tomándose un momento mientras ya salíamos del Parque Natural de la Pedriza.
– Tuve que pillarle follándose a la hermana de su cuñada para que estando tan cachondo no pensase con claridad y entre los dos me forzasen a entregarme a ellos – confeso Pirsa. – Me tuve que poner como si fuese a chantajearle por pillarle follándose a la hermana de su cuñada para que me forzase a follarlo – confeso Pirsa aullando de nuevo y volviéndose a correr por segunda vez en las manos de ambas mujeres. – Deseaba ya, tanto que me follase, que fue la única forma en la que vi la posibilidad de que me enterrase su enorme rabo dentro de miiiiiiiiiiiiiiiiiii – aulló de nuevo Pirsa enganchando su siguiente orgasmo con el que acababa de tener.
Por un segundo Gemma se quedó clavada mirándola entre la indignación de que yo la hubiese forzado y el erotismo propio de saber de que me deseaba tanto que había forzado la situación a tal punto para llegar a forzarla para follármela.
– Me explico – confeso ella. – Hace unas semanas quedamos para celebrar la pedida de mano de su hermano – comenzó a contar ella. – El primo se sentó con su cuñada y yo como siempre que nos vemos, lo observaba en todo momento – gimió Pirsa. – El caso es que vi como en el cambio de platos ella desaparecía al baño de arriba y Montero iba detrás de ella cuando vio que nadie los observaba – susurro Pirsa mientras Gemma no paraba de frotar su clítoris.
– Tardaron casi media hora en volver – siguió contando ella. – Y luego los vi acaramelados a los dos cuando nadie los miraba – siguió contando Pirsa. – Cuando ambos desaparecieron de nuevo me decidí a seguirlos – confeso Pirsa. – Y esta vez me decidí a grabarlos y así podría verlo luego tranquilamente – explicó Pirsa mientras seguía contando. – Me decidí a acercarme a ellos, al fin y al cabo, ella era la hermana de la novia y él mi primo y estaba seguro de que no montarían un pollo – murmullo ella.
– Pensé solo acercarme y grabarlos hasta que se diesen cuenta y una vez que me pillasen hacerles follar como a mí me gustaría que él me follase a mi – siseo ella de nuevo deteniéndose a disfrutar del dedo que le estaban haciendo tanto Raquel como Gemma.
– Pero cuando me pillaron y pensé en tomar el control de la situación estaba cachonda como no os podéis imaginar – nos siguió contando ella. – Y en un segundo la cosa cambio y ellos dos tomando el poder hablaron entre ellos para follarme – nos confesó.
– La sola idea de que eso sucediese me hizo corrermeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee – aulló ella de nuevo volviendo a correrse en ese instante. – Me encanto ser de su propiedad en ese momento y que dispusiesen de mi a su antojo para lo que quisiesen – confeso Pirsa de nuevo para todos mientras se corría por ultima vez.
– Chuparos los dedos para mí – les pidió Pirsa mientras en ese momento tanto Gemma como Raquel hacían lo que Pirsa les había pedido. Vi por el retrovisor como tanto Gemma como Raquel lamian sus dedos y tragaban los restos de la corrida de Pirsa que cubrían sus manos.
– Vaya zorras mamonas que estáis hechas – susurro mi tía que en ningún momento había dejado de menearme la polla mientras había observado la escena. – Aquí la mayor zorra, eres tu puta, que no sueltas la polla de tu sobrino ni a sol ni a sombra – le respondió Gemma en ese momento incorporándose en busca de la boca de mi tía. – Tu nos abriste el camino para poder ser así de putas – le respondió mi tía a Gemma después de besarla. – Nunca olvides que tu fuiste la primera en tenerlo entre tus piernas follándote y dándote polla, dia si, y dia también mientras aquí las demás nos matábamos a pajas pensando en la polla que estaba en tu coño de putita todos los días – sentencio mi tía a cada momento que pasaba mas cachonda. – ¿Te pone cachonda pensar en el rabo de tu sobrino? Puta – le susurro Gemma mientras incorporándose y apoyando sus tetas en el respaldo del asiento llevaba su mano desde las tetas de mi tía hasta colarla por debajo de su pantalón. – Si y lo sabes perfectamente – le respondió mi tía cuando noto como los dedos de mi prima se colaban debajo de las braguitas de mi tía. – Te gusta la polla que tienes en la mano, ¿eh zorra? – le pregunto de nuevo mi prima Gemma. – Si ya no sé qué haría sin esta polla – respondió mi tía de nuevo mientras era masturbada por mi prima. – La sensación de tenerla clavada por completo dentro de ti, ¿te hace correrte?, ¿a que si? – le susurro Gemma que mientras le hablaba sin piedad follaba con tres dedos el coño de mi tía. – Si me encanta y si sigues así vas a ver como me corro putaaaaa – gimió mi tía que en ese momento se sumergió en un brutal orgasmo mientras su mano tenia asida sin piedad mi polla.
Gemma por un momento dejo a mi tía disfrutar de su orgasmo – Así me gusta putita – le susurro Gemma. – Bien corrida para tu sobrina – le susurro esta mientras la volvía a besar. – Luego ya te resarciremos por estar solo de espectador – me dijo mi tía mientras veía como nos estábamos acercando ya a casa.
Yo mientras conducía cada vez que podía miraba por el retrovisor y veía como entre ellas tres atrás se seguían tocando. – La verdad es que los veranos estaban llenos de erotismo y morbo – susurro Gemma. – Si erotismo el tuyo que tenias quien te follase mientras yo miraba – le respondió Pirsa. – Y yo solo imaginaba como me follabas primo, mientras me mataba a dedos – respondió Raquel. – Así acabe con el primer pringado que se cruzo en mi camino embarazada – respondió de nuevo Raquel. – No os quejéis que yo me llevaba los calentones de poder mirarlo sin tocarlo y luego además escuchando los relatos de mi hija – nos dijo mi tía a todos.