Mi Prima Gemma VI

Nos vamos a la sierra a pasar el dia y seguimos descubriendo cosas que sabemos y que llega el momento de descubrir.

Aquel dia había sido fantástico y al igual que el anterior que acabe en la cama de mi tía Laura, esta había terminado en brazos de mi prima Gemma en mi cama.

Casi tenía la impresión de no haber cerrado los ojos cuando el despertador sonó y nos sacó a Gemma y a mí de la cama. – Estoy agotada primo – me murmullo Gemma incapaz de salir de la cama y quedando de nuevo sumida en un profundo sueño de nuevo mientras yo me encaminaba al baño a lavarme la cara y prepararme para desayunar.

Nada más bajar a la cocina me encontré con Pirsa, Raquel y mi tía Laura que estaban desayunando en mi cocina mientras yo entraba más dormido que despierto y tan solo vestido con unos gayumbos. – Anda que menuda cara – me susurro Raquel mientras me veía la primera aparecer en la cocina. – ¿A qué hora terminasteis? – me pregunto mi tía Laura. – A las cuatro – le susurre después de darle un beso a Pirsa que se había acercado a mí y me había abrazo dándome los buenos días. – Anoche – me susurro mi tía mientras sentándome a su lado me daba un beso. – Anoche, ¿bien? – me volvió a preguntar ella con interés por saber cómo haba sido el encuentro entre Gemma y Bea. – La verdad – le dije mientras le daba un beso a mi prima Raquel – la verdad es que genial – le respondí. – Aunque como dijiste menudas dos lobas – le respondí mientras todos rompíamos a reír. – Si pobrecito – me susurro Raquel. – Para llorar debes estar tu – me dijo Pirsa muerta de risa.

Por un momento las mire a las tres y les susurre – No creo que se me levante en un mes – les confesé. – Después de empezar ayer con vosotras y acabar esta noche con ellas me habéis agotado – les confesé. En ese momento de igual manera las tres rompieron a reír y me dijeron que no se lo podían creer.

Poco a poco y con calma trasladamos el desayuno de la cocina al salón donde yo quede sentado entre Pirsa y mi prima Raquel que me enseñaron como iban preparadas para pasar el dia de escalada. Yo las admiraba mientras enfrente de mi veía como se sentaba mi tía Laura que con la mirada encendida de deseo me invitaba a pensar en que algo tenían pensado. – Primo – me dijo Pirsa llamado mi atención. – ¿Tú crees que estas tetas son buenas para escalar? – me susurro Pirsa mientras levantándose la camiseta me dejaba ver a unos escasos veinte centímetros sus preciosos pechos morenos con sus pezones color café. – Yo creo que son perfectos para todo – le respondí. - ¿Y qué me dices de este par de dos? – me susurro Raquel mientras de igual manera al otro lado me dejaba ver también sus tetas del color del café con leche y unos hermosos pezones grandes como los de Pirsa del mismo color que su piel. – Yo creo de las que más dudo son de estas – dijo en ese momento mi Tía Laura que directamente se había quitado su camiseta y sin ningún pudor como sabía que me gustaba ella me enseñaba sus hermosas tetas. – Menudo festival de tetas – susurre mientras mirase donde mirase veía unas preciosas tetas que se me mostraban.

Me quede allí quieto observando a aquellas tres mujeres que se me mostraban calientes y deseosas de mí. Pero tal y como había prometido hacia unas semanas a mi tía no todo iba a ser estar todo el dia metido en la cama follando como conejos. – ¿No vamos a ir a escalar? – les susurre a todas.  Quienes mirándome asintieron con la cabeza. – Cubrid esas tetas y vosotras dos subid a despertar a Gemma que, si no, no llegamos – les susurre mientras las dos tapándose sonrientes mientras cada una de ellas me besaba se tapaban sus hermosas tetas y desaparecían del salón para ir a buscar a Gemma. – No te creas que te vas a librar de follarnos – me susurro Raquel mientras empezaba a subir las escaleras. Yo en ese momento cogiéndola de la mano le respondí – Ni te creas por un segundo que yo me quiero librar de follaros a todas –.

Me quede a solas en el salón con mi tía y ella preguntándome por anoche vino a sentarse a mi lado. – Yo creo que muy bien – le confesé a mi tía mientras empezaba a contarle como había ido la tarde con Gemma, como lo habíamos hecho, con quien y donde. – Aunque debo confesarte que contigo fue super morboso tita – le confesé. – No sabes cómo me gusto – le confesé mientras ella me respondía que teníamos que repetir lo antes posible que ella también lo estaba deseando mientras sentía como mi dedo índice colándose por debajo de su pantalón corto acariciaba su coño por encima de sus braguitas. – Uuuuuuuum – me gimió ella. – ¿No decías que no se te iba a levantar en un mes? – me pregunto mi tía acercando sus labios a mi oído, para al acabar mordisquear sensualmente mi lóbulo. – Que no se me levante no quiere decir que no os siga deseando follar de todas las maneras posibles – le confesé.

De repente empezamos a oír unos gemidos que provenían de mi habitación. – Uuuum, juuuum si, si joder – se oía a Pirsa deshacerse de placer. – Sigue puta, sigueeeeeeeeeeeee – se oía a Pirsa como se corría de placer. – Vaya puta estas hecha – le susurraba Raquel a Pirsa mientras oíamos como esta se corría en la boca de Gemma. Mi tía en ese momento me miro y sonriéndome me susurro – Gemma se acaba de despertar – mientras sentía como mi Tía tocaba mi polla. – Le daremos tiempo – me susurro mi tía mientras me besaba y se daba cuenta de que mi polla seguía tranquila y completamente relajada en sus manos. – Ya verás como el aire del campo te da fuerzas renovadas – me susurro mi tía. – Que hoy tienes que follarnos a todas – me confeso. – No sabes cómo lo deseo – le respondí.

Por un momento mientras las tres bajaban del piso de arriba vi como Gemma bajaba desnuda la primera, y Raquel y Pirsa detrás de ella recomponiéndose su ropa la seguían. – Buenos días tita – le susurro Gemma a Laura mientras sin ningún recato viendo como ella tenía su mano sobre mi polla su lengua recorría el interior de su boca. – Buenos días sobrina – le susurro esta cuando Gemma separo sus labios de los de ella. – Buenos días primo – me susurro ahora a mi Gemma mientras su boca aun con el sabor de mi tía se unía a la mía y me besaba. – Déjalo descansar que ya luego tendremos tiempo de jugar – le susurro Gemma a mi tía mientras se encaminaba a la cocina y se disponía a desayunar.  – No hace ni tres horas que ha terminado de follarme a mí – le confeso Gemma – y no veas el dia que pasamos ayer – le sentencio está aludiendo a nuestra maratón sexual. – Si, ya me ha contado – le confeso mi tía.

Mientras ella desayunaba mi tía me acompaño a la habitación del piso de arriba a vestirme. Mi tía me seguía y venia andando detrás de mi mientras yo entraba en la habitación. – ¿Estás cachonda tita? – le pregunte mientras ella se sentaba en la cama y yo en el vestidor cogía la ropa para vestirme. – Desde que empezamos a follarnos – susurro mi tía dejando un momento de silencio – Siempre – susurro acabando la frase. – Me encanta saberlo – le susurre mientras saliendo del vestidor dejaba la ropa que iba a ponerme al lado suya sobre la cama y haciendo que mi tía levantase un poco la cadera tras desabrochar sus pantalones la dejaba desnuda de cintura para bajo. – Y como me encanta oírtelo decir vamos a hacer que continúe sucediendo – le susurre a mi tía mientras hundiendo mi boca en su coño empezaba a satisfacer a mi tía. – Pero, daté prisa que nos están esperando – le dije recordándole lo que ella me había dicho a mí en el aparcamiento ayer.

Mi tía nada más empezar a unir recuerdos y acordarse de la doble follada que nos dimos ayer en el parking empezó a mojarse nada más empezar yo a jugar con mi lengua dentro de su coño. – Joder sobrinooooooooooooooooooooo – aulló mi tía corriéndose en mi boca apenas a los cinco minutos de empezar a estimular su coño. – Así me gusta tita putita – le dije mientras me incorporaba y empezaba a vestirme y ella se dejaba caer sobre el mullido colchón.

En ese momento Gemma subió de la cocina y entrando por la habitación se encontró a mi tía dejada caer en la cama mientras yo a sus pies empezaba a vestirme. – Menudo vicio tenéis – nos dijo a ambos mientras a mi lado ella también se empezaba a vestir. – Desde luego hay que ver la boca que tiene este niño – le dijo mi tía a mi prima. – A mí me lo vas a decir – le respondió Gemma sonriéndose.

Por fin ya estando todos vestidos el reloj marcaba las nueve menos diez de la mañana y todos salíamos de mi casa. Mi tía Laura, mis primas Raquel, Isabel y Gemma. Bajamos al garaje y mi prima Isabel me pregunto cómo íbamos a ir. – En el Range Rover – le respondí yo mientras mi tía sentándose a mi lado como copiloto dejaba que Gemma se sentase en la parte de atrás en medio y Raquel detrás de su madre quedando detrás de mi Pirsa.

Se notaba en el tráfico que era sábado y apenas había nadie por la calle mientras nos encaminamos a la Sierra de Madrid. De camino a la sierra íbamos hablando de todo un poco hasta que me llamo mi madre. Me hecho la bronca por tener ya plan para el sábado y no ir a comer con ellos ni hoy ni mañana. – Te prometo que el lunes me paso a verte – le dije justo antes de colgar la llamada.

A partir de esta llamada fue inevitable hablar de la familia y de lo diferentes que eran tanto mi madre como el resto de mis tíos de mi tía Laura. Mi padre es el que era hermano de mi Tía Laura y la verdad es que pasaba bastante de todo y de todos y salvo él era el único que me dejaba vivir tranquilo. En cambio, los demás me machacaban con que ya con la edad que tenía si no era maricón tenía que echarme novia e ir sentando la cabeza, cosa que no me apetecía para nada.

En ese momento cerca ya de las diez de la mañana entrabamos por la entrada principal de la Pedriza y como siempre a la entrada nos daban la bolsa de basura para nuestros desperdicios y así mantener limpio aquel maravilloso paraje. – La verdad es que las vistas son preciosas – susurro Gemma mientras activaba de mi coche el techo de cristal y se descorría el forro que lo tapaba. – Las vistas serán maravillosas pero el tacto es mucho mejoooooooooooor – aulló mi tía haciendo que en ese momento me diese cuenta de que Gemma seguía entre los dos asientos y al mismo tiempo que su mano derecha se enroscaba en el respaldo del asiento del coche y sobaba la teta derecha de mi tía mientras su mano izquierda se había internado en los pantalones de mi tía y con gran maestría hacía que mi tía se corriese de gusto en un santiamén. – Bueno ya os he follado a todos – nos susurró Gemma mientras echándose hacia atrás lamia los dedos que aun tenían restos de la corrida de mi tía.

Ya estábamos llegando al aparcamiento en el que dejaríamos el coche y del que saldríamos andando. – Eres la más zorra que conozco – le susurro mi tía mientras se bajaba del coche. – Y por eso me quieres – le respondió esta jocosa.

El dia era esplendido y la temperatura ideal. Mientras cada uno de nosotros se colocaba su equipo, yo las ayudaba a todas a ajustárselo lo mejor posible, salvo Gemma ninguna de ellas tenía experiencia en escalar.

Primero empecé con mi tía a la que ayudando a ponerse los arneses de la cadera no pude evitar tocar su maravilloso culo mientras la ayudaba a acomodarse. – Uuuum gracias sobrino – me decía mi tía mientras sentía como magreaba todo su cuerpo. – De nada tita lo hago encantado – le susurre mientras pasando la mano por su pecho notaba el tacto del mismo y sentía como mi polla endureciéndose bajo mi pantalón me invitaba a pegarme a ella. – ¡Vaya! – dijo mi tía cuando sintió como a través de mis pantalones cortos mi miembro se hacía patente en el culo de mi tía. – Ya veo que estas despertando – me susurro mientras girando su cara me besaba y al mismo tiempo internaba mi mano por dentro de su escote.

Por un segundo más seguí allí y en ese momento viendo como Pirsa me miraba me acerqué a ella y de igual manera que había hecho con mi tía mis manos mientras simulaban posicionar el cinturón de mosquetones entorno a la cintura de mi prima mis manos se hartaron de magrear y tocar el culo de mi prima. – Uuuuuuuum primo – susurro Pirsa. – Sigue no pares, asegúrate de que se quede todo bien puesto – ronroneo mi prima dándome cuenta en ese momento que estaba más que excitada sintiendo como mis manos recorrían su cuerpo. – No pares por favor – me susurro cuando yo sentado en el suelo del marco de la puerta del conductor estando tapado al tener la puerta del asiento trasero también abierta continúe tocando a mi prima y recorriendo todo su cuerpo. – No sabes cómo deseo que ahora mismo claves todo tu rabo dentro de mi – me susurro Pirsa en ese momento mirándome con aquellos ojos marrones color miel hinchados en deseo puro. – ¿Quieres que te folle aquí mismo? -  le pregunte. – No te imaginas cuanto – me respondió ella. – Te daré un aperitivo – le susurre mientras en ese momento la hacía girar y quedando de espaldas a mi entre las dos puertas abiertas y yo sentado en el suelo del coche de un tirón bajaba los pantalones de Pirsa y quedando delante de mí su precioso culo moreno me lanzaba a devorarlo mientras con la punta de mi lengua comenzaba a follar su ano que estrecho me dejaba empezar a profanarlo mientras mi mano por delante de ella introducía tres dedos dentro de su coño. – ¿Te gusta como compruebo todo? – le pregunte mientras me ponía de pie detrás de ella y seguía follándola con mis dedos. – No te puedes imaginar hasta qué punto – me susurro ella. – Vamos córrete putita que tengo que seguir – le susurre mientras no paraba de follarla. - ¿Luego me darás tu polla? – me pregunto ella. – Te la daré hasta que me corra en lo más profundo de tu coño – le respondí mientras sentía como en ese momento mi prima ponía su mano sobre la mía por que se estaba corriendo a chorros y necesitaba ya que parase.

En ese momento mi tía y mi prima Gemma estaban sentadas en el maletero con la puerta abierta permanecía mi tía de pie mientras Gemma la ayudaba a terminar de ponerse el equipo tras habérselo colocado a Raquel.

Raquel se había acercado a ver cómo nos iba a nosotros y en ese momento en el hueco de las puertas del coche se encontró a Pirsa que de pie era follada por mi mano por delante de ella mientras yo permaneciendo sentado detrás de ella me comía su culo. – Hay que ver lo bien que te están preparando putita – le susurro esta mientras llegando a la altura de Pirsa y asegurándose de que nadie la veía besaba a esta que al sentir el contacto de los labios de Raquel y la doble follada que le estaba dando yo no pudo ni quiso contener una maravillosa corrida que le hizo flaquear nuevamente sus piernas y caer suavemente de culo en mi regazo.

Raquel en el momento que vio como Pirsa estaba sobre mí la miro y le susurro – Así vas a empezar mejor que ninguna – al tiempo que siguiendo allí de pie delante de nosotros veía como la mano de Pirsa buscando la rodilla de Raquel empezaba a ascender acariciando la pierna de esta y al llegar al hueco entre las piernas de ella la empezaba a frotar haciendo que Raquel se agarrase a ambas puertas abiertas con las manos y recibiendo los estoques de Pirsa se corriese de igual manera que ella había hecho momentos antes sin que la mirada de ninguna de las dos se hubiese apartado de la de la otra en ningún momento.

Tras estar ya todos preparados empezamos a andar y en el momento en el que cogimos el camino Gemma acercándose a mí me susurro – menuda follada les acabas de dar a esas dos, ¿Eeeeh? – me dijo en plan de broma mientras seguía caminando sin esperar más respuesta por mi lado que una simple sonrisa llena de satisfacción.

Por el camino íbamos hablando muy animadamente todos y comentando cuando los árboles nos lo permitían ver por donde íbamos a subir. – Debo estar loca – decía mi tía Laura quien parecía que, por momentos, se estaba rajando. – Vamos tita el premio seguro que merece la pena – le susurro Gemma mientras me miraba a mí. – Es tentador – decía mi tía en el momento que no era consciente del miedo que estaba empezando a tener. – Hay que derribar barreras y miedo tita – le susurraba Pirsa mientras lamia su oído. – Vamos mami podemos con esto y más – le dijo Raquel mientras le tocaba las tetas por encima de la camiseta.

Cuando llegamos a un pequeño sendero en el que ya no había vuelta atrás Gemma se pegó frente a frente a mi tía y le susurro – Tita aquí empieza tu aventura – le susurro justo antes de besarla. – No te preocupes que no te dejaremos sola en ningún momento – le susurro de nuevo Gemma mientras pegando su cuerpo al de ella la besaba. – Es cierto – le dije yo pegándome de igual manera a ella por su espalda haciendo que sintiese mi polla entre los cachetes de su culo. – No dejaremos que le pase nada a nuestra “tita” favorita – le susurre yo mientras mordisqueaba su cuello y mis manos se situaban en sus caderas para ir subiendo en dirección a sus ansiados pechos. – Si seguís así dos minutos más me corro – dijo mi tía sin moverse casi susurrando más en el cuello de Gemma que otra cosa.

De igual manera en ese momento y aprovechando la soledad del momento Raquel y Pirsa se acercaron también a nosotros y rodeamos a mi tía por todos lados. – Tita vamos a hacer que empieces lo más relajada posible la ruta – susurro Gemma en ese momento invitando a que todos pusiésemos nuestras manos unidas encima de la vagina de mi tía y empezando a mover nuestros dedos todos provocásemos que mi tía desencadenase en un maravilloso orgasmo mientras de igual manera mi tía nos besaba a todos e incluso nos besábamos entre tres y cuatro de nosotros y de igual manera nuestras manos recorrían el cuerpo de nuestra tía al que buscábamos provocar su máximo placer.

En mitad del valle sin nadie que nos rodease en kilómetros a la redonda mi tía dejándose llevar por todo el placer que le estaban provocando a mi tía aquellas cuatro manos en su vagina y dos de las nuestras, creo que la mía y la de Pirsa, en su culo habíamos conseguido abrir su ano mientras que cada una a su antojo toqueteaba a mi tía está dejándose llevar en un maravilloso alarido de placer se corrió en nuestras manos y con ella se diluyeron todos sus miedos mientras sentía como todo su cuerpo era sobado, tocado, estimulado y magreado por nosotros cuatro y nuestras ocho manos la habían colmado plenamente de placer.

Tras oír como el eco expandía el alarido de mi tía por todo el valle por fin ella se recuperó del aquel maravilloso doble orgasmo que acabábamos de provocarle entre todos y recuperando el contacto con la realidad mirándonos a todos susurro – Que sea lo que Dios quiera – mientras empezaba a caminar de nuevo.

Por fin llegamos a la pared de piedra en la que empezábamos la escalada. – Primo si lo ves bien ve tu abriendo ruta – me dijo Gemma que amen de mi era la única que tenía experiencia en escalar. – Esta bien – le dije yo mientras empezando a hacer escalada libre y con la cuerda a la mochila empezaba a ascender. – No os preocupéis él ira poniendo cuerda y nosotras vamos ascendiendo – le fue explicando Gemma. Mientras yo ya había ascendido los primeros cinco metros y oía de fondo como Gemma les explicaba a ellas cuatro como debían manejarse con el equipo al tiempo que yo ya estaba llegando al primer enganche y fijaba el principio de la cuerda para empezar a lanzar cuerda hacia abajo a fin de que tanto mi tía como mis primas se pudiesen enganchar.

De aquí continúe mi ascenso en escalada libre siempre por supuesto asegurándome en los puntos de enganche mientras iba tirando cuerda hacia abajo y veía como ahora Raquel detrás de mi seguida de Pirsa habían empezado a escalar ya también y habían pasado el primer y segundo enganche. Yo continúe mi ascensión y en poco más de cuarenta minutos llegue a poner hasta el quinto punto de enganche donde ya por fin coronábamos la cresta de la pared de piedra.

Por fin coroné la pared de Santillana y de pie al borde del precipicio no pude evitar gritar lleno de euforia y triunfo por haber coronado tan rápido.

Al asomarme de nuevo al barranco vi que a unos veinte metros por debajo de mi Raquel y Pirsa estaban paradas viendo como mi tía ascendía acompañada por Gemma y ya estaban llegando a la mitad del recorrido. Puse una cuerda de escapada y me lancé en una nueva escapatoria pared abajo. Rapelando con los mosquetones me deje caer en un suave descenso hasta llegar a la altura de Raquel que al verme en paralelo unos tres metros a su izquierda me sonrió. – Hola guapo – me dijo. – ¿Dejándote caer por aquí? – me pregunto guasona. – Si – le susurre. – Bajando de las alturas – le susurre mientras me acercaba a ella y gracias al cinturón de mosquetones me podía sentar delante de ella. – Como vais – les pregunte mientras ayudaba a Pirsa poniéndole “una escapada” a quedar al lado de Raquel. – Esto es impresionante – me dijo Pirsa quedando en ese momento al lado de Raquel y para permanecer junto a esta sin moverse se agarraba a su hombro.

Por un momento más las mire y controlando la situación viendo que estaban bien sujetas, no olvidemos que estábamos escalando una pared de piedra y estábamos a más de ciento cincuenta metros de altura, aparte la mano de Pirsa del hombro de Raquel y la deposite en su pecho izquierdo suavemente. Pirsa por un momento me miro temerosa, pero al darse cuenta de que teníamos la situación controlada me miro con deseo y de igual manera a fin de satisfacernos me susurro. – Seguro que lo que viene ahora quieres grabarlo con el móvil – me susurro mientras dándome el tiempo necesario para sacar el móvil de nuevo volvía a lamer el lóbulo de Raquel quien sentía como la mano de Pirsa apretaba suavemente su pezón al tiempo que girándola la hacía quedar frente a frente para poder besarse entre ellas mientras yo como espectador grababa la escena. De igual manera tras aquel primer beso en el que Raquel se dejó amar ahora fue ella la que llevando sus manos a los pechos de Pirsa empezó a tocarlos y a estimularlos por encima de la camiseta que llevaba Pirsa.

Era morboso ver como aquellas dos mujeres que eran primas mías ahora metiendo sus manos por debajo de la camisa de la otra llevaban sus manos para hacer contacto directo con los pechos de las otras. – Menos mal que no llevamos sujetador ninguna de las dos – gimió Raquel mientras miraba a la cámara del móvil y dejaba a la vista los pechos de Pirsa. – Dios que ganas de tragar polla – gimió Pirsa cuando se percató de como yo grabando Raquel se alimentaba de sus pechos lamiendo llena de deseo los pezones de esta. – Si, si, si sigue – tartamudeo Pirsa que se frotaba contra la tira del cinturón de seguridad mientras me miraba a los ojos. – Muévete conmigo – le pidió Pirsa ahora a Raquel. – Muévete conmigo y ya verás que gusto – le susurro de nuevo Pirsa a Raquel mientras está habiendo dejado de lamer sus tetas veía como Pirsa se movía a fin de masturbarse.  En aquel momento Raquel empezó a imitarla y ahora mientras las dos se movían al compás las manos de Raquel seguían recorriendo las tetas de Pirsa mientras ahora esta era la que estaba devorando los pechos de Raquel que deshaciéndose de placer se corría aullando mientras yo la grababa con el móvil. – Que mente más perversa tienes primo – me susurro Raquel mientras tirando de mi cuerda se acercaban ambas a mi para besarme.

Estuvimos allí los tres esperando hasta que a nuestra altura a unos cinco metros por debajo llegaron Gemma y mi tía. – Venga que generáis atasco – dijo Gemma en plan de broma. Yo mientras veía como Raquel y Pirsa retomaban el ascenso por mi tramo descendí hasta su altura y en ese momento Gemma exhausta me pidió cambiar y ser yo ahora el que ascendiese con mi tía.

Haciendo el cambio sin el menor problema Gemma se pasó a mi tramo y yo de igual manera me cambie al suyo y quede justo por debajo de mi tía quien al verme justo detrás de ella me miro y vi en su cara una sonrisa de agradecimiento mezclada con una mirada de terror. – Tita, ¿estás bien? – le pregunte preocupado al verla paralizada. – Es que acabo de mirar hacia abajo – me dijo mientras notaba como su voz se quebraba presa del pánico. – Esta bien no te preocupes – le susurre mientras cruzando las cuerdas me ayudaba a subir y quedaba justo en frente de ella.

  • Si quieres bajamos ya – le susurre. – No – me dijo ella. – Yo fui la que te pedí salir y quiero hacerlo – me susurro ella. – Así me gusta tita – le susurre yo mientras la abrazaba quedando las cuerdas entre nosotros dos. – Me encanta sentirte sobri – me susurro ella mientras sentía como sus brazos se estrechaban contra mi haciendo que nuestros cuerpos estuviesen aún más unidos. – Me encanta sentirnos así – le respondí yo.

En ese momento oímos como Gemma hacia cumbre a unos cuarenta metros por encima de nosotros. – Ya ha hecho cumbre – me susurro mi tía. – No – le susurre a mi tía. – Ya hemos hecho la mitad de la pared – le respondí yo. – Si te fijas habremos hecho ya unos cuatrocientos metros – le susurre yo. – Dame un momento más – me susurro mi tía mientras volvía a abrazarme. – Lo que te haga falta – le susurre.

En ese momento Gemma me grito que empezaba ella a abrir camino en el segundo tramo de escalada. Yo le grite desde donde estaba que usase la cuerda verde y empezase a abrir camino buscando los enganches para ir fijando la cuerda. – Nosotras vamos a recuperar el resuello – gritaron mis primas Pirsa y Raquel mientras se sentaban en el saliente para recuperarse. – Gracias por quedarte conmigo – me susurro mi tía de nuevo mientras aún estaba quieta justo delante de mí. – Lo hago encantado – le respondí mientras de nuevo volvía a abrazarla y esta vez como dos quinceañeros nos besábamos y nuestras manos recorrían el cuerpo del otro. – No sabes las ganas que tengo de ser tuya – me susurro mi tía entre beso y beso. – En la cumbre lo serás – le susurre yo. – ¿En serio? – me pregunto ella ahora con una mirada llena de ilusión. – Ya lo sabes hoy la cosa va de polvos campestres – le susurre mientras mi mano entrando por su pantaloncito iba en busca de su vagina. – Uuuum un dedo de altura – me susurro mi tía mientras mi mano empezaba a mojarse con los calditos de mi tía. – Me encanta sentirte tía – le susurre mientras los dos estábamos allí colgados. – Si sigues así, ¿sabes lo que va a pasar? – me pregunto mi tía. – Que te vas a correr como mi puta que eres – le respondí yo. – También – me susurro ella. – Pero no voy a ser capaz de esperar a llegar arriba para sentirte dentro de mi – me respondió ella mientras se corría en mi mano. – Te lo dije – me aulló ella mientras notaba como ella se deshacía en un maravilloso orgasmo en mi mano.

Por un segundo más nos quedamos mirándonos. En ese momento sentí como la mano de mi tía buscaba un hueco por el que meterse para llegar a mi miembro. – Necesito sentir tu polla ya – me gruño mi tía mientras buscaba como llegar a mí. – Espera déjame que te ayude – le dije mientras aflojando levemente el correaje de la cintura dejaba hueco para poder bajarme la cremallera del pantalón y dejar salir de mis pantalones mi polla. – Uuuum hola preciosa – le dijo mi tía a mi miembro justo antes de lanzarse a comerse mi polla. – Espera – le dije justo antes de que ella perdiese el equilibrio.

En ese momento yo recogí algo de cuerda y mientras mi tía permanecía apoyada con sus pies en la pared manteniéndose erguida yo me eleve sobre su cabeza y posicionándome sobre ella me deje caer de nuevo para apoyando mi espalda contra la pared dejarme resbalar y caer hasta que mi cadera estuvo a la altura del pecho de mi tía. Saque un estilete y me fije a la pared y allí por fin nos encontramos mi tía y yo frente a frente mientras ahora yo quedaba a su plena disposición para que ella pudiese mamar mi polla mientras a nuestros pies yo podía observar la sierra. – Disfruta de las vistas mientras yo voy a lo mío – me dijo mi tía mientras como toda una experta que se estaba convirtiendo la boca y la lengua de mi tía empezaban a dar cuenta de mi polla. – Jooooooooooooder que gusto tía – le susurre yo mientras dejaba que ella se atragantase con mi polla. – Como me gusta como la mamas – le gruñía yo mientras en ese momento apoyando la planta de mis pies en la pared de piedra obtenía la suficiente sujeción para poder follarme yo ahora la boca de mi tía. – Uuuuuuuum me encanta – gemía ella mientras sentía como me clavaba dentro de ella. – Hazte una pajita para mi tita – le susurre mientras no paraba de clavarme en su garganta. – Ya me la estoy haciendo – me susurro ella mientras veía como su mano dentro de su pantalón a través de la cremallera le daba placer.

Mi tía movía su cabeza adelante y atrás dejándome ver como su boca engullía mi miembro y lo alojaba por completo dentro de la boca de mi tía. – Aaaaaaaaaaaaaah, Aaah, Aaaaaaaaaaaaaah – gruño mi tía mientras sentía desde su boca como mi tía se corría y su coñito provocaba que el cuerpo de mi tía convulsionase dando las muestras de la maravillosa corrida que estaba teniendo.

Deje que mi tía disfrutase de su corrida y una vez hubo terminado le susurre – Quiero follarte en la cumbre –. – Yo quiero que me jodas bien jodida en la cumbre – me respondo ella encendida de plena lujuria. – Pues vamos para arriba – le respondí yo mientras posicionándome detrás de ella la ayudaba a subir hasta la mitad del recorrido. En apenas un cuarto de hora llegamos al cortante y nos sentamos a descansar antes de comenzar el segundo tramo.

Allí sentados en aquel saliente y viendo toda la sierra a nuestros pies mi tía me confeso – Esto me encanta – me dijo. – Y siempre es más morboso que joder en casa – me confeso a continuación. – Desde luego que si – le confesé yo. – Estas demasiado cachonda me parece – le dije a mi tía. – ¿Por qué lo dices? – me pregunto. – Por tu actitud y por cómo me miras y por cómo no paras de decir joder en vez de follar – le conteste. – Es que no paro de recordar lo que siento cuando tengo toda tu polla clavada en lo más profundo de mi coño – me confeso mi tía. – Pues venga vamos para arriba que te la voy a clavar hasta que reviente – le dije a mi tía mientras me ponía de pie y veía como en ese momento Raquel que era la última estaba a punto de hacer cumbre mientras Gemma y Pirsa ya la ayudaban a subir desde la cumbre.

Mi tía me miro deseosa y una vez más se pegó a mi mientras me dejaba sentir todo su cuerpo contra el mío. – No sabes cómo me gusta sentirte – me susurro ella mientras empezaba a de nuevo a escalar por la pared de piedra. – Y a mí no sabes cómo me encanta este culo – le dije palmeándoselo mientras mi tía iba ascendiendo.

Esta vez al haber abierto mi prima la brecha al llegar arriba había colocado dos cuerdas por lo que yo ahora subía en paralelo con mi tía. Y esta vez más rápido que la vez anterior mi tía y yo subimos este segundo tramo más rápido ya que yo por petición de mi tía le iba indicando donde tenía que agarrarse o donde tenía que descansar según íbamos subiendo los dos.

Por fin tras treinta minutos más de escalada llegamos a la cumbre y nada más terminar de subir nos percatamos que el sol en su máximo esplendor aun daba calorcito e invitaba a quitarnos ropa ya que calentaba bastante. – Uuuuuuuum que buena temperatura – susurre nada más terminar de subir y embargarme la sensación de como el solo calentaba mi cuerpo.

Mi prima Gemma me acerco algo para beber y refrescarme mientras yo aún permanecía cerca del borde y mirando hacia abajo veía la pared que habíamos subido. – Felicidades por vuestros primeros ochocientos metros de escalada – dijo mi prima Gemma dando la enhorabuena a todas las presentes. – Gracias – respondieron las tres al unísono mientras Gemma y yo recogíamos todas las cuerdas que habíamos tirado para escalar. – Ahora bajamos por el sendero – les respondió mi prima mientras Pirsa miraba con preocupación a Gemma viendo como esta quitaba la cuerda que las había ayudado a subir.

En aquel momento yo me aparte ya algo más del barranco y después empezamos a comentar como había sido la subida. Para mi tía Laura y mis primas Raquel y Pirsa había sido su bautismo y por eso haba decidido yo que era el que más lugares conocía de escalada el que había decidido donde seria su “desvirgamiento”. – Si porque ya virginidad poca – dijo irónica Pirsa mientras me miraba. – Ja, ja, ja, ja ya te digo – le respondió Raquel muerta de risa. – Por lo menos vosotras aun estáis en la edad – les respondió mi tía Laura aludiendo ella a su tardía edad de descubrimiento. – Si y todas folladas por un crio de diecinueve años que sabe más que todas nosotras juntas – les respondió ahora Gemma.

Por un segundo Pirsa miro a Gemma y le respondió – Pero fuiste tu su primera mujer y la que le enseño todo, ¿no? – le pregunto esta mientras la miraba directamente. – La verdad es que tú me recuerdas mucho a mí al empezar con el “pieza” este – le respondió Gemma mientras me señalaba. – Pero la verdad es que ese verano no sé lo que despertó en mí el morbo de follarmelo y de follarnos que siempre necesitábamos más – le confeso Gemma. – La verdad es que ya la primera vez que nos follamos fue espectacular – le susurro Gemma – y a partir de ahí al follar cada día cada vez necesitábamos avanzar un paso más – le confeso Gemma. – No sé, supongo que al ser yo la mayor siempre tenía más imaginación que él y buscaba donde satisfacer nuestro morbo – le confeso Gemma.

– Yo antes de que aquel dia en la playa no había pasado nunca de mamar la polla de mi novio y de follar o a horcajadas o misionero – le dijo Gemma – Y con él ya solo el primer dia de primeras le entregue mi culo así que imagínate – le dijo Gemma mientras me miraba y me sonreía. – La verdad es que me encanto convertirme en la zorra de mi primo – le dijo Gemma de nuevo. – Y solo el placer de saber que así le satisfacía hacía que me corriese de gusto – le termino de decir Gemma. – ¿Y follasteis en muchos sitios? – le pregunto Raquel. – Puuuuufffffffffffffff – respondí yo automáticamente. – La verdad es que acabaría antes diciéndote donde no follamos – le respondió Gemma. – Me encantaría saber alguno – le confeso mi Tía Laura.

Gemma por un segundo hizo memoria y poco a poco empezó de nuevo a hablar. – A ver uno de los primeros fue evidentemente la playa de los conejos, que fue el primero – dijo Gemma mientras me miraba y provocaba la risa de todos. – Donde mejor que allí para comerse su primer conejo – dijo mi tía muerta de risa por el doble sentido provocando la risotada general de todos.

– Luego también la casa de la abuela, en el salón, la bodega, la cámara y muchas de las habitaciones y los baños de la casa – susurro Gemma recordando supongo como yo cada follada que nos dimos. – Ahí era sobre todo a medio dia – les dijo Gemma. – De las playas creo que no nos quedó ninguna por bautizar tanto dentro como fuera del agua – confeso Gemma. – De igual manera tanto los cines del centro comercial como los dos de verano, Uuuuffff, nos sabes cómo nos follábamos – seguía confesando Gemma. – También algún monumento como por ejemplo la fortaleza de Santi Petri, baños públicos de tiendas de ropa, alguna galería comercial, centro cívico de al lado de casa de la abuela – susurro ahora Gemma imbuyéndose en toda aquella vorágine de sexo que tuvimos aquel verano.

– Ten en cuenta que ella está muy buena y yo tenía catorce años – le dije en ese momento rompiendo el silencio en el que se había sumido Gemma.  – Y yo tenía treinta años en ese momento – confeso Gemma. – Y ya te digo, aunque fuésemos en familia a la playa aun así me follaba el cabrón – confeso Gemma. – ¿En serio? – le pregunto Raquel. – De aquel verano cada vez que vosotras estabais en la playa – confeso Gemma mientras las señalaba a las tres – no me libraba de que se clavase dentro de mí, mientras susurraba vuestros nombres – les confeso Gemma. – Recuerdo que cuando veía vuestras tetas en los bikinis nada más poner las sombrillas me miraba y señalando su polla nos metíamos en el agua y le hacia una paja mientras él no apartaba la mirada de vosotras – confeso Gemma. – Sobre todo de las tuyas tita – le confeso Gemma. – Le encantaba que le pajease mientras veía como por la mañana tus tetas con la humedad de la mañana marcaban tus enormes pezones – le confeso Gemma mientras clavaba la mirada en las tetas de mi tía.

Mi tía por un segundo se quedó quieta y susurro – Estáis haciendo que moje las bragas – mientras quitándose la camiseta que llevaba se quedaba delante de nosotros con un sujetador de sport que nos dejaba ver claramente el contorno de sus pezones debajo del sujetador. – Uuuuuuuuuuuuuuufff me encanta ver esas tetas – susurre automáticamente mientras al mismo tiempo las veía en mi mente también a través de los recuerdos de ese verano. – Aunque no os creáis que vosotras dos os quedabais detrás – les confeso Gemma a Pirsa y a Raquel al tiempo que acercándose a mi desabrochaba mi pantalón y dejando asomar mi polla todas veían como esta empezaba a ponerse dura haciendo que la mirada de todas se posase en mi polla.

– Vuestras tetas también lo volvían loco de cachondo – les confeso Gemma. – Incluso más de una vez y de dos mientras después de poner las sombrillas él venia en busca de mí y ya empezaba a frotarse mientras vosotras os ibais quitando la ropa – les susurro Gemma mientras a mi lado empezaba a desabrocharme el gayumbo que llevaba puesto dejando más libre si cabe aun mi polla. – Las tres, lo poníais cachondo para mí, como no os podéis imaginar y yo lo pajeaba y le comía la polla mientras os miraba y susurrando vuestros nombres él disfrutaba corriéndose en mi boca y viendo como yo a continuación me tragaba su corrida susurrando que luego os daría un beso en la mejilla dejando parte del resto de su corrida en vuestra cara– seguía hablando Gemma. - ¿Y alguna vez lo hiciste? – le pregunto inocentemente Pirsa. – Por supuesto que sí, miles de veces – le respondió sin ningún reparo Gemma. – No os imagináis la cantidad de veces que os di besos con restos de su corrida en mis labios y luego mientras me follaba como poseso a medio dia yo le contaba como sobre vuestro carrillo y lo más cerca de vuestros labios había dejado alguna gota de su corrida sobre vosotras – les confeso Gemma. – Joder lo sabía – aulló Raquel mientras delante de nosotros sin ningún reparo se empezaba a pajear. – A mi alguna vez se me quedo un olor raro – confeso Pirsa. – Eso es – confeso Raquel que se frotaba su coño lujuriosamente. – Puta nos dabas los restos de su corrida sin saber que todas la deseábamos – gimió mi tía que de igual manera que su hija se empezó a pajear mientras oía como Gemma les contaba a todas nuestras correrías.

Gemma ya sacando mi polla fuera del pantalón y dejando que estos cayesen por mis piernas mientras mi mirada se clavaba en las maravillosas tetas de mi tía había empezado a pajearme más enérgicamente al haber adquirido mi polla ya toda mi vigorosidad. – La verdad es que eran las mejores pajas que he hecho en mi vida – susurro Gemma mientras ahora las cuatro en silencio observaban mi polla que ya dura era manoseada por la mano de mi prima.

– Aquel verano la verdad es que lo pasamos muy bien en nuestro lado más pervertido – le susurro Gemma mientras en ese momento su lengua se enroscaba en mi glande. – Pues si querías ver nuestras tetas solo lo tenías que haber dicho – me susurro Pirsa que en ese momento cruzando sus brazos por su cintura tirando de su camiseta hacia arriba se sacó tanto la camiseta que llevaba como el sujetador y dejaba a la vista de todas, su torso desnudo, y me permitía deleitarme con la vista de sus tetas desnudas. – Me encantan tus tetas Pirsa – le dije yo mientras me perdía en aquellos pezones oscuros que me encantaba comerme. – Y a mí, me encanta sentir tu polla entre mis tetas primo – me susurro ella. – Me encanta ser una de las primas que te follas – me confeso mientras su mano se perdía debajo de su pantalón entre sus piernas.

– No sabes la de dedos que me hice mientras veía el contorno de tu polla en el bañador después de correrte en las manos de Gemma – me confeso en ese momento Raquel que imitando el movimiento de Pirsa de igual manera quedaba en topless para nosotros. – Y de igual manera no sabes cómo me gusta ser, también, otra de las primas a la que te follas – me confeso Raquel mientras de igual manera que su mano izquierda desaparecía dentro de su pantalón su mano derecha iba en busca del hueco en los pantalones de su madre e internándola en los mismos veía como el contorno de su mano dejaba claro que estaba empezando a masturbar a su propia madre mientras esta observaba como su sobrina devoraba la polla de su sobrino.

– Mami – gimió Raquel mientras se acercaba al oído de su madre. – ¿Te gusta ver como tu sobrina de cuarenta años chupa la enorme polla de tu sobrino de diecinueve mientras tu hija te hace un dedito? – le pregunto en un susurro Raquel a su madre quien por respuesta en ese momento temblando de placer se corrió a borbotones en la mano de su hija. – Dímelo mami, quiero oírlo – le susurro Raquel sin parar de masturbar a su madre en presencia de todos nosotros. – Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii me encanta ver como la boca de mi sobrina se llena de la polla de mi sobrinoooooooooooooooooooooooo – aulló mi tía mientras enganchaba su segundo orgasmo con el primero sin parar.  – Sigue hija, siiiiiiiiiiguuuuuuuueee – gruño mi tía mientras le pedía a su hija que no parase.

– No te preocupes tita que no vamos a parar – le susurro en ese momento Pirsa que apareciendo por la espalda de mi tía dejando al descubierto tan solo uno de sus pechos se lanzó a devorar el pezón de este. – Uuuuuuuum gracias sobrinaaaaaa – susurro en ese momento mi tía dejándose llevar por el placer que le deba Pirsa aumentando el morbo que le estaba dando su propia hija.

En aquel momento yo con Gemma entre mis piernas sentía como ella devoraba mi polla. – Mami no cierres los ojos – le susurro Raquel. – Mira cómo te mira el primo mami – le susurro de nuevo Raquel. – Mira como en sus ojos se puede ver las ganas que tiene que follarte – le susurro Raquel mientras ahora succionaba el lóbulo de su oreja. – Siiiiiiii lo veo – gruño de nuevo mi tía mientras esta vez al correrse de nuevo en la mano de su hija sus labios se juntaban y se besaban aumentando el morbo de la situación.

– Que bien me comes las tetas Pirsa – le dijo mi tía de nuevo a esta mientras moviendo su brazo conseguía quitarse la tira del sujetador a fin de liberar su seno para ponerlo a disposición de su sobrina. – Preparadme para que mi sobrino me pueda follar – gimió mi tía. – Que su enorme polla se pueda clavar en el fondo de mi coño a la primera – gruño de nuevo ella.

Mi tía en aquel momento mientras se besaba con Pirsa que tenía su mano posada en el pecho derecho de mi tía mientras su propia hija estaba chupando el pecho izquierdo de mi tía y su mano no paraba de follarse el coño de mi tía esta no apartaba su mirada de mí.

Cuando los labios de Pirsa abandonaron la boca de mi tía estos bajaron hasta su pecho al igual que su mano derecha bajo a acompañar la mano de Raquel en la masturbación que le estaban dando a Laura.  – Sobrino mira lo cachonda que nos pones a todas con esa enorme polla que vemos debajo de tu bañador en la playa – gimió mi tía mientras sentía un latigazo de placer. – ¿Que tú te pones cachondo viendo nuestros bikinis en la playa? – me pregunto mi tía mientras su mirada no se apartaba de la mía. – Lo que no sabes es lo cachondas que nos pones tu a nosotras viendo ese pedazo de rabo que guardas debajo del bañador – me confeso mi tía mientras al compás de las manos de mis primas mi tía se derramaba de nuevo en un orgasmo demoledor que la dejo derrotada.

En aquel momento Raquel y Pirsa dejaron a mi tía recostada en el suelo mientras entre ellas empezaban a enrollarse y encendidas se empezaban a tocar mutuamente mientras llegaban a correrse en los dedos de la otra llena de placer. – Mira, me encanta ver como se follan – me susurro Gemma que en ese momento poniéndose de pie detrás de mi continuaba una suave paja mientras observábamos como ellas se amaban.

– No sabes cómo voy a disfrutar viendo como ahora te las follas a las tres – me susurraba mi prima mientras sentía como frotaba su cadera contra mí y ella misma se llevaba al placer. – Me encanta ver cómo te corres para nosotros – le susurre ahora yo a Gemma mientras llevaba mi mano por detrás de mi cadera y bajando la cremallera del pantalón de mi prima internaba mis dedos dentro de su pantalón y empezaba a masturbarla. – Siiiiiiiiiiiiii fóllame con tus dedos – me gimió mi prima mientras veíamos como Raquel y Pirsa se continuaban follando entre ellas.

En aquel momento Pirsa se despojó por completo de sus pantalones y mi prima Raquel sin dudarlo un segundo poniéndose a cuatro patas delante de ella se inclinó entre sus piernas y empezando a chupar su sexo dejo a mi vista justo delante de mí su hermoso culito. – Creo que ha llegado la hora de que empieces a follar a tus mujereeeeeeessssssssssss – me susurro Gemma mientras a mi espalda me gimoteaba como se corría gracias a mi trabajo en su coñito.

Yo en ese momento no pude más que ponerme de rodillas detrás de mi prima Raquel y mientras clavaba mi mirada en los ojos de Pirsa está mirándome me susurraba – Empieza a follarnos ya por favor, todas deseamos sentir esa enorme polla que veíamos en tu bañador – me gimió mientras se empezaba a correr de nuevo en la boca de Raquel. – No sabes la de dedos que me hacía yo viendo e imaginando tu polla en la playa – me confeso Pirsa. – Sabia que si algún día tenía la oportunidad no dudaría en abrirme de piernas como una puta para ti – me confeso. – Sabia que tu polla desgarraría mi coño, pero no dejaba de tocarme mientras pensaba en como seria que me la clavases – me susurro Pirsa mientras ya teniendo el culo de mi prima Raquel apoyando mi glande entre los cachetes de su culo esta de igual manera empezaba a sentirme mientras oía hablar a mi prima. – Solo podía pensar en tu enorme rabo primooooooooooooooooooooo – gruño mi prima. – Tu enorme rabo entre mis tetas, en mi boca, o en mis manos buscando el momento perfecto para clavarse en lo más profundo de mi coñooooooooooooooooooooooo – gimió mi Pirsa mientras era consciente como me empezaba a clavar en el coño de mi prima Raquel.

Por fin empezaba a sentir como el coño de mi prima Raquel empezaba a acogerme dentro de ella y como ahora de una primera estocada mi prima cachonda como una perra alojaba más de tres cuartos de mi polla dentro de ella mientras en una segunda estocada me clavaba hasta los huevos en el coño de mi prima. – Yo ya lo tengo dentro por completo luego es tu turno prima – le susurro Raquel mientras ascendía desde el coño de Pirsa hasta sus labios y ahora mientras ellas se besaban Pirsa sentía a través de los labios de mi prima las estocadas que esta estaba recibiendo por mi parte. – Es maravilloso – gruño Raquel entre los labios de Pirsa mientras estas nos paraban de besarse. – No sabes los pollazos que me está dando – gimió Raquel mientras sentía como mi polla abría su útero de nuevo. – Diosssssss que follada más buenaaaaaaaaaa – gemía mi prima mientras se deshacía de placer. – Sigue primito, sigue, clavándote en …  siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Jooooooooooooooooooooooooooder – berreó mi prima mientras me clavaba en lo más profundo de ella.

Yo en ese momento me quede quieto mientras mi prima era la que se movía sin parar a la vez que con una mirada que daba miedo del deseo que encerraba se clavaba en la de mi prima y al tiempo que lamia el coño de mi Pirsa de igual manera reptando hacia atrás su vagina engullía mi polla hasta que mis huevos hacían tope con su cadera. – Como me gusta ser la fuente de placer de los dos – nos susurró a ambos. – Te mueves muy bien primita – me susurre yo mientras me agarraba a sus caderas. – Me encanta como tu lengua lame mi chochito prima – le respondió Pirsa mientras en ese momento sentía como la lengua de Raquel al mismo ritmo que mi polla se introducía en el coño de Raquel de igual manera la lengua de Raquel se introducía en el coño de Pirsa mientras esta a su vez habiendo copiado el ritmo de igual manera introducía dos dedos entre las piernas de Gemma que ahora al lado de Pirsa observaba como nosotros disfrutábamos de nuestra follada. – Joder que bueno – gimió Gemma cuando sintió como los dedos de Pirsa entraban dentro de ella.

Por un momento más aguante los estoques dentro de Raquel que regalándome un último orgasmo me invito a quedarme clavado en lo más profundo de ella mientras sentía los extractores de su corrida hasta que estos desparecieron finalmente.

Raquel en ese momento se dejó caer en el suelo indicándome que ya estaba colmada y en ese momento sabiendo que era el momento de Pirsa me quede sentado en el suelo. Espere a que Pirsa llegase gateando hasta mi mientras veía como desnuda caminaba por la manta enorme que habían traído acercando a mí su cuerpo desnudo.

En aquel momento Pirsa ya había pasado por encima del cuerpo de Raquel la cual ahora girándose se preparaba para observar como mi prima se acercaba a mí. Al llegar a mis pies puso cada una de sus manos en cada uno de mis tobillos y poco a poco poniendo su barbilla en paralelo a sus manos mi prima continúo ascendiendo hasta que su barbilla se apoyó en mi glande.

– Creo que antes de clavarme esta polla la voy a dejar bien ensalivada – me susurro mi prima antes de empezar una maravillosa mamada. – Uuuum – salió de lo más profundo de mi garganta mientras sentía como la garganta de mi prima alojaba mi polla. – Prima me encanta el sabor de tu coñito con la polla de nuestro primo – susurro Pirsa mientras sacándose mi polla de la boca se relamía antes de besarse con mi prima y juntas compartir la mezcla de nuestros sabores. – La verdad es que tiene muy buen sabor – le susurro Raquel a Pirsa mientras sus labios se separaban. – Me encanta que te encante porque ahora me lo voy a follar hasta satisfacerme por completo – le susurro Pirsa a Raquel mientras está de nuevo bajaba su cabeza hasta mi entre pierna a fin de volver a chupar mi polla.

– Eso es, prima comete la polla de nuestro primo – le susurro Raquel a Pirsa mientras esta se metía dentro de su boca toda la porción de polla posible. – Uuuum – gimió Pirsa con mi polla dentro de su boca al sentir como su nariz chocaba contra mi pubis. – Eres una buena zorra prima – le susurre yo ahora mientras sentía mi polla dentro de su boca. – Pues ahora viene lo mejor cariño – me susurro ella cuando sacando mi polla de su boca sentí como esta caía entre mis piernas y una gota de su saliva se formaba en la punta de mi rabo. – Primo estoy deseosa de clavarme tu polla – me susurro Pirsa mientras ahora gateaba y se posicionaba a horcajadas sobre mí. – Yo sí que estoy deseoso de follarme a una diosa como tu – le susurre mientras sentía como sus pezones se frotaban por mi torso. – En estos momentos “primito” – me susurro ella – a una pedazo de zorra como yo – me dijo ella mientras en ese momento sentía como la mano de Raquel irguiendo mi polla se acomodaba entre los labios vaginales de Pirsa. – Vamos Isabel – dijo ella. – Prima Isabel – la corregí yo. – Clávate la polla de nuestro primo hasta lo más profundo de tu sabroso coñito – le dijo mi prima Gemma.

Pirsa en ese momento mientras todas la alentaban me miro y me susurro – Te quiero, primo – me dijo mientras yo me perdía en el océano color miel de sus ojos. – Yo también te quiero Isabel – le respondí yo mientras sentía como su cadera bajaba y mi polla se empezaba a alojar dentro de ella. – Joooooooooooooder primo que gustazo de polla – gruño Pirsa mientras se empezaba a detener y de nuevo ascendiendo mi polla salía de ella. – La quiero toda dentro primo – gruño ella mientras de nuevo retomando fuerzas volvía a descender y mi polla se volvía a incrustar dentro del coño de Pirsa que abriéndose un poco más conseguía alojar más extensión de mi rabo dentro de ella. – Jooooooooooooder que polla más grande tienes primooooooooooooo – aulló Pirsa en ese momento corriéndose para mí y quedándose clavada sobre mí. – Vamos, se una buena zorra y clávatela hasta el fondoooooooo – aullé yo ahora sintiendo el gran placer que era clavarme dentro de mi prima. – Diosssssssssssssssssssssssss primo – gimió de nuevo Pirsa cuando sintió como corriéndose de nuevo el útero de mi prima se abría por completo para alojar mi enorme polla dentro de ella.

Pirsa por un momento anudando sus manos en mi cuello se quedó clavada sobre mí con toda mi extensión dentro de ella. – Me encanta sentir toda tu polla dentro de mi primo – me susurro ella. – Me encanta ser tan depravada que ya no me importa confesar que solo puedo correrme con la polla de mi primo de mi coñooooooooooooooooooooooo – aulló Pirsa mientras sentía como los músculos de su coño literalmente estrujaban mi polla. – Mi coño es solo de mi primooooooooooooooooo – aulló Pirsa mientras ahora empezaba a cabalgar sobre mi poseída haciendo que mi polla entrase y saliese de ella sin piedad clavándose ella misma toda mi extensión. – Dios que gusto – aullaba Pirsa mientras las otras observando la excitación de Pirsa mientras me follaba sin parar disfrutaba de mi miembro plenamente.

Pirsa se corrió una última vez y ahora sentí como todos sus flujos salían a presión de su coño y nos bañaban a los dos. Dioooooooooooooosssssssssss santo de mi vidaaaaaaaaaaaaaaa – dijo Pirsa justo antes de caer desfallecida sobre mí. – Menos mal que aún quedan más por follarte porque yo ya no puedo más – me susurro ella. – Para mí en este instante sería un placer correrme en tu cara, en tu boca y en tus tetas – le confesé yo mientras aun mi prima tenía mi polla clavada dentro de ella. – Todo se andará primo – me confeso ella mientras mi polla llena de flujos salía del coño de mi prima.

En aquel momento observe como mi tía me miraba llena de morbo y deseo. – Creo que me toca follarte tita – le dije mientras veía como entre sus piernas mi prima Raquel se estaba dando un maravilloso festín con el coño de su madre. – Creo que estoy preparada para recibirte sobrinoooooooooooooo – me dijo ella mientras acariciaba la cabeza de su hija y viendo en ese momento como su cuerpo se arqueaba mi tía se corría en la boca de su hija.

Gemma en ese momento conociéndome como me conocía me miro y volviendo a mirar a mi tía le susurro – Vaya, vaya parece que mi primo se va a joder el coñito recién corrido de mi tía favorita – mientras ayudando a mi tía a levantarse del suelo en el que había permanecido sentada la ayudaba a llegar al árbol más cercano y haciendo que mi tía apoyase sus manos en el tronco quedase con el culo en pompa a la altura perfecta para poder follármela.

Me levante del suelo sobre la manta que estaba sentado y acercándome a mi tía deje que esta sintiese como mi polla llena de saliva de unas y flujos de otra resbalase por sus nalgas pringándola todo lo posible. – Tita te voy a follar – le susurre. – Eso es lo que quiero después de la comida de coño que me han estado dando tus primas Gemma y Raquel – me confeso ella mientras llevando mi polla entre sus piernas era ella misma la que de una estocada se clavaba mi polla hasta lo más profundo de su ser.

– Me encanta como tomas la iniciativa tita – le dije mientras veía como ella se empezaba a mover y se clavaba toda mi extensión dentro de ella. – Dime sobrino – me susurro mi tía. – ¿Te gusta cómo te folla tu tita delante de tus primas? – me pregunto ella mientras sin perder el ritmo mi tía me estaba matando de placer. Tita si sigues siendo así de puta no voy a poder follarme a Gemma – le susurre yo en ese momento ya lleno de morbo y sintiendo como estaba cada vez más excitado. – Sobrinito, ¿vas a regar mi coñito con tu corrida? – me susurro ella de nuevo sabiendo que aquello me estaba poniendo al borde del punto de no retorno.  – Tita quiero que te corras para mi polla – le susurre. – Quiero que me regales la mejor corrida que me puedas dar por todas aquellas tardes de verano que te follaste con tus dedos pensando en cómo habías visto mi polla marcada en el bañador – le dije mientras me agarraba a sus tetas y ahora era yo el que empezaba a follarla.

– Vamos tita – le susurre de nuevo. – Córrete en mi polla por todos aquellos deditos que te hiciste pensando en mi – le susurre mientras me clavaba una vez tras otra en ella. – Uuuuuuuum sobrino me encantaba verte y llenarme de morbo – me susurro ella que ahora ya agarrada al tronco del árbol aguantaba mis acometidas. – Me encantaba calentarme viéndote por las mañanas en la playa – me susurro ella. – Me encantaba que me vieses tita – le susurre yo en ese momento clavándome lo más profundo en ella.

– Mi sobrino guarrete que ha emputecido a media familia – me gruño mi tía. – Si – le confesé yo mientras seguía clavándome en ella. – Tu sobrino guarrete que no sabes cómo soñaba con follarte – le susurre yo. – Tu sobrino guarrete que antes de empezar a follar con Gemma se pajeaba pensando en ti – le confesé yo viendo como ya había cambiado la balanza y ahora era yo el que la follaba sin piedad y ella la que se iba a correr. – Sobrino no te hagas pajas ven a buscarme que yo te la chupo hasta que te corras en mi boquitaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – aulló mi tía en ese momento meándose de gusto en mi polla. – Joder sobrinooooooooooooooooooooooooooo me encanta que por fin me folleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeesssssssssssss – aulló mi tía en ese momento echando su cadera hacia atrás a fin de que dejase de follarla.

Mi tía me dijo que ya no podía más y en ese momento Raquel que ya empezaba también a conocerme muy bien y sabiendo que aún no quería correrme al ver como Gemma venía a ocupar el lugar de mi Tía le pidió a esta que esperase un momento antes de empezar a follarme y dejase que se me bajase un poco el calentón. – Me habéis follado como habéis querido y necesito un momento – les confesé a todas. – Aun quedo yo – me dijo Gemma cogiendo suavemente mi polla con su mano. – Y quiero esta polla llena de todas dentro de mi – me susurro Gemma mientras sentía como entendiendo la situación no movía la mano ya que si no nuestro polvo duraría un suspiro.

Raquel empezó a comerme la boca mientras Gemma estaba tan solo sujetando mi polla. Pirsa en ese momento se acercó a Gemma y sin cruzar palabra, tan solo una mirada fue suficiente para que con la otra mano que tenía libre Gemma le ofreciese su pezón a Pirsa que como una perfecta amante se lanzó a chuparlo llena de deseo.

– Uuuuuuuum que bueno – suspiro Gemma nada más sentir como la lengua de Pirsa jugueteaba con ella. – Que boquita tienes prima – le susurro Gemma mientras se empezaba a deshacer de placer. – Y eso que aún no conoces mis “deditos” – le respondió esta mientras le empezaba a hacer un dedo a Gemma. – Así, que este bien corrida cuando nuestro primo le empiece a dar polla – susurro Raquel que en ese momento ponía uno de sus pechos en mi boca.

– Uuuuuuuuuuum me encanta tu lengua, primo – gimió Raquel mientras de igual manera que Gemma empezaba a sentir como me deleitaba con sus maravillosos pezones. – Puta si quieres polla más te vale que te dejes llevar y te corras ya en la mano de Pirsa – le gruño Raquel mientras a mí me daba más teta.

– Deja que te ayude hija – susurro en ese momento mi tía apareciendo al lado de su hija. – Vamos a hacer que tu primo disfrute de todas nosotras mientras se folla a tu prima Gemma – le dijo mi tía mientras hacía que esas palabras nos llenasen de morbo a todos los presentes y de igual manera besaba a Gemma.

– Putita vas a ser follada y muy bien follada – le susurro mi tía mientras en ese momento sus manos iban directas a los coñitos de su hija y de Pirsa. – Vosotras putitas disfrutad y devolved el placer que os estoy dando yo – les ordeno mi tía mientras besándome a mi masturbaba suavemente a ambas  y esto espoleaba a mi prima Raquel y de igual manera estimulaba la comida de tetas que Pirsa le estaba dando a Gemma que junto con el dedo que le estaba haciendo mientras esta veía como mi tía nos coordinaba a todos iba aumentando su calentura hasta hacerla llegar a un maravilloso orgasmo que rasgo la tranquilidad del paraje en el que estábamos.

Gemma en ese momento apretando suavemente mi polla haciendo que fijase mi mirada en ella observe como me mirada y a través de su mirada pude descubrir como la mirada de mi prima me anunciaba el preludio, la explosión y la degustación de la maravillosa corrida que tuvo mi prima Gemma gracias a todos nosotros.

Mi tía observo como en ese momento Gemma vencida se dejaba caer sobre la manta que estaba extendida en el suelo. – Vosotras dos ahora a comer conejito hasta que se corra de nuevo – les susurro mi tía mientras obedientes Raquel y Pirsa se arrodillaban entre las piernas de Gemma y poniendo de igual manera sus coñitos sobre las rodillas de Gemma se lanzaban a comérsela. Observar aquello fue maravilloso. Literalmente estaba en la cumbre del mundo.

En aquel momento veía como delante de mí, a mi prima Gemma, que había sido la mujer con la que había perdido mi virginidad, estaba completamente tumbada boca arriba y en cada una de sus piernas estaban mis primas favoritas, en la pierna derecha estaba Raquel a quien desde los dieciséis años había disfrutado de su compañía y de alguna que otra paja y dedito amen de una compañera y confidente, y en la pierna contraria estaba mi prima Isabel (Pirsa) que había sido objeto de deseo para mi desde que había cumplido los catorce años. Y de igual manera detrás de mi estaba sujetando con sus manos suavemente mi polla mi tía Laura que había sido objeto de mis pajas y mis sueños más húmedos desde mi más tierna infancia.

Observaba la escena mientras las manos de mi tía tan solo manteniendo mi erección acariciaban mi polla suavemente. – ¿Disfrutas pensando que ahora te la vas a follar? – me susurro mi tía. – Claro que si – le susurre mientras sentía como la mano de mi tía en mi polla ahora pasaba por mi glande. – Disfrutas sabiendo que en breve clavaras este cipote dentro de ella, ¿a que sí? – me volvió a preguntar ella. Yo esta vez solo pude asentir con la cabeza. – No sabes cómo disfruto yo sabiendo que en breve os voy a ver follar – me respondió ella. – Me encantara ver como os folláis los dos – me susurro mi tía. – Solo de pensar en tu polla me corrooooooooooooooooo – aulló en ese momento Gemma corriéndose en las bocas de Pirsa y Raquel que no habían parado un solo instante de dar placer a Gemma.

En aquel instante tras ver como Gemma se corría y mis primas me dejaban espacio me clave de rodillas entre las piernas de mi prima Gemma y en ese momento ellas dos desnudas como estaban con aquellos maravillosos pechos a mi merced invitándome a disfrutar de ellos mientras me los comía alternativamente sentí como las manos de las dos guiando mi polla me invitaban a hacerme hueco entre las piernas de Gemma que elevo sus piernas flexionándolas y me dejo acercarme lo suficiente a ella para poder dejar mi glande apoyado en la vagina de Gemma.

– Sobrino ha llegado el momento que todas esperábamos – me susurro ella mientras sentía como las manos de Raquel y Pirsa abandonaban mi polla y las tres se quedaban a nuestro lado. – Vamos fóllala – me pidió Raquel. – Nos morimos de ganas de verlo – me confeso Pirsa. – Y yo me muero de ganas de sentirte – me gimió Gemma mientras sentía como de una estocada lenta pero continua toda mi extensión entraba dentro de ella. – Vamos sigueeeeeee – aulló mi prima mientras sentía como me clavaba por completo dentro de ella. – Joder es impresionante – susurro Pirsa mientras veía como mi polla no paraba de entrar dentro de mi prima. – Uuuum que ganas tenia de verlo – gimió Raquel. – Vamos dale polla como sabes que quiere – me dijo mi tía que después de sus palabras no se resistió a besarme. – Fóllatela como os folláis vosotros – me pidió mi tía mientras girando sobre nosotros mi tía ponía a disposición de mi prima su coño a la altura de su boca mientras a sus lados dejaba apoyadas sus piernas a fin de darle el mejor acceso posible a mi prima Gemma. – Vamos putita comete el coño de tu tía mientras tu primo te jode zorra – le gruño mi tía que a cada segundo viendo desde su posición como mi prima estaba por completo ensartada por mi polla tenía un ángulo de visión total.

Yo mire a mi tía que estaba preciosa. – Vamos fóllala sobri – me dijo mi tía mientras se mordía el labio inferior. – Y vosotras mamad las tetas que se os ofrecen – les susurro mi tía más como una invitación que como una orden. – Y de igual manera mamad mi coño y dadle a Gemma vuestras tetas – susurro mi tía. Yo en ese momento empecé a sacar y a meter mi polla dentro del coño de Gemma. – Así tita, así quieres la follé – le dije mientras clavaba mi mirada en la de ella y de igual manera clavaba mi polla dentro del coño de mi prima Gemma y juntando los pezones de mis primas Raquel e Isabel me daba un hartón de tetas también.

– Tu, sabes como la tienes que follar – me respondió mi tía que empezaba a sentir como la lengua de Gemma abría su coñito. – Si, así es como la follo – le respondí mientras Gemma sentía como de una manera continua movía mi polla y la clavaba hasta algo más de la mitad dentro del coño que se me ofrecía. – Pues sigue dándole rabo – me aulló mi tía en ese momento mientras yo veía como tanto Raquel como Pirsa estaban amorradas a sus pezones y le daban a Gemma tanto placer que en poco más de nada de tiempo sentí como todas aquellas atenciones a su cuerpo hacían que Gemma tuviese un maravilloso orgasmo.

– Sigue, sobrino, sigueeeeeeeeeeeee – aulló mi tía mientras se derramaba de una manera escandalosa en la boca de Gemma. – Vamos vosotras también – dije yo en ese momento llevando la mano de Raquel al culo de Pirsa y la mano de Pirsa al culo de Raquel buscando que entre ellas se colocasen ahora casi en paralelo al cuerpo de Gemma y se masturbasen entre ellas mientras lamian las tetas de Gemma. – Dios no sabéis la cantidad de lefa con la que os voy a regar a todas – gruñí mientras me seguía follando sin par a Gemma. – Esa es la lefa que todas hemos hecho que fabriquen tus cojones – me dijo mi tía mientras de nuevo sentía como estaba al borde del orgasmo y de igual manera Gemma estaba también cercana a correrse tanto o más que Raquel y Pirsa que gracias a los dedos que mutuamente se estaban haciendo se estaban muriendo de placer.

Yo en aquel momento viendo lo que estaba a punto de suceder me prepare de igual manera para correrme con ellas. – Vamos a corrernos todos encima de ti Gemma – le susurre. – Si quiero que me uséis a vuestro antojoooooooooooooooooo – aulló esta mientras sentía como rodeando mi polla sus flujos escapaban de su coño regando mis cojones. – Sigue prima correteeeeeee – le aullé yo ahora sintiendo como de igual manera mi corrida estaba cerca. – Si sobrino riegalaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – aulló mi tía corriéndose de nuevo en su cara. – Jooooooooooooooooooooooooooder que bueno mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – chillo Raquel en ese momento incorporándose y poniéndose de pie dejando a Gemma entre sus piernas mientras Raquel imitaba su posición quedaban frente a frente y besándose retomaban la paja que le estaban haciendo a la otra y sobre el cuerpo de mi prima de igual manera se corrían dejando caer todos sus flujos sobre ella. – Joooooooooooooder como la habéis puesto – gruñí yo mientras veía como Gemma en ese momento llevada por la calentura del momento se veía completamente llena de las tres corridas que habían caído sobre ella al terminar de disfrutar de su orgasmo y ahora se preparaba para recibir el mío.

– Prima aquí vieneeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee – le gruñí yo mientras ahora en una última estocada después de clavarme por última vez en el coño de mi prima sacando mi miembro de ella dejaba que esta se apoyase sobre su vagina y quedando mi polla sobre ella esta lanzase un enorme y alucinante trallazo de semen que fue a parar directo al mentón y la frente de mi prima que suavemente incorporando su cara veía como estallaba en una maravillosa corrida delante de ella entre sus piernas mientras otros tres más enormes trallazos de semen al igual que el primero regaban el cuerpo de mi prima desde su cintura a sus tetas dejándola preciosa llena de las corridas de todos.

Me quede allí de rodillas entre las piernas de Gemma viendo como entre los cuatro la habíamos dejado y me encanto verla llena de los restos de todos.

– Esperad, no os mováis – nos dijo Pirsa en ese momento yendo a su mochila y cogiendo el móvil lo desbloqueaba a fin de grabarnos a todos. – Primo sujétalo por fa – me susurro en ese momento Pirsa mientras entre ella, mi prima y mi tía se disponían a besar a mi prima y lamiendo todos los restos de la follada que nos acabamos de dar las lenguas de las tres dejaban el cuerpo de Gemma limpio como si nada hubiese pasado mientras de igual maneras entre ellas se habían dedicado a comerse y a darse los últimos coletazos de placer.

– Ahora te toca a ti primo – me dijeron ellas en ese momento mientras Pirsa sin dejar de grabar me quitaba el móvil de las manos y ahora mientras mi tía se acercaba a comerse mi boca tanto Gemma como Raquel se centraban en chuparme la polla y dejármela limpia. – Vamos primito que es tu turno – me susurraron ambas antes de empezar cada una por un lado a chupar mi miembro.

Yo por respuesta mientras sentía la lengua de mi tía jugando con la mía disfrutaba de la mamada a dos bocas que me estaban haciendo entre Raquel y Gemma que de igual manera entre ellas se acariciaban y acariciaban a mi tía mientras a un par de metros Pirsa grababa todo y se masturbaba mientras nos veía. – Prima deja de follarte sola y ven aquí – le susurre mientras ella mirándome de esa manera inocente que me llenaba de morbo, obediente apoyaba el móvil sobre el árbol en el que me había follado a mi tía y se acercaba a mí.

– Acércate aquí – le pedí mientras estiraba mi mano hacia ella. Ella sumisa como sabía que me encantaba que fuese, se acercó a mí, y cogiendo mi mano me permitió que la acercase a nosotros mientras llevando sus labios a los de mi tía engarzaba mi brazo a su cintura y bajando mi mano por su culo llegaba a su vagina por detrás. – Uuuuuuuum primo que vicioso eres – me respondió ella cuando me sintió en su clítoris. – Desde luego que eres un vicioso – me susurro mi tía cuando sintió como hacia lo mismo con ella.

– Vaya primo parece que el primo nos va a regalar otra corrida de su polla – le susurro Raquel a mi prima Gemma. – Si eso parece que ellas dos lo están poniendo de nuevo a punto – le respondió Gemma mientras veía como yo le daba indicaciones a mi tía Laura y a Pirsa de como debían besarse e ir poco a poco bajando por el cuello de la otra mientras yo tenía cada una de mis manos en sus vaginas masturbándolas a mi antojo. – Sobrino que tu mano me folle mientras me como a mi sobrinita y veo como bebe de mis pechos me encantaaaaaaaaaaaaaaaa – aulló mi tía mientras sentía como sus flujos mezclados con su orina resbalaban entre mis dedos. – Nada mejor que satisfacer a mi tía favorita mientras mi primo me folla con su manoooooo – aulló mi prima Pirsa mientras de igual manera sentía en mi otra mano como mi prima se corría para nosotros.

Yo en aquel momento estaba en el cielo mientras sentía como de igual manera que las bocas de Raquel y Gemma chupaban y lamian mi polla las manos de mi Tía y de Pirsa rodeaban mi miembro y de igual manera acariciaban mis testículos colmándome de placer. – Primo ha llegado la hora de que te corras en la boca de Gemma – me susurro Raquel mientras levantándose ella, era la que ahora, venia en busca de mis labios. – Nos has colmado a las cuatro de orgasmos y ya nos merecemos nuestra segunda recompensa – me dijo en ese momento levantándose también y poniéndose a mi lado. – Mamad mi polla que quiero correrme en vuestras bocas – le susurre a las cuatro.

En ese momento ellas se pusieron de rodillas delante de mí y mientras entre ellas veía como sus manos iban al cuerpo de las que tenían al lado y tocaban tanto sus tetas como sus coños me miraban lascivas pidiéndome que me corriese sobre ellas.

– Vamos sobrino córrete sobre mi – me dijo mi tía.

– Riéganos – me susurro Raquel.

– Dánoslo todo – me pidió Pirsa.

– Córrete sobre tus mujeres putas – me dijo Gemma en ese momento clavando su mirada en la mía y desatando en ese momento mi segunda corrida.

Esta vez sentí como mi uretra se contraía como nunca lo había hecho y lanzando una meada de semen, vi como una gran lefada regaba a mi prima Gemma desde su frente a su pecho izquierdo haciendo que todas observasen alucinadas la gran cantidad de semen que acaba de lanzar en un primer momento. De igual manera viendo como en décimas de segundo se acercaba el segundo espasmo de semen gire levemente y me encontré a mi prima Isabel (Pirsa) y a mi Prima Raquel que estaban abrazadas lanzándoles la misma cantidad de semen que en la primera lefada le había soltado a Gemma dejando sus tetas perfectamente llenas de mi corrida y finalmente acercándome a mi tía ya lleno de placer y de morbo mi instinto me hizo alojar mi polla en la boca de mi tía dejando depositarse en la misma el resto de mis trallazos de semen que fueron acogidos con enorme placer por la boca de tía que acabo llena de mi semen – “Glacias soblino” – me dijo ella con la boca llena de mi mientras besándose con las otras tres ella fue repartiendo mi esencia entre ellas.

Yo en ese momento caí al suelo y me quedé sentado viendo como ellas acababan de amarse entre ellas. – Esto es lo que más me gusta – les susurre mientras veía como entre ellas se limpiaban recogiendo con su lengua todos los restos de mi corrida sobre sus cuerpos. – Sin ningún remordimiento – les confesé.

– Nos encanta, como nos follas – me dijo mi tía. – Desde luego sabes cómo satisfacernos primo – me confeso Raquel. – A mí nadie me ha poseído como tu ni a nadie me he entregado como a ti – me susurro Gemma. – Desde el día que me follaste con Carmina sabía que por fin podría ser tuya – me confeso Pirsa que en ese momento viniendo a mi lado después de que entre mi Tía, Raquel y Laura dejasen limpios sus magníficos pechos vino a ponerse de rodillas delante de mí a fin de amorrarse en mi polla y dejármela completamente limpia.

Pirsa desde luego tenía ganas de sentir mi polla dentro de su boca ya que cuando todas terminaron de limpiarse entre ellas, mi prima decidió seguir con mi polla en su boca lamiéndola a fin de dejarla perfectamente limpia. – ¿Os parece si comemos algo? – nos dijo mi tía a todos mientras empezaba a sacar los bocadillos de su mochila. – Si – dije yo. – Yo ya tengo mi comida – me dijo Pirsa mientras tumbada a mi lado desnuda seguía mamando mi polla.

Y así fue como todos sentados sobre la enorme manta desnudos empezábamos a comernos los bocatas que mi tía había preparado. – Desde luego que vivimos en la mejor familia que podamos tener – dijo en ese momento Raquel mientras con nuestras latas de Coca-Cola brindábamos todos.

– Tenía muchas ganas de veros follar – nos confesó Raquel a mi prima Gemma y a mí. – La verdad es que el morbo de saber qué hace cuatro años estuvisteis todo el verano liados ha sido la inspiración de todos – nos confesó Raquel en ese momento.

– Ya sabéis que siempre en corrillos de familia se ha hablado que ese verano estabais todo el dia juntos – siguió hablando Raquel.

Yo en ese momento sentí como Pirsa que lamia muy suavemente mi polla se contraía en ese momento y yo por respuesta llevando mi mano por su espalada deje que pasease por la misma para llegar a su culo y bajando entre sus nalgas pasando por su ano siguiese bajando y llegase a sus labios vaginales para empezar de nuevo a masturbarla. – Si quieres que siga dímelo – le susurre. Pirsa en ese momento girando su cabeza y quedando en frente de mi ombligo me miro y asintiendo con la cabeza clavando su mirada en la mía, mientras su boca en mi polla era reemplazada por su mano.

– Yo debo confesar que ese verano os pille – nos confesó Pirsa en ese momento girando su cara y mirándolas a las tres que permanecíamos haciendo un cuadrado perfecto.

– ¿Comooooo? – fue la respuesta sorpresiva de todos.

En ese momento me percate de como Pirsa se ponía roja como un tomate y sintiéndose descubierta pensaba que le íbamos a decir algo o que nos íbamos a enfadar…. Aunque lo que sucedió ….

  • Sigue contando por favor – le pidió Gemma mientras mirándola a los ojos llevaba su mano a la vagina de Pirsa que ya era de nuevo un mar de flujos. – Pues nada – gimió entre cortaba ella que en ese momento mientras retomaba la historia sentía el placer que le estaba empezando a provocar Gemma junto conmigo en su coñito que era un mar de fluidos que nos daban a conocer la caliente historia que estaba encerrada en su cabecita.