Mi Prima Gemma II
Me despierto y empieza el día en el que por fin me voy a encontrar con Gemma. Como siempre encanto de recibir vuestros comentarios en mi mail!!!!
Aquella noche me habría quedado dormido a las tres y media de la mañana por lo menos y quedando abrazado por mi tía entre sus pechos me quede dormido como hacía tiempo que no lo hacía. Aquella noche soñé con Gemma y todo lo que habíamos hecho aquel verano años atrás recordando en mis sueños todo lo que hicimos.
Al alba me desperté sobresaltado esperando mi subconsciente con ansia que llegase el momento de ver a Gemma. Bueno eso y realmente con una empalmada como pocas veces había tenido.
Suavemente abrí los ojos y me encontré delante a mi tía que, derrotada y agotada como yo, aun dormía profundamente. Fui consciente, poco a poco, de mi cuerpo y de cómo mi mano estaba apoyada en el seno izquierdo de mi tía mientras en la palma de mi mano sentía su pezón que aun relajado se elevaba apoyándose en mí. Por un segundo mi tía entre sueños se movió y me hizo girar para ser ahora ella la que me abrazaba a mi sintiendo como en mi espalda sus pechos se apoyaban y sus pezones se notaban claramente para mí.
De igual manera sentí como su mano acariciaba mi espalda y yendo en busca de mi polla sentía como esta permanecía completamente erguida a la espera de ser atendida.
Por un segundo me quede esperando que la mano de mi tía empezase a pajearme, pero esta aún estaba demasiado dormida. Miré el reloj y marcaba las seis y cinco de la mañana y sintiendo que estaba tan necesitado de pasar al aseo, como de ducharme decidí dejar a mi tía descansando y cruzar a casa para irme preparando para el dia que empezaba.
Me giré y dando un suave y casto beso a mi tía en la mejilla salí de su enorme cama para encaminarme a mi casa cruzando el rellano que las separaba.
Al llegar a casa me sentí pleno de energía y poniéndome los pantalones cortos de correr y una camiseta decidí salir a dar un corto paseo y correr por lo menos durante media hora para ver como despertaba la ciudad cosa que me encantaba.
Salí de nuestro edificio y encaminándome al parque que teníamos al lado me lancé a correr a un ritmo suave pero continuo tampoco se trataba hoy de agotarme corriendo. Di un par de vueltas al mismo mientras iba acompañado de otros corredores que con sus cascos puestos escuchaban música, aunque a mí con el canto de los pájaros me bastaba para empezar el dia viendo como el horizonte pasaba de clarearse a verse el sol.
- Buenos días!!!!! – oí que gritaba alguien detrás de mí. En ese momento me di la vuelta y detrás de mi descubrí a mi vecina del otro dia que quitándose los cascos con los que estaba escuchando música era consciente del grito que acababa de darme.
Riéndose al darse cuenta de su fallo volvió a repetir – Buenos días – en un tono mas normal. – Buenos días – le respondí yo. Y en ese momento preguntándole por su lesión del otro dia. – No ha sido más que un tirón o una contractura suave – me susurro ella dándome a entender que entendía demasiado bien que le había pasado mientras me agradecía nuevamente haberla acompañado a su casa. – No tiene que darlas – le respondí yo tratándola de usted mientras ella me pedía que la tutease. – Menos mal que estaba tu hija en casa para ayudarte – le respondí yo. – La verdad es que si – me respondió ella mientras después me confesaba que realmente era su sobrina a la que ella había adoptado hacia mucho tiempo al fallecer muy joven su hermana. Esa confesión me sorprendió ya que para mucha gente era mas sencillo confesarse a un desconocido que a su propia gente.
Aquella amable mujer me estuvo confesando que ella que había sido hasta sus veinte tantos años una bala perdía al hacerse cargo de su sobrina apenas con seis años tuvo que hacerse una persona responsable de un dia para otro. – Oye algún dia me tienes que dejar que te invite a comer o a cenar para agradecértelo – me susurro. – A cenar que – le respondí yo. – A mi si quieres – me respondió ella poniéndose en ese momento roja como un tomate. No, no, no, discúlpame – me dijo automáticamente según oyó su respuesta. – Lastima seria una cena espectacular – le respondí yo que en ese momento no tenia nada de lo que ocultarme. Ella en ese momento abrió los ojos como platos y me dijo – Desde luego no te cortas un pelo –. – Para que – le respondí yo. – El dia que me muera no quiero arrepentirme de nada – le dije yo mirándome ella sorprendida de nuevo. – Desde luego tienes toda la razón – me respondió ella mientras caminábamos ya para nuestro edificio.
Al llegar a la puerta le dije que si quería le daba mi numero y el dia que le apeteciese me llamase para quedar para cenar. Ella apunto mi número en su móvil y subiendo juntos en el ascensor se despidió de mi al llegar a su piso.
Abrí la puerta de casa y nada más entrar oí como alguien trasteaba en el cuarto de la limpieza que estaba en la cocina. Me acerque a la misma y me lleve una grata sorpresa al encontrarme a Vero cogiendo los trastos para empezar a limpiar.
(Para los que no hayáis leído relatos anteriores Vero es la ama de llaves de mis padres. Ella es morena con unas tetas enormes, una cara muy marcada de facciones duras y unos labios carnosos espectaculares, de cuerpo, salvo sus enormes tetas, de unas proporciones normales y que me conocía desde que había nacido).
Vero al verme en el marco de la puerta se giró y dejando las cosas se acercó a saludarme. – Buenos días sinvergüenza – me dijo lleno de alegría. – ¿Ahora llegas? – me pregunto sonriente. – Pensé que nunca te darías cuenta de que ahora que Maina no esta era yo la que limpiaba tu casa – me susurro mientras me abrazaba.
Yo, sudoroso por el ejercicio y aun medio dormido solo la abrace mientras dejaba que aquella mujer de metro sesenta se apoyase por completo en mi cuerpo. – Si me lo comento mi Tía Laura el otro dia – le respondí. – Vengo ahora de correr después de haber pasado la noche en su casa – le respondí a continuación sabiendo que con ella no había nada que ocultar. – Menudo estas hecho – me respondió ella mientras me sonreía.
Por un segundo más Vero me miro y viendo como mi mirada no se apartaba de sus enormes pechos me susurraba – No los mires así que desde que te fuiste de casa de tus padres hace ya un mes no has sido ni para llamarme – me susurro. – ¿Has desayunado? – le pregunte. – Si – a las cinco y media de la mañana – me respondió. – Pues acompáñame y desayunas de nuevo – le pedí yo. – Hayyyyy gorrión que querrás tú que desayune – me susurro ella muerta de risa por el doble sentido de sus palabras. – Lo que tú quieras desayunar – le respondí yo con una sonrisa irónica mientras veía como la mirada de ella se clavaba en mi polla que aún seguía morcillona después de haber estado hablando con la vecina.
Vero dejando las cosas se vino conmigo para la cocina e invitándome a sentarme en la mesa de la cocina se puso a trastear por la cocina mientras me preparaba mi desayuno. – Vaya, te conoces mejor mi cocina que yo – le susurre mientras veía como cogía todo. – Claro que si – me respondió ella confesándome que ya llevaba dos semanas limpiando mi casa.
Por un segundo más, una vez Vero hubo preparado el desayuno vino a sentarme en frente de mí, a la mesa de la cocina. – Bueno y como te va – me pregunto. – He oído por ahí que tienes novia – me sonrió ella. – Así es – le respondí mientras desbloqueando el móvil le enseñaba una foto de Bea con mi polla en la boca. – ¡Vaya!, la barra de carne ya la conozco – me susurro. – Y tu novia es muy guapa – me confeso ella. – Sabes todo lo demás por Maina supongo, ¿no? – le pregunte yo ahora a ella. – Si me lo conto todo – me susurro. – De hecho, fue ella la que antes de irse a vivir a Marbella me pidió que fuese yo la que ocupase su lugar limpiando tu casa – me confeso ella. – ¿En serio? – le pregunte. – Si – me respondió ella dejándome sorprendido de lo organizada que había sido mi amante.
Por un momento más Vero me estuvo contando cosas de mis padres sobre que a sus oídos también había llegado rumores de que estaba saliendo con alguien y que mis padres se morían de ganas de conocerla. Le confesé a Vero que aun llevaba poco con Bea y que, aunque tenía en mente presentársela a mis padres aun quería esperar un poco. Vero me confeso que mis padres tenían, sobre todo mi madre, la esperanza de que aquella chica fuese capaz de calmarme y dejase de llevar la vida que llevaba tan alocada de lo que era la estructura de mi vida para mis padres, donde ya, mis cuatro hermanos estaban casados, con niños y trabajo estable y mi quinto hermano estaba en puertas de casarse.
Aunque para lo que no hayáis leído mis anteriores relatos mis padres lo que no sabían era que de igual manera a la hermana de la novia de mi hermano también me la follaba de vez en cuando, había hecho un trio con ella y con Maina y la novia de mi hermano lo sabía…
Durante un rato más Vero me estuvo poniendo al dia de las demás cosas de mis hermanos y de la familia y llegando la hora de ducharme para ir a trabajar le dije a Vero que en breve tendría que ir a la ducha. – Recuerdo cuando viviendo con tus padres te veía ir de tu habitación al baño desnudo – me susurro Vero mientras se mordía el labio inferior. – Que lastima tener mi coñito tan pequeño que no puedo follarte sin morirme de dolor – me confeso Vero apenada después de los dos intentos que habíamos tenido de liarnos en los que tuvimos que desistir porque Vero al tener dentro mi glande se moría de dolor. – La verdad es que es una pena – le confirme yo también. – Si lastima de mi coño pequeñito y tu polla monstruosa – me susurro ella. – Si una lástima, pero nadie me hace mejores mamadas con las tetas que tu – le susurre mientras se las tocaba por encima de la bata que llevaba. – Y a mi nadie me ha comido el coño como tu salvo tu tía Laura – me confeso ella.
Por un momento más Vero me miro pensativa. – ¿Sabes?, me encantaría ducharte – me susurro mientras esperaba nerviosa mi respuesta. – A mí me encantaría que lo hicieses – le confesé mientras quitándome los gayumbos que era la única ropa que llevaba de pie al lado de la mesa la observaba ya de pie y desnudo. – Desde luego que cosas más bonitas se pueden ver por la mañana – me respondió ella socarrona mientras arrodillándose delante de mí Vero empezaba a hacerme una magnifica mamada. – Pero primero me tienes que duchar a mi – me susurro ella surgiéndome que anhelaba que me corriese en su cara. – Pues si quieres que te bañe la cara con mi corrida así será – le dije mientras veía a mi Tía entrando por la puerta de la cocina.
Mi tía quedando a su espalda le susurro – ¡que cabron!, aún tengo su semen caliente de anoche y ya tienes una nueva zorra comiéndose esta maravillosa polla – haciendo que Vero en ese momento se diese cuenta de que mi tía estaba justo detrás de ella. Vero en un primer momento se asustó y voto del susto, pero al ver que se trataba de mi tía y conocedora de toda la situación siguió chupando mi miembro mientras mi tía se arrodillaba a su lado. – Si quieres podemos compartirla – le susurro mi tía refriéndose a mi polla. – Las buenas putas siempre compartimos – le susurro Vero sacándose mi polla de la boca y animando a mi tía a chupármela.
Ver a aquellas dos hermosas mujeres maduras, compartiendo mi polla, era un placer. Ver como se turnaban para chuparme la polla entre ellas era excitante y placentero. Pero evidentemente entre ellas no podían de igual manera estarse quietas y poco a poco vi como mi tía desbrochaba la bata de tarea que traía Vero dejándola en ropa interior de igual manera que Laura era desnudada por Vero que ahora ensalivaba sus pezones. – Me encantan tus tetas – le dijo Vero a Laura mientras esta disfrutaba de la maravillosa comida de pezones que le estaba dando a la vez que veía como su mano se perdía debajo de la falda de mi tía Laura en busca de su coñito. – Me encanta tu mano en mi coño – le gimió mi tía cuando se sacó mi polla de la boca. – Lo mismo si tengo suerte aún puedo recuperar la corrida de Montero de anoche y saborear su leche en tu coño – le susurro Vero mostrándose caliente como siempre. – No lo creo ya que se corrió en mi culo – le respondió mi tía mientras abandonaba por un segundo mi polla.
Allí siguieron las dos mamando hasta que después de un orgasmo de cada una de ellas decidí que había llegado el momento de correrme y fue Vero la que se quedó delante de mí ofreciéndome sus tetas para ser regadas con mi corrida mientras a mi espalda mi tía Laura apoyándose sobre mi cuerpo y restregando sus hermosas tetas contra mi espalda me masturbaba para Vero, que de rodillas delante de mí esperaba a ver como la regaba con mi corrida. – Vamos cariño dámela – susurro Vero mientras excitada veía como la mano de mi tía recorría mi polla para regar sus tetas con mi eyaculación.
Poco después mientras se unía al tiempo la paja que me estaba haciendo mi tía con la mamada sincronizada que me hacía Vero estalle en su boca llenándola por completo y haciendo que mi corrida al poner ella su lengua doblada delante de mí glande dentro de su boca resbalase por la comisura de sus labios como un rio hasta cubrir sus pezones de la blancuzca mezcla de mi semen y su saliva.
Entre las dos se dispusieron a limpiar mi polla y después de dejarla sin el menor rastro de semen entre ellas se dedicaron a chuparse, lamerse y dedearse dejándolas allí solas mientras me subía a ducharme. – Ahora vuelvo – les susurre saliendo de la cocina de camino a la ducha mientras me daba cuenta de que para ninguna de las dos existía ya en ese momento viendo cómo se devoraban mutuamente.
Mientras me duchaba, Raquel y mi prima Isabel aparecieron en el baño para darme los buenos días y me preguntaron cuáles eran mis planes para ese dia. Yo le respondí que, si no había visto Raquel a su madre, y ella con la mayor naturalidad del mundo me respondió que se estaba follando con Vero en un maravilloso lésbico y que no creía que ni siquiera se hubiese dado cuenta de su presencia.
Raquel se sentó sobre la taza del wáter y me pregunto de nuevo cual era mi idea para ese dia yo con mi mente pervertida habitual le susurre que lo primero ya que estaban allí me apetecía ver las tetas de ambas. Ellas mirándome con una sonrisa maliciosa me susurraron al unísono – lástima que estemos en nuestros días si no, no te haces idea de cómo te íbamos a follar – me gruñeron mientras abriéndose las camisas de vestir que llevaban me dejaban deleitarme con la visión de sus tetas. – Son las tetas más bonitas que pueda ver – le susurre a mi prima Raquel y a mi prima Isabel mientras inclinándome me llevaba a la boca uno de los pezones de Raquel que por el volumen que tenía me invitaba a comerlo. – Que te gustan más mis tetas o las de mi madre – me susurro ella. – Las tres me encantáis – le susurre a mi prima mientras sentía como ella arrancándome la toalla dejaba a la vista mi polla y alargando su brazo su mano se apoderaba de mi polla.
En ese momento Pirsa se acomodó de rodillas entre mi prima Raquel y yo y me la chupo suavemente mientras le susurraba Raquel – Las tetas de Pirsa son maravillosas, te lo digo yo –. – A mí me encanta comérmelas cada noche antes de acostarme – me confeso Raquel sintiendo en ese momento Pirsa como mi polla era recorrida por un calambrazo lleno de morbo al imaginarme a las dos amándose. – Me encanta que os améis – les dije a las dos. – Y a mí me encanta sentir el sabor de las dos zorras que tienes abajo en tu polla – me dijo Pirsa mientras sacándose mi polla del interior de su garganta la punta de su lengua jugueteaba con mi glande. – Me encanta que se os de tan bien a todas mamarme la polla, joder – le susurre mientras abandonaba yo la comida de tetas que le estaba dando a Raquel.
Raquel por un momento más me dejo hacer mientras me susurraba – Ven aquí que ahora soy yo la que tengo ganas de comerme tu polla – me susurro mi prima mientras tragándose mi polla llevaba mis manos a su coronilla a fin de que marcase el ritmo de la mamada mientras me follaba su boca. Sentir como las tetas de mi prima rozaban mis piernas mientras su boca tragaba mi polla fue excitante.
El saber que de igual manera después de la follada que me había dado anoche con su madre mientras le había contado como había perdido la virginidad con mi prima Gemma hija de su hermana Sofia mientras ahora esta se estaba follando a mi asistenta, Vero y que era probable que subiese y viese como su hija Raquel, mi prima y de igual manera su hija, devoraba mi polla mientras a mi lado mi prima Isabel hija de Araceli la otra hermana de mi tía Laura , metiendo las manos por debajo de su pantalón se hacía un dedo mientras con las tetas al aire veía la escena me hizo que lleno de morbo y placer en pocos minutos de gratificante follada la boca de mi prima me corriese en su garganta depositando una nada despreciable cantidad de semen que ella recibió como siempre gustosa mientras habíamos sido observados por Pirsa que se había hecho un maravilloso dedo mientras nos miraba. – El domingo por la tarde es para nosotros dos – le susurre a Pirsa mientras aun me corría en la boca de Raquel. – Estaré encantada – me respondió esta mientras veía como Raquel aun tragaba parte de mi corrida. – Comparte puta – le susurro Pirsa mientras veía como delante de mí ellas dos besándose compartían los restos de mi corrida después de haberse arrodillado al lado de mi prima Raquel y entre las dos haberme realizado una maravillosa limpieza de rabo.
Mientras las dos terminaban de disfrutarse no quise interrumpirlas y saliendo del baño mie fui a mi habitación a vestirme para irme a trabajar con mi tía.
Ese dia como había quedado luego con Gemma, mi tía y yo, nos fuimos a trabajar en mi coche y mientras nos dirigíamos al trabajo mi tía me decía que estaba agotada después de la maratón de sexo de la noche anterior y el polvo mañanero con Vero y conmigo. – Pues no sabes que yo he estado en el baño de arriba con tu hija y con la prima Isabel (Pirsa) – le respondí yo a ella que por unos segundos se quedó sumida en sus pensamientos.
– En menudos pervertidos nos estamos convirtiendo sobri – me susurro mi tía tras su momento de silencio. – Solo hacemos lo que el noventa y nueve por ciento de la gente quiere hacer, pero no se atreve a hacerlo – le respondí yo. – Creo que tienes razón – me respondió mi tía mientras por primera vez desde que trabajábamos juntos mi tía me decía que quería llegar conmigo al trabajo mientras llevaba mi mano entre sus piernas. – No sé lo que me pasa desde anoche, que estoy cachonda perdida – me confeso mi tía. – A mí me pasa lo mismo – le confesé llevando de igual manera su mano a mi entre pierna haciendo que mi tía fuese consciente de que a pesar de que acaba de correrme en la boca de Vero y poco después en la de su hija seguía con la polla dura como una estaca. – Somos dos enfermos – me confeso mi tía mientras sentía como su mano apretaba suavemente mi polla por encima del pantalón. – Dos enfermos necesitados el uno del otro – le confesé yo a ella. – Me moriría ya si no te tuviese a mi lado sobrino – me susurro ella. – A mi me pasa lo mismo tita – le confesé yo.
Adentrándonos en el parking notaba que mi libido estaba por las nubes y mi polla dura sin bajar un ápice la empalmada que tenía. Supongo que encontrarme de nuevo con Gemma despertaba en mí, mi lado más morboso y erótico y antes de salir del coche, que aparque de culo aposta, no pude evitar pedirle a mi tía que pusiese un casco que llevaba de la moto en el asiento del coche en el suelo con la excusa de que así no se vería desde fuera del mismo.
Cuando mi tía se bajó del coche y abrió la puerta trasera del coche quedando escondida entre la puerta, la pared y el coche que teníamos aparcado al lado no pude ni quise evitar dar la vuelta por detrás del mismo y dejando la puerta trasera abierta del coche colocarme detrás de mi tía quien al notar mi bulto pegado a su precioso y maduro culito no pudo evitar quedarse parada y excitada al mismo tiempo siendo conocedora en ese momento de mis intenciones y más aún al sentir como suavemente empujaba con mi cadera su cuerpo hacia delante y susurrarle – ¿te puedes creer que después de estar esta mañana en dos tríos aun no me he follado ningún coñito tita? – le susurre mientras mis dedos hacían a un lado las braguitas de mi tía al haberme colado por debajo de su falda.
– ¡No me lo puedo creer sobrino ¡– me respondió ella mientras metiendo la mano entre sus piernas agarraba mi polla que ya desde que había empezado a dar la vuelta al coche llevaba fuera del pantalón y la llevaba a su vagina – Se rápido que no tenemos mucho tiempooooo – me susurro mi tía mientras antes de terminar de hablar sentía como más de la mitad de mi miembro estaba ya dentro de ella.
– Joder que bueno tita – le susurre mientras seguía clavándome dentro de ella y sentía como la cálida vagina de mi tía me recibía mojada y blandita. – La comida de coño de Vero ha sido muy buena – me susurro mi tía quien en ese momento de un golpe seco se clavó por completo mi miembro dentro de ella. – ¡Joder! que polla más buena sobrinooooo – gimió mi tía acallando sus gemidos mientras sentía como allí en mitad del aparcamiento nos follábamos los dos sin parar. - ¿Cuántas veces te has corrido en la boquita de Vero? Tita – le pregunte mientras ella me sentía clavada en lo mas profundo de su ser. – Siete – me respondía ella mientras gemía de placer.
Mi tía y yo en ese momento perfectamente sincronizados nos amábamos sin tregua mientras mis manos se colaban por debajo de su camisa de Armani y sentía en la palma de mis manos sus pechos por fuera del sujetador. – Que me gusta sentirte por todo mi cuerpo sobrino – me susurro mi tía mientras sentíamos los movimientos del otro con el fin de darnos placer. – Córrete sobrino lléname – me suplico mi tía que sentía en ese momento como estaba cerca de correrse por el morbo de la situación. Yo en ese momento aguanté lo poco que pude y sentí como mi tía disfrutaba de su orgasmo dejándome salirme de ella una vez que hubo terminado.
Por un segundo mi tía se sentó en el borde de la puerta del coche mientras la boca de mi tía quedaba a la altura de mi polla. – Vamos dámela sobri – me dijo mi tía mientras tirando de mi cadera me acercaba a ella y esperaba a que me vaciase en su boca. En ese momento la boca de mi tía devoraba mi extensión por completo y yo me derretía de placer sintiendo como mi corrida se acercaba y avisando a mi tía se preparó para sentir como rellenaba su boca de mi simiente de nuevo. – Tita llevo tres corridas en tres bocas diferentes y no quiero – le susurre a ella en ese momento parando la magnífica mamada sacando mi polla de su boca me miro y me susurro – dime lo que quieres y lo tendrás – me respondió ella.
No pude hablar en ese momento e hice ascender a mi tía y apoyarse en el borde del asiento trasero del coche mientras quedaba a la altura perfecta para poder ser yo quien me clavase en su coño mientras mi mirada se fijaba en los almendrados ojos verdes de mi tía. – Joder sobri desde luego sabes cómo follarmeeeeee – me gruño ella colmada de placer mientras se dejaba caer boca abajo por completo sobre el asiento del coche.
Yo ahora agarrado a sus piernas y a su cadera la ayudaba a enroscarlas en mi cintura y seguía clavándome en mi tía mientras le susurraba como me encantaba clavarme por completo dentro de su coño. – Esta muy abierto de todas las folladas que llevo – me susurro ella mientras yo desde arriba al tenerla boca abajo delante de mí tenía una perfecta visión de sus nalgas. – De todas las folladas que me da mi sobrino favorito – me susurro ella continuando su discurso buscando mi excitación mientras tirando de su falda hacia arriba me dejaba ver por completo su culo desnudo en el que se perdían las tiras de sus braguitas negras.
– Grábame sobrino – me jadeo ella. – Que queden pruebas de lo puta que puedo llegar a ser contigo – me gimió ella mientras ahora sin sacar mi miembro de su interior mi tía sobre el asiento giraba ciento ochenta grados para quedar ahora boca arriba con la faldita arrugada sobre la cadera y cuatro botones de la camisa desabrochados que mostraban su sujetador ladeado y a la vista parte de sus hermosos pezones.
Sacando mi móvil del bolsillo empecé a grabar mientras delante de mí, mi tía estaba abierta de piernas casi con las tetas al aire, tirada en el asiento trasero del coche mientras yo con la puerta abierta pegado a su cadera hundía mi polla dentro de ella haciéndola participe de su confesión. – Me esta follando mi sobrino Montero al que no puedo negarle nada – gimió ella mirando al móvil mientras quitándomelo de las manos lo tomaba ella y a modo de confesión susurraba – Después de la follada de anoche y la comida de polla de esta mañana aquí estamos en el parking del trabajo por que no he podido resistirme, de nuevo, a tener su polla dentro de mi – confesaba ella mientras ahora se dejaba follar por mí. – Soy la puta de mi sobrinooooo – gruño ella mientras en ese momento en el que ella se corría para mi yo de igual manera me vaciaba dentro de ella.
Después de terminar de correrme, mi tía sin sacar por un segundo mi polla de su coño se dejó resbalar por el asiento siguiendo su cuerpo el hueco que quedaba entre la puerta del coche y de igual manera sentía como mi polla rozaba por todo su cuerpo recorriendo cada poro de su piel y después de tragarse la parte de mi corrida que quedo por salir de mi polla me limpio el glande para dejarlo con toda su intención aun con algún resto de corrida indicándome ella que aun quería seguir jugando.
Yo de igual manera manteniendo esa vena morbosa le dije a mi tía – Espera aún queda un poco – le susurré mientras pasando mi dedo desde la base de mi miembro hasta el glande salía aun un poco de semen. – Este lo vas a llevar todo el dia muy pegado a ti – le susurre a mi tía mientras acercaba mi polla a su pezón izquierdo primero y sobre el mismo rozaba mi uretra a fin de dejarlo sobre ella para después hacer lo mismo con su pezón derecho.
Ella me miro plenamente excitada mientras de igual manera llevaba la punta de mi pene a su labio superior y de igual manera que había hecho con su pezón restregaba la punta de mi polla en su labio superior debajo justo de su nariz. – Así, te oleré todo el dia a ti – me susurro ella mientras en ese momento haciéndose un dedo viéndome allí de pie con la polla fuera de los pantalones me quedaba delante de ella hasta que se corría una última vez para mí. – Dime que soy tu puta – me pidió ella. – Eres mi puta, tita – le susurre en el oído mientras ella terminaba de correrse y se dejaba llevar por los últimos extractores de un demoledor orgasmo.
– No te olvides de decirle a Gemma cuando la veas que tu polla tiene restos de saliva de todas nosotras – me susurro mi tía mientras me ayudaba a guardarme la polla dentro de los pantalones y en ese momento mirándome me decía – Mira lo que es capaz de hacer la zorra de tu tía para ti – me dijo mi tía mientras me miraba y chupándose para mis sus pezones los dejaba llenos de mi corrida. – Así tendré el mejor de los aromas – me susurro mientras aún no había dejado de grabar.
– Se lo diré de tu parte – le respondí antes de besarla y sentir el sabor de mi polla en su boca. – Me encanta el sabor a polla en tu boca tita – le susurre a mi tía. – Y a mí me encanta tener tu polla en mi boca, en mi coño, en mis tetas y en mi culo sobrino – me susurro ella mientas adecentando su ropa nos disponíamos a subir a la oficina.
– Sabia que el dia que llegase contigo al parking me follabas – me susurro mi tía mientras nos encaminábamos al ascensor. – Y la verdad es que no me has defraudado – me susurro ella mientras me dejaba ver sus pezones dentro del sujetador a los que me pedía que lo llenase de saliva. – Quiero sentirte delante de todos ahora cuando lleguemos a la oficina – me susurro mi tía mientras ya dentro del ascensor en aquellos escasos cuarenta segundos me esmeraba lo máximo posible en llenar de saliva las tetas de mi tía sin tocar los restos de mi corrida que yo antes le había dejado sobre los mismos. – Joder no sabes el dedo que me voy a hacer ahora en el despacho pensando en ti y en tu maravillosa polla sobrino – jadeaba mi tía mientras sentía como mi boca cambiaba de su pecho izquierdo al derecho.
Tres segundos antes de que se abriese la puerta del ascensor me destete de los pechos de mi tía que con una grandiosa película de saliva mía eran encerrados en su sujetador. – Gracias por tenerme en un estado perpetuo de perra cachonda – me susurro mi tía mientras yo abandonaba el ascensor al trabajar en la planta de debajo de la suya. – Todo un placer Laura – le dije follándola sin piedad con la mirada.
Cuando la puerta del ascensor estaba a punto de cerrarse por completo vi como la mano de mi tía se metía por debajo de su falda en busca de su clítoris a modo de despedida dándome a conocer que ahora mi tía se masturbaría pensando en el aperitivo de follada que nos acabábamos de dar.
Me encamine con la cabeza más espesa que nada a mi despacho y convoque a una reunión al responsable del equipo de marketing apareciendo Sofia que era una mujer espectacular. Sofia era morena, gaditana como yo de un metro cincuenta, con poco pecho, pero un culo de infarto que gracias a los tacones que llevaba de manera perpetua ganaba altura y que siempre iba acompañada de una maravillosa sonrisa.
En la sala de reuniones nos sentamos los dos y empezamos a hablar de la contratación de medios de comunicación que habíamos hecho y como estos se traducían en ventas. Poco a poco íbamos avanzando malamente porque yo tenía la cabeza en otro sitio. – Tuuuuuuu – me rumio Sofia a modo de broma por el buen rollo que teníamos. – Que estas empanado quillo – me dijo ella llamando mi atención. – Si la verdad es que no es mi dia – le respondí siendo consciente de que no estaba a lo que tenía que estar. – Quillo escúchame lo dejamos para el lunes – me dijo Sofia después de ver que era incapaz de concentrarme. – No te preocupes por que todo va genial – me respondió ella.
Tras el fiasco de reunión de marketing decidí que ese dia no haría nada más mientras recibía un WhatsApp de mi tía en el que me decía que era incapaz de concentrarse a lo que yo le respondía lo que me acaba de pasar con la reunión de Marketing. – Mira – me respondía ella mandándome un video en el que veía a mi tía en el baño de su despacho con los pechos al aire mientras se hacía un dedo dedicado a mí. – No me hagas esto que tengo que subir a follarte entonces – le respondí a mi tía. – Me encantaría, pero debes reservarte ya para Gemma – me susurro mi tía mientras en ese momento recibía también un WhatsApp de Gemma diciéndome que en media hora estaba en la puerta de la oficina. Yo le respondía a ella que ok y de igual manera le decía a mi tía – En tu cumpleaños te voy a regalar tantas corridas como años cumples, cuarenta y ocho corridas – le escribí mientras ella le respondía que acabaría muerta pero encantada. – En media hora me largo tita – le escribí a mi tía, – Gemma me espera en la puerta – le escribí. – Ok disfrutad – me susurro mi tía en una grabación de voz.
El tiempo, como siempre que deseas algo, paso lento y tedioso hasta que Gemma me escribió diciéndome que estaba abajo. Ok, fue mi única respuesta y saliendo como un avión de mi despacho me despedí de todo el mundo hasta el lunes.
Me encaminé al ascensor y pensé en cómo estaba allí a tan solo unos metros de mi mientras nos moríamos de ganas de vernos los dos.
Por fin la puerta del ascensor se abrió y pulsando el botón de igual manera las puertas se cerraron y el ascensor comenzó a descender. Cada vez estaba mas cerca de ver por fin a Gemma.
Como siempre encantado de recibir vuestros comentarios y aportaciones en laocultacion@gmail.com Un saludo!!!