Mi prima en el club
Como desvirgue a mi primita una noche durante la fiesta de una amiga.
Mi prima en el club
Hola, soy nacho y para los que leyeron " Mi hermana en la montaña" y les gustó va este relato que es la 2da parte.
Este relato comienza el año que cumplía los 18 años, y habiendo aprendido mucho más sobre el sexo, continué teniendo algunas aventuras con alguna que otra amiga de mi edad, pero la fascinación por lo prohibido era más fuerte que yo y quería volver a tener a mi hermana, pero lo único que lograba de ella, más allá de la muy buena relación existente entre los dos, fue algo de sexo oral, le lamía y chupaba hasta el cansancio su conchita, un par de veces me la mamó pero no era muy adicta a eso, así que lo hacia de mala gana. A esta altura ella ya contaba con 15 años al igual que mi prima, ellas los cumplen a principio de año con 2 meses de diferencia y yo los cumplo en septiembre.
Un día, el año que cumplía los 18, mi hermanita dijo que quería hacerme un regalo muy especial por mi cumpleaños en agradecimiento por haberla hecho mujer y siempre haberla tratado tan delicadamente, a lo que respondí que si quería regalarme algo especial había dos cosas que quería, o tener una nueva noche de sexo con ella o que me ayudara para tener sexo con mi prima María.
María era una chica flaquita, tez bien blanca y ojos negro. Sus pechos si bien no eran grandes, siempre me llamo la atención lo protuberante y paraditos de sus pezones, a tal punto que pareciera como que no fueran de ella. Su culito en ese entonces era también medio chico con una leve curvatura haciéndolo interesante. Es la menor de 2 hermanos, Su hermano le lleva casi 10 años, lo que en argentina conocemos como la hija de la vejez.
Como dije, María era medio monja, si bien alguna vez jugando junto con mi hermana ( los tres) yo la había besado, pero nunca había pasado más que eso. Hacía un par de meses que se había peleado con su novio porque como dije el bobo la había guanpeado con una amiga en una fiesta a la cual ella no había ido.
Cuando le dije eso a mi hermana, ella respondió que sabía que María era virgen y que ella me iba a ayudar para que la desvirge y así fue que cuando salían juntas o estaban juntas en casa Caro (mi hermana) le hablaba sobre sexo y le contaba lo que había sentido cuando la había desvirgado y lo que sentía cada vez que yo le practicaba sexo oral. Así fue como un día estando los tres solos en casa María no aguanto más y aceptó que yo le chupara su conchita virginal.
Así fue como cuando María fue al baño le pidió a Caro que me llamara. Cuando entre ella estaba sentada en el inodoro, su bombachita estaba en el piso. Entonces procedí a limpiarle en el bidet su conchita y una vez que se sentó sobre el inodoro, procedía a abrirle las piernitas y a lamer su rosadita concha. Luego de unos minutos de lamer sus labios vaginales y jugar con mi lengua sobre su clítoris sentí como se humedecía toda, empezaba a temblar, a suspirar y gemir hasta que en una explosión tuvo su primer orgasmo.
Después de esto seguimos haciéndolo cada vez que iba a casa, primero con María y luego con Caro.
Ya cumplidos los 18, casi a fin de año teníamos el cumpleaños de una amiga del grupo del club, como mi hermana seguía haciéndole la sicológica, hice un intento y por suerte me salió bien. Le dije que quería hacerle el amor y que quería aprovechar el cumpleaños en el club, a lo que ella me dijo que le gustaría sentir las mismas sensaciones que sintió la Caro.
Así fue que cuando llego el sábado de la fiesta, preparé todo, sabía que había una casilla en el club que de noche no se usaba y que una de las ventanas no cerraba bien, así que esa tarde deje una toalla escondida y después compre preservativos.
Esa noche, con el auto a mi disposición, junto con mi hermana buscamos a mi prima y a otros dos amigos y fuimos a la fiesta. Después de la cena, el vals y la primera hora del baile, me acerque a mi prima y le susurre al oído: ya tengo todo listo, te espero afuera junto a la pileta.
Unos 15 minutos más tarde ella llega y de la mano, sin que nos vea nadie, nos vamos hacia la casilla. Al llegar y entrar, busco la toalla y la extiendo sobre un sillón de tres plazas. Parados delante del sillón la abrazo suavemente y la comienzo a besar. Gran sorpresa la mía cuando María me metió la lengua buscando jugar con la mía. Despacio empecé a levantarle el vestido de fiesta hasta llegar a sus glúteos los cuales acaricié suavemente primero y más frenéticamente después. Mientras ella empezó a desabrocharme el pantalón y meter la mano para acariciar mi verga, cuando lo logró y después de hacerlo durante un ratito, le susurre al oído que pensé que tenía menos experiencia a lo que respondió que sabía solo eso y era porque se lo había enseñado la Caro para no quedar mal con migo.
Después de escuchar esto y con sus masajes ya estaba al palo, así que procedí a sacarle el vestido, luego el corpiño y a saborear sus erectos pezones. La acosté sobre la toalla y me saque toda la ropa dejando ver mi verga totalmente parada, mientras ella no podía dejar de mirarla, cuando me ponía el preservativo, procedí a sacarle la bombachita y me sumergí entre sus piernas para saborear sus jugos vaginales, que para ese momento ya habían humedecido toda su conchita. Luego de unos 5 minutos de trabajo con mi lengua y al borde de su segundo orgasmo, me coloque encima de ella y mientras acariciaba con la punta de mi verga su humedecida, caliente y hambrienta conchita, me dedique a succionar y morder suavemente sus pezones.
Cuando vi que su cuerpo se arqueaba y sus gemidos habían subido de volumen introduje la punta de mi verga, de manera que cuando tuvo su tercer orgasmo de un empujoncito le introduje toda mi verga.
Ella en un gemido, casi grito, apagado por el volumen de la música, después de temblar un poco me miró, me besó y me dijo: me duele, pero que lindo se siente tenerte adentro a lo que respondí: eso no es nada, si aguantas un poquito ya vas a ver lo que te voy a hacer sentir. Después de un par de minutos, mientras ambos nos acostumbrábamos a la estreche de su vagina, empecé a bombear suavemente, casi al mismo instante ella empezó a gemir y a abrazarme cada vez más fuerte con sus piernitas y sus brazos clavándome las uñas en la espalda, a lo que respondí bombeando más fuerte. Así hasta que después de un rato de bombear y de un orgasmo más de ella, llegamos los dos, primero yo y uno segundos después ella, luego de lo cual tuve que sacar mi verga rápido porque ya estaba media floja y no quería que nada de semen quedara en su hermoso palacio de placer. La sacarla pude ver como salía humedecida por sus jugos vaginales mezclados con algo de sangre, que a decir verdad me sorprendió la cantidad, mucho más de lo que había salido de mi hermanita.
Luego quedamos los dos de lado, sobre el sillón y después de un rato me empezó a acariciar la verga de nuevo y me dijo con una vos súper suave y sensual: Hacemelo otra vez.
Tuvimos como dos o tres horas en la casilla, hasta el amanecer, por suerte nadie, a excepción de mi hermana notó nuestra ausencia.
A diferencia de mi hermana Caro, a María le gusto el sexo y lo seguimos practicando hasta que me fui a estudiar a otra ciudad a los 20 años ( me tomé 2 años para darle una mano a mis madre en el negocio familiar). Después de que me fui no la vi más y supe unos años después se casó y tuvo un hijo. Hace unos meses, en un encuentro familiar no sentamos a charlar y cuando estuvimos solos me confesó que jamás había podido olvidar esa noche espectacular y que si bien con su marido tiene una vida sexual plena, ninguna se comparaba a esa noche.
Por otro lado, en esa misma reunión conocí a Sabrina, sobrina de María, hija Carlos hermano de María. Rubia, rellenita ( no gorda), pechos grandes y culito también grande, más bien medio caderona de 19 años, quien sin imaginarlo ni ella ni yo sería la proxima mujer que desvirgaría aprovechando un viaje de mi novio.
Si bien ya convivía con mi novia, no hubo problema de que Sabrina se instalara en mi departamento por unos días a pedido de Carlos, hasta que ella encontrara algo para alquilar mientras estudiaba en la ciudad donde trabajo.
Todo paso una noche de calor, tormenta, a la luz de las velas, cuando por esas cosas que se conjugaron y una acción imprevista mía llevo a darme cuenta lo excitada que estaba mi sobrina ................. pero eso es tema para otro relato.