Mi Prima Ciega 02

Al fin ha llegado el fin de semana, vuelvo a quedarme a solas con mi prima y luego de hacerle un favor especial ha llegado el momento de quitarle su virginidad.

Hace algunos meses mi prima quedó temporalmente ciega, y bajo una serie de circunstancias me ha confesado su amor por mí, y ahora yo muero de ganas por poder desvirgarla, espero con ansias que este fin de semana se nos dé la oportunidad.

Esta fue tal vez la semana más larga que recuerdo, los días se me parecieron eternos, pero el jueves recibí una llamada de Paula que me hacía añorar más la llegada del fin de semana.

  • Hola Pipe, te llamé para confirmar si venías este fin de semana a acompañarme… - Mi prima había configurado su teléfono para manejarlo con comandos de voz, así que desde el accidente no solía mandar mensajes de texto sino por el contrario realizaba llamadas.

  • Si claro, allí estaré el sábado en la mañana.

  • No puedes venir desde mañana?... Mis papás viajan mañana a medio día y no quiero quedarme sola ni un minuto… - Yo creía que mis tíos viajarian el sábado pero esto era aún mejor para mí, tendría más tiempo para estar con Pau.

  • Tengo algunas cosas que hacer antes… - Menti, desde ya planeaba sorprender a mi prima…- Pero te parece bien si llego sobre las 20h?

  • Si, está bien, aquí te espero.

Finalmente llegó el viernes y con la autorización de mi mamá y mi tía pasaría el fin de semana en casa de Paula, estaríamos los dos solos todo el fin de semana sin que nadie sospechara mis intenciones.

Salí rumbo a la casa de mi prima sobre las 15h llevando conmigo solo un par de camisetas y unas bermudas en una mochila, aunque le había dicho a Paula que llegaría entrada la noche, quería llegar de imprevisto y sorprenderla, y es que en el fondo quería volver a espiarla, esperando tener suerte de verla de nuevo mientras se bañaba, como sabía que solía hacerlo todas las tardes más o menos a esa hora. Así que para que mi plan no fallara está vez no había utilizado loción y me había asegurado que no tuviera algún otro aroma que me delatara.

Llegue a su casa y abriendo la puerta con total sigilo, cuál ninja profesional, entre buscando a mi prima por toda la casa, finalmente la encontré en su habitación, estaba recostada en la cama escuchando algo de música a medio volumen, lo que ayudaba para mis planes. Me quedé de pie junto a la puerta en total silencio contemplandola, no sé qué había cambiado dentro de mi pero cada vez me parecía más hermosa, aún estando "desarreglada", o sin maquillaje, como estaba en ese momento, incluso con su cabello alborotado y con ropa de estar en casa me parecía una diosa.

  • Ya llegaste, pensé que llegarías en la noche… - Me dijo Paula mientras yo seguía admirandola en silencio… - Deja de espiarme y ven a saludarme

  • Cómo sabías que estaba aqui? Si no he hecho ningún ruido y tampoco me he puesto loción

  • Siento tu presencia, es imposible que te escondas de mí… - Me dijo esbozando una gran sonrisa a la vez que le bajaba al volumen de la música.

Me acerque a su cama y le di un beso en la comisura de los labios, a modo de saludo, a lo cual ella busco mis labios para devolverme un beso largo y apasionado.

  • Paula, no sabes las ganas que tenía de volver a estar contigo a solas.

  • Yo también quería que vinieras de nuevo… - Casi no termina la frase cuando le di un nuevo beso, está vez mientras apretaba entre mi mano una de sus tetas, que solo estaba cubierta por esa camiseta holgada que tenía puesta, pues debajo de esta no llevaba brassier… - Antes de cualquier cosa quiero que me hagas un favor…

  • El que quieras… Solo dime

  • Cómo me pudiste ver, desde el incidente no me depilo, así que quiero que me ayudes… - Me soltó de una, sin siquiera cortarse un poco…- Eres al único que me atrevo a pedirselo, no me digas que no… - Continuó ella hablando ante mi silencio

  • Estas segura?

  • Lo he pensado toda la semana y si, estoy segura

En ese momento me sentía en un sueño, ni siquiera en la más morbosa fantasía se me había ocurrido que depilaria el coño de mi prima. Pero era verdad, y sin duda aprovecharía el momento. Paula dió por sentado que lo haría y señalandome uno de los cajones de su armario me indico el paso a seguir. Dentro del cajón encontré todo lo necesario, una toalla, unas tijeras, una máquina de afeitar rosada y un bote de crema de afeitar muy similar al que yo usaba.

Estaba ansioso por comenzar, y seguramente Paula también lo estaba, así que extendí la toalla en la cama y tomando a Paula de las manos la ayude a levantarse de la cama.

  • Estás lista?

  • No lo pienses tanto, hazlo!... - Me dijo mientras comenzaba a bajarse el pantalón de sudadera que llevaba puesto, sacándoselo por completo en cuestión de segundos.

Paula se había quedado con solo su camiseta ya que tampoco llevaba bragas, y una vez más la guíe para que se acostara sobre la toalla, de tal manera que quedará con sus piernas flexionadas y lo más abiertas posibles, exponiendo su coño cubierto por ese frondoso bosque de vello. Le indique a Paula que se subiera un poco la camiseta para que está no interfiriera en mi labor. Con mis manos algo temblorosas, por la inseguridad y la excitación mezcladas a partes iguales tome las pequeñas tijeras y comencé a recortar todo lo que más podía, revelando cada vez más la piel cercana al coño de mi prima, mientras iba dejando un pequeño montón de pelo en el piso junto a mi, inevitablemente iba rozando los labios y el clitoris de Pau, lo que hacía que diera pequeños sobresaltos, y que su respiración se agitará por instantes. Claro que tocaba más de lo necesario, era imposible en ese momento controlarme y no tocar ese maravilloso coño que cada vez me fascinaba más, y Paula me ayudaba en mi labor moviendo sus piernas y abriendolas más cada vez que era necesario.

Finalmente termine de recortar el exceso de vello, dejando una fina capa de este en toda la entrepierna de mi prima, desde su monte de Venus, pasando por los labios de su vagina, hasta llegar a su hermoso culito. Me levanté rumbo al baño a buscar algo de agua en una pequeña taza por indicación de Paula, al regresar ví que ella se había puesto algo de espuma de afeitar en su bajo vientre, tomo la maquinilla de rasurar e indicándome como debía hacerlo me confirmó para mí mismo lo que ya me suponía: No me necesitaba en absoluto para depilarse, ella era perfectamente capaz de hacerlo sola, y solo me pidió que lo hiciera como un juego en el que los dos disfrutaríamos, si no lo había hecho antes, durante su incapacidad, era porque no lo había considerado necesario.

Tome la maquinilla no sin antes pasar mi mano por toda su rajita untandola con la espuma que Paula ya se había echado en su pubis, y lentamente comencé a pasarle la maquinilla retirando todo el vello a su paso, limpiandola periódicamente dentro de la taza llena de agua. Con una mano iba estirando los pliegues de su coño, y con la otra iba pasando la maquinilla teniendo cuidado de no cortarla, no perdí oportunidad de jugar con sus labios, especialmente mayores pues estos cerraban casi en su totalidad la entrada de la vagina de mi prima.

Ahora seguía por su ano, así que le indique a Paula que levantará sus piernas lo máximo posible llevandoselas casi hasta si cabeza, quedando así todo su trasero expuesto. En ese momento tuve el impulso de sacar mi erecta verga de dentro de mis pantalones y clavarsela de un solo golpe dentro de ese culito cerradito, pero no era el momento así que seguí en mi labor. Con el pulso de un cirujano pase por cada milímetro de piel la máquina de rasurar hasta dejarlo sin un solo vello.

Tome una toalla húmeda y quite los excesos de espuma y los posibles vellos que se hubieran quedado pegados, dejando a la vista un reluciente y liso coño, que además era virgen. Pase la palma de mi mano desde el culito de Pau hasta llegar a su clitoris, sintiendo la suavidad de la piel, y comencé a jugar con este hasta conseguir que Paula estallara en un orgasmo, no bastó demasiado pues ya estaba caliente del toqueteo previo y fácilmente llegó al extasis.

  • Gracias primo, quedó perfecto… - Me dijo Paula pasando una de sus manos alrededor de todo su coño.

  • Fue un placer, pero ni creas que está vez me vas a dejar con las ganas.

  • Ya te daré lo que quieres, pero debes esperar un poco más, primero vamos a comer que estoy muerta de hambre… - Sentía que Paula estaba jugando conmigo, lo iba a dejar pasar esta vez, pero ya llegaría el momento en el que ella sería quien me rogara a mi para que la hiciera mía.

  • Pero quiero que permanezcas desnuda mientras yo esté aquí contigo, de lo contrario me voy y te dejaré sola.

Si ella quería jugar conmigo yo también lo haría, quería saber hasta qué punto llegaría ella y si estaba al menos la mitad de excitada de lo que yo estaba lo haría sin rechistar. Y efectivamente yo estaba en lo correcto, Pau se quitó su camisa quedando completamente desnuda, y sus tetas quedaron de nuevo a mi vista, me traían loco desde que las ví, esos pezones cafés que quería tener entre mi boca y succionarlos cuál bebé hambriento.

Preparamos algo ligero de comer y en cuestión de media hora ya estábamos de vuelta en la habitación, Paula siempre deteniéndome cada vez que yo intentaba besarla o tocarla, y eso me tenía ya al borde de la locura. Finalmente Paula se acostó boca arriba en la cama e invitándome con un dedo hacia ella me lancé cuál león hambriento a mi presa, le debore su boca, baje por su cuello y terminé llegando a sus tetas que no tarde en meter en mi boca, mientras con mi mano jugaba con su clitoris, cuando sentí que su orgasmo estaba cerca me detuve de inmediato, era mi momento de torturarla, y susurrándole en su oído que no podía correrse hasta que yo se lo permitiera le acerque mi verga dura a su boca para que me la chupara, necesitaba que me diera otra mamada como en la ocasión anterior. Y ella muy obediente lo hizo, se metió toda mi extensión en su boca, dejando mi polla brillante por la mezcla del líquido preseminal que comenzaba a salir y de su saliva que ya empezaba a resbalarse por la comisura de sus labios, yo me sujete a su cabeza y comencé con un vaivén lento pero profundo. Antes de llegar a correrme se la saqué de la boca y continúe con mi estimulación al coño de Pau, está vez con mi boca. Pase la lengua en círculos por su clitoris, chupándolo en intervalos, para después bajar a la entrada de su cueva y penetrarla con mi lengua. Cuando estuvo lo suficiente mojada le metí un dedo despacio, hasta llegar a la barrera que formaba su himen, notando lo lubricada que estaba su vagina.

Y finalmente llegó el momento, puse mi verga en la entrada del coño de Pau, y antes de hacer el intento de meterla, acerque mi cara a la de ella y besándola nuevamente le dije que todo estaría bien. Muy lentamente fui metiendo mi polla en su interior, centímetro a centímetro, dándole tiempo que se fuera adaptando al invasor entre sus piernas. Al llegar a su himen me detuve unos segundos, dejando que Paula tomara aire, y son que ella se lo esperara le di un fuerte empujón hasta el fondo, quedando toda mi verga dentro de la vagina de mi prima. Ella dió un fuerte grito de dolor clavándome a la vez sus uñas en mi espalda. Duramos unos largos segundos quietos sin movernos, hasta que la expresión de dolor del rostro de mi prima fue desapareciendo, y fue ahí cuando comencé nuevamente a sacar y volver a meter mi verga. Con el continuo mete y saca un pequeño hilito de sangre mezclado con nuestros fluidos comenzo a salir del coño de Pau, resbalando se lentamente por sus nalgas abajo.

En cuestión de minutos el lento movimiento de caderas se torno en un mete y saca frenético, Paula no tardó en coger el ritmo y moviendo ella también sus caderas ayudo a qué las embestidas fueran cada vez más fuertes y profundas, sus gritos iniciales de dolor ya se habían convertido en jadeos, suspiros y gemidos que llenaban la casa y retumbaban en las paredes. Su voz tierna y dulce pidiendo más y más era música para mis oídos y me impulsaban a continuar y no desfallecer. Una vez más sentí que el orgasmo de Pau estaba pronto a llegar y recordándole que no podía correrse hasta que yo se lo permitiera continúe taladrandola sin cesar, ver su cara de placer mezclada con la del sufrimiento por no poder correrse iba a hacer terminará pronto, así que disminui la velocidad de las embestidas comoensandolo con magreos en sus tetas y masajes en su clitoris.

Paula no iba a poder aguantar más sin correrse, la estaba volviendo loca, y me encantaba verla asi, completamente entregada al placer.

  • Ya te puedes correr, primita… - Le susurré al oído después de darle un beso en su boca.

  • Agggghhhhh…. Ooohhhhh …. Siiiiii…. Me corrrooooo…. Aggghhhjhbb….

Volví a aumentar la velocidad de mis embestidas mientras Pau seguía retorciendose de placer, sentir las contracciones de las paredes de su vagina apretándome la verga fue el estímulo necesario para alcanzar mi orgasmo, y sin pensar en las consecuencias termine derramándose mi simiente en el interior del coño de mi prima.

Caímos los dos exhaustos en la cama, abrace a Paula quedando en cucharita y nos dormidos hasta el otro día. Cuando desperté fui consiente que me había corrido dentro de Paula, y al pensar en las consecuencias sali corriendo hacia la farmacia más cercana a comprar la píldora del día después, por el momento no pensaba tener hijos y menos con mi prima.

Al regresar Paula todavía estaba dormida así que fui a prepararle el desayuno, unos minutos después ella me alcanzó en la cocina, y verla desnuda a mitad de la cocina fue el mejor estímulo que puede haber recibido.

  • Buen día Pipe

  • Hola Pau… - Y nos fundimos en un beso matutino, mientras pegaba sus firmes tetas en mi pecho, lo que hizo que mi polla despertara y se clavara en su abdomen.

  • A donde saliste hace unos minutos… - Y dándole la píldora le expliqué mis pensamientos, sin embargo ella me coloco que ella tomaba anticonceptivos por lo que no habría problemas.

Desayunamos tranquilamente y después salimos hacia la habitación de Paula, necesitábamos darnos un baño y quitarnos de encima todos los fluidos impregnados en nuestros cuerpos. Y una vez más, comenzamos a jugar con nuestros cuerpos, besándonos y acariciándonos, apoyé a Paula contra la pared del baño y penetrándola desde atrás mientras la sujetaba por su cabellera comencé un continuo mete y saca hasta que los dos nos corrimos bajo la ducha.

  • Te parece si salimos a dar una vuelta y a comer algo… - Le propuse mientras nos enjabonabamos y terminamos de bañarnos mutuamente.

  • Dale, pero si vas a seguir manoseandome y follandome no vamos a salir nunca de aquí…

Y diciendome esto salió de la ducha huyendo de mis incansables e insaciables ganas de seguir follandomela. Después de unos minutos mientras nos cambiamos y arreglamos salimos los dos cogidos de la mano a caminar un rato, no muy lejos pues Paula en esas circunstancias no lo disfrutaría, comimos algo en un restaurante cercano para así recuperar fuerzas y finalmente regresamos a casa de nuevo abrazados y cogidos de la mano.

Al llegar a casa un nuevo asalto en nuestra faena de pasión tuvo lugar, está vez en la sala. Yo sentado en el sofá con mis pantalones a la altura de mis tobillos y Pau con su falda recogida en la cintura y su blusa tirada en alguna parte de la casa, ella sentada sobre mi a horcajadas se dejaba caer sobre mi verga, llevando el ritmo, la velocidad y la cedencia con la que más disfrutaba, mientras yo veía sus tetas bambolearse con cada movimiento de mi prima. Cambiamos de posición luego de algunos minutos recostandola en el sofá de tal manera que su cintura quedara sobre el reposabrazos permitiendo que mis clavadas fueran más profundas. El sinfín de gemidos y gritos de placer seguro se escuchaban en varias casas a la redonda pero no nos importaba, en ese momento solo éramos mi prima y yo en todo el mundo, no existía nadie más y no nos importaba si alguien escuchaba los improperios que salían de nuestras bocas en medio de nuestras pasion desbordada.

Alzando entre mis brazos a Paula sin llegar a sacar mi verga de su interior mientras ella me abrazaba por el cuello fuimos besándomos hasta llegar de nuevo a su habitación. Allí continuamos hasta quedar sin fuerzas, quedando los dos dormidos desnudos, yo aún con mi pene en el interior del coño de mi prima. Solo nos despertamos hasta el medio día de ese domingo, y está vez yo salí de primeras solo rumbo al baño, cuando estaba allí escuché abrirse la puerta principal, era mi tía que había llegado unas horas antes de lo previsto, solo esperaba que Paula también la haya escuchado y alcanzara a cubrirse.

Al salir del baño, Paula ya estaba con mi tía en la sala, y al parecer todo estaba bien no se había dado cuenta de nada, así que yo quedé más tranquilo y luego de hablar un poco con mi tía me marché a mi casa, prometiéndole a Paula regresar a por más apenas tuviéramos oportunidad. El cuerpo de Paula era insaciable y yo me iba a encargar de satisfacerla cada vez que ella quisiera.

CONTINUARÁ...

___________________________________________________________

Me he demorado más de lo pensado en continuar con mis relatos, pero espero que les guste y que no haya perdido la calidad inicial de los mismos.

No duden en dejar sus comentarios y sugerencias, eso me motiva en gran medida a seguir escribiendo, y más cuando a veces se pierde el rumbo y la motivación.