Mi prima Ana
Nunca crei, que podia tener una experiencia lesbica, con mi prima Ana.
MI PRIMA ANA
Mi nombre es Yamira, esto sucedió hace unos dos años, fue una experiencia inolvidable, cada vez que la recuerdo se moja mi sexo, lamentablemente, jamás pude volver a repetirla por distintos motivos
En ese entonces contaba con 22 años, si bien no soy una gran belleza tengo mis atractivos, soy rubia y lo que mas llama la atención, son mis tetas grandes., el resto de mis atributos son normales.
Después de varios años regrese a mi pueblo natal en la provincia de Buenos Aires, invitados por mi tía, que vivía sola con su hija Ana,
Hacia como 10 años que, mis padres se habían mudado, sin haber vuelto a regresar.
Cuando las vi., me emocione, había transcurrido tanto tiempo. Al ver a mi prima tan crecida, no podía creerlo, ya tenia 16 años y era todo una mujer , alta , linda figura, morocha y ojos celestes.
Realmente me impacto su hermosa silueta en desarrollo y su bellísima cara sensual, tenía una mirada cándida, y había un dejo de inocencia
Bueno después de las habituales charlas, en las que nos poníamos al día con lo acontecido en nuestras vidas, llevamos mis maletas al cuarto de Ana, donde dormiría.
Esa noche me acosté temprano, estaba cansada por el viaje, así que después de una confortable ducha, me metí en la cama..
A la siguiente mañana, después de desayunar me puse a hablar con Ana, note que era un poco tímida, pero a pesar de eso, intimidamos bastante pronto.
En un momento dado, Ana acaricio mi mejilla, no puedo explicar bien que sentí en ese instante, pero tuve como un estremecimiento ante su contacto.
A partir de ese minuto comencé a sentir una extraña atracción hacia Ana, algo que jamás me había ocurrido en mi vida, es de dejar aclarado que todas mis relaciones han sido heterosexuales, con un par de novios que tuve.
Trate de olvidar lo ocurrido.
Un día ocurrió algo en la piscina de su casa, nos pusimos a jugar en el agua en el manoteo nuestros cuerpos se enlazaban en un simulacro de lucha, el contacto de su cuerpo me empezó a excitar, me encantaba tocarla y que lo hiciese conmigo, pero a pesar de eso trate de cortar el juego.
Me sentía un poco mal por lo que me sucedia, supongo que Ana percibió mi aptitud, por que se detuvo, mirándome en forma extraña.
Salimos del agua y nos pusimos a tomar sol, sin decir palabra.
En un momento Ana se quito el sostén, dado que estábamos solas y no teníamos vecinos cerca, dejando liberados unos candorosos y bellos pechos.
En ese instante sentí una excitación al verlos, trataba de no hacerlo, pero mi vista parecía imantada por esos encantadores pechos.
Durante todo el día mi mente daba de vueltas y era un mar de confusión, quizás tenia algo de reproche, pues no era normal el pensar en chicas, menos aun en alguien tan cercano a mí como mi prima.
Llegue a la habitación totalmente turbada, toque mi raja y percibí lo humedad que estaba, a pesar de la lucha interna que tenia entre mi cuerpo y mi mente, fui al baño, me saque la malla y me masturbe con desesperación. Ya no podía mas y descargue toda mi excitación en un prolongado orgasmo, mis caderas subían y bajaban al encuentro de mis caricias, Con las yemas de mis dedos acariciaba la protuberancia de mi clítoris erecto, mis piernas en un momento desfallecieron para que todo mi cuerpo agotado, se desplazara al piso
No pretendía aceptarlo pero estaba empezando a percibir una atracción ante mi prima, algo que no terminaba de comprender.
Habían transcurrido cuatro días, desde mi llegada, pero rápidamente, esa atracción se fue transformando en obsesión, deseaba poder acariciar y besar todo su desnudo cuerpo.
No sabia ni que pensar, por un lado todos los valores que me enseñaron mis padres, la escuela y quizás la religión se agolpaban en mi mente, que si esto era correcto o incorrecto, normal o anormal, no ponía fin a todas estas reflexiones, no sabia que seria lo mejor.
Pensé irme antes de lo previsto, para evitar un posible mal desenlace o que me rechazara. Pero la tentación fue mayor, tener una experiencia distinta me excitaba, solamente esperaría la oportunidad e ir a su encuentro.
Una noche mientras me duchaba, note que Ana me observaba, a través de la puerta entreabierta (la que deje premeditadamente).
Salí con la toalla rodeando mi cintura y mis voluminosas tetas al aire, al pasar frente a mi prima note que se encendían su rostro, al quitarme la toalla, Ana clavo sus ojos en mi desnudo cuerpo. Sin prisa me coloque una camisola y mis bragas, me acerque a Ana, la bese cerca de sus labios para darle las buenas noches y me dirigí a mi cama.
Dormía profundamente, cuando algo me despertó a media noche, era Ana, percibía su respiración entrecortada, permanecí sin moverme, quería saber, que estaba dispuesta a hacer.
Lentamente corrió la sabana, dejándome destapada, su mano comenzó a acariciar, con gran suavidad mis piernas, me relaje para disfrutar y gozar de sus caricias.
No quería demostrarle que estaba despierta, distinguiendo su contacto, por el temor a que se fuese..
Esperaba la oportunidad para besarla y aplacar mis ansias de disfrutar de su tan joven cuerpo.
Mi vagina se había humedecido, mas por mis pensamientos que se iban adelantando a lo que podría llegar a ocurrir.
Sentía su mano urgir entre mis piernas, permanecí quieta necesitaba saber cuanto avanzaría en su búsqueda,
En un instante un leve gemido de placer, escapo de mis labios. Ana se percato y rápidamente quito su mano, y corrió a su cama
Se produzco lo que imaginaba, tendría que buscar una forma, que no la afectara, y hacer que continuara sin temor
A la siguiente mañana, en cuanto tuve oportunidad, toque el tema del sexo, y sin mucha vueltas le pregunte si había tenido alguna relación sexual, a lo que tímidamente me respondió que nunca. Continuamos hablando, y se la notaba muy interesada en el tema
Le pregunte si le gustaría tener algún tipo de contacto sexual, que si lo deseaba, la podía ayudar en su iniciación.
Sus mejillas se sonrojaron rápidamente, si bien bajo su rostro y no me respondió ante mi pregunta, percibí que no le disgustaba la idea.
Esa noche una vez en la cama, me desnude totalmente, sin que se percatara Ana, esperaba que se repitiera lo de la anterior noche.
Realmente se cumplió mi deseo, cerca de la media noche, se acerco a mi cama y me destapo, yo estaba despierte, esperando como seria su reacción, al ver de cerca mi desnudez.
Continué simulando que dormía, cuando, su mano acariciaba mi pubis, era tan suave su contacto que empecé a humedecerme. Deje que continuara, estaba excitadísima, un exclamación de goce escapo nuevamente de mi boca. Automáticamente Ana quito su mano, pero con rapidez, tome su muñeca y la atraje hacia mi.
Exhalo un grito de sorpresa, ante mi aptitud, pero esta vez no deje escapar a mi presa.
Perdón yo Me dijo, su voz estaba entrecortada por la sorpresa.
Tranquila le dije, colocando mi dedo en sus labios, mientras la tomaba de la cintura y la recostaba en mi cama.
No hizo ademán de irse, solamente se dejo llevar, su cuerpo estaba agitado y nervioso.
Después de besarla en los labios, comencé a desnudarla como si fuera un ritual, mis manos desabrocharon su primer botón de su pijama, con lentitud lo hice con el resto hasta dejar liberados, unos pechos agitados. Termine quitando su saco, Ana estaba estática sin decir palabra.
Apoye mi mano en su pecho izquierdo, notando los latidos de su corazón, a un ritmo acelerado.
Cuando quedaron al descubierto sus pequeños y dulces pechos, al acariciarlos notaba su firmeza y suavidad. Con la palma de mi mano, arrullaba sus pezones, que respondieron rápidamente al contacto, a la vez que Ana expresaba unos gemidos de placer.
Era una delicia estar acariciando ese blanco y joven cuerpo de mi prima, jamás imagine que podría llegar a estar haciéndolo.
Proseguí sacando su pantalón del pijama, hasta dejar al descubierto su minúscula braga.
Comencé a deslizar mi mano por sus pierna, lentamente las abría, como esperando que me acercara a su sexo. No lo hice inmediatamente, continué subiendo por sus piernas, llegar a su cintura, tocar su ombligo perfecto. Ana se estremecía cada vez más, ante mi contacto.
Continué con mis caricias, en un momento roce su raja con el dorso de mi mano, estaba muy húmeda, ese leve contacto la estremeció de sobremanera.
Deseaba desnudarla y beber su jugo, pero me deleitaba haciéndolo en una forma lenta, el deseo aumentaba paulatinamente .para las dos..
Después de un rato, pase mis dedos por debajo del elástico de sus bragas comenzándolos a deslizar, mi cara estaba frente a su entrepierna, al terminar de quitar su última prenda, veo, un delgado hilito de su flujo unido a la tela, percibiendo un brillo sobre su vello
Mire a Ana a su cara y sonriéndome me percate de ese resplandor en su mirada, ahora todo se aclaraba, las dos nos apetecíamos
Me acerque a su rostro y nuestras bocas se juntaron, ambas lenguas se introducían en nuestras cavidades, como víboras, en forma desenfrenada, estábamos frenéticas de deseo.
Las manos de Ana comenzaron a estrujar mis senos, grandes y firmes, sus palmas acariciaban mis pezones y los sentían crecer debajo de ellas.
Mis dedos comenzaron a moverse libremente por toda su vagina se movían de arriba hacia abajo por sus labios, los tomaba entre mis dedos y los separaba, dejando salir una mayor cantidad de líquidos, En un momento dado paso la yema de mi dedo índice, sobre su clítoris que lidiaba por sobresalir.
Sentía emanar mi flujo vaginal, cada vez mas, estaba muy ardiente.
Mis dedos se paseaban por sus labios, sintiendo más claramente el contacto, acariciaban la entrada de su vagina, luego iban explorando su interior,
Mientras Ana, friccionaba sus manos contra sus pechos, los juntaba y los soltaba, los movía para masajearlos, tomaba las puntas de mis pezones y los frotaba, yo continuaba penetrándola con mis dedos.
..
Ahora los hacia entrar y salir de su vagina, mientras que con el pulgar acariciaba su clítoris erguido.
Mi mano la lleve a mi raja, agitándola al unísono con lo que le hacia a la de Ana, era un momento de placer fabuloso.
Estábamos llegando a la cima del éxtasis, las caderas de Ana se contorsionaban intensamente, fue casi al mismo tiempo que las dos dimos un fuerte gemido que pareció casi un grito,
Nos movíamos con la misma energía de nuestros relativos orgasmos.
Nuestros gritos debieron de ser muy fuertes, por que oímos a la madre de Ana golpear a la puerta, preguntando si nos pasaba algo.
Mi prima corrió a su cama, temerosa, mientras le comentaba que había estado soñando.
No ocurrió mas nada por esa noche, Ana no regreso a mi cama ni yo quise ir a la suya, deje que las cosas se desarrollaran normalmente,
Nos despertamos, cuando la madre de Ana nos llamo para desayunar, todavía estábamos desnudas de la noche anterior. Al ver nuestros cuerpos, brillo la lujuria en nuestros ojos.
Nos abrazamos, acariciamos fugazmente y unimos nuestras bocas, un momento. Terminamos de vestirnos y fuimos a desayunar.
Aprovechábamos cualquier momento para tocarnos.
Esa tarde quedamos solas, su madre salía con unas amigas y regresaría tarde. Aprovechamos la ocasión y nos pusimos las mallas para ir a la pileta. Apenas estábamos en el agua empezamos con los jueguitos amorosos, muy pronto nos quitamos las mallas, para continuarlos, mas libremente.
Al salir de la piscina, me tire sobre una colchoneta a tomar sol, Ana se acomodo entre mis piernas abiertas como un chico, recostando su cuerpo sobre el mío.
Nuestras tetas quedaron juntas y volvió a besarme. La abracé y rodeé sus caderas con mis piernas. Ana gemía mientras me besaba y yo también. Parecíamos dos gatas en celo.
Empezó a comerme las tetas apasionadamente. Me las mojó todas con su lengua y después se concentró en mis pezones, le dio chuponcitos y mordisquitos que me volvieron loca.
A continuación bajó por mi vientre y llegó hasta mi entrepierna, su lengua entre mis labios vaginales y sobre mi clítoris me hicieron enloquecer de placer.
Ana parecía sedienta, al beberse mis jugos con tanto ímpetu.
Sus dedos empezaron a buscar el interior de mi vulva húmeda, entraban y salían rápidamente, me hacia doler, pero el goce, lo compensaba, rápidamente me llevo a un voraz orgasmo. Me retorcía de placer y arqueaba mi espalda, sin poder dejar de irradiar gritos de satisfacción.
Me giro hasta quedar boca abajo, separo mis nalgas con su mano y enterró la cara entre ellas. Su lengua se hundió en el agujerito de mi ano, sin darme respiro,
Lancé un aullido de placer. Nunca pensé que me estimulara tanto y menos imagine que fuera mi primita, capaz de brindarme tanto goce.
Ana tenía la boca pegada contra mi agujerito y la lengua adentro de mi esfínter. Estaba dura y caliente, la movía en círculos, la metía y la sacaba.
Después se montó sobre mí, sus tetas quedaron en mi espalda y su boca pegada a mi nuca, mordiendo el lóbulo de mi oreja (si había algo que me excitaba poderosamente, era eso). Los pelitos de su concha rozaban mis nalgas.
Sin previo aviso, su dedo índice penetro en mi culito, grite y gemí ante la sorpresas. Estaba pasmada de la forma desenfrenada en que Ana actuaba, no parecía mas aquella chica callada y temerosa, estaba como poseída y ávida de mi cuerpo.
Continuaba montada, mis jugos emanaban cada vez mas, estuvo un rato frotándose contra mi espalda sin dejar de penetrarme con el dedo. Luego me lo sacó, y me hizo girar otra vez en la colchoneta hasta que quedé boca arriba nuevamente.
-¿Te gustaría probarme? Me pregunto
Sin decir palabra, me metí sus tetas en la boca. Eran muy ricas, duras, con los pezones muy erectos.
Ella se movió en la colchoneta y se sentó sobre mi rostro. Ahora tenía toda su concha a disposición de mi boca. Estaba empapada, tenía olor fuerte a chica excitada.
Le metí la lengua, la moví en todas direcciones, me encantaba saborearla de esa manera. Ella movía la cadera y se pellizcaba los pezones. Sus jugos mojaban toda mi boca.
Me deslicé un poco. Ana quedó en cuatro, con las manos apoyadas en el respaldo de una silla. Su culo estaba a mi disposición. Se lo lamí y luego le hundí mi lengua. Su sabor me embriago de placer.
Se lo chupé largo rato y pude comprobar que el agujerito se le abría fácilmente. Le metí mi dedo índice y desapareció hasta el fondo, gracias a mi saliva y su flujo.
Ana se agitaba como loca, gemía, con la respiración agitada y entrecortada.
-Mete mas, por favor -me pidió con voz caliente, mientras abría sus cachas, todo lo que sus manos podían.
Apunté a su ano con mis dedos índice y mayor juntos, y se los incruste sin problemas. Ella se frotaba fuertemente la concha, sin parar de gritar.
Entraban y salían rápidamente, la estaba cogiendo con mis dedos. Con la otra mano yo también me acariciaba el clítoris.
Ana gritó y se movió violentamente. Me tomó de los brazos y me empujó. Caí otra vez boca arriba y ella me abrió las piernas. Se acomodó, ella también abierta, entrecruzamos nuestras piernas, hasta dejar las conchas pegadas. Y empezó un movimiento de frotación muy intenso.
Respondí, siguiéndole el ritmo, al mismo tiempo que nos acariciábamos las tetas. Ella se prendió de mis pezones y me las sacudía. Yo se las amasaba con pasión.
Por primera vez sentí que una mujer me copulaba con su propia concha, y yo le hacia lo mismo.
Estallamos las dos en un orgasmo muy ruidoso, gritando como desequilibradas, ante su llegada. Nuestros cuerpos se sosegaron, recomponiéndose después de la impetuosa actividad, giramos para quedar enfrentadas, todas sudorosas, con las caras empapadas de los jugos de la otra, nos besamos convidándonos de los líquidos de cada una, lamíamos nuestros labios, nuestras mejillas y saboreábamos nuestro deseo en la boca de la otra.
-¿Te gustó? -preguntó ella.
Me encanto, jamás paso por mi mente, que nos ocurriera algo así -respondí.
-A mi también, estoy un poco avergonzada, en la forma frenética que actué, pero me deje llevar por el instinto- me comenta Ana
Para que te quedes tranquila, te aclaro que jamás tuve algo tan apasionado
Permanecimos abrazadas, hasta que nos dormitamos sobre las colchonetas.
EROS