Mi picara nuera 5
Nuria asume su gusto por el exhibicionismo y disfruta con su papel de niña viciosa.
La siguiente mañana empezó con un buen desayuno y después subieron a la habitación. Nuria estaba intrigada con lo que la noche anterior le había anticipado su suegro, -“Mañana tendrás que demostrarme que realmente vas a hacer todo lo que yo te pida”- había dicho él, y aún no sabía a qué se refería, esperaba que fuese uno más de los juegos a los que la sometía los viernes, quizás ponerse ropa provocativa y hacerla fotos, o mejor, quizás volviese a penetrarla con sus dedos, aún recordaba la noche en que la penetró anal y vaginalmente con sus dos dedos e hizo que ella tuviera un orgasmo bestial. -¡Ojala sea algo así! Pensaba- Se puso el bikini más provocativo, era blanco y muy fino, por lo que se notaban perfectamente sus pezones y la braguita era un tanga minúsculo que también marcaba su vulva con claridad. Se sentó en el borde de la cama esperando a ver qué instrucciones le daba su suegro, si tenía que tumbarse, ponerse en cuatro o en cualquier otra postura, le daba igual, solo quería que él la dijese cómo tenía que posar o lo que tenía que hacer, lo que pidiese lo haría con agrado, estaba deseando sentir las caricias de Javier en sus partes intimas. En vez de eso su suegro decidió que iban a pasar el día en la playa, junto a las dunas. Se llevó una pequeña desilusión, pero bueno, tampoco era mala idea, quería salir de la piscina y relajarse en una playa donde no estuvieran mirándola todo el tiempo, aunque la gustaba que la admirasen, lo cierto era que ya estaba un poco cansada, todos los hombres de las hamacas cercanas no quitaban los ojos de sus tetas o de su culo, así que en la playa podría actuar con mas naturalidad. Fueron caminando hasta el chiringuito nº 4 y Javier dijo que se quedaban allí, Nuria no salía de su asombro, todo el personal que estaba en las hamacas del chiringuito, la mayoría muy maduritos, estaban desnudos.
NURIA.- ¿Nos vamos a quedar aquí? Todos están desnudos.
JAVIER.- Claro, es una playa nudista, así que quítate el bikini y túmbate al sol.
Nuria estaba un poco indecisa, nunca había hecho nudismo y se encontraba un poco violenta, a pesar de ello se sentó en la toalla y se quitó la parte de arriba del bikini. Miró a Javier y vio que él ya se había quitado su bañador y mostraba su pene con naturalidad.
JAVIER.- Vamos, quítate el tanga.
Nuria levanto un poco sus caderas y deslizó el tanga por sus piernas hasta quitárselo, ahora estaba mostrando su pubis a todos los ocupantes de las hamacas próximas, algunos de los cuales no quitaban la vista de ella desde que había llegado. Se puso las gafas de sol y cogió la mano de Javier que estaba junto a ella.
NURIA.- ¡Joder! No paran de mirarme.
JAVIER.- Normal, eres un bellezón y por aquí no se ven muchas mujeres como tú, normalmente vienen mujeres más mayores. Tú piensa que todos esos hombres que te miran harían cualquier cosa por echarte un polvo, bueno, y algunas mujeres también, ten en cuenta que aquí vienen muchos swinger. Pero a ti eso te gusta. ¿No? Al menos eso dijiste ayer durante la cena, te encanta que te miren y te deseen, aprovéchate de ello ahora, tienes en tu mano calentarles a todos.
NURIA.- Ufff, no creo que pueda.
JAVIER.- ¿Cómo que no? Dijiste que harías todo lo que yo te pidiera.
NURIA.- ¡Joder! No es tan fácil. ¿Qué quieres que haga?
JAVIER.- No se, improvisa, muéstrate ante ellos, saca tu lado sexy y provocativo.
Nuria se levantó y se dirigió al agua contoneando sus caderas, sus glúteos se movían alternativamente con cada paso que daba. Javier al mirarla notaba como su pene comenzaba a crecer, pero también notaba como todos los hombres se incorporaban de sus hamacas para mirarla e incluso había quien hacia alguna fotografía con disimulo. Nuria se metió en el agua y jugó unos minutos con las olas, a continuación salió en dirección a su hamaca, al caminar, sus enormes pechos se balanceaban al compas de sus pasos y entre sus piernas se podía ver su vulva depilada. Al llegar a la hamaca se tumbó en ella boca arriba cerrando las piernas para ocultar su sexo.
NURIA.- ¿Así está bien?
Javier sonrió asintiendo.
JAVIER.- Lo has hecho bien pero no del todo, ahora separa las piernas para que tu coño esté bien visible.
Ella no dijo nada y obedientemente separó las piernas dejando su coño a la vista de todo el que pasase por delante.
JAVIER.- Así está mejor, ves como no cuesta tanto.
Allí permanecieron tomando el sol durante un rato, los bañistas que pasaban junto a ellos miraban sin disimulo la vulva expuesta de Nuria y ella observaba como lo hacían, al ver como pasaban y giraban la vista para mirar, sentía cierta excitación. -¿Qué pensarían de ella?- Daba igual, en ese momento se sentía tan atractiva como decía su suegro, porque todos la miraban, algunos habían pasado varias veces por delante y ella no había resistido a la tentación de balancear lateralmente sus piernas ofreciéndoles una mejor vista de su coño. –Si, eso la excitaba- Tenía razón Javier al decir que a ella la encantaba que la mirasen. Instintivamente empezó a abrir y cerrar las piernas lentamente, al hacerlo notó como su vulva comenzaba a estar húmeda.-¡Dios! No puedo creerlo, ésta no soy yo, nunca hubiese pensado que me excitaría tanto que unos extraños mirasen mi sexo.- Por un momento tuvo la tentación de llevar los dedos a su vagina e impregnarlos de sus fluidos, pero había demasiados testigos y tuvo que contenerse.
Javier la observaba y veía como ella cada vez estaba más cómoda en el papel que él había marcado, ya no solo no cerraba las piernas para ocultar su sexo sino que las abría voluntariamente para ofrecer una vista más generosa de él. Ahora lo tenía claro, había que dar un paso más.
JAVIER.- ¿A que no ha sido tan difícil?
Nuria se quitó las gafas, le miró con una amplia sonrisa y con un movimiento de cabeza le dijo que no.
JAVIER.- En ese caso, ahora vamos a dar un paseo por las dunas. ¿Te apetece?
Nuria dijo que si y se puso el bikini, cogieron las toallas y caminaron hacia el interior de las dunas, al llegar a un punto en el que no había nadie, Javier estiró la toalla y pidió a Nuria que se tumbase encima, ella así lo hizo y su suegro comenzó a hacerla fotografías. Nuria sonriente empezó a posar con cara pícara.
JAVIER.- Quítate la parte de arriba del bikini.
Nuria sin dudarlo se despojó del bikini y posó sujetando sus pechos.
JAVIER.- Ahora separa las piernas y retira con tus dedos la braguita.
Ella lo hizo inmediato, éste era el juego que tanto la gustaba. Javier siguió haciendo fotos mientras ella adoptaba poses eróticas y enseñaba su sexo a la cámara.
JAVIER.- Ponte en cuatro mostrando tu culo a la cámara.
Ella lo hizo y al girarse descubrió que había una persona en lo alto de la duna, al fijarse bien vio que era un hombre de unos 50 años con pelo completamente blanco que antes estaba junto a ellos en las hamacas.
NURIA.- ¡Joder! Hay un nombre ahí arriba mirando.
Javier miró y vio como el hombre estaba a escasos metros, sentado en lo alto de la duna y observándoles.
JAVIER.- Bueno, déjale que mire, tú sigue posando.
NURIA.- ¿Estás loco? No puedo hacer esto delante de él.
JAVIER.- ¿Cómo? Ayer cuando te pregunté si te desnudarías delante de otro hombre me dijiste que no te importaría, es más que solo con pensarlo tu sexo se estaba humedeciendo. ¿Acaso mentías?
NURIA.- Noooo, no mentía, pero una cosa es decirlo con dos copas y otra hacerlo de verdad.
JAVIER.- Bueno. ¿Entonces quieres que lo dejemos?
NURIA.- Si, lo prefiero.
JAVIER.- Ya veo que no cumples lo que dices y no haces todo lo que yo te pida como habías prometido.
NURIA.- ¡Joder! Si quiero hacerlo, pero es que me da mucha vergüenza.
JAVIER.- ¿Vergüenza por qué? Tú sabes que te encanta que te miren, lo has comprobado antes en la hamaca y eso no puedes negármelo. Además, este hombre está viendo lo mismo que le enseñaste antes cuando estabas tumbada.
NURIA.- No, no lo niego, pero es que está justo aquí al lado y me da vergüenza.
JAVIER.- Mira, vamos a hacer una cosa, tú ahora cierra los ojos y piensa que ese hombre que está ahí soy yo, piensa lo mismo que pensaste cuando me mostraste tu sexo por primera vez.
NURIA.- ¡Joder! No es tan fácil.
JAVIER.- Venga, cierra los ojos y piensa solo en la cámara que te está fotografiando, a ti te encanta mostrar tu sexo desnudo a la cámara.
Nuria resopló y dijo que iba a intentarlo, pero si no podía hacerlo, se iban. Entonces cerró los ojos y pensó en el primer viernes que estuvo con su suegro, recordaba como había posado para él en camisón, como le había mostrado el tanga empapado con sus fluidos mientras la fotografiaba, recordaba también como había sentido la necesidad de mostrarle su sexo y como se había masturbado después. Ufff, solo con recordarlo notó como sus flujos empezaban a brotar de su vulva. - ¿Por qué no hacerlo ahora?- Al fin y al cabo solo era un desconocido que miraba y ya la había visto antes en la hamaca. -¡Que mire!- Pensó. Y sin dudarlo un segundo se puso en cuatro y cerró los ojos mientras Javier seguía haciendo fotos de su sexo.
JAVIER.- Ahora separa tus labios con los dedos para que yo pueda fotografiar tu vulva abierta.
Ella llevó la mano a su sexo y separó los labios dejando su coño abierto y su esfínter anal expuestos a la cámara. Javier entonces llevó su mano al sexo húmedo de su nuera e introdujo un dedo en la vagina, ella sintió un escalofrío y giró su cabeza mirando al hombre que no quitaba la vista de lo que hacían.
JAVIER.- No le mires por favor, piensa solo en mi y en las fotos que estoy haciendo.
Nuria volvió a cerrar los ojos y pensó en el placer que sintió la primera vez que su suegro acarició su sexo, y en las fotos que la envió en la que sus dedos estaban penetrando su vagina húmeda. –Ufff. ¡Que calor!- Solo de pensarlo la entraban ganas de tocarse ella misma, pero no podía, ese hombre del pelo blanco estaba ahí mirando. -¿Qué pensará de mi? Seguro que cree que soy una prostituta que está con un hombre mayor.- Al pensar esto sintió un escalofrío. ¿Y si se estaba comportando como una puta al hacer estas cosas con su suegro? Quizás debería parar y decirle que no podían seguir así, que tenían que dejar de verse. Pero no podía, es más, no quería, esto es lo que más deseaba, desde que empezaron las sesiones de los viernes en las que se desnudaba para su suegro y tenía sexo con él, era la mujer más feliz del mundo, pasaba toda la semana contando las horas para volver a verle, desnudarse para él y ofrecerle sus partes intimas, quería que las tocase todas. Entonces se puso a pensar en el momento en que Javier penetró su ano y su vagina con los dedos, y en cómo se corrió sintiendo el mayor placer que nunca antes había sentido. En ese momento decidió que no le importaba nada, daba igual quien mirase, al fin y al cabo su suegro tenía razón, solo miraba, y pensándolo bien a ella la excitaba que lo hiciese. Abrió los ojos y miró al hombre del pelo blanco a la cara, quería descubrir qué hacia él al ver como su suegro disfrutaba de su cuerpo.
Javier seguía penetrando el coño de Nuria con los dedos mientras continuaba haciendo fotos, al ver que ella abría los ojos y miraba fijamente al mirón, tuvo claro que ya no había marcha atrás, ahora estaba realmente decidida y haría lo que él pidiera. Decidió dar un paso más y la pidió que bajase el pecho dejando el culo en alto, ella lo hizo de inmediato y él vio el anillo marrón del ano expuesto por completo, colocó sobre él uno de los dedos que había lubricado en la vagina y presionó despacio viendo como el esfínter cedía a la presión y permitía que el dedo profundizase lentamente, su nuera al notarlo movía las caderas hacia atrás buscando una mayor penetración, así que esto le incitó a meter dos dedos y clavárselos enteros.
JAVIER.- Así, sigue así, mueve tu culo. ¿Quieres que te lo folle con los dedos?
Nuria miró hacia atrás con los ojos semicerrados y comenzando a jadear le pidió que no parase.
JAVIER.- ¿Te gusta lo que te hago? ¡Pídemelo entonces!
Nuria le miró a él y a continuación al hombre del pelo blanco y le imploró que no la pidiera eso delante del mirón.
JAVIER.- Si quieres que siga, pídemelo.
Nuria notaba como su estrecho esfínter se abría y cerraba cada vez que los dedos entraban y salían de su ano y esto la estaba volviendo loca de placer, quería que su suegro siguiera y la única forma era decírselo o de lo contrario la dejaría con las ganas. Con la respiración entrecortada y sin ser capaz de controlarse, se lo pidió a Javier como él había dicho.
NURIA.- No pares por favor, sigue metiéndomelos, no los saques de mi culo.
El hombre del pelo blanco, que ya tenía la polla erecta, se aproximó a la pareja hasta situarse a poco más de un metro y comenzó a pajearse. Nuria vio como se ponía a su lado y miró hacia atrás para ver qué decía Javier, pero éste no se inmutó y siguió penetrando su culo sin parar. Ella entonces volvió la vista hacia el hombre y pudo ver como su mano se movía adelante y atrás sacudiendo la polla a gran velocidad, no podía apartar sus ojos de ella y notaba que esto la excitaba sobremanera provocando que su sexo rezumara fluidos sin parar, así que llevó la mano a su clítoris y comenzó a acariciarlo. –Ufff. Estoy masturbándome delante de un extraño, no debería hacerlo. ¡Que vergüenza! - Pensó. Pero volvió a mirar sin disimulo la verga gruesa y venosa del hombre y vio que era la más gorda que había visto nunca, aunque lo cierto era que solo había visto dos, pero le pareció exageradamente gorda. Al sentir como su culo era penetrado una y otra vez por los dedos de su suegro pensó - ¿Qué se sentirá al tener una polla en el culo? Nunca he tenido una dentro ¿Podría meterme una como esta?- No paraba de pensar en ello, pero al final llegaba a la conclusión de que era imposible, era muy gorda. Por otro lado, aunque sabía que en algún momento tendría que probarlo no iba a ser ella quien llevase la iniciativa, no quería que su suegro pensase que era una pervertida. -¡Ojalá me lo pida Javier!- Mientras pensaba esto, su dedo se movía con agilidad en el clítoris y notaba como se aproximaba al orgasmo, entonces vio como el hombre de pelo blanco se ponía de rodillas junto a ella y aumentaba las sacudidas con su mano, de repente, de la cabeza de la verga salía un chorro de liquido blanco y viscoso que cayó sobre ella. De forma instintiva pasó un dedo y recogió parte del semen que resbalaba por su cuerpo, lo acercó a su nariz, lo olió y después lo metió entre sus labios. – Ummm. No sabía mal- Ahora no entendía porque nunca quiso tragarse el semen de su ex, el de este hombre era espeso y tibio, la encantaba la sensación que dejaba en su boca.
Javier retiró la mano de Nuria y llevó la suya a su vulva comenzando a pajear el clítoris al tiempo que aceleraba el movimiento de los dedos en su ano. Nuria notó que iba a correrse y se dejó caer sobre la toalla mientras su suegro seguía penetrando con fuerza su esfínter, al sentir la llegada del orgasmo empezó a temblar y separo las piernas, quería mantener esos dedos dentro de ella hasta el último momento.
NURIA.- ¡Dios! Ha sido estupendo
Javier la miró sonriendo y dijo que era hora de volver a la playa, ella se incorporó y vio como el mirón se había levantado y regresaba también a la playa. Pasaron la tarde tumbados en la hamaca del chiringuito y después volvieron al hotel para cambiarse y salir a cenar. Cuando estaban duchándose Javier la pidió que se pusiera el vestido de gasa blanco, debajo solo debía llevar un tanga. Nuria hizo lo que había pedido y se recogió el pelo en una coleta, sabía que esto le gustaba mucho a su suegro.
Javier al verla se quedó boquiabierto, a través del vestido blanco de gasa se veían perfectamente sus enormes tetas coronadas por dos erectos pezones marrones, al bajar la vista pudo ver también el minúsculo tanga blanco bajo el vestido. Ella comenzó a reír al ver el efecto que había causado en su suegro. Salieron a cenar y después tomaron unas copas en un Pub frente al mar, entonces Javier preguntó qué había sentido al tener a un hombre mirándola mientras se masturbaba.
NURIA.- Ufff. No lo sé, al principio miedo, después vergüenza y al final excitación, un poco de todo.
JAVIER.- Pero al final ¿Te ha gustado?
NURIA.- Vaya pregunta, no lo se, supongo que sí.
JAVIER.- ¿Cómo que no lo sabes? Te he visto recoger su semen y chuparlo, eso no se hace si no te gusta.
NURIA.- ¡Joder! Es que me haces unas preguntas que…
JAVIER.- Dime la verdad.
NURIA.- Siiiii, me ha gustado, me ha excitado muchísimo, al principio no pero después me gustaba ver como se masturbaba delante de mí y me gustaba aun mas que él mirase como lo hacía yo, pero no pienses mal de mí por favor.
JAVIER.- ¿Cómo voy a pesar mal de ti? He sido yo quien te ha puesto en esa situación, y estoy seguro que aún serias capaz de ir más allá.
NURIA.- ¿Más allá? ¿A qué te refieres?
JAVIER.- Seguro que estarías dispuesta a dejar que él te toque. ¿No te gustaría sentir su mano en tu sexo o en tus pechos?
NURIA.- Uffff, no se, no puedo decirte, me preguntas cada cosa.
JAVIER.- ¿Dime qué notas ahora en tu sexo al hablar de esto?
NURIA.- ¡Que malo eres! Como me conoces, solo de oírlo mi vagina no para de lubricarse, tengo el tanga empapado.
JAVIER.- ¿Eso quiere decir que estás dispuesta a probarlo?
NURIA.- ¿Probarlo? ¿Qué me toque ese hombre dices?
JAVIER.- Claro, ese hombre o cualquier otro, no tiene porque ser él. No puedes negarme que esta mañana cuando estabas a punto de correrte, si él hubiese estirado la mano y te hubiese acariciado, tú no te hubieses resistido.
NURIA.- No lo se, de verdad que no lo se, lo que si se es que a mí me hubiera gustado coger su pene con la mano y sacudírselo hasta que se corriera. Joder, no sé por qué te cuento esto, pero cuando se ha puesto de rodillas junto a mi he estado a punto de hacerlo, y también me he preguntado qué se sentiría al tenerla dentro, ya sé que es una locura y parezco una guarrilla cualquiera, pero no puedo controlarme, tengo impulsos y pensamientos que antes de estar contigo no tenía.
JAVIER.- ¿Y te gustan?
NURIA.- Siiiii, siiiii, me gustan, me gustan mucho y no paro de pensar en ellos, me encanta tener esos impulsos y tengo que hacer grandes esfuerzos para controlarlos, y a veces no puedo.
JAVIER.- Vamos entonces.
NURIA.- ¿Cómo que vamos?
JAVIER.- Si, vas a probarlo ahora
NURIA.- ¿A probar qué?
JAVIER.- Vas a sentir lo que es tener otra polla para ti y que te acaricie otro hombre. ¡Venga!
NURIA.- ¿Ahora? No se si podría.
JAVIER.- Estás deseándolo, dime que no es verdad.
NURIA.- Uffff, joder, estoy poniéndome muy nerviosa.
JAVIER.- Dame la mano y sígueme o vete al hotel a dormir tu sola.
NURIA.- Por favor, no me hagas esto.
JAVIER.- Acabas de decir que te gustan esos impulsos que tienes desde que estás conmigo, demuéstramelo o vete a descansar.
Javier se levantó del asiento y caminó hacia la playa, pasados unos segundos notó como Nuria cogía su mano y caminaba junto a él abrazándole.
NURIA.- Prométeme que no vas a dejarme sola en ningún momento.
JAVIER.- Eso nunca lo haría.
NURIA.- Ufff, no sé si voy a arrepentirme, pero vamos entonces. Ya sé que no tengo que decírtelo, pero el coño no para de liberar mis flujos y tengo el tanga empapado, jajaja.
Dieron un paseo por los diferentes Pub hasta que en uno de ellos vieron al hombre del pelo blanco de las dunas acompañado de un amigo más joven de piel morena, Javier se acercó a hablar con ellos y volvió.
JAVIER.- Vamos a dar un paseo por las dunas.
Comenzaron a caminar por la playa y al momento Nuria vio como el hombre del pelo blanco y su amigo les seguían, se puso un poco nerviosa y miró repetidas veces hacia atrás, pero Javier la tranquilizó diciendo que no se preocupase. Al llegar a la zona de dunas que no era visible desde los hoteles, Javier la atrajo hacia sí y la besó en los labios, ella se apretó con fuerza contra su pecho mientras notaba como él metía la mano bajo su vestido y lo subía dejando visibles sus nalgas, después bajó una mano y acarició sus pechos por encima del vestido, ella se separó lo suficiente para que su suegro pudiese acceder a ellos con facilidad.
JAVIER.- Date la vuelta.
Ella se giró y vio a los dos hombres enfrente de ellos mirando. Javier apretó con fuerza sus tetas y después descendió una mano por su cadera hasta llegar al borde del vestido, lo levantó y dijo.
JAVIER.- Sujeta el vestido por encima de tus caderas y separa las piernas.
Nuria obediente sujetó el vestido y separó las piernas dejando a la vista el diminuto tanga blanco. Javier mientras, había metido una mano por el interior del escote y estaba acariciando sus pezones que ya estaban completamente erguidos.
JAVIER.- Ahora mete la mano debajo del tanga y tócate.
NURIA.- Ufff, me da mucha vergüenza.
JAVIER.- Ya lo hiciste esta mañana, hazlo de nuevo y no vuelvas a decirme que no a nada.
Nuria asintió y metió la mano bajo el tanga, después comenzó a acariciar suavemente su vulva. Javier pellizcaba sus pezones cada vez con más fuerza y ella notaba como una ola de calor inundaba su sexo. Al notarlo no pudo resistirse más y metió un dedo en su vagina, lo lubricó bien y comenzó a pajearse el clítoris con él.
JAVIER.- Bájate el tanga un poco, deja que vean como te tocas.
Nuria adoptó su papel de niña sumisa y deslizó con la otra mano el tanga hasta dejarlo a la mitad de sus muslos, ahora se veía perfectamente como movía su dedo en el clítoris circularmente. La posición de las bragas no la permitía abrir más las piernas y dificultaba el acceso de los dedos a su vagina, por lo que intentó bajarlas sin conseguirlo, entonces el hombre de pelo blanco se acercó, se puso de rodillas frente a ella y cogiendo el tanga por una de las tiras dio un fuerte tirón rompiéndolo, lo que hizo que se deslizase por una de sus piernas hasta el suelo, ella entonces las abrió mas y le dejó ver un primer plano de su sexo. El hombre llevó uno de sus dedos al coño de Nuria y lo pasó por su vulva recogiendo los fluidos que no paraba de segregar, después lo llevó a sus labios y lo chupó, ella sintió una descarga en su cuerpo y comenzó a jadear con fuerza, lo que hizo que el hombre repitiese nuevamente la operación pero esta vez su dedo no se conformó con acariciar la vulva sino que penetró en el interior de la vagina húmeda y caliente. - ¡Joder! Esto no es posible. ¿Cómo se pude sentir algo así? No pares por favor. Pensaba.- Nuria notaba como el dedo avanzaba en el interior de su coño y al sentirlo separó aún mas las piernas permitiendo que él la penetrase con más facilidad. Al verlo, él sacó el dedo y lo deslizó por el perineo hasta llegar a su estrecho círculo anal acariciarlo en círculos pero sin llegar a presionar, a continuación regresaba y volvía a meterlo en la vagina, así una y otra vez. -¡Mételo por Dios! Vas a volverme loca. ¡Fóllamelo ya! Por lo que más quieras. Pensaba- Necesitaba tener el dedo dentro, daba igual en el coño o en el culo, pero lo quería dentro ya.
Javier mientras, no paraba de acariciar sus tetas y pellizcar sus pezones al tiempo que miraba como ella temblaba a cada movimiento que el hombre hacia entre sus piernas, oía como jadeaba sin parar como nunca antes la había oído, era evidente que estaba disfrutando. Sacó las tiras de los hombros del vestido y lo bajó dejando sus pechos al aire, ahora sus enormes tetas colgaban y se movían al compás de su respiración. El hombre moreno se acercó y comenzó a acariciarlas, ella le miró pero fue incapaz de articular palabra, ahora tenía un hombre acariciando su coño y su culo y otros dos sus tetas, nunca hubiese imaginado una situación así, si hubiese sabido de alguna mujer que hiciese esto hubiese dicho que era una guarra, pero ahora no, ahora era ella quien lo hacía y estaba disfrutando como no lo había hecho antes, la encantaba tener tres hombres tocando su cuerpo. Entre sus constantes y cada vez mas fuertes jadeos, sin darse cuenta y sin poder controlarse, de sus labios salieron unas palabras.
NURIA.- ¡Folladme ya por lo que más queráis!
Al oírlo, Javier pidió que se tumbase en la arena boca arriba, ella inmediatamente lo hizo y separó sus piernas dejando su coño totalmente expuesto, los tres se miraron y Javier dijo al del pelo blanco que era suya, éste se arrodilló entre las piernas de Nuria y se inclinó hasta tener su boca en el sexo de ella, entonces su lengua comenzó a moverse a lo largo del canal de la vulva para después chupar y succionar el clítoris, sus movimientos eran repetitivos y hacían que Nuria enloqueciese y apretase con fuerza la cabeza que tenía entre sus piernas para evitar que esa lengua juguetona dejase de recrearse en su coño.
NURIA.- ¡Dios! ¡Que bueno!
El hombre moreno, que ya se había quitado los pantalones, se puso de rodillas junto a la cabeza de ella y empezó a apretar sus tetas con fuerza. Nuria le miró, vio la verga empalmada que tenia junto a su boca y sin dudar un segundo la cogió con las manos, se incorporó un poco y se la metió en la boca iniciando una mamada de campeonato, era una polla morena y larga, era la tercera polla que tenía en sus manos en toda su vida y no iba a parar hasta que soltase toda su leche, estaba enloquecida. Sus labios besaban el glande, después se lo tragaba succionando para a continuación meterse la polla en la boca todo lo adentro que podía, después volvía a sacarla, la chupaba y se la tragaba otra vez. –Ummm, que rica, me encanta chuparla. Pensaba- Y continuaba con su labor sin detenerse ni un momento, de vez en cuando miraba hacia abajo y veía como el otro hombre se esmeraba en darla una buena comida de coño.
NURIA.- Ummm, me encanta, sigue, sigue por favor.
Javier entonces la miró preguntando.
JAVIER.- ¿Quieres que te follen o prefieres que sigan así?
Nuria no quería ser ella quien decidiese, si reconocía a su suegro que quería que se la follasen podría enfadarse, así que lo mejor era que él tomase la decisión, le miró, se encogió de hombros y siguió mamando la polla al moreno.
Javier tuvo claro que era lo que ella quería.
JAVIER.- ¡Fóllatela ya!
El hombre de pelo blanco se incorporó de inmediato, se bajó el pantalón y el bóxer y se metió de nuevo entre las piernas de Nuria, ella separó bien las piernas y él apoyó la punta de su verga en la vulva, la movió arriba y abajo deslizándola por los labios mayores y empujó hasta que entró en la vagina, Nuria dio un respingo al sentirla y empujó sus caderas hacia abajo para que entrase más adentro. El hombre entonces dio un golpe de cadera y la clavó entera, Nuria se puso tensa, era muy gorda y la sentía muy apretada, pero tener la vagina tremendamente lubricada había facilitado la penetración, él comenzó a moverse lentamente hasta que ella dejó de estar tan tensa, después aceleró el movimiento de sus caderas penetrándola una y otra vez. Ahora Nuria no era capaz de chupar la polla del moreno igual que antes, al sentir los envites en su coño no podía coordinar el movimiento de su boca, por lo que la sacó y comenzó a pajearle con la mano. -¡Dios! ¡Que gusto! Me encanta tener una polla dentro. ¡Que rico se siente!- No paraba de pensar en el placer que sentía mientras el hombre de pelo blanco rebotaba una y otra vez contra ella clavando esa gruesa verga en su coño. –¡Es muy gorda! Joder, siiii, fóllame bien, lléname el coño con ella, me encanta.- Entonces el moreno la cogió por la coleta y acercó la polla a su boca.
HOMBRE MORENO.- ¡Vamos chúpala otra vez putita! Voy a correrme ya.
Al oír esas palabras y lo que había dicho de ella, miró a su suegro, pero éste siguió mirando sin decir nada.
HOMBRE MORENO.- ¡Venga putita abre la boca! Quiero correrme en tu boca.
Nuria al oírlo de nuevo sintió un escalofrío, la estaba llamando putita y su suegro no decía nada. ¿Qué opinaría él? Eso no importaba, lo que realmente la preocupaba era lo que pensaba ella misma, porque la oír como la llamaba putita se había excitado aún más, y era difícil, porque estaba a cien, era la primera vez que la decían algo así y la gustaba, quería que lo repitiese, quería oír otra vez como la llamaba putita y para ello tendría que desobedecerle y provocarle, así que hizo amago de meter la polla en su boca y en su lugar chupo un poco el glande y lo sacó.
HOMBRE MORENO.- ¡Trágatela joder!
Nuria no pudo contenerse y pidió abiertamente que la llamase otra vez lo de antes, necesitaba oírlo. Javier se quedó sorprendido ante la petición de su nuera, esto no lo esperaba.
HOMBRE MORENO.- ¡Chúpamela puta! Quiero correrme en tu boca.
Nuria se la trago de un golpe y comenzó a chupar como una desesperada, el moreno clavaba la polla en su boca una y otra vez mientras sujetaba la coleta para que no dejase de chupar, no quería que ella se retirase cuando fuese a correrse. La cabeza de Nuria se movía a un ritmo chupando la polla del moreno mientras sus caderas lo hacían a otro recibiendo los envites de la otra polla en su coño. -¡Que no se acabe nunca esto por Dios! ¡Me encanta!- Pensaba.
Javier estaba alucinando, ni en el mejor de sus sueños hubiese podido imaginar lo que estaba pasando, una pedazo de hembra como su nuera, que había sido siempre una mosquita muerta, estaba allí tumbada en la arena moviendo alocadamente sus caderas mientras la follaban el coño y mamando con verdadera pericia una polla que debía estar a punto de correrse en su boca.
De repente el moreno tensó sus músculos, tiró con fuerza de la coleta de Nuria y eyaculó en la boca de ésta sin darla opción a retirarse. Nuria tragaba la leche como podía e intentaba seguir chupando para extraer hasta la última gota.
HOMBRE MORENO.- Así putita, trágatelo todo.
Nuria siguió tragando hasta que él se retiró y la permitió respirar con tranquilidad y acabar de recoger con su lengua los últimos restos de semen que salían por sus labios. Inmediatamente se concentró en la follada que la estaba dando el del pelo blanco, aumentó el movimiento de sus caderas subiendo y bajando para acompasarse las penetraciones y llevó un dedo al clítoris para tocarse, esto hizo que notase la proximidad del orgasmo.
NURIA.- Voy a correrme, estoy a punto, métemela más por favor.
El hombre agarró las rodillas de Nuria y haciendo fuerza con ellas empujó sus caderas hasta hundir la polla lo más profundo que pudo.
NURIA.- Así, así, sigue por favor.
Esto incentivó al hombre y penetró repetidamente, con violencia casi salvaje, el coño de Nuria. Ésta notó que se corría y empezó a apretar los músculos de su vagina, el hombre al advertir la presión sobre su glande no pudo aguantar más y descargó todo su leche en el interior de ella, Nuria sintió como el liquido espeso y caliente inundaba su vagina y la gustó, era una agradable sensación a la que nunca había prestado atención. Entonces se dejó caer tumbándose en la arena, seguía con el vestido enrollado en la cadera y con las tetas y el coño a la vista, pero no la importaba, había sido una experiencia única. Javier se sentó junto a ella mientras los dos hombres se iban.
JAVIER.- ¿Qué te ha parecido? ¿Te ha gustado?
NURIA.- ¡Joder! Ha sido increíble. Aunque tú no has participado y ahora te pareceré una puta, seguro.
JAVIER.- No mi niña, he disfrutado viéndote, no sabes cuánto me ha gustado ver como gozabas tú.
NURIA.- Si no es por ti nunca hubiese hecho esto, no se si tengo que darte las gracias o pegarte, jajaja.
JAVIER.- ¿Ha merecido la pena entonces?
NURIA.- Ya te digo, podría hacerlo todas las noches, jajaja.
JAVIER.- ¿Eso quiere decir que lo repetiremos?
NURIA.- Si tú estás conmigo, cuando quieras, pero ahora tendré que hacer algo por ti. ¿No? ¿Quieres follarme o prefieres que te la chupe?
JAVIER.- Ni una cosa ni otra, ahora volveremos al hotel y después de ducharnos seré el primer hombre que follará tu culo.