Mi picara nuera 2

Durante toda la semana Javier no paró de pensar en su nuera y cómo disfrutar de su escultural cuerpo, al final se dio cuenta que ésta no era tan inocente como parecía

La semana había transcurrido sin novedad para Javier, lunes y miércoles había recogido a su nieto en la guardería y lo había llevado a casa de su nuera, ésta se había comportado con naturalidad y no le había comentado nada de las fotos, el miércoles al marcharse le dijo que el viernes tenían pendiente una cena, así que parecía que todo iba bien y ella no había dado marcha atrás. En el trabajo no podía concentrarse, solo pensaba en ella y no paraba de mirar las fotos del móvil, eso le había costado tener que ir al aseo a masturbarse en un par de ocasiones. Ahora su plan era conseguir que el viernes la cena fuese por los mismos derroteros que la anterior, para ello llevaría una buena botella de vino acompañado de buen jamón y buen queso, y por supuesto el móvil con la batería bien cargada, si ella le dejaba quería grabarla también en video, aunque no esperaba tener la oportunidad de repetir una noche como la anterior, su nuera era una mujer discreta y recatada y estaba seguro que no volvería a comportarse con el mismo descaro y sensualidad otra vez.

Nuria esperaba con ansiedad la noche del viernes, todos los días miraba las fotos que le había hecho su suegro y al verlas se sentía atractiva y sexy, a pesar de haber tenido un hijo mantenía un cuerpo imponente capaz de atraer a cualquier hombre, solo había que ver el paquete de su suegro cuando la fotografiaba, al pensar esto imaginaba lo que podría hacer en la próxima cena, quería demostrar a Javier que su hijo había perdido una mujer realmente espectacular. ¿Pero qué podía hacer? Ya había posado en lencería para él, le había mostrado la humedad de su sexo, es más, parte de su vulva había quedado expuesta, ya solo le quedaba ofrecérselo entero, pero no, eso era una vulgaridad. ¿Que podría pensar de ella? Tenía que pensar algo, la cena era mañana y aún no tenía claro qué hacer. O quizá si, al salir hoy del trabajo iría a comprar lencería más provocativa y le pediría que hiciese nuevas fotos, después se le ocurriría algo sobre la marcha, o mejor, le llamaría ahora para que la acompañase a comprar ropa con la que fotografiarla mañana, antes de recoger al niño de la guardería tenía una hora, tenía que llamarle ya para quedar con él. Inmediatamente llamó a Javier.

NURIA.- Hola Javier, estaba pensando si esta tarde podrías acompañarme a comprar ropa, es que antes siempre iba con Iván para que me aconsejara, pero ahora no tengo a nadie, Tendríamos que ir cuando yo salga del trabajo porque después tengo que recoger al niño en la guardería.

A Javier le pilló por sorpresa la propuesta, pero no lo dudó ni un segundo y respondió que sí, estaba deseando verla, aunque solo fuera para comprar ropa.

A la hora indicada se encontraron en la puerta de un Centro comercial, Javier preguntó si iban a la planta joven, pero ella respondió que no, tenía mucha ropa de vestir pero le faltaba ropa interior, así que le llevó directamente a la sección de lencería. Javier la acompañó y esperó a que ella eligiese las prendas, Nuria las miraba, decía que eran muy bonitas pero luego volvía a dejarlas, así lo hizo en varias ocasiones, entonces Javier extrañado preguntó por qué las dejaba si decía que le gustaban. Ella respondió que eran muy bonitas pero también muy caras y no podía permitírselas. Javier contestó que no importaba, él las pagaba, le sobraba dinero para poder hacer un buen regalo a su nuera. Ella se acercó, le abrazó y le dio un beso, a continuación cogió dos prendas y se dirigió al probador, entonces vio que su suegro miraba con mucho interés un conjunto que tenía puesto un maniquí, así que paró y le dijo que como él era quien pagaba tenía derecho a elegir alguna de las prendas. Javier se quedó pensativo y decidió que tenía que ser algo muy sugerente, si iba a dejar que la viese en ropa interior quería que fuese lo más erótica y provocativa posible. Se acercó a la dependienta y le pidió el conjunto del maniquí, que se componía de un picardías transparente, sujetador, liguero, medias y un tanga diminuto, todo ello negro y de encaje. Con todas las prendas en la mano Nuria entró en el probador, vio que Javier no entraba con ella, y por un momento pensó en decirle que pasase, pero después recapacitó y se dio cuenta que no era adecuado. Se puso el que había elegido ella, se trataba de un conjunto de culotte y sujetador de color rojo, abrió la puerta y se mostró ante Javier, éste se quedó boquiabierto, ante si tenía a su nuera posando semidesnuda y sonriéndole.

NURIA.- ¿Qué te parece?

JAVIER.- Estás esplendida, no puedo decir más.

Nuria metió la mano dentro del sujetador y colocó sus tetas sacándolas un poco, una parte de la areola se veía claramente y los pezones prácticamente salían por arriba.

NURIA.- ¿Mejor así?

Sin darle tiempo a responder, giró sobre si misma dándole la espalda y levantó ligeramente el culo mostrándole el culotte. Javier no se lo podía creer, el culotte encajaba a la perfección en sus cachetes y evidenciaba el magnífico trasero que tenía. ¡Como le gustaría lanzarse sobre él y tenerlo entre sus manos! – ¡Era un auténtico culazo!- Pensó.

NURIA.- Si te gusta me lo quedo, pero antes tengo que probarme el conjunto que tú has elegido

Javier salió del vestuario para que ella se cambiase.

Poco después ella volvió a abrir la puerta y le miró con una sonrisa de satisfacción.

NURIA.- Este lo has elegido tu ¿No me digas que no te gusta?

Javier la miró de arriba abajo sin capacidad de articular palabra, el picardías transparente dejaba ver el tanga, el sujetador y el liguero, pero las medias hacían que sus piernas, ya largas, pareciesen tremendamente atractivas, realmente estaba de escándalo. Nuria cogió con sus manos el borde del picardías y giro sobre si misma haciéndolo flotar, por lo que dejó a la vista el diminuto tanga y sus maravillosas nalgas. Al verla, su pene creció rápidamente bajo el pantalón.

NURIA.- Bueno, di algo.

JAVIER.- Eres una Diosa, no puedo decir más.

Ella miró de reojo el bulto en el pantalón de su suegro y sonrió complacida, a continuación se tocó sin disimulo los pechos y dijo.

NURIA.- ¿No te parece que el sujetador me queda grande? Quizá sería mejor una talla menos.

Para Javier estaba perfecto, pero llamó a la dependienta y pidió una talla menor, cuando la trajo y se la entregó a su nuera hizo amago de salir y cerrar la puerta, pero ella le retuvo del brazo y  le dijo que pasase.

NURIA.- Eres de la familia, no te vas a asustar por ver unos pechos.

Entonces se sacó el picardías y desabrochó el sujetador dejando sus enormes tetas frente a Javier, éste era la primera vez que las veía y las tenía tan cerca, ahora podía apreciarlas con toda claridad, eran unos senos redondos, grandes, con una areola pequeña de color marrón y con unos pezones que apuntaban al exterior, en una sola palabra, eran perfectos.

Nuria se puso el nuevo sujetador y amasó sus tetas para acomodarlas dentro, Javier no sabía cómo disimular su erección, con esta talla los senos prácticamente quedaban fuera, era incapaz de tapar las areolas y los pezones, ella miró hacia abajo, lo vio y dijo que éste era perfecto.

NURIA.- A mí me gusta así, si tú estás de acuerdo me lo llevo.

JAVIER.- Por supuesto, te queda clavado.

Nuria le abrazó otra vez pegando las tetas a su pecho, él sin poder evitarlo la cogió por las caderas y deslizó un poco las manos hasta tocar su culo. ¡Joder, lo tenía firme y duro! Nuria notó su erección y sonriendo le preguntó si eso era por ella, Javier avergonzado respondió que sí y la pidió perdón diciendo que esa reacción del cuerpo era incontrolable, ella sonriendo contestó que no importaba, al contrario, se sentía halagada. Después, con cara de picarona le dijo.

NURIA.- Mañana tendrás que hacerme algunas fotos para que yo vea desde todos los ángulos mi nueva lencería, aquí no puedo valorar si realmente me queda bien. ¿Te importa?

A Javier se le cambió la cara, ella le daba una nueva oportunidad de disfrutar de ese cuerpo tan voluptuoso y mañana iba a aprovecharla sin ninguna duda, ahora se había dado cuenta que lo ocurrido el viernes anterior no fue fruto del alcohol, ella en este momento no estaba bebida y seguía provocándole, así que ahora tenía claro como debería actuar al día siguiente.

NURIA.- Bueno Javier, ahora déjame para que me cambie.

Después fueron a la sección de moda joven y ella se compró un vestido rojo mini con un gran escote.

La noche siguiente Javier llevó para la cena un Rioja reserva, jamón ibérico, un excelente queso manchego curado y ventresca de atún ahumada, y para los postres unos bocaditos de nata y una botella de Ron miel. Como siempre, recogió a su nieto y le llevó a casa, una vez dormido preparó todo sobre la mesa del salón y esperó la llegada de su nuera.

Cuando Nuria llegó se sorprendió al ver que todo estaba tan organizado, miró admirada y le dijo que se lo había currado mucho y ahora le tocaba a ella dar el toque final, sacó varias velas de un cajón, las encendió y las puso sobre la mesa, a continuación apagó algunas luces y fue a su habitación a ducharse y cambiarse para la cena.

Javier estaba nervioso, tenía claro que su nuera se había propuesto excitarle a toda costa, como ya lo hizo en la cena anterior y en el probador cuando compró la lencería, ahora era él quien iba a tomar el mando de la situación, espero un rato hasta que ella apareció, llevaba el vestido rojo que compró el día anterior, al ser mini dejaba ver sus esbeltas piernas y el escote dejaba adivinar esos voluminosos pechos, entró en el salón, se paró y giró sobre sí misma, miró con impaciencia a su suegro y le preguntó que le parecía, él asintió diciendo que se ajustaba perfectamente a su cuerpo marcando sus curvas, ella sonrió y se acercó para sentarse frente a él, tomaron las copas y comenzaron a beber y charlar. A medida que avanzaba la cena la conversación iba derivando a temas relacionados con el sexo, pero Javier no profundizaba mucho, quería que fuese ella quien llevase la iniciativa.

Nuria le notaba muy frio, ella se había sentado en el sofá abriendo ligeramente las piernas y de vez en cuando se inclinaba hacia delante mostrando su pronunciado escote, su intención no era otra que su suegro dirigiese su mirada al escote o al hueco de su falda, pero eso no ocurría, en toda la noche no le había pillado ni una vez mirándola hacia sus zonas intimas, ella por su lado miraba de reojo para ver si su suegro daba muestras de tener una erección, pero tampoco ocurría, esto la estaba preocupando. -¿Habrá perdido el interés por mi? ¿No seré la mujer atractiva que yo pensaba? Tendré que poner más de mi parte para excitarle.- Pensó- Con el dedo cogió un poco de nata de los bocaditos y lo llevó a la boca, comenzó a chuparlo despacio y le dijo a su suegro.

NURIA.- Hoy no has hecho ninguna foto. ¿Te apetece hacerme alguna?

JAVIER.- Claro, por que no.

Nuria separó más las pierna dejando ver perfectamente el culotte rojo recién comprado, al mismo tiempo se inclinó hacia adelante apoyando los codos en las rodillas y mostrando el escote a través del cual se veía el canalillo impresionante que formaban sus dos grandes pechos, cogió nata con el dedo nuevamente y lo metió entre sus labios mirando sensualmente a la cámara del móvil. Preguntó si así estaba bien, pero Javier no respondió, solo se limitó a lanzar una foto tras otra, por lo que ella fue moviéndose y posando de forma cada vez más sensual. Después de un rato, y viendo que Javier no demostraba excesivo interés, le dijo que iba a cambiarse de ropa. Salió del salón y fue a su habitación, estaba nerviosa y preocupada, las cosas no estaban saliendo como ella esperaba, tenía que hacer todo lo posible para conseguir excitarle como la vez anterior, si, haría lo que fuese por lograrlo, cogió el móvil y miró las fotos del viernes anterior, solo con verlas comenzó a excitarse. - ¡Que caliente fue la sesión de fotos! Nada más acabar de posar para él tuvo que masturbarse- haría lo mismo, enseñaría su sexo si fuera necesario, pero quería volver a sentir las mismas sensaciones de nuevo, quería sentirse bella, sexy, quería demostrase a si misma que era capaz de conseguir que cualquier hombre la deseara. Inmediatamente cogió el juego de lencería negro que le había comprado su suegro y se lo fue poniendo poco a poco, cuando lo tuvo puesto se miró en el espejo y pensó – ¡Estoy irresistible, ahora haré con él lo que quiera!-

Javier estaba sentado en el sofá viendo las fotos que acaba de hacer, entonces levantó la cabeza y se quedó hipnotizado con lo que tenía delante, su nuera estaba en la puerta del salón con el picardías negro, zapatos con tacón de aguja y el pelo rubio recogido en una coleta. No era capaz de reaccionar, delante de él tenía una autentica diosa, el picardías transparente dejaba ver el sujetador, que era incapaz de tapar los inmensos pechos, y el diminuto tanga que a duras penas cubría los labios vaginales, el liguero, los zapatos de tacón y sus torneadas piernas la hacían aún más esbelta.

NURIA.- ¡Dime algo por favor! ¿Estoy guapa así? Con el vestido de antes me ha parecido que no te gustaba.

Javier era incapaz de articular palabra, su pene se había disparado y ahora tenía un bulto bastante prominente entre sus piernas.

JAVIER.- ¡Impresionante! Estás impresionante, no nos equivocamos al comprar este conjunto, está hecho para ti.

Ella sonrió satisfecha y se acercó al sofá, cogió una copa, se sirvió un chupito de ron y se lo bebió de un trago, después sirvió dos más y le dio uno a su suegro pidiendo que brindase con ella, nuevamente se lo bebió de un trago, empezó a notar como el calor subía por su cuerpo.

NURIA.- Bueno, es hora de la sesión de fotos. ¿Empezamos?

Javier asintió y la dijo que se colocase de pie junto a la mesa alta, primero de espaldas a esta apoyando las manos en ella y con las piernas cruzadas, hizo varias fotos, a continuación pidió que se inclinase un poco hacia tras y separase las piernas, después de frente a la mesa, con los codos apoyados en ésta y sacando la cola hacia atrás, Nuria posaba y él hacia fotos. Después de varias poses Javier dio por terminada la sesión. Nuria no podía creerlo, no la había tocado ni una vez, no la había pedido que posase mostrando más su sexo, ya no tenía interés por ella, si su suegro que era un hombre maduro y divorciado no le prestaba atención, quien iba a hacerlo, sintió una gran decepción y ansiedad y notó que casi se le saltaban las lagrimas, no podía ser, tenía que hacer algo ya. Se acercó a la mesa se tomó un nuevo chupito y dijo.

NURIA.- ¿Hoy no vas a hacerme fotos más sugerentes?

Javier se dio cuenta que ahora la tenía en su terreno, así que iba a forzar la máquina a tope.

JAVIER.- ¿Quieres que te las haga?

NURIA.- Si a ti te apetece.

JAVIER.- No, si a mí me apetece no, repito ¿Tu deseas que te haga fotos más “sugerentes”?

Nuria se sentía violenta, si decía que no se acababa todo, pero si decía que si demostraba que le gustaba que él la mirase y la hiciese fotos subidas de tono. Dudó unos segundos, pero inmediatamente dijo que sí.

JAVIER.- Entonces quieres que te haga fotos sensuales y provocativas. ¿Verdad?

Nuria no sabía dónde meterse, repentinamente le habían subido los colores a las mejillas y se encontraba nerviosa, su suegro la pedía de nuevo que admitiese que quería que la hiciese fotos guarras.

NURIA.- Siiii, quiero que me las hagas.

JAVIER.- Ok, entonces posarás como yo te pida, harás todo lo que yo te diga y no protestarás por nada, absolutamente por nada. ¿De acuerdo?

NURIA.- Vale, haré lo que me pidas.

Nuria estaba nerviosa y excitada, solo pensar que su suegro iba a fotografiar de nuevo su sexo hacia que éste comenzase a humedecerse, si no fuera porque Javier estaba allí comenzaría a tocarse de forma salvaje. Se sirvió otro chupito de ron y pensó –Me da igual lo que pida, lo haré de todas formas, me encanta hacerlo-.

Javier sonrió satisfecho, había conseguido lo que quería, miró su entrepierna y vio el tremendo paquete que tenía, instintivamente se acarició la polla por encima del pantalón, ahora iba a jugar con su nuera e iba a hacer lo que quisiera con ella.

Javier cogió a Nuria por la cintura y la pidió que se sentase en una silla con las piernas totalmente abiertas y la cabeza inclinada hacia atrás mirando el techo. Hizo una foto lejana, después se acercó pidió que se inclinase hacia adelante, cogiese sus tetas con ambas manos y las subiese hacia arriba, ella lo hizo sin mucha decisión, así que Javier cogió con sus manos las tetas de su nuera, las acarició y movió arriba y abajo un par de veces pellizcando también los pezones, para después colocarlas bien arriba de forma que casi se salían del sujetador, bajó la mano a su entrepierna y se tocó el pene sin disimulo, después cogió las manos de ella y dijo que sujetase las tetas en esa posición.

Nuria, al percibir el roce de las manos de su suegro en sus pechos y el posterior pellizco en sus pezones, vio como éstos se erguían y saltaban del sujetador, sintió un escalofrío, instintivamente miró a Javier y observó como éste acariciaba su miembro por encima del pantalón, esto causó en ella una gran satisfacción y notó como su sexo volvía a lubricarse, seguro que el triangulo de su tanga estaba ya empapado y deseaba que él lo viese. Cuando Javier se lo pidió, sujetó las tetas elevándolas y sonriendo a la cámara del móvil

Javier hizo una foto de los pechos vistos desde arriba, después otra de frente, a continuación se puso de rodillas entre las piernas, colocó la cámara a menos de una cuarta del tanga de su nuera y enfocó hacia éste, como no le pareció bien como quedaba, puso las manos en las caderas de ella y tiró hacia delante para que se sentase en el borde de la silla, separando después completamente sus piernas y pidiendo a Nuria que dejase caer su cabeza a un lado y entornase ligeramente los ojos. Javier la miró y vio que estaba sentada pero tenía casi medio culo fuera, lo que hacía que su vulva quedase totalmente expuesta, el tanga era incapaz de taparla ya que se había metido entre los labios y estos aparecían por ambos lados. Al verlo, colocó un dedo a cada lado del triangulo frontal del tanga y los deslizó lentamente hacia abajó metiéndolos en la vulva de su nuera para sacar el tanga hacia afuera, al hacerlo notó como Nuria soltaba una descarga de sus flujos y empapaba por completo sus dedos, levantó la vista y pudo ver como ella, con los ojos semicerrados, le miraba fijamente mordiéndose los labios, esperó unos segundos por si tenía alguna reacción negativa y protestaba por lo sucedido, pero eso no ocurrió, así que metió de nuevo un dedo debajo del tanga y lo deslizó por los labios arriba y abajo recogiendo los flujos visibles y separando el tanga para colocarlo bien. Con el móvil disparó varias fotos, quiso hacer otras tomas y para ello cogió el tanga y tiró fuerte de él hacia arriba, esto hizo que se metiese en el canal de su vulva y los labios apareciesen por los lados, su nuera no paraba de lubricar y los flujos resbalaban claramente por ellos, vio que Nuria gemía casi imperceptiblemente y tenía los ojos cerrados, la dio una cachetada en la pierna diciendo.

JAVIER.- No cierres los ojos, quiero que veas bien lo que hago.

Ella abrió los ojos y miró sin decir nada, entonces vio como Javier pasaba un dedo por el centro de su vulva y después por cada uno de sus labios vaginales, comenzó a temblar y empujó sus caderas hacia delante buscando con avidez ese dedo, necesitaba sentirlo dentro, como le gustaría que su suegro follase su coño con él, movía sus caderas de forma cada vez más perceptible pero no acertaba a encontrarlo, cuando notaba que lo tenía en la entrada de su coño, éste se retiraba y tenía que volver a moverse buscándolo, mientras, veía como Javier seguía enfocándola con el móvil, pero no le importaba, lo que necesitaba con desesperación es que éste follase su coño con ese dedo huidizo.

Javier se dio cuenta que estaba totalmente entregada, así que decidió forzar más la situación, pidió a Nuria que se pusiese de rodillas en el sillón con los brazos y la cabeza apoyados en la parte alta del respaldo y que se subiese el picardías hasta las caderas, ella así lo hizo, Javier disparó un par de fotos desde atrás, la pidió que separase las piernas y subiese la cola todo lo que pudiese, ella obedeció y Javier pudo admirar en todo su esplendor el redondo y torneado culo de su nuera, hizo una foto y se aproximó, ahora podía ver con toda claridad el anillo marrón que bordeaba el ano, ya que la tira del tanga a penas tapaba el rugoso y cerrado esfínter, sin ningún disimulo cogió con sus dedos el hilo del tanga y lo apartó a un lado dejando a la vista ese delicioso círculo marrón, ella al notarlo se giró, pero no dijo nada y bajó la cabeza, Javier al verlo dijo que se volviese para mirar, quería que viera como él hacia fotos de sus zonas más intimas, bajo su mirada deslizó un dedo hacia la vulva y notó la tremenda humedad que tenía, entonces recogió los flujos que resbalaban por ésta y los subió a lo largo del perineo hasta llegar al esfínter, lo recorrió circularmente una y otra vez, después descendió pasando nuevamente el dedo por el perineo, lo impregnó con sus flujos y volvió a ascender por el mismo camino, esta vez dejó el dedo presionando el esfínter, ella se encogió cerrándolo, pero su suegro le dio un cachetazo fuerte en el glúteo, Nuria dejó de apretar y Javier presionó de nuevo con su dedo, el esfínter se abrió ligeramente y la yema del dedo accedió al interior, ella movió sus caderas hacia atrás, pero Javier sacó el dedo rápidamente y volvió a recorrer circularmente el anillo anal, percibió como su nuera movía la cadera atrás y circularmente buscando el dedo, sin duda quería que la penetrase con él, pero no, aún no era el momento, quería alargar esto todo lo que pudiera, deseaba continuar jugando con ella y demostrar que la tenía en sus manos. Mientras pensaba esto siguió haciendo fotos de ese delicioso culo, levantó la mirada y vio como Nuria miraba con desesperación como jugaba con ella sin darle el esperado premio.

Nuria estaba totalmente excitada, había perdido el control y no podía comprender lo que había ocurrido, había pasado de controlar a ser controlada, actuaba obedientemente haciendo todo lo que su suegro pedía. ¡Y le gustaba! La encantaba esa sensación de sumisión.- Pídeme lo que quieras y lo haré- Pensó. Ahora había pedido que se pusiese de rodillas sobre el sillón y se subiese el picardías por encima de la cadera, sin dudarlo lo había hecho, él estaba detrás, iba a mostrarle su torneado y respingón culo, deseaba que lo admirase, para eso iba al gimnasio, para tener un culo perfecto que hiciese volver la vista a los hombres. Se colocó como le había pedido, ahora él haría algunas fotos y después la pediría que adoptase una nueva postura, ya estaba preparada para hacerlo, pero no, de repente notó como su suegro retiraba la tira del tanga y dejaba su ano al descubierto. ¿Qué debía hacer? Estaba cruzando el límite, no la había movido para colocarla bien como antes, lo había hecho para fotografiar su trasero desnudo, se giró, vio como estaba tomando un primer plano de su esfínter y sintió una gran excitación –Siii, que lo vea bien, me encanta que me mire- y volvió a mirar al frente. Pero no, él pidió que siguiese mirando. -¡Que cabrón, quiere que miré como me desnuda! Y porque no, me gusta que me toque, quiero ver como lo hace- Sintió como deslizaba el dedo y bajaba a su vulva, después subía y recorría su anillo anal. –¡Siii, como me gusta!- volvió a bajar y acariciar su vulva. –¡Mételo dentro por Dios! Estoy deseando que me folles el coño con ese dedo-. Pero no, una vez más subió hasta llegar a su ano, pero ahora no lo acariciaba circularmente, estaba presionando en él, no podía ser, ni siquiera su marido había penetrado ese espacio, no quería que su suegro lo hiciera y se encogió apretando con fuerza, pero éste la dio una nalgada y ella instintivamente cedió, al hacerlo sintió como el dedo rompía la presión y penetraba su esfínter virgen. – ¡Joder lo ha hecho! ¡Acaba de penetrarme el culo! ¿Qué hago ahora, me quejo y se acaba todo o le permito que siga invadiendo mi cavidad anal?- Mil cosas le pasaban por la mente en ese momento, lo que tenía claro es que no quería que su suegro parase. -No duele, pensó, es más, se siente rico- Por fin sentía que la penetraban, hacia muchísimo que no mantenía relaciones sexuales y ésta era una sensación agradable. Empujó sus caderas hacia atrás buscando una penetración más profunda, quería que el dedo explorase más a fondo su orifico anal pero no lo conseguía, el dedo había abandonado su rosada cueva y estaba acariciando el exterior, miró a sus suegro casi suplicante, pero éste la ignoraba y seguía haciendo fotos.

JAVIER.- Ahora túmbate en el sofá boca arriba y con las piernas bien abiertas.

Si esperar un segundo obedeció, cuando se tumbó y abrió las piernas observó que el tanga era tan diminuto que no podía tapar su vulva hinchada, intentó taparse un poco, más que nada para justificarse delante de su suegro, pero éste se puso entre sus piernas y con dos dedos retiró por completo la telilla del tanga, ella se lo permitió sin decir nada. Javier no paraba de hacer fotos de su coño desnudo y ella con su silencio estaba dándole autorización para hacerlo, de repente él pasó dos dedos por el canal de su vulva metiendo las yemas dentro y humedeciéndolos con sus flujos, los subió hasta el capuchón del clítoris, lo retiró con suavidad y lo masajeó con ambos dedos. Nuria no paraba de mirar como Javier acariciaba su clítoris, sentía vergüenza al hacerlo porque él la miraba de vez en cuando, pero no quería perder ni un detalle, necesitaba ver como su suegro estaba masturbándola, después de unos segundos se abandonó y reclinó su cabeza en el sofá gimiendo sin parar. -¡Dios, me voy a correr, me voy a correr! Pensó.- Esperaba que Javier siguiese masturbándola a ese ritmo, notaba que el orgasmo estaba próximo. Entonces Javier dejó de acariciar su clítoris y tapó la vulva con el tanga. – Nooo, por favor, no pares, sigue, sigue- pensaba, pero no se atrevía a decirlo en voz alta, no quería pedir a su suegro que terminase de masturbarla, sentía mucha vergüenza. De forma inconsciente metió la mano bajo el tanga y comenzó a tocarse, llevó su dedo medio al clítoris y continuó con lo que había dejado a medias su suegro. – Necesito correrme, necesito correrme- no paraba de pensar en ello. -Este cabrón ha parado cuando estaba a punto ¡Joder!-. Su dedo se movía de forma acelerada dentro del tanga, entonces Javier dio un tirón y lo apartó, ahora podía ver sin obstáculos como se pajeaba el coño, ella subía y bajaba las caderas rítmicamente mientras seguía tocándose sin parar y gimiendo cada vez más alto, ya no podía más, necesitaba tener algo dentro, así que llevó la otra mano entre sus piernas y metió tres dedos en su vagina, comenzó a meterlos y sacarlos con fuerza, estaba follándose el coño con sus propios dedos, miró a Javier y vio que estaba enfocando la cámara a su coño, pero no le importó, continuó penetrándose de forma violenta, gemía alto y miraba a su suegro, éste entonces enfocó el móvil a su cara, ella mantuvo la mirada fijamente mientras gemía, quería que él viera en primer plano como disfrutaba, entonces notó que se aproximaba el orgasmo.

NURIA.- ¡Me corro, me corro! Dios, que bueno.

Apretó con fuerza sus piernas al tiempo que metía los dedos lo más profundo que podía en su coño. Javier se aproximó a ella, acaricio su pelo y la besó en la frente. Ella abrió los ojos sonriendo.

NURIA.- ¡Eres un cabrón! Me has dejado a medias.

JAVIER.- Pero tu lo has terminado muy bien.

NURIA.- ¿Te ha gustado? ¿Has hecho buenas fotos?

JAVIER.- Las mejores, ahora te las paso para que las veas.

NURIA.- ¿Puedo seguir siendo tu modelo entonces?

JAVIER.- Siempre que quieras.

NURIA.- El próximo viernes entonces, estaré esperando impaciente toda la semana. Pero con una condición.

JAVIER.- ¿Cual?

NURIA.- Tú también tienes que participar.