Mi perro perdió la virginidad conmigo

Y mi culito con el.

Hola!! Esta historia que voy a contar ahora, es uno de mis grandes secretos, me atreví a contarlo después de leer muchos relatos, en los que me di cuenta que por lo menos lo que hice no era tan malo. Esto empezó como a los 14 años, en esta edad uno como que empieza a desesperarse por coger, y se buscan alternativas, como las masturbación y otras cosas.

Yo soy hijo único, por lo cual siempre me quedaba solo en las tardes, cuando mis papas trabajaban. Teníamos un perro, el "Blanco", era de talla mediana, y con pelo ondulado, yo lo quería mucho, era un perro muy consentido, lo cuidábamos bastante, yo siempre lo acariciaba o veía televisión con la cabeza de el apoyada en una pierna, ya que se echaba en el sillón, al lado mío. Siempre que uno lo acariciaba el te correspondía con unos lametones en las manos.

Un día, me puse a ver una telenovela que daban en la tarde, en las que habían unas mujeres muy buenas, empecé a pensar cosas con ellas, me imaginaba cogiendo con la protagonista, y me empecé a calentar mas y mas. Asta que no aguante, pero había un problema, y era que me daba pudor hacerlo con el perro al lado viéndome, pero después de reflexionar pensé que en realidad no había problema, porque era imposible que el perro pensara mal de mi, o algo así. Me baje el pantalón y comencé a masturbarme despacio, estaba en eso cuando siento al Blanco acercarse y me pega una lamida en la mano, lo que me asusto mucho, me subí el pantalón rápido, y lo trate de alejar, pero el seguía intentando acercarse, lo que el perro quería era que le hiciera cariño, ya se me había pasado la calentura con el susto, así que me puse a acariciarle la cabeza, y el me lamía la mano con ternura. Pero mientras lo acariciaba, empecé de nuevo a calentarme pensado en las mujeres de la tele.

Me imagine cogiendo, y que la protagonista de la telenovela me chupaba el pene. Pensando en eso el pene se me volvió a parar, y como que tome conciencia de las lamidas que el perro me daba en la mano, una idea cruzo por mi mente, la de que el perro me lamiera el pene en vez de la mano, pero la deseche de inmediato y opte por echar al perro al patio.

Al día siguiente paso algo parecido, y al subsiguiente también, asta que ya no aguante, la idea me empezaba a gustar, así que un día mientras veía televisión con el perro al lado, me baje el pantalón y comencé a acariciar al perro, el me correspondía lamiéndome la mano, aleje mi mano y girando mi cuerpo acerque mi pene, que ya estaba a 100, a su hocico… el perro primero lo oloroso, haciendo que mi pene se pusiera mas duro y sensible, y me lo empezó a lamer, era grandioso, me arrepentí de no haberlo hecho antes, lo lamía como con ternura, lo que me volvía loco. No recuerdo que es lo que estaban dando en la televisión, me dedique a sentir como me lamía el pene el perro, pero al rato se aburrió, y no me lo siguió lamiendo. Yo aun estaba muy caliente, lo ponía el pene cerca del hocico pero nada, no me lo lamía… pensando se me ocurrió lo mas lógico, echarme algo que al perro le gustara en el pene.

Fui a la cocina y encontré leche condensada, era perfecto, me eche en el pene y el perro me comenzó a lamer, cuando se acababa yo me echaba mas y mas, paso mucho rato así, ya se había acabado casi la leche condensada, cuando me corrí, lance un chorro de semen, callo un poco sobre el piso, un poco sobre el perro y un poco quedo en mi pene confundiéndose con la leche condensada.

Todo esto fue un descubrimiento grandioso para mi, al otro día no espere para hacerlo de nuevo, pero esta vez me desnude completamente, ya que la vez anterior se me había manchado la ropa, me acosté en el suelo, para no ensuciar el sillón y me eche leche condensada nuevamente, esta escurrió asta mis testículos, se metió entre el escroto y mi muslo, así que tuve que abrir las piernas para que el perro me pudiera lamer bien, el perro comenzó a lamerme, pero no en el pene sino en los testículos, eso fue delicioso, era algo nuevo para mi, y muy placentero, luego lamió entre el escroto y el muslo, tuve que abrir mas las piernas para que me lamiera allí sin dificultad, lo que también fue delicioso. Y después fue el turno de mi pene, esta vez tuve que masturbarme, ya que con solo las lamidas del perro me demoraría mucho en correrme.

Seguí mucho tiempo haciendo esto, asta que un día, en que yo estaba especialmente caliente, llegue del colegio y no encontré nada que echarme, así que tuve que hacer una leche con chocolate, la trate de hacer bien espesa, me acosté de espalda en el suelo, y comencé a echarme en la entrepierna, pero no estaba lo suficientemente espesa, y mi escurrió por el estomago y asta por el ano, porque me eche mucho. El perro se acerco y me empezó a lamer el estomago, me daba cosquillas pero era rico así, que se fuera acercando de apoco a mis genitales con la lengua, luego me lamió el pene y los testículos, y me eche mas leche, el me lamió de nuevo, asta que se me acabo la leche, el perro ya estaba acabando de lamerme, pero yo sentía el ano mojado, así que levante las piernas y las acerque a mis hombros, luego con mis manos tome la cabeza del perro y la acerque a mi ano para que me limpiara, me sentí raro en esa posición igual, con mi trasero al aire, el perro acerco su hocico y sentí su respiración caliente en mi ano, los pelos de sus bigotes me acariciaban las nalgas, y luego me lamió.

Me dio cosquillas, pero se sentía muy rico, lo que también fue nuevo para mi, el perro hundía su hocico en mi trasero, no se que pasaba pero había algo mas en mi trasero que al perro le gustaba. Cuando termino de lamer, me masturbe asta correrme, luego el perro comenzó a lamer mi semen, que había quedado en mi estomago, yo tome un poco del semen y me lo eche en el ano, cuando termino de lamer el semen de mi estomago, me lamió de nuevo el trasero, lo que fue muy relajante.

Con los días, yo empecé a tomarle mas atención a mi trasero, hacia que el perro me lamiera mas tiempo el trasero, y lo hacia mientras me masturbaba. Un día me puse a pensar si también seria rico un pene en el ano, pero me avergoncé de mi mismo al pensar eso y no volví a pensarlo. Un día que me vine del colegio caminando, me encontré con unos 4 perros, que se estaban cogiendo a una perra, me impresiono la velocidad con que los perros se cogian a la perra, lo hacían con mucha energía, al llegar a la casa, después de almorzar, fui a hacer mis sesiones de lamidas con el perro. Cuando termine y eyacule, me eche el semen en el ano, y me puse en 4 patas, con las manos abrí mis nalgas, el perro comenzó a lamerme, y me excite, no se porque habrá sido, debe ser como dicen, que todos tenemos una parte femenina o algo así, porque me dio ganas de que el perro me lo metiera, agarre al perro de las patas delanteras, y luchando un poco me lo subí encima, lo acomode un poco, y me eche un poco para atrás, ahí fue cuando sentí el pene del perro, estaba justo en mi ano, me agache, esperando que el perro hiciera su parte y me penetrara, pero no ocurrió nada, me subí al perro mas arriba y pude sentir la punta dura del pene, me hacia cosquillas, lo que se sentía delicioso, el perro solo tenia que empujar para penetrarme, pero nada.

No se cuanto rato estuve, tenia al perro agarrado de las patas delanteras, el a veces intentaba bajarse, pero yo lo tenia bien sujeto, al final termine por frustrarme, y empecé a moverme yo de adelante hacia atrás, el pene acariciaba mi ano, me hacia cosquillas a veces se me enterraba la puntita en el ano, pero luego se salía, yo quería que me entrara mas profundo, pero no pude, al final se me hizo tarde, y desistí.

Me quede con las ganas de hacerlo, lo que me hizo fantasear aun mas, pensaba que se debía sentir muy rico. Al otro día intente lo mismo de nuevo, ni siquiera me eche leche en el pene, solo me eche en el ano, me subí al perro encima pero fue lo mismo que la otra vez. El blanco era virgen, quizás por eso no sabia como hacerlo, no había ningún olor que despertara sus instintos.

Un fin de semana, mis papas salieron en la noche, pero yo no sabia a que hora podían volver, así que salí al patio trasero de mi casa, ya que de allí podría ver de inmediato cuando llegaran en el auto, allí lo intente hacer con el Blanco, me baje los pantalones asta las canillas, me puse en 4 y me lo subí encima como siempre, agarrandolo de las patas delanteras, pero no logre nada, y no se me ocurría otra forma, pero sentir el pene en mi ano resbalando era rico igual.

Estando en el patio, me di cuenta que mis vecinos no estaban, ellos tiene un perro, es café, y es mas grande que el blanco, se llama Lobo, ese perro es muy cariñoso, y a mi me conoce, se me ocurrió intentarlo con el, salte el muro y me acerque a la casa, quería asegurarme que no hubiera nadie, toque la puerta y nada, el Lobo ya estaba al lado mío saludándome mientras yo le hacia cariño, camine hacia un lugar con pasto, desde donde podría distinguir si llegaban mis papas o mis vecinos, me arrodille en el suelo y comencé a acariciar al perro.

Me baje el pantalón, y se libero mi pene, me puse a tiritar, no se si de frió o de nervios de estar con otro perro, el Lobo era grande así que en vez de subírmelo encima, me metí debajo de el, levante mi trasero asta tocar su vientre y fui retrocediendo asta lograr sentir el pene con una nalga, era caliente, húmedo y algo blando, me moví asta quedar con el pene en mi ano, pero al igual que el Blanco, el Lobo no hacia nada, yo nunca le había tocado con las manos el pene a un perro, no me atraía eso, solo me gustaba la sensación de tenerlo apunto de penetrar mi ano, con una mano y con algo de nervios, agarre el pene del perro y lo atraje asta mi ano, era muy delgado, me dio la impresión de ser como un hueso delgado recubierto con carne, pude sentir como entraba, se sentía delicioso, pero solo entro un poquito, aunque era mas de lo que había podido hacerlo con el blanco, seguí tocándole el pene al perro, pero este como que intento salirse de encima mío, así que perdí todo el avance que llevaba, tuve que volver a acomodarme debajo de el, cuando logre meterme de nuevo la puntita me di cuenta que el pene estaba algo mas grande, y que había algo raro, el pene era distinto ahora, salía como algo de dentro de el, como un pene dentro de otro pene, era muy húmedo y resbaloso, en ese momento no sabia de que se trataba, pero para explicar mejor, lo que había sentido era el pene rojo que había salido de la funda, me eche un poco mas para atrás y me entro toda la parte roja del pene que estaba afuera, lo se porque quedo el puro forro del pene afuera, agarre el forro y trate de metérmelo hacia el ano, pero no logre que nada entrara, de casualidad tire el forro hacia atrás, y de nuevo algo raro paso, el pene rojo creció mas y me entro mas adentro, lo que me hizo darme cuenta que si movía el forro hacia delante y hacia atrás el pene crecía.

empecé a moverlo hacia delante y hacia atrás, y cada vez el pene me penetraba mas, incluso lo sentía un poco mas ancho… cuando de a repente el Lobo me afirma bien de las caderas, y para mi sorpresa, y alegría, empieza a mover sus caderas, lo que hizo que el pene me entrara muy adentro, yo apoye las manos en el suelo ahora y me prepare para una buena cogida, cuando veo una luz que venia de la calle ¡¡¡¡Venían llegando mis vecinos!!!!, me salí rápido de debajo del perro, no sin luchar un poco con el, sentí como mi ano se vaciaba de el pene del perro, empecé a tratar de subirme el pantalón, pero con los nervios no podía hacerlo bien, cuando ya me los puse estaban abriendo ya el portón para entrar el auto, corrí por detrás de la casa para que no me vieran, y en un acto de velocidad salte el muro justo cuando mis vecinos ya se asomaban, y no me descubrieron.

Ya en mi casa, con el corazón acelerado, maldije no poder hacer seguido haciéndolo, lo estaba sintiendo muy rico, pero con el susto no me atreví a intentar hacerlo de nuevo con el Blanco, porque si llegaban mis papas tendría que correr de nuevo, y asustarme de nuevo, así que mejor me puse a ver televisión.

Cuando ya fue lunes, y llegue del colegio, ni siquiera almorcé, porque venia muy caliente, ya sabia como hacerlo con el perro, primero me eche mayonesa en mis genitales, el perro me lamió de una forma exquisita, luego me puse en 4 patas y me eche mayonesa en el ano, estuve mucho rato recibiendo lamidas en el ano, tantas que empecé a sentir el ano muy sensible, asta que me decidí a hacerlo, me subí al perro encima, asta lograr que el pene tocara mi ano, tome el pene y empecé a masturbarlo, lo que hacia que el pene empezara a crecer y a penetrar mi ano, no se cuanto del pene me habrá entrado, cuando siento al Blanco animarse, empezó a mover la cadera y me agarro de la cintura, cada penetrada era mas profunda, pero el perro se resbalaba de mis caderas, así que le agarre las patas y me lo subí bien arriba, lo que hizo que el pene me penetrara a fondo, el forro del pene del perro presionaba las paredes de mi ano, también quería entrar… el perro culiaba delicioso, pero al rato ocurrió lo peor, sentí mi ano enorme, junto con dolor, era como una puntada en mi interior, y mi ano dolía, no lo soporte, me gire agarrando al perro y me lo saque de encima, pero el pene no salio, sentí que mi ano se iba a dar vuelta hacia fuera, el perro pego un tirón, y el pene al fin salio, pero dolió mucho, me di vuelta y quede espantado, el pene del perro estaba enorme, y tenia una bola inmensa en la base, me toque el ano y dolía, estaba muy abierto, pero no note sangre ni nada como he visto en otros relatos.

El perro quería seguir cogiendome, pero lo que había pasado había sido demasiado, lo eche al patio y me dedique a inspeccionar mi ano, el que seguía muy abierto, empecé a apretarlo haciendo fuerza, asta que al fin, al rato logro cerrarse, aunque no por completo, eso fue como a los 3 días, en lo que también dejo de molestarme el ano, porque molestaba al sentarse.

pensé mucho en lo que había hecho, todo había sido bueno, asta que empezó el dolor, saque por conclusión que el dolor había sido provocado por esa bola que el pene tenia en la base, y que el dolor en mi interior como una puntada era que el pene del perro había chocado con algo al interior mío, es que tomando en cuenta el largo total del pene mas la bola de la base, pues es muy largo. Cuando pasaron unas semanas, no me resistí de hacer unas sesiones de lamidas con el perro, cuando le deje lamer mi ano, pensé en intentar hacerlo de nuevo, pero esta vez con cuidado, me subí al perro encima, e hice la misma operación de antes, comencé a masturbarlo y así el pene empezaba a crecer, y al crecer me penetraba, cuando el perro se excito lo suficiente , me tomo de la cintura, lo deje darme 5 culiadas y me lo saque de encima, le mire el pene y solo tenia la parte roja afuera, aunque bastante larga, el perro ya estaba excitado así que no necesite subírmelo encima, se subió solo, pero no me lograba apuntar, tome el pene con la mano y me lo metí yo mismo al ano, el perro comenzó a darme de nuevo, esta vez lo deje culiarme unas 10 veces y me lo saque de encima, pero esta vez el pene salio con algo de dificultad, al mirarlo vi. que la bola de la base había comenzado a crecer.

Cuando el perro me monto de nuevo, con las manos envolví la bola de la base, porque tenia miedo que igual me llegara a entrar, creo que eso ayudo porque el perro así sentía que estaba todo su pene dentro de mi, apoye la cabeza en el suelo, y me puse a disfrutar, la bola creció mucho, y estaba muy resbalosa, pero ya estaba grande y no me habría podido entrar, aun así la seguí afirmando porque así podía controlar todo mejor.

sentí que algo me llenaba por dentro, el perro empezó a bombear de una forma irregular, con mis manos, con las que aun afirmaba la bola, empecé a sentir que algo salía de mi ano, me mire una mano y tenia un liquido amarillento que identifique al instante, era semen, el perro se había corrido, había perdido la virginidad conmigo, y yo en cierto sentido también.

Luego lo hacia de vez en cuando, también lo hice con el Lobo, lo que fue tremendo porque tenia el pene mucho mas grande que el Blanco, pero eso lo contare en otra oportunidad.

Hoy en día el Blanco y el Lobo están descansando en paz, ahora tengo un perro chico, con el que lo hago muy a lo lejos, y con el que no tengo necesidad de afirmarle la bola… me encanta ver foto de mujeres teniendo sexo con perros, si tengo algo que envidiarle a las mujeres es eso, porque lo deben sentir muy rico, a mi me gustan las mujeres, esto es solo una desviación que desarrolle en mi adolescencia, pero con la que lo he pasado muy bien. Lo único que lamento, es no haber tenido una perrita en vez de un perro, pero bueno, ahora tengo a mi mujer.