Mi perra Chelsea

Se ha extraviado una perra, ¿alguien la ha visto por ahi?

Echo de menos a mi perra.

Si, hace ya casi tres semanas que ha desaparecido sin dejar rastro.

Un día salí de casa para mi jornada laboral y al regresar me topé con la desagradable sorpresa de ver la puerta de su corralito abierta, y ni rastro de ella.

Y hasta la fecha no he vuelto a tener noticias ni ningún indicio de su paradero.

No se si se habrá perdido o me la habrán robado. Aunque albergo la esperanza de que se encuentre donde se encuentre esté bien atendida y goce de buena salud.

No es que no haya poseído algunas perras anteriores a ella, e imagino que si no la hallo, en un futuro más o menos cercano volveré a adquirir otra, pues no me acostumbro a tener mi perrera vacía.

Pero Chelsea era algo especial para mi. Casi perfecta.

De veintipocos años, una graciosa y corta melenita castaña que enmarcaba unos dulces y deliciosos ojos verdes, y un terso y juvenil cuerpo, con su casi virginal coñito completamente depiladito como a mi me gusta, y dos tiernas y no demasiado grandes tetitas enmarcadas por dos pezones erectos continuamente como dos guisantes.

Pero lo mejor era su dócil, dulce, y sumiso carácter.

Aunque en realidad hacia muy poco tiempo que recién la había adquirido y apenas estaba en pleno proceso de doma y adiestramiento, ya había conseguido enseñarle algunos trucos.

Como por ejemplo, que nada mas verme regresar a casa viniera gateando a cuatro patas lo mas rápido que su agilidad y sus fuerzas le permitían, trayendo en su boca mis zapatillas de andar por casa, y una vez las depositaba a mis pies, ella misma me quitaba los zapatos y los calcetines, y después de darme un ligero y reparador masaje en los pies, me los lamía completamente pasando su lengua por todo la superficie y tonificándomelos para acto seguido calzarme de nuevo con toda delicadeza.

Luego se quedaba mirándome ansiosa desde su postura a cuatro patas, con la lengua fuera, y ansiando que le diera su merienda preferida, que no era otra que permitirla hacerme una apresurada y apasionada mamada para acto seguido recoger el fruto de su trabajo y beberse hasta la ultima gota de mi semen.

Ya imaginaran que era la alegría de mi casa, y la envidia de mis vecinos y conocidos, y que verla desplazarse completamente desnuda y contenta de estar a mi servicio, era toda una delicia.

Es por esto que sospecho que su desaparición se deba más a un suceso fortuito que a su propia voluntad de abandonarme.

Pues se la veía tan feliz y contenta de agradarme.

No había cosa que le pidiera que ella no se prestara a hacer con la mayor presteza y de forma sumamente eficiente.

Le encantaba que le ciñera la correa a su collar azul marino que siempre lleva luciendo en su estilizado cuello, y en cuya plaquita lleva orgullosamente grabado "Chelsea" y en letra mas pequeña, "Propiedad de …" y mi nombre también grabado, y la sacara de paseo por los alrededores de casa. Momento que aprovechaba para hacer sin ningún pudor delante de mi sus necesidades mas básicas y mas íntimas.

Por supuesto, dichos paseos solíamos hacerlos a altas horas de la noche, momento en que el barrio se encuentra mas tranquilo y solitario, pues estoy seguro que la gran mayoría de mis vecinos y conciudadanos no entendería como una hermosa y joven mujer se deja conducir de esa manera, desnuda y a cuatro patas, por un adulto.

Francamente nunca me ha preocupado lo que pueda pensar el mundo de mis particulares aficiones y gustos. Ya que soy consciente que tales gustos, por otro lado son compartidos por mucha mas gente de la que se atreve a confesarlo, y por demás, jamás he obligado, ni jamás se me pasaría por la cabeza obligar a nadie a hacer acción alguna que no deseara hacer voluntariamente y forma gozosa y consensuada.

Se lo que muchos de ustedes estarán pensando en este momento, con una indisimulada y malévola sonrisa:

La chica se ha cansado y se ha ido sin más, pero si la conocieran como yo la conozco sabrían que mi Chelsea es incapaz de una falta de educación o consideración semejante.

Eso de marcharse sin una palabra de despedida o explicación alguna no reza para ella.

Pues su exquisita educación y principios morales y éticos son los más arraigados y deliciosos que yo he visto en persona alguna.

Algo tiene que haberle pasado. Si ustedes hubieran visto con que devoción me miraba y se apresuraba a acercarse a mi cama por las noches con la esperanza que esa noche me apeteciera usar su cuerpo y la invitara a compartir mi lecho, o la más sumisa devoción con que me seguía a todas partes por la casa, sabrían que no miento ni exagero lo mas mínimo.

Jamás fue necesario castigarla absolutamente por nada y ni siquiera era necesario reprenderla o levantarle la voz, pues estaba tan sintonizada a mi que parecía como si me leyese el pensamiento, y jamás osó desobedecer absolutamente nada de lo que le mandaba, y daba lo mismo si le agradaba mucho o poco, su semblante al cumplir con mis mandatos era siempre el mismo, una franca sonrisa en su rostro, feliz por agradarme y que le hiciera un poco de caso.

Es por todo ello que como digo la consideraba algo especial y mi gran favorita entre las favoritas y es por eso que siento tanto su momentánea, por el momento, perdida.

Pues no desespero de volverla a encontrar.

Sin presunción alguna puedo afirmar que no es demasiado difícil encontrar una perra hoy en día, e incluso una buena perra, les aseguro que hay muchísimas mas de las que uno podría imaginar en un principio, pero puedo asegurarles que como mi Chelsea habían pocas.

Es por esto que me he decidido ha escribir este mensaje, este llamamiento en si, para que si alguien tiene noticias de su paradero o ha creído verla por algún lugar se ponga en contacto conmigo.

Al menos y como digo, me gustaría saber que se encuentra bien y a salvo de cualquier infortunio.

Pues por encima de todo me preocupa su propio bienestar y felicidad.

Bueno, señores, no les entretengo mas, me temo que ya he abusado en demasía de su paciencia.

Agradeciéndoles de antemano sus posibles informaciones.

Se despide atentamente su seguro servidor.