Mi Pequeña Lu

¿Quién eres?—pregunto— ¿Ya no me recuerdas? –añadió mientras se quitaba las gafas suavemente ¡Por Dios!—exclamo Liana sorprendida—

MI PEQUEÑA LU (2)

Al día siguiente Luna se despertó un poco aturdida

▪     No puede ser me quede dormida--exclamo--

Liana la observaba desde la cocina con una sonrisa en los labios

▪       Si, bella durmiente, te quedaste profunda…mira el café que no te tomaste anoche –dijo, dándole una taza de café recién hecho  para que  terminara de despertar—

▪       Gracias Liana, disculpa la molestia

▪       ¿Cuál molestia?…para nada –Dijo— Luna ¿Por qué estás tan agotada? Estas muy pálida

▪       Es que mi abuela está en la clínica…esta en un coma profundo—comento Luna—

▪       ¿En qué hospital se encuentra? –pregunto Liana—

▪       En el central…me tengo que ir, gracias por todo—agrego Luna apresurada—

Se dirigió a su apartamento para darse una ducha, arreglarse y salir al hospital

▪     Señorita Luna, la estábamos esperando –Doctor—

▪     ¿Qué sucede? ¿mi abuela se encuentra bien? ¿Ya despertó? –pregunto rápidamente con un brillo en sus ojos

▪      No señorita Luna…lamento informarle  que su abuela acaba de fallecer de un ataque cardiaco

Luna sintió desfallecer, se puso pálida y una lagrima escapo

▪       ¿Luna?... ¿qué paso?

Era una voz conocida… era la de Liana, está la abrazo y Luna se desmayó entre sus brazos, a los 20 minutos abrió los ojos que se encontraron con la mirada preocupada de la pelirroja

▪        ¿Cómo te sientes? –pregunto—

▪        Aturdida—contesto— ¿tú que haces acá?

▪        Quise pasar a ver como estabas

▪        Mal…vete y déjame sola—replico Luna—

Liana abrió los ojos sorprendida por la respuesta, hasta el momento Luna parecía ser una muchacha tímida y respetuosa

▪       Ok…como tú quieras—devolvió enojada y se retiró—

Luna fue la única que asistió al funeral, nadie más de la familia se hizo presente.

Pasaron tres semanas  y Liana no sabía nada de su vecina del sexto piso, un día tocan a su puerta, era una mujer baja, delgada, con un vestido negro hasta las rodillas y con encaje en los hombros del mismo color, unas gafas oscuras y unas sandalias rojas que le hacían juego con una cita en su cabello, su presencia era fuerte, se veía con mucho carácter. Liana estaba shock

▪       ¿Quién eres?—pregunto—

▪       ¿Ya no me recuerdas? –añadió mientras se quitaba las gafas suavemente

▪       ¡Por Dios!—exclamo sorprendida—

▪       ¿puedo pasar?—Pregunto aquella mujer entrando al apartamento--¿Qué haces viviendo acá?

▪       Me gusto

▪       No te creo

▪       ¿Qué haces acá? –expreso Liana resaltando cada palabra muy enojada

▪       Vine por ti—contesto la mujer—

▪        Pues yo no te quiero acá—afirmo Liana—

Las dos se miraron fijamente

▪        Liana…tu siempre serás mía, no habrá rincón en donde te escondas que yo no te encuentre—sentó—

▪        Ivanka…no más—grito-- lo de nosotras se acabó el día en que…—no pudo pronunciar palabras por las lágrimas que comenzaban a brotar—el día en que…

▪        Fue un accidente y lo sabes—interrumpió Ivanka-- yo jamás te hubiera querido hacer daño…jamás…eras mi todo, mi vida entera…y aun lo eres

▪        No me interesan tus argumentos, ya no me importas…acabaste conmigo, me dejaste vacía…vete sal de acá –pronuncio Liana mientras la tomaba por el brazo y la sacaba de un solo jalón del apartamento

Cansada por las emociones que despertó esa visita desagradable Liana se recostó sobre uno de los muebles que ahora decoraba su casa a pensar

▪       ¿Por qué no me deja en paz?...yo necesito olvidar, necesito sacarme todo eso de la cabeza

En ese momento sobrevino el recuerdo de Luna en el piso buscando sus gafas y soltó una carcajada

▪       ¿Qué será de ella? –pensó con algo de ternura, pero inmediatamente recordó cómo se portó en el hospital –uis odiosa, niña arrogante y mal educada… me encantaría buscarla y saber cómo esta, pero ahora que Ivanka sabe que vivo acá es mejor alejarme.

Dos meses después Luna caminaba rumbo al edificio cuando detrás suyo escucha

▪        ¡Guao! Hace mucho no te veía, pensé que te habías mudado

Luna volteo y vio a Liana

▪     ¡hola!...no, sigo todavía en el mismo lugar—contesto—

▪     ¿Te invito un refresco?—pregunto Liana—

▪     Bueno, gracias—respondió Luna--